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EL AT FRENTE A LOS
TRASTORNOS DEL
NEURODESARROLLO
ACOMPAÑANTE
TERAPÉUTICO
Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
CONTENIDO
Acompañante Terapéutico
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
UNIDAD 1
TRASTORNOS DEL
NEURODESARROLLO
Acompañante Terapéutico
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
EL DESARROLLO INFANTIL
Esa fórmula significa que somos ahora (fenotipo), una sumatoria de lo que trajimos al
mundo por medio de nuestros genes (genotipo), más lo que el mundo nos dio (entorno).
Así, como individuos, debemos considerarnos una mezcla enigmática de lo innato, lo
adquirido, lo biológico, lo ambiental, lo cultural.
En otras palabras, el desarrollo infantil es fruto de la interacción entre factores genéticos y
factores ambientales.
La base genética específica de cada persona establece las capacidades propias de
desarrollo; hasta el momento no nos es posible modificarla.
Los factores ambientales modulan o incluso determinan la posibilidad de
expresión o de latencia de algunas de las características genéticas. Estos factores
son de orden biológico y de orden psicológico y social:
Son factores ambientales de orden biológico el mantenimiento de la
homeostasis, el estado de salud y la ausencia de factores de agresión al sistema
nervioso, todas condiciones necesarias para una adecuada maduración.
Son factores ambientales de orden psicológico y social la interacción del niño
con su entorno, los vínculos afectivos que establece a partir del afecto y
estabilidad de los cuidados que recibe, la percepción de cuanto le rodea
(personas, imágenes, sonidos, movimientos, etc.).
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
Conceptos
El término “trastornos del desarrollo” hace referencia
al grupo de alteraciones o problemas que interfieren en
la adecuada maduración y funcionamiento, y que se
presentan desde el nacimiento o, con mayor
frecuencia, en la primera infancia. En cambio, cuando
hablamos de las alteraciones de neurodesarrollo, estas
implican dificultades en el desarrollo y funcionamiento
del cerebro, que no siempre se muestran en lesiones estructurales.
El DSM en su quinta edición, define a los Trastornos del Neurodesarrollo como un grupo
de afecciones con inicio en el período del desarrollo. Estas se manifiestan normalmente de
manera precoz en el desarrollo, a menudo antes de que el niño comience la escuela
primaria, y se caracterizan por un déficit del desarrollo que produce deficiencias del
funcionamiento personal, social, académico u ocupacional.
El rango de los déficits del desarrollo varía desde limitaciones muy específicas del
aprendizaje o del control de las funciones ejecutivas hasta deficiencias globales de las
habilidades sociales o de la inteligencia.
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Enfoque multifactorial
Diversos factores pueden afectar el normal desarrollo de la infancia, lo que se considera
una “etiología multifactorial”, es decir, derivan genéricamente de un complejo de
interacciones entre factores genéticos, epigenéticos y ambientales, de un estado de
vulnerabilidad particular frente a injurias prenatales, perinatales y postnatales.
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Genéticos Prenatal
TRASTORNOS
Adquiridos Perinatal
Postnatal
- Trastornos
cromosómicos
- Trastornos - Pobreza - Consumo de
- Discapacidad
asociados a un - Malnutrición droga por parte
cognitiva sin
único gen materna de los padres
apoyo por parte
- Síndromes - Violencia - Consumo de
de los padres
PRENATAL - Trastornos doméstica alcohol
- Falta de apoyo
metabólicos - Falta de - Consumo de
para la
- Disgenesia acceso a tabaco
paternidad o
cerebral cuidados - Inmadurez
maternidad
- Enfermeda- prenatales parental
des maternas
- Edad parental
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- Deficiencias
- Maltrato y parentales
abandono - Diagnóstico
- Falta de una
- Traumatismo infantil tardío
adecuada
craneoencefálico - Violencia - Servicios
estimulación
- Malnutrición doméstica inadecuados
- Pobreza
- Meningoence- - Medidas de de
familiar
POSTNATAL falitis seguridad intervención
- Enfermedad
- Trastornos inadecuadas temprana
crónica en la
epilépticos - Deprivación - Servicios
familia
- Trastornos social educativos
- Instituciona-
degenerativos - Conductas especiales
lización
problemáticas inadecuados
del niño - Inadecuado
apoyo familiar
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
UNIDAD 2
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
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DEFINIENDO LA TERMINOLOGÍA
Los criterios diagnósticos son el conjunto de síntomas que deben presentarse para realizar
un diagnóstico.
Existen dos manuales de clasificación de síntomas que comprenden criterios diagnósticos
específicos, estos manuales son el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders) editado por la American Psychiatric Association (APA) y el CIE-10 (Clasificación
internacional de enfermedades, 10ª edición) publicada por la Organización Mundial de la
Salud en el año 1990.
Utilizando estas clasificaciones, lo que se pretende es establecer las condiciones y síntomas
que se deben dar en los pacientes para poder realizar un diagnóstico.
Tal como plantea la autora Silvia Nussbaum se utiliza la palabra "diagnóstico" para hacer
referencia a procedimientos más o menos reglados, al cabo de los cuales parece posible
llegar a conocer la naturaleza del padecimiento que sufre o no un niño. “Diagnosticar, no
implica, por supuesto, poner un nombre, una categoría, sino que involucra comprender,
establecer un conocimiento sobre como singularmente piensa y siente ese niño en
relación con su entorno”.
Los niños que presentan alguna discapacidad o
limitación física o emocional que dificulta su
desarrollo y aprendizaje o una convivencia normal,
requieren la atención de profesionales de la salud y
de la educación para ayudarlos a compensar las
desigualdades de oportunidades que experimentan.
