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- Existen varias teorías clásicas y modernas sobre el poblamiento de América, incluyendo la tesis autoctonista de que los humanos evolucionaron primero en América y luego migraron a otras partes, y la tesis aloctonista de que América fue poblada desde fuera, posiblemente desde Asia a través del Estrecho de Bering.
- Algunas teorías clásicas prominentes son que los indígenas americanos descendían de tribus perdidas de Israel (teoría de la Iglesia Católica
- Existen varias teorías clásicas y modernas sobre el poblamiento de América, incluyendo la tesis autoctonista de que los humanos evolucionaron primero en América y luego migraron a otras partes, y la tesis aloctonista de que América fue poblada desde fuera, posiblemente desde Asia a través del Estrecho de Bering.
- Algunas teorías clásicas prominentes son que los indígenas americanos descendían de tribus perdidas de Israel (teoría de la Iglesia Católica
- Existen varias teorías clásicas y modernas sobre el poblamiento de América, incluyendo la tesis autoctonista de que los humanos evolucionaron primero en América y luego migraron a otras partes, y la tesis aloctonista de que América fue poblada desde fuera, posiblemente desde Asia a través del Estrecho de Bering.
- Algunas teorías clásicas prominentes son que los indígenas americanos descendían de tribus perdidas de Israel (teoría de la Iglesia Católica
El poblamiento de América consiste en el proceso de origen y extensión de los seres humanos por el continente americano. En la actualidad, se tiene conocimiento de que la especie humana no es originaria de América, por lo que se asegura que el continente tuvo que ser poblado a partir de una serie de migraciones.
Existen muchas tesis que intentan explicar el origen del hombre
americano. La arqueóloga Dalia Castillo Campos, en su texto Origen y antigüedad del poblamiento de América (1999), explica que la búsqueda por el origen de estos antiguos pobladores se remonta al descubrimiento del Nuevo Mundo, cuando hombres de la Iglesia y varios exploradores se maravillaron con la riqueza cultural y lingüística de las sociedades que hallaron.
La población indígena con la que se encontraron no aparecía ni en
la literatura clásica ni en la Biblia, por lo que sus orígenes llamaron rápidamente la atención de los investigadores. Para aquel entonces, la Iglesia Católica era la que ofrecía explicaciones sobre el origen de la humanidad y de la Tierra, por lo que fue dicha institución la que ofreció respuestas.
Una de las teorías que ofreció la Iglesia Católica consistía en que
los indios americanos tenían que ser descendientes de un grupo de tribus perdidas de Israel. También se propuso la idea de que provenían de la estirpe de Sem, hijo de Noé; incluso algunos propusieron que en realidad eran descendientes de los supervivientes de Atlántida.
A través del tiempo, con el avance de la ciencia y de otras
disciplinas, se enfocó el origen del poblamiento de América desde otras perspectivas. Dentro de estas investigaciones surgieron dos vertientes principales: la tesis autoctonista y la tesis aloctonista. En el primer caso, se defendía que la humanidad en realidad había nacido en América y que luego había emigrado al resto del mundo. En cambio, la tesis aloctonista defiende que América fue poblada desde afuera, aunque no existe un consenso sobre cuál fue el lugar de entrada. Algunos defienden que el hombre vino desde Europa por el Atlántico, otros proponen que desde Asia por el Estrecho de Bering o desde el Extremo Oriente a través desde el océano Pacífico.
Principales teorías del poblamiento de
América – Teorías clásicas
Tesis autoctonista de F. Ameghino
Fue defendida principalmente por el paleontólogo argentino
Florentino Ameghino (1854-1911). Este investigador afirmaba que la evolución biológica de los hombres era propia de América, específicamente de la zona meridional de América del Sur. Acorde con Ameghino, el ser humano primero habría poblado el continente americano para luego desplazarse a otras partes del mundo.
Sin embargo, posteriormente se corroboró que su planteamiento
estaba errado; se halló evidencia ósea que permitió reconocer que la clasificación de este autor no era correcta. En consecuencia, no hay ninguna evidencia que respalde la existencia del nombre americano en los finales del Terciario.
Teoría clásica de Alex Hrdlicka (asiática)
El antropólogo checo Alex Hrdlicka (1869-1943) estableció que las
primeras presencias humanas del continente americano pudieron ser un grupo de cazadores de raza asiática que entró por el Estrecho de Behring durante la Era del Hielo, es decir, en el período Plesitoceno. Por consiguiente, estas migraciones humanas habrían entrado a través del valle de Yucón (Alaska), para luego esparcirse por el resto de los territorios americanos.
Esta teoría se apoya principalmente en las similitudes
antroposomáticas que existen entre los amerindios y el hombre asiático: el pliegue de los ojos, malares amplios, pelo oscuro y dientes con una figura semejante a una pala.
El antropólogo también señaló la existencia de una “mancha
mongólica”, que consiste en una coloración verde de carácter congénito que tienen tanto los indígenas americanos como los asiáticos luego del nacimiento. Una particularidad de esta pigmentación es que suele desaparecer con el paso del tiempo.
