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Autosacrificio por una causa:
Una revisión y una
Modelo Integrativo

Jocelyn J. Bé langer , Birga M . Schumpé,

B havna Menon, Joanna Conde N g
y N o ë mie n ociti

"Quien tiene un por qué vivir puede soportar casi cualquier
cómo". - Friedrich Nietzsche
Durante miles de años, teólogos, filósofos y
dramaturgos han intentado ofrecer consuelo por la
tragedia inevitable que nos espera a todos: la
muerte. Algunos creen en una vida futura; otros
prefieren disfrutar de la vida mientras dura, pero
independientemente de cómo afrontemos la
verdad, en algún nivel todos estamos preocupados
por la llegada de la muerte, el momento en que la
materia que constituye nuestros cuerpos deja de
funcionar. Los terroristas suicidas perturban esta
creencia firmemente establecida al pisotear la
noción fundamental de autoconservación. Pero
¿cómo caminan voluntariamente hacia las fauces
de la muerte? Seguramente algo debe estar mal
con ellos.
En realidad, el autosacrificio es algo común entre
los organismos vivos. Incluso a nivel celular, se sabe
que las bacterias se autodestruyen cuando son
atacadas por un bacteriófago para evitar la
transmisión del parásito a parientes cercanos (un
proceso también conocido como "infección abortiva";
Fineran et al., 2009; O'Connor et al., 1999; Refardt et
al., 2013). La práctica se extiende incluso al mundo de
los insectos, donde muchas especies de hormigas y
termitas han perfeccionado el espantoso arte de
hacerse estallar, mucho antes de que existieran
grupos terroristas como Al-Qaeda e ISIS. En un
proceso conocido como "autotísis" (Maschwitz y
Maschwitz, 1974), las hormigas obreras menores en el
Complejo Camponotus cylindricuspueden contraer
violentamente su abdomen hasta que las paredes de
su cuerpo se abren y los compuestos de la glándula
mandibular son expulsados sobre el cuerpo y las
extremidades del depredador (Davidson et al., 2009,
2012; Jones et al., 2004). Las hormigas obreras
muestran este comportamiento cuando defienden su
territorio (Davidson et al., 2012; Jones et al., 2004), y las
especies de termitas también utilizan procesos
similares para defender túneles durante las
incursiones (Bordereau et al., 1997). De manera
similar, en un fenómeno llamado "autotomía por
picadura", las obreras de muchas especies de abejas y
avispas se someten a una muerte lenta pinchando la
piel de sus depredadores con unas púas bien
desarrolladas.
466 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
lanceta de aguijón. Cuando una abeja obrera pica a
un depredador, el aparato queda firmemente
fijado en el tejido cutáneo de la víctima con estas
púas (Sakagami y Akahira, 1960). Otros
comportamientos de abnegación observados entre
aves y mamíferos (p. ej., ardillas, monos y macacos)
incluyen llamadas de alarma, que atraen la
atención del depredador hacia quien llama,
reduciendo sus propias posibilidades de
supervivencia y permitiendo a otros un escape
rápido (Cheney y Seyfarth, 1985; Dunford, 1977;
Hollen y Radford, 2009). Aunque los modos y
mecanismos del autosacrificio son diversos, hay un
patrón común que subyace a todos: el organismo
que se sacrifica intenta defender, proteger o
empoderar a su grupo para asegurar su
supervivencia.
Sin lugar a dudas, en circunstancias extraordinarias,
los seres humanos también pueden reunir la voluntad
necesaria para adoptar un comportamiento de
autosacrificio para proteger a un grupo de hermanos,
una nación o una causa en peligro. Sin embargo, hay
muchas razones para creer que el autosacrificio a nivel
humano es mucho más complejo que para muchos
otros organismos. En primer lugar, las personas
pueden elegir entre una amplia gama de
comportamientos de sacrificio para apoyar una causa
de su agrado. Todas exigen algún tipo de costo, pero
algunas son claramente más mundanas que otras, y
pocas son decisiones que ponen en peligro la vida. En
consecuencia, el estudio del autosacrificio no puede
limitarse a comprender el pequeño número de
hombres y mujeres que se destruyen
espectacularmente por diferentes motivos políticos o
religiosos; nuestro análisis debe ser menos granular y
más inclusivo para que podamos comprender
plenamente estos actos. Además, a diferencia de
cualquier otra especie, los humanos son selectivos en
cuanto a los grupos con los que se identifican, y su
propensión por un grupo en particular puede cambiar
drásticamente con el tiempo, lo que refleja nuestra
complejidad social y cognitiva y el hecho de que la
voluntad de morir por un grupo específico es
diferente. reversible. Como tal, hay muchas fuerzas
psicológicas en juego que obligan a las personas a
adoptar conductas que generan costos. Esto plantea la
cuestión del proceso psicológico que
permite a las personas participar en comportamientos de
autosacrificio de diversas intensidades en primer plano:
¿cuáles son las características de estos grupos e ideologías
por las cuales los individuos están dispuestos a arriesgar la
vida y la integridad física?
EL PRESENTE CAPÍTULO
En este capítulo revisamos los avances recientes
relacionados con la psicología del autosacrificio.
Este capítulo comienza definiendo qué es el
autosacrificio como objeto de estudio y cómo se
conceptualiza y mide como diferencia individual.
Luego se situará la noción de autosacrificio entre
otras construcciones relacionadas para enfatizar su
contribución única a la ciencia psicológica. Una vez
delimitada su red nomológica, discutimos varios
componentes motivacionales relevantes para el
autosacrificio utilizando el modelo 3N de
radicalización (Kruglanski et al., 2014b; Webber y
Kruglanski, 2016) como marco integrador.
Finalmente, revisamos la investigación sobre la
dimensión interpersonal del autosacrificio y
discutimos posibles preguntas de investigación que
pueden investigarse fructíferamente en el futuro.
DEFINIR EL AUTOSACRIFICIO
El autosacrificio se define como la disposición
psicológica a sufrir y morir por una causa (Bélanger et
al., 2014). Un desglose de esta definición indica que el
autosacrificio tiene un componente motivacional (es
decir, disposición), implica un costo (por ejemplo,
sufrimiento, muerte) y tiene un componente ideológico
(por ejemplo, una causa). El constructo del
autosacrificio es, por tanto, una diferencia individual,
un rasgo relativamente estable a lo largo del tiempo
(Bélanger et al., 2014) que, como la mayoría de los
constructos psicológicos, puede fluctuar
momentáneamente tras inducciones experimentales
de corta duración (Dugas et al., 2016). ; véase también
Kruglanski y Sheveland, 2012). También es importante
subrayar que la
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
la voluntad de sacrificarse no equivale a querer
morir; más bien refleja la disposición de las
personas a hacerlo si es necesario. Debido a
que la disposición al autosacrificio puede ser
inducida por la situación y no está asociada con
angustia psicológica, postulamos que el
autosacrificio no es una construcción que esté
en el ámbito de la psicología anormal. Dada
esta definición, el autosacrificio y el concepto de
martirio se consideran funcionalmente
equivalentes e intercambiables.
EL AUTOSACRIFICIO COMO
CONTRAFINALIDAD
El estudio de la motivación humana se facilita al
trazar la representación mental de las personas
sobre las metas y sus respectivos medios para
alcanzarlas. Un enfoque que es particularmente útil
para este ejercicio es la teoría de los sistemas de
metas (Kruglanski et al., 2002), que postula que las
metas son estructuras de conocimiento
organizadas en redes asociativas (ver también
Anderson, 1983; Anderson et al., 2004). Desde este
punto de vista, la teoría propone tres
configuraciones de medios-metas que tienen
propiedades psicológicas únicas e implicaciones
para la consecución de metas: (1) medios que
sirven a un único propósito (medios unifinales), (2)
medios que sirven concomitantemente a múltiples
objetivos (medios multifinales). ), y (3) medios que
sirven a un objetivo único pero son perjudiciales
para objetivos alternativos (medios contrafinales;
para una revisión, ver Kruglanski et al., 2015a). De
acuerdo con esta nomenclatura, el autosacrificio es
esencialmente contrafinal, ya que implica participar
en una actividad (por ejemplo, detonar un cinturón
de bombas) para lograr una meta focal (por
ejemplo, promover la propia causa ideológica) a
expensas de una meta alternativa. (por ejemplo, la
vida de uno). Lo mismo puede decirse de formas
menos extremas de autosacrificio, como iniciar una
huelga de hambre, violar la ley o donar dinero a
una organización, si estos comportamientos se
persiguen en aras de una causa ideológica.
