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Aarakocra

Características

Aumento de Puntuación de Característica. Tu Destreza aumenta en 2, y tu Sabiduría aumenta en 1.

Edad: los aarakocras alcanzan la adultez a los 3 años, pero, al contrario que los humanos, no
suelen vivir más de 30 años.

Alineamiento: la mayoría de aarakocras son buenos, y raramente eligen un bando entre orden y
caos. Los líderes tribales pueden tender a ser legales, mientras que los exploradores y aventureros
suelen tender a ser caóticos.

Tamaño: los aarakocras suelen medir unos 5 pies (1.5 metros), y poseen cuerpos delgados y ligeros
que pesan entre 80 y 100 libras (36 - 45 kg). Tu tamaño es Mediano.

Velocidad: tu velocidad básica a pie es de 25 pies. Tienes una velocidad de vuelo de 50 pies; pero
no puedes volar si llevas puesta armadura media o pesada.

Habilidades

Garras. Tus garras son armas naturales cuerpo a cuerpo con las que puedes realizar golpes
desarmado, que causan 1d4 de daño cortante.

Competencias

Idiomas. Sabes hablar, leer y escribir común, aarakocra y auran.

Nombres aarakocra
Como pasa con gran parte de su habla, los nombres aarakocra incluyen clics, trinos y silbidos hasta
el punto de ser difícil de pronunciar para otras personas. Normalmente, un nombre tiene de dos a
cuatro sílabas con los sonidos actuando como conectores. Al interactuar con otras razas, los
aarakocra pueden usar apodos dados por otras personas que conozcan como formas abreviadas
de sus nombres completos.

Un aarakocra de cualquier género puede tener unos de estos nombres cortos: Aera, Aial, Aur,
Deekek, Errk, Heehk, Ikki, Kleeck, Oorr, Ouss, Quaf, Quierk, Salleek, Urreek, o Zeed.

Historia

Pico y plumas

Desde el suelo, los aarakocras se parecen mucho a pájaros grandes. Sólo cuando descienden para
descansar en una rama o caminar por la tierra, se revela su apariencia humanoide. Estando
erguidos, los aarakocras pueden alcanzar los 5 pies (1,5 m) de alto y tienen piernas largas y
estrechas que acaban en afiladas garras.

Sus cuerpos están cubiertos de plumas. Su plumaje denota típicamente su membresía de una
tribu. Los varones poseen colores brillantes, con plumas rojas, naranjas o amarillas. Las mujeres
tienen colores más apagados, normalmente marrones o grises. Sus cabezas completan la
apariencia aviar, siendo parecidas a las de un loro o águila con variaciones tribales.

Guardianes de los cielos

No hay lugar donde los aarakocras estén más cómodos que en el cielo. Pueden pasar horas en el
aire, a veces incluso días, manteniendo quietas sus alas y dejando que las corrientes les lleven. En
combate, son voladores dinámicos y acrobáticos, moviéndose con notable velocidad y gracilidad ,
cayendo en picado para atacar a sus oponentes con armas o garras antes de volverse y alejarse
volando.

Una vez en el cielo, un aarakocra difícilmente deja el cielo. En su plano nativo, pueden volar
durante días o mese, aterrizando sólo para poner huevos y alimentar a sus retoños antes de volver
a lanzarse a los aires. Aquellos que llegan a un mundo en el Plano Material lo encuentran un lugar
extraño. A veces ignoran u olvidan las distancias verticales, y no pueden sentir sino pena por la
gente terrestre, obligada a vivir y trabajar en la tierra.
Manierismos aviares

El parecido de los aarakocras con los pájaros no está limitado a los rasgos físicos. Los aarakocras
exhiben muchos de los mismos manierismos de un pájaro ordinario. Cuidan de su plumaje,
atendiendo frecuentemente de sus plumas, limpiándolas y quitándose cualquier diminuto polizón
que hayan podido coger. Cuando se dignan a descender del cielo, lo suelen hacer cerca de
estanques donde puedan pescar y bañarse.

Muchos aarakocras recalcan su hablan con píos, sonidos que utilizan para transmitir énfasis y
ocultar significados, tal y como los humanos hacen a través de expresiones faciales y gestos. Un
aarakocra puede frustrarse con la gente que no entienda los matices; la amenaza de un aarakocra
puede tomarse como una broma y viceversa.

La idea de propiedad desconcierta a la mayoría de los aarakocra. Después de todo, ¿quién es el


dueño del cielo? Incluso al explicárselo, encuentran la simple idea inconcebible. Así, los aarakocra
que interactúan poco con otras personas pueden conllevar una molestia cuando caen del cielo
para robar ganado o saquear las cosechas de frutas o semillas. Los objetos brillantes llaman su
atención: les es difícil no coger el tesoro y llevarlo de vuelta a sus nidos para embellecerlos. Un
aarakocra que pase años entre otras razas pueden aprender a inhibir estos impulsos.

