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Momento 1.

Reconocer el problema

Presentado por:

Darieyis Gutiérrez Brito

COD:

40944739

Presentado a:

Shutther González Rosso

Director de curso

Universidad Nacional Abierta y a Distancia – UNAD

Paradigmas de Investigación en Psicología

2021
Principales Características de las Dimensiones Paradigmáticas su y Relación en la

Investigación.

Las diferentes dimensiones que tiene la psicología y su relación entre producción de

conocimiento e incidencia en la realidad ya que desde hace mucho tiempo viene siendo un

problema central para las instituciones académicas.

Dimensión ontológica: Mediante las cuales se atribuyen modos del ser humano: el hombre

como sujeto de historia; la sociedad basada en la cooperación y la solidaridad; las formas de

producción y circulación del lenguaje; igualmente de aquello que remite a las parejas: funciones

y normas, conflictos y reglas, significaciones y sistemas significativos (M. Foucault, 1978). Lo

anterior permitió la emergencia de al menos dos nuevas formas de mirada de lo social: el

construccionismo y el contextualismo. Desde el primero, tomado en sentido amplio, el mundo

social se asume como conjunto de actividades que definen las pautas de interacción, como juegos

en donde los sujetos se hacen un lugar; de este modo las actividades se estructuran según ciertas

reglas de obligatoriedad (B. Pearce, New York, 1934. Foto: Walker Evans 1998).

Dimensión epistemológica: Relación entre el sujeto cognoscente y objeto conocido. La

construcción del conocimiento es estudio crítico del mismo En términos generales, se plantean

tres entradas epistemológicas para reconocer la producción de conocimiento, que coinciden con

posiciones distintas del sujeto investigador (J. Ibáñez, 1994). La primera, propia del paradigma

tradicional sustenta una unidireccional entre sujeto y objeto como un sujeto absoluto, la segunda

fórmula una relación interdependiente sujeto – objeto esta postura da a entender que el sujeto

(investigador) es influenciado por el objeto (investigado) dado que se le da un papel de valor

(sujeto relativo), por último, la tercera entrada hace referencia a una relación sujeto – sujeto en el

cual es sujeto investigador le confiere el estatus a lo investigado de sujeto ( sujeto


interdependiente). Cada una de estas posiciones evidencia posicionamientos diferenciales sobre

la investigación y su relación con la acción social.

Es importante resaltar que, desde el paradigma tradicional denominado por muchos autores de

control, el investigador y la investigación tienen un papel muy débil, casi nulo para un desarrollo

deseable al conjunto de la sociedad. Sin embargo, son numerosos los filósofos de la ciencia que

coinciden en señalar que la crisis del paradigma tradicional, cuya más acabada expresión es la

del positivismo lógico, dio paso a una nueva manera de pensar no solo el problema del

conocimiento sino también a nosotros mismos, nuestra relación mutua y la sociedad en general

(B. Pearce, 1998).A su vez La mencionada crisis del paradigma clásico de la modernidad —con

sus nociones de ciencia, técnica y racionalidad— ha conllevado la disolución de los principios y

fundamentos de las ciencias sociales y humanas en lo que tiene que ver con aspectos de sus

disposiciones epistemológicas.

Lo anterior permitió la emergencia de dos nuevas formas de mirada de lo social las cuales son

el construccionismo y el contextualismo. Esta epistemología busca articular los esfuerzos

indagativos de una mirada macro-social con los de una micro-social. Vemos que bajo un primer

criterio a considerar es que, bajo la aceptación del principio de complementariedad en el análisis,

determinado objeto social sea estudiando en tres niveles posibles como elemento singular, como

conjunto imbricado de relaciones y como operador de cambio en el sistema social abierto; tal

pauta exige acudir a herramientas metodológicas que permitan tal cobertura.

La apropiación y fabricación de nuevo pensamiento puede abrir vertientes a la realidad social

de manera que como producto de verse a sí misma como objeto algunos de sus integrantes logren

actuar en el aspecto de permitir que dicha realidad se diferencie de ella misma, explorando su

condición. En el proceso de investigación se requiere confrontar entonces las interpretaciones de


primera instancia (emic, hechas por el actor a partir de su experiencia cotidiana), frente a las

interpretaciones de segunda instancia (etic, realizadas por el investigador, “desde fuera”).

Dimensión metodológica: los modos de producción del conocimiento Dimensión

ontológica: “el ser como ser” (Aristóteles) el sujeto del conocimiento o ser del conocimiento. El

ser del objeto que es conocido o lo que son las cosas.

Dimensión ética: juicio de apreciación aplicado a la distinción entre el bien y el mal. La

concepción del otro y su lugar en la producción del conocimiento esta es una línea cuyas

características son las cuales conducen a preguntar sobre el sentido de las formas de concreción

de la reflexión y acción social de las comunidades del conocimiento. Funtowicz y Ravetz1

(1999) han acuñado el término de ciencia pasnormal para denominar la praxis científica que,

superando la concepción “normal” de la ciencia (Kuhn, 1971) como progreso racional de

resolución de problemas, incluye también los aspectos éticos. Lo que esta noción problematiza

tiene que ver con la “aplicación” simple y mecanicista del conocimiento (ciencia aplicada) que se

extiende hacia otros tipos de praxis (como el asesoramiento científico y técnico). Entonces así la

dimensión ética tiene la necesidad e indagar que valores concretos concurren en cada proceso y

situación, cuál es su papel y como se podrán y generan, desde diferentes visiones de realidad

manejar y ejecutar en la práctica.

