Está en la página 1de 13

Patrones de interacción familiar en el desarrollo de la personalidad y el

origen de problemáticas emocionales.

Experiencias del abordaje psicosocial en el centro de acompañamiento a las


familias, Universidad de Caldas

*Valentina Grand Jaramillo1

Introducción

El presente trabajo, surge a partir de la experiencia de práctica profesional en el área de


psicología, realizada durante el año 2022 en el Centro de Acompañamiento a las Familias de
la Universidad de Caldas, en el marco del programa de Orientación y Acompañamiento
Psicosocial. Mediante un análisis cualitativo descriptivo, esta ponencia contiene elementos
teóricos y experienciales que permitieron tomar como presupuesto que: la mayoría de las
problemáticas individuales en adolescentes y adultos jóvenes, especialmente aquellas
asociadas a sintomatología de depresión y ansiedad, preceden de circunstancias relacionales
y patrones de interacción familiar poco favorables para el sano desarrollo.

El marco teórico de referencia de esta ponencia está centrado en el enfoque sistémico de la


psicología, a partir de artículos investigativos y textos que exponen la influencia de los patrones
relacionales familiares en el desarrollo del sujeto y su percepción respecto a sí mismo y el
entorno. Adicionalmente, en la ponencia se desarrolla, en primer lugar, una breve explicación
teórica acerca del enfoque desde el cual se llevaron a cabo los acompañamientos psicosociales
objeto de análisis. Posteriormente, hay una descripción teórica de conceptos fundamentales
para el entendimiento de la influencia de patrones de interacción familiar en el desarrollo del
sujeto. Finalmente, se expone una breve descripción y análisis acerca de los casos que,
atendidos en el marco de la práctica profesional, en el Centro de acompañamiento a las familias,
permiten visibilizar la influencia de la personalidad y patrones de interacción familiar en
problemáticas emocionales de adolescentes y adultos jóvenes.

1
Practicante de psicología de la Universidad Católica Luis Amigó, adscrita al Centro de Acompañamiento a las Familias,
Programa de Orientación y Acompañamiento Psicosocial a las familias, Universidad de Caldas

1
Palabras clave: Familia, enfoque sistémico, patrón relacional, causalidad circular,
personalidad, triangulación, límites, coaliciones, alianzas.

Psicología sistémica

Desde el enfoque sistémico de la psicología, cada sujeto se desarrolla en medio de diferentes


sistemas sociales, siendo el grupo familiar el primer sistema del cual hace parte desde su
nacimiento, y, por consiguiente, el más significativo, pues es allí donde realiza sus primeras
interacciones, y obtiene sus primeros conocimientos respecto a si mismo y el entorno.

Desde esta perspectiva, de acuerdo con Botella y Vilaregut (2001) el modelo sistémico
comprende a la familia como un sistema que está compuesto por pequeños subsistemas
originados a partir de diversas formas de jerarquización; Los integrantes del sistema familiar,
interactúan entre sí a partir de una organización y estructura específica que incluye tipos de
límites, relaciones de complementariedad, simetría y patrones relacionales.

En este sentido, un cambio o circunstancia significativa que experimente uno de los integrantes
del sistema, afecta a los demás, y, por lo tanto, incide en la estabilidad que, hasta el momento,
y desde afirmaciones comunes de las personas, vivía el sistema familiar. De manera que, las
pautas relacionales en los sistemas familiares aluden a un mecanismo de circularidad y, por lo
tanto, la hipótesis a partir de la cual se comprende el conflicto alude a este tipo de causalidad:
“causalidad circular”.

De acuerdo con McDermott (1998 citado en Páez-Cala, 2019) La causalidad circular establece
que, dentro de los sistemas, se desarrolla un constante intercambio de información en forma
de bucles , mediante un mecanismo de retroalimentación. Es por esta razón que, en el sistema
familiar , el comportamiento de uno de sus integrantes influye en el de los demás y viceversa.

En este orden de ideas, la psicología sistémica lleva a considerar la salud mental desde una
perspectiva relacional. Si bien, en la mayoría de los casos uno de los integrantes del grupo
familiar es quien llega a consulta a causa de un conflicto emocional, el análisis detallado del

2
sistema al que pertenece permite comprender que el origen o el mantenimiento del problema
generalmente es ocasionado por pautas determinadas dentro del contexto en el que se ha
desarrollado.

