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Las propiedades físicas del agua se relacionan con las características o magnitudes

que se pueden medir o determinar al considerar la materia, como por ejemplo su


masa, la energía, entre otras.

Entre las magnitudes físicas del agua están su color, olor, las formas en que se
puede encontrar, y todas aquellas que podemos determinar sin que se produzcan
reacciones o se altere su composición química.

Las propiedades se atribuyen principalmente a los enlaces por puente de hidrógeno,


los cuales se presentan en mayor número en el agua sólida, en la red cristalina cada
átomo de la molécula de agua está rodeado tetraédricamente por cuatro átomos de
hidrógeno de otras tantas moléculas de agua y así sucesivamente es como se
conforma su estructura.

Gusto

Al degustar un poco de agua pura a nuestro paladar le resulta que es insabora o sin
sabor. Igualmente es inodora o sin olor. Por el proceso de potabilización a veces se
le puede percibir un leve olor que se deben a residuos de cloro. Son los minerales
los que le conceden al agua distintas cartas de sabores.

Aspecto

El agua en general es incolora y transparente


cuando se observa en un vaso de vidrio. Sin
embargo, parece que tuviese un ligero color azul
claro cuando se acumula en grandes cantidades
en envases grandes, o cuando se observa en los
glaciares, en los ríos o en los mares.

Y es que de hecho, el agua exhibe cierta


coloración azulada pálida, cuya percepción se
concentra cuanto mayor sea la cantidad de agua.

Estados del agua

El agua es muy abundante en la Tierra


y se puede encontrar en cualquiera de
los tres estados de la materia: sólido,
líquido o gaseoso. El agua a
temperatura ambiente es una
sustancia líquida, la cual corresponde
a su forma más común.
Como sólido el agua recibe el nombre de hielo o nieve, dependiendo del tamaño de
sus cristales y del proceso de su formación. Mientras, el estado gaseoso se forma
cuando el agua pasa del estado líquido al gaseoso, formando el famoso vapor de
agua, fácilmente reconocible en la cocina y por encima de los alimentos.

Densidad

La densidad del agua pura oscila alrededor de 1 g/cm3. Mientras, la densidad del
agua de mar es un poco mayor debido a la sal que contiene. El agua tiene su mayor
densidad a 4 grados Celsius. A medida que se enfría o se calienta desde este punto,
su densidad disminuye.

Punto de congelación

El agua se congela a 0 °C. A esta temperatura pasa de su fase líquida a la sólida.


Al congelarse el agua se expande. Por eso
en su forma sólida posee menor densidad
que en su estado líquido, lo cual facilita que
el hielo pueda flotar sobre el agua líquida.

Asimismo, esta es la razón por la que al


enfriarse el agua en una botella no se debe
llenar mucho, ya que el hielo se expande y
termina rompiendo la botella.

Punto de ebullición

El agua posee un alto punto de ebullición el cual


es de 100 °C. Debe ser sometida a mucho calor
para que pueda calentarse y hervir o alcanzar
su punto de ebullición.

El agua posee entonces un elevado calor


específico, o denominada también capacidad
calorífica, que hace que se demore en
calentarse; pero también en enfriarse, es decir,
es lento el proceso requerido para que pierda el
calor adquirido.

Esta propiedad la hace muy útil en los sistemas de refrigeración, en los sistemas de
regulación de la temperatura corporal, entre otros relacionados.
Conductividad eléctrica

El agua es un buen conductor de la electricidad. Por muy pura que sea el agua
siempre va a tener alguna cantidad de iones, lo que le confiere la propiedad de
poseer una de las constantes dieléctricas más altas entre los líquidos no metálicos.

Cohesión

Las moléculas de agua se mantienen unidas entre sí gracias a los denominados


puentes de hidrógeno: enlaces débiles que se establecen entre una y otra molécula
de agua. Debido a este elevado nivel de cohesión resulta muy difícil comprimir el
agua.

Adhesión

Es fácil que el agua se adhiera por


ejemplo a la superficie bien limpia de
un vidrio, formando una película, la
cual llamamos humedad o “mojado”.
Asimismo, el agua se adhiere
rápidamente a nuestra piel, por lo
cual nos mojamos apenas llueve o
nos metemos en una piscina. De lo
contrario, nos secaríamos en
segundos.

Tensión superficial

La tensión superficial es la resistencia que ofrece el líquido en su superficie a ser


penetrado. El agua posee una elevada tensión superficial, producto de la cohesión
que existe entre sus moléculas, lo
que la hace formar gotas con
facilidad, en vez de esparcirse
libremente sobre una superficie
lisa.

La tensión superficial se evidencia


cuando los insectos parecen
desplazarse o caminan sobre el
agua sin hundirse, y es la razón por
la cual algunas hojas u otros
objetos livianos pueden flotar
sobre el agua.

Capilaridad

La facilidad con que el agua sube o baja por un


tubo capilar describe la propiedad de
capilaridad del agua. Esta propiedad también
se debe a las elevadas propiedades de
cohesión y adhesión que tiene el agua. El agua
puede ascender por capilaridad en tubos
delgados o espacios estrechos debido a la
cohesión de sus moléculas.

La capilaridad es aprovechada por la


naturaleza vegetal para suministrar agua hasta
las hojas de las ramas más altas de un árbol, así como también facilita su absorción
por las raíces de las plantas.

Asimismo las propiedades de tensión superficial y capilaridad hacen que el agua


forme parte estructural de las células, que forme parte de la sangre, y que corra o
fluya fácilmente a través de los diferentes vasos sanguíneos.

Acción disolvente

El agua puede disolver muchas sustancias, lo cual es vital para los organismos
vivos, ya que todas las reacciones químicas de los seres vivos se dan en un medio
acuoso. En los organismos vivos sirve de transporte de nutrientes, iones y muchas
otras sustancias.

También sirve para el transporte de los desechos, como la urea, que es eliminada
en el agua de la orina. Cuando una sustancia se disuelve y se mezcla bien con el
agua se dice que es hidrófila o hidrosoluble. Si no se mezcla ni disuelve bien, se
dice que la sustancia es hidrófoba o insoluble en agua.

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