Está en la página 1de 12

ACERCAMIENTO SOCIOHISTÓRICO DEL PENSAMIENTO

CIENTÍFICO, COMO BIEN COMÚN

Prof. Eddy Isaac Castillo Pérez


Universidad de Cienfuegos “Dr.
Carlos Rafael Rodríguez”
Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
Licenciatura en Comunicación Social

Resumen.
La presente investigación consiste en un acercamiento sociohistórico al desarrollo del
pensamiento científico, desde las primeras formas de organizaciones sociales humanas
y las antiguas civilizaciones; transitado por los principales momentos de la evolución de
la humanidad y hasta los fenómenos del desarrollo tecnológico actual.
Tiene el propósito u objetivo de reflejar el fin como “bien común” de la ciencia al
servicio de todos; lo que constituye un reto y meta suprema en las aspiraciones de los
hombres y las sociedades del siglo XXI.
Palabras clave: ciencia, tecnología, desarrollo, sociedad.

“Socio-hstoric approachment to the scientific thinking as a common


good”

Abstract: The present research consists of a socio-historic aproachment to the


scientific thinking development, from the first forms of social and human organizations
and the antiques civilizations to the phenomena of the current technological
development.
It has the objective of reflecting the end as a common ¨good¨ of science for everyone,
which is a challenge and a supreme goal for the aspiration of the 21th Century men and
societies.

Key words: science, technology, development, society.


Introducción.
El pensamiento científico compartido en lo esencial, ha desempeñado un rol
protagónico en el desarrollo de la humanidad; en aras de hermanar pueblos y culturas y
desarrollar valores en el imaginario social.
Asumir la aplicación de la ciencia y la tecnología en el contexto contemporáneo, para
dar solución a problemas comunes; es reconocerlos como bien común, lo que
constituye reto y perspectiva para las futuras generaciones en el afán de hacer cada vez
más sostenible el planeta que habitamos.
Una nueva cultura de asunción convoca y demanda de hombres conscientes en la
trilogía: ciencia, tecnología y sociedad. La idea del pensamiento científico compartido,
todavía posee brechas, que coloca en posición desigual a muchos países y seres
humanos, aún dentro de las sociedades desarrolladas. Su uso inadecuado no se
corresponde con la esencia de aquella sociedad primitiva (germen empírico de la
ilustración dieciochesca).
Recordar algunos ejemplos históricos de tal solidaridad, es tener la oportunidad de
repensar sobre el tema y abrazar lo noble de tal empeño.

