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ANÁLISIS CRITICO SOBRE LA ARGUMENTACIÓN JURIDICA EN SU ORIGEN

HISTÓRICO COMTEMPORÁNEO

Para hablar de la argumentación jurídica podríamos remontarnos a la Grecia clásica o al


mundo jurídico romano, sin embargo la argumentación como la conocemos hoy en día en
realidad tiene un origen en la Universidad de Gotinga en la baja Sajonia (Alemania), en un
lugar donde aparece Roberth Alexy, quien va hacer el detonador de una eclosión de la
argumentación jurídica contemporánea, podemos hablar sobre antecedentes en de los
años 50 y los años 60; no obstante, esta trascendental evolución tiene un nombre
Roberth Alexy, y a partir de él todas las formas antecedentes van a cobrar un sentido de
una forma que es la que veremos a continuación.

Indudablemente nace en 1976, año en que Roberth Alexy presentó su tesis doctoral en
Alemania, su objeto de estudio fue una resolución de la Primera Sala del Tribunal
Constitucional del 14 de febrero de 1973, en la cual se señalaba que todas las decisiones
judiciales debían de basarse en argumentos racionales, y Roberth Alexy se preguntaba
¿qué es esto de los argumentos racionales?, señalando que el objeto de su investigación
es la cuestión de que haya que entender por argumentación jurídica racional, así como la
de sí y con que alcance es ella posible. Roberth Alexy pretende averiguar cómo justificar
de una manera argumentativa racional la resolución jurisdiccional, el objeto de la
argumentación jurídica nace con esta investigación, la cual no tiene por objeto ver como
resolvemos un problema jurisdiccional, sino como justificamos y lo sustentamos con un
argumento racional, la tesis se publicó en el año 1978 con el título “Teoría de la
argumentación Jurídica”

El texto de Roberth Alexy tenía por objeto precisamente analizar el discurso de una
manera racional justificativa y precisamente con el objeto de fundamentar la resolución
jurídica, la argumentación jurídica nunca ha pretendido resolver un problema, ha
pretendido en todo caso llevar a cabo una operación de justificación a un razonamiento
previo, que no se encuentra en la argumentación, sino que ésta ayuda a justificar. Si la
argumentación jurídica tiene por objeto justificar un razonamiento jurisdiccional, la
pregunta que a colación podríamos hacernos ¿qué es el razonamiento jurisdiccional?,
¿de dónde proviene?, aquí podríamos remontarnos a Edwin Monglot quien afirmó que
existen dos formas de razonamiento que prácticamente realizamos como seres humanos,
por un lado un razonamiento que está en el orden del parámetro psicológico y otro que es
el razonamiento analítico o un razonamiento mucho más formal el que realizamos desde
un punto de vista más de la lógica o de las ciencias analíticas.

En 1902 en su tratado de lógica Edwin Monglot afirmó que la mente humana realizaba
dos operaciones distintas de razonamientos, esta idea de la distinción entre una forma de
razonamiento psíquico y una forma de razonamiento formal es retomada por Hans
Reichenbach uno de los integrantes del circulo de Viena, la misma que está conformada
por científicos y lógicos neopositivistas, es de algún modo una fuerte influencia que va a
tomar Roberth Alexy como un buen ejemplo para distinguir lo que va hacer el
razonamiento psicológico o diferencial, que es el que realiza los operadores
jurisdiccionales para resolver sus problemas; y, lo que es propiamente la argumentación
jurídica a la cual él va a llamar “el contexto de la justificación”. A partir de esto
precisamente, los teóricos de la argumentación jurídica distinguen como esa parte
psicológica o psíquica que opera con la experiencia acumulada de los operadores
jurisdiccionales o de los operadores jurídicos, y por el otro lado la parte analítica que
llamara el contexto de la justificación. En su obra Roberth Alexy, distingue y dice que en
realidad la operación psíquica no la estudia por objeto de su tesis pero si va ocuparse del
contexto de la justificación, que es donde precisamente buscará encontrar esta
argumentación razonada. La escuela de Aicante en la que se encuentra Manuel Atienza
también seguirá esta misma línea, .de ocuparse del contexto de la justificación y no del
contexto del descubrimiento.

En 1938 Hans Reichenbach escribió la obra “Experiencia y Predicción” en ella distingue


lo que llama el contexto del descubrimiento y el contexto de la justificación, siendo la
primera quien enmarca todas aquellas operaciones de tipo psicológico o de orden
psíquico que se realizan en un tiempo real y es donde el detecta que la mente humana
lleva a cabo resoluciones de problemas a modo de conjeturas o hipótesis basadas en su
experiencia acumulada; por otro lado, el contexto de la justificación es la revisión en el
orden analítico lógico y formal de aquellos planteamientos hipotéticos que se han hecho
de una manera conjetural mediante el contexto del descubrimiento, es decir, Hans
Reichenbach plantea que nuestra mente humana resuelve los problemas como primer
punto, atendiendo a una serie de pautas de experiencia acumulada que de algún modo
operan de manera holística o psicológica, de orden psíquico; y, por otro lado es misión
del contexto de la justificación revisar todos esos planteamientos conjeturales mediante
formulaciones de tipo analítico, y aquí es donde entra precisamente el campo de la
argumentación jurídica. Actualmente el contexto del descubrimiento es estudiado por
algunas áreas como el razonamiento legal y el cognitivismo jurídico mientras que en el
contexto de la justificación es donde se estudia propiamente la Argumentación Jurídica

Indudablemente, este nuevo sistema nos exige herramientas para poder cumplir con esta
labor que llevamos nosotros porque el derecho es expresión argumentativa, no hay duda
hay muchas corrientes que se plantean contradicciones incluso entre ellas de lo que es la
argumentación jurídica, sin embargo podemos resumir la argumentación jurídica como
una estrategia que tiene como fin estructurar el lenguaje de tal manera que nos lleve a un
fin específicamente planteado, en el campo del derecho es indispensable que
identifiquemos las herramientas del lenguaje del pensamiento crítico, del pensamiento
ordenado para poder alcanzar la formación debidamente estructurada del lenguaje con un
fin previamente establecido, esto es, la argumentación en si misma son procesos de
formación estructural del lenguaje con un fin específico que en el caso del derecho es
establecer narrativas viables, creíbles sólidas y estructuralmente ordenadas. Plantea una
estructuración racional, mental organizada en los pensamientos en la construcción de la
verdad en los procesos judiciales, no buscando la verdad ontológica, única, empírica,
debiendo buscar una verdad formal, que este tan debidamente estructurada que no
permita los errores de interpretación, obviamente el derecho es interpretativo y en
atención a esos elementos de la interpretación tenemos que tener en cuenta que en el
campo del derecho si no tenemos una expresión adecuada podemos caer en errores
graves a la hora de la determinación de una sentencia, errores de falacias, que pueden
ser paralogismos, incluso errores de estructura que nos lleven a una decisión equivoca,
siendo esto el más peligroso ´porque dentro del campo del derecho sabemos la
importancia que tiene una estructura lógica una inferencia correcta.

Conclusiones:
Entendemos que argumentar en el mundo del derecho de hoy es una función
fundamental, esta tarea tiene que tener un porque una formación previa, creo que
venimos de un mundo donde la argumentación jurídica nunca ha importado, porque el
modelo básico sobre el cual está estructurado el derecho que tenemos, como lo
practicamos enseñamos y aprendemos es un modelo que huye de la argumentación
jurídica que solo se dedica a la aplicación del derecho entendido como conjunto de
normas jurídicas, y el desarrollo de la tarea jurídica está limitado prácticamente a la
subsunción de un hecho en el derecho.

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