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UNIVERSIDAD VERACRUZANA

INSTRUMENTACIÓN ELECTRÓNICA

INGENIERIA BIOMÉDICA

SENSORES Y ACTUADORES PARA SISTEMAS BIOMÉDICOS

JOSÉ ALFONSO DOMÍNGUEZ CHÁVEZ

CAPITULO 2: ELECTROCHEMICAL TRANSDUCERS FOR BIOSENSORS.

FLORES RAMIREZ LOURDES RENEE

Xalapa, Veracruz. 14/Noviembre/2023


Los biosensores son una de las áreas más destacadas en la química analítica. La
investigación sobre biosensores comenzó con el biosensor de glucosa oxidasa en
1962. Hasta ahora, se han realizado numerosos estudios para desarrollar
biosensores para varios analitos en campos como la medicina, la salud, el medio
ambiente y la industria. Los biosensores pueden aplicarse para monitorear muestras
biológicas o no biológicas, y su creciente atención se debe en parte a que no
requieren preparación de muestra. Los biosensores desechables, como los
utilizados para medir la glucosa en la sangre en personas con diabetes, son
especialmente beneficiosos.
Un biosensor es un dispositivo analítico que consta de tres partes principales: un
elemento de reconocimiento biológico, un transductor o elemento detector y un
procesador de señales. El elemento de reconocimiento biológico puede ser
enzimas, anticuerpos, ácidos nucleicos, proteínas y células que reaccionan
selectivamente con el analito y reducen las interferencias de otras especies en una
muestra. Los biosensores se dividen en cuatro tipos según el transductor utilizado:
electroquímicos, basados en masa, calorimétricos y ópticos.
La mayoría de los biosensores utilizan métodos electroquímicos como
transductores debido a su bajo costo, simplicidad de fabricación, portabilidad y
facilidad de uso. Los biosensores electroquímicos producen señales eléctricas
medibles utilizando métodos electroquímicos, como amperometría, potenciometría,
impedimetría y conductometría. Los métodos electroquímicos son especialmente
adecuados para la monitorización ambiental y las pruebas clínicas debido a su
simplicidad y capacidad para proporcionar señales electrónicas sin elementos de
señalización intrincados.
Los biosensores, destacados en la química analítica, han evolucionado desde la
investigación pionera del biosensor de glucosa oxidasa en 1962. Su aplicación
abarca diversos campos como medicina, salud, medio ambiente e industria, siendo
especialmente útiles en la monitorización de muestras biológicas. Estos dispositivos
constan de un elemento de reconocimiento biológico, un transductor y un
procesador de señales. Utilizan enzimas, anticuerpos u otras entidades biológicas
selectivas para reaccionar con el analito, y se dividen en tipos según el transductor:
electroquímicos, basados en masa, calorimétricos y ópticos.
En particular, los biosensores electroquímicos son prevalentes debido a su bajo
costo, sencillez, portabilidad y facilidad de uso. Pueden analizar diversas muestras,
como cultivos celulares, fluidos biológicos, alimentos y muestras ambientales. Al
emplear métodos electroquímicos como amperometría, potenciometría,
impedimetría y conductometría, generan señales eléctricas medibles. La
portabilidad de estos biosensores los hace especialmente útiles en el monitoreo
ambiental y pruebas clínicas, ya que no requieren complicados elementos de
señalización, y las reacciones electroquímicas generan señales electrónicas.
En la fabricación de biosensores electroquímicos, la inmovilización de elementos de
reconocimiento biológico en el electrodo es crucial. Se emplean diversas técnicas,
como adsorción (física o química), microencapsulación, atrapamiento, unión
covalente y entrecruzamiento. La adsorción física, más débil que la química, puede
resultar en una vida útil más corta. La microencapsulación utiliza membranas inertes
para atrapar los elementos biológicos, aumentando su concentración en el
electrodo. El atrapamiento implica una solución de elementos biológicos en un
polímero, como geles de almidón o nailon. La unión covalente evita la liberación de
los elementos biológicos durante el uso del biosensor. El entrecruzamiento utiliza
agentes bifuncionales para unir biológicos mediante enlaces covalentes, pero puede
afectar la actividad enzimática.

