Está en la página 1de 8

EVALUACION SENSORIAL

TEMA: CATADOR DE VINO, ORIGEN DE


UVAS Y PROCESOS DE ELABORACION
DE VINOS

DOCENTE: JUAN JOSE ROMERO

MAESTRA: JIMENEZ PEÑA ROSA MA.


GUADALUPE

GRUPO:518
Catador de vino
En la cata de vinos no solo se utiliza el paladar para degustar, sino el olfato y la
vista. De ahí que el lugar ideal para hacer la cata debe ser bien iluminado, aireado,
silencioso, carente de olores y a temperatura media

entro de las profesiones relacionadas con el vino, una de las más demandadas es
la de catador de vinos. Para poder desempeñar esta función de forma profesional
es necesaria una formación de especialidad donde el interesado aprenderá todo lo
relacionado con los caldos para que esto ayude a desarrollar sus aptitudes como
catador y asegure el éxito de sus funciones. Existen numerosos cursos
relacionados con la profesión catador de vinos, entre los más recomendados,
tenemos los siguientes:

• Catador de vinos (online y 100% bonificable), de INESEM Formación: Esta


formación está orientada al conocimiento de los aspectos necesarios para
estudiar, analizar, describir, clasificar y calificar los vinos. Es un curso
online, de 50 horas y bonificado, uno de los requisitos para realizarlo es
residir en España y ser trabajador en activo de una empresa.

• Monitor de cata de vinos (online), de Euroinnova Formación: Esta titulación,


expedida por Euroinnova Business School y avalada por la Escuela Superior
de Cualificaciones Profesionales, tiene un temario que incluye, entre otros
aspectos, los tipos de vinos, cómo servirlos, fases y práctica de la cata e
introducción al maridaje. Tiene una duración de 180 horas y es una
formación 100% online.

• Curso de cata de vinos, de ESAH (Estudios Superiores Abiertos de


Hostelería): Esta formación, con una duración de 150 horas y abierta todo el
año, está pensada para personas mayores de 21 años que quieran adquirir,
mejorar y actualizar sus conocimientos en la cata. El temario incluye
información sobre la historia del vino, su elaboración, los diferentes tipos de
uva, sus características, la cata en sí, y el servicio y el maridaje.

En un país con una gran tradición de vino, y donde se producen algunos de los
mejores caldos a nivel mundial, la profesión de catador
de vino, así como la de sumiller o enólogo, presenta unas excelentes perspectivas
de futuro. El conocimiento especializado es, sin embargo, imprescindible para
dedicarse a esta profesión.
El origen de la uva
En Europa, la uva se cultiva desde tiempos prehistóricos, tal y como lo demuestran
las semillas que se han hallado en yacimientos arqueológicos de la edad del bronce
de Suiza, Italia y en tumbas del antiguo Egipto Los botánicos sitúan el origen de la
uva cultivada en Europa en la región asiática del mar Caspio, desde donde las
semillas se dispersaron hacia el oeste por toda la cuenca mediterránea. Los
antiguos griegos y romanos cultivaban la vid y ambas civilizaciones desarrollaron
en gran medida la viticultura. Los últimos continuaron con esta práctica y
extendieron el cultivo de vides por todo su territorio colonial. A partir del año 1800
comienza el cultivo de vides protegidas con vidrio en los países fríos, de manera
que aumentó notablemente la calidad de las uvas producidas. Más adelante
comenzaron a construirse invernaderos provistos de calefacción para el cultivo de
las vides. Hoy en día, la vid se cultiva en las regiones cálidas de todo el mundo,
siendo los mayores productores: Australia, Sudáfrica, los países de Europa (Italia,
Francia, España, Portugal, Turquía y Grecia) y en el continente americano, los
mejores viñedos se encuentran en California, Chile y Argentina

La elaboración del vino


La elaboración del vino es un proceso milenario que con los años ha llegado a
alcanzar un nivel de complejidad y unos estándares de calidad verdaderamente
sobresalientes. Sin embargo, en esencia, este proceso es el mismo que el que
empleaban nuestros antepasados. Todo gira en torno a la fermentación del zumo de
la uva. Veamos brevemente en qué consiste el proceso de elaboración del vino tinto
a través de sus diferentes pasos.

