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REBECA ANIJOVICH
GRACIELA CAPELETTI
Introducción:
La introducción habla de una experiencia de trabajar con docentes para entender y mejorar la
evaluación de los aprendizajes, se les pidió a los profesores que recordaran sus propias
experiencias como estudiantes siendo evaluados.
Se analizan las prácticas de enseñanza de los profesores, las tareas de aprendizaje que
se les da a los estudiantes, y cómo se los evalúa. Se cuestiona de qué tipo de
evaluaciones se están utilizando. también habla de que hay una tensión entre los
objetivos de enseñar ciertos contenidos y el proceso real de aprendizaje de los
estudiantes.
Para llevar a cabo una evaluación, el evaluador (el profesor) toma algunas decisiones
fundamentales para la evaluación.
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Al evaluar, la atención se centra en identificar los errores que los estudiantes han
cometido, en lugar de centrarse en lo que han aprendido o cómo han mejorado. Este
enfoque hacia el error no es beneficioso. En la vida diaria y en muchas de las
actividades que los jóvenes disfrutan, como los videojuegos o los deportes, los errores
se ven como desafíos a superar, no como fracasos. Los errores se convierten en
oportunidades para aprender a mejorar.
La evaluación debe ser considerada desde el principio cuando se planifican las clases.
Significa decidir cuándo y cómo se recogerá información sobre el aprendizaje de los
estudiantes y cómo se relaciona con los objetivos de la clase.
Los profesores tienen que crear herramientas para evaluar el aprendizaje de los estudiantes,
podría ser una evaluación escrita, un proyecto, un examen oral. y también ayudar a los
estudiantes a entender lo que están haciendo bien y dónde necesitan mejorar.
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Las buenas prácticas de evaluación son aquellas que no son sorpresa para los estudiantes,
debe ser una parte natural de la clase y estar vinculadas a las actividades cotidianas del aula.
Las evaluaciones tienen que ser vistas como oportunidades para aprender y mejorar, y no
como algo que se teme.
“Evaluar para aprender” pone al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje. En lugar
de probar a los estudiantes para ver que saben, este enfoque utiliza la evaluación como una
parte integral del proceso aprendizaje. Es una evaluación formativa, porque es un tipo de
evaluación que se utiliza para ayudar a los estudiantes a aprender y a mejorar a lo largo del
tiempo.
Vinculada con lo que se enseña en el proceso educativo, implica que los métodos de
evaluación deben ser utilizados de manera coherente con los objetivos de la enseñanza y las
intenciones para el aprendizaje establecidas. Además, la evaluación debe utilizar
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Es importante que los profesores hablen en el aula, esto quiere decir crear un ambiente para el
diálogo y la participación de los alumnos. A través de esto, se busca fomentar el intercambio
de ideas, el debate y la reflexión crítica sobre los temas de estudio. También deben facilitar la
discusión y guiar a los estudiantes para que puedan construir su propio conocimiento.
Implica que los estudiantes puedan juzgar su propio trabajo y el de los demás, hoy
comprendiendo el objetivo de aprendizaje y evaluando su propio desempeño. También deben
saber en qué fase se encuentran en su propio proceso de aprendizaje. Hoy estas acciones están
relacionadas con la autorregulación y promueven la metacognición.
Esta práctica en el aula fomenta relaciones horizontales y establece una cultura democrática
donde el conocimiento o el profesor se comparte con los estudiantes. El profesor puede
intervenir haciendo preguntas y promoviendo la reflexión sobre los juicios emitidos por los
estudiantes. Hoy no se trata de separar la autoevaluación o retroalimentación entre pares de la
evaluación realizada por el profesor, sino de integrar ambos procesos.
Utilizar la información sobre los logros de los estudiantes para tomar decisiones sobre cómo
enseñar y cómo aprender. Esta información permite identificar áreas en las que se puede
mejorar tanto el proceso de enseñanza como el proceso de aprendizaje.