TRANSDUCTORES AMPEROMÉTRICOS
Comúnmente, la base de la amperometría es la medición continua de una corriente
a un potencial aplicado constante. Las especies electroquímicamente activas
causan la señal en la solución, y esta es proporcional a la concentración de la
especie que se oxida o reduce en la superficie del electrodo de trabajo. Por lo tanto,
el electrodo de trabajo puede actuar como ánodo o cátodo según el valor del
potencial aplicado y la naturaleza de la especie electroactiva. La amperometría se
utiliza ampliamente en medidas bioelectroquímicas debido a su simplicidad, amplio
rango dinámico y bajo límite de detección. En la detección amperométrica, la
aplicación de un potencial constante minimiza la corriente de carga, disminuyendo
la señal de fondo, lo que mejora el límite de detección. Además, los biosensores
amperométricos aumentan la selectividad del sensor para un analito particular
porque la oxidación o reducción del analito ocurre a un potencial específico, que es
una de sus características.
Establecer una transferencia rápida de electrones desde el componente biológico
hasta el electrodo es necesario para desarrollar biosensores amperométricos
sensibles y de respuesta rápida. Por lo tanto, el objetivo principal en el diseño y la
arquitectura de los biosensores amperométricos es lograr una transferencia rápida
de electrones entre el sitio activo del componente biológico y la superficie del
electrodo. Los biosensores amperométricos se dividen en tres clases:
- Biosensores amperométricos sin mediadores;
- Biosensores amperométricos mediados;
- Biosensores amperométricos basados en la transferencia directa de
electrones
BIODISPOSITIVOS AMPEROMÉTRICOS SIN MEDIADORES
En cada reacción, se producen algunas especies y se consumen otras. La
concentración de estas especies se puede determinar mediante la técnica
amperométrica si son electroactivas. Las enzimas utilizadas en estas reacciones
suelen ser oxidasas, deshidrogenasas o enzimas hidrolíticas. El rendimiento de los
biosensores que utilizan oxidasas se basa en la absorción de oxígeno o la
generación de peróxido de hidrógeno durante una reacción biocatalítica. El oxígeno
se monitorea mediante la reducción de O2, y el peróxido de hidrógeno se mide
mediante la oxidación de H2O2 a los potenciales de -0.7V y +0.65V,
respectivamente. Una crítica común a los biosensores amperométricos sin
mediadores es que la geometría del electrodo influye mucho en la respuesta,
especialmente para la miniaturización del sensorfu. Además, el electrodo debe ser
pretratado para proporcionar una superficie reproducible. Para resolver este
problema, la superficie del electrodo se trata mediante métodos químicos o de calor,
o mediante voltametría cíclica. Estos métodos mejoran la reproducibilidad de la
respuesta, pero no tienen un efecto a largo plazo. Un método superior para resolver
este problema es la modificación química de la superficie del electrodo, utilizando
polímeros redox o materiales orgánicos conductores.

BIODISPOSITIVOS AMPEROMÉTRICOS MEDIADORES


Los biosensores amperométricos mediados utilizan agentes oxidantes como
mediadores para la transferencia de electrones entre la enzima y el electrodo de
trabajo. Los mediadores, como ferroceno y ferrocianuro, reducen el potencial
necesario para la reacción y minimizan interferencias. Pueden inmovilizarse en el
electrodo o añadirse a la solución, aunque la inmovilización suele ser más
tecnológica. Sin embargo, los biosensores con mediadores inmovilizados enfrentan
desafíos de baja estabilidad. Estrategias como el uso de polímeros conductores o
emulsiones de grafito se aplican para mejorar la estabilidad y la transferencia rápida
de electrones, evitando la reacción con el oxígeno y siendo no tóxicos y no sensibles
al pH.

BIODISPOSITIVOS AMPEROMÉTRICOS BASADOS EN LA TRANSFERENCIA


DIRECTA DE ELECTRONES
En este grupo de biosensores amperométricos, la transferencia de electrones
ocurre directa y sin mediadores entre la enzima y el electrodo, conocido como
bioelectrocatálisis. La constante de velocidad de la transferencia directa de
electrones entre la enzima y el electrodo depende de la distancia entre el sitio activo
de la enzima y la superficie del electrodo y de la caída de potencial. La transferencia
directa de electrones entre el citocromo c y el electrodo de oro modificado con 4,4'-
bipiridina, el electrodo de TIO y el electrodo de mercurio ha sido estudiada mediante
voltametría cíclica. Las transferencias directas de electrones entre la peroxidasa y
el electrodo conducen a la reducción del peróxido de hidrógeno. Por lo tanto, la
transferencia directa de electrones entre la enzima y el electrodo juega un papel
significativo en el desarrollo de biosensores amperométricos.

