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reflexiones de profesores

El ser y hacer del docente


María Esther Piña Salazar*
Javier Sánchez de la Cruz**
*Licenciada en Economía y Etnología. Profesora de Tiempo Completo
Asociada “B” interina del CCH, Plantel Vallejo, con veinte años de antigüe-
dad en la materia de Antropología. Asistente a diversos cursos, diplomados
y especialidades de formación profesional y didáctica. Representante de
la Comisión Dictaminadora del Área Histórico-Social, y coordinadora del
Seminario Institucional del Seminario de Antropología y, de un Infocab,
orientado a la formación de docentes de nuevo ingreso. Autora de paquetes
didácticos, antologías y libros de texto de historia y antropología.
** Licenciado en Filosofía, UAM-Iztapalapa. Pasante en la Maestría en Fi-
losofía. Profesor de Asignatura “A” Interino en el CCH, Plantel Vallejo y
de Medio tiempo en el Colegio de Bachilleres, Plantel del Valle. Ha impar-
tido las materias de Filosofía, Métodos de Investigación e Introducción a
la Filosofía Política (ENEP, Acatlán). Egresado de la primera generación
del Diplomado en Competencias impartido por la Secretaría de Educación
Pública.

La educación sí me preocupa muchísimo,


sobre todo porque es un problema muy evidente,
claro y transparente y nadie hace nada al respecto.
Se ha confundido la instrucción con la educación...
y ahora estamos pagando las consecuencias.
José Saramago

Introducción ¿Qué es la educación?

L
as líneas que se expon- Existe una vasta literatura que se
drán a continuación ocupa de qué es la educación; sin
persiguen un propósito embargo, vale la pena resaltar,
modesto: suscitar la reflexión para fines de este artículo, que
y el diálogo sobre una cuestión muchos no sabemos qué es y,
fundamental para la sociedad y, por consiguiente, desconocemos
particularmente, para quienes quiénes somos los que la impar-
nos dedicamos a la difícil tarea timos. Leemos y oímos hablar de
de tratar con la palabra, y que la educación como de un objeto
consagramos nuestra vida a la que uno puede apropiarse fácil-
educación. Por ello, nuestra par- mente, como algo visible que se
ticipación versará en torno a las muestra con toda nitidez a cual-
siguientes preguntas: ¿qué es la quier persona; pero, sin duda,
educación?, y ¿cómo la vivimos? esto no es más que una ilusión.

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No obstante —y de ello estamos convencidos— en esto sigue a Hegel— no a la educación escolar