Como mencionamos anteriormente, las limitaciones
pueden ser de distinto tipo, además de las
características particulares de cada caso. Por ello, la
determinación del tipo de apoyo debe ser individualizada teniendo en cuenta la gravedad,
extensión y duración de la discapacidad; sin olvidar el contexto y el alcance de las
consecuencias.
La atención a los niños con limitaciones ha ido evolucionando, desde una respuesta
mayoritariamente segregadora como la de los Centros de Educación Especial, hacia las
escuelas integradoras e inclusivas que reconocen el derecho del alumno diferente a
compartir y convivir en los mismos lugares que el resto de los niños. Esto requiere
actuaciones diarias y constantes de los principales actores del proceso educativo y de
salud.
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
Se estima que un 20% de los niños a nivel mundial presentan trastornos mentales y
constituyen la principal causa de discapacidad en gente joven. Es esta prevalencia de los
Trastornos del Neurodesarrollo lo que constituye un motivo de consulta clínica y
psicológica frecuente en la niñez y la adolescencia. La falta de detección, diagnóstico y
tratamiento temprano conlleva a secuelas subdiagnosticadas en la vida adulta con pérdida
de oportunidades para desarrollar el potencial del individuo en su vida personal, familiar y
laboral.
No fue hasta el año 2013, cuando se publicó el DSM V, que se
comenzaron a nombrar estos diagnósticos como “Trastornos de la
Infancia”.
Este manual utiliza especificadores para determinar los
diagnósticos como así también para enriquecer la descripción
clínica y sintomatológica del individuo.
Además de los especificadores que describen las características
(como la edad de inicio o las clasificaciones de la gravedad) los
Trastornos del Neurodesarrollo pueden incluir el especificador "asociado a una afección
médica o genética conocida o a un factor ambiental". Este especificador permite
documentar factores que podrían haber intervenido en la etiología del trastorno, además
de los que podrían afectar al curso clínico. Entre los ejemplos se incluyen los trastornos
genéticos, como el síndrome de la X frágil, la esclerosis tuberosa y el síndrome de Rett;
afecciones médicas como la epilepsia, y factores ambientales como el peso al nacer muy
bajo y la exposición fetal al alcohol.
En la versión anterior del mismo manual (DSM-IV-TR) se los denominaba Trastornos del
Inicio en la Infancia y la Adolescencia, por supuesto, no solo el nombre es lo que se cambia,
sino también algunas características y conceptualizaciones fundamentales:
En el DSM V no solo desaparece la categoría de Trastornos de Inicio en la Infancia
y Adolescencia, sino que también reagrupa algunos de los diferentes apartados
(los trastornos de conducta se incluyen dentro de los de control de impulsos, los
trastornos de alimentación dentro de los de conducta alimentaria, los Trastornos
de Eliminación los considera una categoría independiente, Trastorno de Ansiedad
y Mutismo Selectivo los incluye dentro de ansiedad y los Trastornos Reactivos de
la Vinculación dentro de un trauma por estrés).
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(pragmático)
Trastorno de la comunicación
no específicado
TRASTORNO DEL
ESPECTRO AUTISTA
Trastorno por déficit de
atención/hiperactividad
TRASTORNOS MOTORES
Trastorno de movimientos Trastorno de tics motores
estereotipados o vocales persistentes
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Discapacidades intelectuales
DISCAPACIDAD INTELECTUAL (TRASTORNO DEL DESARROLLO INTELECTUAL)
Se caracteriza por un déficit de las capacidades mentales generales, como el razonamiento,
la resolución de problemas, la planificación, el pensamiento abstracto, el juicio, el
aprendizaje académico y el aprendizaje de la experiencia. Estos producen deficiencias del
funcionamiento adaptativo, de tal manera que el individuo no alcanza los estándares de
independencia personal y de responsabilidad social en uno o más aspectos de la vida
cotidiana, incluidos la comunicación, la participación social, el funcionamiento académico u
ocupacional y la independencia personal en casa o en la comunidad.
El retraso general del
desarrollo, como su nombre lo
indica, se diagnostica cuando
un individuo no alcanza los
hitos esperados del desarrollo
en varias áreas del
funcionamiento intelectual.
El diagnóstico se utiliza en los individuos que son incapaces de someterse a evaluaciones
sistemáticas del funcionamiento intelectual, incluidos los niños demasiado pequeños para
hacer pruebas estandarizadas. La discapacidad intelectual puede deberse a un daño
adquirido durante el período del desarrollo a causa, por ejemplo, de una lesión cerebral
grave, en cuyo caso también puede diagnosticarse un trastorno neurocognitivo.
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Trastornos de la comunicación
Como otras alteraciones del neurodesarrollo, los trastornos de la comunicación comienzan
precozmente y pueden producir deficiencias funcionales durante toda la vida; incluyen las
deficiencias del lenguaje, el habla y la comunicación.
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Podemos decir que los criterios diagnósticos de este trastorno según el DSM V son los
siguientes:
A. Deficiencias persistentes en la comunicación social y en la interacción social en
diversos contextos, manifestado actualmente o en el pasado, por medio de las
siguientes características:
Las deficiencias en la reciprocidad socioemocional varían; oscilan desde un
acercamiento social anormal y fracaso de la conversación, pasando por la
disminución en intereses, emociones o afectos compartidos, hasta el fracaso
en iniciar o responder a interacciones sociales.
Las deficiencias en las conductas comunicativas no verbales utilizadas en la
interacción social varían. Desde una comunicación verbal y no verbal pobre y
poco integrada, pasando por anomalías del contacto visual y del lenguaje
corporal o deficiencias de la comprensión y el uso de gestos, hasta una falta
total de expresión facial y de comunicación no verbal.
Las deficiencias en el desarrollo, mantenimiento y comprensión de las
relaciones varían. Abarcan desde dificultades para ajustar el comportamiento
en diversos contextos sociales, pasando por dificultades para compartir
juegos imaginativos o para hacer amigos, hasta la ausencia de interés por
otras personas.
B. Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades,
que se manifiestan en al menos dos de los siguientes puntos, actualmente o con
antecedentes:
Movimientos, uso de objetos o habla estereotipados o repetitivos
(estereotipias motoras simples, alinear o girar juguetes, cambio de lugar de
los objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
Insistencia en mantener las cosas de forma
invariable, excesiva inflexibilidad de rutinas o
patrones ritualizados de comportamiento verbal
o no verbal (gran angustia frente a cambios
pequeños, dificultades con las transiciones,
patrones de pensamiento rígidos, rituales de
saludo, necesidad de tomar el mismo camino o
de comer los mismos alimentos cada día).
Intereses muy restringidos y fijos que son anormales en cuanto a su
intensidad o foco de interés (fuerte apego o preocupación por objetos
inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes).
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El TDAH a menudo persiste hasta la edad adulta. En los mayores, la hiperactividad puede
manifestarse como una inquietud extrema y un nivel de actividad que cansa a las otras
personas. La impulsividad, en cambio, se manifiesta en acciones apresuradas que se
producen en el momento, sin reflexión, y que crean un gran riesgo de dañar al individuo
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(por ejemplo, ir corriendo hacia la calle sin mirar). También la impulsividad puede reflejar
el deseo de recompensas inmediatas o la incapacidad de retrasar la gratificación. Los
comportamientos impulsivos pueden manifestarse como una tendencia a inmiscuirse
socialmente (por ejemplo, interrumpir excesivamente a los otros) y/o a tomar decisiones
importantes sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo (por ejemplo, aceptar un
trabajo sin información adecuada).
El TDAH empieza en la infancia y varios de sus síntomas se manifiestan antes de los 12
años de edad. Las manifestaciones del trastorno se presentan en el entorno de la vida
cotidiana del niño (la casa, la escuela, el trabajo).
La confirmación de la existencia de los síntomas principales en los diferentes entornos,
normalmente no se puede realizar con precisión sin contar con informantes que hayan
observado al individuo en esos contextos (por ejemplo, padres, docentes, acompañantes
terapéuticos).
De manera característica, los síntomas varían dependiendo del contexto donde se
encuentren y los estímulos que reciba el niño.
Los signos del trastorno pueden ser mínimos o estar ausentes en los siguientes casos:
Al recibir recompensas frecuentes por comportamientos
apropiados.
Bajo una estrecha supervisión.
En una situación nueva.
Al participar de actividades
especialmente interesantes.
Ante una estimulación externa
constante (como las pantallas
electrónicas).
En situaciones donde interactúa
cara a cara con otra persona (como una
consulta al médico).
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El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad puede presentarse junto con otros
trastornos psiquiátricos asociados. Estos trastornos son los denominados “Trastornos
Comórbidos”.
Cuando nos encontramos con un TDAH con comorbilidades:
Se complica el diagnóstico. Si se juntan varios trastornos,
es difícil saber cuáles son los síntomas principales y cuál el
trastorno principal.
Empeora la evolución. El abordaje se complica y las
mejoras son más difíciles de alcanzar.
Puede disminuir la respuesta al tratamiento. Si no se tratan los otros trastornos
asociados correctamente, puede verse disminuida la respuesta al tratamiento del
TDAH.
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académicas afectadas está por debajo de la media de su edad o se alcanzan los niveles
aceptables de rendimiento solamente con un esfuerzo extraordinario. En todos los casos
este trastorno puede producir deficiencias durante toda la vida en las actividades que
dependen de habilidades y conocimientos, incluido el rendimiento ocupacional.
El Trastorno Específico del Aprendizaje es de origen biológico, lo cual es la base de las
anormalidades a nivel cognitivo y están asociadas a los signos conductuales del trastorno.
El origen biológico incluye una interacción de factores genéticos, epigenéticos y
ambientales que afectan a la capacidad del cerebro para percibir o procesar información,
verbal o no verbal, de modo eficiente y con precisión.
Los criterios descriptos en el DSM V para el diagnóstico de dicho trastorno son:
A. Dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas,
evidenciado por la presencia de al menos uno de los siguientes síntomas que han
persistido por lo menos durante seis meses, a pesar de intervenciones dirigidas a
estas dificultades:
Lectura de palabras imprecisa o lenta y con esfuerzo (lee palabras sueltas en
voz alta incorrectamente o con lentitud y vacilación, con frecuencia adivina
palabras, dificultad para expresar bien las palabras).
Dificultad para comprender el significado de lo que lee (puede leer un texto
con precisión pero no comprende la oración, las relaciones, las inferencias o
el sentido profundo de lo que lee).
Presenta errores en la ortografía (puede añadir, omitir o sustituir vocales o
consonantes).
Problemas con la expresión escrita (comete múltiples errores gramaticales o
de puntuación en una oración, organiza mal el párrafo, la expresión escrita de
ideas no es clara).
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CON DIFICULTAD
CON DIFICULTADES CON DIFICULTAD
EN LA EXPRESIÓN
EN LA LECTURA EN MATEMÁTICA
ESCRITA
Problemas de
Precisión en Dificultad con Corrección Sentido de procesamiento de
la lectura reconocimiento ortográfica los números la información
de palabras de palabras en numérica
forma precisa
o fluida
Dificultad para
Velocidad o Corrección Memorización
el aprendizaje
fluidez de gramatical y de de operaciones
Deletrear de operaciones
la lectura la puntuación aritméticas
mal y poca aritméticas
capacidad
ortográfica
Inconvenientes
Claridad u
Comprensión Cálculo correcto para realizar
organización de la
de la lectura o fluido cálculo correcto
expresión escrita
o fluido
Razonamiento
matemático
correcto
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Trastornos motores
Los Trastornos Motores del Neurodesarrollo, según el Manual Diagnóstico y Estadístico
DSM V incluyen:
1. Trastorno del Desarrollo de la Coordinación
2. Trastorno de Movimientos Estereotipados
3. Trastornos de Tics
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TRASTORNOS DE TICS
Tal como lo define el DSM V, los tics son movimientos o
vocalizaciones súbitas, rápidas, recurrentes y no rítmicas.