DIFERENTES APLICACIONES DE LOS BIODISPOSITIVOS AMPEROMÉTRICOS


Actualmente, los biosensores amperométricos se utilizan ampliamente en
aplicaciones relacionadas con la salud, el control de procesos industriales y la
monitorización ambiental. El diseño y la instrumentación necesarios para fabricar un
biosensor dependen del campo de aplicación.

Detección de Glucosa:
Se desarrolló un biosensor amperométrico para la detección de glucosa utilizando
un film de óxido de vanadio (VO2) sintetizado por tratamiento hidrotérmico e
inmovilizando glucosa oxidasa (GOx) en el film mediante entrecruzamiento
covalente. El biosensor mostró una sensibilidad de 1.41 μA (mmol L-1.cm-2)-1 bajo
condiciones óptimas.

Detección de Cáncer de Próstata:


Se construyó un biosensor amperométrico para determinar el cáncer de próstata
mediante la inmovilización covalente de nanopartículas de oxidasa de sarcosina
(SOx) en electrodos de oro. El biosensor mostró una relación lineal en un rango de
0.1 a 100 μM, con un límite de detección bajo de 0.01 μM.

Detección de Biomarcadores Tumorales:


Desarrollaron un biosensor amperométrico utilizando electrodos serigrafiados
decorados con óxido de grafeno reducido-nanopartículas de oro y L-lactato
deshidrogenasa para detectar biomarcadores tumorales de L-lactato. El biosensor
exhibió un rango lineal de 10 μM a 5 mM, con un límite de detección de 0.13 μM y
una sensibilidad de 154 μA/mM.cm2.
Detección de Polifenoles en Jugos de Frutas;
Desarrollaron biosensores amperométricos basados en electrodos de carbono
vítreo modificados con óxido de grafeno y nanotubos de carbono de pared múltiple
para la detección de polifenoles en jugos de frutas.

Detección de Etanol y Metilamina en Análisis de Alimentos:


Prepararon biosensores amperométricos basados en nanopartículas bimetálicas
PtRu acopladas con alcohol oxidasa y metilamina oxidasa para detectar etanol y
metilamina, respectivamente, en análisis de alimentos.

Detección de Lactosa en Productos Lácteos:


Informaron sobre un biosensor amperométrico para la determinación de lactosa
utilizando la coinmovilización de β-galactosidasa, glucosa oxidasa, peroxidasa y el
mediador tetratiafulvaleno en un electrodo de oro modificado con ácido 3-
mercaptopropiónico.

Detección de Iones de Plomo:


Prepararon un biosensor amperométrico para la detección de iones de plomo
mediante la inmovilización de ureasa en polianilina nanoestructurada-
Nafon/Au/Al2O3.

Detección de Hidroquinona en Agua:


Construyeron un biosensor amperométrico para la detección cuantitativa de
hidroquinona mediante la electrodeposición de nanopartículas de oro en un
electrodo de carbono vítreo modificado con grafeno tioalquilado.

TRANSDUCTORES VOLTAMÉTRICOS
En las técnicas voltamétricas, se varía el voltaje, y la corriente resultante de la
reducción u oxidación electroquímica del analito en el electrodo de trabajo se mide.
En realidad, se aplica el voltaje entre el electrodo de trabajo y el electrodo de
referencia, mientras que la corriente se mide entre el electrodo auxiliar y el electrodo
de trabajo. Un voltamograma muestra la corriente obtenida frente al voltaje aplicado.
La respuesta de corriente es proporcional a la concentración del analito y suele ser
un pico o una meseta. Según el tipo de voltaje aplicado, existen diversas técnicas
voltamétricas, que incluyen polarografía, voltamperometría cíclica,
voltamperometría de barrido lineal, voltamperometría de pulso diferencial,
voltamperometría de onda cuadrada, voltamperometría de desnudado y
voltamperometría de corriente alterna.

VOLTAMETRÍA CÍCLICA
La forma más conocida de voltametría es la voltametría cíclica, que proporciona
mucha información sobre el potencial redox del analito y las tasas de reacción
electroquímica. El voltaje aplicado al electrodo de trabajo se escanea linealmente
entre dos valores, desde E1 hasta E2, y la dirección del escaneo se invierte en E2,
conocido como el potencial de cambio. Un factor crítico en esta técnica es la
velocidad de escaneo definida como (E2-E1)/(t2-t1). La elección de la velocidad de
escaneo es crucial porque debe haber un tiempo adecuado para que ocurra la
reacción electroquímica. Al aumentar el voltaje desde V1 hacia el potencial en el
que el analito se reduce, ocurre la reacción electroquímica y la corriente también
aumenta. Al aumentar el voltaje hacia V2, la corriente disminuye y se forma un pico.
A medida que se invierte el voltaje y se escanea hacia V1, ocurre la reacción de
oxidación y se reproduce la forma original del analito. Además, la reversibilidad de
la reacción electroquímica se puede especificar con un escaneo inverso de potencial
a la velocidad de escaneo deseada.