quienes tenemos la obligación de reflexionar y sino a la educación como un proceso integral que
disertar sobre qué entendemos por educación y tiene por objeto fundamental formar al hombre
compartir nuestra experiencia de cómo la vivimos, como ser cultural. Esto es, prioriza la dimensión
somos quienes nos dedicamos a la educación, en ontológica, y no escolar, de la educación. Educar,
el supuesto de que nuestro principal instrumento ser y vivir son términos coextensivos e insepara-
y cualidad sea saber tratar con la palabra. Ahora bles. Uno se educa para ser y se vive de acuerdo
bien, a estas alturas es necesario que precisemos a con la forma como uno es. No de otra manera.
qué nos referimos cuando hablamos de educación. Con esto no estamos separando el problema de la
En términos generales, no se trata de una técnica, educación de su ámbito escolar, es decir, de la ins-
de un sistema, de la suma de una serie de estrate- trumentalización de materiales didácticos, estra-
gias o métodos para la transmisión de la informa- tegias de enseñanza y aprendizaje o de paradigmas
ción o algún tipo de enseñanza. Nada por el estilo. educativos; en realidad en lo que insistimos es en
Se trata de un modo de ser. De ahí que, partiendo que la educación, como proceso natural cuyo ob-
de lo que entendamos por educación y de cómo la jetivo es construir y reconstruir nuestro ser, no se
vivamos, dependerá por consiguiente qué es lo que lleva con el o los modelos establecidos sino con lo
somos nosotros mismos. En la educación ponemos que se construya con ellos: la reflexión y experien-
lo que somos. Así, pues, educar y ser deben con- cia propias de los actores del proceso educativo.
siderarse como términos coextensivos; lo que nos Así, pues, en el ciclo sobre el tema La Educa-
permitirá afirmar que la educación compete y es ción en Crisis, una Oportunidad para el Futuro
constitutivo de los seres humanos. realizado en el Dietrich-Bonhoeffer-Gymnasium
Para reforzar lo anterior, tomemos las pala- de Eppelheim, dice en 1999, Gadamer declara en
bras del libro intitulado La educación es educarse, su ponencia que ésta no es magistral, pues lleva
de Gadamer, quien afirmó que la educación no tan sólo unas cuantas notas; pero, acorde con uno
depende de un programa operativo en sí, pues de los presupuestos que sustentan su hermenéu-
éste termina siendo la mayor tica filosófica, su intención es
de las veces, algo externo; todo entablar una conversación, en
lo contrario: la educación es el el mejor de los sentidos, sobre
resultado del desarrollo de un qué es la educación, en la que
comportamiento natural, inhe- ambas partes, oyentes y exposi-
rente al ser humano, en el que tor puedan aprender sobre esta
la socialización desempeña un última a partir de sus propias
papel central. Para decirlo en sus experiencias, como legos y ex-
propias palabras: “La educación pertos. ¡Es tanto lo que quisiera
es así un proceso natural que, a aprender de ustedes!, declara el
mi parecer, cada cual acepta cor- propio Gadamer, y en esta frase
dialmente procurando entender- el filósofo expresa lo siguien-
se con los demás.”1 te: querer comprender implica
Evidentemente, el filósofo dejarse decir, estar dispuesto a
de Marburgo se refiere aquí —y escuchar, es así como no es de

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extrañar que el título de otra de sus conferen- el curso, malestar que manifestaron en el primer
cias fuera “La educación es educarse”, es decir se curso previo del turno matutino que se dio a los
trata de educarme yo y no al otro, de apostarle impartidores y en el propio curso dirigido funda-
a la creatividad e invención de los participantes, mentalmente a los educadores nuevos del Colegio.
en una especie de coeducación recíproca, de tal Sin embargo, los comentarios sobre el diseño no
suerte que cuando el otro se educa también me fueron muy propositivos tanto de parte de los que
educa y viceversa. En esto radica el origen de la estuvimos de acuerdo como de los que no y sólo
educación, y no se debe olvidar nunca que el edu- se hicieron observaciones que no modificaron sus-
cador, el docente, contribuye únicamente con una tancialmente el diseño, además de que varios pro-
pequeña aportación. Igualmente, Gadamer afirma fesores a pesar de su disgusto, impartieron el curso
la centralidad de la conversación y del diálogo en por primera y hasta por segunda vez apegándose
el proceso educativo, entendido éste como la con- al programa.
fianza y la libertad que se genera para preguntar En nuestra experiencia, durante el desarrollo
y aprender, para desplazarnos en la conversación. del curso con los docentes, la mayoría, no expresó
Así, la educación ha de comenzar por el pleno re- críticas al proyecto, sino que usaron el espacio
conocimiento de nuestras carencias, por saber que para expresar sus inconformidades respecto a las
no se sabe, potenciando los puntos débiles. condiciones laborales y en particular a su nivel
salarial, la minoría aprovechó el espacio para pro-
¿Cómo vivimos la educación? piciar el diálogo y la reflexión; otros, los llevaban
más tiempo en el Colegio comentaron las expe-
Tal y como se educaba a los persas:
A tirar con el arco y decir la verdad. riencias de los inicios éste o sencillamente para dar
F. Nietzsche sus puntos de vista; algunos de reciente ingreso,
los menos, usaron el espacio para mencionar sus
Las Jornadas de Planeación de Clases, en las que participaciones, aunque la mayoría de éstos parti-
participamos en el curso taller de Planiclas I, uno ciparon muy poco.
como impartidor y otro como El ejercicio de la docencia,
asistente, fueron muy estimu- como podemos deducir de la
lantes sobre todo para reflexio- observación que realizamos en
nar y reconocernos en el diálogo el primer y segundo curso de
como profesores del Colegio de Planiclas I, adopta diversas par-
Ciencias y Humanidades y, en ticularidades que se manifiestan
particular, del Plantel Vallejo. en el hacer; la reflexión muestra
El programa del curso, que fue que esta práctica docente es
previamente diseñado no por heterogénea, que no se ajusta
los impartidores sino por los al Modelo del Colegio, que se
responsables de la Dirección desconoce o no se comprende,
General del Colegio de Ciencias o que se repite de manera verbal
y Humanidades, generó males- sin señalar las formas en que
tar en varios de los docentes a se aplica en el contexto áulico
quienes se llamó para impartir y sobre todo, sin precisar la ex-

