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INTRODUCCIÓN:
¿Cuáles son las características desde el punto de vista de los sistemas de gobierno?
¿Cuál es la relación entre el presidencialismo y las formas de gobierno?
Cuando hablamos del debate monarquía/república, es muy importante que desde el punto
de partida tengamos clara la diferencia entre los diferentes tipos de repúblicas. No es lo
mismo hablar de una república presidencialista del tipo de Norteamérica, Méjico, Argentina,
Chile, Colombia...que hablar de una república parlamentaria como puede ser Grecia,
Alemania… En principio, cuando hablamos de este debate en España se habla del debate
en un contexto geográfico de sistemas parlamentarios. Es decir, si implementamos en
España una tercera República, en principio, se estaría hablando de una hipotética posible
transición a una república sin perder el ADN parlamentario, sin dejar de ser un sistema de
gobierno de tipo parlamentario. Para comparar en nuestra monarquía, hay que mirar otras
monarquías y otras repúblicas parlamentarias. Desde este punto de vista, el tema (la
lección) empieza hablando de cómo en los sistemas parlamentarios, la jefatura del Estado
(la persona que se sitúa delante del Estado, de la Institución), la idea es que son posiciones
institucionales esencialmente equiparables. Es decir, la figura que representa o las
funciones que desarrolla un presidente en un sistema parlamentario (Grecia, Italia,
Alemania), son funciones desde un monarca o presidente de la República que son
esencialmente equivalentes.
Por eso debemos tener cuidado al hablar de la posible transición a un modelo republicano.
Porque debemos tener en cuenta que, en principio, si España pasará a una tercera
república, se pediría un cambio a un sistema republicano parecido a las repúblicas de los
sistemas parlamentarios de nuestro alrededor.
→ Las posiciones institucionales de los jefes del estado en los sistemas parlamentarios son
esencialmente iguales independientemente de que sean repúblicas o monarquías.
Nosotros como ciudadanos, lo que conocemos, del que tenemos noticias a través de los
medios de comunicación, redes sociales...no es de las personas que ostentan la
prefectura del Estado en los sistemas parlamentarios, de estas personas sabemos
muy poco, son prácticamente invisibles para el público. Por ejemplo, en el extranjero
nadie (en principio) sabe quién es Felipe VI, en cambio sí le preguntas por Pedro Sánchez,
si sabrá asociarlo con España. Esto se debe a que las prefecturas del estado en forma
monárquica tienen un potencial de representación en un plano simbólico.
Es muy importante asociar que los presidentes de la república, que la razón por la que no
conocemos prácticamente nada del presidente de la república de los sistemas
parlamentarios es la misma razón por la que la gente tampoco conoce quien está al frente
de la prefectura del estado de los modelos monárquicos.
“Rey, Reina, pero no gobierna”, Thiers.
La idea es que las dos funciones esenciales de la prefectura del Estado en los
sistemas parlamentarios de Gobierno, es desarrollar por una parte la idea de símbolo de
unidad y por otra parte la de continuidad del Estado. En las monarquías, esta idea tiene
matices, ¿cómo es posible conseguir que el jefe del Estado sea un símbolo de la unidad, de
todo el Estado? En función de si es una monarquía o una república, tendrá matices
diferentes.
En el caso de las monarquías eso se plantea en que el monarca en un sistema
parlamentario de gobierno puede representar la unidad, puede ser un símbolo de la
unidad del Estado porque está fuera de la lucha política, no está adscrito a un partido
político concreto y, por tanto, no está en la lucha partidista, es apolítico y apartidista. Esto
se consigue por hipótesis: suponemos que no está involucrado en la lucha política y eso
facilita que sea un símbolo de unidad del Estado porque tenemos una figura que no está
adscrita a ningún partido y representa a todos los españoles por igual, con independencia
de su ideología política.
En las repúblicas esto no es posible porque en las repúblicas parlamentarias los
presidentes si pertenecen a un partido político, pero se puede conseguir que no
tengan una identificación muy partidocracia, aunque sí sean de partidos políticos. Esto se
puede conseguir huyendo de una elección popular (directa) del jefe del Estado, y esto
es muy importante porque en la inmensa mayoría de sistemas parlamentarios, sus
presidente de la república no son elegido directamente por los electores (España de la
Segunda República: el presidente de la república se elegía de manera indirecta a través de
sesiones conjuntas de las cámaras; en el caso de la república Italiana: es una sesión
conjunta del congreso y del senado; en el caso de Alemania: una sesión conjunta del
Bundesrat y del Bundestag). Al ser una elección indirecta del jefe del Estado, se
entiende que no es una elección muy emocional por parte de los ciudadanos, no está
muy partidizado. De hecho, normalmente, en las presidencias de la república de tipos
parlamentarios, lo que eligen las fuerzas políticas son consensos de gente prestigio,
venerable (es el caso de la actual presidenta de la república griega).
La otra gran función en un plan general de las prefecturas del Estado en los sistemas
parlamentarios es simbolizar también la continuidad del Estado. Es este sentido, en las
monarquías, la figura o la idea de la continuidad del estado es muy sencilla
ejemplificarla y verificarla porque es por pura herencia.
