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“El Arrepentimiento precede a la Salvación” - Mensaje

del Apóstol Dr. Miguel Bogaert Portela


Publicado el4 julio, 2016

No hay salvación si no hay arrepentimiento. La palabra arrepentimiento significa el


cambio de opinión; se refiere a un giro total en la forma de pensar, acompañado de un
sentir interno al darte cuenta que has obrado mal.

En el término hebreo, la palabra arrepentimiento es ‘Najam’ que quiere decir sentir una
pena por algo con tal fuerza que conduzca a un cambio de actitud, frente al objeto por el
cual se siente la pena, esto quiere decir que cuando te arrepientes de algo, sientes una
pena tan fuerte dentro de ti, que te lleva a un cambio; por ejemplo, si te arrepientes de la
fornicación, esa pena que te genera esa carga tiene que venir con una fuerza tan grande
que haga que cambies de parecer – esta pena debe producirse obligatoriamente porque
sin esta pena no hay arrepentimiento.

No solo debemos andar detrás de los carismas de Dios, sino que debemos andar en
busca del más grande galardón, que es la salvación. En el Nuevo Testamento, desde el
principio, Dios expresa y muestra la gran importancia del arrepentimiento, podemos ver
en Mateo 3:2 cuando Juan el Bautista nos habla “ y diciendo: Arrepentíos, porque el
reino de los cielos se ha acercado”, así mismo, en Mateo 4:2, Cristo una vez más, en
su primer sermón, nos dice: “Arrepentíos”.

Es tan importante el arrepentimiento para Dios que Él escoge un hombre con una misión
y un llamado, un hombre tan especial, como Juan el Bautista para que trajera la palabra
del arrepentimiento; la Palabra habla de que Juan el Bautista bautizaba en el
arrepentimiento.

Dice en Mateo 4:17 dice:

“ Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de


los cielos se ha acercado”.
Esto es importante para Dios, en estas palabras vemos como hay algo que a Dios le
interesa porque el arrepentimiento es la base de la salvación. El arrepentimiento es el
cambio voluntario producido en el interior del pecador, por el cual, reconociendo sus
culpas, las aborrece, y busca el perdón, la pureza moral y el cambio de conducta.

El arrepentimiento no es solo arrepentimiento por sí mismo, el arrepentimiento tiene


que buscar perdón y el reconocimiento de culpas, el arrepentimiento debe buscar un
cambio moral porque cuando hay un arrepentimiento genuino, hay un resultado de un
cambio de los valores y son valores morales para algo que a Dios no le agrada, todo
aquello que a Dios no le agrada, siempre va a tocar tus valores.

El arrepentimiento de un pecador es el principio del cumplimiento de la elección y la


predestinación del hombre, así que cuando te arrepientes, en ese momento se está
cumpliendo la elección que Dios hizo de llamarte y traerte, no es más que el
cumplimiento de una predestinación que ya Dios había dispuesto para que en el tiempo,
tú vinieras a Sus pies, es por esto, que el arrepentimiento tiene que ser genuino, no
puede ser a medias.

El arrepentimiento debe ser voluntario, Dios no te va a obligar, Él toca tu corazón y te


atrae, pero el arrepentimiento es voluntario. Cuando le entregas tu vida a Dios y entras
en ese arrepentimiento, es justo en ese momento que empieza el cumplimiento de que
fuiste elegido y predestinado para Dios.

Romanos 8:28-29 dice

“ Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos”.

Cuando entras en ese arrepentimiento genuino, no te imaginas el nivel en el que


estás entrando, primero, porque tú lo decides y segundo, porque al arrepentirte, le
estás anunciando al mundo que fuiste elegido y predestinado por Dios, y este
también, es el principio de la manifestación de Su gracia, es por Su gracia que somos
salvos.

Si no hay arrepentimiento genuino, no entras al nivel de la gracia, y si no hay gracia de


Dios en tu vida, no hay salvación. Si no hay arrepentimiento genuino, tu salvación no es
segura. Ahora bien, cuando tienes un arrepentimiento genuino y luchas con tu voluntad,
donde cada día que pasa ves tus procesos y vas arrepintiéndote voluntariamente debido
a esa pena que se produce en ti, es esta pena que produce el cambio que todos pueden
ver, y cuando le demuestras al mundo que te has arrepentido genuinamente, ya no
tienes que seguir a nadie, ellos más bien, te seguirán a ti!

