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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

FACULTAD DE DERECHO

CURSO: DERECHO PROCESAL CIVIL

DOCENTE: VIOLETA JIMENEZ RUFINO

TAREA ACADEMICA 02

INTEGRANTES:
YASMIN BERENICE PIZARRO SILVA Cod - U10314434
OSCAR ROBERTO PEREZ GARNIQUE Cod - U21319447
CRISTIAN PAVELS CASTRO CABEZAS Cód.- U21223656
YHON MILTON YUCRA ARUCUTIPA Cód.- U21211092
DAVID RENZO CAHUI MAMANI Cód.- U21307618
ERICK ALFARO CHALCO, Cód.- U21300238
JORGE RAFAEL FUENTES CHENEAU, Cód.- U21308379
ROSALIA MENDOZA TARRILLO, Cód.- U21231786
KATHYA ROJAS CRISÓSTOMO, Cód.- U21207813
NICOLAHY NICK RIVAS SUEROAS, Cód.- U17212695

AREQUIPA-PERÚ-
2023
INDICE
1.- POSTULACIÓN DEL PROCESO...........................................................................................3
2. DERECHO DE ACCIÓN..........................................................................................................4
3. DERECHO DE LA ACCIÓN....................................................................................................5
4. CONDICIÓN DE LA ACCIÓN.................................................................................................7
5.- LEGITIMIDAD PARA OBRAR..............................................................................................7
6.- INTERES PARA OBRAR......................................................................................................11
7.- PRESUPUESTO PROCESAL................................................................................................14
8.- COMPETENCIAS PROCESALES........................................................................................16
9.- CAPACIDAD PROCESAL....................................................................................................17
10. REQUISITOS DE LA DEMANDA.......................................................................................18
11.- SUPUESTOS CONSTITUTIVOS DE LA PRESUNCIÓN:................................................20
12.- REDACCIÓN DE LA DEMANDA.....................................................................................21
13.- PRIMER FILTRO PROCESAL...........................................................................................22
14.- CALIFICACIÓN DE LA DEMANDA................................................................................24
15.- JUICIO DE ADMISIBILIDAD............................................................................................25
16.- JUICIO DE PROCEDIBILIDAD.........................................................................................26
17.- CONSTITUCIONAL AL RECHAZO:................................................................................27
CONCLUSION............................................................................................................................28
BIBLIOGRAFIA..........................................................................................................................31
1.- POSTULACIÓN DEL PROCESO

Es la etapa inicial del proceso; en esta etapa, los contendientes (demandante y

demandado) presentan al órgano jurisdiccional (Juez) sus proposiciones que van a ser

materia de argumentación, prueba y persuasión durante el proceso; ya sea porque se

busca el amparo de la pretensión (demandante) o el rechazo de ella mediante la defensa

o contestación (demandado).

I. OBJETIVOS

 Proponer pretensiones y defensas, que las partes (demandante y demandado)

presenten sus proposiciones, las que serán discutidas en el proceso y

posteriormente reconocidas o rechazadas por el juzgador.

 El Juez debe revisar el cumplimiento por parte del demandante de los requisitos

de admisibilidad y procedencia de la demanda.

 Sanear la relación procesal.

 Precisar los puntos controvertidos.

 Juzgar anticipadamente el proceso.

 Crear las condiciones de desarrollo normal del proceso.

II. ACTOS PROCESALES COMPRENDIDOS EN ESTA ETAPA

 Interposición de la demanda
 Admisorio de la demanda.

 El emplazamiento del demandado.

 Contestación de la demanda.

 La reconvención

 Las excepciones y defensas previas

 La rebeldía

 El saneamiento del proceso y la audiencia de conciliación

 La fijación de los puntos controvertidos

 El saneamiento probatorio.

2. DERECHO DE ACCIÓN

El derecho de accion se inicia desde un punto de vista romano, donde nos dicen que.

Debemos inicialmente señalar, que en la concepción romana la acción y el derecho

subjetivo son una misma cosa y precisamente en ese orden, primero la acción, y luego el

derecho subjetivo, no existiendo por ello en esta época teoría alguna que busque

explicar el alcance y contenido de la acción.

Recién con Savigny, al invertirse los términos hasta entonces aceptados desde el

Derecho romano, pasando así a primer lugar el derecho subjetivo, y apareciendo sólo

despues el derecho de acción, es que se inicia la tentativa de autonomizar el concepto de

acción, respecto al derecho sub- jetivo, conceptuando este autor a la acción como el

aspecto particular que todo derecho asume a consecuencia de su lesión, esto es, el
derecho en estado de defensa, considerado como momento en el proceso de la vida de

los derechos no como derecho por sí mismo, momento a la acción la calidad de derecho

autónomo.

Por otro lado, una gran parte de la doctrina conceptúa correctamente a la acción como

un poder jurídico, entendiendo que aquella constituye el poder atribuido a los

justiciables de provocar una sentencia por parte de los tribunales. Y con tal parecer

entiende Micheli a la acción, como un poder de iniciativa, cuyo ejercicio viene dirigido

contra el órgano jurisdic-cional, cuyo deber institucional de impartir justicia se hace

concreto precisamente por el ejercicio del poder mismo, no siendo posible vincular al

ejercicio mismo de este poder, el nacimiento de un deber de conducta por parte del

adversario, el cual sufre la iniciativa procesal ajena. De igual modo, Attardi define a la

acción como el poder jurídico de poner en movimiento las condiciones para una

decisión de comprobación sobre la existencia de la correcta voluntad de la ley invocada

por el actor, sobre la fundamentación o no de la demanda

3. DERECHO DE LA ACCIÓN

Representa la facultad o el poder jurídico del justiciable de acudir al órgano

jurisdiccional en busca de tutela efectiva, independientemente de que cumpla los

requisitos formales o que su derecho sea fundado. (Casación 1778-97-Callao,

SegundaSala Civil Transitoria)

La acción es uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos para poder acercarse

al sistema de justicia solicitando tutela jurisdiccional. El concepto de acción ha

evolucionado en la medida que ha ido desarrollándose el derecho procesal.


