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“Año de la Universalización de la Salud”

Universidad José Carlos Mariategui

Modalidad Presencial
Ciclo: Onceavo - “B”
Curso: Derecho Civil VIII

“”
Alumnos:
Angie Elizabeth, Laura Manzano
Geraldine Mayra, Luque Checalla
Ana Isabel, Mamani Nina
Robert Andre, Carazas Ramos
Jorge Eduardo Tarqui Quecaño

Docente:
Doctor Marco Calizaya

Moquegua – Perú

2021
DEDICATORIA:
A Dios como ser supremo, creador nuestro y
de todo lo que nos rodea por habernos dado
la inteligencia, paciencia y ser nuestro guía
en nuestras vidas. A nuestros padres, que
siempre han estado ahí para nosotros y
brindándonos su apoyo.
AGRADECIMIENTO:
Primero antes de nada le agradecemos a
Dios, por estar con nosotros en cada paso que
damos. De igual forma al Doctor Marco
Calizaya por su apoyo que nos da cada día y
por último a nuestros padres que siempre
están ahí en todo momento.
INDICE
INTRODUCCION.......................................................................................................................4
CAPITULO I...............................................................................................................................5
LA ACCIÓN...............................................................................................................................5
1. LA ACCIÓN....................................................................................................................5
2. TEORIAS SOBRE EL CONCEPTO DE EL DERECHO DE ACCION...................5
a. BASADAS EN LA ESENCIA DE LA ACCIÓN.....................................................5
b. ACCIÓN COMO DERECHO SUBJETIVO PÚBLICO..........................................6
c. ACCIÓN COMO PODER JURÍDICO......................................................................7
3. BASADAS EN EL CARÁCTER DE LA ACCIÓN.....................................................8
4. CARACTERES DEL DERECHO DE ACCIÓN.........................................................9
5. ELEMENTOS DEL DERECHO DE ACCION............................................................9
6. CONDICIONES DE LA ACCION Y PRESUPUESTOS PROCESALES.............10
7. CLASIFICACIÓN PROCESAL DE LAS ACCIONES............................................10
8. SENTIDO MATERIAL O SUSTANCIAL Y SENTIDO PROCESAL.....................10
CAPITULO II............................................................................................................................11
LA PRETENSION...................................................................................................................11
1. DEFINICIÓN.................................................................................................................11
2. OBJETO.......................................................................................................................12
3. ELEMENTOS...............................................................................................................13
4. DIFERENCIA ENTRE LA PRETENSIÓN Y LA ACCIÓN.....................................15
5. LA DEMANDA.............................................................................................................15
6. CLASES...........................................................................................................................15
CONCLUSIONES....................................................................................................................17
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................................................18
INTRODUCCION

La acción no es otra cosa que reclamar un derecho ante el órgano


jurisdiccional, dando inicio al proceso y por el mismo que culmina en una
sentencia, entonces entraremos a un acceso al órgano jurisdiccional, mas ello
no significa que la parte accionante sea la vendedora pues eso depende del
amparo de la pretensión, esto es lo que sucede cuando se dicta sentencia.
La pretensión es el sentido más usual, en la doctrina y en la legislación, se
halla recogido en textos legislativos del siglo XIX que mantienen su vigencia
aún en nuestros días; por ello que se habla de acción fundada e infundada,
acción real y personal, acción civil, acción penal; en estos vocablos la acción es
la pretensión, la existencia de un derecho sustantivo concreto, válido y en
nombre del cual de promueve la demanda respectiva.
A continuación, en el presente trabajo se realizará el análisis sobre las
diferencias entre la acción, pretensión, el cual fue realizado a través de una
investigación documental sobre la base de doctrina nacional e internacional y
jurisprudencia.

Palabras claves: Acción, Pretensión.


CAPITULO I
LA ACCIÓN

1. LA ACCIÓN
La acción es uno de los derechos fundamentales de los ciudadanos para
poder acercarse al sistema de justicia solicitando tutela jurisdiccional. El
concepto de acción ha evolucionado en la medida que ha ido
desarrollándose el derecho procesal.
Es así que en algún momento la acción era concebida como un derecho al
proceso propiamente. Sin embargo, contemporáneamente se habla de la
necesidad de que el estado desarrolle una labor más afirmativa respecto al
acceso a la justicia. Es decir, proveyendo las condiciones necesarias para
que los ciudadanos puedan, efectivamente, acercarse al sistema de justicia
(por ejemplo, la defensa pública, la exoneración del pago de aranceles, el
asesoramiento que puedan realizarse a las personas que no pueden
contratar abogados).