¿Y cómo se puede conseguir esto en las repúblicas de tipo parlamentario? En mandatos
que son más extensos que las legislaturas. Normalmente los mandatos de los
presidentes de las repúblicas parlamentarias son de cuatro o cinco años y se extenderían a
siete u ocho años, es decir que son como mínimo uno, dos o tres años más extensas que
las legislaturas ordinarias del gobierno y el Parlamento. Esto se hace para que no nazca
una sensación de que cambian muy a menudo.
La sucesión
La Institución de la Regencia
La Casa Real
Es un órgano esencial de soporte a la corona, que en la actualidad está regulada por el R.D.
434/1988 del 6 de mayo, sobre reestructuración de la casa de S.M. el Rey. La Casa Real se
concibe como el órgano auxiliar de soporte administrativo, reforzando la autonomía regia en
este ámbito. En nuestro órgano constitucional, la Casa Real es un órgano que no se inserta
en ninguna de las administraciones públicas, es por ello por lo que predica la independencia
de su gestión y administración. Se integra en su estructura orgánica, por el jefe de la Casa
Real, el Cuartel Militar, la Guardia real y un servicio de seguridad.
La familia Real
La dotación presupuestaria
La CE en su artículo 65.1 dispone que el Rey reciba una cantidad global para sostener a su
familia y a la Casa Real. La dotación presupuestaria es anual y entra en los presupuestos
generales del Estado y propone su cuantía el jefe de la Casa Real, a quien corresponde la
autorización y ordenación del gasto. Las Cortes, en la tramitación del proyecto de ley de
presupuestos generales del estado, no pueden suprimir esta dotación, solo modificar su
importe. El jefe de la Casa Real es competente para elaborar anualmente un informe que
refleje el estado, el gasto y rendimiento de los servicios a su cargo.
El patrimonio nacional
Del mismo modo que la inviolabilidad alude al Rey, la irresponsabilidad se predica de sus
actos en el ejercicio de sus funciones. Esta es una prerrogativa consustancial a la misma
naturaleza de las monarquías, consecuencia directa de su carácter de órgano no
representativo. En un Estado de Derecho aparece como una norma excepcional de la regla
general en virtud de la cual todos los poderes públicos son responsables (art.9.3 CE). Esta
excepcionalidad se fundamenta en la ausencia de poderes efectivos del monarca: el rey no
es responsable de ellos porque no puede adoptar decisiones con efectos jurídicos en el
orden constitucional. Para garantizar esta no responsabilidad, el art.56.3 de la CE
contempla el instinto del refrendo.
El refrendo es el acto por el que una autoridad del Estado se hace responsable de las
actuaciones del monarca. Como el acto regio se manifiesto por escrito, el refrendo se
representa por la firma del órgano legitimado que lo acompaña, a su vez, a la firma del Rey;
pero también la ratificación puede exteriorizarse mediante una manifestación positiva o
presencial del órgano legitimado que acompaña una actuación del Rey en el ejercicio de
sus atribuciones constitucionales no manifestada por escrito. Este ultimo supuesto es el
llamado refrendo “tacitico “implícito”.
El art.64.1 CE identifica para refrendar a sus miembros del Gobierno, presidente o ministros,
en su caso. Excepcionalmente el presidente del Congreso de los diputados puede refrendar
a los efectos regios en determinadas situaciones.
Respecto a los efectos constitucionales del refrendo, son considerados desde una doble
perspectiva: como acto que dota de validez el acto regio y como desviación de
responsabilidad del rey al órgano que lo refrenda.
La CE, en su art.65.2 se refiere de manera expresa a un solo acto de la actuación del cual
no se sujeta a refrendo: el del nombramiento y relleno de los miembros civiles y militares de
la C. Real. Igualmente, el Rey puede hacer en unos actos, en calidad de Jefe de Estado,
derivados de la naturaleza de sus funciones simbólicas, de arbitro y moderador. Estos
últimos son actos regios que, pese a su trascendencia pública, proyectan su eficacia en el
ámbito político. En estos supuestos, la actuación del Rey no esta sometida a refrendo, a
pesar de que los mismos siguen su resultado del ejercicio de sus funciones constitucionales
y sean actos con trascendencia pública.
2.4. Funciones
Las funciones que la CE asigna al rey están recogidas en los arts. 62 y 63, aunque han de
ser completadas con todas las otras leyes que aparecen dispersas a lo largo de la CE.
Debido a su especial vinculación con el poder ejecutivo, la mayoría de las funciones se
insertan dentro de las funciones ejecutivas. Pero su intervención es constante en todas las
manifestaciones de poder del Estado.
1. Relaciones internacionales
3. Función legislativa
4. Función ejecutiva
5. Función judicial
6. Función constitucional
7. C.C.A.A.
En el contexto de una monarquía parlamentaria, las funciones del Rey son funciones
propias que la CE le asigna expresamente como Jefe de Estado. Ha de rechazarse el
carácter residual d que las mismas puedan predicar en atención a su significado histórico.
