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El estrecho de Bering separa América de Asia. La teoría más aceptada indica que por ahí entraron los
primeros hombres que llegaron a América.
Polémica europea
Los europeos intentaron buscar explicaciones para el origen de los seres humanos con los
que se estaban encontrando. Alejo Venegas opinó que provenían de
navegantes cartagineses. Agustín de Zárate consideró que los indígenas podían haber llegado
pasando por la Atlántida, antes de que se hundiera según los relatos de Platón.5Sin embargo,
la mayoría de las primeras explicaciones fueron religiosas, por ejemplo varios autores
europeos pensaron que los pobladores de América provenían de las tribus perdidas de Israel.4
El sacerdote Miguel Cabello Valboa, malagueño, consideró que los aborígenes americanos
descendían del patriarca Ofir (Génesis 10:29) e identificó América con el reino de ese nombre,
rico en oro, mencionado en la Biblia (1Reyes 9:28).6La idea de situar Ofir en las Antillas fue
sugerida por Cristóbal Colón,7apareció como nota la margen en la edición de 1540 de Robert
Estienne de la Biblia y fue expuesta, entre otros, por Pedro Mártir de Anglería en 1526.8La
identificación de Ofir con el Perú fue sustentada por el teólogo español Benito Arias
Montano en 15729y por el erudito Johannes Goropius Becanus en 1580.10El naturalista y
sacerdote jesuita José de Acosta fue el primero en abordar científicamente el poblamiento de
América a partir de los descubrimientos geográficos que indicaban que la distancia entre Asia
y América por el norte es pequeña y los dos continentes están separados apenas por un brazo
de mar. Acosta descartó explícitamente la hipótesis sobre el paso por el continente perdido de
la Atlántida y añadió además que las tierras desconocidas donde según el Apocalipsis de
Esdras fueron llevadas las tribus cautivas de Israel, «no tienen mayor relación con América
que la encantada y fabulosa Atlántida».11Acosta demostró que no solamente seres humanos
transitaron entre los dos continentes, sino también varias especies animales.
Continuando con una visión científica, Fray Gregorio García hizo una detallada exposición de
las diferentes hipótesis conocidas sobre el poblamiento de América, por tierra o por mar. Para
él, los indígenas provenían de Asia, de China o Tartaria, dadas las semejanzas físicas entre
los habitantes de unos y otro continente. 12
En contraste, en 1650, James Ussher estableció ―basado en la Biblia― que las tribus
perdidas abandonaron Israel en el año 721 a. C. y, sobre esa base, la cultura europea sostuvo
que América había sido poblada alrededor del año 500 a. C. También tratando de apoyarse en
la Biblia, el sacerdote sevillano Diego Andrés Rocha, que vivió desde niño en el Perú, expuso
la teoría según la cual el continente americano fue poblado por descendientes de Túbal (hijo
de Jafet, Génesis 10:2-5), una parte de los cuales habría poblado España, otra parte la
Atlántida y la otra a través de esa hipotética isla, antes de que se hundiera, habría llegado a
América. Rocha complementó su teoría con la comparación entre la actitud de los
conquistadores españoles y la de Moisés.13
Charles Abbott
En 1876, Charles Abbott, un médico estadounidense, encontró unas herramientas de piedra
en su granja de Delaware. Debido a las características toscas de los instrumentos, pensó que
podrían pertenecer a los antepasados remotos de las culturas indígenas modernas. Debido a
ello, consultó con un geólogo de Harvard, quien estimó en 10 000 años de antigüedad la grava
que se encontraba alrededor del hallazgo. Abbott sostuvo entonces que se trataba de un
asentamiento humano del Pleistoceno, es decir, muchos miles de años más antiguo de lo que
establecían las teorías bíblicas dominantes. La teoría de Abbott fue rechazada por las
jerarquías cristianas por oponerse a la Biblia y por la comunidad científica organizada por el
Instituto Smithsoniano por no cumplir con los estándares científicos que exigía. Entre los
científicos que rechazaron la hipótesis de Abbott se encontraban Aleš Hrdlička y William Henry
Holmes. En la actualidad se ha comprobado que Abbott tenía razón en muchas de sus
hipótesis y la granja ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.