Al respecto se presenta el siguiente trabajo, con el propósito de potenciar los


conocimientos sobre la ciencia y la tecnología, desde una aproximación sociohistórica
como bien común, desde el surgimiento mismo del hombre y las antiguas civilizaciones
hasta determinados aspectos concernientes al contexto actual.
Para el desarrollo de la investigación el autor coincidió con presupuestos teóricos y
conceptuales de Sonia Arias Curbelo, Xiomara Romero Rojas, Raymond Bayer,
Marcelo Pogolotti, Adolfo Sánchez Vázquez y otros.
Desarrollo.
El conocimiento acumulado en las antiguas civilizaciones: Mesopotamia, India, Egipto,
China, La Cultura Hebrea y Grecia, fue en lo esencial compartido de generación en
generación: ejemplo de ello es la Biblia y las diferentes traducciones de textos
científicos y filosóficos del período clásico griego que sirvieron para conservar y
enriquecer las obras de las cuatro generaciones fundamentales de los pensadores griegos
antiguos: Los pitagóricos “Pitágoras”, (571-497 a.n.e) los sofistas “Gorgias” (484-
375ane) y “Sócrates” (470-399 ane), “Platón” (427-347ane) y “Aristóteles” (384-322
ane).
La ciudad de Bagdad, capital de Irak llegó a ser un auténtico crisol cultural donde se
estudió ciencia y se enriqueció mutuamente sin importar a los monarcas abasíes del
siglo VIII, la procedencia de los pensadores, siempre que contribuyeran al progreso
del imperio. Se tradujo al árabe, literatura sobre alquimia, aritmética, filosofía, física,
geometría, medicina y música. Las relaciones con Bizancio a fin de compartir progreso
son evidentes a finales del siglo X, casi todos los textos científicos y filosóficos griegos,
incluyendo sus propios aportes al desarrollo del pensamiento científico de la época.
De este intercambio de conocimientos basta señalar, que la obra maestra del médico y
filósofo Avicena (980-1037) conocido como el “Canon de la medicina” y que incluiría
los presupuestos e ideas de pensadores griegos célebres como Galeno y Aristóteles; fue
el principal manual de medicina establecido durante los siguientes cuatrocientos
años. Pudiera decirse, un verdadero intercambio de ciencia y de tecnología al servicio
de la sociedad en nuestros tiempos modernos.
Todo el conocimiento y avance del pensamiento humano en la antigüedad se aprecia
reflejado en las construcciones, canales, riegos, agricultura. Los textos sobre botánica y
agronomía propició la selección de mejores cultivos en cada región y el aumento de la
producción en beneficio de la alimentación.
No hubo una esfera de la vida en donde los avances del conocimiento, dejara de
reflejarse y tener impacto en la práctica.
Algunos estudiosos plantean que en Persia las matemáticas griegas se mezclaron con la
de la India, donde se había creado un sistema de escritura
numérica notación posicional basado en el uso del cero, que a criterio del
historiador Paul Lunde simplificó los cálculos y posibilitó el avance del álgebra. Las
bibliotecas fueron centros de intercambio de eruditos, como la famosa biblioteca de
Alejandría. En el Cairo, donde se dice que la más importante casa de sabiduría llegó a
contar con más de un millón de volúmenes. En Córdova de la España omeya esta
institución fue objeto de prioridad que atraía a investigadores y estudiantes con
innumerables recintos para el conocimiento.

Aún en el período de letargo oscuro que vivió la humanidad por más de mil años o
etapa medieval hasta finales del siglo XIV en Europa Occidental, además del esfuerzo
por conservar la obra de los sabios del pasado, fundamentalmente en los monasterios se
continuó gestando un conocimiento desde el anonimato. Ejemplo de ello, en materia de
arquitectura, lo constituyen las catedrales de Notre Dame de París construida entre 1163
– 1250 y de Estrasburgo hacia 1230. “El estilo gótico gradualmente, permeó al resto de
las artes. Ingleses y alemanes se nutrieron bastante rápido de las creaciones francesas;
los italianos (…) demoraron hasta la segunda mitad del siglo XIII en asimilarlo”(Arias
Curbelo, S y X, Romero, 2005:18).

