Está en la página 1de 11

MINISTERIO DE EDUCACION – DIRECCION GRAL DE EDUCACION SUPERIOR

Instituto de educación superior N°6039

Los cedros S/N° - B° Destilería – 4566 Aguaray

Profesorado de Educación Especial con orientación en Discapacidad Intelectual 1° Año

Materia: Historia Argentina y Latinoamericana

Profesora: Padilla Cecilia

Alumna: Quispe María Belén, Valdiviezo Mónica, Lucena Mariam

Tema: Población Americana

TEORIA DE ALEX HRDLICKA (Teoría Asiática)

Aleš Hrdlička (Humpolec, Bohemia, 29 de marzo de 1869 - Washington DC, 5 de septiembre de


1943) fue un antropólogo checo que migró con su familia a Estados Unidos cuando era un niño
en 1881. Es conocido por haber formulado la teoría que sostiene que todas las razas humanas
tienen un origen común, así como la teoría Monogenista-Asiática que sostiene que el hombre
llegó a América desde Asia cruzando el Estrecho de Bering.

La teoría Asiática es una explicación del poblamiento del continente americano planteada por
Alex Hrdlicka. El autor se basa en los rasgos mongoloides de los habitantes de América y en los
restos encontrados en el norte del continente que sugieren el paso de Asiáticos por el puente
de Beringia, en un periodo donde el hielo y la disminución del nivel del mar permitieron cruzar a
pie a nuestros antepasados en búsqueda de alimentos (quizás siguiendo a animales que también
buscaban alimento). Esta teoría planteaba en un primer momento solo la migración de los
asiáticos hacia América mediante barcazas con las que recorrieron la costa, pero
posteriormente se confirmó que también se realizó a pie, en el tan conocido "puente de hielo de
Beringia”. Otros argumentos para justificar la teoría de Hrdlicka son la "mancha lumbar" de
nacimiento que tienen en común americanos y mongoloides, además de los dientes en forma de
"pala", pómulos prominentes, cabello negro y lacio, etc. Esta teoría es también llamada teoría
monoracial de poblamiento americano y es la teoría más aceptada hasta el momento.

PRUEBAS:

 Cercanía entre América y Asia (90 km).


 Existe la semejanza física como pigmentación de la piel y ojos, el grosor y forma de su
cabello; pómulos salientes, dientes en forma de pala, la escasa pilosidad y el pliegue
mongólico o la mancha mongólica.
 Además, la existencia de lenguas polisintéticas y aglutinantes'.

La teoría del origen asiático fue argumentada por el checo-estadounidense Hrdlička, refutando
a Florentino Ameghino quien creía que América era la cuna de la humanidad. Hrdlička enfoca el
desplazamiento de grupos paleo-mongoloides desde el noreste asiático (Mongolia y Siberia).
Manifestó que estos grupos cruzaron el estrecho de Bering, punto más cercano entre ambos
continentes. A fines del periodo Pleistoceno se produjo un descenso notable del nivel del mar
de hasta cien metros, dejando así un espacio libre de agua de 1800 kilómetros de ancho entre
uno y otro continente. Así los primeros inmigrantes probablemente pudieron pasar a pie.

Hrdlička sustentó su teoría con pruebas antroposomáticas; es decir, la semejanza física entre
asiáticos e indígenas americanos: cabello lacio y negro, ojos semirasgados, piel cobriza, escasa
pilosidad, entre otras.

Por otra parte, sabemos que la llegada de estos hombres paleolíticos se produjo hace unos
40,000 años; sin embargo, Hrdlička por limitaciones de su tiempo, señalaba que estas
migraciones se habían producido hace solamente 12,000 años.

ORIGEN DEL SER HUMANO

Durante gran parte de su vida académica, Hrdlička se dedicó al estudio del Homo Neandertales
en profundidad, y trató de demostrar que el Homo Sapiens venía del Neanderthal, por ende
todas las razas tenían un origen común situado en el Viejo Mundo. Como bien dijimos, Hrdlička
pensaba que el Homo Sapiens provenía del Neanderthal, especie que se había extendido
únicamente por África y Europa. Cuando comenzaron a migrar hacia otros sitios, fueron
construyendo distintos grupos geográficos que hoy en día delimitan las etnias que conocemos.
Esto sentaría las bases para desarrollar la teoría del origen único.

