Está en la página 1de 16

PODER JUDICIAL 1

TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL


RANCAGUA

Rancagua, tres de mayo del dos mil diecinueve.


VISTOS Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que ante esta Sala del Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de
Rancagua, constituida por el Juez Presidente don Sergio Allende Cabeza y los
magistrados don Miguel Ángel Santibáñez Artigas y doña María-Esperanza Franichevic´
Pedrals, se llevó a efecto, el día 29 de abril pasado, la audiencia de juicio oral en la
causa RIT Nº 79-2019, seguida contra MIGUEL ANDRÉS PABLA RIFFO, cédula
nacional de identidad N°17.668.629-4, 27 años, soltero, nacido el 13 de septiembre de
1991, ayudante de bodega, domiciliado en Puente Alta sin número, Quinta de Tilcoco;
actualmente recluido en el Centro de Cumplimiento Penitenciario de esta ciudad.
Sostuvo la acusación del Ministerio Público, la fiscal doña Gabriela Carvajal
Bravo y la defensa estuvo a cargo del Defensor Penal Público don Ronald Guajardo
Barahona; ambos con domicilio y forma de notificación registrados en el tribunal.
SEGUNDO: Que los hechos materia de la acusación fiscal fueron los siguientes:
“El día 21 de junio del año 2018, aproximadamente a las 16:00 horas, el imputado
MIGUEL PABLA RIFFO, fracturó una puerta posterior de la casa habitación ubicada en el
sector de Puente Alta N°3221, de la comuna de Quinta de Tilcoco, de propiedad de la
víctima R.A.D.M.R., ingresando hasta el interior de la vivienda desde donde procedió a
sustraer –con ánimo de lucro y sin la voluntad de su dueño- dos estufas a gas marca
Fensa y Mademsa, un taladro marca Bosch, un microondas marca Samsung, una radio
musical, un equipo musical, seis bolsas con ropa de vestir, una cartera de cuero, una
alfombra, una maleta negra con ropa, una caja con conservas de duraznos; especies que
el imputado trasladó hasta su domicilio ubicado en la misma calle del inmueble afectado,
siendo sorprendido por un tercero en su huida.”
A juicio de la Fiscalía, estos hechos son constitutivos del delito de robo en lugar
habitado, previsto y sancionado en el artículo 440 N° 1 en relación con el artículo 432
del Código Penal, en grado de consumado. Por no concurrir modificatorias de
responsabilidad que considerar, el ente persecutor pidió sancionar a Pabla Riffo con la
pena de 10 años presidio mayor en su grado mínimo, accesorias del artículo 28 del
Código Penal, las costas de la causa y el registro de la huella genética.
En su alegato de clausura la Fiscal dijo haber acreditado, más allá de toda duda
razonable, los presupuestos fácticos de la acusación fiscal, pues demostró que el
acusado fracturó la puerta trasera de una casa habitación ubicada en Puente Alta N°
3221 de Quinta de Tilcoco, domicilio que servía de morada a R.M.R. y desde el interior
sustrajo especies muebles con ánimo de lucro, las cuales llevó a su domicilio, donde
fueron recuperadas. Todo ello lo acreditó con los testimonios de la testigo M.O.M., del
carabinero Sepúlveda que adoptó el procedimiento y de la víctima R.M.R., que dieron
cuenta que se trataba de un inmueble usado como residencia por este último, quien iba
esporádicamente por problemas familiares desde mayo hasta la fecha del robo, cuando
decidió sacar todas las cosas; las fotografías mostraron los enseres recuperados y
aquellos dentro de la propiedad que estaba destinada a vivienda. La testigo M.O.M.
2 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

mencionó las dos bolsas con que vio al acusado salir de dicha propiedad, lo que guarda
relación con las especie recuperadas en la casa del acusado; además, la cantidad de
éstas es compatible con los ruidos que M.O.M. sintió durante toda la mañana en esa
casa y con el hecho que la vecina que visitó a M.O.M. viera al acusado hacer varios
traslados de especies durante el día. El delito se consumó porque las especies salieron
de la esfera de custodia de su propietario y el acusado participó como autor, pues con la
testigo presencial que lo vio sacando especies se descarta la teoría del acusado que
aquellas le fueron vendidas por un tercero; tercero que no existe, pues el nombre
corresponde a una persona del siglo XIX; además, no es probable que una persona
venda especies ilícitas sin recibir dinero a cambio, porque lo normal es venderlas para
sacar provecho económico. En todo caso, la madre del acusado sólo vio el ingreso de
dos bolsas a su casa, pero no sabía del resto de las especies recuperadas. Por otro lado,
la presunción del artículo 454 del Código Penal resultaría aplicable en la especie.
En cuanto a la prueba de la defensa, Mireya Riffo dijo estar en casa con licencia
médica, pero no mencionó a Ana Barea, con quien supuestamente estuvo ese día
arreglando cortinas; Cristian Tobar dijo que pasaba por fuera de esa casa en horas que
no hay movimiento de gente; Ana Barea dio características muy distintas del perímetro
de la propiedad; los documentos aportados hacen referencia a una propiedad ubicada
en Puente Alta sin número, cuando el inmueble de la víctima tiene número definido;
estos últimos, en todo caso, dan cuenta que en esa casa hubo una lectura normal
durante los meses de mayo y junio, lo que coincide con la teoría de cargo.
Por todo ello pidió condena por robo en lugar habitado.
En la audiencia de determinación de pena, reiteró que no existen modificatorias
de responsabilidad que considerar y acompañó el acompañó el extracto de filiación del
acusado que registra diversas condenas desde el año 2011 al 2017, por delitos como
maltrato de obra a carabineros y a gendarme, lesiones graves, daños simples, violación
de morada y porte de armas, además de algunas faltas como riña y daños. Por ello
insistió en las penas requeridas en la acusación.
TERCERO: Que, en la apertura, la defensa sostuvo una calificación jurídica
distinta y de menor entidad para los hechos de la acusación, como sería la receptación;
o, en subsidio, considerar el inmueble como no habitado, toda vez que pertenecía a la
sucesión de una persona fallecida, los cuales no lo ocupaban. Por ello adelantó que
requeriría una sanción menor a la pedida por la Fiscalía.
En la clausura insistió en la recalificación de los hechos, pues la única persona
que vio al acusado salir con dos bolsas de la casa, durante la tarde, fue la testigo
M.O.M., pero ésta no lo vio sustrayendo otras especies esa mañana; por lo tanto, la
prueba rendida no tuvo la entidad suficiente para acreditar la participación de su
representado. En cuanto al lugar de ingreso, la acusación describió la fractura de una
puerta posterior, pero aquello no fue comprobado suficientemente con el testimonio del
afectado y las fotografías exhibidas, que no mostraron los supuestos picaportes
PODER JUDICIAL 3
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