Es así que en algún momento la acción era concebida como un derecho al proceso

propiamente. Sin embargo, contemporáneamente se habla de la necesidad de que el

estado desarrolle una labor más afirmativa respecto al acceso a la justicia. Es decir,

proveyendo las condiciones necesarias para que los ciudadanos puedan, efectivamente,

acercarse al sistema de justicia (por ejemplo, la defensa pública, la exoneración del pago

de aranceles, el asesoramiento que puedan realizarse a las personas que no pueden

contratar abogados).

De esta manera, el acceso a la jurisdicción ya no solo es una categoría propia del

derecho procesal, y que se plasma ciertamente en la demanda, sino que además es

concebido como un verdadero derecho fundamental procesal. En efecto, la mayoría de

las constituciones reconoce, expresa o implícitamente, la existencia, a partir de una

interpretación del debido proceso sobre todo, de un derecho fundamental procesal

relacionado con el acceso a la justicia. Los tribunales de justicia (como el Tribunal

Constitucional) han reconocido la existencia de este derecho de manera implícita dentro

del debido proceso.

Respecto de la acción también se han planteado la necesidad de superar algunas barreras

o límites de acceso a la justicia. Respecto de estas barreras se dan de diversos tipos,

tanto de carácter económico, o incluso barreras de carácter procesal también.

El tema procesal supone la revisión, sobre todo, de aquellos requisitos de calificación de

la demanda. En la práctica jurisdiccional es muy usual encontrar criterios

jurisdiccionales que ponen en cuestión el rechazo de las demandas por algunos aspectos

formales. Aquí es necesario que estos poderes que usualmente se le reconoce al juez

para calificación de la demanda en los aspectos formales, y otras respecto de la relación

procesal, sean interpretados, comprendidos y utilizados adecuadamente a la luz del

acceso a la justicia.
Es esta necesidad de comprender el acceso, o que cuando el ciudadano presenta una

demanda subyace el ejercicio del derecho fundamental a la acción, ha conllevado a que

se prueben algunos mecanismos o instrumentos que permitan esta viabilidad. Es así que

en algunos sistemas de justicia, como en el caso peruano, se ha establecido un llamado

principio de pro actione, a partir del cual se exige de que las reglas que permitan la

revisión o calificación de la demanda puedan interpretarse de manera más flexible. Se

habla de un antiformalismo.

4. CONDICIÓN DE LA ACCIÓN

Conocida también como legitimatio ad causam, es la condición o cualidad de carácter

procesal que el ordenamiento legal sustantivo reconoce a una determinada categoría de

sujetos. Que faculta a estos para pretender sobre una concreta relación jurídica en el

caso del demandante y en la del demandado, para oponerse a las pretensiones

esgrimidas en su contra.

Artículo 220º

- La nulidad a que se refiere el Artículo 219º puede ser alegada por quienes tengan

interés o por el Ministerio Público. Puede ser declarada de oficio por el juez cuando

resulte manifiesta. No puede subsanarse por la confirmación.

https://www.youtube.com/watch?

si=dI3YghAtnARcswxM&v=mujlJjGPrzs&feature=youtu.be

5.- LEGITIMIDAD PARA OBRAR

La legitimidad para obrar, es un concepto importante que se refiere a quiénes tienen

autorización legal para presentar demandas o defenderse en un proceso, y se expresa en


dos aspectos: la legitimidad activa (para quien presenta la pretensión) y la legitimidad

pasiva (para quien se opone a la pretensión). Este concepto está estrechamente

vinculado al derecho procesal, que regula el proceso judicial, a diferencia del derecho

sustancial, que se relaciona con los derechos materiales o de fondo.

También se aplica a terceros que intervienen en el proceso. En otras palabras, Según

Pacori (2018), “La legitimidad para obrar o legitimatio ad causam, es una condición de

la acción que precisamente limita o condiciona el ejercicio de ésta a su existencia.”

(s.p). Es decir, la legitimidad para obrar constituye una condición esencial para iniciar el

proceso, el cual alude específicamente a la capacidad legal que tenga un demandante

para interponer su acción y plantear su pretensión a efectos de que el juez analice y

verifique tal condición para admitir la demanda, Pacori (2018) refiere:

La demanda interpuesta por quien carece de legitimidad para obrar puede ser

declarada improcedente de oficio por el Juez, pudiendo incluso ser denunciada a

través de la correspondiente excepción. Asimismo, se configura cuando no

existe coincidencia entre las personas que la norma le otorga el derecho con la

que plantea la acción. (s.p)

Entonces para que alguien pueda presentar una demanda o participar en un juicio, es

necesario que tenga un interés legítimo y que la ley reconozca su derecho a estar allí ya

sea como demandante (legitimidad activa) o como demandado (legitimidad pasiva), por

lo que se entiende que la legitimidad para obrar se refiere a la autorización legal que una

persona debe tener para participar en un proceso legal, que sería como tener el permiso

adecuado para estar involucrado en un asunto legal.

La "legitimación ordinaria" en el ámbito legal define quiénes deben participar en un

proceso para que sea efectivo, conectándose con el "principio de oportunidad", que

permite diversas vías para restaurar un derecho subjetivo. La autonomía de la voluntad


es clave, iniciándose el proceso civil a solicitud de la parte que afirma ser titular del

derecho. La legitimación se basa en la autonomía y los derechos subjetivos privados,

activándose la tutela jurisdiccional cuando se afirma la titularidad del derecho. En la

"legitimación derivada", se diferencia entre originaria y derivada, siendo esta última la

afirmación de un derecho u obligación originalmente de otra persona y respecto de los

casos especiales existen donde la legitimación se determina por ley, no por la

afirmación de derechos y obligaciones.

