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EL RETO DE LA OMNICANALIDAD
La omnicanalidad supone una clara superación de la
multicanalidad. Mientras que esta última implica poner a
disposición del cliente la posibilidad de interactuar a través
de diversos canales, la omnicanalidad exige la
integración máxima de canales, convirtiéndose en el punto
más álgido de la estrategia customer centric.
Para la organización vendedora, la omnicanalidad exige una
interacción 360° con el cliente, que obtiene una experiencia
de compra absolutamente integrada, homogénea y sin
fisuras, independientemente del canal en el
que se produzca. En ese escenario, el cliente concatena las
diferentes fases y momentos del proceso de compra,
accionando indistintamente desde cualquier canal, con
sensación de fluidez y obteniendo respuesta inmediata.
ACTIVAR LA OMNICANALIDAD
Cuando una organización aborda el reto de la omnicanalidad,
debe tener siempre presentes tres elementos que aparecen
en cualquier gran transformación:
CONCLUSIÓN
La omnicanalidad no es una opción. Las empresas necesitan
adoptar este enfoque estratégico lo más rápidamente
posible, con el doble objetivo de evitar la fuga de sus
actuales clientes y lograr atraer nuevos leads que se
conviertan en compradores. Es cierto que la omnicanalidad
tiene mucho que ver con la tecnología. Pero el principal reto
que tienen por delante las organizaciones es abordar un
profundo cambio cultural, que las conduzca a trabajar de
forma transversal y a digitalizarse, con el fin de construir
robustas propuestas de valor que potencien la experiencia
del cliente.