La obra de San Agustín (354-430) considerada la más fecunda en ideas estéticas entre la
escritura de la iglesia antigua, por diversos estudiosos del tema entre lo que destaca
(Bager: 1984); encontramos la influencia y el apoyo de las aportaciones realizadas por
Pitágoras y Platón cuando “insistía en el número como elemento decisivo de los seres
bellos (...)” (Citado por Raymond, B, 1984: 34). La influencia y aportaciones de
Aristóteles cuando puso la belleza en congruencia con sus partes. (Citado por
Raymond, B, 1984, p34) y en Plotino (203-269, ne) al reconocer tal belleza proveniente
de una fuente única: Dios.
Otro de los pensadores que hicieron contribuciones al desarrollo del pensamiento
científico en esta etapa fue Santo Tomás de Aquino( 1225/6- 1274) a pesar que el
cristianismo inicialmente excluyó la investigación, sus obras contienen elementos de
ésta como fruto de su esfuerzo al intentar comprender el verdadero camino de explicar
la ,verdad y hacerla suya.
Acerca de las artes, este pensador apreciaba la naturaleza como base en toda obra que
condujera al mejoramiento humano.
Nuevos conocimientos sobre el mundo, la aparición de técnicas, rutas, viajes, procesos
de independencia de la razón retornó al estudio de las obras de la filosofía platónica y
aristotélica imprimieran desde el final del siglo XIV y hasta la culminación del XVI un
sello distintivo para la comprensión de la ciencia y la naturaleza; donde el hombre
ocupó un papel central aunque matizado aún a temas religiosos.
L. Batista Alberti (1404-1472) considerado el primer teórico del clasicismo creó templo,
fachadas, palacios como la iglesia de San Andrea de Mantua y escribe el tratado de
Arquitectura que consta en diez libros.
Leonardo Da Vinci, considerado por Marcelo Pogolotti como “la mente más alerta y
completa de su tiempo (…) la concreción más acabada del espíritu universalista del
Renacimiento”. (Pogolotti, 1962: 16) personificó otro genio de esta época.
A criterio de las investigadoras Sonia Arias y Xiomara Romero este período de la
humanidad era sinónimo del nacimiento de un “hombre nuevo, espiritual” (Romero,
2005:138), pero desde el siglo XV con una dimensión ampliada en el conocimiento y
concepción del hombre, en una vuelta de mirada al pasado clásico, como el
reconocimiento e interés por la crisis y los descubrimientos, como continuación y
continuidad con la Edad Media.
Los tratados del siglo XVIII aportan al desarrollo científico la razón y el juicio,
surgiendo muchas disciplinas con su propio objeto de estudio. Producto de la crítica a la
filosofía precedente y como alternativa para la instrucción de las mentes a los hombres
que llevaron a cabo la Revolución Francesa de 1789; surge la Enciclopedia, los
progresos científicos se explican a partir de dos corrientes fundamentales: los
materialistas y los idealistas. Al respecto el teórico Adolfo Sánchez Vázquez), al
referirse a la ilustración como un nuevo estadío del desarrollo social e intelectual,
apuntó: “Por modernidad cabe entender el proceso histórico que se abre con el proyecto
ilustrado burgués de emancipación humana, con la Revolución Francesa que pretende
llevarlo a la práctica y con la Revolución Industrial que va a desarrollar inmensamente
las fuerzas productivas”. (Sánchez, 1989: 138).
El siglo XIX condiciona el desarrollo tecnológico internacional de la modernidad hasta
a finales del siglo XX dando paso a diferentes manifestaciones fenomenológicas en la
década de 1970 para dar paso al Postmodernismo y con ello a nuevos esfuerzos de la
comunidad internacional en el sentido de colocar en el centro la ciencia y la innovación
tecnológica, la preservación medioambiental para un desarrollo social sostenible que
garantice la vida en el planeta.