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periencia teorizada de tales aplicaciones. En tal tienen un mínimo interés en educarse, por falta
sentido, es claro que existe una fuerte interacción de tiempo, incentivos monetarios y motivaciona-
entre práctica docente, institución escolar y contexto les. No obstante, los educadores en la actualidad
así como éstos con el tipo de categoría laboral que tienen la tarea social de ofrecer resultados eficien-
condiciona las funciones didácticas que se ejercen tes de aprendizaje para todos los alumnos, lo que
dentro de la misma.2 Precisamente por reconocer implica un aumento real en la carga de trabajo.
tal situación, consideramos que la institución, en Uno de los impactos más significativos de ésta es
su intento por establecer el Modelo del Colegio no la intensificación, con la formación en servicio que
sólo como propuesta didáctica sino como modo se ofrece a los docentes fuera de la jornada escolar.
de vida, y en su búsqueda de transformarse en for- Ante ello, los profesores suelen responder de dos
madora, modelando las formas de pensar, percibir formas: con la aceptación de la formación fuera de
y actuar,3 trata con ello de garantizar una práctica su horario como parte de su profesionalización; o
constante y una formación docente continua. con la expresión de resistencias predecibles activas
Las Jornadas de Planeación, con base en las o pasivas y las reacciones directas o indirectas a
observaciones realizadas en los cursos así como en nivel individual y en el ámbito académico.4
pláticas con diversos docentes, arroja como resul- Sin embargo, a nuestro modo de ver la insti-
tado, a nuestro juicio, la presencia de formas de tución pretende, con el concurso de la comunidad
ser y prácticas docentes de un tipo no reflexivo, escolar, convencer de las bondades del Modelo
donde el conocimiento riguroso está ausente, y del Colegio y transformar prácticas educativas y
una escasa concepción de los paradigmas episte- formas de ser en el sentido del habitus,5 que per-
mológicos como constante. Su ausencia se recono- mitan mantener una constante y, por supuesto, en
ce, en el mejor de los casos, en aprendices que no el sentido de Gadamer, al tratar de promover el
son capaces de gestionar su conocimiento. Asimis- diálogo y privilegiar la reflexión del quehacer edu-
mo, se observa una preferencia de lo disciplinario cativo del Colegio, y no exclusivamente analizar
sobre lo pedagógico, inclusive algunos desprecian las técnicas, estrategias y modelos externos. Este
lo segundo; la vinculación entre intento se demerita ante la forma
docencia e investigación sólo de seleccionar a los impartidores,
muestra en grado sumo su desar- pues no responde a ninguna es-
ticulación en la práctica docente, trategia pedagógica o a la forma
ya que el rigor de los procesos de ser que se ancla en la convi-
de generación de conocimiento vencia humana y el diálogo. No
de la investigación no se trasla- obstante lo anterior, existe la
da a las aulas, pues al tratar de posibilidad de generar procesos
hacer sencillo el conocimiento se de formación constantes, pero
simplifica el proceso de su cons- los obstáculos son diversos por
trucción. Tales aseveraciones la carencia de recursos y la dis-
no son ajenas al reconocimien- ponibilidad de una organización
to institucional, pero muchos que oriente a los docentes de re-
profesores del Colegio no re- ciente ingreso para arribar a una
conocen sus carencias porque formación estratégica enmarca-