El arrepentimiento no es una sola vez, cuando le entregas tu vida a Jesús, el


arrepentimiento es cada segundo y cada minuto, donde voluntariamente tomas la
decisión de darte la vuelta y de recuperar los valores que se perdieron. Cuando haces de
ese arrepentimiento, un estilo de vida, te viene la gracia, te viene la salvación y viene
eso que nos falta a todos, la justificación, y para ser justificados es necesario entrar por
la puerta del arrepentimiento, y si no somos justificados, somos injustificados, por esto
juzgamos y cuestionamos tanto, porque no nos hemos arrepentido genuinamente.

Dios te justificó para que seas justo con los demás y no vas a ser justo si no entras por la
puerta del arrepentimiento genuino, cuando criticamos y enjuiciamos al que cae, no
estamos arrepentidos. La Palabra dice que 7 veces caerá el justo y 7 veces será
levantado, la Iglesia tiene que entrar en esta revelación y en este entendimiento, hemos
manejado estos conceptos extraños y propios, creemos que somos salvos y santos y que
somos maduro, y es mentira, no somos nada de esto, porque hasta que el
arrepentimiento no sea genuino, estamos en una cuerda floja.

Si no entendemos el concepto del arrepentimiento, no tendremos la revelación del


Espíritu Santo, no tendremos la revelación de la gracia, la salvación y la justificación.

Dices ser cristiano y ser hijo de Dios y continúas con las mismas actitudes, con los
mismos pensamientos y con la misma forma de hablar, sigues con el mismo pecado y no
cambias ni la forma de caminar! Si no te arrepientes genuinamente, el Espíritu Santo
nunca te va a revelar el valor de la salvación, el valor de la gracia y el valor de la
justificación. La Palabra de Dios establece que por Su gracia somos salvos y el 99.9%
de la gente no entiende lo grande de Su amor y que por este amor inmerecido nos dio la
salvación; la gracia no es más que un favor inmerecido.

Es más importante mantener un arrepentimiento genuino en tu vida, que andar detrás de


los carismas, cuando es así, hay problemas, sin embargo cuando tu arrepentimiento es
genuino, el favor y la gracia de Dios vienen sobre tu vida y no tienes que esforzarte.

El arrepentimiento envuelve 3 cosas:

1. Elemento mental: Es por esto que cambia nuestro punto de vista acerca de la
santidad de Dios y de la maldad del pecado, es lo que va en contra de la moral
de Dios, es una convicción de pecado desde tu punto de vista.

Salmos 51:3-10 dice:

“Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra
ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas
reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he
sido formado, y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo
íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y
seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se
recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas
mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto
dentro de mí”.

El arrepentimiento lleva un elemento mental de reconocimiento y de entendimiento, es


algo que te tiene que enfrentar con la forma y estilo de vida que has estado viviendo,
debes decirle a Dios que lo reconoces y entiendes y pedirle ser cambiado para no
apartarte de Su lado.
2. Elemento emocional: Cuando pecas, el arrepentimiento tiene que provocar en ti
una emoción de pesar y de tristeza, si esta parte emocional no está presente en tu
arrepentimiento, la conciencia esta cauterizada. Es un cambio en nuestros
sentimientos por lo que te produce el pecado, es una pena por haber fallado al
carácter de la santidad de Dios, si haces algo malo, no te puedes quedar igual,
tiene que haber un pesar que te rompa las entrañas. Cuando te familiarizas con el
pecado, no hay elemento mental ni emocional porque ya el pecado es un estilo
de vida en ti, es un pecado que no has podido dejar y que ha opacado tu mente,
haciéndose una rutina.

3. Componente de la voluntad: Es donde tú decides arrepentirte, por más que


alguien te lo diga, si no lo decides, no te arrepientes. El diablo no puede tocar tu
voluntad, tu voluntad la toca la concupiscencia que tienes, tu voluntad no te la
toca Dios ni te la toca Satanás, tu voluntad solo la toca tu concupiscencia.

Tú decides si quieres un arrepentimiento genuino o no, y es que te acomodas, es por


esto que hay hijos de Dios con 7 u 8 años en el evangelio y caen, le fallan a Dios porque
no han entendido la revelación de lo que es el verdadero arrepentimiento.

Hay una paciencia en la misericordia de Dios.

2 Corintios 7: 9-10

“Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados
para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna
pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del
mundo produce muerte”.

La pena que te produce el fallarle a Dios es el principio de tu salvación!

Cuando esa pena y tristeza por haber dejado el pecado es en el mundo, produce muerte,
por esta razón, aquí dentro estás muerto, porque esa pena y tristeza la sigues trayendo a
la Iglesia, si esa pena por lo que dejaste en el mundo, te pasa aquí dentro de la Iglesia, te
produce vida, en la Iglesia puedes continuar con esa pena, porque eso es lo que te va a
dar la salvación y el poder buscar la gracia y la justificación. Esa pena es la que está
preparando tu camino a la salvación.