La "legitimación extraordinaria" en el ámbito legal significa participar en un juicio de

manera especial, no solo afirmando tener un derecho. Aunque generalmente es

suficiente afirmar la titularidad de un derecho, hay "excepciones" en las reglas legales

que permiten la legitimación extraordinaria. Una de estas excepciones es la "sustitución

procesal", donde otra persona puede actuar en nombre propio sobre un problema legal

que no es suyo. La "acción subrogatoria" permite a alguien tomar acciones legales en

representación de otra persona. La legitimación extraordinaria también cubre los

"intereses difusos", que son defendidos por grupos sin fines de lucro. En casos de

"interés público", más personas pueden participar, con el Ministerio Público

defendiendo las leyes y la "acción popular" dando permiso a individuos para usar la ley

sin tener un derecho propio.

Se diferencia entre la legitimatio ad causam (legitimidad para la causa) y la legitimatio

ad processum (legitimidad para el proceso), señalando que la primera es un requisito

para la sentencia de fondo, mientras que la segunda es un presupuesto procesal.

Resumiendo, la legitimación extraordinaria no se limita a tener un derecho directo,

incluye casos especiales como sustitución procesal, defensa de intereses difusos y

participación en casos de interés público.

Para ahondar en el tema sobre Legitimación algunos autores refieren lo siguiente:


Ugo Rocco:

Refiere que las normas de legitimación se establecen, según criterios abstractos y

generales y qué sujetos pueden pretender la realización de una relación ante los órganos

jurisdiccionales y respecto de qué sujetos, dicha realización puede ser pretendida.

La legitimación se determina por un conjunto de circunstancias, condiciones y

cualidades de ciertas categorías de sujetos en relación con la relación jurídica o el estado

jurídico sobre los cuales piden una providencia. La titularidad efectiva o simplemente

afirmada de la relación o estado jurídico constituye el criterio básico para determinar la

legitimación.

Devís Echandía:

La legitimación del demandante se basa en la titularidad del interés en litigio y que debe

ser objeto de sentencia. Para el demandado, consiste en la titularidad del interés en

litigio por ser la persona llamada a contradecir la pretensión del demandante o frente a

la cual permite la ley que se declare la relación jurídica material objeto de la demanda.

Chiovenda:

Legitimación ad Causam y ad Processum: Chiovenda introduce las denominaciones

"legitimatio ad causam" (legitimación para obrar) y "legitimatio ad processum"

(legitimación para el proceso). La primera se refiere a la identidad de la persona del

actor y del demandado con las personas en cuyo favor y en contra de quien está la ley.

La segunda indica un presupuesto procesal, es decir, la capacidad de presentarse en

juicio por sí o por otros.

Vescovi:

Legitimación como Presupuesto de la Sentencia de Mérito: La legitimación es un

presupuesto de la sentencia de mérito. Antes de decidir, el juez debe analizar si las

partes presentes en el proceso son las que deben estar, es decir, los titulares de los
derechos que se discuten. La legitimación es la idoneidad de la persona para actuar en

juicio inferida de su posición respecto al litigio.

Montero Aroca:

Legitimación como Posición Habilitante: La legitimación se encuentra en la afirmación

de la titularidad del derecho subjetivo material y en la imputación de la obligación. Se

destaca que la legitimación no consiste en la existencia del derecho y de la obligación,

sino en las afirmaciones que realiza el actor.

Los autores antes mencionados aportan comentarios sobre la legitimación, resaltando su

importancia como un requisito fundamental antes de determinar la existencia o ausencia

de una relación jurídica. La titularidad, se presenta como un criterio clave en la

evaluación de la legitimación. Se destaca la diferencia entre legitimación y la existencia

del derecho, subrayando que la afirmación de la titularidad es suficiente para declarar la

certeza sobre la existencia o inexistencia de la relación jurídica.

En conclusión, acerca de la legitimación, ya sea ordinaria o extraordinaria, está

vinculada a la afirmación de la titularidad de derechos subjetivos. La autonomía de la

voluntad y la libre disposición son fundamentales, y se abordan casos especiales, como

la legitimación derivada. La legitimación extraordinaria se concede por normas

procesales en casos específicos, como la sustitución procesal, también se explora la

legitimación en intereses difusos y el interés público, involucrando al Ministerio

Público y la acción popular. En general, la legitimación se relaciona con la defensa de

derechos, ya sea en el ámbito privado o público.

6.- INTERES PARA OBRAR.

El interés para obrar es una institución procesal diseñada para evaluar la utilidad del
proceso en relación con la necesidad de tutela invocada por las partes. Su propósito es

evitar la realización de actividades procesales inútiles, refiere que busca obtener el

máximo resultado con el mínimo empleo de actividad procesal.

Entonces diremos que el interés para obrar surge cuando se ha vulnerado un derecho y

hay una intención sagrada de subsanarlo, este se manifestara en la necesidad inmediata

de la tutela jurídica para restaurar el derecho afectado, el cual se encuentra

fundamentado en la doctrina y principios del ordenamiento civil y procesal civil, en los

cuales se destaca la capacidad y el interés para obrar como elementos esenciales para

accionar y establecer una relación jurídica procesal así lo establece la normativa legal en

el Art. VI del Título Preliminar del Código Civil y el Art. 57 del Código Procesal Civil,

que establecen la necesidad de tener legítimo interés económico o moral para ejercer o

contestar una acción, el cual resalta un interés secundario y autónomo que surge ante la

inobservancia de un comportamiento debido.

Francesco Luiso destaca que el interés para obrar sirve para evitar una actividad

procesal inútil, es decir, procesos fundados pero que no benefician al demandante,

explica que se manifiestan de dos maneras; en el medio y en el resultado, en palabras

del profesor Luiso (1997):

El interés para obrar en el medio cuando la tutela que persigue el autor puede ser

conseguida sólo por el medio jurisdiccional del proceso; y existe interés para

obrar en el resultado cuando el resultado que se derive del proceso

necesariamente producirá un cambio en la esfera del actor y será, por tanto, útil.

