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FACULTAD HUMANIDADES
ESCUELA DE FILOSOFIA
CENTRO______UASD Sede_______
FECHA___27/4/23___
Virtud: Una virtud es una disposición de la persona para obrar de acuerdo con
determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza.
En otras palabras, es un comportamiento que muestra un alto nivel moral: hacer
lo que está bien y evitar lo que está mal. Lo contrario de la virtud es el vicio.
Aponía: significa ausencia de dolor o sin dolor. El término es utilizado por los
filósofos epicúreos.
TEMA III.
1. Explique en que consiste el Método Socrático La Mayéutica.
Esta palabra deriva del griego maieutiké que que significa “arte de las
comadronas, arte de ayudar a procrear o ayudante de parto”.
El origen etimológico de la mayéutica se vincula a la disciplina que ayuda en el
nacimiento de un bebe. Sócrates dice “Mi arte mayéutica tiene las mismas
características generales que la obstetricia”. Pero con la diferencia de que no
hace parir a las mujeres, sino que lo que engendra es un ser pensante.
Algunos expertos, sin embargo, diferencian entre la mayéutica y el método
socrático, ya que sostienen que éste estaba basado en la ironía y en demostrar al
interlocutor que aquello que creía conocer, en realidad, se sustentaba
en prejuicios.
2. Haga una síntesis de la Ética Socrática (2 págs.)
Para Sócrates no había diferencia entre las virtudes. Cada una de ellas implicaba
necesariamente a las demás. El “vivir bien” era vivir en el ejercicio constante de la
virtud. Y para él, quien conocía la verdad no podía más que actuar con rectitud.
Quien hacía lo contrario era por ignorancia.
El carácter divino del alma, decía, hace que en la otra vida el hombre justo
encuentre otro premio. Además, Sócrates creía que el mayor mal era la
ignorancia.
Para Platón el cuerpo y las pasiones que se vinculan con él son responsables de
todas nuestras desgracias y sufrimientos. La tarea más importante del hombre
será por ello, la práctica de la virtud, basada en la renuncia a los apetitos
corporales, y la práctica de la filosofía. La purificación moral e intelectual tiene
como objeto que las almas se dejen guiar por lo que es justo y recto y de ese
modo cumplan con su destino último, la morada divina, en donde preexistían.
Alma Irascible
Parte del alma humana en donde se sitúan la voluntad y el valor.
El "mito del carro alado" representa el alma irascible con la metáfora del caballo
bueno y dócil a las instrucciones del auriga. Gracias a esta parte el auriga puede
seguir a los dioses hacia el mundo de las Ideas y la contemplación de la Idea de
Bien. En el alma irascible se encuentra la voluntad, el valor y la fortaleza. Platón
no defiende con claridad ni su mortalidad ni su inmortalidad. La sitúa en el pecho
(el corazón).
Alma Concupiscible
Parte mortal del alma humana responsable de las pasiones, placeres y deseos
sensibles.
En el "mito del carro alado", Platón representa el alma concupiscible con la
metáfora del caballo malo, poco dócil y que dirige al carro hacia el mundo
sensible. Es la parte del alma humana más relacionada con el cuerpo y en ella se
encuentran los placeres sensibles y los apetitos o deseos sensibles(deseos
sexuales, apetitos por la comida, la fama, la riqueza…). Por estar tan íntimamente
ligada al cuerpo se destruye cuando éste muere. La sitúa en el abdomen(hígado).
Lo que me parece frío, es frío, según Protágoras, aunque a otro le pueda parecer
caliente: y para él será caliente. La razón debe partir de los datos sensibles para
realizar sus operaciones, por lo que depende absolutamente de ellos. No tiene
sentido hablar de un conocimiento racional como si fuera algo distinto y aún
opuesto al conocimiento sensible.
La crítica de Platón a las explicaciones anteriores
En el Teeteto, sin embargo, Platón realizará una crítica de las explicaciones del
conocimiento dadas por Protágoras negando:1) que el conocimiento se pueda
identificar con la percepción sensible, ya que la verdad se expresa en el juicio y
no en la sensación; 2) que ni siquiera se puede identificar el conocimiento con el
"juicio verdadero" ya que podría formularse un juicio que resultara verdadero y
estuviera basado en datos falsos; 3) que tampoco se puede identificar el
conocimiento con el "juicio verdadero" más una razón, pues ¿qué podría añadirse,
mediante el análisis, a un "juicio verdadero" que no contuviera ya, y que le
convirtiera en verdadero conocimiento? Platón admite, con Protágoras, que el
conocimiento sensible es relativo; pero no admite que sea la única forma de
conocimiento.
