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TRABAJO DE ACREDITACIÓN FINAL DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN

SITUADA

Docente: Siden, Carla Ioana Fernanda

DNI: 31.504.771

 La enseñanza de la matemática, juegos matemáticos,


 la sistematización de prácticas de enseñanzas y la documentación pedagógica;
 las prácticas del lenguaje: textos orales y ambientes alfabetizadores;

El conocimiento matemático es una herramienta básica para la comprensión y manejo


de la realidad en que vivimos. Por lo tanto, es necesario que apliquemos la
matemática a la vida cotidiana, así, a través de diferentes juegos, el aprendizaje se
hace más dinámico, interesante y útil.
Ofrecer a los alumnos situaciones de enseñanza que permitan poner en juego,
enriquecer y ampliar los conocimientos matemáticos que los niños han construido
dentro y fuera de la escuela, favorecerá el desarrollo del pensamiento lógico de los
niños.
Es importante diseñar situaciones de enseñanza que impliquen un desafío para los
niños, invitarlos a pensar, debatir, cuestionar las decisiones que toman, enfrentarlos a
verdaderos problemas matemáticos para poner en juego sus conocimientos previos.
Es por ello, que el docente debe crear un espacio de actividad matemática en la sala
en el cual los niños deban tomar decisiones respecto de la resolución de los
problemas que enfrentan.
En este sentido, el rol del docente es fundamental. Las intervenciones realizadas en
forma adecuada, a través de preguntas concretas, sin evidenciar las respuestas o los
resultados esperados, permitirán la adquisición de conocimientos matemáticos a
través de diferentes procesos cognitivos.
En forma personal, la lectura del material y la observación de los videos han sido de
gran utilidad para replantear mis intervenciones en las propuestas didácticas.
De esta forma, las actividades planteadas no representaban una situación
problemática sino una actividad lúdica.
Esta reflexión me permitió replantear las estrategias utilizadas en las actividades
matemáticas, utilizar la sistematización como herramienta para complejizar las
actividades en función de un contenido y realizar las preguntas en forma adecuada sin
la necesidad de obtener una respuesta rápida que acredite el saber de los niños.

La propuesta de documentación pedagógica implica, poner en diálogo nuestra práctica


de enseñanza con un enfoque que propone entrecruzar la enseñanza y el aprendizaje.
Es importante permitir a maestros y alumnos reflexionar, en lo cotidiano, sobre las
formas de su aprendizaje y de su conocimiento.

Las experiencias pedagógicas involucran diferentes actores, todos ellos pueden


participar del proceso de sistematización: recolección de información, forma de
plasmarla, analizarla y comunicarla. Por esta razón, es importante crear el espacio
para la conversación, reflexión y puesta en común de los niños sobre las temáticas
trabajadas, estos aportes retroalimentaran las propuestas ofrecidas favoreciendo la
producción de un conocimiento colectivo en forma cooperativa.
La sistematización de actividades permitirá al docente realizar un ejercicio diario,
“tomar distancia” de la propuesta didáctica para “volver a mirar” desde otra
perspectiva; de esta manera, la utilización del registro fotográfico, videos, audios,
trabajos de los niños, etc, favorecerá el análisis de las propuestas didácticas ofrecidas
y la toma de decisiones en relación a las adecuaciones necesarias (estrategias
didácticas, recursos, actividades, etc)

Es importante destacar que estos registros no solo deben ser utilizados como apoyo
visual, deben evidenciar el camino realizado por los alumnos en la construcción de sus
aprendizajes y reflejar las estrategias utilizadas por el docente en este proceso.

Es importante destacar que, para el desarrollo de todas las actividades, el lenguaje


oral cumple un papel primordial en el proceso de enseñanza aprendizaje. A través del
mismo el niño se comunica y pone en palabra sus ideas, opiniones, preguntas y
argumentos.
En el momento del intercambio oral se deberá tener en cuenta la regla de la
participación en donde el dialogo involucra activamente a los interlocutores en una
relación voluntaria y abierta a la intervención activa donde el compromiso mutuo
permite poner a prueba la posibilidad del cuestionamiento y la escucha atenta “para
introducir temas, formular preguntas, poner en discusión otros puntos de vista o iniciar
cualquiera de las actividades que definen la relación dialógica” (Burbules, 1999). Es
decir que todos los participantes deben sentirse habilitados a hablar y a ser
escuchados.

Tomado en cuenta estos conceptos, el docente debe habilitar los espacios de dialogo
como herramienta para favorecer el desarrollo del lenguaje oral, ofrecer un espacio
institucional para reflexionar sobre la integración de diferentes contenidos ligados al
desarrollo del lenguaje oral en diferentes propuestas de enseñanza y propiciar la
identificación de los distintos usos del lenguaje.

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