(p.64)

Teniendo en cuenta que el interés en el medio se refiere a la situación en la cual la tutela

que se busca, solo puede obtenerse a través del proceso jurisdiccional, por ejemplo,

demandar la resolución de un contrato cuando ya se ha pactado que esta opera de pleno


derecho. Mientras que el interés en el resultado implica que el resultado derivado del

proceso producirá un cambio en la situación y, por lo tanto, esta resultará útil, por

ejemplo, demandar la nulidad del testamento por falsificación cuando el demandante no

heredará, incluso si la demanda es declarada fundada.

Por otro lado, en el contexto peruano, Juan Monroy define el interés para obrar como la

"necesidad inmediata, actual, irremplazable de tutela jurídica" y la "necesidad de acudir

al órgano jurisdiccional". Si no hay una necesidad de acudir al órgano jurisdiccional o

no habrá utilidad, no existe un verdadero interés para obrar, así explica a detalle,

Alvarado (como se citó en “La falta de acción en el proceso”, 1972)

El interés para obrar no es otra cosa que la necesidad actual que tiene

determinado sujeto de invocar tutela jurisdiccional, como única vía eficaz, para

alcanzar la satisfacción de su pretensión material. Para que exista necesidad de

acudir al órgano jurisdiccional a pedir tutela; es necesario que se verifiquen las

siguientes condiciones: a). - Que el interés sea directo, personal o concreto; b). -

Que el interés sea legítimo, con lo cual queda desterrada la posibilidad de que se

solicite algún pedido ilícito; y, c). - Que el interés sea actual… (p.48-49)

El interés para obrar, se refiere a la necesidad actual, legítima y directa de un sujeto de

recurrir al órgano jurisdiccional para buscar la satisfacción de su pretensión material.

Para que exista este interés, deben cumplirse condiciones como que sea directo,

personal y concreto, excluyendo la posibilidad de solicitar algo ilícito. Además, debe ser

actual, sin condiciones o plazos pendientes. No habrá interés para obrar en casos de

incumplimiento de obligaciones con plazos no cumplidos o cuando el derecho ya fue

objeto de sentencia con cosa juzgada. La existencia de interés también se excluye si ha

sido objeto de transacción o conciliación, y si existe una vía prejudicial disponible,

como la conciliación extrajudicial. En resumen, el interés para obrar implica la


necesidad inmediata de buscar tutela jurisdiccional, sujeta a condiciones específicas,

pero es esencial identificar la pretensión, verificar que no hay otra vía que la

jurisdiccional y asegurar que una sentencia fundada producirá un efecto beneficioso

para el demandante.

Entonces respecto de las referencias emitidas por los autores mencionados diremos que

coinciden en describir el "interés para obrar" desde dos perspectivas: utilidad y

necesidad. La utilidad se refiere a que el proceso judicial debe ser beneficioso para

resolver la disputa, mientras que la necesidad implica que el poder judicial es el último

recurso después de agotar otras formas de resolver el conflicto.

Es crucial destacar que, antes de iniciar un proceso judicial, se deben explorar otras

formas de resolver la controversia. Por ejemplo, el arbitraje, que es un método más

flexible y rápido. Si las partes acuerdan resolver cualquier disputa a través del arbitraje

en un contrato, recurrir al poder judicial sin antes intentar el arbitraje puede resultar en

la falta de interés para obrar. Aunque el poder judicial podría ser útil, no sería necesario

ya que se estableció previamente que las disputas se resolverían mediante arbitraje.

7.- PRESUPUESTO PROCESAL

Son los requisitos que deben cumplirse en el momento de ejercitar las partes su derecho

de acción o de defensa para que el juez pueda entrar a conocer del objeto del proceso o

fondo del asunto y que condicionan tanto su admisibilidad como la validez de la

sentencia por la que se resuelva el conflicto jurídico material planteado.

Pueden citarse como presupuestos genéricos:

1.- Los presupuestos del órgano jurisdiccional -jurisdicción y competencia objetiva,

territorial y funcional-.
2.-* Los presupuestos de las partes -capacidad para ser parte y de actuación procesal,

postulación y derecho o capacidad de conducción procesal-.

3.- Los presupuestos del objeto procesal -procedimiento adecuado, litispendencia y cosa

juzgada-.

Junto a los genéricos, pueden exigirse otros presupuestos especiales como la caducidad

(en el ejercicio de pretensiones constitutivas, el recurso ordinario, la comunicación o la

reclamación previa en el proceso administrativo.

En la actualidad el examen de los presupuestos procesales de oficio por parte del órgano

jurisdiccional ha aumentado con el objeto de subsanar al inicio del proceso los defectos

que pudieran existir en relación con los mismos. Sin embargo, cuando el juez no los

aprecie de oficio será el demandado el encargado de alegar y probar su ausencia. En

ambos casos, se pretende evitar al final del proceso las resoluciones absolutorias para

los supuestos en los que faltara alguno de los presupuestos necesarios y que implican

una pérdida de tiempo y de dinero para el actor, ya que únicamente en sentencia se

declararía la ausencia del presupuesto procesal pero quedaría sin juzgar el conflicto

jurídico material debatido. En ese caso, el demandante vendría obligado a cumplir el

presupuesto procesal inobservado y volver a iniciar el proceso.

En consecuencia, para que se produzca una relación jurídica procesal válida en un

proceso no es suficiente con interponer la demanda, la presencia de las partes y la

intervención del Juez sino que, además, deberán concurrir, de manera ineludible, ciertos

presupuestos procesales de forma y de fondo si, claro está, lo que se quiere es generar

una relación jurídica procesal válida y un proceso válido que resuelva sobre el fondo. Se

puede distinguir también entre:


1.- Los presupuestos procesales de forma; cabe citar:

a) La demanda en forma, es decir, con los requisitos formales y de fondo legalmente

exigidos.

b) La capacidad procesal de las partes o aptitud para comparecer personalmente -por sí

misma- en el proceso y,

c) La competencia del Juez.