467
¿Por qué alguien elegiría realizar una actividad
sabiendo que socavaría la consecución de otros
objetivos? La investigación ha revelado que parte
de la respuesta radica en el hecho de que los
costos asociados con los medios contrafinales les
dan la apariencia de ser particularmente efectivos
o instrumentales para lograr el objetivo focal al que
supuestamente sirven (Bélanger et al., 2016). En
una serie de experimentos, Schumpe et al. (2017)
demostraron que cuanto mayor es el sacrificio
percibido (p. ej., dolor, costo, esfuerzo), mayor es la
instrumentalidad de los medios percibidos para
lograr el objetivo. Se demostró que este tipo de
heurística de "sin dolor, no hay ganancia" es más
fuerte para las personas que están altamente
comprometidas tanto con el objetivo focal como
con el alternativo. Las implicaciones de estos
hallazgos para el activismo político son
particularmente interesantes. Por ejemplo, al
estudiar a un grupo de ambientalistas, Schumpe y
Bélanger (2017) revelaron que las formas extremas
de activismo –como actividades riesgosas o
ilegales– se percibían como más efectivas para
promover la causa ambiental porque se percibían
como perjudiciales para la consecución de otros
objetivos (por ejemplo, evitar estar en peligro).
Debido a que los medios contrafinales parecen
maximizar la expectativa de logro de la meta,
sacrificar dominios importantes de la vida se vuelve
particularmente atractivo cuando una meta parece
estar fuera de alcance. Bélanger et al. (2016)
encontraron apoyo para esta propuesta al hacer
que los participantes evaluaran la efectividad de
diferentes medios relacionados con la consecución
de objetivos académicos y románticos. Se
demostró consistentemente que los medios
contrafinales, como descuidar el sueño para
estudiar o descuidar a los amigos para pasar
tiempo con la pareja, eran preferidos a otros tipos
de medios para la consecución de objetivos cuando
los participantes no estaban seguros de alcanzar su
objetivo focal. De ahí que, como dice el refrán, a
veces “el fin justifica los medios” y la gente sacrifica
voluntariamente objetos de valor para alcanzar una
meta que se considera importante. De acuerdo con
esta perspectiva, Schumpe y Bélanger (2017)
encuestaron a cientos de ambientalistas
468 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
para medir su voluntad de sacrificarse para proteger el
medio ambiente: cuanto más improbable era que su
causa tuviera éxito, mayor era su motivación para
saltar a la refriega y arriesgar la vida y la integridad
física por la causa. Experimentos adicionales revelaron
que hacer sacrificios aumentaba el compromiso de las
personas con la causa; Esta observación es consistente
con la teoría de la autopercepción de Bem (1972), que
estipula que "los individuos llegan a "conocer" sus
propias actitudes, emociones y otros estados internos
parcialmente infiriéndolos a partir de observaciones de
su propio comportamiento manifiesto y/o de las
circunstancias". en el que se produce este
comportamiento" (p. 1). En ese sentido, cuanto más
costoso es el sacrificio, más fuerte es el compromiso
con la causa y la intención de realizar más sacrificios.
Aunque son de naturaleza preliminar, estos hallazgos
son indicativos de un posible ciclo de autorrefuerzo
que puede salirse de control y, en última instancia,
producir resultados perjudiciales.
CONCEPTOS DISTINTIVOS
El concepto de autosacrificio guarda cierta semejanza
con muchas otras construcciones psicológicas. Por lo
tanto, vale la pena posicionar esta construcción para
resaltar sus propiedades únicas. Una vez más, un
análisis sistémico de metas parece ser útil para
establecer estas distinciones.
Compromiso de meta
El autosacrificio está íntimamente relacionado con el
compromiso con una meta, que comúnmente se
define como "el apego o la determinación de alcanzar
una meta" (Locke et al., 1988, p. 24). De hecho, sería
preocupante encontrar individuos que contemplaran
la muerte por una causa sin atribuirle una importancia
considerable. Sin embargo, el compromiso con el
objetivo es relativamente inespecífico en cuanto al
comportamiento concreto (es decir, los medios) y
generalmente implica persistencia y extensión del
esfuerzo (Wright et al., 1994).
Por el contrario, el martirio es más específico, ya que
se relaciona únicamente con comportamientos de
sacrificio (es decir, significa descuidar objetivos
alternativos) y se realiza con la intención de promover
una causa.
Altruismo
Otro constructo con el que el autosacrificio comparte
similitudes es el del altruismo. El concepto de
altruismo se ha debatido durante mucho tiempo en
casi todos los campos conocidos, desde la teología
hasta la biología (Post et al., 2002), y todavía hay
mucho debate relacionado con su definición.
Consideramos dos definiciones tomadas de la
literatura psicológica y las cubrimos a su vez. El
primero es de Bar-Tal y Raviv (1982): los autores
definen el altruismo como un "comportamiento
voluntario e intencional llevado a cabo para su propio
fin en beneficio de una persona, como resultado de
una convicción moral en la justicia, y sin expectativas
de recompensas externas". ' (pág. 199). El concepto de
autosacrificio aquí descrito contrasta con esta
definición en el sentido de que el autosacrificio puede
perseguirse por convicciones no relacionadas con la
justicia y con la expectativa de recompensa, como
elogios y reconocimiento grupal. La segunda definición
es de Krebs y Miller (1985), quienes sostienen que el
altruismo genuino "implica la capacidad de los
humanos de comportarse de una manera que mejore
el bienestar neto de otro con algún costo neto para
ellos mismos" (p. 2). Esto está relacionado con la idea
de que el altruismo está fuertemente relacionado con
el comportamiento prosocial (por ejemplo, Batson y
Shaw, 1991). Sin embargo, este no es necesariamente
el caso del sacrificio, ya que puede promover
comportamientos pacíficos o dañinos por igual.
Además, observamos que, en psicología, el
altruismo tiende a definirse como un rasgo de
personalidad que afecta a un amplio espectro de
conductas de ayuda (Batson, 1987; Eisenberg,
1986; Rushton et al., 1981; para una discusión, ver
Carlo et al. , 1991). Tanto el altruismo como el
autosacrificio están conceptualmente relacionados
con nociones de modestia y acción en nombre de
los demás; sin embargo, el autosacrificio promueve
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
humillación por una causa específica. Obsérvese
también que el altruismo no implica necesariamente
renunciar a objetos de gran valor (por ejemplo,
bienestar, riqueza), mientras que esto es parte
integrante de nuestra definición de autosacrificio.
Igualitarismo
El autosacrificio también guarda algunas
similitudes con el concepto de igualitarismo. El
igualitarismo es la creencia de que todos los
individuos tienen derecho a la igualdad de
oportunidades y de trato (Monteith y Walters,
1998), de modo que un igualitario se define como
"cualquiera a quien le importe la igualdad más allá
de la medida en que promueva otros
ideales" (Temkin , 1993, pág.7). En consecuencia,
alguien genuinamente preocupado por la igualdad
puede hacer importantes sacrificios para ayudar a
otros necesitados, como renunciar a privilegios y
descuidar importantes ámbitos de la vida para
fomentar la igualdad. El autosacrificio, tal como lo
hemos definido aquí, no siempre se persigue para
lograr la igualdad. De hecho, el autosacrificio es a
menudo un medio para beneficiar a un grupo
sobre otro para hacerlo más competitivo. Incluso
en relación con el propio grupo, el autosacrificio
podría dar lugar a que la persona quede en
desventaja en comparación con sus homólogos.
