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Una mirada sobre

la educación

El papel esencial y discreto


de la filosofía

La formación de las personas es el tema en


Miguel
el que más imaginación, experiencia, ideales García-Baró

y buena voluntad debe ponerse. Que muchos


ensayos de realizarla no hayan sido felices no Director del Departamento de Filosofía,
Humanidades y Comunicación
Universidad Pontificia Comillas
puede evitarnos seguir pensando cómo son mgbaro@chs.upcomillas.es

las verdaderas condiciones perfectas para dar


ocasión a que la humanidad del futuro supere
con mucho a la humanidad del presente.
62 | PADRES Y MAESTROS | nº 363 | septiembre 2015 DOI: http://dx.doi.org/10.14422/pym.i363.y2015.011
Una mirada sobre
la educación

La palabra filosofía puede asustar: tiene


algo de solemne, de antiguo, de referencia
a erudición y hasta a ratones de biblioteca.
No sé si es la más útil para animar a pa-
dres, educadores y niños en el sentido que
considero necesario (y no habrá que decir
que animar a los padres y a los educadores
es mucho más complicado y más urgente
que animar a los chicos). Por otra parte, no
podemos dejar a un lado que la enseñan-
za de la Filosofía ha sido en muchos casos
muy perniciosa para su subsistencia en el
sistema educativo. Todos los profesores de
ella en la universidad nos hemos encontra-
do multitud de personas vacunadas contra
la permanencia de la filosofía en el Bachi-
llerato (si no incluso como licenciatura o
grado independiente) por sus primeros Busto de Platón.
instructores en la materia. Y cuando no ha aprender a escribir, aprender a pensar, [Public domain], via
sucedido esta catástrofe (puesto que lo aprender a sentir con hondura, aprender las Wikimedia Commons
que quiere decir filosofía se verá después bases de los saberes, aprender las bases de
hasta qué punto es deseable en cualquier las técnicas, iniciarse en un arte, aprender
horizonte siquiera una pizca utópico de la sentido histórico, aprender convivencia y
enseñanza media), ¡hay que ver, sin em- aprender los fundamentos de la vida políti-
bargo, qué cosas se han trasmitido bajo, ca. Tiene que traer de su casa los rudimen-
por máximo ejemplo, el nombre de Platón tos de las virtudes morales y de la buena
a los sufridísimos oyentes! Y es que pre- educación; tiene que exigir de sus maestros
cisamente la Filosofía no se deja simplifi- estas nueve cosas, estas nueve virtudes in-
car; de modo que intentar un gran curso telectuales, sobre las que él mismo tendrá
de su historia entera en el Bachillerato es que edificar su prudencia y orientar su vida.
arriesgarse a dejarla en una lista de nom- Naturalmente, es la familia la que, en nom-
bres de abigarradas relaciones cronoló- bre de su hijo o su hija, tiene que exigir todo
gicas entre ellos, más una serie inconexa esto de la escuela. Naturalmente, los edu-
de afirmaciones bastante enloquecidas. cadores tendrían que estar perfectamente
Al final, sin un relato coherente y sin un imbuidos de que su labor no se extiende a
fundamento firme, la Filosofía parece en menos que a todo este formidable (pero
este caso una colección de paradojas estrictamente necesario) panorama; así
orientadas a poner patas arriba la vida tal que deben constituirse en equipo que
como realmente es a diario y enfrentada mantenga lo ideal del programa conjunto
a sus enigmas y sus problemas reales. El de la escuela y que no se deje distraer de
alumno no la ha odiado, pero se ha queda- sus altísimos fines por ninguna especie de
do estupefacto y al margen. burocracia. Por favor: este deben es exac-
El asunto no está en enseñar filosofía tamente un deben de orden moral, que no
sino, precisamente en las primeras eda- sería superfluo que pasara a serlo tam-
des, en enseñar a filosofar sin pronunciar bién de orden contractual (y, por supues-
semejante palabro. to, vocacional y profesional); aunque una
¿Qué es lo que aporta este filosofar agencia de calidad, como ahora se dice
que no se nombrará? tanto (tergiversando, por cierto, el sentido
Un niño, un chico necesita de la es- de la palabra “calidad” casi sistemática-
cuela (entiéndase este nombre en el noble mente), no puede hacer realmente ningún
sentido amplio que tiene tradicionalmente) servicio si el equipo de maestros no está
nueve cosas esenciales: aprender a leer, en armonía y no ha visto claro alguna vez

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de alguna manera dentro de la propia vida


las aportaciones de otras vidas de cual-
quier época y cualquier lugar. Aprendizaje
de silencio, de concentración, de reflexión,
de modesta pero real lectura de la propia
situación en la vida. Y para esto no se ne-
cesita dar un libro de “filosofía” al edu-
cando. Al contrario, los relatos de ficción
y las noticias del periódico deben ser el
material básico aquí.

