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1. ¿Qué es la filosofía?

Decimos que la Filosofía es una ciencia que busca conocer las causas últimas, y más
radicales de toda la realidad. A diferencia de las demás ciencias que investigan aspectos
parciales de la realidad (plantas, animales, geografía, la matemática, sociología,
cosmología, física, psicología, etc.)
Estas son algunas de las infinitas cuestiones que indaga la filosofía: Tiene la vida
humana un sentido? ¿Qué podemos conocer? ¿Es posible que nuestros sentidos nos
engañen? ¿Somos libres o nuestras acciones están determinados por el universo, por
Dios o el destino? ¿Cómo debemos actuar? ¿Por qué algunas personas encuentran
hermoso lo que otras encuentran feo? ¿Existe Dios? ¿El mundo es eterno, o tuvo un
comienzo y tendrá fin? Sin embargo, toda respuesta filosófica es a su vez, susceptible de
discusión y análisis, porque no hay soluciones únicas y definitivas a los problemas
filosóficos.
El conocimiento filosófico exige abandonar la actitud cotidiana que acepta lo dado sin
revisarlo, para asumir una actitud crítica que cuestione lo obvio (lo que se da por
supuesto o se considera evidente).
Se pueden mencionar algunas características propias del conocimiento filosófico: es un
conocimiento crítico, porque duda, cuestiona y analiza todo lo que el sentido común
considera evidente u obvio; racional, porque se fundamenta mediante razones, es decir,
se apoya sobre argumentos y nunca sobre una autoridad (sea ésta una iglesia, un partido
político, una escuela filosófica, etc.); reflexivo, porque se vuelve sobre sí mismo al no
dar por definitivo las respuestas encontradas , y radical, porque es una búsqueda
reflexiva que no da por concluida ninguna cuestión; la mirada crítica investiga no sólo
aquello que se afirma, sino también sus supuestos o fundamentos, lo que le sirve de base
o apoyo (en este sentido, "radical" se vincula con "raíz").
2. Los orígenes de la filosofía
La filosofía como proceso cultural e histórico comenzó en la antigua Grecia.
¿Qué motivaciones han llevado a filosofar?
El asombro: se trata de la admiración que causa la contemplación de la realidad. Esta
realidad interpela al hombre, lo deja absorto, estupefacto, e impulsa a preguntarse por la
causa de la misma.
Platón y Aristóteles sostenían la imposibilidad de que se dé el pensamiento filosófico si
no hay asombro, y si no hay capacidad de contemplar. De hecho, queda imposibilitado
de ser feliz quien ha perdido la capacidad de asombrarse, pues se perderá del detalle y la
profundidad que conllevan las simples cosas que nos rodean.
Hay que decir que la condición fundamental para que se dé el asombro es el Ocio, que
es aquella condición/estado en el cual ya no se tiene ninguna obligación, donde están
resueltas todas las necesidades, y por esto mismo lo que se haga se hará de modo libre y
desinteresado (no por necesidad, o para alcanzar algún fin inmediato y práctico).
La duda: Se refiere a la duda filosófica, no a cualquier tipo de duda, sino a aquella que
busca una respuesta racional, que se pregunta por las causas, el porqué de todo. Pero no
es una duda metódica, es decir que duda de todo, por el simple hecho de dudar, como si
no pudiera estar seguro de nada, sino que surge de una contemplación profunda de la
realidad, y parte de la certeza tan simple y profunda de lo “lo real es real”, sobre eso no
hay duda. Sobre la base de la realidad luego me pregunto por sus causas.
Situaciones límite: Se refiere a aquellas situaciones que llevan al hombre a preguntarse
por la existencia de todo y de sí mismo. Por ejemplo, la muerte, ya sea de un ser querido
o cercano, sobre todo cuando es repentina. La guerra, en donde aparecen las
inclinaciones más bajas y más altas del hombre, donde no prevalece el orden ni la
racionalidad. La enfermedad, ya que el dolor afecta no sólo el organismo, sino que
compromete la vida humana misma los pensamientos y las inclinaciones y los
sentimientos. Las catástrofes, que nos dejan sin aparentes explicaciones frente a la
pérdida de todo lo material y de lo más importante, las vidas humanas. Las grandes
injusticias, que nos hacen preguntarnos por el origen del mal y en definitiva por el bien.
Todas estas situaciones hacen que el hombre se plantee el porqué de las cosas, ¿por qué
hay mundo y no más bien nada? ¿Por qué existo si podría no haber existido? La razón,
en un primer momento perpleja, necesita saber la verdad, necesita conocer la causa,
pero no cualquier respuesta la conforma.
Filósofos Presocráticos: Heraclio y Parménides
Estos filósofos identifican el arché (principio que da origen a todas las cosas) con el
concepto más abstracto posible, con concepto del “Ser”. Pero van a entender el “Ser”
en dos sentidos diferentes:
-Heráclito entenderá el ser en un sentido dinámico: todo es cambio. El ser es cambio y
multiplicidad.
-Parménides entenderá el ser en un sentido estático: nada cambia, el cambio es sólo
apariencia. El ser es estático y Uno.
Heráclito
La máxima más conocida de Heráclito es “todo fluye”. Así, para Heráclito nunca
podremos bañarnos dos veces en el mismo río. En el universo todo se rige por la tensión
o lucha entre contrarios, esta tensión genera el movimiento o el cambio. A esta tensión
entre contrarios (día-noche, guerra-paz) alude Heráclito con la metáfora del fuego:
cuando Heráclito afirma que el fuego es el arché, no hay que entender que el fuego es
un elemento material o fisico, sino que es una metáfora que representa la lucha de
contrarios. Sin embargo, la lucha de contrarios, la tensión que caracteriza a la
naturaleza, no significa que triunfe el caos en la naturaleza, el devenir no es irracional ni
caótico. Este devenir se realiza de acuerdo con ciertas leyes que podemos llamar logos o
razón universal. El Logos constituye el verdadero principio explicativo de la realidad.