2 .-Los presupuestos procesales de fondo o materiales -también llamadas condiciones de

la acción; cabe enumerar:

a) La existencia del derecho que tutela la pretensión procesal.

b) La legitimidad para obrar por la cual, la persona (véase personalidad) puede formular

(legitimación activa) o contradecir (legitimación pasiva las pretensiones en o de la

demanda;

c) El interés para obrar y,

d) La no caducidad de la pretensión procesal.

8.- COMPETENCIAS PROCESALES

1. Conocimiento legal: Un entendimiento profundo de las leyes y regulaciones

pertinentes al caso, así como la capacidad de aplicar ese conocimiento de

manera efectiva.
2. Capacidad de investigación legal: Habilidad para realizar investigaciones

jurídicas exhaustivas, analizar casos precedentes y aplicar la jurisprudencia de

manera adecuada.

3. Redacción legal: Habilidad para redactar documentos legales claros y precisos,

como escritos, demandas, contratos y otros documentos procesales.

4. Argumentación oral: La capacidad de expresar de manera clara y convincente

los argumentos legales de manera verbal, ya sea en un tribunal, en negociaciones

o en otros entornos legales.

5. Negociación: Habilidad para llegar a acuerdos y resolver disputas de manera

amistosa, ya sea a través de la negociación directa o mediante métodos

alternativos de resolución de conflictos.

6. Gestión de casos: La capacidad de organizar y administrar eficientemente la

información y los procedimientos relacionados con un caso, cumpliendo con los

plazos y las regulaciones.

7. Ética profesional: Adherencia a los principios éticos y normas de conducta

profesional que rigen la práctica legal.

8. Habilidades de comunicación: La capacidad de comunicarse efectivamente con

clientes, colegas, jueces y otras partes involucradas en el proceso legal.

9. Resolución de problemas: La habilidad para analizar problemas legales

complejos y desarrollar estrategias efectivas para resolverlos.

10. Tecnología legal: Familiaridad con el uso de tecnologías legales modernas que

facilitan la investigación, la gestión de casos y la comunicación en el entorno

legal.
9.- CAPACIDAD PROCESAL

La "capacidad procesal" se refiere a la aptitud o habilidad que tiene una persona para

participar en un proceso legal. Esta capacidad se relaciona con la capacidad jurídica de

las partes involucradas en un procedimiento legal para ejercer sus derechos y cumplir

con sus deberes. Aquí hay algunos aspectos clave de la capacidad procesal:

1. Capacidad jurídica: Se refiere a la capacidad de una persona para tener

derechos y obligaciones legales. Todas las personas tienen capacidad jurídica,

pero puede haber situaciones en las que la capacidad de una persona se vea

limitada, como en el caso de menores de edad o personas declaradas incapaces

por razones de salud mental.

2. Legitimación: Es el derecho de una persona para participar en un proceso legal

y presentar una demanda o defenderse en un juicio. La legitimación está

relacionada con la conexión entre la parte y el asunto en disputa.

3. Representación legal: En algunos casos, una persona puede necesitar ser

representada por un abogado para participar plenamente en un proceso legal. La

capacidad procesal incluye la capacidad de elegir y ser representado por un

abogado.

4. Actos procesales: La capacidad de realizar actos procesales, como presentar

documentos legales, comparecer ante el tribunal, testificar y participar en la

toma de decisiones relacionadas con el proceso.

5. Capacidad para transigir: La capacidad de llegar a acuerdos y transigir en un

proceso de mediación o negociación.

10. REQUISITOS DE LA DEMANDA.


La demanda es la plasmación objetiva del derecho de acción, cuya finalidad es pedir, a

la autoridad jurisdiccional competente, resuelva la pretensión basada en un conflicto de

intereses o incertidumbre jurídica. Por la demanda se ejercita la acción; es el medio

procesal para hacerlo.

La demanda, como primer acto procesal, tiene una trascendental importancia en el

desarrollo de la relación jurídica procesal. Ese, su carácter principal, de tantas

proyecciones en el proceso, explica y justifica las exigencias del contenido y forma que

prescribe la ley, en ella, para admitirla como tal. Debe de observarse, entonces, los

requisitos generales y específicos según corresponda, así como los anexos respectivos,

los que serán calificados por el Juez.

Con la enumeración taxativa de los requisitos en la ley procesal se busca que la

demanda no sea oscura ni irregular. Los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil

contienen los requisitos y anexos respectivamente, que deben presentarse en y con la

demanda. Los primeros son los elementos intrínsecos que deben estar presentes en toda

demanda, y los segundos son los documentos que se agregan a la demanda, a fin de

cumplir, en forma conjunta, con los requisitos de admisibilidad y procedencia.

Los requisitos de la demanda tienen como antecedente el articulo 306 del Código de

Procedimientos Civiles de 1912. Los requisitos señalados en el articulo 424 del Código

Procesal Civil son mucho mas detallistas y minuciosos, que lo indicado por el código

adjetivo derogado, pues indican el orden inicial y final de una demanda.

El CPC, en su artículo 424, regula lo concerniente a los requisitos de la demanda:

La demanda se presenta por escrito y contendrá:

 La designación del Juez ante quien se interpone.


 El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria, domicilio procesal del

demandante y el domicilio procesal electrónico, constituido por la casilla

electrónica asignada por el Poder Judicial de acuerdo a la Ley 30229.

 El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del

demandante, si no puede comparecer o no comparece por sí mismo.

 El nombre y dirección domiciliaria del demandado. Si se ignora esta última, se

expresará esta circunstancia bajo juramento que se entenderá prestado con la

presentación de la demanda.

 El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que se pide.

 Los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumeradamente en forma

precisa, con orden y claridad.

 La fundamentación jurídica del petitorio.

 El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse.

 El ofrecimiento de todos los medios probatorios.

 La firma del demandante o de su representante o de sus apoderados y la del

abogado, la cual no será exigible en los procesos de alimentos. El secretario

respectivo certificará la huella digital del demandante analfabeto”.