En 1929, Ridgely Whiteman, un joven indígena de 19 años que venía siguiendo las
investigaciones que se estaban realizando en la cercana localidad de Folsom, escribió una
carta al Instituto Smithsoniano sobre una serie de huesos que había encontrado en la aldea de
Clovis (en el estado de Nuevo México). En 1932, una excavación realizada por un equipo
dirigido por Edgar Billings Howard, de la Universidad de Pensilvania, confirmó que se trataba
de un asentamiento indígena durante el Pleistoceno y verificó el tipo especial de punta de
flecha que sería conocida como «punta Clovis». Al ser descubierta la datación por carbono 14,
en 1949, el método fue aplicado en los yacimientos de Clovis, resultando en antigüedades que
oscilaban entre el año 10 900 y el 11 500 a. C.19
La datación por radiocarbono determinó los años 9500 a 8900 a. C. y tras una revisión se
corrigió a 9050 a 8800 a. C. 20Desde la década de 1930 y, sobre todo, desde la confirmación
de las fechas por el método del carbono 14, la comunidad científica estadounidense
organizada alrededor del Instituto Smithsoniano aceptó que la cultura Clovis era la más
antigua de América y que estaba directamente relacionada con la llegada de los primeros
hombres. Esto se conoció como «consenso Clovis» y tuvo gran aceptación mundial hasta
fines del siglo XX. El consenso Clovis fue la base de la teoría del poblamiento tardío de
América.
Mapa de las migraciones humanas fuera de África, versión de Naruya Saitou y Masatoshi Nei (2002) del
Instituto Nacional de la Genética del Japón22 que coincide con la versión de Göran Burenhult (2000). 23
También en 2014, un estudio del ADN de los restos humanos de un niño de hace
12.700 años, la época Clovis, denominados Anzick-1, probó que estos restos están
estrechamente relacionado con grupos de nativos americanos de América Central y del
Sur, pero no con las migraciones posteriores de grupos de Canadá y el Ártico. 47 Sus
antepasados se separaron de los nativos americanos del norte, que están genéticamente
más cerca de los indígenas contemporáneos en el este de América del Norte, hace
aproximadamente 14.600 a 17.500 años. El ancestro común de estos dos grupos se
separó de los asiáticos orientales hace unos 25.000 años, según los estudios científicos
realizados secuenciando el genoma de restos humanos de Alaska que datan de hace
11.500 años de Alaska.48
Una investigación dirigido por David Reich, de Harvard, también encontró evidencia de una
rápida expansión desde el norte hacia Sudamérica, a la vez que estableció que la migración
paleoindia asociada con la cultura Clovis, presente en América del Sur, no fue la fuente
principal para los indígenas sudamericanos contemporáneos, ya que varios individuos
antiguos derivan de linajes sin afinidad específica con el genoma asociado a Clovis, y se
evidencia un reemplazo de la población, que comenzó hace al menos 9.000 años y fue
seguido por una continuidad sustancial de la población en múltiples regiones múltiples.