Cree, por el contrario, con Parménides, que hay otra forma de conocimiento
propia de la razón, y que se dirige a un objeto distinto del objeto que nos presenta
la sensibilidad: las Ideas.
• La virtud.
La práctica de la virtud es lo que Platón considera como la cosa más preciada del
mundo. Concibe la virtud, fundamentalmente, como armonía, proporción y
medida, y distingue cuatro tipos fundamentales de virtudes: Prudencia, Fortaleza,
Templanza y Justicia. Las tres primeras se corresponden con cada una de las
partes del alma:
a) El alma racional posee la virtud de la prudencia y tiene como misión descubrir
la verdad y el bien.
b) Al alma irascible pertenece la fortaleza; ésta consiste en la capacidad de ser
fuertes, de mantener un equilibrio entre nuestras ambiciones de poder, gloria, etc.
c) Al alma concupiscible corresponde la templanza que es la encargada de
moderar nuestros apetitos sensibles. La justicia consiste en la buena armonía
entre las tres virtudes señaladas anteriormente. Es una virtud general y tiene por
objeto poner en orden y armonía el conjunto, asignando a cada parte la función
que le corresponde dentro de la totalidad.
Platón representa esta naturaleza tripartita del alma con el mito del carro alado en
su diálogo “Fedro”; en esta obra el auriga (cochero) representaría la parte racional
que gobierna a dos caballos: uno blanco, bueno y dócil, que representaría a la
parte irascible y otro feo, malo y difícil de guiar que representaría la parte
concupiscible.
POLITICA.
Platón, tras la muerte de su maestro Sócrates, se mostró muy afectado y
consideraba culpable de dicha muerte al gobierno democrático de Atenas. Este
hecho le impulsó a intentar establecer un Estado ideal, es decir, un sistema de
gobierno perfecto que sirviera para eliminar toda injusticia en la polis. A esta tarea
se dedica en su obra “República” donde pretende definir qué es la justicia y
establecer cómo ha de gobernarse y dividirse un Estado. A este respecto, señala
Los guardianes –guerreros- tienen como misión fundamental, dentro del Estado,
la defensa de éste frente a las agresiones exteriores y los desórdenes interiores.
Platón hace corresponder a esta clase de los guardianes con la parte irascible del
alma. Su virtud fundamental ha de ser la fortaleza o valor; así, pues, serán
cualidades específicas de ellos: la fuerza, la valentía, la rapidez, etc. Para evitar
que los guardianes y gobernantes se distraigan en el ejercicio de sus funciones,
Platón propone en su Estado ideal la eliminación de la propiedad privada y la
supresión de la familia para estas dos clases. Por otro lado, afirma la absoluta
igualdad entre hombres y mujeres.
Pero interpreta también que ese alma es la forma de la sustancia, es decir, el acto
del hombre, en la medida en que la forma representa la actualización o la
realización de una sustancia. Coincidirá pues, con Platón, en la concepción de
que el hombre es un compuesto de alma y cuerpo; pero se separará de Platón al
concebir esa unión no como accidental, sino como sustancial.
No existen el alma por un lado y el cuerpo por otro lado, sino que ambos existen
exclusivamente en la sustancia "hombre" la distinción entre alma y cuerpo es real,
pero sólo puede ser pensada. Por lo demás, el alma no puede ser inmortal, como
afirmaba Platón, ya que no es posible que subsistan las formas separadamente
de la materia.
El tercer tipo de alma, superior a las dos anteriores, es el alma racional. Además
de las funciones propias de las almas inferiores, la vegetativa y la sensitiva, el
alma racional está capacitada para ejercer funciones intelectivas.
Es el tipo de alma propia del hombre. Siendo el alma la forma del hombre no
puede existir más que un alma que ha de realizar tanto las funciones
"irracionales" de la nutrición y la sensación, como las funciones racionales,
intelectivas, la capacidad de razonar. Las funciones "irracionales" son las
señaladas anteriormente para los otros tipos de alma.
Para Aristóteles, pues, el alma es no sólo principio vital, sino, al igual que para
Platón, principio de conocimiento. De hecho, Aristóteles definirá el hombre como
animal racional, atendiendo precisamente al tipo de alma que le es propia; aunque
en la Política lo defina, atendiendo también a las características de su naturaleza,
como animal social o "político".
Las diferencias son, pues, considerables con Platón, tanto respecto al valor
atribuido al conocimiento sensible, como respecto a la actividad misma del
entendimiento que ha de ser necesariamente discursivo, siendo imposible llegar a
conocer los universales a no ser mediante la inducción; además, Aristóteles
rechaza explícitamente el innatismo del conocimiento, y nos lo presenta como el
resultado del aprendizaje, es decir, por la coordinación racional de los elementos
procedentes de la sensación, a través de la experiencia. Coinciden, sin embargo,
en la consideración de que el verdadero conocimiento ha de serlo de lo universal,
y no de los objetos singulares.
