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El CPP considera a la reconstrucción un medio autónomo de

prueba, reconocido en el artículo 192.3. Esta combina elementos


reales y personales en una actividad compleja o de naturaleza mixta.
Puede definirse como un medio de prueba que consiste en la
reproducción material, artificial y simulada, de un hecho pasado, en
las condiciones en que se afirma o se presuma que ha ocurrido —
importa reproducir en el lugar de los hechos la escenificación de lo
sucedido—, para comprobar si este se efectuó o pudo acontecer de un
modo determinado, se puede deducir mejor la verosimilitud de lo
averiguado de otros medios de prueba [Nieva] .
La reconstrucción se programará cuando surgen dudas sobre la
compatibilidad de una hipótesis histórica con los marcos de lo
físicamente exigible; empero, el resultado de la reproducción es
variable, si es positivo, no necesariamente podrá concluirse que el
hecho ocurrió así en la realidad; si es negativo, en cambio, decide la
cuestión: es imposible que hubiera ocurrido tal como fue narrado
[Cordero].
Su relevancia está en función de los datos o las circunstancias
objetivas que puedan ser recogidas y apreciadas por el órgano
jurisdiccional, pero no cuando en relación con unos hechos
controvertidos son las propias declaraciones de los intervinientes y los
testigos lo, que puedan determinar la forma de acaecer los
mismos (STSE de 25-09-03).
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Su finalidad, a diferencia de la inspección judicial, no es recoger o


apreciar vestigios o huellas materiales, tampoco describir el lugar
donde acaeció el delito, sino reproducir la posible mecánica comisiva
de la acción delictiva en el mismo lugar donde la misma se llevó a
cabo, a fin de determinar con la mayor precisión posible cuáles son las
condiciones y circunstancias en que se produce. Durante la
reconstrucción han de reproducirse las mismas circunstancias
ambientales que tuvieron el día en que sucedieron los hechos, sobre
todo en cuanto a la luz, las distancias y el sonido [Nieva].
Tiene de común con la inspección judicial en que el juez deje
constancia en acta de sus percepciones sensoriales acerca de lugar, con
la insistencia en el caso de la reconstrucción de que precisa cómo
acontecieron presumiblemente los hechos. Su realización debe
reservarse para casos muy graves y excepcionales, en los que se puede
obtener fruto y utilidad de su práctica, los que deben estar en
consonancia y no en desmesura con la complejidad e incomodad de la
prueba y con los perjuicios y molestias causados a quienes, a veces
desde lejanos puntos, han de acudir a la práctica del referido
acreditamiento (STSE de 21-11- 83). Para su actuación, la posibilidad
empírica de los hechos ha de ofrecer alguna dificultad, lo que no
sucede en la gran mayoría de los casos en que la experiencia general
así lo determina (STSE de 25-11-95).
Su objeto está vinculado a la realización del hecho acusado. Su
desarrollo puede comprender la integridad del hecho típico o parte o
circunstancias del mismo.

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