VOLTAMETRÍA DE PULSO DIFERENCIAL


En la voltametría de pulso diferencial, se aplican pulsos cortos con una duración de
10–100 ms y una amplitud de 1–100 mV con una rampa de corriente continua
creciente linealmente a la superficie del electrodo de trabajo. En esta técnica, la
corriente se mide en dos momentos diferentes: antes (I1) y después de aplicar el
pulso (I2). La señal final es la diferencia entre I2 e I1 (I2-I1), que se muestra como
una función del potencial aplicado. Se observa un máximo en el voltamograma de
pulso diferencial en el potencial de semionda de la reacción de oxidación o
reducción. Esta técnica se ha utilizado en numerosos biosensores electroquímicos.

VOLTAMETRÍA DE ONDA CUADRADA


En la voltametría de onda cuadrada, para aplicar el potencial en una forma de onda
cuadrada, un pulso de onda cuadrada se acompaña de una onda escalonada. En
esta técnica, Ʈ es la duración del pulso, Esw es la altura del pulso de la onda
cuadrada y Esc es el aumento escalonado para cada paso. Al final del paso de onda
cuadrada hacia adelante, se mide la primera corriente (I1) que está relacionada con
la oxidación de R a O y es una corriente positiva. Al final del pulso de onda cuadrada
de retorno, se mide la segunda corriente (I2) que está relacionada con la reducción
de O a R y es una corriente negativa. Por lo tanto, la señal de corriente es la
diferencia entre I1 e I2. La señal final es más alta que I1 e I2 porque es la diferencia
entre I2 e I1, que tienen signos opuestos.
La voltametría de onda cuadrada se ha utilizado ampliamente en el desarrollo de
biosensores electroquímicos para detectar enfermedades y contaminantes
ambientales en los últimos años debido a su excelente selectividad y alta
sensibilidad.

VOLTAMETRÍA DE DESPRENDIMIENTO
La voltametría de desprendimiento es una de las técnicas más importantes en el
electroanálisis químico. Tiene dos pasos; en el primer paso, el analito se acumula
en la superficie del electrodo de trabajo a un potencial constante que se llama paso
de preconcentración; en el segundo paso, se escanea el potencial y el analito
preconcentrado se libera de nuevo en la solución, lo que se llama paso de
desprendimiento. Durante el paso de desprendimiento, la corriente en el
voltamograma aumenta hasta un pico cuya altura o área del pico es proporcional a
la concentración del analito, y el potencial del pico es una característica del analito.
Algunos de los beneficios importantes de esta técnica incluyen límites de detección
extremadamente bajos (10-10-10-12 mol L-1) debido al enriquecimiento del analito
durante el primer paso, capacidad para medir múltiples elementos simultáneamente
y bajos costos para la compra y gestión de instrumentación. Existen tres tipos de
técnicas de voltametría de desprendimiento: voltametría de desprendimiento
anódico, voltametría de desprendimiento catódico y voltametría de desprendimiento
adsortivo. En la voltametría de desprendimiento anódico, el analito se
electrodeposita en el electrodo de trabajo durante el paso de preconcentración y
luego se oxida desde el electrodo durante el paso de desprendimiento. En la
voltametría de desprendimiento catódico, el analito se electrodeposita en el
electrodo de trabajo a un potencial oxidante durante el paso de preconcentración.
Luego, las especies oxidadas se desprenden del electrodo al barrer el potencial
negativamente durante el paso de deposición. Este método es adecuado para
especies iónicas que tienen sales insolubles y se depositan en el electrodo durante
el paso de deposición. La diferencia entre la voltametría de desprendimiento
adsorptivo y los dos métodos anteriores es que en este método, el paso de
preconcentración no es electroquímico y se realiza mediante la adsorción del analito
en la superficie del electrodo de trabajo. La voltametría de desprendimiento se ha
utilizado en numerosos biosensores electroquímicos.
TRANSDUCTORES IMPEDIMÉTRICOS
Los transductores impedimétricos, en particular a través de la Espectroscopia de
Impedancia Electroquímica (EIE), han recibido una atención significativa en la
comunidad de biosensores. La EIE no solo es no invasiva, simple, rápida y
económica, sino también una herramienta valiosa para estudiar varios procesos
electroquímicos, lo que la hace adecuada para el desarrollo de biosensores.
El modelo eléctrico equivalente de Randles–Ershler, un modelo popular en la EIE,
incorpora parámetros como la resistencia del electrolito (R_s), la resistencia de
transferencia de carga (R_ct), la resistencia de transferencia de masa (R_mt), la
capacitancia de doble capa (C_dl) y la impedancia de Warburg (W). Este modelo
proporciona información sobre procesos que involucran transferencia de masa,
adsorción de especies electroactivas, resistencia del electrolito y transferencia de
carga en la superficie del electrodo.
En la EIE, se aplica un pequeño potencial sinusoidalmente variable en un amplio
rango de frecuencias de corriente alterna (CA), y la respuesta de corriente resultante
se mide. El espectro de impedancia, representado por gráficos de Nyquist o Bode,
revela información sobre la resistencia de transferencia de carga y los procesos de
difusión. Los gráficos de Nyquist suelen mostrar una semicircunferencia a altas
frecuencias (indicativa de la resistencia de transferencia de carga) y una parte lineal
a bajas frecuencias (correspondiente a procesos de difusión). Los beneficios de la
EIE incluyen su carácter no destructivo, permitiendo mediciones en presencia o
ausencia de un par redox. Sin embargo, existen desafíos relacionados con la
linealidad, estabilidad y causalidad, que dependen de los procedimientos de
operación y la precisión técnica de la instrumentación. La EIE tiene el potencial de
avanzar en el campo de los biosensores, ofreciendo una comprensión más profunda
del comportamiento electroquímico de los sistemas y permitiendo el desarrollo de
sensores más sensibles y selectivos.