Esta teoría fue defendida por Aleš Hrdlička, quien sostenía que los primeros pobladores de
América fueron cazadores paleo mongoloides asiáticos que ingresaron por el Estrecho de
Bering, a fines de la glaciación de Wisconsin, del periodo Pleistoceno. Las oleadas migratorias
habrían ingresado por el valle de Yucón de Alaska, para después dispersarse por el resto del
continente. Hrdlička era partidario del origen mono racial (una raza) del indígena americano.
Según él, entre los amerindios (mayas, quechuas o patagones) hay un conjunto de caracteres
comunes que sugieren un origen común general. Este “aire de familia” se debería a que todos
descienden de un tronco común: el asiático mongoloide. Esta teoría inmigracioncita asiática se
apoyó básicamente en semejanzas antroposomáticas entre el hombre asiático y los amerindios:
cabellos lacios y oscuros, ojos con pliegue mongólico, pómulos anchos y salientes, dientes en
forma de pala, rareza de pilosidad en la cara. También señaló la famosa “mancha mongólica”, una
pigmentación verdosa congénita que tienen los asiáticos e indígenas americanos al nacer y que
desaparece con el paso de los años. Es importante recordar que Hrdlička era firme partidario
de un poblamiento reciente o tardío, para él las primeras bandas llegaron recién a fines del
Cuaternario (12 000 años a.C. aproximadamente).

TEORIA PAUL RIVET (Teoría Oceánica)

Esta teoría, también conocida como "multi-racial", es planteada por Paul Rivet y no se oponea la
de Hrdlicka, sino que cuestiona su planteamiento "monoracial" postulando que el poblamiento de
América se debió también a viajes tardíos realizados por pueblos de Oceanía, los cuales
manejaban buenas técnicas de navegación y por lo tanto, habían llegado a nuestro continente
pasando por las islas del océano pacífico, llegando finalmente al continente. Entre los
argumentos para justificar esta teoría se encuentra la similitud cultural y lingüística e incluso
física entre los pueblos Maoríes y los pueblos de los Andes Centrales (principalmente de
influencia Quechua-Incaica)
Paul Rivet (Wasigny, 7 de mayo de 1876 - París, 21 de marzo de 1959) fue un etnólogo francés.
Creador de la teoría oceánica sobre el origen del poblamiento americano, según la cual, la
población nativa americana es el resultado de migraciones procedentes de Asia, Australia,
Polinesia y Melanesia.

Las oleadas estuvieron separadas por distintos espacios de tiempo, aportando caracteres
asiáticos, australianos y melanesio-polinesios.

Elaboró su teoría con múltiples evidencias como: rasgos biofísicos (estatura, color de piel, etc.),
datos culturales y datos lingüísticos, tanto de los asiáticos, como de los americanos y polinesios
con el objetivo de encontrar correspondencias que le permitieran reconstruir las posibles rutas
migratorias que habrían seguido los primeros hombres americanos. Sus críticos sostienen que
fueron insuficientes los datos arqueológicos considerados.

Mongoloide

Los primeros en ingresar a América serían los asiáticos, a través del Estrecho de Bering;
separados en el tiempo, los diversos grupos aportarían elementos pre-mongólicos y mongólicos
propiamente dichos, evolucionando física y culturalmente en forma diferente.

Australianos

En segundo lugar, hicieron su arribo los elementos australianos, demostrado, según Rivet, por
grandes similitudes físicas entre los cráneos de los patagones y de los australianos, del
predominio del grupo sanguíneo 0 en ambos grupos y del común uso de producciones culturales
como la cerámica, los mantos de pieles animales, las chozas circulares de ramas, el uso de
troncos ahuecados como canoas, parecidas ceremonias religiosas, etc.

Pero es en el aspecto lingüístico donde Rivet pone mayor énfasis, demostrando que existen
analogías entre las lenguas patagónico-fueguinas y las australianas, mencionando vocablos
similares para los mismos objetos.

Las latitudes de Australia y la Patagonia difieren notablemente y por lo tanto, la inmigración


australiana no pudo arribar directamente, sino que debió hacerlo por el norte o por el sur. Por
el norte es poco probable, puesto que no hay huellas de su paso más allá del sur argentino, por
lo que sólo resta la vía del sur, es decir la región magallánica. A esta conclusión arribó el
portugués Mendes Correia, formulando la hipótesis de que los australianos llegaron a América
sorteando el camino antártico.