Además, se estableció otra corriente migratoria, a partir de una conexión entre un humano de
4.200 años en los Andes centrales y los antiguos habitantes de las Islas del Canal frente a la
costa de California.49
Estos estudios genéticos revelan que los primeros pobladores del continente se movieron
lejos rápidamente,50 y apoyan lo que los arqueólogos han sostenido durante mucho tiempo,
que América fue colonizada en varias oleadas de poblaciones que cruzaron el estrecho de
Bering desde Asia, siendo el más reciente el de Ártico y grupos canadienses. Se demuestra, a
su vez, que no hay conexión genética con los pobladores europeos del Paleolítico superior, de
forma que este estudio se muestra como un fuerte apoyo del origen asiático de la colonización
americana.47
La antigüedad
La antigüedad del hombre en América está sometida a gran controversia científica. La fecha
más tardía es la que sostienen los defensores de la teoría del poblamiento tardío y está
relacionada con la cultura Clovis, que ha establecido sin dudas una presencia humana hace
13 500 años. Los defensores de esta teoría sostienen que la fecha de ingreso al continente no
pudo ser anterior al 14 000 AP porque fue en ese momento cuando se abrió el corredor libre
siguiendo el río Mackenzie a través del actual territorio canadiense. Esta hipótesis ha sido
definitivamente desmentida por la datación de Monte Verde I (Chile), de 14 800 años.33; y
posteriormente con la datación de una huella humana (denominada la Huella de
Pilauco (Chile), descubierta en el sitio paleontológico de Pilauco Bajo, la cual presenta una
antigüedad datada de 15 600 años.
A partir de ese piso diversas investigaciones científicas han propuesto fechas muy diferentes,
las cuales, sin embargo, se encuentran bajo una fuerte controversia por no presentar
evidencia sólida al no presentar una datación confiable. Entre ellas podemos mencionar las
siguientes fechas y sitios propuestos:
Referencias
1. ↑ «Evidence of human occupation in Mexico around the Last Glacial Maximum»
[Evidencia de ocupación humana en México alrededor del último máximo glacial]. 2020.
Consultado el 23 de julio de 2020.
2. ↑ Williams, R. C.; et al (1985): «GM allotypes in Native Americans: evidence for three
distinct migrations across the Bering land bridge», artículo en ingl´`es publicado en el sitio web
NCBI.
3. ↑ Zuchi, Alberta (1991): «Cómo ellos la cuentan», artículo publicado en el
documento Memorias del simposio «Desarrollos recientes en la historia de los llanos del
Orinoco, Colombia y Venezuela»; 47 Congreso Internacional de Americanistas; compiladora:
María Eugenia Romero Moreno.
4. ↑ Saltar a:a b Mann, Charles C. (2006): 1491: una nueva historia de las Américas antes de
Colón(págs. 195-199). Madrid: Taurus, 2006. ISBN 84-306-0611-4.
5. ↑ Zárate, Agustín de (1555) Historia del descubrimiento y conquista del Perú. Amberes,
1555.
Me ha gustado esta nota en https://www.abc.com.py/edicion-
impresa/suplementos/escolar/teorias-sobre-el-poblamiento-de-america-1702852.html
Debemos empezar las teorías clásicas con la teoría desarrollada por el científico
argentino Florentino Ameghino (Luján, dieciocho de septiembre de 1854- La Plata
seis de agosto de 1911). Esta teoría, conocida como La teoría autóctonista, fue
propuesta por primera vez en 1879 en un congreso Americanista en París.
El engaño de Ameghino tiene una razón temporal. En 1879, Buenos Aires estaba
considerado por muchos como el centro del mundo debido a que está recibiendo una
ingente cantidad de inmigrantes europeos cada día y se estaba formando allí una
gran sociedad. Si el hombre americano fuera originario de Argentina daría al país
una gran publicidad y atraería todavía más cantidad de inmigrantes.
Sin embargo, Hrdlicka nunca se postuló sobre la fecha de la llegada de los hombres
a América. Rechazaba por completo las teorías de Abbott, McJunkin y otros que
situaban la llegada del hombre al continente americano durante la edad del
Pleistoceno. Él seguía la creencia del Instituto Smithsoniano, representada por
William Henry Holmes (uno de diciembre de 1846 Harrison County, Ohio- veinte
de abril de 1933 Rock Creek, Michigan), que sostenía que los primeros habitantes de
América habían ingresado en un pasado reciente, imprecisamente estimada en unos
pocos siglos antes de nuestra era.