MEDICIÓN DEL AUTOSACRIFICIO
El examen científico de cualquier constructo requiere
una operacionalización y medición adecuadas. El
autosacrificio no es una excepción; A continuación
ofrecemos una revisión selectiva de los métodos que
se han utilizado en trabajos anteriores para medir el
autosacrificio.
Medida explícita:
La escala del autosacrificio
La Escala de Autosacrificio (Bélanger et al., 2014) es
una medida de autoinforme diseñada para
469
Mide la disposición de los individuos a renunciar a
objetos de alto valor (por ejemplo, riqueza,
relaciones, vida) para apoyar una causa ideológica.
Primero se pide a los participantes que escriban
una causa que sea importante para ellos. Luego,
los participantes responden a los diez ítems de la
escala, cinco de los cuales reciben una puntuación
inversa. Los elementos de muestra incluyen
declaraciones como: "Estaría dispuesto a soportar
un sufrimiento intenso si eso significara defender
una causa importante" y "Estaría dispuesto a dar
mi vida por una causa que es extremadamente
querida para mí". Los participantes califican cada
ítem en una escala de siete puntos que va desde 1 (
No estoy de acuerdo en absoluto) a 7 (Muy de
acuerdo). La Escala de Autosacrificio ha sido
traducida a numerosos idiomas (árabe, francés,
hebreo, italiano, español, tagalo y tamil) y sus
propiedades psicométricas han sido validadas con
muestras de terroristas (es decir, tigres tamiles y
yihadistas), activistas ( (por ejemplo, el movimiento
Black Lives Matter, feministas, ambientalistas) y la
gente común, lo que hace que la Escala de Auto-
Sacrificio esté en una posición única para examinar
empíricamente un vasto repertorio de fenómenos
cognitivos, emocionales y conductuales.
Utilizando la Escala de Autosacrificio, los
investigadores (Bélanger et al., 2014) han logrado
recientemente avances significativos en el mapeo de la
red nomológica del autosacrificio. De acuerdo con
nuestro análisis conceptual, se ha descubierto que el
autosacrificio y el altruismo están correlacionados
positivamente, aunque débilmente (r=0,20), apoyando
la noción de que ambos constructos son distintos.
Creer en Dios también tiende a estar relacionado
positivamente con el autosacrificio, lo cual no es
sorprendente dado que la gran mayoría de los
participantes religiosos que hemos encuestado se
adhirieron a una religión abrahámica (es decir,
cristianismo, islam, judaísmo), donde el tema del
autosacrificio el sacrificio es recurrente (por ejemplo,
Jesucristo en la cruz, shahid,kedoshim).
La Escala de Autosacrificio también ha sido útil
para extraer importantes conocimientos teóricos.
Por ejemplo, uno de los predictores más fuertes del
autosacrificio es el grado en que un individuo cree
que una causa esimportantea
470 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
ellos (Bélanger et al., 2014). Aunque este resultado no
es sorprendente, vale la pena señalar que tener una
actitud positiva hacia una causa determinada resultó
insuficiente para predecir el autosacrificio por una
causa determinada. Este último hallazgo encaja bien
con las teorías recientes de la motivación sobre la
distinción entregustoyfaltoen la búsqueda de objetivos
(Kruglanski et al., 2015c). Sin embargo, de manera más
fundamental, este hallazgo proporciona cierta
evidencia de que el autosacrificio está relacionado con
la internalización de una causa en las identidades de
las personas, lo que puede explicar por qué conceptos
relacionados con la identidad como la pasión
armoniosa y obsesiva (Bélanger et al., 2013a, 2013b;
Vallerand et al., 2003) se asocian positivamente con el
autosacrificio (Bélanger et al., 2014). Comprender el
proceso a través del cual la causa ideológica se arraiga
profundamente en el yo es una cuestión crítica que
abordaremos en una etapa posterior.
Otro dato significativo extraído de esta
investigación es la ausencia de correlación entre la
Escala de Autosacrificio y diferentes criterios de
psicopatología, como la depresión, la ideación
suicida y la psicopatía (Bélanger et al., 2014). De
hecho, una pregunta constante en los estudios
sobre terrorismo es la conexión entre las
enfermedades mentales y el extremismo violento
(por ejemplo, Weatherston y Moran, 2003). Durante
muchos años, una opinión común fue que para
cometer estos actos espantosos de la más baja
naturaleza, los extremistas violentos tenían que ser
lunáticos trastornados. Esta visión crítica de la
psique de un terrorista ha cambiado drásticamente
a lo largo de los años, y la mayoría de los
académicos hoy en día admitirían que el terrorismo
suicida no guarda ninguna relación sistemática con
la psicopatología (por ejemplo, Atran, 2003; Merari,
2010; Post et al., 2009; cf. Lankford). , 2014). Los
datos recopilados mediante la Escala de
Autosacrificio respaldan esta perspectiva. Además,
al abordar la noción de “perfil de terrorista” –que es
otra cuestión importante en los estudios sobre
terrorismo– no se encontraron correlaciones de
orden cero entre la Escala de Autosacrificio y los
cinco grandes rasgos de personalidad (Bélanger et
al., 2014). En todo caso, nuestros datos sugieren
que, en algunas muestras, los hombres tienden a
reportan una mayor disposición al autosacrificio
por una causa. La evidencia preliminar también
sugiere que la relación entre género y
autosacrificio está mediada por la búsqueda de
sensaciones (Bélanger y Schumpe, 2017).
El lugar que uno ocupa en la Escala de
Autosacrificio también influye en una serie de
decisiones interpersonales y morales al dictar quién
tiene razón y quién no en determinadas cuestiones.
Por ejemplo, el autosacrificio también predice hasta
qué punto las personas son propensas a sentirse
enojadas y a carecer de simpatía hacia quienes no
respetan su causa. Además, se encontró una relación
positiva entre la disposición de uno al sacrificio y la
percepción de que otras personas que se sacrifican por
la misma causa son justas y heroicas. Este hallazgo
concuerda bien con hallazgos anteriores de que las
personas que comparten objetivos y valores similares
(por ejemplo, miembros de un grupo) son percibidas
como más morales que las personas que adoptan
objetivos y valores diferentes (por ejemplo, Brewer y
Campbell, 1976; Leach et al., 2007). ; Levine y
Campbell, 1972).
Por último, en muestras de terroristas (Tigres
Tamiles) y activistas ambientales, se demostró que la
disposición de las personas al autosacrificio predice
positivamente su voluntad de participar en medios
ilegales para promover su respectiva causa (Bélanger
et al., 2014). En el caso de los Tigres Tamiles, esto
incluyó el apoyo a los atentados suicidas como medio
para promover su agenda etnonacionalista. Para los
ambientalistas, esto incluía dañar físicamente a las
personas y sabotear industrias contaminantes. Sin
embargo, debemos tener cuidado al interpretar estos
resultados en el sentido de que el autosacrificio
predice incondicionalmente la violencia. Como se
analiza más adelante en este capítulo, las creencias
ideológicas desempeñan un papel fundamental a la
hora de moldear la propensión de uno hacia medios
pacíficos o destructivos para promover su causa.
Medida implícita: la tarea del auge
Aunque las medidas de autoinforme representan una
de las herramientas más importantes en psicología
social, existen varias advertencias asociadas con
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
su uso. Una cuestión clásica tiende a ser la
deseabilidad social (es decir, la necesidad de los
participantes de "obtener aprobación respondiendo de
una manera culturalmente apropiada y aceptable";
Crowne y Marlowe, 1960, p. 353). Paulhus y John (1998)
han postulado la existencia de dos respuestas distintas
y socialmente deseables: la mejora del autoengaño y el
manejo de las impresiones. El primero se refiere a la
tendencia a proyectarse a uno mismo bajo una luz
positiva debido a una autoimagen excesivamente
segura (Paulhus y John, 1998), mientras que el
segundo se refiere a "un intento deliberado de
distorsionar las propias respuestas para crear una
impresión favorable con la gente". otros" (Barrick y
Mount, 1996, p. 262). Bélanger y colegas (2014)
demostraron que el autosacrificio no estaba
correlacionado con la mejora del autoengaño y solo
estaba débilmente correlacionado (r=0,09) con gestión
de impresiones. Por lo tanto, la deseabilidad social no
tiene una fuerte influencia en las respuestas de los
participantes a la Escala de Autosacrificio.