Una persona puede tener varios tics a lo largo del
tiempo. Aunque los tics pueden involucrar casi cualquier
grupo de músculos o vocalización, ciertos tics, como
parpadear los ojos o carraspear, son frecuentes en todas
las poblaciones de pacientes.
Los tics generalmente se experimentan como involuntarios, pero se pueden suprimir
voluntariamente durante diferentes períodos de tiempo.
Los tics pueden ser simples o complejos.
Los tics motores simples son de duración corta (es decir, milisegundos) y pueden
incluir el parpadeo de los ojos, encogimiento de hombros y la extensión de las
extremidades. Los tics vocales simples consisten en carraspear, olfatear y gruñir,
muchas veces por la contracción del diafragma o de los músculos de la orofaringe.
Los tics motores complejos tienen una duración más larga (es decir, segundos) y
muchas veces consisten en combinaciones de tics simples, como girar la cabeza y
encoger los hombros simultáneamente. Los tics complejos pueden parecer
intencionados, como los gestos sexuales u obscenos (copropraxia), o las
imitaciones de los movimientos de otro (ecopraxia). Además, los tics vocales
complejos consisten en repetir los sonidos o palabras de uno mismo (palilalia),
repetir la última palabra o frase que se haya escuchado (ecolalia) o decir palabras
socialmente inaceptables, como obscenidades o insultos étnicos, raciales o
religiosos (coprolalia). Es importante señalar que la coprolalia es algo que se
expresa como un ladrido o un gruñido abrupto, y que carece de la prosodia del
habla inapropiada similar que se observa en las interacciones humanas.
Los Trastornos de Tics se diferencian por el tipo de tic que está presente (motor o vocal, o
una combinación de ambos) y por la duración de los síntomas.
1. Las personas con síndrome de Tourette presentan ambos tipos de tics, motores y
vocales, y han tenido los síntomas durante al menos 1 año.
2. Las personas con Trastorno de Tic persistente motor o vocal tienen tics motores o
vocales, y han padecido los síntomas durante al menos 1 año.
3. Las personas con Trastorno de Tic transitorio pueden tener tics motores o vocales,
o ambos, pero han presentado los síntomas durante menos de 1 año.
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1. Trastorno de la Tourette
A. En algún momento a lo largo de la enfermedad ha habido tics motores múltiples y
uno o más tics vocales, aunque no necesariamente de manera simultánea.
B. Los tics pueden aparecer intermitentemente en frecuencia, pero persisten
durante más de un año desde la aparición del primer tic.
C. El inicio es anterior a los 18 años.
D. El trastorno no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (puede
ser cocaína) o a otra afección médica (por ejemplo, enfermedad de Huntington,
encefalitis posvírica).
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3. Trastorno de Conducta
Se manifiesta a través de un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que
no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de la
edad.
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5. Piromanía
Se caracteriza por la reiteración de actos o intentos de prender fuego a las propiedades u
otros objetos, sin motivo aparente junto con una insistencia constante sobre temas
relacionados con el fuego y la combustión.
6. Cleptomanía
Es un trastorno psicológico por el cual la persona denominada “cleptómana” o
“cleptomaníaca” tiene una conducta repetitiva de apropiarse de aquello que le es ajeno.
Hay que distinguirlo de la actividad del ladrón esporádico o habitual, cuyo objetivo es el
enriquecimiento ilícito buscando un beneficio personal. En cambio, en la cleptomanía el
momento del robo se convierte en sí mismo en la finalidad del acto, no persiguiendo un
enriquecimiento personal ni el perjuicio de la persona a quien roba.
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UNIDAD 3
CLÍNICA DE LA NIÑEZ
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INTRODUCCIÓN
NIVELES DE ACTUACIÓN
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Dificultades escolares.
Dificultades relacionales con sus iguales y otros.
A nivel social: El vínculo que se establece con el AT supone una forma de relacionarse e
interactuar diferente, trabajando aspectos fundamentales que influyen en
las relaciones con los demás y su entorno social.
A nivel psicológico: Ofrece contención para afrontar los momentos de angustia o crisis.
Ayuda a interiorizar las normas y a favorecer el autocontrol. Centra la atención en el
potencial del niño, canalizando sus inquietudes y ayudando a estructurar su personalidad.
A nivel global: Trabaja para unificar las distintas áreas en las que el niño se desarrolla,
favoreciendo la conciencia “de sí mismo” y las consecuencias de sus actos. Promueve la
consolidación de una red profesional de apoyo y la continuidad del tratamiento psicológico
o farmacológico.
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
UNIDAD 3
ENFERMEDADES CONGÉNITAS Y
OTRAS AFECCIONES MÉDICAS
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ANOMALÍAS CONGÉNITAS
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Es posible prevenir algunas anomalías congénitas; por ejemplo, hay medidas de prevención
fundamentales como la vacunación, la ingesta suficiente de ácido fólico y yodo mediante el
enriquecimiento de alimentos básicos o el suministro de complementos, así como los
cuidados prenatales adecuados.
A continuación se abordarán las siguientes enfermedades congénitas:
Síndrome de Prader-Willi
Síndrome de Down
Síndrome de Angelman
SÍNDROME DE PRADER-WILLI
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
Síntomas
Los signos del síndrome de Prader-Willi pueden notarse al nacer por los siguientes signos:
Los recién nacidos suelen ser pequeños y flácidos.