reventados; además, la propiedad tendría una malla biscocho por el perímetro, que
permitiría el acceso; por ello, no se demostraron los presupuestos del tipo penal.
También insistió que existe una duda razonable sobre la naturaleza del robo,
pues la víctima dijo que algunas veces se quedaba en la casa, pero ningún testigo
corroboró que él se quedara allí o que su permanencia fuera no esporádica sino
permanente; además, el historial de consumos da cuenta que esa casa a nombre de la
madre de la víctima no tiene consumos domiciliarios, sólo gastos operacionales, por
ende, no ha sido ocupada durante largo tiempo; lo que hace plausible la tesis levantada
por la defensa, sustentada con testigos que declararon que dicha propiedad está
deshabitada. Por lo anterior, la propiedad se encuentra deshabitada y la sanción
debería ser acorde a ello, a título de robo en lugar no habitado.
En la audiencia del artículo 343 del Código Procesal Penal, solicitó la pena
mínima de cinco años y un día de presidio mayor en su grado mínimo, ya que ésta
sanción concentra el mayor desvalor de la conducta, sobre todo cuando no existen
modificatorias que considerar. Asimismo pidió eximir a su representado del pago de las
costas de la causa, valorando que fue asistido por la Defensoría Penal Pública. Por no
tener derecho a una pena sustitutiva, pidió abonar a la sanción el tiempo que su
defendido permanece detenido y en prisión preventiva por esta causa, desde el 21 de
junio del 2018 y hasta la fecha.
CUARTO: Que el acusado Miguel Andrés Pabla Riffo declaró que ese día estuvo
en su casa. En la mañana se levantó, salió a bañarse y saludó a su mamá que estaba
con una señora; después de bañarse regresó a su pieza y recibió un llamado
preguntando si tenía plata para comprar unas cosas, respondió que no y el sujeto le
dijo que se las pagara después ya que podría sacarles más plata, lo que él aceptó y esta
persona dijo que lo llamaría durante el día. Mientras estuvo en la casa sólo salió a
comprar el pan a petición de su mamá y en la tarde lo llamó José Luis Becerra López y
luego le fue a entregar todas las especies; después que José Luis se fue, se encontró con
un carabinero en la puerta, conversaron un rato y se retiró; entonces él entró con todas
las especies. A las 10 y media llegaron los carabineros a buscar su firma, lo llamó su
madre para que firmara y cuando salió, los funcionarios se metieron a la casa, lo
arrestaron y le pegaron.
A las preguntas de la fiscal, respondió que ese 21 de junio del 2018 estuvo todo
el día en su casa, sin salir, cumpliendo un arresto total. Las especies que encontraron
en su casa eran harta ropa y electrodomésticos que no alcanzó a revisar; se las vendió
José Luis Becerra Lopez, quien le dijo que le pagara $100.000 después, cuando hiciera
la plata; pensó que eran especies robadas porque de lo poco que lo conocía, ese hombre
no era trigo limpio y siempre vendía cosas, pero de haber sabido que eran sacadas de
su mismo sector, no las habría recibido. Reconoció que no entregó esta información en
la investigación.
En las fotografías que se le exhibió, identificó su pieza desordenada y botadas en
el interior las especies que José Luis le pasó, entre ellas una estufa y un microondas; en
4 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

otra reconoció el patio trasero de su madre y en la última, todas las especies que le
vendió José Luis.
A las preguntas de la defensa, respondió que más tarde supo que las especies
provenían de una casa abandonada, ubicada a unos 100 metros de su domicilio.
Explicó que ese sector no es una población, sino un pasaje largo con casas, potreros y
fundos. Dijo no saber de quién era esa casa, pero estaba abandonada desde el tiempo
que él vive allí, lo que se notaba porque el pasto estaba largo, la puerta botada y nunca
se veía gente viviendo cuando pasaba por ahí camino al negocio de la esquina; además,
la única gente que se veía pasaba hacia una sede ubicada atrás de esa casa, por un
portón que hay al lado. Sobre las especies, cuando se las ofrecieron, su madre estaba
en la casa con una señora, haciendo cortinas; mas tarde salió a comprar el pan y luego
salió a recibir las especies que José Luis le llevó, y su mamá vio cuando las entró;
algunas venían en bolsas y otras así no más. Por último, dijo que los carabineros
llegaron a su casa a las 10 y media u 11 de la noche para sacarle la firma, pero lo
detuvieron cuando iba saliendo, luego de empujar a su mamá.
HECHO PUNIBLE:
QUINTO: Que, para acreditar los hechos materia de la acusación fiscal, la
persecutora hizo comparecer al Cabo 1° de Carabineros Jaime Sepúlveda Ávila, quien
contó que el 21 de junio del 2018 se encontraba de patrullaje y a las 19:15 horas
recibió un llamado para entrevistarse con la víctima de un robo en lugar habitado en
Puente Alta N° 3221. Al llegar se entrevistaron con el afectado R.M.R., quien dijo que
habían entrado al domicilio de su madre, que él habitaba en ese momento, y le
sustrajeron gran cantidad de especies. En el procedimiento verificaron que el ingreso
fue por el cierre perimetral, cuya puerta tenía daños menores; los mayores daños
estaban en la puerta de la parte trasera, que fue fracturada para acceder al interior de
la vivienda. La vecina del lado, M., dijo haber escuchado ruidos todo el día en la casa
del lado y a las 16:00 horas salió a la calle y vio al imputado –a quien conocía por ser
del sector- salir desde la casa del vecino con dos bolsos con especies en las manos.
Con dicha información, se comunicaron con el fiscal de turno, quien instruyó
acudir al domicilio del sujeto para solicitar un ingreso voluntario. Fueron a la casa y se
entrevistaron con la madre del imputado, a quien le dieron a conocer el motivo de la
presencia de carabineros y ésta autorizó el ingreso a su domicilio, firmando el acta
respectiva. Al registrar la propiedad, encontraron las especies sustraídas –bolsas con
ropa y electrodomésticos- en la pieza del sospechoso; éste fue detenido a las 19:30
horas y le leyeron sus derechos, pero como se opuso a ser esposado, debió ser reducido
por la fuerza, momento en que mordió a uno de los funcionarios; luego lo llevaron al
vehículo policial y para bajarlo en la Tenencia de Quinta de Tilcoco pidieron
cooperación, ya que estaba muy alterado y se auto infería lesiones en el carro policial,
pero igual le pegó un golpe en la cara a otro funcionario.
Dijo haber constatado que la casa siniestrada era un lugar habitado, porque
tenía enseres de uso doméstico y una cama que usaba el afectado.
PODER JUDICIAL 5
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

