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1. La filosofía y otros saberes.


1.1. Qué es un saber. Diversidad de saberes.
El ser humano tiene dos tipos de necesidades. Unas las tiene como ser vivo (vive en el mundo natural) y
otras como participante del mundo de la representación (vive en el mundo de la cultura y el lenguaje). Como ser de
la naturaleza utiliza otros seres para satisfacer necesidades. Pero como ser de cultura tiene otras necesidades que no
puede satisfacer de la misma manera que las naturales.
Al hombre no le basta con subsistir. Para vivir el hombre necesita saber de qué va la vida, dotarla de
sentido. Buscamos alcanzar otros objetivos, que están más allá de los naturales, y que no terminamos de conseguir,
como son la felicidad o la bondad.
Tenemos la necesidad de sentir que alguien nos quiere o nos entiende. También necesitamos pensar que
somos coherentes, que actuamos de acuerdo con lo que pensamos y queremos, y no de modo incomprensible o
contradictorio. No basta con que nos aprecien, es necesario que nosotros mismos nos entendamos, nos aceptemos,
aunque sea un poco. Necesitamos encontrar un sentido a nuestra / la vida. Podemos decir que algo tiene sentido o
no si encaja, o no, en nuestros proyectos.
Y otra cosa nos pasa y es tan habitual que no nos percatamos de ella. Necesitamos saber que hacemos las
cosas, el porqué y el para qué. Siempre estamos pensando en el presente, el pasado y el futuro.
Desde el siglo XIX, se ha insistido en lo peculiar de lo humano. El animal nace acabado, programado;
posee pautas de conducta heredadas y es capaz de algunos aprendizajes. El ser humano es un ser abierto, es un
hacerse, porque es un ser de carencias, y por eso un permanente proyecto.
Para satisfacer sus necesidades el hombre elabora saberes. Un saber es, en sentido amplio, un conjunto de
estrategias e instrumentos de los que nos valemos para adaptarnos al medio, transformarlo y usarlo. En sentido
estricto un saber es un conjunto de proposiciones verdaderas que podemos decir sobre un tema.
La filosofía es un determinado saber, aunque no cualquier saber es un saber filosófico. La opinión, las
ciencias particulares también son saberes, pero con ellas no alcanzamos un saber filosófico. Para conocerlo,
distingamos entre:
1º El saber que es opinión del saber que es ciencia.
2º El saber científico del saber filosófico.
La opinión y la ciencia son saberes en su sentido estricto, pero la opinión es un mero asentimiento a esas
proposiciones. En cambio, alguien posee ciencia si puede demostrar esas proposiciones por sí mismo. Por lo tanto,
la diferencia se halla en el sujeto que enuncia la proposición. La misma proposición puede ser ciencia u opinión,
para dos personas distintas. Es ciencia si puede demostrarla por sí misma. Es opinión si lo considera verdadero.
Pero es imposible comprobar por nosotros mismos todo. En las ciencias particulares no importa que nuestro
conocimiento sea opinión porque:
1. Estudian temas que ocupan un lugar secundario en nuestra vida.
2. Quienes las cultivan están de acuerdo en casi todo.
En filosofía la opinión carece de valor, porque es preciso comprobar por uno mismo todo aquello que se
afirma y porque en filosofía no se cumplen 1 y 2. Por otra parte, la filosofía se ocupa de otro tipo de cuestiones que
la diferencian de la ciencia:
1. Cuestiones que nos afectan más profundamente que las tratadas por las ciencias particulares.
2. Existe una pluralidad de soluciones ante los mismos problemas.
1.2. Filosofía y ciencia.
Filosofía y ciencia están construidas como instrumentos más precisos para explicar (filosofía y ciencia) y
transformar (ciencia y sus aplicaciones técnicas y tecnológicas) la realidad. Surgen por la insatisfacción ante las
explicaciones míticas y religiosas, y surgen como explicaciones racionales. Según algunas explicaciones se han ido
haciendo más precisas se desligan de la filosofía y se convierten en ciencia. Así ocurre con el despegue de la
ciencia moderna con Galileo y Newton.
Ambas son saberes racionales y sistemáticos que buscan una explicación total y rigurosa de la realidad.
Pero se diferencian esencialmente en la metodología, tal diferenciación se produce en la Edad Moderna. La ciencia
conoce la realidad mediante el método experimental, pero la filosofía, aunque tiene en cuenta las aportaciones de la
ciencia, no produce su conocimiento de manera experimental (sí a partir de la experiencia). La filosofía es reflexión
y no experimentación, por ello puede intentar la integración de distintos saberes.
El filósofo y el científico coinciden en el espíritu de búsqueda, pero se diferencian en que el científico se
especializa en un objeto y en el método que emplea, además incide en encontrar resultados, respuestas. El filósofo
se centra en la búsqueda insatisfecha y en la pregunta, le caracteriza la insatisfacción ante la respuesta.
El científico puede explicar de qué trata su ciencia, en cambio el filósofo tiene una respuesta problemática a
la pregunta de qué es filosofía. Es difícil señalar cuál es su objeto, pues su objeto es todo, la realidad en su sentido
más amplio.
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1.3. Filosofía y religión.


