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Qué es la vendimia y en qué consiste esta época de cosecha de la uva

La vendimia consiste en la recogida de la uva para la posterior producción del vino.


Se trata de un momento clave dentro del proceso de elaboración de cualquier vino, ya que
durante este tiempo, los enólogos y bodegueros toman una serie de decisiones que son
cruciales para determinar las características del vino que se va a producir y la calidad que
este podrá llegar a alcanzar. Tan importante es la vendimia para las regiones vitivinícolas,
que en muchas ocasiones estos días se convierten en el acontecimiento más importante del
año, dando lugar a lo largo de la historia a festividades tan arraigadas como las Fiestas de
San Mateo de Logroño, cuyos orígenes datan del siglo XII. Y es que sin vendimia no
habría vino, y por eso hoy vamos a dedicarle unos minutos a conocer un poco mejor
qué significa la vendimia para La Rioja, y para muchas otras regiones del mundo que
entienden el vino de una forma similar.

Los orígenes de la vendimia

Como decíamos, sin vendimia no habría vino, por lo que es de suponer que los orígenes de
esta tradición se remontan al origen mismo del vino. Así, las primeras referencias escritas
a la vendimia se encuentran en textos del Egipto antiguo, hace más de 5000 años. En ellos
se hace mención de los trabajos de recogida de la uva y de otros frutos, y de su posterior
pisado para producir el mosto, que una vez fermentado daría lugar al vino. Pero estas
vendimias milenarias no solo tenían importancia desde el punto de vista de la agricultura,
sino que eran todo un acontecimiento cultural, religioso y social durante la época, ya que en
ellas se festejaba la cosecha y se agradecía por ello al dios Osiris en forma de ofrendas, a
quienes los egipcios atribuían la creación de este líquido alimento. Una concepción similar
de la vendimia tuvieron culturas como la Fenicia, o las civilizaciones de la Antigua
Grecia y la Antigua Roma, con sus festejos, bailes y celebraciones en honor y
agradecimiento a los dioses Dionisos y Baco, respectivamente. No en vano, de los últimos
hemos heredado no solo el carácter festivo y la importancia social y económica de esta
actividad, sino también el propio nombre de la vendimia, derivado del término latín
vindemia, que significa etimológicamente arrancar (demere) el fruto de la viña (vinea).

Qué es la vendimia

Pues, a grandes rasgos, la vendimia sigue siendo aquel “arrancar el fruto de la viña” de los
romanos. Una actividad que, en esencia, sigue siendo muy parecida desde hace miles de
años, pero a la que se han incorporado todos los avances tecnológicos, los conocimientos y
los cuidados necesarios para obtener la mejor posible y que ésta llegue en perfecto estado a
las bodegas. Y es que la atención y el control con el que se realiza la vendimia hoy en
día es lo que marca la diferencia con respecto a los vinos de la antigüedad, siendo la
vendimia el punto de partida ineludible para elaborar un buen vino.

De forma muy resumida, la vendimia consiste en la recogida de las uvas en el viñedo y su


transporte hasta la bodega, donde se realizan las labores de despalillado de los racimos, se
seleccionan las mejores uvas de la cosecha y se realiza el estrujado, la fermentación y el
posterior prensado para la extracción del primer vino de la cosecha.
El grado de maduración óptimo de la uva: clave para la vendimia

Pero lo realmente importante del proceso de vendimia tiene que ver con la elección del
momento idóneo para comenzar la cosecha de la uva. Un momento que vendrá
determinado por el grado de maduración que presenten las bayas de las uvas. Es el
enólogo de la bodega quien determinará cuándo es el momento perfecto para iniciar la
vendimia, atendiendo a un seguimiento exhaustivo de la evolución de los frutos y a una
serie de análisis técnicos, catas y pruebas de laboratorio que determinan el punto óptimo
de maduración de la uva. Lo que se busca principalmente es que los frutos estén los más
sanos posibles y que presenten unas concentraciones óptimas de azúcares, ácidos,
taninos y toda una serie de componentes naturales que determinarán las características
del vino una vez finalizada la elaboración y su guarda: los matices aromáticos, su
graduación alcohólica, su nivel de estructura y de cuerpo, su color, su frescura, etc.

Así pues, aunque en España la cosecha de la vid suele realizarse entre los meses de agosto
y octubre, el momento de la vendimia variará de unas regiones a otras y también de unos
años a otros en una misma región vitivinícola, ya que el punto óptimo de maduración de
las uvas dependerá de una serie de factores muy amplio: la variedad de uva a
vendimiar, el tipo de vino que se quiere producir, el clima de la región, las condiciones
meteorológicas del mismo año, la situación geográfica de los viñedos (latitud, longitud y
altitud), la influencia de las precipitaciones, de la exposición a los rayos del sol, la
temperatura, la composición del terruño, etc.

Determinado el momento idóneo para comenzar a cosechar las uvas, hay dos maneras
principales de hacerlo en la actualidad, bien a mano o por procedimientos mecánicos.

 La vendimia manual supone que los racimos son recogidos uno a uno, a mano, por
los vendimiadores. Estos realizan una primera selección en los mismos viñedos,
cortando únicamente aquellos racimos que se encuentran en condiciones óptimas de
maduración. Estos racimos se transportan en cajas de poca capacidad para
garantizar que las bayas no se aplastan y llegan en perfectas condiciones a la
bodega, donde se inicia el proceso de elaboración del vino antes de que los frutos
comiencen a fermentar. Este tipo de vendimia supone unos altos costes, pero
asegura el mayor cuidado para las uvas y un grado de maduración homogéneo de
toda la cosecha. Por ello, la vendimia manual suele ser la empleada para
producir vinos de alta calidad.
 En cuanto a la vendimia mecánica, esta se realiza mediante el uso de cosechadoras
que van recogiendo los racimos de las viñas cultivadas en espalderas: largas hileras
de viñedos con una separación amplia entre sí para permitir el paso de las máquinas.
Este tipo de cultivo implica menores costes, pero conlleva también un menor
cuidado de los frutos y no asegura que los racimos presenten un grado de
maduración homogéneo, influyendo ambos factores en la calidad final del vino.

Además, existen otro tipo de vendimias más particulares, como por ejemplo las vendimias
nocturnas, realizadas de noche para evitar que las altas temperaturas estropeen las uvas en
zonas calurosas; o las vendimias tardías, en las que se espera a que las uvas estén
parcialmente secas en la vid para aumentar la concentración de azúcares, que se emplea
para producir, entre otros, vinos fortificados.

Como hemos visto, sea del tipo que sea, la vendimia es un momento clave para cualquier
bodega, ya que es cuando se obtienen los primeros resultados de todos los esfuerzos
previos de cuidado de los cultivos. A partir de la vendimia se conocerá la calidad del
mosto y del primer vino, y se determinará si este es apto para producir un gran vino de
guarda. Un momento que aúna trabajo, tradición, cultura y festejos, todo ello en torno
al vino. Una ocasión perfecta para visitar La Rioja y conocer la vendimia de Bodegas
Franco-Españolas durante la mejor época del año para practicar el enoturismo.

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