De esta manera, el acceso a la jurisdicción ya no solo es una categoría


propia del derecho procesal, y que se plasma ciertamente en la demanda,
sino que además es concebido como un verdadero derecho fundamental
procesal. En efecto, la mayoría de las constituciones reconoce, expresa o
implícitamente, la existencia, a partir de una interpretación del debido
proceso, sobre todo, de un derecho fundamental procesal relacionado con el
acceso a la justicia. Los tribunales de justicia (como el Tribunal
Constitucional) han reconocido la existencia de este derecho de manera
implícita dentro del debido proceso.

2. TEORIAS SOBRE EL CONCEPTO DE EL DERECHO DE ACCION


Dentro ya de la diversidad de planteamientos doctrinales en torno a la
acción, y a efectos de su adecuado análisis, dividiremos en dos grupos las
teorías existentes, en tanto busquen explicar la esencia misma de la acción,
o traten de determinar el carácter de ésta.

a. BASADAS EN LA ESENCIA DE LA ACCIÓN

Sin ánimo exegético alguno, podemos señalar las siguientes teorías:

i. Acción como derecho potestativo


Constituye mérito de Chiovenda, el desarrollo de una de las
teorías más originales esbozadas en torno a la acción dentro de la
doctrina procesal, basada principalmente en dos afirmaciones:
 Que la acción no es un derecho frente al Estado, sino frente al
adversario, y
 Que aquella no es un derecho a una prestación, sino que es un
derecho meramente potestativo, esto es, un poder jurídico de
producir efectos jurídicos.
En tal sentido, la acción es el derecho de provocar la actividad del
órgano jurisdiccional frente al adversario, esto es, el derecho de
una parte de provocar frente a otra la actuación jurisdiccional de la
ley, generando en esta última no un deber sino una sujeción a los
efectos jurídicos de tal actuación.
Por otra parte, si bien reconocemos los méritos de esta teoría,
consideramos que aquella resulta insuficiente para explicar el
complejo fenómeno que la acción representa, y en tal sentido,
esta no nos explica cuál es la relación del Estado con el derecho
potestativo que se ejercita, ni cuál es el fundamento de la
actuación de aquél en el proceso, lo que sumado al hecho que
esta última categoría doctrinal resulta hoy casi abandonada; en
igual sentido, nos hacen desistir definitivamente de cualquier
posible adhesión a esta opción teórica.

b. ACCIÓN COMO DERECHO SUBJETIVO PÚBLICO


Existe, por otro lado, un sector de la doctrina se entiende que la acción
no es un derecho potestativo, sino más bien un derecho público de
obligación, esto es, un derecho que tiene por objeto una prestación de
derecho público, y precisamente la prestación por parte del Estado de
su actividad jurisdiccional. Se entiende así, que la acción es un derecho
subjetivo público y, por tanto, un derecho frente al Estado, el cual a
través de sus órganos jurisdiccionales realiza la prestación de tutela
con que tal derecho se satisface, constituyendo un derecho totalmente
distinto a los derechos subjetivos privados.25 Y con tal parecer,
Donofrio considera a la acción como un derecho subjetivo público
dirigido hacia el Estado con efectos hacia la contraparte, el cual como
consecuencia de su naturaleza pública es irrenunciable.

Debemos, sin embargo, señalar que la opción teórica comentada parte


de la premisa, a nuestro entender errónea, de equiparar el derecho
subjetivo al poder jurídico, negando la existencia autónoma de poderes
jurídicos fuera del ámbito del derecho subjetivo, y olvidando que «los
dos términos interfieren, coordinándose o contraponiéndose, pero no
se sobreponen o se destruyen “Y Del mismo modo, si bien el derecho
subjetivo público se adecúa correctamente a las relaciones de derecho
subjetivo se da dentro de una relación jurídica básica, lo que permite
escindir la situación de poder de la misma y considerarla como una
unidad independiente.
Breves notas sobre el concepto de acción que pueden existir entre
Estado y ciudadano, tal término únicamente se aplica en estricto a los
derechos de los que sea titular la persona frente al Estado, no así al
poder de acción, el cual se ejerce no sólo frente al Estado sino también
frente a los demás sujetos que participan en el proceso.

