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Daniela Bejarano Rubio

Estado del Arte


Diseño de Investigación
Prof. Lorena A. Torres Higuera
Universidad Nacional de Colombia
28 de septiembre de 2023
Pregunta problema
¿Cuáles son las afectaciones que tuvo el proceso de criminalización y persecución de las
personas judicializadas en el marco del Paro Nacional del 2021 en Bogotá expresadas a través de
las cartografías textiles y corpóreas?
Objeto de estudio
Las afectaciones (entendidas como el impacto que ocurre de forma íntima-corporal,
personal o social, que afectan el tipo de interacciones que la persona puede llevar a cabo) del
proceso de criminalización y persecución de las personas judicializadas en el marco del Paro
Nacional de 2021.
Objetivo general
Evidenciar las afectaciones corporales e identitarias que tuvo el proceso de
criminalización y persecución de las personas judicializadas expresadas en las cartografías
textiles y corpóreas a partir de los hechos ocurridos en el Paro Nacional del 2021 en Bogotá.
Objetivos específicos:
1. Realizar encuentros de interacción y creación textil con la población judicializada en el
marco del reconocimiento de las afectaciones generadas por la criminalización y
judicialización de su participación en las protestas del Paro Nacional 2021
2. Sistematizar a través de los ejercicios de investigación y participación la información
sobre las afectaciones resultantes, con el fin de profundizar en el tipo de violencias y
resistencias generadas en torno a estas afectaciones en un proceso de memoria.
3. ​Desarrollar una herramienta textil de recolección de experiencias e información que
permita plasmar en éstas los afectos que se reconocen alrededor de las preguntas
formuladas por el equipo investigador.
Conceptos clave
Criminalización, protesta, pedagogías textiles, plasticidad destructiva, afectaciones
Uno de los elementos clave de esta investigación es el componente metodológico y
epistemológico en donde los objetos o aquellos elementos más-que-humanos, expresados
mediante la materialidad de los textiles adoptan un lugar narrativo y testimonial. De esta forma,
en Callén Moreu y Pérez-Bustos (2020) existe una reflexión alrededor de “¿Cómo configurar
relaciones no antropocéntricas con aquello más-que-humano en el marco de nuestras
investigaciones? Y más aún ¿cómo traducir ese interés en disposiciones y herramientas
metodológicas concretas para la investigación?” (p. 438) en donde se comparten las experiencias
de dos investigaciones realizadas por cada una de las autoras que permitió plantear el lugar de los
objetos en la investigación. Aquí, se cuenta con la perspectiva del giro socioconstruccionista,
ontológico y afectivo, que concibe el relacionamiento que se establece con las cosas como
formador de la comprensión de la realidad, buscando que
“la investigación se [realice] con, a través de, o junto a ellos, lo cual implica que
la información empírica emerja de forma relacional. [Permitiendo que] la
relacionalidad íntima que se gesta en el acto de conocer e investigar, facilitada por
condiciones metodológicas particulares, precederá a las identidades y
posicionamientos epistémicos resultantes, siempre precarios y temporales”
(Callén Moreu y Pérez-Bustos, 2020, p. 440-441).
De esta forma, este tipo de aproximación epistemológica se ha utilizado en estudios y
proyectos sociales alrededor de situaciones de conflicto armado, violencia y trauma, y desde una
multiplicidad de disciplinas desde la antropología y psicología social hasta la enfermería, como
puede observarse en Bello y Aranguren (2019), Arias-López (2017), Cohen (2013) y
González-Arango et al. (2020). Estos estudios han aportado a la construcción epistemológica de
lo que se conoce como pensamiento textil, en donde el relacionamiento que las personas tienen
con el hacer y la materialidad está definida al estar interpeladas por ciertas realidades sociales al
construir “sentidos y [organizar] significados que atraviesan lo corporal, lo relacional y lo
emocional” (Bello y Aranguren, 2019, p. 194).