Desde la construcción de auténticos paradigmas de las ciencias sociales en


Latinoamérica a partir de las décadas 50, 60, 70 y el quehacer científico en la región ha
estado inmerso en la vinculación de la ciencia, la tecnología y el desarrollo social.
“La primera teoría global del desarrollo” (Sonntag, 1988: s.p) y sus presupuestos
teóricos de dependencia (concepto estructuralista promovido por la Comisión
Económica para América Latina, CEPAL)
No encontraron en la región. Las políticas Neoliberales promovidas y la falta de
voluntad de los gobernantes, no llevaron a cabo las estrategias de desarrollo a falta de
un pensamiento científico general comprometido con el tema.
El estudio fue realizado a finales de los años 80, década llamada por la CEPAL como
“década perdida” mediante el enunciado de transformación productiva con equidad
(1990. TPE) junto al concepto de desarrollo sostenible.
Algunos esfuerzos que se han gestado para el desarrollo sostenible de las comunidades a
nivel internacional, refieren: “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes
sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias
necesidades”. (Comisión Brundtland: Nuestro futuro común ONU, 1987: s.p).
El concepto de desarrollo sostenible se divide conceptualmente en tres partes:
ambiental, económico y social.
En Estocolmo 1972 se establecieron los cimientos para elaborar políticas de crecimiento
económico sustentable. El informe Nuestro futuro común, dejaba establecido que el
desarrollo solamente perduraría, si las actuales generaciones desarrollaban patrones de
producción y consumo que no comprometieran la vida de las generaciones venideras,
sin embargo no estipulaba como hacerlo; aún cuando lo dejó planteado. Como valor
estratégico
están presentes en sus postulados amparar el medio ambiente y la continuidad de la vida
en el planeta.
Pero ¿qué dejó el informe acerca de la aplicación de la ciencia y la técnica para el
desarrollo social?
La conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio ambiente y desarrollo celebrada en
Río de Janeiro en junio de 1992 se proyectó en tal sentido, sobre las condiciones
biohabitables para las futuras generaciones. Como valor real dicho evento se convierte
en el primer mandato de la Agenda 21 que llega a incluir en algunas cartas magnas de
varios países, entre los que se encuentra Cuba.
La Cumbre de la Tierra sacraliza el concepto desarrollo sustentable como palabra
vital en la actividad discursiva mundial. Esta cumbre centra su atención en la
responsabilidad del primer mundo para el mantenimiento de la biodiversidad de la
Tierra.
Autores como (Daly, 1989) sostiene la necesidad del uso racional de las materias primas
a fin de proteger la capacidad regenerativa del medio ambiente.
Otras acciones que se han desarrollado con esta finalidad son: creación del club de
Roma, Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). En 1997 se
aprueba el protocolo de Kioto sobre cambio climático, La cumbre del Milenio en el año
2000 efectuado en las Naciones Unidas y otros.
Implementar todo el esfuerzo que la humanidad realiza sobre el desarrollo sostenible,
requiere de la aplicación de la ciencia y la tecnología como impacto en el desarrollo de
la sociedad. ¿Cómo pueden los países subdesarrollados lograr este desarrollo
sustentable en contextos diferentes?
Un enfoque de CTS desde la perspectiva continua: Ciencia-Tecnología- Sociedad-
Desarrollo, representa el paradigma adecuado como vínculo de expresión en la realidad
educativa latinoamericana, donde la ciencia es vista de modos diferentes en relación con
la tecnología y el desarrollo social. A criterio varios investigadores como Ursua e
Iranzo: “CTS anunció la necesidad de los medios el enfoque tradicional desde hace
apenas 25 años; ya que la realidad lo estaba anunciando y el sistema educativo
receptando”. (Citados por Morales, 2011: 15).
A pesar de su surgimiento en la década de 1970, este enfoque debe partir de una
revalorización del contexto de forma consciente, interdisciplinar y crítica en función de
los problemas globales y locales.
En tal sentido el teórico (Báez, 2006:3) apuntó: “Es imperativo que el estado incorpore
entre las prioridades nacionales, el mejoramiento de la calidad de la educación con una
mejor información científica que viabilice la incorporación de los jóvenes al mundo
moderno cada vez más exigente en cuanto a conocimientos”.
La interrogante también nos lleva al análisis integrador, a la luz de las problemáticas y
tendencias del escenario mundial contemporáneo, donde el robo de cerebro, el
desempleo científico del capital humano especializado, las desigualdades presentes en
las relaciones monetario-mercantiles y de transferencias de tecnologías, acceso a los
mercados, políticas de privatización y recortes en los paquetes sociales que contrastan
con el descontento de las mayorías desempleadas, la crisis global financiera más
profunda que se conozca desde la década del treinta, los recortes presupuestarios y el
uso militarista y desmoralizador de algunas tecnologías ha propiciado el incremento de
guerras, la falsimanipulación de los medios de comunicación entre los que se
encuentran los órganos digitales de prensa.
Ciertas tendencias actuales evidencian el uso inadecuado de estas tecnologías: como
los juegos electrónicos de contenido violento que contribuyen a fomentar
comportamientos agresivos banales y superficiales entre sus consumidores
fundamentalmente en niños adolescentes y jóvenes. Estudiosos del tema han sostenido
que este contenido hace que sus víctimas desarrollen la habilidad y el deseo morgoso de
matar.
A diferencia de algunos programas de televisión contentivos de estos mensajes, los
videojuegos propician que niños adolescentes y jóvenes sean actores vivos de la
violencia. Si la televisión los convierte en espectadores pasivos, la tecnología de los
videojuegos como desarrollo de la ciencia en estos contextos no contribuye al
desarrollo de la sociedad; sino le ha dado un rol protagónico aberrado a este grupo
etareo; por supuesto que la responsabilidad recae en el Hombre y el uso de esa
tecnología sea capaz de hacer según a nuestro juicio la escala de valores y/o anti
valores presentes en la relación: cultura y sociedad-cultura y poder.
Asumimos el criterio desde la perspectiva individual, familiar y social que son los
padres junto a los agentes socializadores a los que les corresponde el verdadero papel de
direccionar a la ciencia y la tecnología por buen camino y a los grupos de poder de
hacer uso noble de la misma.

