sus puntos de vista. Participar activamente en las decisiones y actividades del centro aumenta
esencial implicar de manera proactiva a los estudiantes marginados y garantizar que sus
deberán ser amenas, claras, organizadas y dinámicas, con abundantes ejemplos y preguntas
a los alumnos.
La supervisión del profesor aumenta la participación. Se debe revisar el progreso del trabajo
de todos los alumnos de manera constante, incluso de los que no piden ayuda, pues quizá no
Estar presente no solo significa estar en el salón de clase físicamente, sino también
mentalmente. Es decir, es necesario que el docente todos los días esté atento a las
interacciones e intervenciones de cada estudiante. Hay muchas maneras de mostrar que el
docente está presente. Además, siempre hay que tener en cuenta comportamientos no
verbales que transmiten confianza y comodidad, como una sonrisa, un comentario sobre el
tiempo o un evento actual.
Siempre será bueno diseñar tareas nuevas para que los estudiantes participen en clase.
Por ejemplo, plantearles una hipótesis y pedirles la predicción de los resultados o
introducirlos a la crítica literaria y que den su opinión. Probablemente no sean los mejores
trabajos y cometerán errores, pero trabajar sobre las equivocaciones es una buena manera
de aprender. Además, contribuyendo al trabajo de la materia se genera un compromiso con
el aprendizaje.
Dales medios para expresar sus ideas y participar. No sólo se trata de hacer participar al
alumno, sino que su participación sea de calidad.
más que un saber hacer o un conocimiento a aplicar, ya que, ésta exige la articulación y armonización
de distintos tipos de saber con la finalidad de que las decisiones que el estudiante tome se sustenten
en las competencias que integran su perfil profesional. La docencia reflexiva apuesta por el análisis de
los resultados, de las con-secuencias de la práctica en el aula, para orientar la toma de decisiones con
cierta conciencia de lo que tenemos entre manos: lograr que todos los alumnos aprendan.