Pautas relacionales y personalidad

La familia constituye el principal sistema social en donde el individuo desarrolla sus primeras
interacciones y obtiene los primeros conocimientos del mundo. Por lo tanto, la forma en que
estas interacciones son llevadas a cabo a lo largo de la vida, influye de manera significativa en
el desarrollo cognitivo y afectivo del sujeto.

De Acuerdo con Valdés (2007) dentro del contexto familiar se produce una serie de
interacciones significativas que influyen en el desarrollo de la identidad personal de los
integrantes. Lo que implica que estas interacciones generan condiciones que permiten
desarrollar habilidades emocionales como la tolerancia a la frustración, toma de decisiones,
resolución de problemas y autoconcepto, entre otros.

Lo anterior lleva a considerar que los patrones de interacción familiar influyen en la manera en
que el sujeto se desenvuelve en el mundo exterior y también de acuerdo a las características
cognitivas y afectivas que ha desarrollado a partir de la experiencia de vida en relación e
interacción con otras personas dentro y fuera de la familia. Experiencias que durante el ciclo
de vida personal y sociofamiliar van haciendo parte de su personalidad.

Este constructo, es comúnmente definido como el conjunto de características psíquicas


individuales que determinan la manera de actuar de las personas ante circunstancias y contextos
determinados. Sin embargo, entendiendo que la personalidad se integra a partir de la
experiencia y que ésta se desarrolla a partir de la interacción con otras personas, desde el
nacimiento, es relevante considerar que la perspectiva sistémica es importante en la
comprensión de la personalidad no sólo individual o en su procesos de individuación, sino
también en su consolidación en medio de múltiples sistemas y contextos relacionales,
multicausales y multidimensionales, de los que hace parte una persona, su familia y entorno
sociocultural.

3
Al respecto, Minuchin (1977) establece que la identidad del individuo surge a partir del sentido
de pertenencia a un sistema familiar. Lo que implica que la personalidad, además, incluye
creencias, estrategias de afrontamiento, y percepciones respecto a sí mismo y el entorno, que
son aprendidas a partir de la relación con los integrantes del grupo familiar al que pertenece.

Desde esta perspectiva, Linares (2006) define la personalidad como “la dimensión individual
de la experiencia relacional acumulada, en diálogo entre pasado y presente, y encuadrada por
un substrato biológico y por un contexto cultural”. De manera que, el ser humano en su
dimensión psicológica integral, es producto de factores biológicos (genética), experiencias
individuales y relacionales, historia, cultura, contexto, creencias y costumbres.

Comprendiendo, entonces, la influencia de la experiencia relacional en el desarrollo cognitivo


y afectivo del sujeto, las experiencias tempranas con figuras significativas han sido
consideradas de gran relevancia en la estructuración de la personalidad. Como bien lo
estableció Bowlby en la teoría del apego: la capacidad de resiliencia de los individuos es
influida por un patrón de apego y tipo de vínculo que se desarrollan con figuras significativas
del entorno durante los primeros años de vida.

En este sentido, la formación del vínculo en una relación madre -hijo (aunque puede tratarse
de otro cuidador) surge a partir de la necesidad biológica de comunicación desde los primeros
meses de vida, por lo cual la formación de un vínculo confiable y seguro depende de una figura
de apego constante que pueda comunicarse con el bebé y suplir sus necesidades fisiológicas y
emocionales. Por el contrario, cuando se trata de una figura de apego ausente, o maltratadora,
los mecanismos de afrontamiento y tolerancia a la frustración generadas a partir de la pérdida
de confianza en el cuidador, desencadena comportamientos controladores, punitivos y
agresivos. De manera que, tanto la calidad del vínculo como los patrones de relación tempranos
dejan huellas a largo plazo en la salud mental del individuo, debido a los cambios a nivel
cerebral, estructural y comportamental que generan las experiencias (Moneta, 2014).