Los recién nacidos varones pueden tener criptorquidia.
Problemas para comer durante la lactancia llevan a un aumento de peso
deficiente.
Ojos en forma de almendra.
Desarrollo motor retardado.
Cráneo bifrontal estrecho.
Baja estatura.
Desarrollo mental lento.
Manos y pies muy pequeños en
comparación con el cuerpo del niño.
Aumento rápido de peso.
Aspectos psicológicos
En general, las personas que padecen este síndrome suelen sufrir alguna limitación
cognitiva. Aunque existen grandes diferencias interindividuales, el coeficiente
intelectual medio es 70.
A nivel cognitivo, estas personas normalmente tienen buena
memoria a largo plazo, buena organización perceptiva,
habilidad para reconocer relaciones espaciales, buena
comprensión lectora y un buen vocabulario. Sin embargo,
suelen presentar: falta de procesamiento secuencial de la
información, dificultades en la aritmética, pobre memoria a
corto plazo, dificultades en la atención, concentración y
habilidades motoras finas relacionadas con el tono y la fuerza.
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Disciplina: El AT frente a los trastornos del neurodesarrollo
A nivel conductual, los niños pequeños suelen ser alegres, afectuosos y cooperadores
hasta que sobre los 6 u 8 años se vuelven más rígidos, irritables y emocionalmente más
inseguros. Luego presentan conductas tales como impaciencia, ataques de ira,
distracciones, problemas de comunicación e impulsividad. Suelen ser manipuladores,
mentirosos, caprichosos, egocéntricos; con frecuencia muestran conductas autolesivas y
tienen pocas habilidades interpersonales.
Escolarización
Para los alumnos con este síndrome es muy importante la atención temprana, ya que
tienen muy buena capacidad de aprendizaje y cuanto antes comience la intervención
educativa, mejor será su desarrollo y calidad de vida futura. Además, se recomienda la
escolarización en un centro ordinario, para favorecer así su integración social.
Los profesionales educativos deben estar advertidos de las necesidades que presentan
estos alumnos, y los compañeros deben ser conscientes de algunos aspectos para seguir
ciertas estrategias que favorezcan la autoestima e incentiven las relaciones sociales.
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Tratamiento
Al tratarse de un cuadro complejo, están implicadas diferentes especialidades médicas,
incluyendo genetista, endocrinólogo, neurólogo, neumólogo, oftalmólogo, dermatólogo,
traumatólogo, odontólogo y otras especialidades.
La obesidad representa la mayor amenaza para la salud. La reducción de las calorías
controlará la obesidad, pero la familia, los vecinos y las autoridades escolares deben
trabajar juntos, ya que el niño no puede controlarse e intentará obtener alimento.
Asimismo, el ejercicio puede incrementar la masa corporal magra.
La hormona del crecimiento está aprobada para el tratamiento del síndrome de Prader-
Willi. Esta hormona proporciona ayuda para:
Mejorar la fortaleza física y la agilidad
Mejorar la estatura y la distribución del peso.
Incrementar la masa muscular magra y disminuir la grasa corporal.
Incrementar la densidad mineral ósea.
Expectativas (pronóstico)
El niño necesita recibir una educación adecuada para su nivel de CI. Además, terapia de
lenguaje, terapia ocupacional y fisioterapia lo más pronto posible.
Posibles complicaciones
Diabetes tipo 2.
Insuficiencia cardíaca derecha.
Problemas óseos (ortopédicos).
SÍNDROME DE DOWN
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del corazón, demencia problemas en los oídos, los intestinos, los ojos, la tiroides y el
esqueleto).
Las posibilidades de tener un bebé con síndrome de Down aumentan con la edad de la
madre.
La atención temprana de los niños puede ayudarlos mejorar ciertas habilidades. Esta
atención puede incluir terapia del lenguaje, física, ocupacional y/o educacional. Con apoyo
y atención, muchas personas con síndrome de Down pueden llevar vidas felices y
productivas.
Signos físicos
Disminución del tono muscular o poco tono muscular.
Cuello corto, con exceso de piel en la nuca.
Perfil facial y nariz aplanados.
Cabeza, orejas y boca pequeñas.
Ojos rasgados y hacia arriba, en general con un pliegue de piel que sale del
párpado superior y cubre el ángulo interno del ojo.
Manchas blancas en la parte coloreada del ojo (llamadas manchas de Brushfield).
Manos cortas y anchas con dedos cortos.
Una línea única y profunda que cruza la palma de la mano.
Un espacio más grande entre el primer y segundo dedo del pie.
El desarrollo físico de los niños con síndrome de Down suele ser lento. Por ejemplo, debido
a la disminución del tono muscular, un niño con síndrome de Down puede tardar más en
aprender a girar sobre sí mismo, sentarse, ponerse de pie y caminar. Sin embargo, aunque
a los niños con síndrome de Down les lleve más tiempo que a los otros niños alcanzar los
hitos del desarrollo, tarde o temprano alcanzarán muchos de ellos.
Aspectos psicológicos
Los trastornos del razonamiento y el aprendizaje son comunes en las personas con
síndrome de Down y suelen ir de leves a moderados (rara vez, el síndrome de Down se
asocia con un retraso cognitivo grave).
La mayoría de los niños con síndrome de Down desarrolla las habilidades de comunicación
necesarias, aunque puede llevarles más tiempo que a los otros niños.
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Tratamiento
Un niño con síndrome de Down debe la atención de un equipo de profesionales de la
salud: médicos, educadores especiales, terapeutas del habla, terapeutas ocupacionales,
fisioterapeutas y trabajadores sociales.
Medicamentos y suplementos.
Fisioterapia y actividad física regular.
Intervención temprana y terapia educativa.