Aprender a escribir y aprender a


pensar. Casi significan lo mismo estas
dos cosas. Una vez que se va abriendo des-
pacio la capacidad de recibir mensajes aje-
nos, que uno no había imaginado siquera,
el complemento esencial de este recibir es
reaccionar explícitamente (por supuesto,
no hay que exigir que esta reacción dela-
El asunto no está en enseñar filosofía sino, te factores muy íntimos de nadie; es infi-
nitamente más provechoso que los temas
precisamente en las primeras edades, tengan una cierta objetividad, una distan-
cia posible respecto de las circunstancias
inmediatas de la escuela y la familia, aun-
en enseñar a filosofar sin pronunciar que siempre guardando relación con estas
circunstancias). Aprendiendo a expresarse
por escrito con claridad, concentradamen-
semejante palabro te, asimilando las infinitas posibilidades
de la lengua materna, se aprende a la vez
a pensar con orden, a pensar al mismo
a cuánto llega su responsabilidad. Lo de- tiempo en muchas posibilidades que no se
más es paternalismo tanto desagradable ofrecen como un caos.
como inútil. Y una persona muy joven que El abandono del ejercicio de redactar
detecta a su alrededor farsa, simulacro, en la escuela, y la sustitución del esfuer-
pereza, mucho cubrir el expediente y po- zo de leer por sucedáneos tristes (libri-
co entregarse al deber y a los educandos, tos arreglados en los que apenas entra
nota inmediatamente la profunda violencia la realidad por ninguna rendija, y mucho
que late debajo de todo esto, por suave que menos el tesoro de la lengua), inducen a
se presente su superficie. Y si hay violen- la falta completa de pensamiento propio
cia real, latente o patente, la educación se claro y ordenado. Y si un educando no
volatiliza en el mismo momento y la escue- se acostumbra a entrar en diálogo con
la se convierte en una especie de campa- la realidad, con las perspectivas ajenas
mento de castigo para todos los que están sobre la realidad, con sus propias pers-
sometidos a vivir en ella. pectivas simplemente asimiladas en la
Adrede no he querido enumerar com- familia o con los amigos (de modo que de
petencias, valores, actitudes ni otras za- este diálogo vaya surgiendo una posición
randajas del mismo estilo. Veamos por de veras personal y creída un poco en se-
qué repasando someramente la lista de rio), estará dejando para otro momento el
las obligaciones de la buena escuela. poner las bases del sentido de su libertad
y su responsabilidad.
Aprender a leer. A solas primero y, qui- El papel de la filosofía en la escuela se
zá, en grupo después, aprender a asimilar concentra en este triple aprendizaje fun-

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damental: leer, escribir y pensar. Hay que


