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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Bicentenaria de Aragua
Carora – Edo. Lara

Psicología de la Personalidad 1

Miguel Piña
28.732.353
Introducción
La autorregulación juega un papel decisivo en su funcionamiento,
puesto que es fundamental para poder lograr las metas, y llega a ser
imprescindible cuando éstas son a largo plazo. La capacidad de
autorregulación es necesaria a través de todo el desarrollo vital, y se ha
comprobado que se asocia con el éxito en la vida escolar, laboral y social,
así como con menor psicopatología. Por otra parte, una pobre capacidad de
autorregulación se relaciona con diferentes problemas personales y sociales.
La autorregulación
Podemos entender como autorregulación o autocontrol a la capacidad
o al conjunto de procesos que llevamos a cabo por tal de gestionarnos con
éxito a nosotros mismos.

Procesos sociocognitivos
La teoría sociocognitiva es una perspectiva teórica en la que el
aprendizaje mediante la observación de los demás es el foco de estudio. La
teoría sociocognitiva se basa en varios supuestos básicos.

Los procesos de adaptación


Se dice que dos cosas están adaptadas cuando se corresponden de
cierta manera. Ahora bien, el proceso de adaptación en el ser humano
puede entenderse como una reacción del organismo para ajustarse al medio;
o como una acción del individuo que ajusta al medio.

Proceso Ambiental
La psicología ambiental es un campo teórico y aplicado de carácter
interdisciplinar que se ocupa de estudiar la interacción entre los seres
humanos y el medio en el que se encuentran. El foco principal lo constituyen
las variables psicológicas y conductuales que se asocian a esta relación.

Desarrollo
La autorregulación juega un papel decisivo en su funcionamiento,
puesto que es fundamental para poder lograr las metas, y llega a ser
imprescindible cuando éstas son a largo plazo. La capacidad de
autorregulación es necesaria a través de todo el desarrollo vital, y se ha
comprobado que se asocia con el éxito en la vida escolar, laboral y social,
así como con menor psicopatología.
Por otra parte, una pobre capacidad de autorregulación se relaciona
con diferentes problemas personales y sociales, como el fracaso en la
escuela, los desórdenes de conducta y un amplio rango de patrones de
conducta adictiva o antisocial.
Es un hecho obvio que entre las personas existen grandes diferencias
en la capacidad de autorregulación, de tal manera que el éxito o fracaso en
las tareas que requieren autorregulación, que son muy importantes en
número, dependerá del grado en que las personas posean dicha capacidad.
Cuando se habla de autorregulación se hace referencia tanto a los
procesos como a las estrategias. Los procesos de autorregulación son todos
aquellos que se ponen en marcha cuando la persona compara su estado
actual real con el estado deseado, mientras que las estrategias de
autorregulación son aquellas que se siguen para conseguir llegar a ese
estado deseado.
El mecanismo de comparación entre el estado actual y el deseado es
posible gracias a los procesos de auto-observación (del estado actual del
individuo), auto-valoración (en relación al estado deseado o meta) y
autorefuerzo (en el caso de que se progrese hacia el estado deseado o
meta).
Algunas de las estrategias más eficientes en el logro de las metas se
refieren al control de los recursos atencionales, y a la planificación tanto de
las conductas que se necesita realizar, como de las situaciones oportunas
para realizarlas. Dado que el ejercicio de la capacidad de autorregulación
requiere esfuerzo, esta capacidad puede verse reducida, llegándose a
producir agotamiento, lo que se traduciría en empeoramiento del rendimiento
en tareas que requieran de dicha capacidad.
Cualquier conducta dirigida a una meta, por sencilla que sea, requiere
de capacidad de autorregulación, aunque este hecho se acentúa aún más si
las metas son a largo plazo.
En el proceso de dirigirse hacia las metas las personas no sólo
tendrán que trabajar duramente, sino que será imprescindible que renuncien
a recompensas inmediatas, resistan tentaciones, soporten frustraciones,
combatan hábitos de conducta muy arraigados y eviten distracciones hasta
conseguir los esperados beneficios, que se pospondrán hasta después de
períodos de tiempo extensos.
Todas las metas, desde las más sencillas e inmediatas, hasta las más
complejas y planteadas por largos períodos de tiempo, requieren que la
persona realice determinados cambios en su manera habitual de pensar,
sentir y comportarse. La autorregulación, por tanto, sobreponerse a patrones
preexistentes de pensamiento, sentimientos y conducta. Es decir, la
autorregulación ocurre cuando una persona intenta cambiar la manera
habitual en que piensa, siente o se comporta.
Se podría decir que las conductas autorreguladoras están diseñadas
para maximizar los intereses del individuo a largo plazo y que es una
capacidad necesaria a través de todo el desarrollo vital, puesto que las
personas tienen que adaptar su conducta constantemente a nuevos
ambientes y demandas.
Se ha comprobado que la capacidad de autorregulación contribuye al
éxito en la vida escolar, laboral y social y mantiene una relación inversa con
psicopatología. Por el contrario, la ausencia de autorregulación subyace a
muchos problemas personales y sociales, como el fracaso en la escuela, los
desórdenes de conducta y un amplio rango de patrones de conducta adictiva
o antisocial.
Los procesos de autorregulación son todos aquellos que se ponen en
marcha cuando la persona compara su estado actual real con el estado
deseado que le gustaría alcanzar, mientras que las estrategias de
autorregulación son aquellas que se siguen para conseguir llegar a ese
estado deseado.