Según Heráclito el hombre puede llegar a conocer el logos o la razón universal
basándose en la observación atenta de la naturaleza. Esto es importante porque se trata
de otra diferencia con Parménides que sólo da validez al conocimiento racional, no al
conocimiento sensible. El pensamiento de Heráclito admite un proceso cosmológico,
similar a los pre-Socráticos Anaximandro y Anaxímenes, de separación y de vuelta a la
unidad. El universo se mueve, según Heráclito, siguiendo dos fuerzas contrarias que son
la armonía y la discordia.
Parménides de Élea
Afirma que para acceder al conocimiento existen dos vías:
A) La vía de la opinión es la vía de los sentidos que nos dicen que las cosas cambian y
que son múltiples. Por tanto, el ser, a la vez, es y no es. Esta afirmación es
contradictoria y no la debemos admitir.
B) La vía de la verdad es la vía de la ciencia, que nos dice que el cambio es mera
apariencia y que el ser se reduce a la unidad. Esta vía se basa en la afirmación
incuestionable de que el ser es y no puede no ser. Esta vía de la razón nos lleva a una
concepción del ser inmovilista y monista (todo es reductible a la unidad).
3. Sócrates
Después de la Filosofía Presocrática, el centro de interés de la filosofía va a sufrir un
cambio radical: de la preocupación por la naturaleza (physis) se va a pasar a la
preocupación por el hombre y su convivencia en la vida social (polis) Los que
protagonizaron este cambio fueron los Sofistas. En ese marco aparece la figura de
Sócrates.
-Para Sócrates la verdad existe y la podemos conocer. Con ello, Sócrates critica el
escepticismo y relativismo de sus contemporáneos los Sofistas.
a) Sobre el conocimiento y la Verdad.
La verdad no está en el mundo exterior, sino que está en el interior de cada uno.
Mediante el método dialéctico (llamado Mayeútica) de preguntas y respuestas se
consigue sacar a la luz la verdad. El maestro no es el protagonista en este proceso, sino
que es el alumno el que llega por sí mismo a la verdad. Según Sócrates en todas las
almas existe la verdad, pero en estado latente, y sólo es preciso tener habilidad para
poner en orden nuestros razonamientos.
La educación es el arte de ayudar al alumno a buscar la verdad interior.
b) Las definiciones
Sócrates es el descubridor de los conceptos y las definiciones como método adecuado
para filosofar. Mediante la intuición de lo semejante (abstracción), prescindiendo de las
diferencias, podemos llegar a los universales o conceptos. Platón va a denominar estos
conceptos esencias o ideas, y para él son la verdadera realidad.
c) El Intelectualismo moral: la educación y el bien.
Sócrates, frente a la filosofía anterior, la cual se ocupaba de la Physis, descubre la
interioridad humana: siguiendo la máxima del Oráculo de Delfos, conócete a ti mismo.
Sócrates propone que el hombre sincero conoce en su interior tanto el bien como la
verdad. La importancia que le da a la Filosofía y al entrenamiento de la razón se debe a
que supuestamente nos ayuda a conocer qué es el bien. Para Sócrates, sólo el sabio es
bueno: a esto se le llama Intelectualismo Moral. Por tanto, esto implica que el mal tiene
su origen en la ignorancia: para los griegos la voluntad tiende siempre al bien, es decir,
es imposible querer el mal a sabiendas.
Platón
-Teoría de las ideas. La base de toda la filosofía platónica es su teoría de las ideas. Las
cosas que se experimentan con los sentidos (vista, tacto, oído, etc.) son particulares y
pueden cambiar. Sin embargo, la mente humana posee verdades que, por el contrario,
no cambian, son universales y necesarias, que son, en el sentido pleno de la palabra.
Estas verdades universales son las ideas, que no dependen de los sentidos sino que
tienen existencia propia fuera de la mente, llamado el Hiperuranio o «mundo de las
ideas». Esas ideas son el fundamento del mundo sensible. Las cosas particulares son una
imitación de las ideas y tienen existencia en cuanto participan de estas. Dicho de otro
modo, las ideas son causas del mundo sensible. Las ideas están jerarquizadas, no estas
todas al mismo nivel. Por ejemplo, la idea de mueble abarca las ideas de silla, mesa,
sofá, armario, etc. La superior de todas las ideas es la del bien, principio de todas las
ideas.
-Antropología platónica
Para Platón, el humano es una realidad dual (alma y cuerpo), siendo lo principal el alma,
que es inmortal, posee autoconciencia y está destinada al conocimiento de lo divino y lo
eterno, a una vida de contemplación de las ideas.
Platón distingue tres partes del alma:
1)Racional o inteligente: es la parte más noble y la que alcanza el conocimiento.
Esta es la parte separable del cuerpo.
2)Irascible o de valor: no es separable del cuerpo.
3) Irracional o concupiscible: de los apetitos y funciones corporales y, por tanto,
inseparable del cuerpo.
El conocimiento
Platón pensaba que todas las ideas fueron adquiridas por el alma antes de su nacimiento
cuando vivía en el Mundo de las Ideas. Allí el alma humana contempló las ideas y las
grabó en su mente.
Cuando el alma se unió al cuerpo, olvidó esas ideas (conocimiento). El rol de las
sensaciones es hacer que el alma recuerde esas ideas mediante la experiencia de los
objetos particulares. A este proceso lo conocemos como reminiscencia.
El entusiasmo por la ciencia y la belleza se-rían muestras de que el fin del alma es
elevarse al mundo de las ideas, pero si la persona se entrega a la sensualidad, el alma
pasará a cuerpos inferiores hasta purificarse.
Ética
La ética platónica es la puesta en práctica de su antropología y teoría de las ideas. El
hombre encontrará el bien absoluto y la perfección en la medida que se acerque a las
ideas y se aleje del mundo sensible. Para conseguir tal cometido, está la filosofía La
vida moral se concreta en la práctica de las virtudes, que son conocimientos funda-dos
en las ideas: sabiduría, ánimo, valentía, templanza y justicia, en contraposición a los
vicios.