APLICACIÓN DE BIOSENSORES IMPEDIMÉTRICOS


Como un tipo de transductor para los biosensores electroquímicos, la técnica de
impedancia ha atraído una atención notable en diferentes campos debido a su
sensibilidad, rapidez y portabilidad.
La detección de bacterias patógenas en alimentos es de particular importancia. El
desarrollo de un método sensible y confiable en este campo es muy significativo,
por lo que los biosensores impedimétricos se utilizan ampliamente en la detección
de bacterias. Se presentó un biosensor impedimétrico basado en una membrana
nanoporosa para la detección de patógenos bacterianos en leche entera. En este
estudio, se utilizó una membrana de alúmina anodizada para la fabricación del
biosensor impedimétrico. Además, se utilizó ácido hialurónico para la modificación
de la superficie para mejorar la inmovilización de anticuerpos. Además, Escherichia
coli O157:H7, una de las bacterias patógenas alimentarias más perjudiciales, se
probó como modelo. Finalmente, el biosensor preparado se aplicó para la detección
de Escherichia coli O157:H7 en muestras de leche entera con un límite de detección
de 83 ufc/ml. Los biosensores impedimétricos son útiles para la detección
cuantitativa rápida y precisa de bacterias patógenas para ayudar al diagnóstico
rápido en aplicaciones clínicas. Asif Ahmed y colaboradores desarrollaron un
biosensor impedimétrico para la detección de Streptococcus pyogenes en saliva
humana. Se modificaron electrodos de oro serigrafiados con politirosina, y
anticuerpos biotinilados se conjugaron a grupos de amina de la politirosina mediante
un acoplamiento biotina-NeutrAvidin. El sensor mostró una respuesta lineal de 100
células/10 μL a 105 células/10 μL) contra S. pyogenes.
El cáncer cervical es el cuarto tipo más común de cáncer mortal en mujeres.
Pradhan et al. fabricaron un biosensor impedimétrico basado en cuatro electrodos
(electrodo sensor, electrodo de trabajo, electrodo contador y electrodo de
referencia) utilizando técnicas de fotolitografía utilizadas para evaluar la
citotoxicidad del tamoxifeno en líneas celulares de cáncer cervical. Los resultados
obtenidos demostraron que el tamoxifeno redujo el número de células HeLa en las
superficies de los electrodos. Esta investigación indicó que la técnica de EIS podría
utilizarse como un método eficiente para estudiar la citotoxicidad de diferentes
medicamentos novedosos.
Uno de los tumores más comunes en hombres es el cáncer de próstata, y el
biomarcador conocido para su diagnóstico es el antígeno prostático específico
(PSA). Prepararon un biosensor impedimétrico basado en aptámeros para el
reconocimiento dual de PSA. En primer lugar, se modificaron dos electrodos de oro
nanoestructurados para la fabricación del biosensor mediante la inmovilización de
dos aptámeros diferentes (PSAG-1, anti-PSA). Luego, el PSA glicosilado y el PSA
total se unen al primer y segundo biosensores, respectivamente. Estas uniones
provocan cambios en la resistencia de transferencia de carga y determinan la
cantidad de PSA glicosilado y total en la muestra. El rango dinámico fue de 0,26 a
62,5 ng/mL para el biosensor basado en PSAG-1 y entre 0,64 y 62,5 ng/mL para el
biosensor basado en anti-PSA. Este biosensor impedimétrico basado en aptámeros
duales es un método prometedor para el diagnóstico invasivo del cáncer de
próstata.
La presencia de patógenos microbianos en el agua puede provocar algunas
enfermedades como tifoidea, cólera, disentería y polio. Por esta razón, el desarrollo
de herramientas de detección rápidas y de bajo costo en el punto de necesidad
desempeña un papel significativo en la prevención de enfermedades transmitidas
por el agua.
El grupo de Rengaraj informó sobre un innovador biosensor impedimétrico basado
en papel funcionalizado para reconocer la contaminación bacteriana en el agua. El
biosensor se construyó utilizando papel hidrofóbico comercial e tinta conductora de
carbono. El elemento de bioreconocimiento fue la Concanavalina A, ya que puede
interactuar selectivamente con mono- y oligosacáridos en células bacterianas. Los
resultados mostraron que la resistencia de transferencia de electrones