En fotografías identificó el frontis del domicilio de la víctima; la puerta ubicada


en la parte posterior, fracturada para lograr el ingreso, al parecer con un objeto
contundente como combo o golpe de pie, pues se desprendió el pestillo interno de su
base; la cama en el dormitorio que ocupaba la víctima, con cosas encima; especies
sustraídas desde el domicilio de la víctima, tales como ropa, un microondas y una
estufa, encontradas en la pieza del imputado; bolso donde estaba la ropa de vestir de la
víctima en el patio de la casa del acusado; por último se observó una foto general con
todas las especies recuperadas en casa del acusado, las que fueron trasladadas hasta la
Tenencia de Quinta de Tilcoco.
Informó que ubicaba al acusado de procedimientos anteriores y lo reconoció en la
audiencia de juicio como la persona detenida aquel día. En cuanto al ingreso a dicha
vivienda, fueron autorizados por la madre del acusado, quien sostuvo que su hijo llegó
con las especies a la casa diciendo que se las habían regalado. Las mismas especies
fueron devueltas a la víctima.
A las preguntas del defensor, respondió que Puente Alta no es una población sino
un sector con sitios grandes. Respecto de la casa afectada no habían recibido denuncias
anteriores por robos; esta casa tenía una malla como protección exterior; además
estaba la puerta principal y una puerta posterior de madera, que fue golpeada y le
desprendieron el pestillo –que es la que mostró en las fotografías-; no había elementos
contundentes cerca, pero sí notó que en el piso había astillas de la puerta, las que no se
fijaron en fotografías, ya que sólo se tomó fotos de la puerta fracturada. La vecina M.
dijo que a las 16:00 horas vio al acusado salir por la puerta del cierre perimetral de la
casa del lado, con especies en las manos; su colega la entrevistó.
Precisó que a las 19:15 horas les comunicaron por radio el procedimiento y
enseguida fueron al domicilio y hablaron con la víctima que habitaba el domicilio, a
quien no conocía de antes.
Insistió que en la casa del acusado, dieron a conocer a su madre los motivos de
su presencia y el ingreso voluntario; ella entendió la situación y autorizó el ingreso,
firmando el acta respectiva. Respecto de las especies, ésta dijo libre y espontáneamente,
que su hijo las trasladó al domicilio durante el día.
Enseguida se presentó la testigo presencial M.E.O.M. (mujer mayor de edad)
quien contó que el 21 de junio del 2018 terminó de hacer aseo en su casa a las 9 de la
mañana y salió a lavar en la artesa que tiene en una esquina del patio, muy cerca de la
casa del vecino R.M.R.; entonces empezó a sentir ruidos durante toda la mañana en esa
casa, como si estuvieran limpiando o cambiando las cosas de un lugar a otro, pero no
vio nada porque los separaba una pared; terminó de lavar a las 13 horas y regresó a su
casa. A eso de las 16 horas llegó una vecina a su casa y cuando la fue a dejar a la
vereda, vio al acusado salir por la puerta del cerco de la casa del vecino, con dos bolsas
en las manos y luego siguió por el camino; iba solo.
Explicó que el vecino R.M.R. llegó a vivir a esa casa con su madre, cuando aún
estaba soltero; a la fecha del robo, su vecino vivía ahí aunque no constantemente,
6 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

porque llegaba de repente a quedarse, pero no todos los días. En todo caso, ella no vive
pendiente de quien entra o sale de las casas de sus vecinos.
Agregó que la vecina que la visitó es medio pariente y sus iniciales son S.O.C.;
ésta fue a pedirle el teléfono de R.M.R., porque es vecina del acusado y quería avisarle a
la víctima que vio a este fulano, Miguel Apablaza Riffo, acarrear cosas todo el día entre
la casa del vecino y su propia casa; no tenía su teléfono, así que S. llamó a carabineros.
Cuando su vecino llegó a la propiedad, a las 18 horas, ella salió para decirle lo que
había visto y también llegaron los carabineros; éstos le tomaron declaración en su
domicilio y les contó lo mismo que ahora.
Dijo conocer al acusado desde hacía unos 4 años, cuando llegó vivir en el sector,
a unas cuatro casas de distancia. Por eso lo reconoció en la audiencia.
Al defensor le respondió que sólo veía al vecino de repente, porque ella pasa en
su casa haciendo sus cosas, incluso se encierra sin estar pendiente de los vecinos; pero
sí sabía que R.M.R. pasaba todas las semanas por la casa, en días de semana.
Luego se presentó la víctima R.A.D.M.R. (hombre mayor de edad), quien declaró
que el 21 de junio del 2018, aproximadamente a las 16:15 horas lo llamaron por
teléfono para decirle que en la propiedad que habita –ubicada en Puente Alta N°3221,
Quinta de Tilcoco- ocurría algo extraño, ya que había una persona sacando cosas del
interior. No estaba próximo al domicilio, sino distante en San Vicente de Tagua Tagua,
porque tenía una hija en el Hospital, así que se demoró y recién a las 18:30 horas llegó
a su casa; ahí lo esperaba su vecina M.O.M. propietaria de la vivienda colindante a la
suya, la cual le contó que sintió ruidos en su casa toda la mañana y luego vio a un tipo
sacando cosas del interior del inmueble, lo que también vieron otras personas; ese
sujeto se llamaba Miguel Pabla o Apablaza y vivía a 4 o 5 casas de distancia.
Al ingresar a la propiedad, advirtió que la puerta de acceso estaba un poco
violentada y una construcción aledaña tenía un pequeño forado, pero la puerta
principal de la casa no tenía nada; cuando abrió ésta, se fijó que la puerta trasera de la
casa, donde pernocta a veces, estaba totalmente rota, sin parte del marco y los seguros
que la puerta tenia por dentro estaban violentados; adentro había gran desorden y el
dormitorio donde a veces se quedaba estaba completamente revuelto y con los cajones
abiertos. Explicó que en la casa almorzaba a veces y también llegaba a dormir pues
tenía problemas con su señora. Advirtió que faltaban el microondas, el horno eléctrico,
la estufa, unas maletas, equipo musical, una radio chica, bolsos con ropa y cosas
menores. Luego fue a la construcción lateral y también la encontró muy desordenada.
En el pasillo había bolsitas preparadas como para llevárselas.
Aclaró que ese día lo llamó una vecina del barrio, que no conocía su teléfono,
pero sí su lugar de trabajo y de allí le informaron para que fuera a ver qué pasaba.
Después del robo sacó todo lo que había en la casa por temor a que pudiese volver a
ocurrir, pues la puerta quedó totalmente destruida.
Precisó que en esa casa habitó con su mamá y cuando ésta falleció, siguió
visitando regularmente la casa para almorzar y a veces que quedaba a dormir allí;
PODER JUDICIAL 7
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

