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Evolución de la Investigación en Enfermería

Para analizar la evolución de la investigación es preciso remontarnos a la segunda


mitad del siglo XIX, en que se profesionaliza la Enfermería, acontecimiento que se
le otorga a Florence Nightingale. Durante años esta enfermera dedicó parte de su
trabajo a la investigación, ayudada por sus conocimientos y manejo de la
estadística. Sus trabajos repercutieron en la práctica, una de las razones de ser de
la investigación, de tal manera que consiguió que el gobierno británico cambiara
las condiciones sanitarias de los servicios militares y coloniales.

Con la Segunda Guerra Mundial y el aumento de ingresos hospitalarios apareció


una demanda imperiosa de personal de Enfermería, y los investigadores
comenzaron a estudiar la oferta y la demanda. A partir de los estudios realizados
por algunos sociólogos y antropólogos como Brow, Winslon y Goldmark se
pusieron de manifiesto las deficiencias en la educación de las enfermeras y
algunos de estos trabajos propusieron vehiculizar la educación de enfermería a
través del medio universitario.

Simmons y Henderson expusieron en 1964 que casi todas las asociaciones


estatales efectuaron sus propios estudios sobre los recursos y necesidades de
Enfermería; ello llevó a una investigación posterior más uniforme y sistemática al
nivel nacional

La investigación en enfermería se define como un proceso científico que valida y


mejora el conocimiento existente y genera nuevo conocimiento que influye en la
práctica enfermera, directa o indirectamente.

Hasta ahora muchas investigaciones realizadas por enfermeras han estado


basadas en funciones delegadas, como en la conveniencia de utilizar un
determinado tipo de sonda, antiséptico o cualquier otro tipo de material y por ser
funciones delegadas siempre dependeremos de otros para llevar a la práctica los
resultados. Ello no quiere decir que las enfermeras desechemos este tipo de
trabajos, sino que los situemos en un marco adecuado. Este podría ser el campo
de la investigación multidisciplinaria, donde se integra el discurso de las distintas
disciplinas sanitarias. Pero ¿Cómo nos vamos a integrar en dicho discurso, si no
desarrollamos el propio?

Para conseguir tal desarrollo debemos centrarnos en el cuerpo de conocimientos


propio de enfermería, referidos a los cuidados de las necesidades básicas del
individuo a lo largo del continuum de la vida en situación de salud y/o enfermedad.

Lo que nos aporta este saber es disponer de un mayor conocimiento de los


fenómenos con que nos encontramos en nuestro ejercicio profesional y que
tratamos, con independencia de otros profesionales.

El conocimiento científico dentro del ámbito de la salud viene siendo relacionado


con profesionales a los que clásicamente se les ha reconocido la capacidad
investigadora (médicos, biólogos, químicos, etc.). Otros estamentos, como es el
nuestro, no han desempeñado las tareas de investigación; han quedado relegadas
a emplear el conocimiento científico construido por otros profesionales, y cuando
no, a tomar decisiones ante situaciones sobre las que no hay estudios serios que
orienten en la dirección adecuada. Es esta dejación de la función de investigar, la
que ha jugado un papel decisivo en el hecho de que, hasta hace relativamente
poco, las Escuelas Universitarias de Enfermería no hayan dado formación al
respecto. De cualquier forma, los enfermeros necesitamos investigar, según la
OMS, “la Enfermería debe investigar para contribuir a que la población alcance
estilos de vida saludables y una atención adecuada” y es responsabilidad nuestra,
procurar los conocimientos necesarios para poder hacerlo.

A través de la investigación demostramos la evolución en la práctica asistencial,


fomentamos la autonomía profesional y el rol independiente, conseguimos que se
haga patente en los equipos interdisciplinarios y que los usuarios y la sociedad lo
perciban. Ahora es el momento de consolidar, desde todos los ámbitos del
ejercicio profesional, el avance y desarrollo profesional que se nos reconoce y
acrecentarlo en un futuro como garantía de excelencia de los cuidados.

La investigación, es una necesidad, es un deber de todo profesional el reflexionar


sobre la realidad en la que actúa, obtener conocimiento y aplicarlo. Es por ello, por
lo que hay que insistir en la utilidad de los estudios sobre investigación en
enfermería, para mejorar los servicios de salud, y poder diferenciar el que los
planes de cuidados de enfermería son más sólidos si los basamos en la evidencia
y no en la experiencia intuitiva.

Acosta, G & Medina, E. (1997). Líneas de investigación en enfermería. Revista


Cubana de Enfermería, 13(2), 103-106. Recuperado en 18 de septiembre de 2023,
de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-
03191997000200007&lng=es&tlng=en

Gómez Gómez, A. (2017). La investigación en enfermería. Enfermería


Nefrológica, 20(1), 13–13. https://doi.org/10.4321/S2254-28842017000100001

Varela, M., Gómez, M. & García, F. (2012). La investigación en enfermería. Rol de


la enfermería. Enfuro, (121), 19–21. Retrieved from
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?
codigo=4093900&info=resumen&idioma=ENG

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