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ANÁLISIS DE LA SENTENCIA DEL COMITÉ DE DD.

HH:

Para empezar, debemos mencionar que los pueblos indígenas han soportado siglos de
violencia, dominación y colonización, casi a menudo relegados a vivir en territorios marginales
en precarias condiciones, restándole importancia a las valiosas e importantes formas de
abordar la crisis mundial del agua por medio de sus prácticas tradicionales, no solo en lo que
respecta a la sostenibilidad de los diferentes ecosistemas sino también a la forma de tratar el
agua.

Sin embargo, en la actualidad y se puede afirmar que desde tiempo atrás, la minería, la
construcción de presas hidroeléctricas, el desarrollo de explotaciones agrícolas y ganaderas
dentro de sus territorios, etc., están dañando y contaminando sus fuentes de agua y poniendo
en peligro sus medios de subsistencia.

Para el caso en particular, el gobierno peruano tiene la obligación de garantizar a los pueblos
indígenas su derecho a la libre determinación, a consultas libres e informadas y sobre todo al
consentimiento previo a cualquier intervención dentro de sus territorios, el Estado debe
disponer los medios necesarios para asegurar que los pueblos indígenas disfruten de sus
derechos al agua y al saneamiento.

En este caso, las tierras de la señora Angela Poma Poma fueron expuestas incluyendo su
derecho al agua, sin su consentimiento de, afectándole en sobremanera; también se vulneró el
consentimiento de los pobladores aymaras que dependían del río para poder sobrevivir,
superponiendo intereses gubernamentales antes que los de la población que allí vivía.

La construcción de represas y pozos, suele inundar zonas pobladas por indígenas, así como
áreas en las que producen su sustento, provocando el desplazamiento forzoso de sus
territorios en condiciones que cambian su forma de vida.

La oposición de los pueblos indígenas a proyectos que afectan sus territorios y fuentes de agua,
muchas veces lleva a la criminalización de sus protestas, incluyendo amenazas, violencia e
incluso el asesinato de sus líderes, tal y como ocurrió con el señor Juan Cruz Quispe, quien era
presidente de la comunidad donde se afectaron tanto las tierras, el agua y la forma de vivir de
este pueblo aymara.

Para concluir, es primordial que el Estado de reconocimiento jurídico a la condición de los


pueblos indígenas y sus derechos a la tierra, el territorio y los recursos, como condición previa
para garantizar la realización de sus derechos humanos al agua y al saneamiento. La situación
de pobreza y marginación en la que se han visto obligados a vivir los pueblos indígenas
acrecienta la responsabilidad del Estado de proporcionarles los medios necesarios para
garantizar esos derechos humanos mediante el ejercicio de su libre determinación.

Además se sugiere que se garantice por ley, el derecho de los pueblos indígenas a ser
consultados, lo que incluye su derecho al consentimiento libre, previo e informado, cuando se
formulen medidas legislativas, políticas, programas y proyectos que afecten a sus tierras,
territorios, recursos que puedan afectar directa o indirectamente a sus derechos humanos al
agua, incluido el suministro de información en sus idiomas y una comunicación culturalmente
adecuada.

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