Los biosensores potenciométricos se han convertido en transductores poderosos


para fines analíticos específicos, gracias a la introducción de nuevos elementos de
reconocimiento biológico como anticuerpos, aptámeros, enzimas y péptidos. Estos
biosensores se aplican en diversas áreas, incluyendo la detección de iones
metálicos, moléculas pequeñas, células bacterianas y toxicidades.

DETECCIÓN DE IONES METÁLICOS:


La detección de trazas de metales pesados tóxicos en aire, suelo y agua es crucial
para evitar daños irreparables. Desarrollaron un biosensor potenciométrico para la
detección de Hg2+ utilizando un electrodo de pH modificado con un hidrogel de
quitosano-polialcohol vinílico y ureasa. La inhibición de la actividad enzimática
proporcionó una buena relación lineal con la concentración de Hg2+ en un rango de
0.002 μM a 2 μM, con un límite de detección de 0.001 μM. Este biosensor se aplicó
con éxito en muestras de aguas residuales industriales. Desarrollaron un biosensor
potenciométrico para detectar iones Cu2+, Hg2+, Cd2+ y Pb2+, basado en la
electropolimerización de polipirrol y glucosa oxidasa en un electrodo de platino. El
biosensor mostró rangos lineales y límites de detección adecuados para cada ion
metálico y se aplicó con éxito en la detección de estos iones en agua del grifo.
El grupo de Liao creó un dispositivo microfluídico con una matriz de biosensores
potenciométricos para la detección múltiple de K+ y Ca2+. Este dispositivo incluyó
un indicador de pH y microelectrodos selectivos para potasio y calcio. Fue aplicado
en la detección de estos iones utilizando tecnología de fotolitografía.

MOLECULAS PEQUEÑAS:
La detección de moléculas pequeñas con alta selectividad, sin interferencia de
iones, es difícil. Por lo tanto, se utilizan comúnmente métodos basados en
reacciones enzimáticas inducidas por el analito, inhibición de actividades
enzimáticas, anticuerpos y aptámeros para identificar moléculas pequeñas. Hasta
ahora, muchas moléculas pequeñas como galactosa, colesterol, urea y ácido láctico
se han detectado mediante biosensores potenciométricos.
- Galactosa: Se desarrolló un biosensor potenciométrico desechable,
económico y simple en papel para la detección de galactosa en sangre
completa. Utilizando galactosa oxidasa como elemento de reconocimiento
biológico, el sensor presentó un rango lineal de 0.3 a 31.6 mM y un límite de
detección de 0.25 mM.
- Colesterol: Se fabricó un nuevo biosensor potenciométrico para la detección
de colesterol. El biosensor presentó una relación lineal entre el potencial y el
logaritmo de la concentración de colesterol en el rango de 10^-6 a 10^-3 M,
siendo eficaz en la determinación de colesterol en muestras de suero
sanguíneo.
- Urea: Un biosensor potenciométrico para la detección de urea utilizó una
enzima ureasa inmovilizada en nanopartículas de poli (metacrilato de 2-
hidroxietilo-glicidilo). El sensor mostró un rango lineal de 0.01 mM a 500 mM
y un límite de detección de 0.77 μM, siendo aplicado con éxito en la detección
de urea en suero humano artificial.
- Ácido Láctico: Se desarrolló un biosensor potenciométrico basado en el
lactatooxidasa para la determinación de ácido láctico. El sensor presentó una
capa de ácido acrílico polimerizado en plasma depositado en la superficie de
Si3N4 para su fabricación, siendo relevante para aplicaciones en diagnóstico
clínico, industria alimentaria, bebidas y medicina deportiva.