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En lugar de ver la evolución como algo que sólo nos da un resultado final, se considera como
un proceso continuo. Significa que no sólo nos enfocamos en el resultado final sino también
en comprender los objetivos del proceso de evaluación y en saber qué está sucediendo
durante el proceso.
Desde el punto de vista del estudiante, es beneficioso que la evaluación no forme parte
integral del proceso de enseñanza y aprendizaje. Esto permite al estudiante olvidar y orientar
su progreso, conocer cómo está avanzando en relación a los criterios establecidos en el
currículo y ajustar sus esfuerzos. Además, la evaluación le ayuda a identificar y detectar
dificultades y contribuir a revisar y adaptar sus estrategias de aprendizaje para promover la
autorregulación.
Desde el punto de vista del profesor, la evaluación tiene que ser un papel regulador en el
proceso de enseñanza. Significa que el profesor puede valorar los logros de los estudiantes a
través de la evaluación, retroalimentar los y ajustar las estrategias de enseñanza, la
planificación y la evaluación misma en función de los resultados obtenidos. De esta manera,
el profesor adapta su enseñanza para garantizar un mejor aprendizaje por parte de los
estudiantes.
Hace referencia a las creencias que los profesores tienen sobre la evaluación en el ámbito
educativo y como estas creencias pueden tener efectos en los estudiantes.
Se menciona que las creencias de los profesores sobre la evaluación pueden influir de manera
significativa en el itinerario escolar de los estudiantes. Significa que las creencias que los
profesores tienen sobre cómo evaluar y calificar el desempeño de los estudiantes pueden
tener repercusiones importantes en su progreso académico. Estas repercusiones, pueden ser
graves y agudas lo que implica que pueden tener un impacto negativo en el rendimiento y
desarrollo de los estudiantes.
Para destacar, movilizar y analizar las creencias y los profesores sobre la evaluación se
requiere un trabajo profundo que involucre sus estructuras cognitivas y emocionales. Esto
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implica examinar como piensan y sienten los profesores acerca de la evaluación, así como
revisar sus propias experiencias escolares relacionadas con este proceso. Las creencias se
construyen a partir de las vivencias personales por lo tanto es importante considerar como
estas experiencias pueden influir en las creencias de los profesores.
Las creencias de los profesores pueden hidrolizarse o cuestionar a medida que reflexiona
sobre ellas. Sin embargo, estas creencias están arraigadas en los profesores y se ponen en
práctica sin dudar, ya que se consideran parte del conocimiento profesional. Esto implica que
cambiar las creencias arraigadas puede ser un desafío, pero necesario para mejorar la
enseñanza.
Los profesores creen que la forma de evaluar y los instrumentos que utilizan
dependen de las características particulares de la asignatura que están evaluando. Sin
embargo, no mencionan las características personales de los alumnos ni el proceso de
enseñanza ni las metas que se persiguen.
Para mejorar la evaluación de los alumnos, los profesores consideran que sería
beneficioso recibir cursos de formación que aborden diferentes aspectos,
especialmente en relación a adaptarse a las nuevas necesidades en términos de
evaluación. Los profesores reconocen la diversidad de necesidades para llevar a cabo
una evaluación más efectiva y consideran que recibir formación adicional sería útil
para lograrlo.
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2. La realidad del aula implica tener en cuenta quiénes son los estudiantes y
cómo se lleva a cabo la enseñanza influye en lo que se evalúa y cómo se hace.
3. Los factores externos son elementos externos al aula que pueden influir en
lo que se debe evaluar y cómo hacerlo, como políticas educativas, recursos
disponibles o expectativas de la sociedad.
Consiste en evaluar los resultados de las pruebas y las producciones realizadas para
determinar los avances alcanzados por cada estudiantes y el grupo en general. También se
considera el progreso individual de cada estudiante y se analiza el proceso de aprendizaje del
grupo.
En algunos casos, se pueden utilizar cámaras de teléfonos celulares u otros dispositivos para
grabar el desempeño de los estudiantes mientras realizan algún procedimiento o actividad.
También se pueden registrar las reflexiones y discusiones que surgen después de completar
un trabajo o proyecto.