Arrepiéntete por el temor a lo que te va a pasar o por la consecuencia de lo que te va a


venir, el arrepentimiento siempre te va a llevar a una desesperación. Judas en su
arrepentimiento, se desesperó y se suicidó, lo de Judas no tuvo nada que ver con
arrepentimiento genuino.

El arrepentimiento genuino lleva fe en Cristo, esperanza de perdón y amor a Dios, por


esto, los hombres que no tienen fe y que no aman a Dios, no tienen verdadero
arrepentimiento, los hombres que no se creen dignos de ser perdonados, no entran en el
arrepentimiento, y así está la Iglesia ahora.

Acto de voluntad es tu decidir el darle la vuelta al pecado, en griego la palabra es


Metanoia.
Lucas 15:14-20 dice:

Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y
comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual
le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: !!
Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de
hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue
movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.

En los versículos del 14 al 17, todavía el hijo prodigo no había entrado en el


arrepentimiento genuino, en estos momentos, el estaba en el proceso de reconocimiento.
En el versículo 18 tampoco aquí había arrepentimiento genuino, si él hubiera
encontrado alguien que le dé dinero, se queda y no regresa hacia su padre, aquí el
continuaba en el reconocimiento.

Nosotros confundimos arrepentimiento con reconocimiento, por esto, caemos otra vez y
no nos podemos controlar, y es que todavía en el reconocimiento somos muy frágiles, el
pecado desnuda nuestra alma y nos hace frágiles, el pecado desnuda nuestras emociones
y sentimientos.

En el versículo 20, aquí es cuando verdaderamente empieza el arrepentimiento, la


palabra ‘levantándose’ conlleva una acción, una decisión, un control de voluntad, aquí
inicio el arrepentimiento genuino del hijo prodigo y cuando este hizo la acción, también
tomó la decisión y la fuerza de voluntad; la Palabra dice que cuando que cuando el
padre vio a su hijo, fue lleno de misericordia, de la misma manera, cuando tu
arrepentimiento es genuino delante de Dios, El te da de Su misericordia y siempre,
detrás de Su misericordia, viene lo mejor de Dios. Cuando en cualquier momento, Dios
tiene misericordia de ti, puedes estar seguro, que lo mejor de Él, viene junto a esa
misericordia, en primer lugar, porque te está salvando de algo, o segundo, porque te va a
llenar de bendiciones.

El arrepentimiento es un cambio radical en el interior del hombre y éste sólo puede


ser iniciado por el Espíritu Santo y lo hace posible, por medio de una regeneración
que empieza a producirse en la nueva vida dentro del nuevo ser. Una cosa es
arrepentimiento, otra es conversión y otra es regeneración; el arrepentimiento es
decisivo, voluntario y radical, el arrepentimiento es una sola vez, la conversión es de
todos los días, porque todos los días te vas a chocar con cosas que van a querer detener
tu conversión y tu verdadera conversión no llega, hasta que estás en el trono de Cristo.
Tienes que convertirte todos los días y no hay real conversión, si no hay arrepentimiento
genuino, y ese trabajo diario de la conversión se te hará más ligero, conforme lo
genuino de tu arrepentimiento.

De la misma forma, que no tenemos conversión genuina sin arrepentimiento, tampoco


tenemos una regeneración genuina, si no hay conversión genuina; hasta que tu
conversión no sea genuina, esa de trabajarla todos los días, tu mente nunca será
regenerada, por esto, no cambiamos ni damos frutos, porque la regeneración viene
conforme lo genuino de tu conversión. Si todos los días, te conviertes y luchas por esa
real conversión, la regeneración de tu mente va de la mano y el arrepentimiento te va
empujando.

Conversión se refiere a convertirte, haciendo un cambio que tienes que hacer todos
los días, porque siempre encontrarás escollos y es el arrepentimiento genuino que te va
a dar un impulso para esta conversión genuina que es la que trae la regeneración.

Por esta razón, Pablo hablaba tanto de la regeneración, él se arrepintió genuinamente,


una sola vez y tuvo una conversión, permaneciendo enfocado, y sólo por esto, podía
hablar de la regeneración, es por ello que no damos frutos, porque la conversión sin
regeneración, no da frutos.

La conversión es una actitud tuya y la regeneración es una actitud de Dios, es Dios


que te cambia la mente y lo hace, según va tu conversión. En la conversión, tú decides
con tu voluntad el cambiar, y en la regeneración, es Dios haciéndolo porque ve en
ti la decisión y la voluntad de hacerlo!

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