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“El Poder que te levanta” - Mensaje de la Profeta

Montserrat Bogaert
Publicado el23 enero, 2017

En medio de las estaciones aun continúan algunas tormentas, pero eso no quiere decir
que te van a arropar, por eso siempre debemos estar con los ojos abiertos. Aun en el
tiempo de paz hay que ver lo que hay y prepararnos para lo que viene, que no nos
encuentre dormidos, sino despiertos y dispuestos a pelear.

Vivimos engañándonos a nosotros mismos creyendo algo que no es, y dice la palabra “y
conoceréis la verdad y la verdad os hará libre”. Al engañarnos, los únicos perjudicados
somos nosotros; tenemos que estar bajo una verdad, no bajo una realidad. La realidad
puede ser muy linda, pero la verdad es otra.

Como hijos de Dios no podemos dejar de percibir todo lo que es el mundo espiritual. Si
tuvieras viendo cuál es la verdad de tu vida, cuando fueras a la casa de Dios te
preguntaras ¿Por qué no puedo adorar? Pero te engañas a ti mismo y no te enfrentas a
una verdad, pintas las cosas y

hacemos creer que todo está bien, pero todo no está bien, porque vivimos en un lugar
donde tendremos guerra, donde el príncipe de este siglo es satanás, por lo que él quiere
ejercer su principado y lo va a ejercer con nosotros, por esto tenemos que pedir
revelación.

La revelación abre los ojos y los sentidos espirituales. Hay un pueblo que lee la palabra
sin revelación, y un pueblo que busca a Dios sin revelación de lo que Él es. Para qué
decir que Dios es poderoso, si no lo ves así, porque hay un pueblo que ha vivido bajo
conformidad, bajo unas leyes espirituales que han sido impuestas y hay un pueblo que
no se ha revelado en conocimiento de la verdad.

Hoy la iglesia se tiene que revelar, porque hay unos ojos que se tienen que abrir, hay un
manto que nos cubre, y esa no es la voluntad de Dios.
Mateo 16:13-14 dice:

Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo:


¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.

Jesús vio cual era el parecer de las personas, nadie vio que Él era el hijo de Dios, para
todos estaba encubierto, jamás se iba a manifestar, jamás iban a aceptar la salvación,
porque no lo veían como Él era. Así como recibes, así te vas a dar.

Mateo 16:-15-16

Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú
eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

De los doce discípulos, once no pudieron decir quién era Él, porque tenían duda, tenían
su mente en el pasado, en el mundo y no podían ver que estaban delante del hijo de
Dios.

Si supieras quién es Jesús, tu vida fuera diferente, no estuvieras bajo los yugos de las
tinieblas, ni bajo los lazos de satanás, pelearías contra él; pero te haces partícipe de las
obras de las tinieblas, porque para ti sigue siendo un profeta, un hombre normal, un
iluminado, pero no el Hijo de Dios, porque cuando Él se revela a tu vida no puedes
hacer otra cosa que adorarlo. Cuando vienes dispuesto a saber a quién vas a reconocer u
oír en esta casa, tu espíritu viene ya dispuesto a levantar tus manos, pero estamos
acostumbrados a seguir una religión y Jesús no se busca en la religión.

Jesús, el hijo de Dios, estaba dando una declaración de quien era, estaba afirmando
quien era y no entendían que estaban ante alguien que había sido predestinado a traer un
Reino.

Mateo 16:17-18

Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te


lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo,
que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella.

Le llamó Simón, porque Pedro lo dijo, pero no lo entendió, aun Jesús le mencionó al
Padre, porque en él habían debilidades, estaba aun en la carne.

Los discípulos no entendían con quién estaban. Jesús estaba declarando la victoria de la
iglesia y conociendo la revelación y el poder, aun seguimos sin entender, porque te han
presentado un Jesús que hay que ayudar; la religión es la culpable de que la verdad no
haya llegado a nuestra vida, por eso hay que aplastar la religión.

La iglesia no está llamada a caminar en religión, ésta es poder de muerte, y la iglesia no


está llamada a caminar en muerte sino en el poder de la resurrección; la religión es
enemigo de la resurrección.
No podemos hablar tanto de la crucifixión sino de la resurrección; la crucifixión es un
paso, es un proceso para una vida gloriosa, la religión hace y te permite esconder el
pecado, pero la resurrección rompe con el pecado y saca a la luz.