La vendimia
La vendimia es la cosecha de la uva que tradicionalmente se realiza en España
entre los meses de septiembre y octubre. El momento exacto de su recogida será
aquel en el que la uva muestre un estado idóneo de maduración, ya que solo así se
podrá extraer de ella un vino de calidad. Es particularmente importante el nivel de
azúcar que presenten las uvas, ya que de ello depende la posterior fermentación y
nivel de alcohol que presentará el vino. Una vez seleccionados los mejores
racimos, comienza su procesamiento. En la elaboración del vino tinto se emplean
dos procesos diferentes: el de maceración carbónica (elaboración con el racimo
entero) y el despalillado/estrujado (desgranando los racimos). El primero es
utilizado generalmente para elaborar vinos jóvenes de carácter muy afrutado y el
segundo suele utilizarse en vinos de mayor calidad que serán sometidos a un
proceso posterior de envejecimiento.. Nos centraremos en el segundo de ellos, que
es el más común en la elaboración de vinos tintos.

Despalillado
El proceso de despalillado es aquel mediante el cual se separan las uvas del resto
del racimo, lo que se conoce como raspón. Aunque tradicionalmente esta labor se
hacía a mano, lo normal es que hoy en día se utilice una máquina: la despalilladora.
El objetivo de separar la uva de las ramas y las hojas que pueden estar presentes
en los racimos es que estas dos últimas aportan sabores y aromas amargos al
mosto durante la posterior maceración

Estrujado
Una vez desgranado el racimo, los granos de uva se pasan por una máquina
estrujadora o pisadora. El fin de este proceso es conseguir que se rompa la piel de
la uva, conocida como hollejo. De esta manera se extrae gran parte del mosto del
interior de la fruta, con lo que se facilitará el siguiente proceso de maceración, ya
que el mosto tendrá un contacto mayor con los hollejos. El estrujado no debe ser
demasiado exhaustivo, ya que hay que evitar que se rompan las semillas de las
uvas, algo que podría aportar amargor al mosto.

Maceración y fermentación alcohólica


Se mantendrán a temperatura controlada macerando durante unos días. Este
proceso de maceración es de gran importancia, ya que además de permitir la
fermentación, propicia que el mosto adquiera su color, así como otras
características, a través del contacto con los pigmentos propios de los hollejos.
Tanto el color como la estructura final del vino vendrán determinados por estos
elementos que aporta el hollejo: antocianos , taninos, etc.
Posteriormente, en estos mismos depósitos y a través de las propias levaduras
presentes de forma natural en la piel de las uvas, comienza el proceso de
fermentación. Se denomina fermentación alcohólica ya que en ella, el azúcar de las
uvas termina transformándose en alcohol etílico. Durante este proceso de
fermentación, el dióxido de carbono sube hacia la superficie produciendo un
burbujeo y arrastrando consigo las partes sólidas de la mezcla. Por este efecto se
crea en la superficie lo que se conoce como el sombrero: una capa sólida
compuesta por hollejos, pulpa y pepitas que flotan sobre el mosto. Para facilitar que
las partes sólidas sigan en contacto con el mosto se llevan a cabo las labores de
remontado: la extracción del mosto por la parte inferior del depósito para
reintroducirlo por arriba, regando el sombrero; y de bazuqueo: romper el sombrero
de forma manual con la ayuda de una vara o bazuqueador para que se mezcle con
el mosto. El objetivo de ambos trabajos es que los hollejos transfieran ciertas
propiedades al vino. Este proceso dura, según el tipo de vino que se pretende
elaborar, entre 10 y 14 días, y debe transcurrir a temperaturas no superiores a 29 ºC.
Al pasar este tiempo, se produce el descube, mediante el cual se transfiere el
líquido a otro depósito.

