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Tema 15.

Causas justificativas
Causas justificativas
Llamadas también Eximentes o Causas de Exclusión del Injusto.
Las causas justificativas que permiten declarar conforme al Derecho actos que se adecuan
a la descripción contenida en los tipos legales, son casos excepcionales en los cuales la
norma no puede ser respetada. El orden jurídico permite entonces su violación y admite, en
consecuencia, la lesión del bien jurídico protegido
Causas de justificación: Son las que excluyen la antijuridicidad de la conducta penalmente
típica y hacen que el hecho de apariencia delictiva sea legítimo por haber sido ejecutado
con apego a derecho.
Son causas de justificación:
a- La legítima defensa.
b- El estado de necesidad.
c- El ejercicio de un derecho o cumplimiento de un deber.
d- La omisión por causa legítima.
El Estado De Necesidad Justificado
Concepto
El Estado de necesidad es una situación de peligro grave, actual o inminente y no causada o
al menos no causada dolosamente por el agente, para un bien jurídico, que solo puede
salvarse mediante el sacrificio de un bien ajeno
Causa eximente de responsabilidad criminal por la que una persona para proteger un bien
jurídico y evitar un mal propio o ajeno que suponga peligro actual, inminente, grave,
injusto, ilegítimo, e inevitable de otra forma legítima, menoscaba otro bien jurídico cuyo
daño no puede ser mayor al que intenta evitar, siempre y cuando el mal que intenta evitar
no haya sido provocado intencionadamente por el propio sujeto y éste no tenga obligación
de sacrificarse por razón de su oficio o cargo. Ej.: agente de policía que golpea a un
detenido que se encuentra esposado para evitar que se autolesione
Historia
Desde la más remota antigüedad ha sido consagrada en una forma esbozada esta eximente
de responsabilidad penal. Ya en el derecho Israelí se contemplaba un caso de estado de
necesidad: sostuvieron los Rabinos (sacerdotes israelíes) que si dos personas se perdían en
el desierto y tenían solo una botella de agua que era suficiente únicamente para saciar la sed
y salvar la vida de una sola de estas personas, estaba justificado el que alguna de esas
personas sacrificase la vida de la otra, para apoderarse de la botella de agua que significaba
salvación.
También en Roma se admitió el estado de necesidad justificado como eximente de
responsabilidad penal; según algunos autores, porque no existía dolo, y por tanto para ellos
el estado de necesidad es lo que llamaríamos hoy una causa de inculpabilidad; y otros, con
mayor propiedad, afirmaron que, en realidad el acto realizado en estado de necesidad es un
estado intrínseca y absolutamente justificado, ósea, lo que actualmente llamaríamos una
causa de justificación.
Pero se admitió el estado de necesidad cuando se satisficieren en el caso concreto algunos
requisitos; por ejemplo, fundamentalmente que existiese una cierta proporción entre el bien
jurídico sacrificarlo y el bien jurídico salvado, en el sentido de que el bien jurídico salvado
debía ser más importante que el bien jurídico sacrificado para salvar el primero; Se exigía
también, que la persona que invocaba esta eximente de responsabilidad penal no hubiese
provocado por sí misma la situación de peligro grave, actual o inminente. Satisfechos estos
requisitos y otros mas el derecho romano consideraba exenta de responsabilidad penal a la
persona que obraba para salvar su vida, aun a costa del sacrificio de una vida ajena.
También los germanos admitían esta eximente de responsabilidad penal; sentaron el
principio general en el derecho germánico según el cual la necesidad no tiene ley y, además
consagraron específicamente algunas hipótesis de estado de necesidad referidas a los
caminantes, a los viajeros, una muy curiosa referida a las mujeres embarazadas y otra,
finalmente relativa a los miserables. Entonces en la antigüedad debido a esta creencia se
consideraba absolutamente justificado el acto: el de la mujer embarazada que tomaba una
cosa ajena para satisfacer un antojo irresistible, e igual se consideraba con respecto al
marido.
En lo referente a miserables también contemplaba el derecho germánico un caso de
necesidad que era el llamado hurto famélico; sé consideraba justificado el acto de la
persona que tomaba, que se apoderaba, de aquellos alimentos ajenos absolutamente
indispensables para evitar morir de hambre.