Otro ejemplo de esta dicotomía lo encontramos en el cibersexo o ciberporno que se ha


convertido en un negocio multimillonario por la facilidad que ha ofrecido el internet, lo
que desemboca en verdaderos conflictos. El mal uso que se ha dado en la red de redes
con la pornografía virtual convoca a la asunción del criterio responsable en los
momentos actuales, tanto individual, familiar y social.

Después de abordar tres ideas sobre la ciencia, la tecnología y la sociedad en el sentido


de: pensamiento científico compartido en el mundo antiguo con el propósito de impulsar
el desarrollo humano; el esfuerzo mancomunado de la comunidad internacional para el
desarrollo sostenible y las brechas negativas presentes en el uso de las nuevas
tecnologías, sus fines y responsabilidades, cabe preguntar ¿qué consideraciones
epistemológicas y metodológicas nos presenta el debate contemporáneo de la ciencia, la
tecnología y la sociedad?.

La esencia del contenido vital de cualquier desarrollo científico y tecnológico debe estar
encaminado al desarrollo sostenible de la sociedad con impacto positivo en la
preservación de los elementos medioambientales económicos y sociales para el
mantenimiento de la vida futura, la atenuación de los problemas presentes en el siglo
XXI que enfrenta la sociedad deben ser tratados a partir de relaciones de coordinación
intercambio y cooperación. El concepto universal de ciencia es saber prever para
actuar como premisa fundamental para el mejoramiento humano. En nuestra
concepción la ciencia es una forma social de carácter general del desarrollo
cognoscitivo con sus objetivos y propósitos específicos dirigidos a un fin noble y
común como producto del desarrollo histórico general de la humanidad. La tecnología
aparece como el elemento básico del que dependerá la ciencia en su esencia social para
influir sobre las condiciones de vida material y espiritual de la vida social, de la cultura
de la vida contrapuesta a la cultura de la muerte, criterio sostenido por el fallecido
Papa Juan Pablo II.
Como proceso de producción intelectual está abierta al discurso y al debate y al papel
rector de sus usos y fines.

El estudioso (M, Bunge: 1983) afirmó el valor positivo de la ciencia en su fecunda


transformación de los estilos de vida.

Para Brunner (1989) "es un escaso desarrollo de la base científico-tecnológica endógeno


combinada con una enseñanza superior centrada en carreras blandas de heterogénea
calidad orientada hacia las funciones de integración cultural de masas”, será necesario
para los pueblos en vías de desarrollo específicamente para el contexto latinoamericano.
Al respecto sobre lo anteriormente comentado el propio autor acotó: “Dicho patrón de
desarrollo carece del dinamismo necesario para arrastrar tras de sí la expansión de las
capacidades científico técnicas internas, ni supone, o solo lo hace débilmente una
continua producción, aplicación y adaptación de nuevos conocimientos a los proceso de
producción y su difusión a lo largo de las organizaciones, empresas e instituciones”
(Citado por Jover, 2002: 73-74).

Lo antes señalado corrobora lo acontecido en la década del noventa en América Latina


y las tendencias que tienen las capacidades investigativas a “disfrazarse y alejarse de las
graves carencias y necesidades sociales” (Sagasti y Cook, 1988: par.12) junto a otros
factores como la participación en el mercado internacional con la casi exclusiva
exportación de recursos naturales, energía, agricultura etc. Y déficit comercial
sistemático manufacturero, estructura industrial para el mercado interno, tendencia a
reproducir el modelo de países industrializados etc.

A nuestro juicio se requiere la formación de una cultura científica para este contexto,
salvo acepciones que se vislumbra con el intercambio en el seno de organizaciones
regionales surgidas recientemente como la Alternativa Bolivariana para las Américas
(ALBA), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Comunidad de Estados
Latinoamericanos (CELAC).