Terapias de tratamiento (del habla y el lenguaje, ocupacional, emocional y
conductual).
Dispositivos de asistencia. Son materiales, equipos, herramientas o tecnología que
potencie el aprendizaje o facilite la realización de tareas (dispositivos de
amplificación para problemas auditivos, los lápices especiales que facilitan la
escritura, las computadoras con pantalla táctil, los teclados con letras grandes,
etc.).
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Expectativas (pronóstico)
Las personas con síndrome de Down tienen un riesgo mayor de desarrollar otras
enfermedades, entre ellas trastornos del espectro del autismo, problemas hormonales y
glandulares, pérdida de audición, problemas de visión y anomalías cardíacas.
En los primeros años, son particularmente útiles las intervenciones constantes para
estimular el lenguaje expresivo y el desarrollo del habla.
SÍNDROME DE ANGELMAN
Es una enfermedad genética que causa problemas con la forma como se desarrollan el
cerebro y el cuerpo de un niño.
Está presente desde el nacimiento, sin embargo, a menudo no se diagnostica hasta los 6 a
12 meses de edad. Esto por lo general es cuando se notan por primera vez los problemas
del desarrollo.
El síndrome de Angelman
ocurre generalmente cuando
el gen UBE3 del cromosoma
15 transmitido por la madre
no funciona como debería. En
algunos casos, este síndrome
es causado cuando dos copias
del gen UBE3A provienen del
padre y ninguna de la madre.
Esto significa que ninguno de
los dos genes está activo,
porque ambos provienen del
padre.
Síntomas
En los recién nacidos y lactantes:
Pérdida del tono muscular (flacidez).
Problemas de alimentación.
Acidez gástrica (reflujo por acidez).
Movimientos temblorosos de brazos y piernas.
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Tratamiento
No existe cura para el síndrome de Angelman. Los tratamientos existentes ayudan a
manejar los problemas de salud y del desarrollo causados por la enfermedad.
Anticonvulsivos.
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Expectativas (pronóstico)
Las personas con el síndrome de Angelman viven un período de vida cercano a lo normal.
Muchas tienen amistades e interactúan socialmente. El tratamiento ayuda a mejorar el
desempeño, pero no pueden valerse por sí mismas. Sin embargo, pueden aprender ciertas
tareas y convivir con otros en un hogar grupal supervisado.
Posibles complicaciones:
Convulsiones intensas.
Reflujo gastroesofágico.
Escoliosis en la columna curvada.
Lesión accidental debido a los movimientos
incontrolables.
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Aunque el porcentaje de niños afectados con estas deficiencias es menor que aquellos que
presentan una discapacidad física o intelectual, constituyen dos de los grupos de alumnos
con necesidades especiales que tradicionalmente han recibido atención educativa especial
desde el mismo origen de las escuelas. Casos más complicados, como los que padecen
sordoceguera, comparten ambos tipos de discapacidades, lo cual multiplica sus problemas
en todos los ámbitos de la vida.
En las últimas décadas, y gracias al desarrollo y la evolución de la integración educativa, los
niños con estas dificultades han podido incorporarse a las escuelas comunes para
desenvolverse de manera integradora e inclusiva, en respuesta al reconocimiento del
derecho del alumno diferente a compartir y convivir en los mismos lugares que el resto de
los alumnos. A continuación estudiaremos las características principales de cada caso.
DISCAPACIDAD AUDITIVA
Los niños que presentan este tipo de discapacidad tienen una audición deficiente que
afecta a ambos oídos (pérdida bilateral). Cuando afecta a uno solo de los oídos (unilateral),
permite una audición normal y no presenta alteraciones en el lenguaje, sino únicamente
dificultad para localizar la fuente sonora. La gravedad de la pérdida auditiva suele utilizarse
para diferenciar a las personas que padecen esta discapacidad.
Sordos: Son aquellos que padecen una pérdida auditiva de tal grado, que sus restos
auditivos no son aprovechables y se encuentran incapacitados para adquirir la lengua oral
por vía auditiva, convirtiéndose la visión en su principal canal de comunicación.
Partiendo de que la audición es la vía principal a través de la cual se desarrolla el lenguaje y
el habla, debemos tener presente que cualquier trastorno en la percepción auditiva del
niño, a edades tempranas, va a afectar su desarrollo lingüístico y comunicativo, sus
procesos cognitivos y la posterior integración escolar y social.
La adquisición de un código comunicativo se realiza durante los primeros años de vida,
mediante la audición continua y repetida del lenguaje. En el caso de sorderas profundas,
ante la falta del modelo auditivo se produce una mudez, de ahí el término impropio
“sordomudo”.
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Clasificación audiológica
La clasificación de la pérdida auditiva atiende a diferentes criterios y puntos de vista. La
clasificación más utilizada es la del Bureau Internacional de Audiología, que tiene en cuenta
el umbral de audición de acuerdo a una tabla de decibelios (dB):
Audición normal: (0-20dB). No hay dificultad para percibir la palabra.
Hipoacusia leve o ligera: (20-40dB). No se percibe los sonidos débiles o lejanos. Es
importante el diagnóstico durante la edad temprana.
Hipoacusia media o moderada: (40-70dB). El umbral de audición se encuentra en
el nivel conversacional medio. Se presenta retraso en el lenguaje.
Hipoacusia severa: (70-90dB). Es necesario elevar la intensidad de la voz para que
esta pueda ser percibida. Se presenta un lenguaje pobre o casi nulo.
Hipoacusia severa o sordera: Solo se perciben los ruidos muy intensos por la vía
vibrotáctil. Hay ausencia del habla.
Cofosis o anacusia: Pérdida total de la audición (son casos excepcionales).