Política
La ética se realiza en la vida comunitaria a través de la Republica. El carácter general de
la política platónica es la subordinación de lo individual a lo general. La libertad
personal, que tiende al desenfreno, debe so-meterse a instituciones generales. La
educación es la institución principal. En un Estado justo, deben existir estas clases
sociales que se corresponden con las tres partes del alma:
-Los gobernantes: Les corresponde la razón. El filósofo debe ser rey o el rey
debe filosofar.
-Los guerreros: Tienen el valor y la función de defender el territorio.
-Los artesanos: Corresponden a las tendencias sensitivas y cuidan de las
necesidades materiales (agricultura, ganadería, construcción).

Aristóteles
Lógica
Con Aristóteles nace una ciencia del saber humano que se llama lógica (de logos,
razón). Es un análisis de cómo el espíritu humano, que es una «animal racional»,
descompone el pensamiento y el lenguaje. Las funciones elementales del espíritu son:
-El concepto: Es el elemento más simple. Es una representación que expresa lo esencial,
lo necesario y permanente de una cosa. Esta representación es universal, o sea, se aplica
a todos los seres expresados por el concepto. Por ejemplo, cuando decimos hombre, nos
referimos a varios conceptos como inteligencia, libertad, sensibilidad, etc., que se
encuentran en todo hombre y no en alguno en particular.
-El juicio: Es la unión de dos conceptos con fin de enunciar (afirmar o negar) algo. Es
en el juicio donde se encuentra lo verdadero y lo falso. Un ejemplo de juicio es:
«Miguel es alto».
-El raciocinio: Es la pieza central de la lógica aristotélica. Su forma más perfecta es el
silogismo, que consiste en dos juicios (premisas) de cuya relación se origina un tercer
juicio llamado conclusión. Un ejemplo de silogismo es: Todos los hombres merecen
respeto (premisa mayor). Los indígenas son hombres (premisa menor) Entonces los
indígenas merecen respeto (conclusión).
Ciencia
Según Aristóteles, la ciencia es el conocimiento fundado en razones y sus conclusiones
son reales y necesarias. Por consiguiente, la ciencia debe estudiar la esencia de las
cosas, lo que son las cosas en sus elementos universales y necesarios. Pero las ciencias a
las que se refería eran distintas a las ciencias experimentales actuales.
A diferencia de Platón, Aristóteles pone como punto de partida de todo conocimiento la
percepción sensible. Todo lo que hay en la mente ha llegado antes por el camino de los
sentidos. Las imágenes particulares de los objetos sirven de base para que el intelecto
capte la esencia universal de las cosas, proceso llamado abstracción.