A criterio de (John. D Bernal, 1986) la responsabilidad del científico debe ser ante la
humanidad la tradición de la ciencia, de los estados y de la sociedad en general. El papel
de la educación, los patrones morales de la sociedad y los medios de comunicación de
masa desempeñan un papel vital.
Hay un paréntesis maravilloso de cultura y conocimiento desde el palo y la piedra hasta
el “curiosithy” explorador espacial. ¡Hacer que perdure el bien común contenido en este
paréntesis como patrimonio de la humanidad es responsabilidad de todos!

Conclusiones

Después de haber culminado la investigación se arriban a las siguientes conclusiones:

-El desarrollo de la sociedad, el pensamiento científico compartido, ha constituido


factor clave para su desarrollo.

-La aplicación de la ciencia y la tecnología para el desarrollo social, deviene en factor


desencadenante esencial para el desarrollo sostenible y la preservación de la vida en el
planeta.

-La ciencia y la tecnología constituyen un “Bien Común” de derechos, obligaciones y


deberes y como tal deberá ser asumido por toda la humanidad. El reconocimiento de
este postulado propicia brechas en las relaciones entre los países desarrollados con los
subdesarrollados.

Bibliografía
AGBANANO, N. (1971): Historia de la Filosofía: t.1. La Habana. Ed. Ciencias
Sociales.

ARIAS, CURBELO, S y X, Romero. (2005): “El pensamiento estético en el


Renacimiento. ¿Ruptura o continuidad con la Edad Media”? Estética:
Enfoques Actuales. La Habana. Ed. Félix Varela.

BÁEZ, Oswaldo (2006): El pensamiento científico y el desarrollo social.


En:http://www.voltairenet.org.

BAYER, RAYMOND. (1984): Historia de la Estética. La Habana. Ed. Pueblo y


Educación.

BRUNNER, J.J. (1989): Recursos humanos para la investigación en América Latina,


FLACSO - IDRC, Canadá.

BUNGE, Mario (1969): La investigación científica. Barcelona. Ed. Ariel.

(1983): Lingüística y filosofía. España. Ed. Ariel.


CEPAL (1990): Transformación productiva con equidad. La tarea prioritaria del
desarrollo de América Latina y el Caribe en los años 90, Santiago de Chile.

CEPAL-UNESCO (1992): Educación y conocimiento: eje de la transformación


productiva con equidad, Santiago de Chile. Comisión del Sur (1991): Desafío para el
Sur, Fondo de Cultura Económica, México.

ESPINOSA, CORDERO, C. (2011): “Ciencia, Tecnología y Sociedad en la


Universidad de hoy”. Proyecto bilateral de investigación UMET-Ecuador-
UCF-Cuba.

GOMBRICH, E, H. (1994): Historia del Arte, t.1. Madrid. Ed. Garriga, SA. NAVARRO

CORDÓN, J,M y T Calvo Martínez. (1992): Historia de la filosofía,


Madrid. Grupo ANAYA, SA.

MAJOLI, M. (2002): Ciencia y desarrollo en Cuba, Una aproximación a la


biotecnología. La Habana. Ed. Pueblo y Educación.

NÚÑEZ, JOVER, J. (2002): “Innovación y desarrollo social: Un reto para la


ciencia, la tecnología y la sociedad”. (CTS). Selección de lecturas de Cultura
Política II. La Habana. Ed. Pueblo y Educación.

POGOLOTTI, M. (1962: El camino del arte. La Habana. Consejo Nacional de


Cultura.

RODRÍGUEZ, GARCÍA, E. (2002): “Globalización. Fruto del desarrollo histórico


de la sociedad humana”. Selección de lecturas de Cultura Política II. La Habana.
Ed. Pueblo y Educación.

SAGASTI, F; Cook, C. (1988): "La ciencia y la tecnología en América Latina durante


el decenio de los ochenta", Suplemento América Latina, año décimo primero, no.
87, abril - mayo, Suecia.

SÁNCHEZ, VÁZQUEZ, A. (1989): Postmodernidad, Postmodernismo y


Socialismo. La Habana. Casa de Las América: No175. Julio-Agosto.

SONNTAG, H. (1988): Duda/certeza/crisis. La evolución de las ciencias


sociales en América Latina, UNESCO, Nueva Sociedad, Caracas.

También podría gustarte