además, como tuvo problemas con su señora, entre mayo y junio del 2018 alojó más
seguido en la casa para que se calmaran las cosas en la familia. Dijo que en el
dormitorio estaba su ropa y la casa estaba habilitada con los enseres de cocina, cocina
y refrigerador, living comedor, camas, todas cosas que no se llevaron. Ese día salió de la
casa a las 8:15 horas y dejó la puerta cerrada con llave, las ventanas cerradas y la
puerta trasera con sus tres picaportes.
En las fotografías reconoció la fachada principal de la casa; la puerta principal
(sin señales de violencia) y las ventanas con protecciones dan a la calle principal del
sector de Puente Alta; la puerta posterior tenía su bastidor fracturado, señal que le
aplicaron fuerza desde el exterior; en su dormitorio se apreció una cama deshecha con
especies encima y al lado había otra cama que no apareció en la fotografía; en otras
imágenes reconoció su microondas Samsung, que estaba en la cocina y era especial
pues tenía grill; identificó un bolso con ropa, una caja de conservas de durazno, dos
estufas, una radio, una maleta de viaje, un equipo musical antiguo y una alfombra que
guardaba en la pieza al lado de la casa.
Mencionó que el ingreso a la casa fue por la puerta trasera fracturada, pues todo
lo demás estaba cerrado; hacia la calle la propiedad tenía un cierre de postes
impregnados con malla biscocho; la puerta no estaba en buenas condiciones y se veía
un poco fracturada; la casa se veía bien desde afuera, pero al ingresar se apreciaba el
desorden y la puerta trasera fracturada. En ese tiempo el iba a dormir a la casa y
eventualmente a almorzar; pagaba luz y agua y ésta le cobraba de más.
A la consulta del defensor, respondió que su madre se llamaba “Juana del
Carmen”, reservando sus apellidos.
SEXTO: Que, por su parte, para sustentar su teoría alternativa, la defensa se
valió del testimonio de Mireya Riffo Bravo (madre del acusado) la cual relató que el 21
de mayo del 2018 estaba con licencia y su hijo estuvo con ella todo el día hasta la
noche; a la una y media de la tarde, cuando se fue a recostar en su dormitorio, no lo
vio, pero el resto del tiempo él estuvo siempre en la casa. Sabía que lo acusan de robo
en una casa cercana; esa propiedad está desocupada desde la muerte de la dueña hace
más de 5 años, hasta hoy; allí se juntaban niños porque hay un sitio eriazo y como la
casa está abandonada nunca se ve gente, ni siquiera los fines de semana; el hijo de la
señora vive en San Vicente de Tagua Tagua, pero trabaja en la Municipalidad de Quinta
de Tilcoco, igual que ella, pero en distintas áreas, por eso no lo conoce y tampoco ha
estado dentro de esa casa.
A las preguntas de la fiscal, respondió que estuvo 15 días con licencia médica en
la casa, con un problema estomacal por úlcera. Su hijo estuvo todo el día en la casa y
sólo lo perdió de vista entre las 13:30 y 14:00 horas, cuando se fue a descansar y ver
televisión a su pieza; pero su pieza está al lado de la puerta de calle, así que podía ver
todo desde la puerta o la ventana. Las especies llegaron como a las 15:30 horas o 16:00
horas, las trajo un joven, que llegó con dos bolsas de basura, al parecer con ropa, y
unas conservas vencidas, y se las entregó a su hijo; no conoce a ese joven ni sabe su
8 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

nombre y cuando le preguntó a su hijo qué era eso, le contestó que no se metiera; el
resto de las especies no sabe cómo llegaron a su domicilio. Carabineros llegaron a la
casa a las 22:30 horas; le preguntaron por su hijo y les dijo que estaba y les consultó si
iban a sacarle la firma; éstos no le pidieron autorización para entrar, ella tampoco les
permitió el ingreso y no les firmó ningún documento; los carabineros entraron por la
fuerza a la casa y encontraron las especies dentro de su casa.
En la fotografía que se le exhibió, reconoció la pieza de su hijo Miguel, con las
cosas apiladas y bastante desorden.
Luego se presentó Cristian Ogaz Pozo (tío político del acusado) el cual declaró
que en esa propiedad no vive nadie; está deshabitada hace más de 5 años y lo sabe
porque transita todo el tiempo por ese sector de Puente Alta, en el que antes vivió; esa
casa quedó sola desde que murieron los papás de doña Carmen Romero. Agregó que
cuando vivía en el sector se juntaban; la mamá de Carmen Romero tuvo almacén, pero
se iban para Antofagasta y la casa quedaba siempre sola; prácticamente la usaban en el
verano.
El hijo nunca ha usado esa casa porque vive en San Vicente, ni cuando estaba
Carmen romero. A él lo conoce, pero es de otra clase y muy poco sociable. Su madre se
llamaba Carmen Romero.
A las preguntas de la fiscal, respondió que pasa todos los días frente a esa casa,
en todo horario, porque es camionero de la fábrica y circula por el sector a las 10 de la
mañana 10 y a las 7 u 8 de la tarde; siempre la veía cerrada y con pasto.
Por último, se escuchó a Ana del Carmen Barea Vidal, quien sabía que
acusaban a Miguel de algo que no hizo, pues ese día estuvo en casa de la señora Mireya
arreglando unas cortinas café, desde las 9 de la mañana hasta pasadas las 12:00 horas
y el joven no salió de su pieza. En cuanto a la casa, sabe que está deshabitada hace
harto tiempo, pues se ve sucia y con pasto; la ve cuando pasa por el sector, ya que si
bien no vive allí, su arrendador sí lo hace y ella va todos los meses a pagar el arriendo
de su casa; en esa casa nunca se ve gente, siempre está sola. Sabe que Carmen Romero
era la propietaria; no la conoce pero sabe cómo se llama porque los vecinos la nombran
así, cree que falleció; no conoce a sus hijos.
A las preguntas de la fiscal, respondió que la casa no estaba habitada en ese
tiempo, porque su portón de fierro pasaba asegurado con un candado; el resto del
perímetro está tapado con moras, no tiene cerco.
Insistió que ese día estuvo desde las 9 hasta pasadas las 12 en la casa de la
señora Mireya arreglando unas cortinas. Y fue porque es amiga de la señora Mireya,
quien trabaja en costuras.
A los testimonios se agregó la siguiente prueba documental:
1) Boleta electrónica N°199322451, emitida el 22 de agosto del 2018, a
nombre de Juana Romero Riquelme, domiciliada en Puente Alta S/N, Quinta de Tilcoco,
con un total a pagar de $8.400, correspondiente al período 21 julio-20 agosto, que
incluye saldo anterior; corte en trámite por no pago saldo anterior. Deja constancia que
PODER JUDICIAL 9
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