Tenemos que desenmascarar las obras de la muerte. El imperio de la muerte no va a


poder vencer la iglesia de Cristo.

Juan 14:30 dice:

No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada
tiene en mí.

Por eso, tienes que decir que las puertas de la muerte no tienen poder para vencer.
Eres quien tiene la autoridad para desenmascarar el imperio de la muerte que está sobre
tu vida, haciendo que sigas pecando.

Muchos peleamos para la guerra, pero el camino no es para todos, yo puedo abrir el
camino, pero solo entran los valientes que reconocen cuál es el camino. La iglesia no
está llamada a pelear sola, es con todos, por eso el infierno está lleno de demonios
peleando juntos; así mismo tiene que unirse la iglesia.

Para algunos, Jesús no ha crecido, para muchos Él está en la tumba; cuando niño, Jesús
no hizo milagros, y para muchos el divino niño tiene más poder que Jesús, ésta no es la
revelación. Por eso, la iglesia de Cristo se ha llenado de sombras de muerte y de
tinieblas, y están predicando mensajes muy bonitos pero sin poder, y lo que se necesita
es poder, porque sino tu lugar sería el sepulcro y no la vida en abundancia que nos dio y
profetizó.

El imperio de la muerte se ha encubierto, por eso vienes a la iglesia y sales con el


mismo problema.

Hechos 2:24

Al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que
fuese retenido por ella.

Por eso, cuando Jesús estaba en el Getsemaní y la muerte llegó, Él le dijo al Padre:
pasa de mí esta copa, no le estaba diciendo líbrame de la cruz, le estaba diciendo no me
dejes morir en el Getsemaní, porque aquí no voy a resucitar, pero en la cruz si podía
decir: consumado es. Él sintió la muerte porque entraron todos los pecados, Jesús
estaba preparado para la cruz, pero no para recibir los pecados. El pecado se mueve a
todas las áreas y toma a los que están cerca, por eso donde hay santidad el pecado no
puede estar.

El que tiene la revelación del cuerpo y la sangre de Cristo no sigue pecando. La iglesia
está llamada a otra vida, no puedes seguir igual, porque Jesús te va a perseguir hasta que
rompas con la vida pasada. Tienes que sacar la espada cuando venga la religión, el
engaño, el poder de la muerte. Tienes que preguntarte: ¿Por qué tienes que estar
inactiva si tengo un llamado? ¿Por qué desprecio el poder que Dios me ha dado, si fui
llamada a libertar el cautivo?
Vemos en la palabra, a un religioso, pero su hija enfermó, ese religioso es Jairo y
siendo el jefe de la sinagoga dij hay un poder, he oído de Jesús de Nazaret y fue él
mismo a buscarlo. No mandes a otra persona a buscar el poder, ve tu mismo. En eso,
llegaron los mensajeros y le dijeron que no molestara a Jesús, que ya la niña había
muerto. No escuches los mensajeros del diablo, siempre traen las noticias
distorsionadas. Y Jesús le dij niña a ti te digo, levántate; algo que el enemigo está
tramando para que muera, Jesús lo está levantando para que tenga vida.

Si sigues en la religión perderás tu matrimonio, tus hijos, y qué vas a hacer en el cielo
gozándote y tus hijos quemándose en el infierno. Cuando la vida entra, la muerte se
detiene.

Apocalipsis 1:17-18

Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su diestra sobre mí, diciéndome:
No temas; yo soy el primero y el último. Y el que vivo y estuve muerto; mas he aquí que
vivo por los siglos de los siglos amen. Y tengo las llaves de la muerte y del hades.

La iglesia no puede caminar en fracaso, la iglesia no puede vivir en derrota, la iglesia no


puede permitir que satanás le ponga destino, si ya hay un destino marcado desde antes
de la fundación del mundo.

Filipenses 3:10

A fin de conocer, el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,


llegando a ser semejante a Él en su muerte.

El apóstol Pablo dice: no basta conocerle a él, hay que conocer el poder de su
resurrección, porque cuántas vidas dicen conocerle a Él, pero andan en camino de
muerte. Si sigues en el mismo camino, te quedarás en el lago de azufre y
desperdiciarías la lucha que Jesús tuvo para darte la resurrección.

Haz como Jairo, busca el poder, a nadie se lo entregues, búscalo, para traer la
resurrección a tu matrimonio, a tus hijos, a tu ministerio.

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