Es una postura epistemológica tanto subjetiva como más-allá de la subjetividad,


concibiendo tanto al sujeto antropomórfico como al objeto como sujetos actuantes en una
relación configuradora y definidora de realidad. De esta forma toman lugar los textiles
testimoniales (González-Arango et al., 2020) donde
devienen herramienta política, no solo por su potencial de documentar hechos sobre el
conflicto armado, sino también por la activación visual y sensorial que genera en quienes
se relacionan con los telones, al proponer espacios de encuentro donde lenguajes que no
son hegemónicos posibilitan otras formas de escuchar, sentir y conectarse con las
historias o experiencias de quienes las producen. (p. 142)
Es aquí donde, en el trabajo con comunidades o poblaciones atravesadas por situaciones
de violencia, trauma y conflicto armado se conciben no como “objetos de cuidado sino [como]
sujetos creativos que tienen capacidades de construir vínculos, pensar y emocionarse”
(Arias-López, 2017, p. 68). Aunque la mayoría de los estudios consultados ligan los espacios y
resultados de la creación textil con procesos terapéuticos, es importante crear una separación de
éstas concepciones del espacio creativo alrededor de los textiles como un lugar exclusivamente
terapéutico o de cuidado. No es esto lo que se debe resaltar únicamente de estos quehaceres, sino
los lugares comunitarios y colectivos donde se da la producción de esta expresión; es decir, no es
sólo fundamental la expresión que se da mediante el hacer y el material sino los espacios sociales
donde se producen. Todas las experiencias que son compartidas en estas investigaciones
muestran los lugares donde se realizan estas creaciones como espacios que ayudan a construir y
re-construir la colectividad que ha sido rota y afectada por los sucesos de violencia.

Por ello se considera pertinente realizar este tipo de encuentros con las personas
atravesadas por la criminalización de la protesta en el marco del Paro Nacional de 2021. Si se
considera estos procesos sociojurídicos como aquellos que horadan la realidad social e individual
de los sujetos es necesario propender por la escucha de estas experiencias como constructoras de
verdad y memoria alrededor de este fenómeno de criminalización. En el campo de la sociología,
la teoría política y la psicología social se encuentran diferentes estudios que permiten la
comprensión y conceptualización de la criminalización de la protesta. Para esto es fundamental
el trabajo que realiza Alvarado (2020) en donde junta las diferentes corrientes de
conceptualización del fenómeno. Se acerca, entonces, a la criminalización de la protesta como un
objeto de estudio de las ciencias sociales. De esta forma, ésta puede entenderse como “un
proceso consistente en el uso de la represión física y de mecanismos legales y judiciales contra
organizaciones y/o movimientos sociales como una forma de control de la protesta social” (2020,
p. 29). Se concibe por ende que la criminalización es la forma de asimilación y trámite del
conflicto social, o la manera en que el estado decide lidiar con los conflictos sociales que se
expresan mediante la movilización social, siendo el actor criminalizador a través de su
entramado institucional, en donde la dimensión judicial cobra un lugar fundamental, ligándose
entonces con los procesos de judicialización.

En este posicionamiento Alvarado (2020) dialogaría con el estudio cuantitativo realizado


por Rottenbacher y Schmitz (2013) donde realizan una búsqueda de relación del
conservadurismo político de derecha con el apoyo a la democracia y la criminalización de la
protesta. En este estudio se da un análisis desde el autoritarismo como ideología que propende
por la criminalización de la protesta, al estar “estrechamente vinculado con la criminalización de
la protesta social —y de la participación política en general, [donde] criminalizar algún tipo de
reclamo político implicaría: a) la legitimación del uso de la fuerza o algún otro tipo de
mecanismo coercitivo para llegar a controlarlo, aplicar mecanismos punitivos desproporcionados
para los involucrados en las protestas y, como producto de lo anterior, se produce la limitación o
cancelación de un espacio de negociación entre la población y la autoridad” (Rottenbacher y
Schmitz, 2013, p. 376). Este relacionamiento de las limitaciones por parte del autoritarismo se
liga con la concepción que demuestran Palau y Corvalán (2008) y Palau (2009), abordados en el
estudio de Alvarado (2020), en donde se entiende la criminalización de la protesta como un
proceso que pretende cambiar la arena de conflicto desde lo político a lo penal.