ir subiendo poco a poco en generalidad,
en importancia los temas sobre los que se
lee, piensa y escribe. Si el comienzo es-
tá en las noticias y los relatos de ficción
(pero no simplones y cursis, por Dios),
enseguida entre las primeras surgirán
los desafíos de la actualidad de muchas
maneras; luego será fácil elevar también
el grado de universalidad (de trascenden-
talidad, como se decía antiguamente) de
los relatos que se empleen. Debería aquí
recordarse a los enseñantes la estupenda
cantidad de cuentos que hallarán en la
literatura española casi de todas las épo-
cas. Clarín, Aldecoa, Unamuno, Borges,
Cortázar, Delibes, Matute, Cunqueiro,
Rulfo, Benedetti, Lugones, García Már-
quez…; y, naturalmente, Chéjov, Tolstói, ra. Y esta práctica ¿no se acompañará con Max Aub en un mural
Poe, Balzac, la Biblia… la introducción a la música, al dibujo, a la del colegio Max
Aub de Valencia. By
Una vez que se ha entrado en el mun- pintura, a la escultura? Todos los elemen- Joanbanjo (Own work)
do de la lectura y la escritura, los filóso- tos que se reúnen en la representación [CC BY-SA 3.0 (http://
fos morales de todos los tiempos están teatral pueden practicarse en el aula. Si creativecommons.org/
al alcance. En nuestro caso, a través del se ha escogido un drama de Chéjov, por licenses/by-sa/3.0)], via
Quijote es facilísimo leer la Defensa de ejemplo, para conseguir montarlo a lo lar- Wikimedia Commons.
Sócrates platónica; lo esencial de la Ilíada go de todo un curso, ¿cómo se dejaría a un
puede, a su vez, introducir en el teatro clá- lado el preparar los decorados y las posi-
sico (la Electra y la Antígona de Sófocles, bles ilustraciones musicales?
el Filoctetes de Eurípides; para saltar des- Yo encuentro lamentabilísimo que
de aquí a Corneille, algo de Calderón, las apenas se pase jamás en la práctica edu-
tragedias históricas de Shakespeare (no cativa de ahora del simulacro (repito esta
digamos el valor que puede tener introdu- palabra terrible muy adrede, después de
cir en la escuela la discusión del Romeo mi larga experiencia como padre) de so-
y Julieta o del Macbeth), Schiller, Ibsen, plar en una flauta de plástico, manchar
Max Aub). ¿Suena utópico? Pues justa- una tela y hacer una función con bailes
mente de eso se trata, que llevamos de- bastantes ridículos una vez al año. Allí no
masiados años sin recrear utópicamente se ha leído poesía; no se ha educado el oí-
ni la escuela ni la universidad. do para la gran música; no se ha probado
Y el teatro clásico cae ya dentro del seriamente de ninguna manera la capaci-
aprender a sentir y del aprender las bases dad expresiva de los niños con la arcilla,
de algún arte. Por sí mismo, puede llevar los colores, el piano o el violín. Estas no
también a otros textos filosóficos elemen- son “actividades” fuera de horario, para
tales: algunas cartas de Séneca, muchos pagadas aparte y agotar las jornadas de
extractos de Cicerón (aquí casi todo es los chicos a la vez que se facilita el hora-
instructivo y, además, pasa gradualmen- rio de sus padres. Son instrumentos edu-
te y casi sin sentir de la ética al problema cativos esenciales, que tampoco deben
del conocimiento; pero siempre al princi- ser tan reglamentados desde la autoridad
pio estaría usar en este sentido los libros que no dejen amplio campo de inventiva
De finibus), fragmentos de los diálogos a los equipos educativos de cada centro
iniciales de san Agustín). (siempre que haya realmente tales equi-
Pero es que la escuela debe introducir pos o, al menos, la voluntad decidida de
a la práctica del teatro, no sólo a su lectu- constituirlos).

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empresa la que domestique brutalmente al


chico la primera vez que lo emplee.
No hay para qué extenderse en la pre-
sencia de los misterios en la vida de los
niños. Hay el misterio del amor familiar (o
del desamor familiar), en primer término.
La familia es el lugar capital tanto de la
salud como de la enfermedad mental y
social. Incluso cuando la familia no está
aparentemente desestructurada, puede
ejercer una influencia devastadora en el
niño con su violencia, sus tensiones, su
¿Por qué me atrevo a decir que son mismo (hoy frecuentísimo) cerrarse sobre
instrumentos educativos esenciales y por sí misma. La felicidad o la infelicidad de
qué, cuando se me ha pedido que hable de la infancia llenan de misterio la vida ya
la filosofía en la escuela parece que hablo para siempre; la dotan de una dimensión
de cualquier cosa menos de ella? de profundidad que la escuela tiene que
Llegamos aquí al punto esencial, des- formar también, aunque con infinito cui-
de el que luego revisaremos con más lige- dado (todo misterio se hace respetar, por
reza y más hondura las cinco exigencias definición). La infelicidad del niño lo hace
de las que antes hablé y que aún no he entrar en el circuito repugnante del mie-
comentado. do, causa principal de la crueldad (malé-
Este punto es que hay que dejar que la vola o ingenua). Un objetivo primordial de
vida real entre en la escuela realmente, si la educación es inculcar por todos los me-
se me permite decirlo así. Y en la vida real dios posibles en cada persona la certeza
los chicos se enfrentan ya siempre a los de que no se puede vivir con el corazón
misterios de la existencia. Los maestros no aterrorizado; de que cada uno es libre,
tienen que inculcárselos (lo que, además, responsable y, sobre todo, por ello mismo,
es imposible: de eso se encarga la realidad capaz de levantar el edificio de la propia
misma, o sea, la divina providencia). El pa- vida de mil maneras insospechadas, por-
pel de la escuela no es ni distraer de los que todo hombre, por desgraciada que
misterios de la vida ni, mucho menos aún, sea la situación de la que parte, tiene en
convertir a la persona joven en una útil sí mismo los recursos para lograrlo.
pieza de la maquinaria en que tiende en to- ¿Qué haría la escuela enseñando
dos los tiempos a convertirse la sociedad (más o menos) quién fue Descartes, pe-
(defendida en esto por un Estado que pa- ro no intentando remediar el miedo, no
ga para ella cantidades ingentes de dinero intentando dar un eficaz sentido de ca-
destinadas al sostenimiento de la escuela pacidad, de libertad, de entusiasmo para
pública y semipública). El que comprende todo, al chico que entra tan desvalido en
o simplemente barrunta que en el tiempo la vida? Que se eduque su sensibilidad
de la escuela se trata de una de estas co- para poder ir asimilando a solas el miste-
sas o de las dos al mismo tiempo, dejará la rio de estar vivo, de ser amado o no ama-
vida real en el perchero, junto con el abrigo do, de tener que amar o no amar a quien
y el desayuno (ésos sí son reales), y verá se tiene junto a sí.
luego hasta qué punto le conviene dejarse
entretener y dejarse convertir en pieza útil. Aprender las bases de los saberes
Formarse quedará para la vuelta a la calle, y de las técnicas. Aprenderlos de veras,
“a la buena de Dios” (que es la blasfemia demostrativamente en el caso de los sabe-
española por antonomasia). Y si la familia res y bien manualmente en el caso de las
está también distraída o, sencillamente, técnicas. Nada aquí de paternalismo (en
está desestructurada, como solemos de- ninguna parte se debe dar cabida a esta
cir con una especie de eufemismo, será la plaga). Hay que seleccionar de manera ri-