c. ACCIÓN COMO PODER JURÍDICO


Por otro lado, una gran parte de la doctrina conceptúa correctamente a
la acción como un poder jurídico, entendiendo que aquella constituye el
poder atribuido a los justiciables de provocar una sentencia por parte
de los tribunales. Y con tal parecer entiende Micheli a la acción, como
un poder de iniciativa, cuyo ejercicio viene dirigido contra el órgano
jurisdiccional, cuyo deber institucional de impartir justicia se hace
concreto precisamente por el ejercicio del poder mismo, no siendo
posible vincular al Ejercicio mismo de este poder, el nacimiento de un
deber de conducta por parte del adversario, el cual sufre la iniciativa
procesal ajena. De igual modo, Attardi define a la acción como el poder
jurídico de poner en movimiento las condiciones para una decisión de
comprobación sobre la existencia de la correcta voluntad de la ley
invocada por el actor, sobre la fundamentación o no de la demanda.

Por todo lo antes señalado, consideramos que la acción.es un poder


jurídico, más tal afirmación nos obliga a determinar qué entendemos
por este concepto, y en tal sentido, podemos afirmar que el poder
jurídico en este sentido constituye una situación jurídica abstracta y
potencial, reconocida a todos los sujetos o a determinadas categorías
de sujetos en orden a la satisfacción de un interés, propio o ajeno,
jurídicamente relevante. Debemos adicionalmente diferenciar, dentro
de las diversas categorías de poderes jurídicos que existen, el derecho
subjetivo, la potestad y la acción. El derecho subjetivo constituye una
situación jurídica concreta, la cual presupone una relación entre dos o
más sujetos que toma el nombre de relación jurídica y que muestra por
una parte al titular (o titulares) de la situación jurídica activa, y por otra
al titular (o titulares) de la situación jurídica pasiva.

Por su parte, la potestad se encuentra circunscrita únicamente a los


supuestos en que el titular se encuentre investido de autoridad, y en
este sentido podemos hablar de potestad jurisdiccional dado que
aquella constituye una función de la soberanía, pudiéndola oponer al
poder jurídico de acción, el cual no exige a los sujetos jurídicos, el
ejercicio de funciones de autoridad.
Por último, de todo lo expuesto, al ser la acción un poder jurídico,
queda evidenciado que aquella se dirige contra el Estado, en su calidad
de titular de la potestad jurisdiccional, explicándose así que del
ejercicio del poder de acción se deriven obligaciones o cargas por parte
del órgano jurisdiccional, pudiéndose observar que la acción constituye
un poder preexistente al proceso, cuya naturaleza sobrepasa el ámbito
de la ciencia procesal misma, y se ubica en aquella área fronteriza
existente entre el derecho y el proceso.

3. BASADAS EN EL CARÁCTER DE LA ACCIÓN

a. TEORÍA CONCRETA DE LA ACCIÓN


Para Wach, propulsor inicial de esta corriente doctrinal, la acción
constituye la pretensión o derecho a la tutela jurídica, entendida como el
derecho al pronunciamiento de una sentencia favorable, pre-existente a
la proposición misma de la demanda judicial, dirigida contra el Estado y
también frente al adversario. Siendo seguido en tal parecer por algunos
autores, como Calamandrei, quien entiende a la acción como un derecho
subjetivo autónomo y concreto, es decir, dirigido a la obtención de una
sentencia favorable. Sin embargo, pese a lo interesante de la presente
opción doctrinal no podemos adscribirnos a la teoría esbozada, puesto
que concebir a la acción como el derecho a una sentencia favorable nos
debería llevar a concluir, con esta misma lógica que la acción es el
derecho de conceder razón aun cuando ésta no se tenga. Además, esta
teoría no explica la existencia previa de la acción en relación al proceso.