Prensado
Tras el descube, el producto sólido de la fermentación aún contiene grandes
cantidades de vino, por lo que es sometido a un prensado para extraer todo el
líquido, obteniéndose el vino de prensa, rico en aromas y taninos, que no se mezcla
con el obtenido en el descube. Estos dos vinos se utilizarán para la elaboración de
productos diferentes. Los restos sólidos que resultan del prensado se emplean
como subproducto en la elaboración de orujos y otros productos.

Fermentación maloláctica
El vino obtenido durante los pasos anteriores es sometido a un nuevo proceso de
fermentación. A través de este proceso, el ácido málico, uno de los 3 ácidos
presentes en el vino junto con el tartárico y el cítrico, se convierte en ácido láctico.
Este proceso rebaja el carácter ácido del vino y lo hace mucho más agradable para
su consumo.
Este segundo proceso de fermentación se lleva a cabo a lo largo de un tiempo de
entre 15 y 21 días.

Crianza
Después de las dos fermentaciones, otro de los puntos de mayor importancia en la
elaboración de un vino es el proceso de envejecimiento o de crianza. El vino
obtenido durante los pasos anteriores es introducido en barricas de roble. La
madera para la elaboración de barricas se selecciona principalmente por sus
propiedades de dureza, permeabilidad y porosidad. Esta madera se trata con calor
para poder darle forma y al entrar en contacto con el fuego el interior de las barricas
presentarán diferentes grados de tostado. Tanto el tipo de roble utilizado
(normalmente francés o americano), como el grado de tostado o la cantidad de
veces que se hayan utilizado las barricas van a modificar el carácter del vino. En
este momento es cuando el vino adquiere notas aromáticas que durante la cata
podremos identificar como tostadas, ahumadas, avainilladas y, cómo no, notas
amaderadas. Durante la estancia en la barrica se producen una serie de procesos
físico-químicos, al mismo tiempo que la porosidad de la madera permite además la
microoxigenación del vino. Con ello, a lo largo del tiempo este va evolucionando y
desarrollando sus características. En paralelo a la crianza del vino en barrica se
realizan dos trabajos adicionales que permitirán eliminar las impurezas y
sedimentos que los diferentes vinos arrastran desde las fermentaciones: el
trasiegoy el clarificado

Trasiego
Después de la fermentación maloláctica se lleva a cabo el trasiego, proceso
mediante el cual el vino se cambia varias veces de recipiente, con el fin de ir
eliminando los sedimentos sólidos y de airear el vino
Clarificación
Con el mismo objetivo, se somete al vino a un proceso de clarificación, en el que se
emplean sustancias orgánicas que arrastran las impurezas suspendidas en el vino
hacia el fondo de la barrica. Si se considera necesario, este paso puede ir seguido
de un posterior filtrado del vino para eliminar más eficazmente esas impurezas.

Embotellado
Una segunda parte del período de crianza del vino tendrá lugar una vez que este es
embotellado. Durante este tiempo el vino evolucionará en una atmósfera reductora
y asimilará el oxígeno que se introduce en la botella de manera inevitable cuando se
cierra con el corcho. El envejecimiento en botella es también importante ya que
permite que el vino se estabilice y que los aromas y propiedades que ha adquirido
en la barrica encuentren un punto de equilibrio y armonía. Dependiendo de los
tiempos de crianza que se den tanto en barrica como en botella, obtendremos como
producto final un vino crianza, reserva o gran reserva. Aunque cada bodega tiene
sus secretos y aporta su toque personal a sus vinos, el que hemos visto es, grosso
modo, el método de elaboración del vino tinto más común y extendido en el mundo.
Un proceso que ha llegado a unos niveles de tecnificación extraordinarios, pero que
es, en esencia, el mismo que empleaban nuestros abuelos cuando se descalzaban
para pisar la uva.
E laboración de vino

También podría gustarte