11.- SUPUESTOS CONSTITUTIVOS DE LA PRESUNCIÓN:

concepto el término “presunción” proviene del latín présopmtion, derivación

depraessumtion-ónis, que significa idea anterior a toda experiencia; y el vocablo

“inocencia” procede dellatín innocens que significa virtuoso, calidad del alma que no ha

cometido pecado. manzini: “es un contrasentido jurídico, nada más burdamente

paradójico e irracional”, nos dice: como se le puede llamar inocente a un sujeto que esta

procesado no pues, justamente por que hay indicios en su contra, resulta más apropiado
hablar de presunción de culpabilidad en nuestro ordenamiento se admiten medidas

cautelares personales, y eso no significa que afecte la inocencia, sino, sirve para

esclarecer el hecho reprochado; siempre, claro está, que tales medidas sean dictadas

bajo criterios de razonabilidad y proporcionalidad. parte de esta relatividad de la

presunción de inocencia se vincula también con que dicho derecho incorpora una

presunción iuris tantum y no una presunción absoluta; por lo que, la presunción de

inocencia puede ser desvirtuada o destruida mediante una mínima actividad probatoria.

la presunción de inocencia es compatible con la aplicación de medidas cautelares

emitidas por un órgano competente, con juicio de razonabilidad acerca de la finalidad

perseguida y las circunstancias del caso. no es compatible, por ejemplo, con la

prolongación excesiva de la prisión preventiva, con su consecuencia natural de sospecha

indefinida y continua sobre un individuo, lesionando también así el derecho a la libertad

personal. se puede considerar que se esta sustituyendo la pena con la prisión preventiva.

en ese sentido la prisión preventiva pierde su propósito instrumental de servir a los

intereses de una buena administración de justicia, y de medio se transforma en fin. Sirve

para que se realice de manera exitosa el proceso penal, siendo su objeto asegurar la

presencia del imputado y aplicar la sanción como resolución del conflicto penal y la

determinación de si es factible la pretensión punitiva; nunca tendrá como fin, garantizar

la ejecución de una futura condena, su finalidad de carácter procesal; la sustracción del

inculpado a la justicia, el peligro de obstaculización de la investigación. la prisión

preventiva no tiene como finalidad garantizar la ejecución de la futura condena. Mucho

tiempo se ha considerado así, como una forma de castigo y que el imputado que era

detenido era ya culpable del delito, eso lesiona a la presunción de inocencia. sumándole

a ello, la presión de la prensa, de la sociedad y, hasta la presión política, lo que hacía

que la prisión preventiva sea una medida cautelar desnaturalizada.


12.- REDACCIÓN DE LA DEMANDA.

La redacción de la demanda se inicia cumpliéndose diligentemente con los requisitos

que se establecen en el artículo 424 del Código Procesal Civil, ya sea en sus requisitos

de forma y fondo, así como es sus anexos donde van los medios probatorios de lo que se

redactó en la demanda. Pero centrándonos más en la redacción en esta parte nos

centraremos más en definir que es la demanda, según la Real Academia de la Lengua

Española, demanda es suplica, petición, solicitud, esto obviamente ante una autoridad

judicial.

Sin embargo, en el ámbito jurídico se puede manifestar que una demanda es un

instrumento mediante el cual los sujetos de derecho formulan peticiones al Estado a

través de una rama judicial para que ellas se resuelvan por medio de una sentencia. En

toda demanda el punto de inicio es la pretensión, ya que en ella se encuentra la

jurisdicción, la competencia y el trámite de la demanda

La redacción de la demanda o preparación de la demanda se podría comparar con el

proceso de investigación, ya que la presentación de la demanda ante el juez es la

presentación de una hipótesis de hechos de parte de una parte, que tendrá que ser

contrastada con la realidad a través de medios probatorios, dicha demanda debe

contener pretensiones, hechos, pruebas que nos lleven a esclarecer el panorama

(Bastidas, 2015, p. 109)

El que redacta y prepara la demanda debe tener en cuenta que está ideando una

hipótesis, pero en términos jurídicos, debe hacerlo racionalmente de tal forma que el

juez después del proceso y verificado la hipótesis de una sentencia en la lógica que la

demanda se ha hecho, de lo contrario, es decir, una demanda realizada sin lo básico de

una racionalidad no podrá ser tomada como tal y lo más probable es que sea
desestimada durante el proceso.

13.- PRIMER FILTRO PROCESAL

La presentación de una demanda en si misma no significa que el proceso ya se inició y

que por lo tanto las partes ya se enfrascaron en el proceso, previo a todo esto está la

capacidad del juez para poder sanear el proceso, es decir, que el juez tiene la capacidad

de resolver, laminarmente aquellas incidencias o cuestiones que puedan presentar al

interior del proceso que entorpezcan el mismo e impidan un correcto proceso, e incluso

tienen la capacidad de declarar la invalidez dela demanda. A esta función mediante el

cual el juez debe señalar las deficiencias de una demanda se le llama función saneadora,

que tienen por objeto que una demanda se lleve a cabo de manera correcta para que en

un futuro no reparen las partes y la misma autoridad jurisdiccional que se ha gastado

esfuerzo y tiempo en vano en un proceso que tiene deficiencias en el inicio que es la

mala formulación de una demanda.

Si bien es cierto el saneamiento que el juez puede realizar se encuentra presente en todo

el proceso, (artículo 465 del CPC) la norma indica que este tiene tres momentos

importantes y para el caso presente nos centraremos en el primero, estos momentos son:

a) Calificación de la demanda: este es el primer filtro o tamiz en el cual se debe

verificar que la demanda cumpla con ciertos requisitos de forma y fondo como

son los presupuestos materiales y presupuestos procesales, de no haberse hecho

correctamente el juez tiene la capacidad de declarar su inadmisibilidad o

improcedencia de la demanda.