Piensa Aristóteles que del mismo modo que, por ejemplo, un manzano tiene una
finalidad específica (dar manzanas) el hombre debe tener una finalidad propia y
exclusiva; para descubrir cuál es debemos investigar qué es el hombre y, según el
discípulo de Platón, el hombre es precisamente un ser racional; la racionalidad es
el ser específico del hombre por lo que la felicidad queda definida como “actividad
racional” cuando esta actividad racional esta reglada por la virtud.
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POLÍTICA:
El hombre es un ser social como lo son otros animales gregarios pero Aristóteles
afirma que el hombre lo es en mucha mayor medida que lo son el resto de los
animales ya que el hombre además de ser un animal social es un animal racional;
la razón empuja al hombre a buscar lo justo y la justicia es una virtud social de tal
manera que el ser humano necesita de la vida social no solo por ser naturalmente
un ser social sino también porque busca la justicia que es algo que sólo puede
encontrar en la sociedad.
Por lo tanto la ciudad no es algo convencional sino que es natural incluso, más
natural que la familia y por supuesto más natural que el individuo ya que aunque
la familia y el individuo sean anteriores en el tiempo la ciudad es autosuficiente, ni
el individuo ni la familia lo son, y, además, cumple el fin total que los individuos y
las familias solo persiguen parcialmente: la felicidad.
Aunque todos los hombres son sociales y racionales no todos los seres humanos
son ciudadanos. En una ciudad se considerarán ciudadanos a aquellos individuos
que participen del gobierno y de la justicia es decir, aquellas personas que
deliberan y deciden en los órganos de gobierno o que participen en los tribunales.
Son excluidos mujeres, esclavos y extranjeros.
Aristóteles creerá que el mejor sistema político será aquel en donde los mejores
gobiernen pero como es difícil determinar quienes sean los mejores y encontrar
hombres que destaquen excepcionalmente del resto el discípulo de Platón admite
que un pueblo reunido puede gobernarse bien. La razón es que aún cuando
individualmente las personas sean mediocres reunidas en conjunto pueden llegar
a ser mejores y más sabias que en solitario pues en la deliberación pública
podrán ver los pros y los contras que a un individuo aislado no se le ocurriría y
podrán encontrar soluciones originales que pueden pasar por alto a particular.
Sólo en masas de hombres corruptos es improcedente la deliberación pública.
Además aunque sobre ciertos asuntos delibera mejor el experto que la masa
también admitimos que el que vive en una casa sabe juzgarla mejor que el
arquitecto así que podríamos admitir que los que viven en la ciudad, los
ciudadanos, puedan juzgar los asuntos de la polis.
Para Platón, el alma tiene tres partes (mito del auriga), la primera es la racional
que gobierna las otras dos opuestas: la irascible (tendencias nobles) y la
concupiscente (tendencias materiales ). Si la razón consigue equilibrar las otras
dos partes, el alma se mantiene en el mundo de las ideas, de lo contrario, se
descontrola y cae al mundo sensible, prisionera de un cuerpo mortal y olvidando
su naturaleza.
La virtud y la educación
Para Platón, el alma del hombre puede ir recordando las ideas que ha conocido
en una existencia anterior (teoría de la anamnesis o reminiscencia), y superar el
estado actual a base de la virtud y la educación.
Platón al igual que Sócrates considera que los conocimientos ya residen dentro
del alma (intelectualismo moral), pero están olvidados al caer en el mundo
sensible. El hombre, según Sócrates, debe buscar los conocimientos dentro de si
mismo: “Conoce-te a ti mismo” es la frase que utilizará (idéntica a la máxima
délfica) para expresar este concepto.
Para Aristóteles el hombre nace sin ningún conocimiento, tal como una hoja en
blanco, y a partir de ahí debe ir adquiriendo conocimientos y virtudes.
Para Platón cuando el cuerpo muere, el alma se tiene que presentar a una prueba
de síntesis (juicio de las almas) para ver el nivel alcanzado. Si aprueba vuelve al
mundo de las ideas y si suspende se vuelve a reencarnar (metempsicosis ).
Tanto para Platón, como para Aristóteles el fin del hombre es la felicidad
(eudaimonia). Para Sócrates y Platón se conseguirá a través de la razón, que
llevará al conocimiento y éste a la virtud, donde reside la felicidad. Aristóteles da
importancia a la capacidad de pensar, hablar y hacer (arete) para ser feliz, y
subraya que a la virtud se llega a través de la educación, del hábito y de la
moderación. Su ética está abierta a los valores mundanos.