lado) El Chavo es un programa sin ningún atractivo en su visualidad, poco o nada en su escenografía, y no requiere altas dosis de saber para gozarlo. Sin embargo, sigue ahí, haciéndonos reír con base en una contundente estrategia narrativa: tomarse en serio el lenguaje, creer que lo que se dice significa exactamente lo que se dice, comprender que se hacen cosas con palabras; y es que en el ser fiel al sentido de las palabras aparece la risa, nace el contrasentido. Televisión de calidad porque es de libreto y de personajes. Los Simpson es un animado feo y sin transformación, siempre idénticos a sí mismos, en una visualidad simplista y exagerada, parecen una caricatura de sí mismos. Sin embargo, su contundencia es narrativa, cada historia cuenta algo de los referentes que habitamos: que los políticos, que la televisión, que el cine, que la música, que las costumbres consumistas. Su fuerza está en la parodia que hace de la realidad, en ese llamado a reír sobre nuestros deseos y sobre la neurosis de ser gringos. Televisión de calidad porque es de libreto y personajes. Pero hay más, El Chavo y Los Simpson son una pregunta, una reflexión sobre los modelos de vida que hemos vendido como válidos: el vecindario/familia latina y la familia/empresa gringa. Y ahí aparece la mueca que duele, la risa que se nos atraganta, la cavilación que nos busca en medio de la diversión. El Chavo nos recuerda cómo en América Latina habitamos una sociedad caótica en sus modos familiares de estar en el mundo: hijos sin techo, hijos que les pegan a los padres, padres que no son respetados, mujeres abandonadas, amantes descarados, explotadores ricachones. ¡Qué bonita, pero real familia! Los Simpson nos recuerda cómo el sueño americano es una pesadilla que produce padres bebedores de cerveza y pura ingenuidad capitalista, madres que intentan sobrevivir en silencio para mantener a la familia unida, hijos que promueven la rebeldía como creatividad e hijas responsables que se pierden en la mediocridad escolar. ¡Qué sociedad admirable! Y si seguimos profundizando iremos encontrando más capas de sentido que hacen que estos dos programas atraviesen generaciones, gustos, clases sociales y niveles educativos; se pueden ver siempre y disfrutar al infinito. El Chavo y Los Simpson son televisión de calidad que se atreve desde lo sutil a interrogar los modos sociales que venimos siendo; historias con personajes que generan identificación, producen emoción y se quedan pegados a la memoria. Por eso, cuando RCN y Caracol no tienen nada más, los ponen en pantalla y el rating llega. Lástima que casi siempre es El Chavo vs. Los Simpson.
V Laboratorio de Escritura Teatral (LET): Un cadáver exquisito - El corazón de astronauta - Los deberes -Alicias buscan Maravillas -Viaje al fin de la noche - Mariela perdona
Sentido Común - Horse Sense: Libro Primero: Diálogos Del Moyo Y El Profe Y Conversaciones Con Terceros. Drama Y Comedia En Tres Actos Y Nueve Cuadros (2016)