Este primer filtro es de suma importancia ya que, si el juez admite una demanda mal

formulada, cargara al despacho de un tema que al final no llegara a buen puerto,


que, si o si quedara en el camino, cargando al despacho con un esfuerzo inútil pues

lo más probable es que termine con una sentencia inhibitoria.

b) El auto de saneamiento procesal: esta se emite en la Audiencia preliminar donde

el juez hace un examen de la relación jurídico procesal, a efecto de declarar

saneado el proceso y dar por valido el proceso.

En la sentencia: en esta etapa final de manera excepcional el juez puede manifestarse

sobre la valides de la relación jurídico procesal emitiendo una sentencia inhibitoria.

ACCIÓN, PRETENSIÓN Y DEMANDA

Acorde a la doctrina, si bien la acción, pretensión y demanda son conceptos distintos,

tienen una indudable relación, dado que la demanda consiste materialmente en un

documento cuya presentación al juez (o al arbitro) se exterioriza el ejercicio del derecho

de acción (instar a la autoridad) y que resulta ser el continente de un contenido

necesario: la pretensión.

La demanda al igual que cualquier acto procesal que efectué alguna de las partes o

terceros legitimados en el proceso tiene por objeto la constitución o extinción de

derechos y cargas procesales que deben de realizarse de acuerdo con las normas

procesales vigentes. Como todo acto procesal que se introduce al proceso, estos deben

contar con determinadas características y requisitos para su confección, caso contrario

será objeto de rechazo por parte del Juez, por ello se debe tener en consideración

determinados requerimientos que debe contener antes de evitar que el órgano

jurisdiccional pueda desecharlos sin tomar en cuenta nuestra pretensión por el

incumplimiento de un deber de parte.


14.- CALIFICACIÓN DE LA DEMANDA.

Al calificar la demanda, el Juez efectuará una primera apreciación de los presupuestos

procesales de orden formal y de orden material, presupuestos necesarios para que nazca,

se desarrolle y concluya un proceso con una sentencia de mérito; de lo contrario, el

Juzgador emitirá una sentencia inhibitoria.

Para dar inicio al proceso judicial, el abogado deberá cumplir de manera diligente con

presentar su demanda teniendo en cuenta los requisitos legales que establece de manera

clara y precisa los artículos 130°, 424° y 425° de la norma procesal civil, sin perjuicio

de algunos requisitos especiales para determinados procesos. Esta constituye la primera

garantía que estatuye la norma procesal para los sujetos intervinientes en el proceso, ya

que todos ellos se deberán adecuar a lo allí prescrito, respetando y haciendo respetar el

cumplimiento de la misma. Durante este proceso, el juez puede admitir la demanda,

declararla inadmisible o improcedente, la calificación de la demanda constituye el inicio

o no del proceso, y es un acto meramente formal en el que el magistrado se limita a

verificar si la demanda cumple con los requisitos legales, el juez tiene el deber de

calificar liminarmente la demanda, y en un plazo máximo de cinco días, examinará si

cumple con los requisitos legales, durante este proceso, el juez puede determinar si la

demanda cumple con los requisitos legales y, de ser así, procederá con su tramitación y

la práctica de las diligencias solicitadas, la calificación de la demanda es un paso crucial

en el proceso legal, ya que de ella depende el inicio del proceso judicial.

Sin embargo, y como es lógico, la presentación de la demanda conlleva a que el juez

responda de esta actividad mediante el acto de calificación de la misma, el cual se

materializa mediante un auto a través del cual el juez se encuentra facultado a decidir

sobre ella teniendo hasta tres posibilidades o actos procesales en la que se manifiesta su
actuar, de esta manera el magistrado puede, en los actos postulatorios del proceso:

1) declarar improcedente la demanda;

2) declarar inadmisible la misma o;

3) admitir a trámite la demanda.

15.- JUICIO DE ADMISIBILIDAD.

El juicio de admisibilidad es un proceso en el que se evalúa si una solicitud o demanda

cumple con los requisitos necesarios para ser conocida y decidida por una autoridad

judicial. Durante este juicio, se verifica si la solicitud cumple con los requisitos

formales y legales para dar curso a la tramitación del caso, este proceso es fundamental

para determinar si la demanda puede ser admitida y dar inicio al procedimiento judicial

correspondiente, puede abarcar tanto aspectos formales como de contenido, verificando

si la demanda ha sido elaborada de acuerdo con los requisitos exigidos por la ley, el

juicio de admisibilidad es un paso crucial en el proceso judicial, ya que determina si la

solicitud o demanda cumple con los requisitos necesarios para ser considerada por la

autoridad judicial.

En el caso que el Juez advierta que la demanda no satisface las exigencias de orden

formal el juez la declara así mediante auto, indicando en él la omisión u omisiones

existentes que han impedido sea admitida a trámite. Esta resolución tiene un carácter

temporal en tanto y en cuanto concede un plazo a fin de que subsane las deficiencias

que señala el magistrado, vencido el mismo y no habiendo cumplido con el mandato

contenido se dispone el rechazo de la misma.


16.- JUICIO DE PROCEDIBILIDAD

El juicio de procedibilidad se centra en el análisis de los requisitos procesales necesarios

para dar curso a una demanda judicial, durante este juicio, se evalúan aspectos como la

competencia del tribunal, la capacidad de las partes para comparecer en juicio, la

legitimación para obrar, la existencia de un objeto y causa de la demanda, entre otros

aspectos, este proceso no juzga el fondo del asunto, sino que se enfoca en determinar si

la pretensión propuesta por el actor puede ser válidamente considerada en un proceso

judicial, En resumen, el juicio de procedibilidad es fundamental para asegurar que las

demandas que ingresan al sistema judicial cumplen con los requisitos necesarios para su

tramitación.

Mediante este acto jurídico procesal el juez da trámite a la demanda interpuesta dando

por ofrecidos los medios probatorios y confiriendo traslado al demandado para que

comparezca al proceso, nace en virtud de que la demanda ha reunido todos y cada uno

de los requisitos que la ley exige califique el Juez para dar inicio al proceso. De tal

forma el Juez ha de tomar las providencias necesarias del caso para poder encaminar el

nuevo proceso que tiene en sus manos, constituye el primer acto de saneamiento del

proceso toda vez que ha de verificar la existencia y cumplimiento de determinados

requisitos para adecuar el proceso.