Metafísica

Aristóteles denominó filosofía primera o simplemente sabiduría al estudio del ser,


propiedad primera de todo cuanto existe o es. Este estudio más tarde ha sido llamado
metafísica (meta significa ‘más allá’). Según Aristóteles, en la percepción de todos los
entes, encontramos un doble principio inseparable que podemos expresar de tres
maneras:
-Sustancia y accidentes: La sustancia es el ser que subsiste y permanece en los
accidentes, elementos constitutivos que a su vez se apoyan en la sustancia. Por ejemplo,
al hablar de una casa, su sustancia son las características sin las cuales no sería una casa:
paredes, techo, puertas, etc. Los accidentes son aquellas características añadidas que no
afectan la sustancia sino que la perfeccionan: el tamaño, el color, la forma, etc. Si a esa
casa le cambiamos el color, no dejará de ser casa (sustancia), pero seguirá teniendo un
color (determinación, accidente).

-Materia y forma: Todos los seres materiales tienen características comunes con otros
que les hacen pertenecer a la misma especie (forma), pero también características
individuales (materia).
La materia es el sustrato material e indeterminado del cual proceden las características
individuales (tamaño, grosor, lugar).
La forma es, en cambio, la característica general, lo que hace que algo sea lo que es y no
otra cosa. Siguiendo el ejemplo de la casa, la forma es su clasificación como casa, lo
cual es posible porque posee unas características que hacen que sea casa, pero esa forma
es inseparable de unas características materiales en las cuales se realiza esa forma, tales
como tener el tamaño, la ubicación y la utilidad de una casa.

-Acto y potencia: El acto es la perfección del ser, o el ser siendo lo que es. Se identifica
con la forma. En cambio, la potencia es la capacidad de recibir perfecciones y de llegar
a ser. La causa eficiente permite el cambio, o sea, el paso de la potencia al acto.

Por ejemplo, la casa es casa en acto, en cuanto ya posee las perfecciones de una casa;
pero también "es" en potencia, pues es susceptible de recibir nuevas perfecciones y
cualidades que al transformen.

Ética
La ética es la ciencia moral de Aristóteles, la cual expone en su obra Ética a Nicómano.
Pone la esencia de la felicidad, y con ello el principio del bien moral, en la perfecta
situación del hombre según su naturaleza racional.

No bastan ni el placer ni el honor para definir al hombre éticamente recto; es necesario


recurrir a su naturaleza como criterio que determine la bondad o malicia de las acciones
humanas.
Aristóteles reconoce una función legítima al placer, siempre y cuando sea ordenado y
medido. La persona que obra rectamente no hace el bien por el amor al placer que la
buena acción proporciona, sino, ante todo, por el amor al mismo bien. Por otra parte, el
que actúa mejor moralmente será el más feliz.

La virtud es la capacidad de la voluntad que sigue el bien y se manifiesta cuando en una


acción la persona se decide por el «recto medio».
Aristóteles reconoce que la acción ética es una acción del hombre maduro, o sea, una
acción de libre elección. La voluntad libre es superior a la mera actuación de la
voluntad.

Política

Según Aristóteles, el Estado surge espontáneamente puesto que «el hombre es un ser
social por naturaleza».
El Estado está formado por los individuos, familias y pueblos. Solo existiendo estos
elementos existe también el todo. Aristóteles tiene el mérito de juntar de un modo feliz
el todo y la parte, la comunidad y los individuos de manera que se evite la anarquía
(triunfo de los individuos) y el totalitarismo (imposición del Estado).
Pero la naturaleza social por la cual se conforma el Estado tiene una finalidad, que es
encontrar la perfección y la plenitud de la moralidad. El Estado persigue finalidades
como satisfacer las necesidades físicas humanas, pero estas están subordinadas al
desarrollo de la moral.

