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La palabra Omnisciente es una virtud que Dios tiene, Él lo sabe todo. Nosotros estamos
equivocados o muy ingenuos en pensar que Dios no lo sabe todo. Muchos no
entendemos que cuando Dios dice “Yo conozco”, es porque Él está aplicando uno de
sus atributos más importantes que es la Omnisciencia y la Omnipresencia.
Muchos somos muy ingenuos porque pensamos que Dios no se está dando cuenta de las
cosas malas que hacemos, pero Él también se da cuenta de las cosas buenas que
hacemos, por eso nos manda que dejemos de hacer el mal y hagamos el bien.
Omnipresencia significa que Dios está en todos lados, por más que te ocultes hay uno
que te está viendo.
Cuando vemos estas palabras en Amós, nos estamos dando cuenta que él no está más
que hablando del arrepentimiento del pueblo de Dios. Muchos venimos a la iglesia pero
no entendemos la importancia para Dios de que entremos en ese proceso de
arrepentimiento, un arrepentimiento genuino.
Cuando Adán y Eva pecaron que Dios les reclamó, Adán se escondió, pero Dios lo
encontró y luego Adán se autojustificó. El problema de la iglesia, los creyentes y los
cristianos, no es solamente el espíritu de independencia, sino también la
autojustificación que tú usas para no encontrarte contigo mismo, con lo que a ti te gusta
que no le gusta a Dios.
La palabra hipocresía significa máscara, por eso se usaba mucho esa palabra en los
teatros, usan una máscara pero detrás está su realidad, así vive la iglesia un teatro
delante de Dios, diciendo que son hijos de Dios, creyentes, alaban y adoran a Dios sin
ningún arrepentimiento, por la autojustificación.
¿Por qué el Señor está bregando tanto con la iglesia para que se arrepienta?, ¿Por qué
nos mete en los procesos?, ¿Por qué nos mete en los tratos? Porque Dios tiene que hacer
que se cumpla Su palabra y Su promesa y estas dicen que nosotros somos imagen y
semejanza de Él y hasta que esto no suceda, Dios no nos va a soltar. Por eso dice la
Palabra que la tierra, la naturaleza está gimiendo, esperando la manifestación de los
hijos de Dios, pero no vamos a ver esa manifestación si seguimos viviendo en esta
hipocresía.
“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a
carnales, como a niños en Cristo”.
Pablo aquí está hablando de dos niveles de creyentes, espiritual y carnal, eso significa
que hay cristianos carnales y cristianos espirituales.
Cuando vienes a Cristo tu espíritu es avivado, pero el hecho de que tu espíritu sea
avivado no significa que el Espíritu de Dios está contigo. En esa confusión del espíritu
avivado en nosotros, es donde pensamos y creemos que somos maduros espiritualmente.
¿Cuándo se que el Espíritu de Dios está conectado con mi espíritu? Cuando los
procesos te llevan a un arrepentimiento genuino y a un entendimiento contigo mismo de
quién tú eres. Muchos piensan que nuestra lucha es solo con el pecado sexual, ilícito y
con el cuerpo, pero no, hay mas pecado en la mente que lo que producimos en el cuerpo.
Muchos de nosotros cuando se nos aviva el espíritu, creemos que ya con eso está
resuelto el problema. La única forma de tu manifestar la imagen de Dios, es cuando tu
espíritu se vivifica y el Espíritu Santo de Dios entra junto con tu espíritu y ahí tu
adquieres Su imagen y el resultado de tu caminar con la imagen de Dios,
automáticamente se manifiesta la semejanza.
Por eso los que viven con el espíritu avivado, sin el Espíritu de Dios, tratan de
manifestar la semejanza y no pueden, por eso no hay milagros, señales, sanidades,
prosperidad, bendición, porque están avivados, pero sin la semejanza, sin la conexión
del Espíritu Santo. Automáticamente se conecta tu espíritu con el Espíritu Santo, la
semejanza viene por sí sola.
Ahora bien, el Espíritu de Dios no se va a conectar con tu espíritu, hasta que tengas un
genuino arrepentimiento. Cuando tu espíritu se aviva y el Espíritu de Dios no se conecta
con tu espíritu, ahí es donde vas a ver a los cristianos creyentes orgullosos y poco
humildes. La respuesta a que el Espíritu Santo de Dios se conectó con tu espíritu, se
llama humildad y mansedumbre.
Lo llamado genuino siempre por ley lleva algo de sobrenatural y tu espíritu avivado no
es sobrenatural, lo que te hace sobrenatural es el Espíritu de Dios conectado a tu espíritu
avivado. Si entendemos esto, los años en el evangelio no son significativos, estos años
tienen un precio conforme al arrepentimiento.
No hay un ser viviente en la tierra que se adapte más fácil a la rutina y al hábito, así vive
el ser humano, en una rutina y un hábito, estos dos te llevan al vicio, por eso hay
pecados que comenzaron como un hábito y una rutina y terminan en vicio. Con el hábito
tú puedes controlarlo, con la rutina puedes salir, pero cuando te metes en vicio,
necesitarás a alguien de afuera que te ayude.
Vicio es algo que tú deseas, te agrada, le tienes pasión, pero no lo puedes dejar solo, vas
a necesitar al Espíritu Santo que se conecte con tu espíritu para que rompa el vicio.
La técnica para sacar un adicto de una sustancia, es que te trabaja alguien siempre y te
ponen en un grupo de seguimiento, por eso es tan importante la ley de la asociación en
el espíritu. La ley de la asociación es una ley, que cuando tú sabes lo que eres, con quién
estás y lo que portas, tú tienes un valor, una condición y un precio y todo el que se
asocia a ti, tú lo cambias.
Por esta razón, si tú quieres un verdadero arrepentimiento, no puedes andar con gente
que ande en el mismo canal que tu o en la misma onda en la que andas, porque dice la
palabra que un abismo atrae otro abismo.
¿Qué es un cristiano carnal? Es aquel cuyo espíritu ha sido avivado, pero aun su alma
doblega su cuerpo para pecar.
“14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que
aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17
De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. 18 Y
yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en
mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero,
eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en
mí”.
Por eso tanta gente vendemos a Dios, claudicamos y le fallamos a Dios, gente que anda
con Dios, un Judas anduvo con Jesús y claudicó porque no trabajó su interior, un Saúl
fue escogido por Dios y claudicó porque no trabajó su interior, aun Salomón, el hombre
más sabio, mas próspero en la tierra, al final claudicó y se perdió, pero así también hubo
un Daniel que no claudicó, hubo un José que no claudicó, pero también hubo un David
que se arrepintió y fue el mejor rey.
La grandeza de un hombre está cuando ese hombre logra sacarle todo el potencial
máximo a todo lo que lo rodea y usted necesita al Espíritu Santo para que eso suceda.
Su espíritu avivado no lo capacita usted para sacar el potencial de los demás, por eso
muchos de nosotros somos consumidos por la asociación del mundo allá afuera.
Muchos nos conformamos con que queremos el potencial nuestro, eso se llama
egoísmo.
La pérdida más grande que puede sentir un ser humano es el tiempo, perder el tiempo.
El tiempo puede ser tu mejor amigo, pero a la vez, se puede convertir en tu peor
enemigo, porque cuando tú pierdes el tiempo, pierdes tu potencial.
La mayor pobreza que puede tener un hombre es la autojustificación, porque esta nunca
provoca cambios y en los cambios es que está la riqueza.