Además, Hrdlicka estableció que entre los grupos indígenas
americanos (como los quechuas o mayas) existen una serie de características comunes, lo que sugiere que todas estas culturas tenían un ancestro general común: la cultura asiática.
La teoría oceánica de Paul Rivet
Paul Rivet (1876-1958) fue un etnólogo francés que contradijo los
planteamientos monoraciales de Alex Hrdlicka. Rivet aprobaba la introducción de poblaciones humanas por el estrecho de Behring, pero le añadía el recorrido oceánico. De acuerdo con este investigador, también emigraron agrupaciones de polinésicos y melanésicos, los cuales se habrían asentado en América Central para luego dispersarse por el resto de los territorios.
Según la autora Margot Pino, en su texto Teorías sobre el
poblamiento de América (s.f.), los argumentos de Rivet se basaban en cuatro aspectos principales:
– Antropológicos: se halló una semejanza en la estructura ósea y
en la sangre entre los hombres que habitaban Lagoa-Santa (Brasil) y los melanesios.
– Etnográficos: se hallaron similitudes rituales entre las tribus
melanésicas y los grupos amazónicos. Por ejemplo, el corte de las falanges como símbolo de reto y la persecución de “cabezas trofeo”.
instrumentos de percusión elaborados con madera, porras y pasaderos colgantes.
– Lingüísticos: Rivet estableció que había ciertas semejanzas
entre las palabras melanésicas y el habla de la comunidad indígena Hoka, ubicada en Norteamérica.
La teoría australiana de Antonio Méndez Correa
El investigador portugués Antonio Méndez Correa (1888-1960) fue
uno de los principales defensores de la teoría de migración australiana mediante la Antártida. Según este autor, los australianos fabricaron unas embarcaciones de estructura simple para arribar en las islas Auckland, Tasmania y la Antártida.
El frío continente de la Antártida logró ser atravesado por las
poblaciones australianas durante el período de clima óptimo, hace 5000 años a. C. —es decir, durante el período Holoceno—. Luego de recorrer las costas del continente durante muchos años, llegaron al Cabo de Hornos, localizado en la Tierra del Fuego. Posteriormente, habrían poblado la Patagonia.
Para poder defender su teoría, el investigador portugués se dedicó
a estudiar a los nativos que residían en Tierra del Fuego y en la Patagonia, hallando similitudes lingüísticas y físicas con las poblaciones indígenas australianas.
Entre las similitudes se pueden mencionar la forma de los cráneos,
el grupo de sangre, algunos vocablos, la capacidad de resistir bajas temperaturas, el empleo de telas fabricadas con piel animal, la invención del boomerang y las viviendas con forma de panal de abeja. También emplearon el zumbador, un instrumento usado durante los rituales.
Teoría de Charles Abbott
En 1876, el médico estadounidense Charles Abbott halló una serie de utensilios fabricados con piedra en la ribera del río Delaware, ubicado en New Jersey. Abbott pensó que se trataba de unos utensilios pertenecientes a agrupaciones indígenas más recientes, sin embargo, las mediciones dataron el artefacto con unos diez mil años de antigüedad.
Esto quería decir que las herramientas pertenecían a un
asentamiento humano del período Pleistoceno. Sin embargo, la comunidad científica de Washington D.C. estableció que la teoría de Abbott no cumplía con los estándares científicos, por lo que sus planteamientos fueron desestimados.
Actualmente, la granja donde Charles consiguió los utensilios se
considera Monumento Histórico Nacional.
El hallazgo de George McJunkin
En 1908, el vaquero de origen afroamericano George McJunkin
(1851-1922) descubrió unos huesos enormes localizados en un barranco de la aldea Folsom (Nuevo México). Estos huesos pertenecían a un bisonte prehistórico, pero lo más importante de este suceso era que en las costillas del animal se halló una herramienta de piedra que actualmente se conoce como punta de Folsom.
El tipo de bisonte gigante descubierto por McJunkin se había
extinguido durante la última glaciación, lo que permitió establecer por primera vez la antigüedad de los poblados americanos.
Ridgely Whiteman y el yacimiento de Clovis
En 1929, un joven de diecinueve años llamado Ridgely Whiteman
encontró un conjunto de huesos en la aldea de Clovis (Nuevo México). Luego de esto, Edgar Billings Howard, un científico de la Universidad de Pensilvania, aseguró que se trataba de una agrupación indígena perteneciente al período Pleistoceno; esto lo logró confirmar a través del tipo de flecha hallada en el yacimiento, actualmente conocida como Punta Clovis.
La Punta Clovis contaba con una antigüedad de 11.500 años a. C.,
por lo que se aceptó que la cultura Clovis probablemente era la más antigua del continente y estaría relacionada con los primeros especímenes humanos.
El enigma de los olmecas y las calaveras de cristal: La fascinante historia de la más antigua y avanzada civilización de toda América. Rodeada de misterio y precursora de todas las culturas mesoamericanas.