La distancia entre Australia y el extremo sur de América se acorta si en lugar de navegar el


océano en línea recta, se aprovecha un puente formado por las islas de Tasmania, Auckland,
Campbell y otras para arribar a la Península Antártica y de ahí a las islas del Cabo de Hornos.
Mendes Correia afirmaba que hace unos 8.000 años las condiciones climáticas favorables
pudieron haber hecho posible tal recorrido y que la excepcional adaptación de los pueblos
magallánicos a aquellas heladas regiones sería testimonio de una prolongada experiencia
subantártica.
Melanesio-Malayo-Polinesio

La tercera oleada que arribó a América, según Rivet, aportó el elemento melanesio-malayo-
polinesio, extendido en el Nuevo Mundo y que presenta mayores analogías antropológicas,
culturales y lingüísticas.

Vale mencionar el tipo dolicocéfalo, común a algunos grupos indígenas americanos y melanesios;
el predominio del grupo sanguíneo 0; el uso de armas comunes como el atlatl o propulsor,
cerbatanas, mazos, arcos y hondas; la utilización de morteros de madera, redes, mosquiteros;
la ejecución de instrumentos musicales como la trompeta de concha, la flauta de caña, el
tambor de madera y membrana de cuero; idénticas técnicas de navegación con piraguas dobles,
balsas de cañas; la preparación de bebidas alcohólicas con semillas, el cultivo de tubérculos
como la batata; la amputación de los dedos en señal de luto, etc.

La posibilidad de contactos entre el mundo americano y el transpacífico se reforzaría con las


piezas de cerámica halladas en Valdivia, Ecuador que tienen su similar en las elaboradas por la
cultura Jomon (Japón). Además, las fuentes indígenas de Colombia, Ecuador y Perú hablan del
arribo de extranjeros a sus costas. Incluso las crónicas incas mencionan la expedición del Inca
Tupac Yupanqui a las islas occidentales que llevó al Tahuantinsuyo prisioneros de piel negra, oro
y otros objetos que se conservaron en el Cuzco.

Poblamiento temprano según Canals FrauThor Heyerdahl, afirmaba la teoría que los polinesios
eran originarios del Nuevo Mundo. Para probar su teoría, se enfrascó en un exitoso viaje de
América a la Polinesia en una nave, la Kon-Tiki, construida con materiales propios de los pueblos
prehispánicos. Sus conclusiones se basaban en las diferencias notables entre los pueblos
polinesios y sus vecinos melanesios, micronésicos, malayos y mongoles, diferencias que eran
insignificantes con respecto a los grupos amerindios. Con estos elementos concluyó que los
polinesios, diferentes de sus vecinos y culturalmente más afines a los pueblos americanos,
necesariamente debieron salir del Nuevo Continente.

Esquimales

Penetrando por Beringia, representando la última oleada migratoria.

El antropólogo español, que estudió en Alemania, y se nacionalizó argentino Salvador Canals


Frau, propone también una teoría de carácter múltiple con cuatro oleadas migratorias,
clasificándola en cuatro tipos culturales:

Bajas Culturas: Primera invasión paleolítica que entró por Beringia, y se extendió por América.

Culturas Medias: Segunda oleada migratoria, procedente también de la Mongolia, a través de un


grupo de canoeros mesolíticos que entró por las Islas Aleutianas.

Altas Culturas Maya y Azteca: de nivel neolítico, procedía de la Melanesia y se asentó en


Centroamérica
Alta Cultura Inca: La cuarta corriente de nivel neolítico procedente del sureste asiático, que
tomó el camino de las islas situadas entre Australia y Sudamérica, incluyendo la Isla de Pascua.

El resultado fue la gran diversidad racial y antropológica del aborigen americano. Los rasgos
mongoloides, de pómulos salientes y ojos oblicuos, están presentes a lo largo de todo el
continente. Sin embargo, las tallas varían ampliamente, desde los altos patagones que llegan a
superar 1,90 m. de estatura hasta los diminutos changos del Perú cuya talla puede ser tan baja
como 1.45 m. También hay variaciones en las características del cráneo y conformación de la
nariz, así como en el color de la piel y los cabellos. Desde el punto de vista lingüístico la
diversidad es aún mayor, lo que hace muy difícil la clasificación por familias lingüísticas.

TEORIA MENDEZ CORREA (Teoría Australiana)

El antropólogo portugués Antonio Méndez Correa (Mendes Correia) plantea que el poblamiento
americano se debió a viajes realizados desde Australia por pueblos australianos que bordearon
la costa antártica para poblar desde el sur el continente, también por un puente similar al de
Bering y con barcazas. Ahora bien, la teoría australiana no estaba sustentada por hallazgos de
restos arqueológicos. Sin embargo, presentó una posible ruta de poblamiento.