En los procesos de autorregulación la clave se encuentra en la


comparación que hace el individuo entre un estado actual y uno deseado.
Los resultados posibles de este proceso de comparación son dos: que exista
discrepancia o que no. Si se da una discrepancia entre ambos estados, el
paso siguiente sería que el individuo se pusiera en acción para intentar
reducir dicha discrepancia. Si, por el contrario, no existiera discrepancia en
ese aspecto, el proceso acabaría, permitiendo al individuo centrarse en otros
aspectos diferentes en los que querría conseguir un cambio.

Auto-observación
Como se ha dicho, la persona compara su estado actual con el
deseado, pero para que esto pueda ocurrir tiene que tener una
representación mental de su estado actual, y esto es posible gracias a la
focalización de su atención sobre sí misma, es decir, esta representación
mental de su estado actual se deriva del proceso de auto-observarse o
monitorizarse a sí misma. El proceso de auto-observación o monitorización
no ocurre sólo al inicio, sino que, en el proceso de alcanzar la meta, la
persona se vigilará de forma reiterada con el objetivo de comprobar sus
progresos.

Auto-valoración
Para poder realizar la comparación entre el estado actual y el deseado
el individuo también tiene que tener unos valores de referencia o estándares,
es decir, una representación mental de aquello a lo que aspira. El hecho de
comparar entre el estado actual y el deseado implica que se produce un
proceso de auto-valoración, es decir, la persona irá monitorizando
periódicamente su propia acción, tal como ya hemos indicado, pero no se
limitará a auto-observarse exclusivamente, sino que también valorará si se
está acercando o no hacia su estado deseado final.

Auto-reacción
La persona se auto-observa y valora si se está acercando o no hacia
su estado deseado final. Y en función de esta auto-valoración la persona se
auto-recompensará en el caso de que evalúe progresos, o introducirá
cambios en el caso de que considere que no ha conseguido avances. Si bien
las auto-recompensas pueden consistir en un refuerzo externo

Una vez que la persona ha comparado su estado actual con el


deseado y ha detectado una discrepancia, el paso siguiente, como
decíamos, es ponerse en acción para intentar reducir dicha discrepancia.
Para esta puesta en acción suelen ser necesarias diferentes estrategias que
posibilitan la consecución de las metas, sobre todo cuando éstas son
complejas o implican largos períodos de tiempo. Una estrategia que es
inherente al mismo proceso de autorregulación, y fundamental, sobre todo
cuando las metas se plantean a largo plazo, que consiste en subdividir la
meta final en metas parciales. Este hecho va a permitir que la persona pueda
valorar su progreso hacia la meta final, según si va logrando o no superar las
metas parciales.

Factores que afectan la conducta autoreguladora


Reducción o agotamiento de la capacidad de autorregulación
La investigación ha puesto de relieve que después de un acto inicial
de autorregulación, el rendimiento en un segundo acto, que también requiera
autorregulación, disminuye. El empeoramiento del rendimiento en el segundo
acto ocurre, aunque los actos impliquen esferas de actuación completamente
diferentes.

Mejora de la capacidad de autorregulación


El modelo presentado en el apartado anterior postula que la capacidad
de autorregulación funciona como un músculo, y por lo tanto se puede agotar
por el funcionamiento, como hemos visto.

Reposición de la capacidad de autorregulación


De la misma manera que la capacidad de autorregulación se puede
reducir o agotar, también se ha comprobado que se puede reponer. La
manera natural de restaurar la capacidad de autorregulación es mediante el
descanso y/o el sueño. De hecho, se ha comprobado que los fallos de
autorregulación son mucho más frecuentes cuando las personas están
cansadas.

El estudio de trastornos severos de la personalidad ha apuntado cada


vez más a la importancia de diferenciar la identidad normal de las
perturbaciones de identidad típicas de los trastornos severos de
personalidad. De hecho, la suposición de que es precisamente el síndrome
de difusión de la identidad lo que caracteriza todos los trastornos severos de
personalidad o la organización bordelinde de la personalidad ha convertido la
evaluación clínica de la identidad y los trastornos de esta en los más
importantes desde el punto de vista diagnóstico y a la hora de diseñar las
estrategias del tratamiento.

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