También en el derecho canónico se refiere al estado de necesidad y específicamente al
hurto necesario (hurto famélico) al cual consideraba como un acto absolutamente
justificado, siempre que se satisficieran las condiciones siguientes. En primer lugar, era
menester que existiese una verdadera y propia necesidad; en segundo lugar, era preciso que
la persona que invocaba esta eximente no hubiese creado o al menos no voluntariamente la
situación de necesidad de la cual salía posteriormente mediante el sacrificio de un bien
jurídico ajeno (en este caso apoderándose de alimentos pertenecientes a otra persona); en
tercer lugar, era menester que no hubiese otro medio distinto de salvación, que fuese
absolutamente necesario apoderarse de alimentos ajenos para evitar morir de hambre; en
cuarto lugar, era indispensable que el apoderamiento se limitase a lo esencial, o sea, a
aquellos alimentos estrictamente esenciales para evitar morir, ; En quinto lugar, era preciso
que el dueño de esos alimentos no se encontrase en la misma situación de la persona que se
apoderaba de ellos; en sexto lugar, se establecía que si la persona que se apoderaba de los
alimentos ajenos mejoraba de situación económica tenia la obligación de resarcir de reparar
posteriormente el daño ocasionado al dueño de tales alimentos. Satisfechas tales
condiciones estaba penalmente justificado el hurto famélico y los canonistas consideraban
que la persona que lo había realizado estaba exenta de responsabilidad penal.
Los canonistas, además también se referían al suicidio cometido para salvar la castidad, y
en este sentido lo consideraban penalmente justificado.
Actualmente el estado de necesidad se consagra como eximente de responsabilidad penal
en la mayoría de los códigos penales vigentes se dice en la mayoría y no en la totalidad
porque infortunadamente en esta materia hay excepciones tan destacadas como las
señaladas por el código penal francés que, aunque parezca mentira no consagra
expresamente como eximente de responsabilidad penal el estado de necesidad lo cual ha
llevado a los juristas, a los jueces a tener que realizar verdaderos malabarismos jurídicos
para eximir de responsabilidad penal a personas que han obrado en estado de necesidad y
que en Venezuela estarían amparadas por la norma consagrada en el ordinal 4to del Art. 65
del código penal venezolano vigente. .
pero como en el código penal francés no se consagraba como no se consagra todavía esta
eximente de responsabilidad penal y como por otra parte había sido paladinamente injusto
condenar a esa mujer el juez tuvo que invocar la coacción psicológica derivada del hambre
para así eximir de responsabilidad penal a la mujer.
Fundamentación doctrinal
En cuanto a su fundamento, y transcendiendo el estado de necesidad del ámbito puramente
penal, no es de extrañar que se hayan formulado numerosas teorías. Así las que hablan de
decaimiento de la Ley Positiva ante la Natural, la que la basan en el instinto de
conservación etc.
El Derecho moderno sigue la Teoría Objetiva de la Colisión de Bienes o Derechos de
BERNER que permite asentar jurídicamente, de modo correcto, el estado de necesidad. Así,
y siguiendo el principio del interés preponderante, en que se basa esta eximente, se afirma
que, cuando exista colisión entre bienes o derechos desiguales el Estado debe proteger el
derecho superior o más valioso; por tanto, el que sacrifica un derecho inferior para salvar
otro de mayor importancia, no será castigado. Si los derechos en conflicto son iguales no
puede hablarse de justificación, sino sólo de inculpabilidad ya que lo que fundamenta aquí
la irresponsabilidad del agente es la inexigibilidad de conducta distinta. Así, existen dos
clases de estado de necesidad:
a) Estado de Necesidad Justificante. Se produce cuando están en conflicto bienes
desiguales.
b) Estado de Necesidad Exculpante. Se produce cuando entran en conflicto bienes de igual
valor.

No hay verdadero estado de necesidad ni, en consecuencia, causa de justificación o


inculpabilidad cuando concurren bienes desiguales y el que actúa es el titular o el defensor
del bien menor.
Las consecuencias de ambas formas son diferentes. En el primer caso se trata de una causa
de justificación y ello trae los efectos propios de estas eximentes. En el segundo caso, al ser
una causa de inculpabilidad, se da una inmediata responsabilidad civil, legítima defensa etc.
La única especialidad es que en el caso de estado de necesidad justificante se produce
también responsabilidad civil, que no queda excluida junto a la responsabilidad criminal
para todos los partícipes en el hecho
La mejor doctrina penal consiste en que la persona que actúa en estado de necesidad no se
le puede imputar, pues debe estar exenta de responsabilidad penal, pero difiere
sustancialmente en cuanto al fundamento de tal exención penal. Así parece las siguientes
teorías:
Teoría de la Ajurídica:
Propulsada por Grocio y FICHTE entre otros, quienes sostienen que la conducta observada
bajo un estado de necesidad es un acto jurídico, en el sentido que no es un acto jurídico
pero tampoco que es un antijurídico. Estos autores sostienen la detención, la obligación o
suspensión de la ley positiva ante una circunstancia constitutiva de un peligro actual e
inminente, el cual hace reobrar vigencia de la ley natural.
Teoría del acto antijurídico.
Esta otra teoría defendida y propulsada por MANUEL KANT, quien estima que en el acto
realizado en estado de necesidad es un acto antijurídico y fundamentalmente injusto pero
que este debe quedar impune en función de la utilidad practica de la pena por la persona
que se encuentra en un grave peligro actual o inminente se defiende de este, olvidando la
pena posible que le puede imponer. Olvida el aspecto disuasivo de la pena.