el último pago fue el 18 de febrero del 2018, por $15.900. El reverso de la misma indica
que el medidor de la propiedad registra consumo “0 kWh” en el período, como también
los meses anteriores hasta agosto del 2017.
2) Boleta electrónica N°204929170, emitida el 23 de octubre del 2018, a
nombre de Juana Romero Riquelme, domiciliada en Puente Alta S/N, Quinta de Tilcoco,
con un total a pagar de $11.000, correspondiente al período 21 julio-19 octubre, que
incluye saldo anterior; servicio suspendido por no pago saldo anterior. Igual que la
anterior, señala que el medidor de la propiedad registra consumo “0 kWh” en el período.
3) Historial de consumo CGE de la cliente Juana Romero, dirección Puente Alta
S/N Quinta de Tilcoco, entre diciembre del 2016 y noviembre del 2018: existió consumo
de 1 kWh en diciembre del 2016 y en marzo del 2017; el resto de los meses el consumo
fue 0 kWh; entre los meses de diciembre del 2016 y febrero del 2018, se observó una
casa normal; en marzo del 2018 se observó casa deshabitada; entre mayo y julio del
2018, casa normal; en agosto 2018, casa cerrada; y desde septiembre a noviembre del
2018, casa deshabitada.
4) Estado de cuenta CGE, clienta Juana Romero Riquelme, dirección Puente
Alta S/N Quinta de Tilcoco: el servicio está vigente; en febrero del 2018 existía un saldo
pendiente de $15.900 que se canceló el 18 de febrero del 2018; luego, en diciembre del
2018 existía un saldo pendiente de $12.300, que se canceló el 17 de diciembre del
2018.
5) tres fotografías del frontis de una propiedad color rojo, tomadas a través de
una reja cerrada con cadenas y candados.
DECISIÓN DEL TRIBUNAL:
SEPTIMO: Que, tal como adelantó en la deliberación, este tribunal decidió
condenar a MIGUEL ANDRÉS PABLA RIFFO como autor de un delito de robo en
lugar destinado a la habitación, previsto y sancionado en el artículo 440 N° 1 con
relación al artículo 432, ambos del Código Penal, por estimar que la prueba de cargo
resultó suficiente, en términos de estándar, para acreditar, más allá de toda duda
razonable, los diversos elementos constitutivos de este tipo penal, así como la
participación del acusado en el mismo.
En efecto, el delito de robo en lugar destinado a la habitación –esto es, aquel
recinto que sirve de morada a una o más personas-, sanciona la acción de apropiarse de
una cosa mueble ajena, sin la voluntad de su dueño, con ánimo de lucro y concurriendo
ciertas y determinadas formas de fuerza en las cosas; debiendo entenderse por fuerza
aquella maniobra destinada a vulnerar los resguardos que protegen la cosa que se
pretende robar; en este caso la hipótesis de comisión fue el “escalamiento” en su
variante del ingreso mediante fractura de puertas. En esta figura penal el bien jurídico
protegido es la propiedad, como asimismo la vida e integridad física de las personas que
tienen su morada en dicho lugar.
Entonces, para que se configure este delito, debe acreditarse la naturaleza del
lugar en que ocurrió el hecho ilícito y la hipótesis del acceso mediante escalamiento;
10 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