Esta teoría de emigración de los pueblos mongoloides desde Asia hacia América se
basa principalmente en una serie de semejanzas físicas entre el hombre asiático y los
amerindios. Entre estas semejanzas tendríamos el cabello lacio y oscuro, ojos con
pliegues mongólicos, pómulos anchos y salientes, dientes en forma de pala y sobre
todos lo que se conoce como “mancha mongólica”, una pigmentación verdosa
congénita que tienen los asiáticos e indígenas americanos al nacer y que desaparece
con el paso de los años.
Pero Hrdlicka va mucho más allá con su teoría del poblamiento migratorio. Para el
antropólogo checo-estadounidense existiría en América un solo poblamiento racial,
una sola “familia” americana. Para él, entre todos los indios de América hay un
conjunto de caracteres comunes que sugieren un origen común: el asiático
mongoloide.
El etnólogo francés Paul Rivet, (Wasigny, siete de mayo de 1876 – París, veintiuno
de mayo de 1958) realizó una teoría completamente diferente a la de Hrdlicka y que
rebatía la teoría mono racial del estadounidense. Para Rivet existieron diversas
emigraciones desde varios puntos del planeta hacia América. Por tanto acepta la
llegada del hombre a América desde el Estrecho de Bering pero argumentaba que
también llegaron desde el Océano Pacífico. Es la considerada como teoría
oceánica. Según Rivet, grupos de Polinésicos y Melanesios habrían llegado a
América Central y desde ahí se habían dispersados por todo el continente. El
etnólogo francés aportaba una serie de argumentos antropológicos, etnográficos,
lingüísticos y culturales que reflejaban las semejanzas entre diversos grupos
indígenas americanos con grupos que habitan las islas de Melanesia y Polinesia.
Otra de las teorías clásicas fue la presentada por el antropólogo portugués Méndez
Correa (Oporto, cuatro de abril de 1888- Lisboa, siete de enero de 1960). Es la
conocida como teoría australiana. Para Méndez Correa, población que habitaba
Australia construyó una serie de balsas que le permitieron en un primer momento
colonizar las islas de Tasmania, Auckland y posteriormente la Antártida. Según este
antropólogo luso, sobre el 5000 a.C. estos australianos pudieron cruzar toda la
Antártida gracias a una época de clima más cálido de lo habitual. Después de varios
siglos recorriendo las costas antárticas arribaron al Cabo de Hornos en la Tierra del
Fuego y, más tarde, poblaron la Patagonia.
Para sostener esta teoría, Méndez Correa realizó una serie de estudios en la década
de los años veinte del siglo pasado a las poblaciones nativas de la Patagonia y
descubrió similitudes físicas, lingüísticas y etnográficas con los aborígenes
australianos; entre las que destacamos el grupo sanguíneo, las formas craneales, la
resistencia al frío, palabras comunes, uso de mantos de piel o las chozas en forma de
colmena, entre otras.
Otra de las teorías clásicas fue la teoría de la cultura Clovis o cultura del
llano, surgida en la mitad del siglo veinte en el sur de los Estados Unidos. Una serie
de industria lítica fue encontrada en la localidad de Clovis, en Nuevo México. Las
pruebas que se realizaron con radiocarbono dataron estas piezas de industria lítica
entre el diez mil seiscientos y el once mil doscientos cincuenta a. C, datación que
corresponde a los últimos años de la glaciación de Würm o Wisconsin (la última era
de hielo).
Sin embargo, en los últimos veinticinco años del siglo veinte e inicio del siglo
veintiuno se han encontrado una serie de evidencias que sin duda rebaten la idea de
que la cultura Clovis fue la cultura más antigua que pobló el continente americano.
Son las llamadas teorías novedosas o teorías del poblamiento temprano, las cuales
desarrollaremos en la próxima entrada.