Esta teoría se basa en las similitudes culturales entre los habitantes de Tierra del Fuego y la
Patagonia y los indígenas australianos. Otros argumentos que utiliza el autor para justificar su
teoría son el tipo de sangre similar en estos pueblos, características físicas y el uso de algunas
herramientas en común, como el búmeran (boomerang) y las boleadoras.

Efectivamente, en los registros históricos climatológicos se observan estas condiciones


durante el período que va del 700 a.C. al 1200 a.C.
FUNDAMENTOS DE LA TEORIA AUSTRALIANA:

Geográficos:

Antonio Méndes planteó en su teoría migratoria que el grupo de islas situadas al sur de
Australia fueron empleadas como un puente natural para completar la primera fase del viaje, en
la que los aborígenes australianos habrían cubierto la distancia entre Australia y la Antártida.

Posteriormente, luego de haber arribado al bloque antártico, el grupo ingresó a la parte sur del
continente americano por el Cabo de Hornos. Finalmente, en la última parte de su jornada, se
desplazaron hacia la Tierra del Fuego y la Patagonia.

Antroposomáticos:

Otro de los fundamentos de apoyo usados por Méndes para desarrollar su teoría australiana
fueron las semejanzas raciales entre los australoides y los aborígenes sudamericanos. El
antropólogo lusitano ubicó estas similitudes entre las tribus americanas de fueguinos,
patagones, tehuelches y alacalufes, entre otros.

Entre estas similitudes, destacaban los grupos sanguíneos, la forma craneal dolicocéfala
(alargada) y la abundante pilosidad corporal y facial. También se hallaron coincidencias en los
cabellos negros rizados u ondulados y su resistencia al frío (adaptabilidad a climas extremos).

Lingüísticos:

En el curso de sus investigaciones asociadas al desarrollo de su teoría, Méndes Correia halló


grupos de vocablos similares para denotar a los mismos objetos.

Específicamente, se encontró con más de 93 palabras semejantes entre los dialectos


australianos y las lenguas aborígenes de América Austral.

Cultural-Etnológicas:

Este fundamento se desprende del descubrimiento de objetos comunes entre las etnias de
Australia y América. El uso de bumeranes y de hachas de piedra como armas ofensivas fue otro
de los rasgos usuales utilizados para justificar la teoría.

Asimismo, había ritos religiosos coincidentes e instrumentos musicales comunes que se usaban
con el mismo fin.

RUTA SEGÚN LA TEORIA AUSTRALIANA:

En el curso de las investigaciones que desembocaron en su teoría, Méndes descubrió que la


migración australiana no pudo haberse hecho directamente.
Las posiciones geográficas de Australia y la Patagonia impedían esta posibilidad. Al profundizar
en sus indagaciones, se dio cuenta de que la ruta usada debía ser forzosamente por el sur.

Específicamente, tuvieron que seguir el camino a través de un puente formado por las islas de
Tasmania, Auckland y Campbell.

Plantea que los australoides habrían navegado en balsas hasta Tasmania, atravesando las islas
Auckland hasta la Antártida, aprovechando un “óptimun climáticus” para luego asentarse en
Tierra del Fuego y Patagonia.

De esta manera sortearían la distancia entre Australia y la península antártica. Posteriormente,


atravesarían el mar de Hoces en el pasaje de Drake para llegar a Tierra del Fuego (suroeste
chileno) y la Patagonia (sureste argentino).

PRUEBAS:

Como se mencionó anteriormente, no había hallazgos arqueológicos que sustentaran la teoría


australiana. Todas las investigaciones realizadas por Méndes partían de similitudes que observó
entre indígenas sudamericanos e indígenas australianos.

Desde ese punto en adelante, se dedicó a buscar la ruta más factible que pudieron haber
utilizado los australianos.

Habiendo hallado esa ruta, aseguraba que el origen del aborigen americano se encontraba en un
solo lugar: Australia. No obstante, estudios antropológicos posteriores determinaron que
existían hacia el norte de América otros grupos americanos con características diferentes
tanto de los suramericanos como de los australianos.

Desde ese momento en adelante, los investigadores manejaron la hipótesis de la multietnicidad


en el origen del humano americano. Según esto, las migraciones que poblaron América pudieron
haberse dado desde Australia, pero también desde la Polinesia y Siberia.