El confinamiento les aterra. Ser capturado, encerrado bajo el suelo o aprisionado por la fría e
inflexible tierra es un tormento que pocos aarakocra pueden soportar. Incluso cuando se posan en
una rama alta o descansan en sus hogares en las cimas de las montañas. permanecen alerta, con
sus ojos en movimiento y su cuerpo listo para alzar el vuelo.

Tierras natales

La mayoría de aarakocra viven en el plano elemental de Aire. Pueden ser atraídos al Plano
Material, a veces para perseguir a sus enemigos o para frustrar allí los planes de sus enemigos.
También puede ser un accidente lo que envíe un nido de aarakocra a un mundo de ese plano.
Algunos viajan a dichos mundos mediante portales en su propio plano, y construyen nidos en altas
cumbres o en las copas de los árboles viejos de los bosques.

Una vez que las tribus de aarakocra se asientan, comparten un territorio de caza que se extiende
en un área de hasta 100 millas (160 km), con cada tribu cazando en las tierras más cercanas a su
colonia, yendo más lejos si el alimento escasea.
Una colonia típica consiste en un gran nido con el techo abierto al aire libre, hecho de enredaderas
entretejidas, El más anciano actúa como líder, con el apoyo de un chamán.

Los aarakocra en los Reinos Olvidados

Nunca habiéndose establecido con firmeza en Faerûn, los aarakocra sólo tienen cuatro grandes
colonias: una en los Montes Estelares dentro del Alto Bosque, otra en los Cuernos de la Tormenta
en Comyr, otra más en las Montañas Hendidas del Canal de Vilhon, y una última en los Acantilados
Neblinosos en Chult.

Las colonias establecidas en los Montes Estelares, más cercanas al Valle de Dessarin, siempre
fueron gentes reservadas y vigilante, que sólo fueron vistas durante sus vuelos sobre el Alto
Bosque. Un cruel y feroz dragón verde casi aniquiló a toda la población y dispersó a los
supervivientes. Estos aarakocra y sus descendientes juraron venganza contra el dragón y pueden
ser vistos sobrevolando las tierras del Norte y Comyr, buscando el rastro de su enemigo.

Su único asentamiento restante yace en las laderas de las montañas más meridionales de los
Montes Estelares. En las orillas del Galope del Unicornio, la Última Aguilera es el hogar de varias
docenas de aarakocra. Recientemente, los ancianos aarakocra detectaron cambios en los vientos
que interpretaron como un mal presagio. A diferencia de los aarakocra de otros mundos del Plano
Material, los de los Reinos rara vez viajan al Plano Elemental del Aire.

Un gran propósito

Los aarakocra disfrutan de la paz y la soledad. La mayoría de ellos tienen poco interés en tratar con
otras personas, y menos interés aún en pasar tiempo en tierra firme. Por esta razón, tan sólo una
circunstancia excepcional hará que un aarakocra abandone su tribu y se embarque en una vida de
aventurero. Ni el oro ni la gloria son suficientes para sacarlos de sus tribus; una gran amenaza para
su pueblo, una misión de venganza o una catástrofe suelen yacer al final del camino elegido por un
aarakocra aventurero.

Hay otras dos circunstancias que podrían llevar a un aarakocra a la aventura. En primer lugar, los
aarakocra tienen lazos históricos con los Duques del Viento de Aqaa. Individuos excepcionales
honran esta conexión y parten a buscar las piezas faltantes del Cetro de Siete Partes, los restos de
un artefacto creado hace mucho tiempo por los Duques del Viento para derrotar a la monstruosa
adalid de la Reina del Caos: Miska, la Tarántula. Al hundirse en el cuerpo de Miska, el caos en su
sangre destrozó el cetro y esparció sus pedazos por todo el multiverso. Recuperar dichas partes
significa ganar gran honor y estima a los ojos de los vaati que lo forjaron, además de poder
reconstuir una poderosa arma para defenderse contra los agentes del mal elemental.

En segundo lugar, los aarakocra son enemigos jurados de los elementales de la tierra, y en
particular de las gárgolas que sirven a Ogrémoch, el Príncipe de la Tierra. La palabra aarakocra
para gárgola se podría traducir como "roca voladora", y se han librado batallas entre aarakocra y
las gárgolas en los Planos Elementales de la Tierra y el Aire, a veces extendiéndose hasta algún
mundo del Plano Material. Los aarakocra de ese plano podrían abandonar sus colonias para
prestar ayuda a otros humanoides comprometidos a combatir los cultos de la tierra y frustrar sus
planes.

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