Estas grabaciones son una herramienta valiosa para evaluar el nivel de comprensión,
habilidades prácticas y procesos cognitivos de los estudiantes. Permiten a los profesores
revisar y analizar detenidamente el desempeño de cada estudiante, brindando una
retroalimentación más precisa y personalizada.
Implica sumergirse en las reflexiones que ellos mismos realizan sobre su propio proceso de
aprendizaje. Esto permite comprender las fortalezas y potencialidades que han desarrollado a
lo largo del recorrido educativo, como también las dificultades y desafíos a los que se han
enfrentado.
Una herramienta valiosa para obtener una visión más completa y precisa de como los
estudiantes perciben su propio progreso y cómo se sienten respecto a su desempeño
académico.
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Implementar estas reuniones de evaluación conjunta con los estudiantes tiene como objetivo
normalizar esta práctica en el entorno escolar. Se busca que sea una instancia habitual para el
desarrollo de estrategias metacognitivas, es decir que los estudiantes sean capaces de
reflexionar sobre su propio pensamiento, conocer sus propias fortalezas y debilidades,
además de tomar decisiones informadas sobre cómo abordar su aprendizaje.
● Selección de trabajos de los alumnos que ilustren el desarrollo y los logros de sus
desempeños:
Estas evaluaciones les brindan una retroalimentación formativa que les permite no solo
evaluar su propio desempeño como profesores, sino también identificar áreas de mejora y
tomar medidas para mejorar los aprendizajes de sus estudiantes.
No todos los profesores tienen la costumbre de utilizar los resultados de las pruebas tomadas
en sus propias clases, así como las evaluaciones institucionales o las pruebas nacionales, para
reflexionar sobre los aprendizajes alcanzados y los desafíos pendientes asi como sobre las
prácticas de enseñanza. Se debe a diversos factores, como la falta de tiempo, la capacitación
en el análisis de datos o simplemente la falta de conciencia sobre cómo utilizar eficazmente
estos resultados para mejorar la enseñanza.
Algunos profesores consideran que los datos y las evaluaciones solo tienen un propósito
Informativo en términos de los aprendizajes de los estudiantes, sin ver cómo pueden ser
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Para obtener estas evidencias, el profesor lleva a cabo diversas acciones. En primer lugar, es
importante observar cómo los estudiantes construyen sus conocimientos en situaciones
concretas. Implica prestar atención a cómo aplican los conceptos aprendidos, como resuelven
problemas o como argumentan sus ideas.
2. Para analizar las actividades de enseñanza, las consignas de trabajo y las producciones
de los estudiantes y es necesario examinar cuidadosamente cómo se relacionan con
los objetivos y criterios establecidos.
3. Al analizar las producciones de los estudiantes es importante considerar no solo las
pruebas o exámenes formales, sino otras fuentes de información . Implica recolectar
evidencias de diferentes formas, como observaciones en clase,trabajos prácticos,
proyectos o participación en discusiones. Es fundamental tener en cuenta, que la
evaluación no es un evento aislado, sino un proceso continuo e integrado de la
enseñanza.
Sin embargo. A medida que avanzamos en el nivel educativo, se tiende a actualizar más
pruebas para evaluar el conocimiento de los estudiantes. El problema con esto es que las
pruebas sólo miden lo que el estudiante sabe o no en el momento de la prueba sin tener en
cuenta otros aspectos importantes del aprendizaje.
Estas pruebas suelen requerir que los estudiantes defiendan un concepto o identifiquen y
describan un proceso. Es decir, se les pide que demuestren que han adquirido el conocimiento
de manera precisa y detallada.
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Al tomar esta posición en relación a la evaluación, se busca encontrar evidencias de que los
estudiantes están aplicando los aprendizajes alcanzados. Para lograr esto, es necesario diseñar
las evaluaciones considerando cómo poner en práctica las propuestas, consignas o elementos
que permitan demostrar el conocimiento adquirido.
esa brecha. El objetivo es que el estudiante adquiera un nivel de comprensión más cercano al
esperado.