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Los misterios del caso Hank Rhon

Jun 162011

El caso Hank Rhon se mantendrá abierto hasta que sus


misterios sean desvelados. Pero esto no será fácil.
Quienes guardan la información clave se van a mantener
en silencio, ya sea por órdenes superiores o por simple
conveniencia.
¿Cómo entró la “denuncia anónima” sobre un par de
personas armadas cerca de un hotel? ¿Quién la recibió y
quién la procesó al grado de movilizar tropas para
atenderla? ¿Quién dio la orden de “perseguir”
individuos armados que estaban afuera de la casa de
Hank Rhon, también aparentemente armados? ¿Qué
ocurre con el detenido que dijo haberse dado cuenta de
que en un cuarto del hotel había unos matones que iban a asesinar a un huésped?

Estas preguntas son importantes debido a que la juez determinó que el allanamiento no fue legal por lo que
los indicios (las armas) encontrados no son suficientemente válidos para abrir un proceso por su probable
posesión ilícita. Así que la persona que dio la orden de allanar la casa de Hank debió haber violado la ley y,
por tanto, debería procederse en consecuencia.

El misterio mayor es sin duda el de las armas. Una cosa es que la juez considere que no puede tomar en
cuenta un indicio de más de 80 armas porque no hay manera de encontrar elementos de convicción de que
efectivamente dichas armas estaban en la casa del inculpado, y otra cosa es que las armas no hubieran
estado ahí. El Ministerio Público realizó un cateo a ese mismo domicilio dos días después y, como
consecuencia del mismo, decidió no fincar cargos de delincuencia organizada contra Hank, lo cual le
impidió también arraigarlo.

La PGR creyó la denuncia hecha por los militares al grado de que recibió al detenido y lo dio por
legalmente presentado con todo y arsenal; poco después, determinó consignar a Hank con los elementos
probatorios que los mismos militares le presentaron y con los testimonios de otras personas, al parecer,
empleados del mismo Hank. Pero, ¿y las armas? ¿Fueron sembradas en la casa del inculpado? ¿Por qué?
¿De verdad el ejército siembra armas para encarcelar personas por consigna política? ¿Por qué no sembró
drogas para cerrar el círculo delictivo? ¿Se trató de una confabulación al grado que se tenía un arsenal
preparado? Y algo más: ¿por qué no se presentaron las armas ante la prensa como se acostumbra, con la
excepción de una vieja pistola con el nombre del indiciado?

Por el otro lado, ¿Hank Rhon ha estado en verdad en el negocio de las armas? ¿Es tal la prepotencia que un
individuo con cierto poder puede usar su propia casa como almacén de un negocio de venta de armamento?
¿Una armería clandestina no implica por lo común delincuencia organizada como lo supuso la PGR? ¿El
MP no pudo encontrar a ningún proveedor de Hank y ni siquiera acarreador de armas? ¿No había el menor
indicio de tráfico de armas antes de la casual incursión de los militares en la casa del empresario?

Es sin duda el ejército la institución más dañada por el caso Hank Rhon pero ésta no manifiesta deseo
alguno de aclarar los misterios. Por su lado, la procuradora se ha limitado a interponer un recurso contra la
resolución judicial, pero tampoco ha presentado la relación completa y pormenorizada de los hechos. El
jefe de todo, Felipe Calderón, se ha quedado callado al contrario de su costumbre.
Al mismo tiempo, el PRI canta victoria y proclama el predominio de la legalidad. Sin embargo, alguien o
algunos cometieron ilícitos en la entrada a un domicilio sin orden o en el acopio de armas, o en ambas
cosas, pero en el gobierno nadie se quiere tomar la molestia de dar cuentas. Así está el país.

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