Desde un punto de vista relacional, la personalidad se construye a partir del desarrollo narrativo
e identitario. Entendiendo la “narrativa” como la atribución de significado a la experiencia
relacional, la identidad personal es producto de la configuración de esta experiencia (Duero,
2016). En este sentido, a partir de los mensajes recibidos en el sistema familiar, implícitos o

4
verbales, la persona construye narrativas que incorpora en su acervo cognitivo, que le brindan
información sobre sí mismo y el entorno.

Por consiguiente, aspectos afectivos como el reconocimiento, la validez emocional, y la


aceptación por los integrantes del sistema familiar, influyen en la forma en que el sujeto
desarrolla la percepción sobre sí mismo.

De acuerdo con Linares y Soriano (2013), si en un sistema familiar no hay reconocimiento de


las necesidades de uno de sus miembros como pauta relacional permanente, esto con el tiempo,
se convierte en un patrón comunicacional de " Desconfirmación " . De manera que, cuando un
individuo no se siente reconocido en el sistema familiar y sus necesidades generalmente están
supeditadas a las de los demás, posiblemente desarrolle una pauta vincular que no favorezca a
su desarrollo individual y social, por lo cual, tendrá dificultades para reconocerse a sí mismo
en el futuro, generando patrones de relación destinados a la complacencia del otro por encima
de las necesidades y deseos propios.

Por otro lado, la descalificación, y la no aceptación, entendidas como la falta de valoración de


las cualidades de uno de los integrantes del sistema familiar, genera dificultades en el proceso
de autoafirmación individual. Por lo cual es posible que el sujeto que no se siente aceptado en
este grupo primario, desarrolle dificultades para aceptarse así mismo, implementando creencias
y comportamientos ligados a la autocrítica.

Patrones de interacción familiar y su influencia en las problemáticas emocionales

Desde la perspectiva sistémica, el comportamiento de las personas está determinado por los
patrones de interacción del grupo familiar al que pertenece. Por lo cual, para comprender la
conducta denominada “ sintomática” y los conflictos de índole emocional, estos deben ser
analizados bajo esta perspectiva.

De Acuerdo con Watzlawick, Beavin y Jackson (1985 citados en Puello et, .al. 2014 ) La
comunicación familiar es un proceso de interacción, donde se intercambian mensajes, afectos
y comportamientos que dan origen a relaciones horizontales y verticales. Por lo cual, todo
comportamiento en el grupo familiar tiene un valor de gran relevancia en cada uno de sus

5
integrantes . Lo que implica que los conflictos que emergen dentro de un contexto particular,
no pueden entenderse como dificultades individuales, ya que, el comportamiento “sintomático”
de una persona adquiere sentido si se estudia en el marco de las interacciones del sistema
familiar al que pertenece.

Los patrones de interacción familiar son originados a partir de la estructura propia del sistema.
Dentro de la estructura, se encuentran elementos que permiten analizar el origen de las pautas
familiares y su repercusión en la salud mental de los integrantes del sistema familiar. En este
orden de ideas, los factores que influyen en la generación de patrones, son los tipos de límites,
el desarrollo de alianzas, coaliciones y triangulaciones dentro de este contexto relacional.

Los límites son uno de los elementos esenciales para comprender la estructura familiar ya que
determinan las reglas internas del sistema, estableciendo la manera en que los integrantes que
hacen parte de él, participan en diferentes asuntos, así como también la cercanía o vínculo entre
ellos.

Según lo explica Valdés (2007) los límites se describen como una frontera psicológica que
tiene como finalidad salvaguardar la individualidad de cada uno de los integrantes dentro del
sistema familiar, pero también, determinan pautas de relación, comunicación y vínculos
emocionales. Cuando los límites familiares son difusos, los integrantes conforman estructuras
aglutinadas, en donde la autonomía individual se ve afectada y las funciones de los subsistemas
no están diferenciados, por lo cual existe mayor probabilidad de que el estrés de uno, repercuta
en toda la familia, y el sufrimiento sea siempre compartido. Por su parte, las familias con límites
rígidos, se caracterizan por altos niveles de independencia y un bajo nivel de apoyo mutuo .

La manera en que las familias establecen sus límites internos, influye en el desarrollo de
problemáticas emocionales en los integrantes del sistema. Al respecto, Peniche (1985 citado
en Valdés 2007) estableció que el perfil de las personas que pertenecen a familias aglutinadas
o con límites difusos, se caracteriza por baja tolerancia a la frustración, y dificultades de
adaptación, característica asociada a personas con síntomas relacionados a la ansiedad y
depresión.