Esto sirvió para explicar las diferentes novedades arqueológicas que se fueron encontrando
después. También fue la base de la teoría migracionista o aloctonista. Esta última es una de las
dos teorías más aceptadas para explicar el origen del humano americano.

TEORIA PRECIENTIFICA DE FLORENTINO AMEGHINO

Florentino Ameghino propuso, a diferencia de quienes planteaban las teorías de ocupación


extranjera del continente, que el ser humano pobló este continente a causa de un proceso
evolutivo autóctono (desde América). El proceso evolutivo daba por resultado un "homo
pampeanus" (hombre de la pampa), teoría que se sostenía en restos óseos que habrían
pertenecido a una era previa a la llegada de las personas que migraban de los demás
continentes. El homo-pampeanus habría recorrido el continente y poblado desde diversas áreas.
Hrdlicka cuestionó esta teoría planteando que esos restos óseos eran de periodos más actuales
y había partes que pertenecían a animales autóctonos, por ello la confusión. Finalmente, el
investigador checo desacreditó la teoría del argentino.
Florentino Ameghino se basó en los hallazgos realizados en el noroeste de la provincia de
Buenos Aires para desarrollar una teoría. En esta afirmaba la coexistencia entre seres
humanos y la megafauna extinta en la zona pampeana. Incluyendo un posible origen del ser
humano y posterior evolución en América. La publicación de Ameghino fue centro de varias
críticas, entre ellas las estimaciones cronológicas referidas a la antigüedad de los fósiles
hallados y a las interpretaciones de los cráneos humanos. Lo que llevó a arqueólogos
contemporáneos como Aleš Hrdlička y Bailey Willis, quienes, atraídos por los hallazgos de
Florentino, decidieran viajar hacia el territorio argentino para corroborar lo propuesto
Ameghino.

Desde diferentes vías, los científicos que estudiaron los hallazgos de Florentino, confluyeron
que este estaba equivocado ya que los seres humanos no se habrían originado en las pampas, ni
tampoco habían convivido con la megafauna, los cuales abundaban la llanura durante el
Pleistoceno.

TEORIA NO CIENTIFICA

TEORIA BIBLICA

Desde el conocimiento de los europeos de los americanos, el problema de su procedencia, ocupó


la mente de los teólogos y filósofos.

Esa raza, distinta, que se les presentaba por primera vez, habitando una extensa parte del
mundo, rodeada de animales y vegetales, en muchos casos diferentes a los que ellos conocían,
hablaba lenguas extrañas, con costumbres y ritos desconocidos, eran los antípodas, los
hombres de los que había hablado San Agustín, que, según él, no podían existir, porque
provendrían de otra creación que la de Adán.

En los libros sagrados no se mencionaba el continente ni sus pobladores, que "aparentemente"


eran humanos, aunque inicialmente decían que sólo lo parecían. Recién en 1537, la bula papal de
Paulo III declaró a los indios americanos como verdaderos hombres, racionales y dotados de
alma.

Los teólogos tuvieron que tratar de poner en concordancia con los textos sagrados los nuevos
descubrimientos, originándose una interminable disputa sobre el origen del hombre americano,
aun no concluida.

Los filósofos y escritores disidentes del catolicismo, admitieron la pluralidad de creación,


afirmaron que el hombre americano había tenido origen en el continente que habitaba y que
ningún parentesco lo unía con Adán y su descendencia. Algunos llegaron a suponer que la
creación del hombre americano era anteadamítica.

Se ha buscado el origen de los americanos, en la dispersión y confusión de la Torre de Babel,


porque la sagrada escritura afirma que después de la confusión de las lenguas, los hombres se
dispersaron por todas partes del mundo.

Otros han visto a América en aquella región que en la Sagrada Escritura figura con el nombre
de Ophir, a donde enviaba Salomón sus naves a buscar las maderas y piedras preciosas
necesarias para la construcción del Templo, región tan lejana que las naves empleaban tres años
de viajes.
VIKINGOS

De acuerdo con la investigación -llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad


de Groninga (Países Bajos)-, los vikingos se instalaron específicamente en el norte de Canadá
hace justo un milenio, aunque no se sabe exactamente cuándo llegaron (ni cuánto tiempo se
quedaron).