b. TEORÍA ABSTRACTA DE LA ACCIÓN

En esta perspectiva teórica la acción viene concebida como el derecho


de las partes a acudir al órgano jurisdiccional, con el correspondiente
desarrollo de un proceso y la obtención de una sentencia,
independientemente del contenido de esta última. Con tal parecer,
entiende Zanzucchi que la acción posee naturaleza abstracta e ideal
porque es distinta de las pretensiones y de los derechos materiales a
cuya realización tiende. Es más, al prescindir de estas pretensiones
resulta del todo autónoma, pues ejercitado mi derecho de acción, el juez
prestará necesariamente su actividad jurisdiccional, independientemente
que estime o desestime mi pretensión. Y, por su parte, Ortells Ramos
afirma que la existencia de un derecho a la actividad jurisdiccional no
puede hacerse depender, ni de que la pretensión procesal sea favorable,
ni de la certeza del derecho a la tutela jurisdiccional concreta afirmada,
ni de la realidad del estado de hechos al que corresponde una actuación
jurisdiccional del derecho.
Y por todo lo antes expuesto, consideramos plenamente coherente y útil
la presente opción teórica, a la cual nos adherimos, pues la concepción
abstracta de la acción, entendida como un poder jurídico de provocar el
ejercicio de la función jurisdiccional, con independencia del resultado
mismo del proceso, nos entrega una noción única de la acción, y por
tanto válida para todo proceso jurisdiccional, observándose además la
clara distinción de este concepto frente al de pretensión, puesto que
queda claro que la acción es un poder meramente procesal, mientras
que la pretensión es una declaración de voluntad, la cual posee un obvio
contenido sustancial.

4. CARACTERES DEL DERECHO DE ACCIÓN

 DERECHO PÚBLICO: porque el encargado de satisfacerlo es el Estado,


es decir, que es el Estado el receptor y obligado a prestar la tutela
jurídica, la acción se dirige contra él; justamente por la participación del
Estado en la relación jurídica procesal tiene naturaleza pública.

 DERECHO SUBJETIVO: porque es inherente a todo sujeto de derecho,


con independencia de si está en condiciones de ejercitarlo. 

 DERECHO ABSTRACTO: porque no requiere de un derecho material


substancial que lo sustente o impulse, es un derecho continente sin
contenido, con prescindencia de la existencia del derecho material.
DERECHO AUTÓNOMO: porque tiene presupuestos, requisitos, teorías,
naturaleza jurídica, teorías explicativas sobre su naturaleza
jurídica, normas reguladoras de su ejercicio, etc.

5. ELEMENTOS DEL DERECHO DE ACCION

 LOS SUJETOS DE LA ACCIÓN: Son el actor y el juez; aquél como sujeto


activo y éste como sujeto pasivo. Sujeto de la acción puede ser cualquier
persona, natural o jurídica, por su solo acto de voluntad al impetrar la
iniciación del proceso con cualquiera de esos fines.

 EL OBJETO DE LA ACCIÓN: Es el pronunciamiento de la sentencia,


favorable o desfavorable.

 LA CAUSA DE LA ACCIÓN: Esta referida al interés (público más que


privado) que motivan el ejercicio de la acción dirigido a la obtención de
una sentencia mediante el proceso, siendo irrelevante la correspondencia
entre lo retenido y la base legal que se precisa para exigir la titularidad del
derecho.
6. CONDICIONES DE LA ACCION Y PRESUPUESTOS PROCESALES
Las condiciones de la acción son requisitos para la actuación de la
voluntad concreta de la ley con el fin de obtener una sentencia favorable.
Son tres las condiciones para que sea admitida la acción: La existencia
de la voluntad de la ley que asegure al actor algún bien y obligue al
demandado a una prestación. El interés de conseguir el bien. Calidad,
es decir identidad del actor con la persona favorecida por la ley y del
demandado con la persona obligada.

7. CLASIFICACIÓN PROCESAL DE LAS ACCIONES


a. DE ACUERDO A LA CLASE DE JURISDICCIÓN:
Podemos distinguir procesalmente las acciones en civiles, penales,
laborales, contencioso administrativas, militares, fiscales, comerciales,
de minas, etc., según la jurisdicción a que pertenezcan.
b. DE ACUERDO AL TIPO DE PROCESO:
En contencioso y no contenciosas (o de jurisdicción voluntaria).

c. DE ACUERDO A LA FINALIDAD PARA LA CUAL SE RECLAMA LA


INTERVENCIÓN DEL PODER JUDICIAL:
En acciones declarativas, constitutivas y condenatorias.