Las alianzas y coaliciones se desarrollan en virtud del desarrollo de uniones y separaciones


entre varios integrantes dentro del sistema familiar. De acuerdo con Fairlie y Frisancho (1998)

6
Las alianzas, surgen cuando se da una unión de dos personas por intereses comunes o afinidad;
Las coaliciones por su parte, hacen referencia a una unión de dos personas contra una tercera,
generalmente, involucrando generaciones distintas. Estas coaliciones intergeneracionales,
originan lo que Haley denominó el triángulo perverso, que generalmente involucra un hijo
“triangulado” frente a sus dos padres en conflicto.

En relación a lo anterior, la triangulación familiar ha sido estudiada ampliamente como una de


las principales causas del desarrollo de patologías en el sistema familiar. De Acuerdo con
Linares (2009,2012) la persona que presenta sintomatología relacionada con la distimia,
comúnmente es triangulada en el sistema familiar. Esto implica, que se encuentra en medio de
un conflicto de lealtades que desencadena síntomas ligados a la ansiedad, en donde la elección
por alguno de los padres, es asociada a la pérdida de la relación con el otro. Esta pérdida,
desencadena sentimientos de tristeza que posteriormente son evocados a lo largo de la vida,
cuando experimenta nuevas pérdidas; De manera similar ocurre con el origen de la ansiedad,
desencadenada por una “ triangulación manipulatoria” en donde la persona, generalmente un
hijo, recibe mensajes contradictorios de parte de los padres para unirse a él, generando una
coalición.

De acuerdo a lo descrito por este autor, las creencias familiares compartidas, también influyen
en el desarrollo de conflictos emocionales, debido a la lealtad que el individuo puede sentir
ante los valores, costumbres y mensajes que ha recibido por parte de figuras significativas a lo
largo de la vida. En el caso de las personas con síntomas depresivos, por ejemplo, generalmente
predomina la existencia de creencias familiares ligadas al cumplimiento de objetivos altos,
incluso inalcanzables, para alcanzar honorabilidad o estatus, lo que, a su vez, desencadena que
la personas ejerzan un alto nivel de exigencia hacia sí mismos, para cumplir estos estándares,
lo cual conlleva a una continua descalificación propia de sus logros.

Desde esta perspectiva, las problemáticas de salud mental más comunes como la
sintomatología relacionada con la depresión, distimia y ansiedad han sido analizadas desde una
mirada relacional, en donde los patrones de interacción y la organización familiar, inciden de
forma significativa en el desarrollo y mantenimiento del problema. Lo que implica, que la
intervención psicológica familiar está enfocada en la identificación de patrones disfuncionales,
la transformación de coaliciones en alianzas y la reestructuración de límites familiares. Por otro
lado, desde un enfoque individual, la intervención está encaminada principalmente en la

7
deconstrucción de creencias que han sido internalizadas por la persona a lo largo de su vida y
que, en la actualidad, son la causa de la generación de pensamientos y comportamientos
problemáticos.

Algunos resultados obtenidos a partir del análisis de casos en la práctica profesional

Durante la experiencia de práctica profesional desarrollada en el centro de acompañamiento a


las familias de la Universidad de Caldas en el año 2022, los principales motivos de consulta en
adolescentes y adultos jóvenes desde los 13 hasta los 26 años de edad aproximadamente,
estuvieron asociados en su mayoría a conflictos por sintomatología asociada a la depresión y
ansiedad.
Sin embargo, al analizar cada una de las problemáticas, más allá de la “queja” inicial, se logró
identificar que los consultantes estaban inmersos en sistemas familiares cuyos patrones de
interacción contribuían en gran medida al mantenimiento del problema. En la tabla 1.1 se
especifica algunos datos que brindan una visión detallada de esto:

Caso Edad Motivo de consulta Patrón familiar disfuncional


identificado

1 25 Ansiedad y depresión Triangulación


Límites difusos

2 19 baja tolerancia a la frustración, Límites difusos


autoexigencia y autocrítica Padre autoritario
Patrón interaccional violento
Patrón comunicacional de "
desconfirmación "