Otro problema previsible con la medida de
autoinforme es la falta de voluntad de los participantes
para informar sobre sus actitudes genuinas, por temor
a que esto pueda crear problemas con las autoridades.
De hecho, esto podría ser un problema real si un
recluso obtiene una puntuación extremadamente alta
en la Escala de Autosacrificio (por ejemplo, morir por la
ideología de Daesh); Los carceleros podrían utilizar
esta información como excusa para imponer castigos
severos. Para sortear estas advertencias, los
psicólogos sociales han desarrollado medidas
implícitas que impiden a los participantes controlar sus
respuestas y confiar en la introspección. Los tiempos
de reacción de los participantes a los estímulos
experimentales se miden en milisegundos y se
comparan con estímulos de referencia neutros. Tales
medidas existen para una amplia gama de actitudes
psicológicas (por ejemplo, autoestima, estereotipos), y
el autosacrificio no es una excepción. Además, la
interpretación de estos resultados requiere
habilidades analíticas de datos relativamente
sofisticadas; por lo tanto, el riesgo asociado con estas
medidas (por ejemplo, si fueran interceptadas por
terceros no invitados) se reduce considerablemente
desde un punto de vista ético.
471
La medida implícita del autosacrificio, la 'Boom
Task' (Bélanger et al., 2014), implica que los participantes
jueguen un juego de computadora de ciencia ficción. La
trama es deliberadamente poco realista para evitar que las
adherencias ideológicas de los participantes interfieran con
la tarea. En concreto, los participantes interpretan el papel
de un viajero espacial cuya nave espacial es invadida por
extraterrestres que pretenden destruir a la humanidad. La
misión de los participantes, si deciden aceptarla, es salvar a
la raza humana neutralizando al enemigo usando un
cinturón antibombas, que presumiblemente está atado a
su pecho. Durante la tarea, los participantes exploran la
nave espacial en busca de la amenaza alienígena y están
expuestos a diferentes estímulos. Los participantes reciben
instrucciones de presionar la tecla 'A' cuando ven un
extraterrestre, para hacerse estallar y neutralizar la
amenaza, o presionar la tecla 'L' para enfundar su bomba
cuando se les presenta una imagen neutral. Se instruye a
los participantes para que respondan de la forma más
rápida y precisa posible a las imágenes. Antes de jugar, a
los participantes se les muestran todos los estímulos:
cuatro imágenes neutrales (una silla, una computadora,
una lámpara y una mesa) y una imagen objetivo
(extraterrestre). Estas imágenes se muestran
aleatoriamente excepto la imagen alienígena, que siempre
aparece al final. El propósito de mostrar la imagen
alienígena al final es que no sería lógico que los
participantes detonaran sus cinturones de bombas
repetidamente. Las latencias de respuesta de los
participantes (medidas en milisegundos) a las imágenes
neutrales se comparan con las imágenes alienígenas:
respuestas más rápidas a estas últimas en comparación
con las primeras indican una mayor propensión al
autosacrificio. Las investigaciones que utilizan este
paradigma han demostrado que la Escala de Autosacrificio
predice la rapidez con la que los participantes presionan el
detonador frente a la rapidez con la que enfundan la
bomba (Bélanger et al., 2014). Los tiempos de reacción al
Boom Task se pueden alterar utilizando diferentes
inducciones motivacionales en el laboratorio.
Toma de decisiones y
Medidas de comportamiento
Los psicólogos también se han basado en numerosos
paradigmas conductuales y de toma de decisiones.
472 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
para medir la disposición de las personas al
autosacrificio. Un método es el uso de un escenario
tipo viñeta, también conocido como el “problema
del tranvía” (ver Foot, 1967; Greene et al., 2001,
2009). Hay varias variaciones de este paradigma,
pero la mayoría implica decirles a los participantes
que un tren que se precipita por las vías matará a
varias personas si no se hace nada para detenerlo.
El hecho de que las personas que se salvan sean
miembros del dentro o fuera del grupo puede
modificarse para presentar una versión diferente
de este dilema. En última instancia, a los
participantes se les da la opción ficticia de saltar a
las vías para detener el tren (y salvar la vida de las
personas) o observar pasivamente el macabro
espectáculo. Este paradigma se ha utilizado con
éxito en investigaciones anteriores (Orehek et al.,
2014; Swann et al., 2014), y nuestros propios
resultados indican que la decisión de los
participantes de detener el tren también se
correlaciona positivamente con sus respuestas al
Auto-Sacrificio. Escala. Aunque la tarea es fácil de
administrar, recientemente varios autores, como
Bauman y colegas (2014), han criticado duramente
un dilema de sacrificio como el problema del
tranvía. Su crítica es triple: "(1) son más divertidas
que aleccionadoras, (2) no son realistas ni
representativas de las situaciones morales que la
gente encuentra en el mundo real, y (3) no
provocan los mismos procesos psicológicos que
otras situaciones morales". situaciones" (p. 536).
Los autores sostienen que los participantes están
muy familiarizados con este paradigma y, como
resultado, es probable que la tarea provoque
respuestas ensayadas. Apoyando esta opinión,
Chandler et al. (2013) han informado que la
familiaridad de los trabajadores de Mechanical
Turk con la tarea puede oscilar entre el 30% y el
85%, dependiendo de su percentil de actividad en
esta plataforma en línea. Teniendo en cuenta estos
hallazgos, puede resultar ventajoso desde un
punto de vista metodológico y teórico que los
investigadores estudien el autosacrificio utilizando
paradigmas más realistas. En otras palabras, los
participantes pueden hablar lo que dicen, pero ¿lo
hacen cuando se trata de apoyar la causa que
presumiblemente aprecian? Para responder a esta
pregunta, Bélanger et al.
(2014; Estudio 4) hicieron que los participantes
participaran en un estudio sobre el dolor, en el que se
les dijo que, por cada cucharadita de salsa picante que
comieran (es decir, salsa tabasco), el experimentador
donaría 1 dólar a una organización benéfica de su
elección. La tarea es interminable y a las personas se
les permite comer tanta salsa picante como puedan o
quieran. Normalmente, los participantes comen tres
cucharaditas de salsa, pero existe una variación
significativa (de cero a 30 cucharaditas). En principio, el
número de cucharaditas de salsa picante que comen
los participantes refleja su voluntad de sacrificarse por
esta causa y, de hecho, existe una correlación positiva
entre la ubicación de los participantes en la Escala de
Autosacrificio y el número de cucharaditas de salsa
picante que comen (Bélanger et al., 2014).
Otro método para estudiar el autosacrificio es a
través de un paradigma de donación, mediante el
cual los participantes tienen la opción de donar (o
no) dinero real a una organización benéfica
asociada con su causa. Este enfoque mide dos
dimensiones: (1) la elección de las personas de
adoptar un comportamiento que asuma costos y,
de ser así, (2) la magnitud de dicho sacrificio (es
decir, la cantidad de dinero donada a la causa).
Utilizando este paradigma con una muestra de
participantes cristianos, las calificaciones en la
Escala de Autosacrificio predijeron cuánto dinero
donarían a una organización cuya misión era
proteger a los cristianos perseguidos en Medio
Oriente (Bélanger et al., 2014). El autosacrificio no
estaba relacionado con dar dinero a una causa
diferente a la suya, lo que atestigua la noción de
que el autosacrificio está asociado con un
comportamiento ideológicamente específico.
