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EVALUACION DE HABILIDADES

TÉCNICAS

HABILIDADES DE OFICINA

se requieren competencias en software de oficina, como procesadores de textos,


hojas de cálculo, programas de presentación, software de gestión de archivos en
la nube y aplicaciones para trabajo en equipo. También se necesitan
otras habilidades básicas de oficina, como gestionar archivos físicos, ingresar
datos, comunicarse por llamada telefónica, videollamada o email, mantener
registros y redactar informes, entre otras.

ALFABETIZACIÓN INFORMACIÓN Y DIGITAL

Además de los programas básicos de oficina, en los puestos de administración se


requieren conocimientos en programas específicos de la industria, por ejemplo:

Software de gestión empresarial

Este tipo de programas sirve para organizar el trabajo desde un mismo lugar. Se
compone de una plataforma central donde todos los miembros del equipo pueden
visualizar sus tareas diarias, los flujos de trabajo y los avances de los demás.
Permite enviar mensajes y comunicados importantes, organizar el tiempo y
gestionar archivos.

Cuadro de mando integral (CMI)

También conocido como BSC por sus siglas en inglés, es una metodología
de evaluación del desempeño que lleva un control general de la empresa desde
cuatro perspectivas: las finanzas, los procesos internos, los clientes y el
crecimiento.

Finanzas: el aspecto financiero de una empresa es fundamental, pero no


suficiente para analizar su desempeño. Para ello, es necesario ver cómo se
relaciona con otras áreas para saber, por ejemplo, a qué destinar mayor
presupuesto.

Procesos internos: el análisis de los procesos internos genera mayor eficiencia,


porque se logra identificar los puntos fuertes y los aspectos que hace falta
optimizar. La inteligencia de negocios es una metodología común para obtener
información valiosa sobre esta perspectiva.

Clientes: un factor clave para medir el desempeño es la satisfacción del cliente.


Para lograr una buena experiencia de cliente se deben tomar en cuenta ciertos
elementos, como el seguimiento a su proceso de compra, la respuesta rápida a
sus solicitudes, un buen soporte técnico y la calidad en los productos. También es
clave que la administración conozca su mercado para saber qué ajustes hacer
para atraer, retener y satisfacer a sus clientes.

Crecimiento: el desarrollo y crecimiento a largo plazo de una organización


depende de factores como el clima laboral, los recursos humanos y los sistemas.
Hacer análisis desde esta perspectiva permite crear una estructura organizacional
sólida para generar buenos resultados.

REDACCIÓN TÉCNICA Y COMERCIAL

La redacción técnica se enfoca principalmente en la ingeniería, la tecnología y la


ciencia. Generalmente, es el estilo de redacción que encontramos en manuales,
hojas de datos, especificaciones técnicas, trabajos de investigación e informes de
datos. Por su parte, la escritura comercial es el estilo de redacción presente en
emails, propuestas, minutas, memorándums, cartas, ofertas y licitaciones.

En las actividades administrativas se suelen requerir ambas habilidades de


escritura, ya que muchos de los documentos a redactar utilizan una combinación
de las dos, por ejemplo: los informes, presupuestos, ofertas y reportes usan un
lenguaje descriptivo, pero también muestran datos duros. El principal objetivo de
estos documentos es informar y ayudar a tomar decisiones. Los errores suelen ser
costosos, por lo que el contenido debe ser claro y los datos precisos.

HABILIDADES CONTABLES

Dependiendo de las necesidades de la empresa o el cliente, el área administrativa


puede requerir habilidades contables para documentar transacciones, elaborar y
administrar facturas y verificar las declaraciones de impuestos. Las tareas
contables del área administrativa no suelen ser muy complicadas, en especial si
se cuenta con el apoyo de herramientas tecnológicas. La parte compleja la tendrá,
evidentemente, el área contable.
GESTIÓN DE PROYECTOS

La gestión de proyectos se basa en establecer, ejecutar y vigilar el cumplimiento


de logros específicos, alcanzables, medibles y realistas que lleven a cumplir tareas
útiles para la organización. Esto se hace con tres objetivos siempre en mente:

Controlar el inicio y la evolución de un proyecto.

Detectar problemas que puedan surgir y encontrar maneras de resolverlos.

Conducir hacia la finalización y aprobación definitiva del proyecto.

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