Las funciones regias son, en nuestro ordenamiento constitucional, inherentes al órgano
constitucional de la Prefectura del Estado. El art.56.1 CE dispone de que el Rey “ejerce las
funciones que le atribuyen expresamente la CE y sus leyes”. El significado de la remisión a
las leyes que realiza este precepto, interpretado literalmente, parece dar a entender que la
CE apunta únicamente las funciones del rey que son mas importantes, habilitando al
legislador al hecho de que pueda atribuir otras diferentes. Sin embargo, esta habilitando al
legislador al hecho de que pueda atribuir otras diferentes. Sin embargo, esta remisión no se
ha de entender como una habilitación constitucional al legislador para, eventualmente,
concretar aquellas funciones del monarca mediante la explicación de otras atribuciones. No
se puede hacer referencia a otras funciones del Rey diferentes a las que la CE establece de
manera expresa.
La CE, como se ha indicado, explica solo algunos de los actos mediante los cuales el Rey
ejerce estas funciones con relevancia jurídica-constitucional: las atribuciones. En la medida
que son funciones propias del Rey y se definen por los objetivos que se pretenden con su
cumplimiento, el Rey puede realizar otros actos que, sin estar contemplados en el texto
constitucional, sirvan igualmente al cumplimiento de esta función. Siendo en estos dos
casos, actuaciones que el monarca realiza como Jefe de Estado, se diferencian en su
régimen jurídico constitucional y en sus consecuencias. Mientras que, en estos últimos, los
no contemplados expresamente en la CE, el Rey goza de una amplia discrecionalidad para
su selección y ejecución, siendo sus efectos proyectados en un contexto estrictamente
político, las atribuciones que se asignan al rey son actos sometidos a ratificación, que el
monarca ha de realizar cuando se dan las condiciones que requiere el ejercicio. No cabe en
relación con aquello que el monarca pueda interponer en veto, esto es negarse a su efectivo
cumplimiento.
LAS CORTES GENERALES
En el articulo 67.2 de la CE están casi literalmente las palabras de Edmund Burke. Nuestra
Constitución prohíbe el mandato imperativo “Los miembros de las Cortes Generales no estarán
ligados por mandato imperativo.”
Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar
instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
El sistema electoral:
Es España tenemos una pluralidad de sistemas electorales porque los españoles desde que
tienen derecho del sufragio activo y pasivo, pueden intervenir en elecciones. Tenemos
elecciones municipales > autonómicas > generales > Parlamento Europeo. El sistema
parlamentario, la lógica parlamentaria se aplica sobre todas las elecciones.
Tenemos unos sistemas electorales parecidos, pero son diferentes para cada elección. En
esta asignatura solo se estudia el sistema electoral de las elecciones generales, de las
Cortes Generales: del Congreso de los diputados por una parte y del Senado por otra.
Esencialmente, debemos tener en cuenta que la elección al Congreso de los diputados
(cámara que tiene mucha más importancia) que es la mas importante y la que hay que tener
muy clara.
Son dos normas las que utilizamos para dibujar el sistema electoral español al Congreso de
los de los diputados. La primera es la CE que condiciona el resultado final del diseño
electoral. Y, por otra parte, la norma que concreta las grandes directrices constitucionales
es la LOREG (Ley Orgánica del Régimen Electoral General). Es un juego combinado de la
CE y de la LOREG. Sin ese juego de las dos normas, no se puede entender el
funcionamiento del sistema. La CE, lo que dice es que el Congreso de los Diputados esta
integrado por una horquilla entre 300 y 400 diputados el legislado tendrá que decidir
cuantos diputados habrá. La LOREG, podría haber elegido 300, 400 o cualquier cifra entre
estas dos cifras. En el año 1985, la LOREG va a incluir la cifra de 350 diputados. La CE da
la opción da la opción de aumentar o reducir la cantidad de diputado entre esas dos
magnitudes.
La CE también dice que tenemos que hacer una asignación mínima de diputados por cada
circunscripción tiene que haber una mínima representación por cada circunscripción. Ese
mínimo podría ser de 1, pero la LOREG va a decir que el mínimo es de dos toda
circunscripción elegirá mínimo a dos diputados. A partir de esto, como elegiremos al resto
de los diputados para llegar a los 350. La CE y la LOREG dicen que el resto de los
diputados se elegirán en proporción a la población.
¿Dentro de cada circunscripción, como hace se hace la repetición de votos por escaños?
SISTEMA / FORMULA D’HONDT. https://www.youtube.com/watch?v=zEw84gffTwk .
Tenemos una segunda variable: el valor del voto una persona, 1 voto. Las
circunscripciones pequeñas tienen un privilegio. En estas circunscripciones, el valor del
escaño es super barato, al contrario, en las circunscripciones grandes, para conseguir un
escaño necesitamos muchos mas votos. Esto supone que a parte de que hay un
desequilibrio brutal en el valor del voto, las circunscripciones pequeñas esta sobre
representadas porque con menos votos pueden conseguir muchísima mas representación
de la que consiguen otras circunscripciones.