CÉLULAS BACTERIANAS:
La detección de patógenos con un método selectivo, específico, confiable y rápido
es crucial para el diagnóstico clínico, la seguridad alimentaria y el monitoreo
ambiental. La prevención efectiva de enfermedades infecciosas causadas por
bacterias es una preocupación común.
- Staphylococcus aureus: Se informó un biosensor potenciométrico basado en
grafeno para la detección de Staphylococcus aureus. Un electrodo de
carbono vítreo fue modificado con óxido de grafeno como capa transductora
y aptámeros como capa de detección. Para el análisis potenciométrico, se
midió la fuerza electromotriz entre el aptasensor como electrodo de trabajo y
un electrodo de referencia Ag/AgCl.

- Salmonella typhimurium: Se desarrolló un biosensor potenciométrico


desechable en papel para la detección de Salmonella typhimurium, una
bacteria transmitida por alimentos. Se utilizó un anticuerpo monoclonal contra
Salmonella como elemento de reconocimiento biológico. El sensor mostró
una relación lineal entre la diferencia de fuerza electromotriz y el logaritmo
de la concentración de Salmonella typhimurium en el rango de 12 a 12 × 10^3
células mL-1.
- Staphylococcus aureus con control magnético: Se creó un biosensor
potenciométrico controlado magnéticamente para la detección de
Staphylococcus aureus. Utilizando electrodos serigrafiados y perlas
magnéticas modificadas con péptidos como elementos de reconocimiento y
transducción, el biosensor podía detectar Staphylococcus aureus en un
rango lineal de concentración de 1.0 × 10^2 a 1.0 × 10^6 CFU mL-1, con un
límite de detección de 10 CFU mL-1.

- Escherichia coli: Se informó un biosensor para detectar Escherichia coli


causante de la contaminación bacteriana en el agua potable basado en una
prueba de inmunoensayo. El elemento de reconocimiento biológico fue un
anticuerpo policlonal de conejo obtenido mediante una cepa ambiental de
Escherichia coli. El biosensor diseñado fue muy sensible y rápido, pudiendo
detectar 10 células por ml.

TOXICIDADES:
Desarrollar métodos económicos y rápidos para determinar toxicidades en el medio
ambiente y las aguas residuales industriales es esencial.

- Aflatoxina B1 en alimentos: Se creó un biosensor potenciométrico para la


detección de aflatoxina B1 en alimentos. Se inmovilizó un conjugado de
aflatoxina B1-albúmina de suero bovino en un electrodo de carbono vítreo, y
nanopartículas de oro se funcionalizaron con anticuerpos policlonales anti-
aflatoxina B1. El sensor mostró una respuesta lineal proporcional al logaritmo
de la concentración de aflatoxina B1 en el rango de 0.1 a 5.0 μg.kg-1, con un
límite de detección de 87 ng.kg-1. Se aplicó exitosamente para la detección
en muestras de cacahuetes.

- Toxicidad en agua: Un biosensor potenciométrico se diseñó para la detección


de toxicidad en el agua. Se utilizó la bacteria Nitrosomonas europaea como
bioreceptor y un electrodo selectivo de membrana de amonio polimérica
como transductor. El sensor evaluó los efectos de los tóxicos sobre la
actividad de la bacteria midiendo las tasas de consumo de amonio con el
electrodo de membrana selectiva de amonio. Mostró sensibilidad, simplicidad
y rapidez para la detección de toxicidad en el agua.
TRANSDUCTORES CONDUCTOMÉTRICOS
La técnica conductométrica se basa en medir la capacidad de una solución de
electrolito o un nanocable para conducir corriente eléctrica entre electrodos. Aunque
los transductores conductométricos han recibido menos atención que otros,
presentan ventajas significativas, como prescindir de un electrodo de referencia,
operación con voltaje alterno de baja amplitud e insensibilidad a la luz. Sin embargo,
tienen limitaciones, como la alta conductividad de las soluciones de electrolitos y la
sensibilidad a diversos factores, lo que reduce la selectividad. En los
fugubiosensores conductométricos, el elemento de reconocimiento biológico suele
ser enzimas, y los cambios en la conductividad se deben a reacciones enzimáticas
específicas. Estos biosensores ofrecen selectividad debido a la especificidad de las
enzimas. A continuación, se exploran diferentes tipos de biosensores
conductométricos basados en enzimas y sus aplicaciones.

