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“La fe trae arrepentimiento y poder” (2da.

Parte) -
Mensaje del Apóstol Dr. Miguel Bogaert Portela
Publicado el11 julio, 2016

Hebreos 11:6 (RV1960) dice:

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a
Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

La fe es el canal indispensable para la salvación. Para aquellos que tiene un espíritu de


fe no hay nada imposible.

Mientras más difícil se te haga creer en Dios, más alejado de Él estarás. El incrédulo va
a querer las cosas que pueda controlar, prefiere ir con alguien que le diga de su suerte –
leyéndose la tasa – en vez de orar y pedirle a Dios que le muestre lo que tiene para él;
prefiere todo aquello que puede controlar.

Si todas las religiones te llevasen a Dios, Jesús no hubiera dicho que Él es el camino, la
verdad y la vida. Esto es una verdad absoluta. Somos hijos de Dios, esta es otra verdad
absoluta, no se refiere a una verdad relativa o sintética.

Tú no vas detrás de Dios, Él está detrás de ti.

Hebreos 3:10-12 (RV1960)

“A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, y dije: Siempre andan vagando
en su corazón, y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira: No entrarán
en mi reposo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de
incredulidad para apartarse del Dios vivo”.

Vagar en tu corazón se refiere a andar en lo tuyo propio, quiere decir que vives
solamente para ti, que buscas tu bendición y propia satisfacción… “No conocieron mis
caminos”.
Aquel que no muere a su yo, cabalga en su corazón. El incrédulo camina vagando
en su corazón.

Versículo 13 (RV1960): “Antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto
que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del
pecado”.

La incredulidad y el pecado endurecen tu corazón.

Todo el que es incrédulo tiene una plataforma de pecado, mientras más pecador, más
incrédulo eres. Antes de luchar con el espíritu de incredulidad, tienes que luchar con el
espíritu de pecado o iniquidad.

Iniquidad significa raíz y el pecado es la raíz que endurece tu corazón. ¿Por qué tienes
el corazón endurecido?

1. Por la religiosidad.
2. Por el pecado.

Puedes endurecer tu corazón de 2 formas: Por la incredulidad y por el pecado. Ambos


espíritus endurecen tu corazón y por eso se te hace tan difícil adorar y alabar a Dios. En
esta condición se encontraba el pueblo hebreo en el desierto, viendo a Dios, más no le
creyeron; no entraron a la tierra prometida y en esa condición murieron.

De la misma manera, estamos muchos de nosotros, que por la incredulidad, no


recibimos las bendiciones de Dios. Por nuestra incredulidad no entramos a la tierra
prometida. La incredulidad es un espíritu con el cual tenemos que luchar.

El que es incrédulo, tiene su corazón duro, no tiene expectativas ni anhelos de cosas


grandes, tampoco tiene motivación de cambio y transformación para su vida. Cuando
una gente se va de una iglesia, talvez molesto por alguna situación, no lo hace porque
ese sea el motivo real, sino más bien porque son incrédulos, ¿cómo dejas un lugar donde
Dios te ha bendecido?

El incrédulo no tiene expectativas de lo que Dios tiene para él y es conformista con lo


que tiene, por esto, no lucha y anda buscando en diferentes lugares.

Aquel que tiene una fe absoluta sabe lo que Dios le tiene. Dios está cansado de tu fe
relativa y quiere para ti una fe absoluta. El incrédulo siempre se cree muy maduro, va a
tantos lugares y cree en tantas cosas, que al final, no cree en nada.

El incrédulo siempre busca sustitutos que pueda dominar. El espíritu de incredulidad


está manejado por el:

Principado de Grecia: Este principado tiene 3 espíritus que controlan totalmente, la


razón y la lógica. Llevas tanto tiempo en la fe y aún sigues razonando y buscando la
lógica de las cosas.

El espíritu de Grecia que te lleva al razonamiento y a la lógica. Tu incredulidad no te


permite ver el manto que hay sobre mi vida y Dios te predica a través de mi más no
puedes creer y empiezas a razonar. El primero es el espíritu de Diana, que es el espíritu
religioso y está representado por la reina del cielo.

El segundo es el espíritu de Atenea, que es espíritu de la razón y la sabiduría humana,


este espíritu pelea con la sabiduría de Dios que es el espíritu de Dios, cuando las
personas tienen este espíritu quieren saber más que todo el mundo y buscan competir
con todo aquel que ellos creen que sabe.

El tercero es el espíritu de Sofía, que es de donde provienen todos los movimientos


como Nueva Era, el yoga, el espiritismo, los brujos y la tendencia a la filosofía.

Por la influencia de estos espíritus se nos hace tan difícil hablar con Dios y entrar al
lugar secreto. El espíritu de incredulidad está en contra de todo lo sobrenatural.

Si quieres que tu fe aumente, tienes que ser un creyente salmón. Este tipo de creyente es
el que va en contra de la corriente de todo el mundo. Tienes que hacer lo que otros no
hacen.

Tu fe crece cuando haces cosas que no tienen sentido. Tu fe crece cuando diezmas a
pesar de que el dinero no te alcanza para pagar tus cuentas, porque aunque no tiene
sentido, luego puedes ver cómo Dios te provee en medio de tu situación.

Mientras todo lo que hagas para Dios, tenga sentido, tu fe non va a crecer. Haz lo
contrario a lo que el otro entiende que vas a hacer y Dios aumentará tu fe. Si eres
criticado y contra ti blasfeman, ora por ellos y bendícelos. Tu fe aumenta cuando
haces las cosas diferentes.

La verdad relativa está sujeta a cambio, más la verdad absoluta no. El espíritu de
incredulidad te pone primero un pensamiento para que no creas, y segundo, es un
pensamiento sintético, relativo, y tercero, ese tipo de pensamientos no te permite ver los
milagros de Dios.

¿Cómo sacas el espíritu de incredulidad de ti?

Tienes que dejarte convencer por Dios.

1 Pedro 1:3-5 (RV1960)

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande


misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de
Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder
de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser
manifestada en el tiempo postrero”.

Tu fe es probada y de ahí va a salir tu nivel de incredulidad. No puedes permitir que el


diablo robe el motivo de tu fe. Si tu fe es absoluta, totalmente absoluta, puedes estar sin
trabajo, llamarte para una entrevista, gritar a los 4 vientos que ese trabajo será tuyo,
llegar al lugar y que no te den el trabajo, aun así, cuando no cuestionas ni te enfadas, y
sales de aquel lugar con tu fe inquebrantable, sabiendo lo que Dios tiene para ti,
entonces tu fe es absoluta.

Si mantienes la fe, tu restitución tiene que llegar y lo que vendrá será aún mejor.

Debes mantener tu fe, hay una ley de la restitución que es para aquellos a quienes le han
robado el motivo de la fe, y aun así, la han mantenido. Muchos de nosotros perdemos la
bendición porque cuando nuestra fe es robada, caemos.

El diablo quiere robar tu fe y ésta tiene que ser confiada. La fe es algo muy importante.
Dios ha dado una medida de fe a cada uno de nosotros y esta medida de fe no se refiere
aun tamaño, sino más bien a los componentes que tenemos que agregarle: La palabra de
Dios, la obediencia, oración e intercesión, los valores y la integridad; con estos
componentes logramos nuestra medida de fe.

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