Clasificación otológica:
Esta clasificación se realiza en función del lugar de la lesión:
Hipoacusia de conducción o transmisión: Se produce por una alteración en el
oído externo o medio. Al estar afectada la parte mecánica del oído, hay un
impedimento para que el sonido llegue a estimular adecuadamente las células del
órgano de Corti. Las patologías más frecuentes son: otitis serosas, perforación,
colesteatoma, otoesclerosis, tímpano esclerótico.
Sordera neurosensorial o perceptiva: Se presenta cuando está dañada la cóclea
(órgano de Corti). Sus causas más frecuentes pueden clasificarse según el
momento de presentación: prenatales (genéticas o adquiridas), perinatales
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Etiología
Las causas de las deficiencias auditivas podemos analizarlas cronológicamente,
clasificándolas en:
Prenatales: Se presentan durante el periodo de gestación y pueden estar
asociadas a otras patologías. Se clasifican en dos tipos: de origen hereditario-
genético y las adquiridas a causa de procesos infecciosos y fármacos de la madre
que llegan al feto por vía transplacentaria.
Neonatales o perinatales: Dependen de múltiples factores interrelacionados.
Cuatro causas neonatales pueden ser la respuesta: anoxia neonatal, ictericia,
prematuridad y traumatismo obstétrico.
Postnatales: Son hipoacusias que aparecen a lo largo de la vida de una persona;
las causas más destacadas son: meningitis, sarampión, laberintitis, varicela,
parotiditis, exposición a determinadas sustancias farmacológicas.
Tratamientos
La detección temprana de la discapacidad auditiva es fundamental para abordar un
tratamiento lo antes posible.
Si bien la tecnología disponible no “cura” la pérdida auditiva, puede ayudar a un niño a
aprovechar al máximo su audición residual. Las opciones son muchas, pero el dependerá
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estudiar cada caso para aconsejar el tratamiento más efectivo para mejorar la calidad de
vida del niño:
Audífonos
Implantes cocleares
Prótesis auditivas ancladas al hueso
Aprendizaje de lengua de señas para comunicarse
Utilización de dispositivos de ayuda (mensajes de texto, alarmas con luz y
vibración, dispositivos de amplificación telefónica, sistemas de subtítulos para la
TV, etc.).
DISCAPACIDAD VISUAL
El déficit visual es un término genérico que engloba diferentes problemas relacionados con
el anormal funcionamiento de la visión.
Legalmente, los términos “ceguera” y “deficiencia visual” se utilizan para referirse a
personas cuya visión en ambos ojos reúne alguna de las siguientes condiciones:
Clasificación
Ceguera total: Son personas que no perciben la luz o si lo hacen, no pueden localizar su
procedencia.
Déficit visual: Son personas que poseen algún resto
visual. Agrupa a diferentes personas que se
consideran ciegas. El déficit puede responder a causas
congénitas o adquiridas (glaucoma, infecciones,
cataratas, diabetes, queratomalacia, accidentes o
lesiones, tumores, etc.).
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Tipos
Pérdida de agudeza: Aquella persona cuya capacidad para identificar visualmente
detalles está seriamente disminuida.
Pérdida de campo: Aquella persona que no percibe con la totalidad de su campo
visual. Normalmente hay dos grupos: los que padecen una pérdida de visión
central y los que experimentan una pérdida de visión periférica.
Necesidades especiales
Necesidad de acceder al mundo físico a través de otros sentidos.
Necesidad de aprender a orientarse y desplazarse en el espacio.
Necesidad de adquirir un sistema alternativo de lectoescritura.
Necesidad de aprender hábitos de autonomía personal.
Necesidad de conocer y asumir su situación visual.
La sordoceguera
Esta discapacidad está caracterizada por una cordera profunda y una ceguera total en el
peor de los casos, pero este es un grupo heterogéneo y con características muy variadas.
Podemos mencionar diferentes tipos de clasificación: según el momento de aparición y
según el grado o nivel de funcionamiento.
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Características:
Dificultad o falta de comunicación cuando no hay restos visuales ni auditivos que le
permitan conocer y relacionarse con el mundo.
Presentan rituales autoestimulantes o problemas de comportamiento derivados de la
deprivación sensorial a la que están sometidos.
Comunicación básica por medio de gestos naturales.
Comportamientos problemáticos derivados de las dificultades comunicativas para expresar
sus deseos, necesidades y frustraciones.
El niño que nace con una deficiencia visual y luego desarrolla una deficiencia
auditiva. Causas: Meningitis, traumatismos, otitis de repetición, factores genéticos,
tumores, medicación ototóxica, etc.
- Características: Se expresan en lenguaje oral, necesitan aprender sistemas de
comunicación alternativos, necesitan apoyo psicológico para aceptar su nueva
situación personal, no presentan dificultad para leer textos escritos, etc.
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LA EPILEPSIA
Causas
En el mundo entero se estima que hay cerca de 50 millones de personas con epilepsia.
Las personas que tienen epilepsia sin indicios acostumbran a tener su primer ataque entre
los 2 y los 14 años de edad, aunque también pueden ocurrir a cualquier edad.
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La epilepsia es un trastorno con muchas causas posibles. Cualquier cosa que impida o
distorsione el patrón de actividad neuronal normal puede conducir a la aparición de una
crisis epiléptica.
Se ha observado que algunas personas epilépticas tienen una
cantidad más alta de neurotransmisores activos (sustancias
encargadas de conducir el impulso nervioso entre las neuronas),
lo cual incrementa la actividad neuronal. En otros se ha
observado una cantidad baja de inhibidores de dichos
neurotransmisores, lo cual también aumenta la actividad
neuronal.
Síntomas
La epilepsia, el más grave de los trastornos convulsivos, es una urgencia médica porque las
convulsiones se presentan acompañadas de intensas contracciones musculares que
impiden la respiración normal.