BIOSENSORES DE GLUCOSA:
Dado que la glucosa es un metabolito esencial en los organismos vivos y la fuente
de carbono más importante en numerosos procesos de fermentación microbiana,
los biosensores de glucosa han recibido mucha atención entre los biosensores
desarrollados. La base de los biosensores conductométricos para la detección de
glucosa se puede describir mediante las siguientes reacciones.
Presentaron el primer biosensor conductométrico de película delgada para la
determinación de glucosa. Este biosensor se basa en electrodos de oro depositados
sobre un sustrato cerámico y modificados con glucosa oxidasa. Se investigaron
diferentes parámetros que afectan la respuesta del biosensor, como la fuerza iónica
y la capacidad del tampón. El límite de detección para la determinación de glucosa
obtenido fue de 0.01 mM.
Se describió un biosensor conductométrico para la detección de glucosa mediante
la inmovilización de glucosa oxidasa en un nanocompuesto híbrido de celulosa-
óxido de estaño. La capa porosa de óxido de estaño se cultivó en películas de
celulosa mediante la técnica de deposición en fase líquida. La glucosa oxidasa se
inmovilizó en este nanocompuesto mediante el método de absorción física. El
biosensor propuesto tiene una respuesta lineal en el rango de 0.5 a 12 mM.
Se presentó un biosensor conductométrico sensible a iones para la detección de
glucosa utilizando nanotubos de carbono de pared única y glucosa oxidasa
ensamblados capa por capa. Los resultados mostraron que la conductancia
depende de manera exponencial del pH debido a la protonación/desprotonación de
grupos funcionales carboxílicos en el nanotubo de carbono de pared única. La
sensibilidad general y la resolución del biosensor propuesto, con un voltaje de
polarización de 0.6 V, fueron de 10.8 µA/mM y 1 pM, respectivamente.
Se fabricó un biosensor conductométrico de glucosa mediante la inmovilización de
glucosa oxidasa en el área sensible de electrodos de película delgada. Los
electrodos de oro se construyeron mediante deposición al vacío sobre un sustrato
cerámico. La H+ producida enzimáticamente provocó una disminución en la
capacidad del tampón de la solución dentro de la capa enzimática, generando la
señal deseada.

BIOSENSORES DE UREA
Una prueba diagnóstica importante en laboratorios clínicos es la determinación de
urea en la sangre humana. Niveles anormalmente altos de urea en la sangre indican
disfunción renal. En esta reacción, se consume un protón y se producen iones de
amonio y carbonato, lo que cambia la conductividad.
Se desarrolló un biosensor conductométrico de urea utilizando ureasa inmovilizada
en un conjunto entrelazado impreso en pantalla. El electrodo de conjunto
entrelazado impreso en pantalla fue un excelente transductor conductométrico, y la
señal de conductancia dominó la señal de admitancia. Para la inmovilización de la
ureasa, se utilizó un proceso sol-gel convencional utilizando ortosilicato de
tetrametilo como precursor. El biosensor presentó un rango dinámico lineal de 0.03
a 2.5 mM y un límite de detección de 30 mM. El sensor propuesto se utilizó para
determinar la urea en muestras de suero y los resultados fueron comparables con
los kits de prueba de nitrógeno ureico en sangre.
El grupo de Saiapina desarrolló un biosensor conductométrico de urea altamente
sensible utilizando una combinación de propiedades de tamizado de amonio e
intercambio iónico de clinoptilolita y ureasa como elemento de reconocimiento
biológico. Se estudió el efecto del pH, la capacidad del tampón y la fuerza iónica en
la respuesta del biosensor para optimizar su rendimiento. Bajo condiciones óptimas,
se encontraron un rango dinámico y un límite de detección de 0–64 mM y 10^-6 M,
respectivamente.
Informaron sobre un biosensor conductométrico para la detección de urea. Este
biosensor se fabricó utilizando ureasa adsorbida en partículas nanoporosas de
silicato. El biosensor diseñado tiene ventajas significativas, como compuestos no
tóxicos utilizados en la fabricación del biosensor, simplicidad, rendimiento rápido y
excelente reproducibilidad. El rango lineal y el límite de detección fueron de 0.05 a
15 mM y 20 μM, respectivamente. Este biosensor puede utilizarse con éxito durante
la diálisis renal para el análisis de urea.

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