Los investigadores pudieron llegar a esta conclusión gracias a un suceso cósmico: una tormenta
solar que llegó a la Tierra el año 992 y que dejó una señal de radiocarbono visible en los anillos
de todos los árboles milenarios del planeta. Esos anillos permitieron a los autores deducir que
fueron talados 29 años después de la tormenta.

Al margen de lo que aparece recogido en las sagas, resulta imposible resolver el entuerto sobre
la llegada de vikingos a las costas norteamericanas sin recurrir a la arqueología. En el año 1960
arqueólogos daneses dieron en la población de L' Anse aux Meadows (isla de Terranova) con los
restos de una casa de origen vikingo. Gracias a las excavaciones realizas en la zona se
encontraron otras viviendas, así como varias piezas que no corresponden a ninguna población
indígena y que están datadas mediante pruebas de carbono 14 en torno al 1010 a.C. «La
evidencia arquitectónica y arqueológica se ve fuertemente apoyada por la datación por carbono,
y esta evidencia nos obliga a concluir que los vikingos llegaron a América del Norte», afirma
Logan en su obra.

Desde entonces no se ha vuelto a encontrar resto alguno de una colonia vikinga, aunque la
comunidad científica confía en que se hallaran nuevos restos de poblaciones en el futuro.
Recientemente, en el año 2016, la arqueóloga espacial Sarah Parcak descubrió un probable
asentamiento vikingo, esta vez ubicado en un promontorio en Point Rosee, en el occidente de la
isla. Sin embargo, los estudios posteriores han acabado descartando esa posibilidad.

Respecto a la posibilidad de que, efectivamente, la isla de Terranova fuese la Vinlandia de la


que se habla en las sagas, destaca el hecho, según destaca Logan en su libro, de que en el
pasado milenio hubiera grosellas en esa zona. En Escandinavia, todavía a día de hoy, se utiliza
este tipo de fruto para elaborar vino. Pero la cosa no acaba aquí. En el norte del continente se
han encontrado una gran variedad de restos que atestiguan que, al menos, los nórdicos
mantuvieron relaciones comerciales con las poblaciones nativas. Ese es el caso, por ejemplo, de
una moneda de plata encontrada en el estado de Maine en 1959 y que en principio fue
considerada erróneamente de origen inglés.

MITOS

La hipótesis solutrense sobre el poblamiento de las Américas afirma que las personas de
Europa pueden haber estado entre los primeros pobladores de las Américas.12 Sus defensores
notables recientes incluyen a Dennis Stanford del Instituto Smithsoniano y Bruce Bradley de
la Universidad de Exeter.3 Esta hipótesis contrasta con la ortodoxia arqueológica
predominante de que el continente norteamericano fue poblado por personas de Asia, ya sea
por el puente terrestre de Bering (es decir, Beringia) hace al menos 13.500 años,4 o por el
viaje marítimo a lo largo de la costa del Pacífico, o por ambos.
El poblamiento de América por la ruta del Atlántico es la teoría del origen de los pueblos
indígenas americanos desde Europa, antes de la llegada de Cristóbal Colón. Es controvertida y
criticada por historiadores y lingüistas, sin embargo, pruebas genéticas de fines del siglo XX,
como la presencia del haplogrupo X (ADNmt), puede ser un indicio de migraciones desde Europa
de hace unos 13 000 años a. C.

En ese momento ya estaba en curso el poblamiento de América por la ruta del Pacífico. En
muchas regiones de América ya existían asentamientos humanos y grupos poblacionales
provenientes de Asia y de los que se tienen registros, como la cultura Clovis, la Paccaicasa, la
de las cavernas de Tulum, y la Monte Verde I.

Algunos autores sostienen la posibilidad de colonización de América por una migración


proveniente de Europa, particularmente de Iberia y hace 15.000 años, la cual trajo consigo al
haplogrupo X y constituiría una conexión entre la cultura solutrense y la cultura clovis.5 Se ha
equiparado la industria lítica Clovis con la de la cultura solutrense, basados en el estilo de la
fabricación de herramientas,6 pero no se considera que haya evidencia concluyente.7 También
se ha sugerido que los restos del hombre de Kennewick, de unos 7 500 años de antigüedad y
fisonomía similar a los europeos podría estar relacionada con una inmigración europea en las
primeras etapas del poblamiento de América.8 Lo que luego fue descartado en un estudio
publicado por la revista Nature en 2015. 9 Restos encontrados cerca de la ciudad de México de
hace 13.000 años con apariencia caucásica refuerzan esta hipótesis.

También podría gustarte