Dicho lo anterior, hay que destacar que para Aristóteles no existe una sola forma de
gobierno que cumpla con la finalidad del Estado, pero tampoco todas las formas de
gobierno son buenas. Existen tres clases de gobierno buenas con sus respectivas
degeneraciones. En orden de perfección son:

Buen gobierno Degeneración del gobierno


Monarquía Tiranía
Aristocracia Oligarquía
República Demagogia

4. Antropología Filosófica
Hay algunas preguntas que el ser humano se ha hecho repetidamente a lo largo de la
historia, y que cada uno se puede plantear en algún momento de su vida. ¿Quién soy yo?
¿De dónde vengo y hacia dónde se dirige mi vida? ¿Por qué razón existo? En la
antigüedad, el Templo de Apolo en Delfos ya se invitaba al ser humano a aplicarse a la
tarea de conocerse a sí mismo, y el mismo Sócrates afirmó que una vida no examinada
no era digna del hombre.
Aunque el ser humano siempre se ha interrogado por sí mismo, y desde Sócrates puede
hablarse de una tradición de pensamiento filosófico sobre el hombre contenida en las
obras de muchos pensadores, no siempre ha existido la Antropología Filosófica como
disciplina académica o especialidad dentro de la Filosofía, sino que su origen suele
situarse a partir de Kant.
Desde la etimología de la palabra, “Antropología” significa “Estudio sobre el hombre.
El objeto de estudio de la Antropología son los seres humanos en general, sin considerar
inicialmente lo que distingue a unos de otros. Que la Antropología sea “Filosófica”
indica el método propio que se emplea en ese estudio de lo humano: el ejercicio de la
razón, cuando pretende llegar al conocimiento de las últimas causas de la realidad.
A la hora de estudiar ese complejo ser que es el hombre, la Antropología Filosófica
debe esforzarse por evitar todo reduccionismo, acogiendo reflexivamente el mayor
número de elementos y dimensiones que componen la realidad humana: corporalidad,
cultura, sociabilidad, lenguaje, capacidades funcionales de todo tipo, dimensiones ética,
estética y religiosa, etc., y corresponde a este saber, como intento de responder
filosóficamente a la pregunta por el sentido de la existencia humana, la tarea de integrar
las aportaciones de las demás ciencias antropológicas (experimentales y humanas), en
una síntesis de un nivel de abstracción superior (filosófico).

5.
Filosofía: decimos que la Filosofía es una ciencia que busca conocer las causas últimas,
y más radicales de toda la realidad. No se queda con aspectos parciales, sino que busca
las causas y razones más profundas de la realidad.
Ciencia: la ciencia estudia porciones o aspectos de la realidad. Por ejemplo, dentro del
mundo animal, tenemos el estudio de los invertebrados. En el mundo del ser humano
tenemos la psicología, la medicina; dentro de la misma medicina tenemos otros objetos
de estudios como la anatomía, fisiología, etc. Su objeto son aspectos parciales de la
realidad en cuanto son comprobables por su método. El método científico, como se
conoce, está basado en la observación y la experimentación. Supone partir de supuestos
(hipótesis o teorías) que después se tienen que verificar.
Sentido común: Conjunto de ideas, hábitos y formas de pensar que el hombre ha
elaborado en su actividad práctica cotidiana. 
¿Para qué sirve la Filosofía?
En un sentido hay que decir que la Filosofía no sirve para nada, es un saber inútil.
¿Cómo se entiende? La época en la que vivimos es utilitarista y práctica, y estamos
metidos a tal punto que no distinguimos qué cocas pensamos por nosotros mismos y
cuales nos viene impuesto por la época, o tal vez por la moda.
Pues bien, resulta que ni todo lo útil es bueno, ni todo lo inútil es malo. La vida del
hombre inserto en el mundo de lo útil y descartable suele ser tan vacía como la vida de
lo Hámster que corren sin parar en la rueda convencidas de que avanzan y que lograrán
escapar (no nos pensemos que el animalito corre para mantenerse en “estado” por si
llega a aparecer algún otro exponente para resultarle atractivo). Las cosas útiles son
todas aquellas cosas que me “sirven” para algo distinto de ellas mismas, es decir son un
medio, son el puente obligado para alcanzar algo más. Y una vez que cumplieron con su
utilidad son descartadas. En este sentido de utilidad es inútil.
Pero hay que decir que el estudio de la filosofía nos puede ayudar a desarrollar más
lúcidamente la propia filosofía personal y a tener una actitud más crítica frente a las
concepciones del mundo, a las manipulaciones y a los valores en los que vivimos
inmersos. A plantearnos nuestros propios interrogantes y descubrir nuestras respuestas.

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