Este tipo de fenómenos, donde se traslada la arena del conflicto social al área penal ha
creado diversos debates y tensiones en las ciencias jurídicas. En Lascano (2017), Blanco (2021)
y Uprimny y Sánchez (2010), estos tres últimos con una concordancia analítica, se estudia la
forma en que la criminalización y la represión del derecho a la protesta ha puesto en tensión y
contradicción el Derecho Penal con el Derecho Constitucional, teniendo en cuenta que la protesta
está consagrada en la Carta Constitucional como un derecho fundamental en el Estado Social de
Derecho. Entrando en diálogo con Rottenbacher y Schmitz (2013), se entiende que desde una
ideología conservadurista se tenderá a la criminalización cuando se de una amenaza al orden
establecido;
este concepto de orden, se ampara a ultranza por parte del poder político, que se niega a
permitir cualquier intención popular que lo subvierta, motivo por el cual encamina
esfuerzos tendientes a evitar los actos disruptivos, siendo la disrupción por antonomasia
la proveniente de la protesta y la que más llama la atención, ocasionando en la población
un llamado de atención y que las miradas se concentren en las expresiones de protesta
social que pueden incentivar la masividad de esta. (Blanco, 2021, p. 13)
Siendo así, la tendencia del gobierno Duque en el marco del Paro Nacional de 2021
avalaría el posicionamiento de los cuatro autores (Blanco (2021), Uprimny y Sánchez (2010) y
Alvarado (2020)), en donde el Estado crea un marco legal-judicial que posibilita el
procesamiento y encausamiento legal de militantes de organizaciones y movimientos sociales por
precisamente participar en estos (Alvarado, 2020). Siendo un fenómeno actual que sigue en
cauce, no se ha estudiado la forma en que el estado debe responsabilizarse por las afectaciones
sufridas por las personas perseguidas, criminalizadas, judicializadas y privadas de su libertad por
la protesta en el 2021; sin embargo, han existido estudios jurídicos como el de Vega (2017) en
donde se consideran los casos de privación injusta de la libertad en el marco de la política de
Seguridad Democrática del gobierno Uribe en donde se consideró que no es necesaria que una
privación de la libertad sea considerada ilegal para ser injusta, estableciendo una responsabilidad
objetiva del estado que tuvo que indemnizar todas las privaciones de la libertad injustas que se
dieron en este marco, mediante una constante vulneración de la DDHH con el “uso
indiscriminado de […] las capturas masivas y la privación de la libertad como instrumento
primario” (Vega, 2017, p. 48) de la lucha contra las organizaciones armadas al margen de la ley
bajo el concepto y acto delictivo del “terrorismo”. En relación con el estudio mencionado
anteriormente, en Uprimny y Sánchez (2010) se vislumbran no sólo las tensiones entre lo penal y
el constitucionalismo sino los riesgos que ciertos tipos penales (como el terrorismo, la asonada,
el concierto para delinquir, la violación de la libertad de trabajo y la perturbación en servicio de
transporte colectivo u oficial) han presentado al derecho a la protesta en casos específicos donde
participantes y líderes sociales han atravesado procesos judiciales amparados en estas
tipificaciones.

Para finalizar se resalta la importancia de tener en cuenta estos hechos históricos a la hora
de desarrollar una posición epistemológica pues permite tener en cuenta y ver la sistematicidad o
reproducción de los instrumentos estatales en el despliegue de su poder punitivo a través de los
años en relación a la protesta social, buscando una mayor comprensión de las capacidades de
afectación que pueden tener los procesos de criminalización, persecución, judicialización y
privación de la libertad sobre la realidad social, jurídica y afectiva de lxs sujetxs y comunidades
atravesadas por éstos.

Bibliografía
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