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da en el modelo, y planes y programas de estudio similares ni los profesores ni los alumnos, pues las
del Colegio, así como en el reconocimiento de la escuelas han empeorado. Por ello, el futuro debe
coeducación y su instrumentación mediante la imaginarse no como una esperanza abstracta sino
lengua y el diálogo. práctica, donde alumnos y profesores puedan en-
Precisamente por lo dicho y por la concepción contrar tiempos y espacios para observar, pensar,
dominante no debería ser necesario reflexionar lo dialogar, aprender recíprocamente y actuar. Sin
obvio, tal como lo que se dice de que los maes- estos espacios, la esperanza y la utopía no pueden
tros son personas a quienes “les importan profun- alcanzarse sin una crítica comprometida con la
damente los jóvenes”, “que saben ser y educar de práctica que arroje paulatinamente otra escuela
acuerdo con el Modelo Educativo del Colegio” y no sólo necesaria sino además posible.
“manejan con gran profundidad los planes y pro-
Notas
gramas de estudio”. Los profesores como personas
en los cursos talleres no sólo se muestran como 1. Hans G. Gadamer, La educación es educarse, Paidós, Barce-
lona, 2000, pp 35-36.
son, sino inclusive se asumen en la mayoría de los 2. José Gimeno Sacristán, “Profesionalización docente y
casos como alumnos y no como pares; son dis- cambio educativo”, en A. alliuad y Duschtzky, L. (comps.),
Maestros práctica y transformación escolar, Miño y Davila
centes que llegan tarde y dicen enseñar puntuali- Editores, Buenos Aires, 1992.
dad, que no participan ni se interesan por lo que 3. En el sentido del habitus que maneja Pierre Bourdieu, El
sentido práctico, Taurus, Madrid, 1993.
se pretende discutir y reflexionar, pero dicen que 4. Michael Apple, Maestros y textos, Paidós, Barcelona. 1989.
promueven la participación y la critica entre sus 5. Pierre Bourdieu, El sentido práctico, op. cit.
6. El poder lo entendemos en el sentido del filósofo Michel
alumnos. Focault.
Transformar las Jornadas de Planeación en
espacios de reflexión y diálogo entre pares para
poder analizar qué entienden los actuales y futuros
Bibliohemerografía
profesores por educación es un desafío urgente, ya
Alliuad, A. y Duschtzky, L. (comps.),
que a los cursos talleres se les representa como es-
Maestros práctica y transformación es-
pacios donde el poder circula y, por lo tanto, el colar, Miño y Davila Editores, Buenos
Aires, 1992.
conflicto es una constante que se expresa en forma Apple, Michael, Maestros y textos, Pai-
abierta o con el silencio y la ausencia, y entonces dós, Barcelona. 1989.
Bourdieu, Pierre, El sentido práctico,
el conocimiento es irrelevante y sólo se trata de Taurus, Madrid, 1993.
cubrir lo solicitado. Foucault, Michel, Microfísica del po-
der, 2a. edición, Ediciones La Pique-
No hay duda de que las escuelas no son lo que ta, Madrid, 1979.
eran antes, ni lo son las condiciones laborales, de Gadamer, Hans G., La educación es
educarse, Paidós, Barcelona, 2000.
estudio y socioeconómicas, así como tampoco son

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