3 24 Dependencia emocional, depresión Límites difusos,


Patrón comunicacional de "
desconfirmación "
Patrón interaccional violento
por parte del padre

4 13 Ansiedad, baja autoestima, dificultades Coalición


en la alimentación, problemas Patrón comunicacional de "
académicos desconfirmación "

5 13 Baja autoestima, problemas académicos, Límites difusos, Patrón


conflictos con pares. interaccional violento por parte
del padre
Figura materna ausente

8
6 26 Ansiedad, dificultades para elaboración Patrón comunicacional de "
de duelo paterno desconfirmación "
Alianza paterna y apego
afectivo

7 24 Ansiedad Coalición
Alianza materna y apego
afectivo

8 22 Ansiedad, autoexigencia y autocrítica Límites rígidos


Coalición
Figura materna ausente
(abandono)
Creencias familiares ligadas a la
importancia del estatus social

9 15 Ansiedad, dificultades en la alimentación. Límites difusos


Alianzas y coaliciones
Patrón interaccional violento
Relación conyugal asimétrica
del subsistema parental

10 14 Sintomatología mixta de Depresión y Figura paterna autoritaria


ansiedad, intento de suicidio, consumo de Triangulación
SPA Patrón comunicacional de
descalificación

11 20 Depresión Límites difusos


Ideación suicida Creencias familiares ligadas a
exigencia académica

12 13 Ansiedad Límites difusos


Coalición
Patrón relacional violento
Patrón comunicacional de
descalificación

13 24 y Conflictos en el hogar Límites difusos


(Terapia de 30 Ansiedad y depresión en los miembros de Apego afectivo - Dependencia
pareja) la pareja emocional

Tabla 1.1. Elaboración propia.

En la evolución y seguimiento de los casos estudiados, se logró establecer que la mayoría de


los motivos de consulta que se atendieron, debido a sintomatología de ansiedad y depresión,
realmente estaban asociados a la existencia de patrones relacionales desfavorables para el sano
desarrollo, dentro del grupo familiar de los consultantes.

9
En términos generales se identificó que, los patrones asociados al establecimiento de los límites
familiares, eran predominantemente difusos, dado que no había claridad en la delimitación de
funciones de cada subsistema. Había situaciones, en donde los hijos se inmiscuían en asuntos
de los padres, o los padres ejercían excesivo control sobre la vida privada de los hijos,
desencadenando conflictos.

Por otro lado, varios consultantes señalados de ser el “síntoma”, especialmente adolescentes,
en realidad reflejaban un conflicto conyugal no resuelto que se había mantenido en el tiempo,
evidenciándose la existencia de triangulación en el grupo familiar. Otros, sin embargo,
reflejaron la existencia de un patrón interaccional violento y su sintomatología asociada a la
ansiedad, en realidad reflejaba temor.

En el caso de una pareja joven, los patrones relacionales aprendidos en sus familias de origen
se vieron reflejados en la conformación de su nueva familia. El deseo de no “repetir historias”
desencadenó temor a perder al otro, que se vio reflejado en el desarrollo de límites difusos en
la relación conyugal.

Ahora bien, en algunos adultos jóvenes con sintomatología relacionada a la depresión y


ansiedad, se encontró que los pensamientos y creencias a partir de las cuales se movilizaban,
estaban ligadas a una crítica excesiva contra sí mismos, y altos niveles de exigencia, asociados
a creencias familiares compartidas sobre “ Tener que ser el (la ) mejor”.

Cabe mencionar, que, en la mayoría de los casos, el trabajo con algunos de los integrantes de
la familia de los consultantes, fue posible, especialmente, en aquellos casos en donde la
sintomatología estaba asociada a un conflicto en adolescentes, y en terapia de pareja. Por el
contrario, al tratarse de adultos jóvenes, estos preferían no involucrar a sus familiares en el
proceso, por diversas razones asociadas principalmente a : Temor y distanciamiento físico o
emocional del núcleo familiar. Por esta razón, la intervención estuvo enfocada en traer a las
sesiones las voces de los integrantes de la familia que representaban el conflicto en los
consultantes, para facilitar la redefinición de creencias, y la deconstrucción de narrativas
internalizadas a lo largo de la vida, que en la actualidad generaban el malestar emocional.