8. SENTIDO MATERIAL O SUSTANCIAL Y SENTIDO PROCESAL

a. EN EL SENTIDO MATERIAL. Se mira a la pretensión que tiene el


demandante, considerando el caso concreto, y por lo tanto, su
demanda, y a la tutela que el derecho objetivo le otorga al determinado
derecho material en abstracto (como cuando se habla en general de
acción reivindicatoria o posesoria o de indemnización de perjuicios);
pero refiriéndose siempre al derecho sustancial o a la relación jurídica
material.

b. EN EL SENTIDO PROCESAL. Se contempla solo el objeto y fin de la


acción como acto jurídico procesal: la actividad jurisdiccional que se
pone en movimiento para obtener la sentencia

c. ACCIONES MIXTAS. La acción que inicia un proceso es siempre una.


La que puede existir en forma múltiple es la pretensión, ya que la
acción conduce a la sentencia mediante el proceso; por lo tanto, si
pudieran existir varias acciones en una demanda, existiría el absurdo
de varias peticiones para tramitar un solo proceso y para resolver la
misma demanda, cuando cada una seria judicialmente suficiente.
Puede decirse en estos casos que la acción es mixta, ya que persigue
una actividad compleja y mixta del juez. Pero jamás puede hablarse de
ejercicio de varias acciones en una demanda, en sentido procesal.