EL ENFOQUE 3N
AL AUTOSACRIFICIO
La discusión anterior nos da una idea del terreno sobre el
autosacrificio para abordar algunas de las preguntas más
importantes en esta línea de investigación, incluida la
naturaleza de (1) las fuerzas motivacionales que obligan a
los individuos a participar en comportamientos que
soportan costos personalmente, ( 2) el
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
características ideológicas y de grupo que hacen
que las personas sean más propensas a sacrificarse
por las causas, y (3) los procesos psicológicos a
través de los cuales las personas se convierten en
mártires devotos. En la presente sección,
revisamos la evidencia recopilada tanto en el
campo como en experimentos de laboratorio en
todo el mundo para dilucidar estas preguntas y
presentar la teoría 3N de la radicalización
(Kruglanski et al., 2014b; Webber y Kruglanski,
2016) para integrar estos hallazgos en un marco
teórico integral. Sin embargo, primero nos
centraremos en el concepto de radicalización, que
está entrelazado con el concepto de autosacrificio.
Comprender cómo ambos están conectados será
útil para nuestro análisis.
La radicalización se define comúnmente como
"el proceso social y psicológico de compromiso
experimentado progresivamente con una ideología
política o religiosa extremista" (Horgan, 2009, p.
152). La radicalización no es específica de ninguna
ideología política o religiosa, ni implica recurrir a la
violencia. Según Kruglanski y colegas (2014b), la
radicalización puede experimentarse a través de
diferentes grados de intensidad creciente, por lo
que niveles más altos de radicalización representan
un mayor "desequilibrio entre el objetivo central al
que se dirige el comportamiento extremo y otros
fines comunes que tienen las personas" (p. 71 ). En
el extremo inferior del espectro, las personas
pueden simplemente estar de acuerdo con la
ideología del grupo (apoyo pasivo). En niveles de
intensidad más altos, el individuo se involucra
directamente en conductas para promover la causa
(participación). En última instancia, cuando un
individuo se radicaliza al más alto nivel, esa
persona está dispuesta a sacrificarlo todo, incluida
su vida, por la ideología. ¿Cómo comienza entonces
el viaje de la radicalización?
PRINCIPIOS TEÓRICOS
La teoría 3N postula que la radicalización se
produce como resultado de la confluencia de
tres elementos: Necesidades, Red y Narrativa.
473
En lugar de ser una lista de factores aditivos que
contribuyen a la disposición de las personas al
autosacrificio, la teoría también intenta explicar el
proceso de radicalización a través de estos
componentes. El elemento Necesidad se refiere a la
búsqueda de significado personal de los individuos,
el deseo de importar y de tener respeto ante uno
mismo y los de otros que son importantes
(Kruglanski et al., 2009, 2013, 2014b, 2015b). La
pérdida de importancia personal puede ser
inducida por cualquier experiencia personal que
dañe el sentido de autoestima de un individuo,
incluida la humillación, la estigmatización o el
sentimiento de injusticia (Dugas et al., 2016). Es
probable que los individuos que buscan significado
recurran a ideologías grupales y objetivos
colectivistas para restaurar su significado perdido:
la membresía en un grupo tiende a ser
recompensada con prestigio, estatus, recursos y un
sentido de pertenencia (por ejemplo, Tajfel y
Turner, 1979). Esta propensión a recurrir a grupos
cuando se necesita algo de importancia se llama
cambio colectivista (Kruglanski y Orehek, 2011;
Kruglanski et al., 2013). La segunda N es la red
social en la que están incrustados los individuos,
que dicta cómo uno debe comportarse para
obtener estatus y reconocimiento del grupo.
Incrustado en tales grupos hay un componente
ideológico –la tercera N de la teoría, la Narrativa–
en el que las normas y valores de los camaradas
permean progresivamente la identidad de la
persona y sirven como una brújula moral. La
narrativa ideológica prescribe lo que es aceptable y
lo que vale la pena defender a toda costa. Algunas
narrativas pueden alentar la construcción de la paz
y la igualdad a través de la justicia y la conciliación,
mientras que otras pueden glorificar la agresión
extrema contra los enemigos de un grupo y
empujar a los individuos hacia el extremismo
violento.
LA EVIDENCIA EMPÍRICA
Un creciente cuerpo de evidencia empírica
respalda el modelo 3N de radicalización.
474 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
Incluye encuestas y experimentos realizados en
laboratorio y en entornos de campo en una
variedad de lugares y zonas de conflicto. La
investigación sobre el componente Necesidad de la
teoría 3N ha sido particularmente sustancial. Por
ejemplo, en una muestra de refugiados iraquíes y
palestinos, Dugas et al. (2016) encontraron una
relación negativa entre sentirse significativo y
disposición al autosacrificio. Los mismos autores
han utilizado diferentes formas de manipular el
sentimiento de importancia, como recordar un
momento en el que uno se sintió socialmente
rechazado, no logró lograr algo significativo o tuvo
una puntuación baja en una prueba de coeficiente
intelectual. En todos los casos, estas
manipulaciones conceptualmente similares
hicieron que los participantes fueran más
propensos al autosacrificio por una causa. Dugas y
sus colegas también descubrieron que la relación
entre la pérdida de importancia y la voluntad de
sacrificarse por una causa estaba mediada por la
búsqueda de sentido de la vida por parte de las
personas. Además, las personas que recuerdan un
momento en el que se sacrificaron por una causa
(frente a un recuerdo positivo) aumentaron su
importancia personal. Los últimos resultados
sugieren que hacer sacrificios en nombre de una
causa es un medio más eficaz para lograr un
sentido de importancia que la búsqueda de
actividades placenteras: un conjunto de hallazgos
que resuenan bien con los principios de la
psicología existencial y humanista, que conecta el
yo -trascendencia (desapego del interés propio en
la búsqueda de una causa) y sentido de la vida
(Frankl, 2000; Maslow, 1966; May, 1953).
¿Podría esta búsqueda de significado explicar
también por qué la gente abraza atrocidades
indescriptibles? En un intento de responder a esta
pregunta, Bélanger y sus colegas (2017)
encuestaron recientemente a casi mil canadienses
y midieron cuán socialmente alienados se sentían
(un indicador de insignificancia) con elementos
como "Siento que la sociedad canadiense desprecia
quién soy" y " Ya no apoyo la forma en que el
gobierno canadiense administra el país”. De
acuerdo con nuestras expectativas, la alienación
social de los participantes predijo positivamente el
apoyo a la violencia contra los civiles.
e infraestructura y apoyo a los grupos radicales
que participan en estas diversas formas de
activismo violento. Se obtuvieron patrones
similares de resultados con una muestra
terrorista de 241 miembros de los LTTE (Tigres
de la Liberación de Tamil Eelam), de modo que
la insignificancia personal (es decir, sentirse
pequeño, inútil y sin esperanza) predijo
positivamente su voluntad de sacrificarse por su
grupo. , que a su vez predijo su apoyo a la lucha
armada para establecer un estado separado
(Bélanger, 2013).
Otros investigadores de diferentes perspectivas
teóricas también han teorizado y aportado evidencia
en apoyo del componente de Necesidad discutido en el
modelo 3N de radicalización. Por ejemplo, la Teoría del
Manejo del Terror (TMT; ver Burke et al., 2010, para
una revisión) postula que los humanos están sujetos a
ansiedad existencial. Para contrarrestar el miedo a la
falta de sentido (angustia existencial), los individuos
atribuyen gran importancia a las visiones culturales del
mundo que proporcionan un marco para comprender
el universo en el que viven al definir las creencias,
prácticas y aspiraciones que vale la pena alcanzar.
