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“Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él
el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”.
El diablo es el tentador.
1 Tesalonicenses 3:5:
“ Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra
fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano”.
Pablo envió gente hacia los Tesalonicenses para comprobar que ellos no estuviesen
siendo tentados por el tentador; uno de los compromisos que tiene el tentador hacia
nosotros es sacarnos del centro de nuestra fe y satanás empezó a hacerlo con Eva, esta
es su estrategia para esclavizarnos, y le ha dado resultado porque va acorde a la caída de
la naturaleza del hombre. El caldo de cultivo donde crece la tentación, su base es la
caída del hombre y el pecado original.
La tentación del diablo en nosotros va a tener un mayor auge cuando entra a nuestro ser
conectada de nuestra alma, la tentación va a crecer mucho más rápido conforme
nosotros estemos en nuestra vida pecaminosa.
Jesús fue el único tentado en todo, más en Él no se encontró pecado. Con esto vemos
que la tentación no es un pecado.
La Palabra establece que Dios no puede ser tentado por el mal. Santiago 1:13 dice:
“ Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”. Dios no te tienta pero sí permite que
seas tentado y cuando Él lo permite, Él no está detrás de hacerte daño, Él está
procurando enseñarte que tú puedes ser aprobado para ser digno de Su reino.
La tentación es el principio del nudo donde Satanás te va a esclavizar, tienes que ser
agresivo y radical con tu mente. Toda tentación va a ser subida en tu mente y en los
pensamientos, aquí radica el principio del nudo que te va a esclavizar para llevarte poco
a poco al pecado, y es el pecado que te lleva a la muerte espiritual. En ocasiones la
muerte espiritual será peor que la muerte natural, sobre todo cuando ya has conocido al
que da la vida. La Palabra dice: “Ay de aquel que me conoció y volvió para atrás!”
Lo que más le agrada a Dios es ver en sus hijos una actitud e intención de lucha en
contra de la tentación y el pecado, esto es lo que más toca Su corazón. Más cuando Dios
ve a sus hijos, siendo tentados y a la vez, añorando y deseando esos pensamientos, esto
le es desagradable. Dios en Su omnisciencia, conociendo nuestros pensamientos y
nuestro corazón, ve tu actitud de querer ser radical y Él está viendo que no puedes, aquí
Su Palabra te bendice y te dice que Él no te va a poner una carga mayor a la que puedas
soportar.
Dios te va a bendecir y a ayudar siempre y cuando vea que tienes una actitud, un coraje
y una decisión de luchar y pelear, si esta no es tu actitud, Él va a continuar permitiendo
esa tentación sobre tu vida hasta que por ti mismo, mueras espiritualmente.
Con los pensamientos tenemos que ser radicales; Satanás sólo necesitó un pensamiento
para tentar a Eva. Tenemos que ser sabios en la tentación porque el que nos tienta es
astuto! Nuestra lucha no es contra carne ni sangre, estás peleando contra un astuto. La
serpiente fue astuta. Cuando ves que viene la tentación, corta la conversación y aléjate,
cuando te vengan los pensamientos, córtalos y ora.
Nuestra vida está basada en pensamientos y no hay algo más peligroso que cuando el
diablo encuentra pensamientos ociosos y pasivos en nosotros. Por nuestra boca debe
salir alabanza y adoración las 24 horas para que nuestra mente no esté ociosa.
Tu pecado activa el pensamiento para la tentación y cosas que antes no habías visto, de
un momento a otro, las ´ves´ y caes. La Palabra dice que Eva vio que era agradable a los
ojos y codiciable para alcanzar sabiduría. Toda base para la tentación es una mentira.
Debemos ser radicales para no tener una mente pasiva y buscar algo que hacer
para darle a Dios todos los días: alabarle, adorarle, orar sin cesar, la oración es tu
escudo, y dar gracias en todo, todo esto te lleva a tener una actividad tan grande en tu
mente que te va a llevar a ser radical y le vas a decir a los recuerdos y a los
pensamientos que no.
El cristiano siempre va a tener tentación de algo del mundo. Cuando el cristiano sale del
mundo debe tener cuidado de no volver a esa atmosfera y ambiente pasados porque eso
te arrastra de regreso y te saca de la presencia de Dios.
Cuando vas a los mismos sitios de antes con la misma intención y con la misma mente,
esto va a debilitar tu fe. Puedes ir a estos lugares, pero con una mente, intención y
compañía diferentes, porque si uno mató a mil, dos mataron diez mil tentaciones!
Ustedes pueden hacer una atmosfera y un ambiente sobre otra atmosfera aun más
poderosa.
El punto no es dejar de salir y ser ermitaño, lo importante está en saber quién tú eres,
con quién estás y con quién andas. Las malas influencias siempre te van a llevar a un
estado donde vas a comparar lo que tienes. Si procuramos ser sabios, debemos empezar
dejando esas amistades que deciden no seguir a Cristo. A usted le toca orar por ellos,
porque tarde o temprano ellos te van a sacar del centro de tu fe.
Jesús se sentó junto a prostitutas, republicanos, religiosos y ladrones, pero a todos ellos
los convertía. Hay que estar bien agradecido y seguro cuando tú amas para no dejarlo
todo y volver al mundo. Hay personas que van al pozo de la tentación, no son sabios y
beben de ella.
Cuando Elías le tiró el manto a Eliseo, la Palabra dice que Eliseo fue y quemó la yunta
de bueyes, los sacrificó y se fue del pueblo. Hay gente siendo tentada de una manera
compulsiva porque quemaron la yunta pero todavía tienen bueyes vivos. Donde hay
holocausto de bueyes, sube humo agradable a Dios. En esto Dios se goza, dale honra a
Él.