CAPITULO II
LA PRETENSION

1. DEFINICIÓN
El vocablo pretensión se puede definir como aquel deseo o intención que
tiene una persona de conseguir una cosa. Los conceptos de acción,
pretensión y excepción, frecuentemente se puede advertir que tienden a
confundirse en la doctrina. Sin embargo, estos obedecen a elementos
completamente distintos.
La acción consiste en el poder jurídico de reclamar la prestación de la
función jurisdiccional; es un derecho subjetivo procesal, y por consiguiente,
autónomo e instrumental, dirigido al juez (como miembro de un órgano del
Estado) para solicitar el inmediato movimiento de la actividad judicial y
obtener un pronunciamiento (sentencia). De otro lado la pretensión es la
declaración de voluntad hecho ante el juez y frente al adversario; es el acto
por el cual se busca que el juez reconozca algo con respecto a cierta
relación jurídica. En realidad, se está definiendo básicamente a una
afirmación de derecho y a la reclamación de la tutela para el mismo.
La pretensión nace como una institución propia en el derecho procesal, en
virtud del desarrollo doctrinario de la acción, y etimológicamente proviene del
término pretender, que significa querer o desear. Su importancia, en el
estudio del derecho procesal, radica en que permite una correcta
diferenciación del término acción al cual ya hemos estudiado anteriormente.
GOZAINI señala que “la pretensión estudia el objeto del proceso, es decir,
las razones por las que una persona se presenta ante la justicia y plantea en
su demanda un determinado conflicto de intereses.
Guasp es el principal expositor de esta teoría. Para el autor se entiende por
objeto ya no el principio o causa de que el proceso parte, ni el fin, más o
menos inmediato que tiende a obtener; sino la materia sobre la que recae el
complejo de elementos que integran, y que en el proceso se define como
una institución jurídica destinada a la satisfacción de una pretensión” Para el
citado autor, la pretensión constituye el objeto del proceso y por tanto la
decisión judicial tiene que estar referida a ella, dado que es propuesta por
las partes en sus actos postulatorios.
1.1 CARACTERISTICA:
La característica fundamental de las pretensiones meramente
declarativas consiste en que solo basta la declaración de certeza para
satisfacer el interés de quien lo propone, y por lo tanto, para agotar el
cometido de la función jurisdiccional.
Asimismo, se ha señalado jurisprudencialmente que esta se encuentra
vinculada al principio dispositivo, y así:
[…] tres son las notas esenciales del principio dispositivo: a) que las
partes son dueñas de los derechos e intereses materiales que se
discuten en el proceso, y al tener poder de disposición sobre el derecho
material ostentan también la plena titularidad del derecho de acción, por
tanto, nadie se le puede obligar a pedir tutela judicial o a ejercitar su
defensa ante los tribunales si no desea. Esto se concreta en el axioma
ne procedat iudex ex officio; b) las partes son dueñas absolutas de la
pretensión y por ende de la continuación del proceso, pudiendo disponer
de él a través de una serie de actos que pueden ocasionar la
terminación del proceso, con sentencia o con anterioridad a ella, como
es no impugnar, allanarse, transar (léase transigir), desistirse, etc; c) las
partes vinculan mediante sus pretensiones la actividad decisoria del
juez, quien tiene la obligación de resolver de modo congruente con
respecto a la pretensión del actor y la resistencia del demandado, lo que
se manifiesta en el aforismo ne eat iudex ultra petita partium […] (De
Casación 2798-99, Arequipa, publicado en El Peruano el 7 de abril de
2000, pp. 4996-4997).
La finalidad del proceso, conforme con nuestra norma procesal, es que a
través de él se puede resolver un conflicto de intereses o una
incertidumbre, ambas con relevancia jurídica; pero en el caso de la
pretensión, esta es de conocimiento del órgano jurisdiccional mediante el
acto jurídico procesal llamado demanda, el mismo que contiene esta
declaración de voluntad. Respecto de la pretensión material y la procesal
se ha señalado que: “[…] Toda pretensión material de los justiciables
para que pueda convertirse en pretensión procesal debe haber agotado
primero los medios para satisfacer dicha pretensión, tanto más si estos
medios están regulados expresamente en la ley. […]” (Casación 764-97,
Ayacucho, publicado en El Peruano el 19 de febrero de 1999, pp. 2662-
2663).
2. OBJETO
El objeto de la pretensión es lo que se solicita en la demanda, la materia
sobre la que versa, por lo que comprende fundamentalmente dos elementos:
el objeto (el bien o derecho que se reclama) y la causa jurídica que
constituye el soporte de esta.
Al respecto nuestro Tribunal Constitucional ha señalado que: “El objeto
litigioso está constituido por dos elementos que la doctrina denomina petitum
y causa petendi. Si el petitum consiste en la solicitud de una resolución
judicial idónea para la realización de un bien de la vida (entendido en la
acepción más amplia), la causa petendi estará constituida por la indicación y
la determinación del hecho constitutivo del derecho al bien perseguido,
además del hecho que determina el interés de obrar en juicio. La causa
petendi es entonces la razón, el porqué, o, más exactamente, aun el título de
la demanda».
En relación con el objeto del petitum, el órgano jurisdiccional no puede
conceder algo diferente de lo pedido. Por tanto, «este no puede encontrar
una ratio decidendi distinto al de la causa invocada». (STC. 0569-2003-
AC/TC)
La pretensión procesal tiene por función generar un proceso, siendo su
objeto el obtener una sentencia puede ser esta de carácter de condena,
declarativa, constitutiva o ejecutiva.
Como se ha señalado la pretensión constituye la manifestación de voluntad
de un sujeto una exigencia frente a otro, por ello esta debe estar contenida
con los fundamentos de hecho o razones fácticas que sustentan la
pretensión (causa pretendi) y por la fundamentación jurídica, que no es otra
cosa que el derecho subjetivo en el cual se sustenta su petición (iuris petitum
iuris petitio).
3. ELEMENTOS
3.1. LOS SUJETOS
Refiere a las partes involucradas en el proceso. El demandante es
quien hace la exigencia de la pretensión y el demandado es aquel
contra quien se dirige la exigencia. La pretensión se produce solamente
entre las partes, no teniendo participación el órgano jurisdiccional que
es ente ante el cual se deduce. Sin embargo, hay quienes consideran
como un tercer sujeto al juez como destinatario ante quien se formula
la pretensión y en todo caso quien va a declararla, posición que no
compartimos, pues los únicos a los que afecta el contenido de la
pretensión, solamente son el demandante y el demandado.
Para ROSENBERG: “Partes en el proceso civil son aquellas personas
que solicitan y contra las que se solicita, en nombre propio, la tutela
jurídica estatal, en particular la sentencia y la ejecución forzosa. Este
concepto del derecho procesal alemán (único decisivo) es
independiente de la estructura del derecho material y de la posición
jurídica extraprocesal de los interesados. Porque no se es parte en el
proceso civil como titular de la relación jurídica controvertida, sino actor
es quien afirma el derecho (material); y demandado, aquel contra quien
se lo hace valer. Para la posición de parte procesal no tiene
importancia si el actor es el poseedor del derecho y si el demandado es
el verdadero obligado o afectado. Muchas veces, de acuerdo con el
derecho material, están facultados para la gestión procesal y son
personas distintas respecto a los portadores del derecho o de la
relación jurídica controvertida”.