así como también los elementos comunes de todo delito contra la propiedad, cuales son
la apropiación de cosa mueble ajena, con ánimo de lucro y sin la voluntad de su dueño.
Para demostrar la naturaleza del lugar en que ocurrió el hecho ilícito, se contó
con el testimonio de la víctima R.M.R. quien señaló que Puente Alta N° 3221 de Quinta
de Tilcoco, era la dirección de la casa que habitó con su madre; luego del fallecimiento
de su progenitora, siguió visitando regularmente la propiedad, en ocasiones pasaba a
almorzar y otras veces se quedaba a dormir hasta el otro día; pero a la fecha de los
hechos esa casa constituía el lugar donde habitaba, ya que por problemas con su
señora, entre mayo y junio del 2018 decidió alojar más seguido en la vivienda para que
se calmaran las cosas en su familia; por eso la casa estaba alhajada completamente y
contaba con todos los enseres necesarios para vivir, como cocina, refrigerador, living
comedor, diferentes artefactos electrónicos y camas; una de las fotografías que
reconoció, mostraba la cama del dormitorio que él utilizaba para dormir, mismo lugar
donde tenía su ropa; y mencionó que pagaba los consumos de luz y agua de la
propiedad, agregando que había efectuado reclamos por los mayores cobros de agua.
A ello se agregó lo informado por la testigo M.O.M., quien identificó a R.M.R.
como su vecino, al que conocía desde que llegó a vivir a esa casa con su madre, aun
soltero; pero afirmó que a la fecha del robo su vecino vivía ahí, pues se quedaba algunas
veces en la casa durante la semana; y aunque visitaba ocasionalmente a la propiedad,
no todos los días, sí iba todas las semanas; por eso primero asoció los ruidos que oyó en
la casa durante la mañana, como de limpieza o cambio de las cosas de un lugar a otro.
Por último, el funcionario Sepúlveda mencionó que al entrevistar a la víctima en el sitio
del suceso, R.M.R. afirmó que habitaba la casa en ese momento; afirmación que el
policía confirmó cuando ingresó a la propiedad, ya que ésta tenía en su interior diversos
enseres de uso doméstico y una cama que usaba el afectado, además de sus ropas, las
cuales encontraron más tarde al interior de un bolso en la casa del imputado, junto con
el resto de las especies que le fueron sustraídas ese día.
De esta manera, la prueba de cargo permitió demostrar que la casa siniestrada
tenía la calidad de inmueble destinado a la habitación, plenamente habitable, cuyo
propietario la visitaba con periodicidad, aunque el día en que se cometió el delito se
encontraba sin moradores. En todo caso, la ausencia temporal de su propietario no
mutó su condición de inmueble destinado a la habitación, lo que además se evidenció
de las especies que guarnecían la morada, tales como enseres, ropa, muebles y
electrodomésticos, los cuales permitían una cómoda residencia al usuario de la casa.
El ingreso a la propiedad se produjo mediante escalamiento, en su variante de
fractura de la puerta trasera, lo que se demostró con el testimonio de R.M.R., en cuanto
mencionó que la casa tenía cierre perimetral de postes y malla, las puertas cerradas con
llave, las ventanas también cerradas y la puerta trasera con sus tres picaportes; pero al
llegar a la propiedad cuando le avisaron del posible robo, verificó que la puerta del
frontis tenía daños, no así la puerta principal de la casa, pero la puerta trasera de la
casa estaba totalmente rota, sin parte del marco y los seguros que la puerta tenía por
PODER JUDICIAL 11
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

dentro habían sido violentados; adentro existía gran desorden y el dormitorio donde a
veces se quedaba a dormir estaba completamente revuelto y con los cajones abiertos;
como la puerta quedó totalmente destruida, después del robo sacó todo lo que había en
la casa por temor a que pudiese ocurrir otro robo. El funcionario Sepúlveda confirmó
dicha información, pues al adoptar el procedimiento verificó que la puerta del cierre
perimetral tenía daños menores, pero los daños grandes estaban en la puerta de la
parte trasera, que fue fracturada para acceder al interior de la vivienda y por los golpes
de puño o pie que recibió, se desprendió el pestillo interno y quedaron astillas en el piso
como evidencia. En las fotografías que se exhibió a los testigos en la audiencia, aparecía
con claridad una puerta de madera con su marco fracturado y también parte de la
estructura y ambos dijeron que correspondía a la puerta trasera de la vivienda y que fue
el lugar usado por el delincuente para acceder al interior de la casa.
Por lo tanto, se estableció que el ingreso a la propiedad fue a través del cerco
perimetral de malla y postes, pero el acceso al interior de la casa lo fue fracturando la
puerta trasera, en una de las hipótesis del escalamiento que describe el legislador para
este tipo penal.
En cuanto a los elementos apropiación de cosa mueble ajena, sin la voluntad de
su dueño, se demostró la apropiación de dos estufas, un microondas, una radio, un
equipo musical, bolsas con ropa, una alfombra, una maleta y una caja con conservas de
durazno, con el testimonio de R.M.R., quien mencionó que todas estas especies estaban
en la casa que habitaba y le fueron sustraídas cuando no se encontraba en la vivienda,
pero carabineros las recuperó el mismo día. Por su parte, el funcionario Sepúlveda
mencionó que el procedimiento se inició a las 19:15 horas, con el llamado de la unidad
para que se constituyera en el sitio del suceso, en donde se comunicó con la víctima
quien mencionó la sustracción de muchas especies; también habló con la testigo
M.O.M. quien dijo haber escuchado ruidos durante todo el día en la casa del lado y a
las 16 horas vio al imputado salir de esa casa con dos bolsos con especies en las
manos; tal información la comunicó al fiscal, que instruyó el ingreso voluntario a la
casa del imputado, diligencia que tuvo resultados positivos, ya que en la pieza de éste
hallaron las especies de propiedad de la víctima, quien las reconoció y le fueron
devueltas bajo acta. En las fotografías reconocidas por ambos testigos aparecían las
numerosas especies del afectado, colocadas con gran desorden al interior de la pieza del
acusado, como también una bolsa con las ropas de la víctima en el patio posterior de
esa casa. Con estos antecedentes, se comprobó que el ingreso del acusado a la casa
siniestrada fue sin el consentimiento de su propietario, quien no estaba en la vivienda,
pero al enterarse del robo por llamados de sus vecinos, acudió a la brevedad y se
contactó con los carabineros que adoptaron el procedimiento.
Por último, ánimo de lucro que guiaba al autor, entendiéndose por éste cualquier
ganancia o beneficio patrimonial que pudiese obtener con su ingreso a la propiedad
siniestrada, se estableció con estos mismos antecedentes, que demostraron que el
acusado se apropió de diversos electrodomésticos, enseres y ropas de la víctima, que le
12 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

permitirían un uso personal o su disposición a terceros para obtener un beneficio