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Tipos
Las convulsiones epilépticas a veces se clasifican según sus características:
Convulsiones parciales simples: Se inician con descargas eléctricas en un área
pequeña del cerebro, y permanecen limitadas a esa zona. Según la parte afectada
del cerebro, la persona experimenta sensaciones anormales o movimientos. Por
ejemplo, si la descarga eléctrica se produce en la parte del cerebro que controla
los movimientos musculares del brazo derecho, este puede presentar espasticidad
muscular intensa y contracciones. Si ocurre en lo más profundo del lóbulo anterior
(la parte del cerebro que percibe los olores), la persona puede sentir un olor
placentero o desagradable muy intenso.
Convulsiones “jacksonianas”: Los síntomas se inician en una parte aislada del
cuerpo, como la mano o el pie, y luego ascienden por la extremidad al mismo
tiempo que la actividad eléctrica se extiende por el cerebro. Las convulsiones
parciales complejas (psicomotoras) se inician tras un período de uno o dos
minutos durante los cuales la persona pierde contacto con su entorno y comienza
a tambalearse, realizar movimientos involuntarios torpes de brazos y piernas,
emitir sonidos ininteligibles y, en algunos casos, resistirse a recibir ayuda. El
estado confusional dura unos minutos y luego comienza la recuperación.
Crisis convulsivas: En general se inician con una descarga eléctrica anormal en una
pequeña área del cerebro, que se extiende rápidamente a las partes adyacentes y
causan la disfunción de toda el área cerebral. Las convulsiones son la respuesta
del organismo a las descargas anormales. Durante estas crisis convulsivas la
persona experimenta una pérdida temporal de consciencia, contracciones
musculares intensas, giros forzados de la cabeza hacia un
lado, bruxismo e incontinencia urinaria. Después, la persona puede experimentar
cefalea, confusión temporal y fatigabilidad extrema.
El pequeño mal (crisis de ausencia): Suele iniciarse en la infancia antes de los 5
años de edad. No produce convulsiones ni los demás síntomas dramáticos del
gran mal. En cambio, la persona tiene episodios de mirada perdida, pequeñas
contracciones de los párpados o contracciones de los músculos faciales que duran
de 10 a 30 segundos. La persona está inconsciente, pero no cae al suelo, no se
produce colapso ni presenta movimientos espásticos.
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Crisis mioclónica: Se inicia con una sacudida brusca que provoca una caída
inmediata de la persona. Solo dura unos pocos segundos y es parecida a la crisis
atónica, en la que la caída se produce por la pérdida del tono muscular y de
conciencia.
Diagnóstico
Hay tres métodos principales de diagnóstico de la epilepsia:
Historia personal y médica del paciente: Se obtiene toda la información clínica
(antecedentes, características de los ataques epilépticos, evolución, tratamientos,
otras pruebas realizadas y sus resultados, etc.).
Electroencefalograma: Se estudia la intensidad de las señales eléctricas que llegan
desde las células del cerebro. No obstante, el electroencefalograma no siempre
muestra que haya indicios de epilepsia, porque a veces los cambios eléctricos se
producen en zonas muy profundas del cerebro; en otras ocasiones, en el
momento de hacer el electroencefalograma no se está produciendo ningún
cambio.
Tomografía computarizada: Se toman una serie de fotografías de los diferentes
niveles del cerebro, con las que se puede ver si existe algún bulto, cicatriz, marca o
cualquier otra condición que puedan causar los ataques.
Tratamientos
Un diagnóstico cuidadoso y exacto del tipo de epilepsia que padece el enfermo es
fundamental para encontrar un tratamiento efectivo.
Los tratamientos farmacológicos actuales permiten controlar los ataques epilépticos, al
menos durante cierto tiempo, en aproximadamente un 80% de los pacientes.
La duración del tratamiento variará en función de cada paciente y el tipo de epilepsia que
padezca. En algunos casos, puede tratarse de unos pocos años, mientras que otros
pacientes deberán someterse al tratamiento de manera indefinida.
La cirugía es otra alternativa de tratamiento, pero no es aplicable a todos los casos. El
objetivo de la operación es quitar la parte de tejido cerebral que esté dañada para que los
ataques no se sigan produciendo. Pero los médicos tienen que considerar antes si la lesión
es accesible (si pueden llegar a ella sin dañar otras partes del cerebro) y, sobre todo, si se
trata de un tejido que no cumple ninguna función importante, pero que provoca los
trastornos epilépticos.
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UNIDAD 4
PRINCIPIOS BÁSICOS DE
TRATAMIENTO E INTERVENCIÓN
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LA REHABILITACIÓN
“Rehabilitar” significa volver a habilitar al ser para mantener la unidad simbiótica hombre-
medio ambiente.
El concepto de “rehabilitación” supone la autonomía y la independencia de la persona con
discapacidad, por lo tanto, no es el conjunto de técnicas y procedimientos que un equipo
de profesionales brinda, sino el largo proceso que conduce al individuo a utilizar todos los
recursos intelectuales, físicos y materiales apropiándose de todas las herramientas que le
facilitan los profesionales, las instituciones y el medio ambiente.
La rehabilitación integral es el proceso por el cual una persona con discapacidad logra la
mayor compensación posible de las desventajas de toda naturaleza que pueda tener como
consecuencia de una deficiencia, para el desempeño de los roles que le son propios de su
edad, sexo y condiciones psico-socio-culturales.
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APRENDIZAJE Y ESCOLARIDAD
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Reducción y eliminación de barreras físicas que les impiden participar del tiempo
escolar como todos los demás alumnos.
El rol del AT
“El diagnóstico es el proceso de aprender sobre aquella parte de la vida del paciente
que se presenta como insatisfactoria y en la que se busca provocar una alteración”
(Nursten, 1977)
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BIBLIOGRAFÍA
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