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gurosísima a quienes se han de encargar


luego de iluminar las cabezas y las manos
con estas disciplinas. Es casi un crimen
enseñar matemáticas o física sin auténti-
ca demostración; lo es también introducir
en las ciencias biológicas o la geografía
(un saber de maravillosa generalidad, nor-
malmente descuidadísimo en todos los
sistemas educativos) sin orden ni concier-
to, con exceso de datos dispersos.
Demostrar, exponer los hechos y sa-
ber hacer. Esto es ya llenar realmente de
recursos al joven. Es hacerle ver que las tal, es inconcebible (y más que frecuente) Tetis entrega a Aquiles
cosas se entienden y se dominan, y que que se termine la educación esencial sin la armadura fabricada
entenderlas ordena al mismo tiempo en nociones de economía y derecho. Pero es- por Hefesto. Marie-Lan
Nguyen / Wikimedia
gran medida su propia vida misteriosa. Y tas nociones pueden y deben aprenderse Commons (Public
es intolerable que una persona termine la en la vida misma de la escuela; y por ellas Domain)
escuela sin ninguna habilidad manual y solas reclamarán sentido histórico a los
sin haber siquiera visto lo extraordinaria- jóvenes. Logrado el interés por éste, todo
mente atractivo que puede ser dedicarse lo necesario estará hecho. De la escuela
a un oficio mecánico una vez que se cuen- saldrá un ciudadano libre y activo, con
ta con este suelo vital y cultural que debe- grave conciencia de lo misterioso y lo pro-
ría proporcionar la escuela. blemático de la vida, pero también de sus
Y dentro de este capítulo de aprendi- capacidades para renovarla; una persona
zajes sitúo las bases de la educación físi- llena de deseos de instruirse a fondo en
ca, el deporte, la dietética. algún saber o en alguna técnica; una per-
sona que no podrá dejar el hábito de leer,
Aprender sentido histórico, convi- de pensar, de escribir; una persona para
vencia y política. De hecho, la conviven- la que la expresión artística no sea ajena.
cia dentro de las aulas debería vigilarse, Y este ser humano que da así el paso ha-
mejor dicho, formarse con máximo cuida- cia la universidad o la escuela profesional,
do. Si ella es deficiente, la escuela deja ¿cómo no se interesará por los pensa-
automáticamente de cumplir todas sus mientos más profundos que el pasado y el
funciones y abandona “a la buena de Dios” presente le ofrecen acerca del bien per-
a sus alumnos. Igual que es inconcebible fecto y de la verdad? ¿Cómo carecerá de
(pero frecuente, porque las cosas de la vi- sentido para lo religioso? ¿Cómo no habrá
da suelen ser inconcebibles) que termine educado su corazón para sentir repugnan-
alguien la escuela sin nociones de salud y cia ante el odio y la mera fuerza bruta?
dietética, e incluso de enfermería elemen- Esto no son imaginaciones sino profe-
cías, puesto que estas cosas las necesita
el mundo más que seguir dando vueltas
alrededor del Sol •
HEMOS HABLADO DE

Filosofía; aprender a escribir; aprender PARA SABER MÁS


a pensar; aprender a leer; buena
escuela.
Gorgias (trad. y comentario del diálogo platónico, Miguel García-Ba-
Este artículo fue solicitado por PADRES y ró) (2010). Salamanca: Sígueme.
GARCÍA-BARÓ, M. La filosofia com a dissabte. Barcelona: Editorial Cruï-
MAESTROS en diciembre de 2014, revisado y
lla.
aceptado en mayo de 2015.

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