17.- CONSTITUCIONAL AL RECHAZO:

El recurso de agravio constitucional, es aquel medio impugnativo contra las sentencias

expedidas en segunda instancia en el Poder Judicial, que posibilita a las personas a

acudir ante el Tribunal Constitucional como última instancia para obtener el

restablecimiento de sus derechos constitu- cionales vulnerados


CONCLUSION

En conclusión, la capacidad procesal es esencial en el ámbito legal y se refiere a la aptitud de las

partes involucradas para participar de manera efectiva en un proceso legal. Esta capacidad

implica tener la capacidad jurídica necesaria, la legitimación para estar involucrado en el asunto

en disputa, la posibilidad de estar representado legalmente cuando sea necesario y la habilidad

para llevar a cabo diversos actos procesales. Garantizar la capacidad procesal adecuada es

fundamental para mantener la equidad y la justicia en el sistema legal, asegurando que todas las

partes tengan la oportunidad de ejercer sus derechos y cumplir con sus responsabilidades de

manera adecuada dentro del marco legal establecido. La capacidad procesal contribuye, por lo

tanto, a un proceso legal justo y transparente.

Conclusión , las competencias procesales son un conjunto integral de habilidades y

conocimientos fundamentales para aquellos que participan en el sistema legal. Estas

competencias abarcan desde un profundo entendimiento de las leyes y normativas pertinentes

hasta habilidades prácticas como la redacción legal, la argumentación oral, la negociación y la

gestión efectiva de casos. La capacidad para aplicar éticamente este conocimiento y estas

habilidades no solo asegura el buen funcionamiento del sistema legal, sino que también

contribuye a la equidad y eficiencia en la administración de justicia. La continua actualización y

desarrollo de competencias procesales son cruciales para adaptarse a un entorno legal en

constante cambio y para cumplir con los estándares éticos que sustentan la integridad del
sistema judicial. En última instancia, las competencias procesales son el cimiento sobre el cual

se construye la participación justa y eficaz en los procesos legales..

La demanda, debemos de entenderla no solamente como la materialización del derecho de

acción sino también como aquel acto jurídico procesal mediante el cual un sujeto introduce una

o más pretensiones concretas ante el órgano jurisdiccional, es decir solicitando tutela respecto

de un derecho, el cual será manifestado en la sentencia.

supuestos constitutivos de la presunción el principio de inocencia es una garantía fundamental

que impide que se trate como culpable a quien se le imputa un hecho punible, hasta que se dicte

sentencia firme que rompa su estado de inocencia y le proponga una pena. la presunción de

inocencia no es sólo una garantía de libertad y trato de inocente, sino también de seguridad que

aplica la no injerencia por parte del estado a nuestra esfera de libertad de manera arbitraria.

La legitimidad para obrar significa que la persona tiene el derecho adecuado y las razones

correctas para estar en un proceso legal. Si no se tiene esta legitimidad, la participación en el

proceso puede ser cuestionada, y es posible que la persona no tenga el derecho de tomar

medidas legales en ese caso específico. También pude decirse que es una forma de asegurarse

de que solo aquellos que realmente tienen un interés válido y relevante estén involucrados en

cuestiones legales. En resumen, la legitimidad para obrar aborda quién tiene la autorización

legal para participar en un proceso, destacando su importancia en el ámbito procesal.

El interés para obrar se refiere a la necesidad concreta y urgente de recurrir al órgano

jurisdiccional, es decir, a la institución judicial, esto porque se configura como el único medio

capaz de procesar y resolver un conflicto de intereses entre las partes involucradas, por lo cual

este interés implica la necesidad de tutela jurídica inmediata y actual. La institución busca evitar

procesos inútiles al garantizar que el eventual triunfo en el proceso reporte beneficios

significativos al demandante. También refiere que el interés para obrar no solo debe vincularse

con daños efectivos, sino también con la probabilidad de futuras trasgresiones, ampliando así las

situaciones en las que se puede invocar la tutela jurisdiccional.


En conclusión, la legitimidad se refiere a la autorización legal y el interés para obrar está

relacionado con la necesidad de obtener tutela jurisdiccional respecto a un interés sustancial.

En conclusión, la capacidad procesal es esencial en el ámbito legal y se refiere a la aptitud de las

partes involucradas para participar de manera efectiva en un proceso legal. Esta capacidad

implica tener la capacidad jurídica necesaria, la legitimación para estar involucrado en el asunto

en disputa, la posibilidad de estar representado legalmente cuando sea necesario y la habilidad

para llevar a cabo diversos actos procesales. Garantizar la capacidad procesal adecuada es

fundamental para mantener la equidad y la justicia en el sistema legal, asegurando que todas las

partes tengan la oportunidad de ejercer sus derechos y cumplir con sus responsabilidades de

manera adecuada dentro del marco legal establecido. La capacidad procesal contribuye, por lo

tanto, a un proceso legal justo y transparente.

Conclusión , las competencias procesales son un conjunto integral de habilidades y

conocimientos fundamentales para aquellos que participan en el sistema legal. Estas

competencias abarcan desde un profundo entendimiento de las leyes y normativas pertinentes

hasta habilidades prácticas como la redacción legal, la argumentación oral, la negociación y la

gestión efectiva de casos. La capacidad para aplicar éticamente este conocimiento y estas

habilidades no solo asegura el buen funcionamiento del sistema legal, sino que también

contribuye a la equidad y eficiencia en la administración de justicia. La continua actualización y

desarrollo de competencias procesales son cruciales para adaptarse a un entorno legal en

constante cambio y para cumplir con los estándares éticos que sustentan la integridad del

sistema judicial. En última instancia, las competencias procesales son el cimiento sobre el cual

se construye la participación justa y eficaz en los procesos legales


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