El primero de los elementos de este tipo que componen la pretensión,


es el sujeto activo, que es aquel que ejerce la prerrogativa normativa
para definir lo exigido, y en segundo lugar está el sujeto pasivo, que es
quien debe soportar el ejercicio de la prerrogativa del titular. Conforme
a nuestra jurisprudencia: «parte en el proceso es aquel que pide tutela
jurisdiccional y pretende la actuación de una norma legal a un hecho
determinado y aquel respecto del cual se formula esa pretensión, los
que quedan individualizados en la demanda” (Casación 983-98, Lima,
publicada en El Peruano el 18 de noviembre de 1998, pp. 2056-2057).
3.2. EL OBJETO
Viene a constituir la utilidad que se busca alcanzar con la resolución
judicial, el pedido o reclamo que se quiere sea reconocido por el juez.
Es la declaración por parte del juzgador de la subordinación de un
interés propio al del contrario.
Conforme lo señala LLAMBIAS, el objeto conforme lo señala el citado
autor “está constituido por el contenido de la prerrogativa del titular.
Así, en el derecho de propiedad el objeto es ese cúmulo de beneficios
y provechos que la cosa puede brindar al dueño de ella, y en los
derechos de crédito u obligaciones el objeto es la pretensión que debe
satisfacer el deudor a favor del acreedor”
3.3. LA CAUSA
Denominado también fundamento de la pretensión, está constituida por
los hechos que sustentan la pretensión además del sustento jurídico de
la misma. Constituye la afirmación de la conformidad con el derecho
sustancial. Se trata del interés jurídicamente protegido. Finalmente, la
causa o título es el hecho del cual la relación jurídica deriva.
Toda pretensión debe ser concreta y precisa señalando la finalidad que
persigue, con el fin de evitar que adolezca de defectos durante su
fundamentación.
Para GOZAINI, realizando un análisis estructural, la pretensión refiere a
los tres elementos que integran cualquier realidad jurídica:
- Elementos subjetivos, compuesto de un sujeto activo o persona
que formula la pretensión; un sujeto pasivo o persona frente a
quien se formula la pretensión, y el destinatario o persona ante
quien se formula la pretensión.
- Elemento objetivo; o sea, el sustrato material sobre el que recaen
aquellas conductas humanas y que integran el soporte básico
situado más allá de cada persona actuante y de cada actuación
personal y,
- Elemento modificativo de la realidad, esto es, una actividad stricto
sensu constituida por el hecho de que los titulares de la pretensión,
al ocuparse del objeto de la misma, determinan con su conducta
una modificación de la realidad.
4. DIFERENCIA ENTRE LA PRETENSIÓN Y LA ACCIÓN
En la acción los sujetos son el actor (sujeto activo), y el juez quien encarna
al Estado (sujeto pasivo); en tanto que la pretensión, el sujeto es el actor o
pretensionante (sujeto activo) y el demandado o pretensionado (sujeto
pasivo).
En la acción se busca una decisión, bien sea esta favorable o no; en tanto
que en la pretensión se busca una decisión favorable, que acoja el petitorio
reclamado.
5. LA DEMANDA
En cuanto a la demanda, esta es definida como el acto iniciatorio o
introductorio del proceso, acto exclusivo de parte (actora), sin el cual no
puede iniciarse.
El proceso civil ordinario (léase proceso conocimiento, abreviado,
sumarísimo y único de ejecución) comienza por la demanda que se
propondrá por escrito, ante el juez competente.
Con la demanda se ejerce la acción y se deduce la pretensión, es decir, que
la demanda contiene la, acción que despierta la actividad jurisdiccional, para
darle paso al proceso, y contiene a su vez la pretensión o reclamación del
solicitante de la tutela por parte del Estado.
De esta manera, la acción es un derecho o potestad; la pretensión, una
declaración de voluntad, y la demanda un acto procesal.
6. CLASES
La pretensión en sentido amplio constituye el acto jurídico realizado por un
sujeto consistente en exigir algo que debe tener por cierto calidad de acto
justiciable, es decir, relevancia jurídica. Si esta petición se verifica antes de
manera extrajudicial se denomina pretensión material, en tanto que si se
exige a través del órgano jurisdiccional estamos ante la pretensión procesal.
6.1. PRETENSIÓN MATERIAL
La pretensión material se distingue de la pretensión procesal. Aquella
simplemente es la facultad de exigir a otro el cumplimiento de lo
debido. Está referida al derecho que tiene un sujeto determinado que
se dirige contra uno o más sujetos, protegiendo intereses
determinados.
Cuando este interés que tenemos frente a un sujeto respecto de un
interés propuesto es satisfecho sin la intimación del órgano
jurisdiccional, nos encontramos ante la ausencia del proceso. Teniendo
en cuenta lo señalado se precisa: “La ley sustancial es aquella que
reconoce los derechos subjetivos de las personas, y la ley procesal la
que los hace efectivos cuando han sido desconocidos o vulnerados.”
Para MONROY, con relación al tema en comento, señala que: “Al ser
abstracto, el derecho de acción carece de exigencia material, es sólo
un impulso de exigir tutela jurisdiccional al Estado. Sin embargo,
realizamos tal actividad cuando tenemos una exigencia material y
concreta respecto de otra persona, es decir, cuando tenemos un
interés que es resistido por otra. Esta aptitud de exigir ‘algo’ a otra
persona se denomina pretensión material. La pretensión material no
necesariamente es el punto de partida de un proceso, puede ocurrir
que la ser exigido su cumplimiento esta sea satisfecho, con lo que el
conflicto no se habrá producido. Sin embargo, cuando la pretensión
material no es satisfecha y el titular de esta carece de alternativas para
exigir o lograr que tal hecho ocurra, entonces sólo queda el camino de
la jurisdicción. Esto significa que el titular de una pretensión material,
utilizando su derecho de acción, puede convertir esta en pretensión
procesal, lo que no es otra cosa que la manifestación de voluntad por la
que una persona exige algo a otra a través del estado (órgano
jurisdiccional).” En tal sentido en sede judicial se ha precisado que:
“Toda pretensión material de los justiciables para que pueda
convertirse en pretensión procesal debe haber agotado primero los
medios para satisfacer dicha pretensión, tanto más si estos medios
están regulados expresamente en la ley.” (Casación 764-97, Ayacucho,
publicado en El Peruano, 19 de febrero de 1999, pp. 2662-2663).
6.2. PRETENSIÓN PROCESAL
La pretensión procesal, concepto ampliamente desarrollado por el
español Guasp, es una declaración de voluntad por la cual se solicita
una actuación del órgano jurisdiccional frente a persona determinada y
distinta del autor de la declaración.
Esta se origina con el proceso luego de ejercitar el derecho de acción y
de admitida la demanda por juez competente. Viene a constituir la
exigencia del derecho material ante el órgano jurisdiccional, a través
del acto jurídico procesal contenido en la demanda. Del mismo modo
se ha señalado que: “las normas procesales no pueden servir de
sustento para la solución de la litis pues no deciden, el derecho, sino
simplemente regulan la conducta de las partes que intervienen en el
proceso.” (Casación 1870-98, Cono Norte, publicada en El Peruano el
13 de enero de 1999, pp. 2463-2464).