económico cuantioso, sobre todo porque ocultó la mayor parte de las especies en su
dormitorio, pese a su gran volumen.
OCTAVO: De esta forma, el conjunto de elementos probatorios reseñados en el
motivo Quinto, valorados en conjunto, sin contrariar los principios de la lógica, las
máximas de experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, permitieron
acreditar, más allá de toda duda razonable, la siguiente secuencia fáctica: El día 21 de
junio del año 2018, en horas de la mañana, el imputado Miguel Andrés Pabla Riffo
fracturó una puerta posterior de la casa habitación ubicada en el sector de Puente Alta
N°3221, de la comuna de Quinta de Tilcoco, de propiedad de la víctima R.A.D.M.R.,
ingresando hasta el interior de la vivienda desde donde procedió a sustraer –con ánimo
de lucro y sin la voluntad de su dueño- dos estufas a gas, un microondas marca
Samsung, una radio musical, un equipo musical, bolsas con ropa de vestir, una
alfombra, una maleta y una caja con conservas de duraznos; especies que el imputado
trasladó hasta su domicilio ubicado en la misma calle del inmueble afectado, siendo
sorprendido por un tercero mientras salía con parte de las especies desde la casa de la
víctima; más tarde carabineros detuvo al imputado y encontró al interior de su domicilio
las especies sustraídas.
Los hechos así descritos configuraron el delito de robo en lugar destinado a la
habitación, previsto y sancionado en el artículo 440 Nº 1, en relación al artículo 432,
ambos del Código Penal, en grado de consumado, por cuanto quedó establecido que el
acusado ingresó mediante escalamiento a la propiedad, accediendo al interior de la casa
habitación de la víctima, luego de fracturar la puerta trasera, lo que le permitió hacerse
con las especies corporales muebles del afectado que luego trasladó hasta su domicilio;
todo ello sin la voluntad de su dueño y con ánimo de lucro.
RECLAZO ALEGACIONES DE LA DEFENSA:
NOVENO: Que de esta manera, se desechó la pretensión principal de la Defensa,
en la clausura, de recalificar estos hechos como un delito de robo en lugar no habitado,
por cuanto, como ya se razonó en el motivo Séptimo, la prueba de cargo permitió
establecer todos los elementos del tipo penal materia de la acusación, incluida la
calidad de lugar destinado a la habitación, sin ser suficiente para desvirtuar esto, que
tanto el acusado como sus testigos afirmaran que la propiedad estaba deshabitada;
pues estos últimos parecieron más interesados en sostener la inocencia de Pabla Riffo y
proveerle de una coartada, que en entregar una información imparcial sobre los hechos;
además, en lo esencial, se contradijeron con lo expresado por la víctima, el carabinero
Sepúlveda y en particular con la testigo M.O.M., quien era la vecina colindante de la
víctima y pareció mejor informada sobre los movimientos de R.M.R. que una vecina
distante y dos personas que no residían en la localidad.
En efecto, Miguel Pabla sostuvo que esa casa estaba abandonada desde que él
vivía en el sector y le constaba porque estaba cerca de su casa y cuando pasaba al
negocio se fijaba que el pasto estaba largo, la puerta botada y nunca se veía gente; pero
PODER JUDICIAL 13
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

también reconoció que no pasaba mucho por el sector, porque sus problemas con la
justicia lo habían tenido apartado. Mireya Riffo dijo que la casa estaba desocupada
hacía 5 años, luego del fallecimiento de su propietaria y nunca se veía gente, ni siquiera
los fines de semana; en cuanto al hijo de la dueña, aunque no lo conocía, sabía que
vivía en San Vicente y trabajaba en Quinta de Tilcoco. Cristian Ogaz dijo que la casa
llevaba más de 5 años deshabitada desde el fallecimiento de los padres de Carmen
Romero, madre de la víctima, quienes usaban esa casa con fines vacacionales; dijo que
la víctima nunca vivió en esa casa, sino en San Vicente; pero reconoció que no vivía en
el lugar sino sólo pasaba a diferentes horarios por razones laborales. Por último, Ana
Barea dijo que el pasar por el sector para pagar el arriendo todos los meses y visitar a
su amiga Mireya, se fijaba que la casa estaba deshabitada, porque se veía sucia, con
pasto, el portón asegurado con candado y no se veía gente; pero reconoció no saber de
Carmen Romero ni de sus hijos.
Por lo tanto, las inconsistencias y vacilaciones de estos testigos bastarían para
descartarlos, pues Riffo, Ogaz y Barea no conocían a la víctima y nunca visitaron su
casa; Ogaz y Barea no vivían en Puente Alta y sólo ocasionalmente pasaban por allí; y
Ogaz mencionó a personas más antiguas aun, con nula precisión de sus identidades, ya
que tampoco se estableció que “Carmen Romero” fuera la madre del acusado, quien
dada su identidad protegida, sólo identificó a su progenitora con sus nombre de pila
“Juana del Carmen”. Pero al contrastarlos con los antecedentes de cargo su falta de
credibilidad se confirma, ya que la víctima reconoció que la puerta del frontis estaba
deteriorada, pero no dijo si lo estaba desde antes de estos hechos o producto del robo;
tampoco mencionó nada sobre los pastos, ni el carabinero Sepúlveda lo destacó; y pese
a reconocer que no alojaba todos los días en la propiedad, sí la visitaba habitualmente,
en lo que la vecina M.O.M concordó y el carabinero Sepúlveda ratificó.
En cuanto a la documental que aportó la defensa, toda ella hace referencia a una
propiedad ubicada en Puente Alta S/N, Quinta de Tilcoco, perteneciente a Juana
Romero Riquelme, lo que no concuerda con la dirección precisa de la propiedad
siniestrada, que es Puente Alta N° 3221, Quinta de Tilcoco; y en cuanto al nombre de la
propietaria, ya se dijo que no se identificó a la madre del acusado más que con sus
nombres de pila, que pueden o no coincidir con los que aparecen en los documentos
citados. Respecto a las fotografías, dado que no fueron reconocidas por persona alguna
en el juicio, no se les puede dar ningún valor probatorio.
Por lo tanto, la prueba de descargo no hizo surgir dudas en el tribunal sobre el
destino habitacional de la propiedad de la víctima, en mérito de la mejor información
que aportaron los testigos presenciales y el resto de la prueba de cargo.
En cuanto a la petición inicial de recalificar estos hechos como un delito de
receptación, sustentada en la versión del acusado, se tiene presente que en la clausura
el defensor no persistió en este planteamiento. Sin perjuicio de ello, los testigos de
descargo tampoco fueron idóneos para comprobar la propuesta fáctica postulada por el
acusado. En efecto, Miguel Pabla sostuvo que el día 21 de junio del 2018 no salió de su
14 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