Como resultado, quienes se adhieren a prácticas
culturales diferentes suelen ser desestimados. Entre
las líneas de evidencia reunidas en apoyo de esta tesis
está la demostración de la TMT de que los individuos a
quienes se les recuerda su propia mortalidad (la
amenaza última a la propia importancia) defienden sus
visiones culturales del mundo con gran fervor (por
ejemplo, Greenberg et al., 1990). Por ejemplo, a los
estudiantes cristianos a los que se les recordó su
propia mortalidad (frente a los que no se les recordó
su mortalidad) evaluaron a un cristiano de manera
más positiva y a un judío de manera más negativa. En
relación con el autosacrificio, inducir la prominencia de
la mortalidad en una muestra de estudiantes iraníes
dio como resultado un aumento de actitudes positivas
hacia alguien que deseaba morir como un terrorista
suicida que atacaba a los Estados Unidos y una mayor
disposición a unirse a esta causa (Pyszczynski et al.,
2006). En la condición de control, los participantes
tenían una postura más pacifista y reportaron
actitudes más favorables hacia alguien que hablaba en
contra de los ataques de martirio y mayor
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
voluntad de unirse a una causa que no apoyaba los
atentados suicidas. De manera similar, Routledge y
Arndt (2008) demostraron que la prominencia de la
mortalidad (frente a un grupo de control) hizo que los
participantes británicos fueran más propensos al
autosacrificio por Inglaterra. Sin embargo, la
importancia de la mortalidad solo tuvo este tipo de
impacto cuando el grupo se describió como transitorio.
Cuando el grupo fue descrito como inmortal, los
participantes que fueron sometidos a la condición de
prominencia de la mortalidad no informaron una
mayor disposición a morir por el bien del grupo. En
conjunto, estos resultados sugieren que el
autosacrificio es un medio para sentirse importante
cuando la propia importancia está amenazada. Al estar
registrados en la memoria colectiva de su grupo, los
individuos pueden trascender psicológicamente la
muerte y vivir en los recuerdos de los demás (Elster,
2005).
Como se mencionó anteriormente, los
componentes Necesidad y Red están íntimamente
relacionados en el sentido de que, una vez que se
despierta la búsqueda de significado, las personas
tienden a unirse a un grupo para saciar su sed de
significado y reconocimiento. Esta propensión a
recurrir a grupos a menudo se denominacambio
colectivista(Kruglanski y Orehek, 2011; Kruglanski et
al., 2013), y abunda la evidencia relacionada con este
principio. Por ejemplo, en una encuesta distribuida en
12 naciones árabes, un menor éxito en la vida (es decir,
insignificancia) se correlacionó positivamente con la
tendencia de las personas a autoidentificarse como
miembros de una colectividad (por ejemplo, su nación
o su religión) en lugar de como individuos (Kruglanski
et al., 2012). De manera similar, también se ha
demostrado que las inducciones experimentales de
incertidumbre personal aumentan la identificación con
grupos cohesivos (Hogg et al., 2007; Reid y Hogg,
2005).
En cierto punto, se dice que la identidad de
una persona se fusiona con la del grupo, es
decir, 'su yo personal (características de los
individuos que los hacen únicos) se une a un yo
social (características de los individuos que los
alinean con los grupos). ' (Buhrmester y Swann,
2015, p. 1), y llegan a experimentar una
sensación de 'unidad' con otros miembros del
grupo. Cuando se produce esta transformación,
475
los individuos se empoderan (la fuerza está
en el número) y gradualmente se dedican a
la defensa de su grupo, incluso a costa de sus
propias vidas (Atran et al., 2014; Kruglanski et
al., 2013; Sheikh et al., 2016 ). En su
investigación sistemática de los cambios
psicológicos que ocurren cuando los
individuos se definen a sí mismos como
miembros de un grupo, Orehek y colegas
(2014) demostraron que
Las autoconstrucciones interdependientes, en comparación
con las autoconstrucciones independientes, atenúan la
ansiedad ante la muerte, reducen la evitación de la muerte,
aumentan el acercamiento a los estímulos relacionados con
la muerte, inducen una mayor disposición a convertirse en
mártir e inducen una mayor disposición a sacrificarse por
otros miembros de grupos importantes. (pág. 265)
En resumen, cuando la identidad de uno se fusiona
con la identidad del grupo, ese individuo puede estar
más dispuesto a asumir un comportamiento que
asuma costos para apoyar al grupo.
¿Cómo funciona exactamente este proceso de
fusión? En una serie de experimentos, Swann et al.
(2014) descubrieron que cuando a los participantes
"fusionados" se les hacía creer que compartían
características centrales (p. ej., genes, valores) con
otros miembros del grupo, se magnificaba su
disposición a sacrificarse por el grupo. Además, la
fusión de identidad con el grupo, junto con las
creencias en características compartidas, llevó a los
individuos fusionados a proyectar vínculos
familiares en sus miembros, lo que a su vez los hizo
más propensos al autosacrificio por el grupo,
independientemente de si estas características
eran positivas o negativas. .
Tenga en cuenta que existe una conexión entre el
concepto de fusión de identidades, vínculos familiares
y terrorismo. Uno de los hallazgos históricos en los
estudios sobre terrorismo es el papel de las redes
sociales en el proceso de radicalización.
Específicamente, uno de los factores de riesgo más
sólidos asociados con unirse a un grupo extremista
violento es conocer a alguien que pertenece a una
organización radical. Por ejemplo, Sageman (2008)
informa que, para Al-Qaeda, "alrededor de dos tercios
de las personas en la muestra eran amigos de otras
personas que se unieron a
476 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
juntos o ya tenían alguna conexión con el
terrorismo' (p. 66). Della Porta (1988) también
informó hallazgos similares con miembros de la
Brigate Rosse, en los que el 69% de los militantes
de izquierda italianos que se unieron al grupo
habían sido amigos de al menos un miembro antes
de unirse. En otras palabras, parece que las
personas pueden sentirse inclinadas a unirse a
movimientos radicales porque ya tienen fuertes
afinidades y experiencias comunes con algunos de
sus miembros, lo que facilita la proyección de
vínculos familiares en ellos. Estos vínculos no sólo
son imaginarios sino que a menudo son reales. El
terrorismo suele ser hereditario, como lo
demuestra el número de hermanos que participan
en la violencia: los hermanos Tsarnaev (ataques de
Boston), los hermanos Kouachi (ataques de Charlie
Hebdo) y los hermanos Bakraoui (ataques de
Bruselas) son algunos ejemplos.
Pasemos ahora a la última N de nuestro modelo, la
narrativa (ideológica) a la que los individuos están
expuestos a través del grupo. Aquí, definimos
ideologías como ideas y creencias que influyen en la
toma de decisiones de las personas y en el
comportamiento relacionado con objetivos: "unidades
de interpretación empaquetadas que se difunden
debido a motivos humanos básicos para comprender
el mundo, evitar amenazas existenciales y mantener
relaciones interpersonales valiosas" (Jost et al. al.,
2008, pág.1). Como se mencionó anteriormente, las
narrativas ideológicas dictan cómo debe comportarse
la persona para ganar importancia. De hecho, hacer
sacrificios a instancias de estos imperativos ideológicos
puede elevar a uno a un estatus legendario, un
incentivo rara vez igualado en otros lugares. Sin
embargo, no todas las ideologías son iguales. En pocas
palabras, algunas ideas parecen más dignas de
sacrificio que otras. De acuerdo con este punto de
vista, los académicos han introducido recientemente la
noción devalores sagradospara referirse a ideologías
que tienen el gancho psicológico necesario para imbuir
a sus adeptos de una determinación extraordinaria
para defenderlas. Formalmente, los valores sagrados
se definen como “preferencias no negociables cuya
defensa obliga a acciones más allá de… costos y
consecuencias calculables” (Atran, 2016, p. 2; véase
también Ginges et al., 2007). Los valores sagrados
incluyen los religiosos (p. ej.,
Islam, cristianismo, tierras ancestrales) y creencias
seculares (por ejemplo, derechos humanos,
democracia). Aquellos que se adhieren a estos valores
sagrados se denominan "actores devotos" (Atran 2016;
Atran et al., 2007), que se comportan basándose en lo
que se siente moralmente "correcto" en contraposición
a lo que es racional (es decir, análisis de costo-
beneficio). ). Los actores devotos son inmunes a la
tentación de concesiones materialistas. De hecho, tal
propuesta (por ejemplo, intercambiar tierras
ancestrales por dinero en efectivo) puede fomentar la
indignación moral y acciones violentas (Dehghani et
al., 2010; Ginges et al., 2007). También se esperarían
reacciones similares si la existencia del grupo que
sostiene los valores se viera amenazada de alguna
manera. De acuerdo con el modelo del actor devoto,
Sheikh y sus colegas (2016) demostraron que los
marroquíes que mantienen la sharia como un valor
sagrado informaron una mayor disposición a morir por
la sharia y apoyar una yihad militante en comparación
con aquellos que no creían en tal valor ( Sheikh et al.,
2016). Este efecto fue aún más fuerte para los
individuos cuya identidad estaba fusionada con un
grupo de amigos similares. En un estudio posterior, la
interacción entre los valores sagrados y la fusión de la
identidad grupal fue más fuerte para los individuos
cuyos valores democráticos se consideraban
amenazados (por ejemplo, los españoles que
consideraban la imposición de la sharia en España).