CONCLUSIONES

A modo de conclusión nuestro grupo llego a que la acción civil es un derecho


subjetivo autónomo, pone a las partes del juicio una frente a la otra y ambas
frente al juez, generando una relación jurídica procesal entre ellos, cuyo
ejercicio otorga el derecho a la jurisdicción y permite afrontar el trámite de un
proceso; es el derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales del estado para
interponer pretensiones, imponiendo la prohibición de hacerse justicia por
mano propia, provocando del Juez una resolución, con eficacia vinculativa,
respecto a una determinada relación jurídica. Tiene en su estructura a los
sujetos de la relación jurídico material debatida, el objeto que es lo que desea
alcanzar con la sentencia y la causa o fundamento jurídico de la pretensión.
BIBLIOGRAFÍA

 GOZAINI A., Osvaldo (1996): Teoría General del Derecho Procesal. Ediar.
S.A. Bs. As.
 LLAMBÍAS, Jorge J. (1967): Tratado de derecho civil. Parte general, Perrot
Bs. As. Tomo I.
 MONROY GÁLVEZ, Juan. (2004): La Formación del Proceso Civil Peruano.
(escritos reunidos). 2da Edición. Lima. Palestra Editores.
 ROSERNBERG, Leo, (1955) Tratado de derecho Procesal Civil. E.J.E.A.
Bs As. Tomo I.

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