domicilio en todo el día, pues cumplía un arresto domiciliario total y las especies que
encontró carabineros en su dormitorio le fueron entregadas en la misma casa, en horas
de la tarde, por José Luis Becerra López, a cambio del pago de $100.000 que debía
cancelar después de venderlas a mayor precio, pensando que podían ser robadas. Su
madre Mireya Riffo secundó esta versión, pues dijo haber estado con licencia médica en
la casa y por eso aseguraba que su hijo no salió en todo el día del domicilio y las
especies las llevó un joven a las 15:30 o 16:00 horas, en dos bolsas con ropa y
conservas vencidas; pero Riffo no sabía cómo llegaron a su casa el resto de las especies
de la víctima y tampoco se hizo cargo de los dichos de su hijo, quien mencionó que salió
a comprar el pan por encargo de su madre. Además, la testigo Ana Barea dijo haber
estado toda la mañana en la casa del acusado arreglando unas cortinas con Mireya
Riffo y por eso sabía que Miguel Riffo no salió de la casa; pero ésta no fue mencionada
por Mireya Riffo para justificar que en verdad estuvo en su casa aquella mañana y
Barea ignoraba que el acusado, a lo menos, reconoció haber salido a comprar el pan.
Estas versiones sin corroboración entre sí, se vieron enfrentadas con el testimonio de
M.O.M, quien sostuvo haber visto al acusado salir de la casa de su vecino, a las 16:00
horas, con dos bolsas en las manos, justo en los momentos en que acompañaba a otra
vecina que la había visitado para comentarle que vio al acusado acarrear especies todo
el día desde la casa de la víctima a la propia y por eso necesitaba comunicarse con
R.M.R para informarle. Esta testigo imparcial, que informó aquello a la víctima y al
policía Sepúlveda, pareció más creíble al tribunal que las testigos de descargo y por eso
se dio mayor valor a sus dichos, descartando la exculpación que las otras dos
intentaron hacer en favor del acusado.
PARTICIPACION:
DECIMO: La participación de Miguel Pabla Riffo en este ilícito, se estableció con
los mismos elementos de cargo ya analizados en los motivos anteriores, en especial, la
sindicación precisa que hizo la testigo presencial M.O.M., quien dijo haber visto al
acusado saliendo de las casa de la víctima, a las 16 horas del 21 de junio del 2018, con
bolsas con especies en las manos; lo que comentó a la víctima R.M.R. y al funcionario
de carabineros Jaime Sepúlveda y éstos reprodujeron en la audiencia. A ello se agregó
que el policía Sepúlveda entró a la propiedad del acusado mediante un ingreso
voluntario, y encontró en su dormitorio parte de las especies sustraídas al afectado;
además, la bolsa con ropa que halló en el patio de esa casa, también pertenecía a la
víctima, según el mismo reconoció. Además, la posesión de las especies sustraídas, sin
que se haya justificado su legítima adquisición, unida a la reprochable conducta
anterior del acusado, hacen aplicable en la especie la presunción de autoría que
describe el artículo 454 del Código Punitivo.
De esta manera se estableció, más allá de toda duda razonable, que la
participación del acusado lo fue como autor ejecutor, directo e inmediato, en los
términos del artículo 15 N°1 del Código Penal.
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS Y PENALIDAD:
PODER JUDICIAL 15
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

UNDECIMO: Que la pena asignada al delito de robo en lugar destinado a la


habitación, es la de presidio mayor en su grado mínimo. Por no existir circunstancias
modificatorias de la responsabilidad criminal que considerar, conforme a lo previsto en
el artículo 67 del Código Penal, el tribunal puede recorrer toda la extensión de la pena,
estimando apropiado aplicarla en su parte más baja, habida consideración de la menor
extensión del mal causado, pues no hubo grandes daños ni personas afectadas y la
víctima recuperó todas las especies que denunció le fueron sustraídas. Por el quantum
de la pena, no resulta aplicable alguna pena sustitutiva.
Que siendo parte de la sentencia condenatoria el pago de las costas y por no
haberse justificado la solicitud para eximir al acusado de ellas, se impondrá su pago en
definitiva.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1, 3, 14
N° 1, 15 N° 1, 18, 21, 24, 25, 26, 28, 50, 67, 69, 432, 440 N° 1 y 454 del Código Penal;
47, 295, 296, 297, 340, 342, 344 y 348 del Código Procesal Penal; se declara que:
I.- Se condena a MIGUEL ANDRÉS PABLA RIFFO, ya individualizado, a la pena
de CINCO AÑOS Y UN DÍA de presidio mayor en su grado mínimo, a las accesorias
de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos y
la de inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena y al
pago de las costas de la causa, por su responsabilidad como autor del delito de robo
con fuerza en las cosas, con escalamiento, de especies que se encuentran en un lugar
destinado a la habitación, en grado de consumado, en perjuicio de R.M.R. cometido en
la comuna de Quinta de Tilcoco, el 21 de junio del 2018.
II.- Atendida la extensión de la pena impuesta y por no reunirse en la especie los
requisitos de los artículos 4°, 8°, 15 y 15 bis de la ley 18.216, no resulta procedente
beneficiar al condenado con alguna de las penas sustitutivas reguladas en dicha ley;
por lo tanto, deberá cumplir la sanción corporal aplicada en forma efectiva, la que se
empezará a contar desde el 21 de junio del 2018, fecha de su detención y sometido a
prisión preventiva hasta la fecha, con motivo de esta causa (sumando 317 días).
Atendido que el imputado ha sido condenado por delito que merece pena aflictiva
y habiéndosele impuesto efectivamente tal sanción corporal, dese cumplimiento a lo
previsto en el artículo 17 de la ley 20.568, oficiándose al Servicio Electoral, en su
oportunidad.
Una vez ejecutoriado este fallo, remítanse los antecedentes al Juzgado de
Garantía correspondiente para el cumplimiento de la sentencia, y en especial, para que
se dé observancia al artículo 17 de la Ley 19.970.
Se deja constancia que para los efectos de la publicación de esta sentencia en el
sitio web del Poder Judicial no existen datos que reservar, pues la identidad de los
testigos protegidos se ha resguardado identificándolos con las iniciales de sus nombres.
Devuélvase a los intervinientes la prueba documental incorporada al juicio.
Regístrese y en su oportunidad, archívese.
Redactada por la jueza doña María-Esperanza Franichevic´ Pedrals.
16 PODER JUDICIAL
TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL
RANCAGUA

RIT 79-2019.
RUC 1800605843-0.

Pronunciada por los jueces titulares de este Tribunal del Juicio Oral en lo Penal de
Rancagua, don Sergio Allende Cabeza, don Miguel Ángel Santibáñez Artigas y doña
María Esperanza Franichevic´ Pedrals. Se deja constancia que no firman la presente
sentencia los jueces Sergio Allende Cabeza ni María Esperanza Franichevic´Pedrals, no
obstante haber concurrido al juicio oral y la decisión, por encontrarse haciendo uso de
permiso del artículo 347 del Código Orgánico de Tribunales

También podría gustarte