CONCLUSIONES

10
A partir de la experiencia de práctica profesional desarrollada en el centro de acompañamiento
a las familias de la Universidad de Caldas se logra concluir que:

Si bien la personalidad es un constructo individual, este está permeado por aspectos


relacionales, en donde, a partir de la experiencia en el entorno familiar, se incorporan en el
acervo cognitivo y comportamental narrativas que le dan significado a situaciones que
involucran el concepto que tiene el individuo sobre el sí mismo y sobre el entorno. Sin embargo,
la construcción de narrativas es un proceso que se desarrolla a lo largo de la vida, lo que
implica, que factores asociados a la forma en que el individuo se percibe y se relaciona con
otros, pueden ser modificados, cuando se incorporan nuevas narrativas.

El motivo de consulta inicial, no es el problema real. Generalmente, los conflictos emocionales


son desencadenados por patrones de interacción dentro del sistema familiar, contribuyendo al
mantenimiento del problema. Por esta razón, generalmente quien es señalado en el grupo
familiar como el “problema”, cumple la función de visibilizar la existencia de una pauta
vincular y relacional específica dentro del sistema en el que se encuentra y que está dificultando
su desarrollo integral.

En este orden de ideas, la intervención psicológica familiar está enfocada en la identificación


de patrones no favorables para el desarrollo de los integrantes, la transformación de coaliciones
en alianzas y la reestructuración de límites dentro del sistema. Desde esta perspectiva, la
intervención psicológica individual, está enfocada en la deconstrucción de creencias
desfavorables que han sido internalizadas por la persona a lo largo de su vida y la creación de
narrativas alternativas a la historia problemática predominante con la que la persona llega a
consulta.

BIBLIOGRAFÍA

Botella, Luis & Vilaregut, Anna. (2001). La perspectiva sistémica en terapia familiar:
Conceptos básicos, investigación y evolución. 10.13140/RG.2.1.2431.8487.

11
Duero, Dante Gabriel (2016). ¿Por qué la narrativa importa a la psicología? Thémata.
Revista de Filosofía Nº55 (2017) pp.: 131-156.

Escudero, Dr. Valentín (2011). Adolescentes y familias en conflicto. Terapia familiar


centrada en alianza terapéutica . Manual de tratamiento Fundación Meniños, 2011

Fairlie, A., y Frisancho, D. (1998). Teoría de las interacciones familiares. IPSI


Revista de Investigación en Psicología .Vol. 1, N.º 2, pp. 41 - 74

Garrido, M y García, J (1994) Psicoterapia: Modelos contemporáneos y aplicaciones.


Cap. 5. Terapia sistémica trabajando con los recursos de las personas. Valencia: Promolibro.

Linares, J. L. (2006). Una visión relacional de los trastornos de personalidad. En A.


Roizblatt (Comp.), Terapia familiar y de pareja. Santiago de Chile: Mediterráneo.

Linares, J. L. (2012) Terapia familiar ultramoderna. Herder Editorial, S. L., Barcelona

Puello Scarpati, M., Silva Pertuz, M., & Silva, A. (2014). Límites, reglas, comunicación en
familia monoparental Con hijos adolescentes. Diversitas: Perspectivas en Psicología,
10(2),225-246.

Linares, J. L. & Soriano, J. A. (2013). Pasos para una psicopatología relacional. Revista
Mexicana de Investigación en Psicología, 5(2), 119-146

Moneta, María Eugenia (2014). Apego y pérdida: redescubriendo a John Bowlby


.Revista Chilena Pediatría 2014; 85 (3): 265-268

Villarreal-Zegarra, D., & Paz-Jesús, A. (2015). Terapia familiar sistémica: una


aproximación a la teoría y la práctica clínica. Interacciones. Revista de Avances en Psicología,
1(1),45-55

Páez-Cala, M.L (2019) Intervención sistémica con familias: de la linealidad a la


circularidad CS / ISSN 2011-0324 · e-ISSN 2665-4814 / Número 28 / 207 - 227 / Universidad
de Manizales -Manizales, Colombia)

12
Valdés, Ángel Alberto (2007) Familia y desarrollo: Intervenciones en terapia familiar.
Editorial. El manual moderno.

13

También podría gustarte