En resumen, el modelo 3N de radicalización
parece particularmente útil para comprender
los fundamentos psicológicos de los mártires al
integrar varias perspectivas teóricas en un
marco unificado. Aunque los analizamos por
separado, los tres factores analizados en este
capítulo (necesidad, red y narrativa) operan en
conjunto y no de forma aislada unos de otros.
En resumen, los individuos pasan de querer
significado a unirse a un grupo poderoso al que
se fusionan, lo que a su vez los lleva a proyectar
vínculos familiares y adherirse a valores
sagrados. Cuando estos valores están en
peligro, luchar contra sus detractores se
convierte en una obligación moral, y aquellos
que están dispuestos a responder al llamado
del deber reciben significado y gloria.
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
INFLUENCIA DEL AUTOSACRIFICIO EN
LOS DEMÁS
En las secciones anteriores de este capítulo,
analizamos varias fuerzas psicológicas que obligan
a uno a defender una idea o un grupo de personas
con ideas afines, sin importar el costo personal.
Aunque todos los sacrificios implican un costo
personal (por ejemplo, soportar el dolor, perder la
vida), la mayoría tiene implicaciones sociales de
largo alcance. De hecho, la gente suele descuidar a
los demás (por ejemplo, amigos y familiares) para
lograr sus ambiciones ideológicas. Gran parte de lo
que sabemos sobre las consecuencias
interpersonales del autosacrificio no ha surgido de
los confines de los estudios sobre el terrorismo
sino de la psicología industrial-organizacional y,
más específicamente, de su vasta literatura sobre
liderazgo. Esto puede parecer paradójico porque la
gente comúnmente supone que, en el competitivo
mundo de las organizaciones, los líderes exitosos
son 'serpientes disfrazadas' (Babiak y Hare, 2006):
individuos despiadados, si no psicópatas, incapaces
de sentir empatía y que no dudarían en hacerlo.
tirar a la gente debajo del autobús para llegar a la
cima. Dicho de otra manera (y tal vez más
amablemente), sacrificarse por una organización
parece estar en desacuerdo con el duro y cruel
entorno corporativo en el que sacrificar empleados
(es decir, emitir una nota de despido) es aceptable,
si no deseable, en nombre de la rentabilidad. Sin
embargo, la historia está plagada de líderes
industriales y militares totalmente dedicados que
están dispuestos a renunciar a todo por su
organización en tiempos difíciles. Un ejemplo
clásico es el del ejecutivo automovilístico
estadounidense Lee Iacocca, quien sacrificó su
propio salario anual –hasta 1 dólar
estadounidense– en un intento (exitoso) de darle
un giro a Chrysler (Iacocca y Novak, 1984). Una
explicación para este notable cambio es la
capacidad de Iacocca para convencer a sus
empleados de la "necesidad de sacrificio y esfuerzo
adicional" (Bass, 1985, p. 15). Parece que, bajo
ciertas circunstancias, los sacrificios de los líderes
pueden ser contagiosos, proporcionando a sus
tropas una voluntad de hierro para lograr objetivos
organizacionales específicos. De hecho, varios
477
Los autores han argumentado que esta podría ser una
de las razones por las que movimientos
revolucionarios, como Daesh (también conocido como
ISIS, el Estado Islámico de Irak y Siria), han podido
triunfar, o al menos resistir contra viento y marea,
sobre más enemigos potentes (por ejemplo, Arreguin-
Toft, 2001; Atran y Ginges, 2012).
¿Quiénes son estas personas capaces de
inspirar un compromiso tan inquebrantable?
Según Conger y Kanungo (1994), son líderes
carismáticos, personas con la notable capacidad
de "formular y articular una visión
inspiradora" (Conger y Kanungo, 1994, p. 442) y
de "transformar las necesidades individuales de
sus seguidores en necesidades comunes".
necesidad de la organización” (Choi y Mai-
Dalton, 1998, p. 492). Este es el tipo de líderes
que galvanizan a sus seguidores con una
ideología inspiradora a la que se vuelven fieles,
respetuosos y apegados emocionalmente.
¿Cómo logran los líderes carismáticos tal
hazaña? En general, persiguen su visión
sacrificando objetos de valor por la
organización. En otras palabras, adoptan
conductas de sacrificio (es decir, contrafinal)
que muestran inequívocamente a los miembros
del grupo que tienen algo que ver en el juego,
que están comprometidos con la organización.
Según el modelo analítico de liderazgo de Choi y
Mai-Dalton (1998), los líderes pueden mostrar
autosacrificio en tres áreas organizacionales
principales: (1) división del trabajo, (2) distribución
de recompensas y (3) distribución del poder. En el
División del trabajo, los líderes pueden participar
voluntariamente en "acciones, tareas, turnos o
segmentos de trabajo más arriesgados y/o arduos
en entornos organizacionales" (Choi y Mai-Dalton,
1998, p. 478). En este nivel, el líder "toma uno por
el equipo" y asume toda la responsabilidad por los
resultados negativos. En eldistribución de
recompensas, los líderes pueden renunciar o
posponer su parte de las recompensas
organizacionales, como salarios, ascensos y
beneficios. Un líder puede recurrir a ese
comportamiento durante una crisis organizacional
para señalar la gravedad de la situación y
demostrar su dedicación al éxito de la
organización. Por último, en eldistribución
478 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
de poder, los líderes podrán renunciar al
ejercicio de sus privilegios, como abstenerse de
ejercer su poder en sus cargos a pesar de tener
derecho a hacerlo.
Choi y Mai-Dalton (1999) demostraron que los
líderes que se sacrifican por la organización pueden
tener tres tipos principales de impacto en sus
seguidores. En primer lugar, los líderes que hacen
sacrificios tienden a ser percibidos como más
carismáticos que los que no lo hacen; inspiran
admiración, confianza y lealtad (Conger, 1989; Conger
y Kanungo, 1987; House y Shamir, 1993; Yukl, 1994). En
segundo lugar, los líderes sacrificados son percibidos
como más legítimos; se les considera que tienen el
estatus adecuado para liderar y ejercer influencia
sobre los demás. En tercer lugar, los líderes
desempeñan un papel importante en la configuración
de la cultura de sus organizaciones. Debido a que son
percibidos como el epítome de la virtud, los líderes
abnegados construyen una norma de reciprocidad. De
acuerdo con su función organizacional, se espera que
los seguidores se adhieran a las normas del grupo y se
sacrifiquen por la organización. Como resultado, la
práctica del autosacrificio se fomenta y refuerza en
toda la organización.