Dimensión política: lo relativo a la vida organizada colectivamente, al espacio público, lo

concerniente a los derechos y deberes civiles y a las relaciones de poder y su dinámica, en el

espacio. En la relación entre investigación y transformación social esta dimensión se presenta

diferencialmente según la perspectiva que se asuma de esta noción. De algunas orientaciones,

sobre todo de corte positivista, se infiere un carácter neutral o apolítico de la investigación.

Posturas de este tipo se basan en la concepción clásica de la ciencia, en la idea de que el sujeto
perturba el conocimiento, por tanto, para tener una visión objetiva es necesario excluir, “borrar”,

al sujeto (Schnitman, 1995).

Concepciones críticas a lo mencionado invitan a visibilizar los referentes de la dimensión

política del ser humano para dar sentido a la reflexión y acción social claro así desarrollada desde

una perspectiva de la investigación y en su proyecto social. Chantal Mouffe (1999) plantea una

sugestiva distinción entre las nociones de “lo político” y “la política”; confrontando el

liberalismo clásico, esta autora define “lo político” como la dimensión antagónica inherente a

toda sociedad humana, antagonismo que puede tomar formas muy diferentes y que puede

situarse en relaciones sociales diversas. En contraste “la política” se toma como algo referido al

conjunto de prácticas, discursos e instituciones que buscan establecer un cierto orden y organizar

la vida social en condiciones que siempre están sujetas, de manera potencial, al conflicto,

precisamente porque se ven afectadas por la dimensión de “lo político”. Desde esta perspectiva,

la política puede ser vista como un intento de pacificar lo político, se refiere a la instalación y

encarnación del orden y las prácticas sedimentadas por determinada sociedad (Slater, 2001).

Así supone aceptar que su papel en la investigación social como toda practica humana es

social y limitada, debido a que en ella se imposible distinguir claramente entre objetividad y

poder.

Dando una mirada a estas dimensiones podemos decir que la relación entre estas a

configurando fundamentalmente a las tres dimensiones ontología, epistemología y metodología.

Pero mucho queda por fuera como lo es lo ético y político. Se habla también de lo ético y lo

moral estas dos van juntas, la primera siempre influyendo en la segunda, pero sin olvidar que son

términos que no son intercambiables. Así contamos con cinco dimensiones de un paradigma las

cuales no son compartimientos estancos que puedan ignorarse entre sí. Toda epistemología está
directamente relacionada con una concepción ontológica, que define al ser y al objeto del

conocimiento, en función de los cuales se produce una relación cognoscitiva, a su vez cada

método que se aplique refleja igualmente estos dos aspectos. Y quien habla se ontología,

epistemología, metodología no puede dejar de referirse a la ética y a la política, así estas mismas

interactúan y se enlazan en todo momento.

Un paradigma no es la suma de sus dimensiones.

Las cinco dimensiones de un paradigma (ontología, epistemología, metodología, ética y

política), no son compartimentos estancos que pueden ignorarse entre sí. Toda epistemología

está directamente relacionada con una concepción ontológica, que define al ser y al objeto del

conocimiento, en función de los cuales se produce una relación cognoscitiva. A su vez, el

método que se aplique refleja igualmente a esos dos aspectos. Y quien habla de ontología, de

epistemología y de metodología no puede dejar de referirse a la ética y a la política. El punto

central de la ética reside, como hemos visto, en la concepción del Otro, en su definición y en los

alcances de su participación en la relación con el sujeto cognoscente. Esto es, en la definición de

ese Otro como objeto o como sujeto, como ente cognoscente o como objeto de conocimiento. A

su vez, la admisión de la existencia de una carga valorativa en la construcción del conocimiento,

supone un ámbito o dimensión política. Y las cinco dimensiones interactúan en todo momento,

son inseparables.

De hecho, en las mismas obras en las cuales sólo se habla de tres dimensiones, sus autores no

dejan de incluir aspectos tanto éticos como morales y deontológicos, así como también incluyen

algunas reflexiones de orden político. La dificultad parece estar, no en admitir que esos aspectos

deben ser considerarse, sino en reconocer su rango de dimensión o elemento paradigmático

básico.
Referencias bibliográficas

Cubides C. & Durán, A. (2002). Epistemología, ética y política de la relación entre

investigación y transformación social. Nómadas, 17, páginas 11-22. Recuperado

de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3991459 

Montero, M. (2001). Ética y política en Psicología. Las dimensiones no reconocidas,

páginas 1-9. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1226775

González, S. (2020) Comprensión paradigmática. El análisis de la realidad. [OVI].

Recuperado de https://repository.unad.edu.co/handle/10596/36148

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