La religión coincide en algo con la mitología y con la filosofía en cuanto que da una explicación de la
totalidad, aunque su sentido fundamental es salvar al ser humano de una situación mejorable. El ser humano debe
llevar a cabo unas actividades que lo religan a la divinidad y alcanzar la salvación en una vida posterior. Este
sentido salvífico trascendente la filosofía no lo tiene, ésta puede ayudar a comprender y a vivir mejor, pero lo suyo
es crear problemas.
La religión se manifiesta como un conjunto de verdades que han sido reveladas por la divinidad, en cambio
la filosofía pretende alcanzar la verdad mediante el uso exclusivo de la razón.
Religión y filosofía proponen modelos de vida y aquí sí puede haber coincidencia en las aportaciones
morales y éticas. En esta dimensión práctica pretenden enseñar a llevar una vida buena, por ello aportan preceptos
de cómo actuar. También coinciden en compartir problemas y soluciones en cuestiones como el sentido de la
existencia, la existencia de Dios o la trascendencia del ser humano. Pero la filosofía no puede alcanzar, por
ejemplo, el concepto de la Trinidad.

2. Especificidad del saber filosófico.


Etimológicamente el término “filosofía” significa amor a la sabiduría, tendencia a la sabiduría. El filósofo
es consciente de su carencia de saber e inicia su búsqueda activa a partir de la admiración y el extrañamiento. Esa
búsqueda dinámica del porqué de las cosas es la filosofía. Los ejemplos más claros de esta definición los
encontramos en los filósofos presocráticos, en Sócrates, en Platón y Aristóteles.
La filosofía es un saber que tiene las siguientes características:
a) Es una actividad racional. Se fundamenta en argumentaciones lógicas, hechos, experiencias de la
realidad humana y natural. Parte de la experiencia que muestra hechos y busca mediante la razón el porqué de esos
hechos.
De todas maneras, ha habido propuestas que afirman lo contrario de lo que acabamos de señalar como es el
caso del irracionalismo de Friedrich Nietzsche (XIX).
b) Reflexiona sobre el conocimiento, esto quiere decir que reflexiona sobre la forma de conocer en general,
el conocimiento científico, la verdad, los criterios de certeza y el lenguaje.
c) Es un saber radical, sin límites a las preguntas.
d) Es un saber crítico puesto que no da nada por supuesto, cuestiona la tradición o el mismo sentido común.
e) Es sistemático ya que sus afirmaciones deben estar relacionadas y jerarquizadas formando un sistema sin
incoherencias.
f) Es un saber de la totalidad y de las relaciones dentro de esa totalidad. Su objeto abarca toda la realidad
no partes de ella. Sin ser una ciencia particular o cualquier otro saber, se sirve de todos ellos para dar una visión de
conjunto del ser humano en una época y en una sociedad concreta.
g) Según Bertrand Russel (XX) la filosofía se ocupa de lo que queda oscuro, de lo que todavía no es objeto
de una ciencia particular, es la concepción residual de la filosofía.

3. Ramas de la filosofía.
Aunque la filosofía tiene la pretensión de dar una explicación de la totalidad con el paso del tiempo se ha
ido especializando en diversas ramas según el objeto y la perspectiva con la que lo trata.
La metafísica (ontología) se ocupa de la realidad como un todo, de las características de la realidad
independientemente de cómo ésta se manifieste.
La lógica estudia la forma correcta de los argumentos y establece cuándo un razonamiento está bien
construido y es, por lo tanto, válido.
La gnoseología o teoría del conocimiento estudia el conocimiento humano, su origen, posibilidad y límites.
La epistemología estudia el conocimiento científico por ello puede utilizarse como sinónimo la expresión
filosofía de la ciencia. En la actualidad el término “epistemología” tiende a sustituir al de “gnoseología”.
La antropología filosófica reflexiona acerca de qué es el ser humano y su lugar en el universo.
La estética se ocupa del arte y de la belleza en general. Como disciplina filosófica específica tiene un
origen relativamente reciente pues surge en el siglo XVIII.
La ética tiene por objeto la moral, estudia las normas morales, su fundamento, validez y universalidad.
Aunque también tiene una tarea normativa cuando intenta establecer, por ejemplo, qué son el bien o la felicidad.
La metafísica, la ontología, la lógica, la gnoseología, la epistemología y la antropología filosófica pueden
forman parte de la filosofía teórica, pues tratan acerca de cómo es el mundo y cómo lo conocemos. Tienen la
aspiración de explicar la totalidad (como pretendieron Demócrito, Platón, Santo Tomás de Aquino, René Descartes,
Immanuel Kant) o de una parcela de la realidad, como puede ser el lenguaje o el conocimiento (sería el caso de
Bertrand Russell).
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Las restantes ramas forman parte de la filosofía práctica, en cuanto que abordan temas sobre cómo vivir en
el mundo, en cuanto que pretenden ser una guía para la vida. En esta tarea podemos destacar a Epicuro, Séneca,
Michel de Montaigne, Tomás Moro, Sören Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, Jean-Paul Sartre.
La filosofía por su carácter interdisciplinario se ocupa también de la validez, características y
fundamentación de otras disciplinas. Por ello podemos ver que existen la filosofía del lenguaje, la filosofía del
derecho, filoso-fía política, la filosofía de la historia o la filosofía de la cultura.

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