Este último mecanismo es claramente evidente en
Japón, donde la devoción y el sacrificio de los
trabajadores por la organización son prácticamente
incomparables. Herbig y Palumbo (1994) señalan que
la cantidad de tiempo que uno pasa en el lugar de
trabajo es una declaración simbólica de sumisión a la
organización y a los líderes. Aunque las estadísticas
sobre horas extras están gravemente subestimadas
debido al trabajo extracurricular no remunerado y no
registrado, en promedio, los trabajadores
administrativos japoneses suelen trabajar entre 60 y
70 horas a la semana (Herbig y Palumbo, 1994). Según
Tugawa (1991), de las vacaciones pagadas a las que
tienen derecho los trabajadores japoneses, más del
50% no se disfrutan (Tugawa, 1991). Sin embargo, ¿en
qué medida y a qué costo están dispuestos los
trabajadores japoneses a demostrar tal devoción hacia
sus empresas? ¿Cómo puede esto tener algún parecido
con las formas extremas de martirio que hemos
discutido anteriormente? La respuesta a ambas
preguntas es una forma extrema de adicción al
trabajo: Karoshi o muerte por exceso de trabajo.
Karoshi se describe como una "condición
fatal en la que el ritmo de vida de un ser
humano colapsa debido a la fatiga excesiva y la
función de mantenimiento de la vida se
arruina" (Kanai, 2009, p. 1). Las víctimas de
Karoshi se caracterizan por sacrificarse entre
3.000 y 3.500 horas al año, trabajando 14 horas
al día y siete días a la semana, lo que provoca su
muerte a una edad promedio de 40 años
(Herbig y Palumbo, 1994). Como afirmaron
Herbig y Palumbo (1994), "las hormigas
económicas están literalmente trabajando hasta
morir para mejorar la colonia" (p. 12). Aunque
no existen estadísticas oficiales, el Consejo de
Defensa Nacional para las Víctimas de Karoshi
(2017) estima que el número de víctimas de
Karoshi llega hasta 10.000 muertes al año. En
comparación, Japón registró 4.411 muertes
relacionadas con el tráfico en 2012 (Tiempos de
Japón, 2013). Aunque pueda parecer que
Karoshi se encuentra en el extremo de los
casos, no deja de ser un fenómeno real que
demuestra los fines a los que los individuos
están dispuestos a sacrificarse por su
organización. Muestra el grado de disposición
de los trabajadores a dar, literalmente, todo
(sus intereses personales, bienestar y salud) por
su organización.
OBSERVACIONES FINALES
El estudio del autosacrificio ha generado una
fascinante literatura empírica en la intersección de
la antropología, la biología, la criminología, la
cognición social y las ciencias políticas. Como lo
demuestra el presente capítulo, existe una
dialéctica notable entre el trabajo de campo y la
investigación experimental realizada en esta área.
Como resultado de este trabajo multidisciplinario e
intercultural, el estudio del autosacrificio ha
madurado enormemente en un corto período.
Además, ahora está relativamente claro que
actitudes como la voluntad de morir por una causa,
que antes se consideraba una irregularidad
mental, en realidad están profundamente influidas
por poderosas fuerzas sociales. Si algo,
 AUTOSACRIFICIO POR UNA CAUSA: UNA REVISIÓN Y UN MODELO INTEGRATIVO
dedicarse a una causa hasta el punto en que el propio
interés queda completamente subyugado por una
causa superior no es irracional sino, más bien, un
elemento basado en principios de supervivencia del
grupo. Sin embargo, como hemos visto a través de la
lente del modelo de radicalización 3N, el autosacrificio
no es del todo un acto desinteresado. Alguien que
lucha con uñas y dientes por un ideal se transforma de
ser una 'mota de polvo en un universo
indiferente' (Arie Kruglanski, comunicación personal,
14 de febrero de 2017) a un héroe glorioso que es
recordado eternamente en la memoria colectiva de sus
seres queridos. grupo (p. ej., Dugas et al., 2016; Elster,
2005; Kruglanski et al., 2009). Como Kruglanski et al.
(2009) señalan que "paradójicamente,La voluntad de
morir en un acto de terrorismo suicida puede estar
motivada por el deseo de vivir para siempre.(pag. 336).
Podría decirse que uno de los objetivos más
importantes de la psicología es reducir el sufrimiento
de las personas y encontrar formas de fomentar la
armonía en las relaciones intergrupales. La
importancia de esta misión es evidente: vivimos en un
mundo cada vez más fragmentado, pero
fundamentalmente interdependiente. Por lo tanto, en
este momento, creemos que uno de los desafíos más
importantes que enfrentan los psicólogos hoy en día
es encontrar formas de moderar el fanatismo y el
compromiso excesivo con los grupos. Aunque "vivir
apasionadamente" a menudo se promociona como la
máxima máxima para el éxito en la vida, cuando se
persigue de manera obsesiva (ver Bélanger et al., 2015;
Lafrenière et al., 2011; Vallerand et al., 2003), las
pasiones pueden anular el vínculo moral de uno. a la
ley (Gousse-Lessard et al., 2013), promueven la
desvinculación moral (ver Bandura, 1999) y dan como
resultado la justificación de la violencia. Esto hace eco
de la idea de Descartes (1649/1972) de que las
pasiones pueden ser extáticas y útiles siempre que
estén de alguna manera limitadas por la razón. Por lo
tanto, vacunar a los miembros jóvenes de nuestra
sociedad contra el atractivo de las fuerzas radicales y
recanalizar su motivación hacia ideologías y grupos
pacíficos parece clave para reducir el extremismo
violento. Se trata de preocupaciones apremiantes
porque en general se reconoce que el problema del
terrorismo no está disminuyendo y, de hecho,
constituye una grave amenaza para el mundo.
479
seguridad y estabilidad. Fundamentalmente, como
señalaron algunos de los principales expertos en el
campo, “nuestra comprensión de los procesos causales
de la desvinculación del terrorismo sigue siendo
teórica o especulativa” (Gill et al., 2015, p. 245). Esto se
debe a una falta general de evaluación en el campo de
la lucha contra la radicalización (Rabasa et al., 2010) y a
una ausencia total de ensayos controlados aleatorios –
el estándar de oro de las pruebas científicas (Shadish
et al., 2002)– para examinar el impacto de los métodos
de intervención sobre los extremistas violentos (Gielen,
2015). Koehler (2016) señala que la desradicalización
"sigue siendo uno de los campos menos investigados,
lo cual es aún más sorprendente, ya que la conexión
con políticas exitosas de lucha contra el terrorismo,
mantenimiento de la paz y contra la radicalización es
obvia" (p. 290).
Nos gustaría concluir con una nota positiva
señalando que recientemente los investigadores han
logrado avances alentadores para ayudar a las
personas a dejar atrás el terrorismo. La evidencia
preliminar de la efectividad del modelo 3N en la
desradicalización proviene de un estudio de campo
reciente realizado por Kruglanski y colegas (2014a).
Esta investigación se llevó a cabo con 1.906 miembros
de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE) que
fueron detenidos en varios centros de
desradicalización en Sri Lanka. El programa tenía como
objetivo abordar las 3N de los detenidos haciendo que
un grupo de detenidos participara en una serie de
programas (por ejemplo, terapias educativas,
vocacionales, psicosociales y creativas). El grupo de
control de este estudio no tuvo acceso a tales
oportunidades. Se administraron encuestas
psicológicas dos veces durante un período de nueve
meses. Los resultados indicaron que el apoyo de los
Tigres Tamiles a la lucha armada disminuyó
significativamente en el grupo de rehabilitación pero
no en la condición de control. Estos resultados
respaldan parcialmente la idea de que abordar las
necesidades, narrativas y redes de las personas puede
ser útil para promover una desradicalización
sostenida. Sin embargo, una comprensión completa de
cómo se pueden utilizar las 3N para promover la
desradicalización requiere una atención cuidadosa a
los procesos cognitivos y emocionales que subyacen a
estos efectos. Claramente,
480 EL MANUAL SAGE DE PERSONALIDAD Y DIFERENCIAS INDIVIDUALES
Es necesaria una gran cantidad de investigación antes de
que se pueda dominar el "arte de la desradicalización" de
manera que los individuos puedan evitar ideologías que
legitimen la violencia. Esperamos que este capítulo ayude a
estimular un mayor interés en esta fascinante área de
investigación.
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