Teoría de la Perturbación anímica
También denominada teoría de la coacción psicológica. Esta tesis es defendida por
PUFENDORT, quien sostiene que el instinto de conservación es tan fuerte que actúa casi
automáticamente ante la presencia de un peligro grave actual o inminente contra la persona
o integridad física, pues este peligro crea en el individuo una profunda perturbación
anímica. Como puede observarse para PUFENDORT el estado de necesidad no es una
causa de justificación sino una causa de imputabilidad.
Teoría del acto adecuado a Derecho.
Es la teoría que sostiene que le estado de necesidad es un acto de estado a derecho e
intrínsecamente justificado. Al respecto HERNANDO GRISANTI AVELEDO explica que
“en la actualidad la mayota de los penalistas estiman que el acto ejecutado en estado de
necesidad es, en todo caso, adecuado a derecho, es absoluta e intrínsicamente justificado;
dicho de otro modo, considera que el estado de necesidad es siempre una causa de
justificaron
Condiciones O Requisitos Exigidos Legislación Venezolana
El artículo 65 del Código Penal establece la causa de impunibilidad y en su numeral tercero
último a parte establece que:
" No es punible el que obra constreñido por la necesidad de salvar su persona, o la de otro,
de un peligro grave e inminente, al cual no haya dado voluntariamente causa y que no
pueda evitar de otro modo.
Según esta disposición los requisitos de estado de necesidad son tres:
a.) Un peligro grave, actual o inminente: Se entiende por peligro grave el que amenace la
vida de la persona o su integridad física. El peligro actual es el que existe aquí y ahora, y al
peligro inminente es que ya se va a dar
b.) Que el agente no haya provocado dolosamente el peligro: Para que proceda el estado de
necesidad es necesario que el agente ( la persona que invoca a su favor ESTA CAUSA DE
JUSTIFICACION eximente de responsabilidad penal) no haya dado voluntariamente causa
al peligro
c.) Imposibilidad de evitar el mal (peligro) por un medio que no sea el sacrificio de un bien
jurídico ajeno: si podemos evitar el mal que nos amenaza( o amenaza a otra persona) sin
apelar al sacrificio de un bien jurídico (la vida y la integridad personal) ajeno y sin
embargo, atacamos los intereses del prójimo, jurídicamente protegidos, no nos amparará el
estado de necesidad.
Como puede observarse, se trata de sacrificios o bienes de otros, protegidos por el derecho
para salvar intereses o bienes propios también protegidos por el derecho, los cuales se
encuentran amenazados por un peligro grave o inminente no causado por el agente.
Ambos intereses son legítimos, por lo que, debe ser de similar entidad o importancia para
justificar el sacrificio de uno y salvar el otro. Ya que no seria equitativo, sino egoísta
sacrificar bienes e intereses ajenos de gran entidad para salvar bienes e intereses propios de
entidad insignificante.
El peligro además de grave debe ser inminente, no basta inminencia sino es grave, ni la
gravedad sino es inminente, además el peligro debe ser de tal forma que solo mediante la
desaparición del bien ajeno pueda desaparecer.
No obstante, el fundamento de esta responsabilidad civil no deriva del estado de necesidad
justificante, sino del principio de gestión de negocios ajenos o, más propiamente, del
enriquecimiento sin causa, ya que el civilmente responsable es la persona en cuyo favor se
haya precavido el mal y la indemnización corresponde al titular de los bienes jurídicos
salvados, sea o no el autor del hecho
Según la legislación venezolana En ocasiones se le permite a los sujetos que ejecuten
acciones que ponen en peligro la vida de otro individuo o un bien jurídico ajeno ya sea de
igual valor, mayor o menor valor pero siempre en intereses legítimos donde es preciso
sacrificar el bien de menor importancia
La legítima defensa: consagrada en el Código Penal venezolano, artículo 65, número 3,
ocupa en primer lugar la atención entre las causas de justificación. De acuerdo con Arteaga
(ob. cit.) la disposición citada, no es punible él que obra en defensa de su propia persona o
derecho, siempre que concurran las circunstancias de agresión ilegítima por parte del que
resulta ofendido por el hecho, necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla o
falta de provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado en defensa propia.
la legítima defensa es “…el derecho de rechazar por la fuerza una agresión inminente e
injusta”, y “…consiste en el derecho que tiene cada uno para rechazar la agresión injusta,
cuando la sociedad y el Estado no pueden proveer a su defensa”, esta definición no incluye
que la agresión debe ser actual o por lo menos, inminente, pues si la reacción es anticipada
o tardía no se estará en un supuesto de legítima defensa, así que la temporalidad de la
agresión es fundamental para hablar de defensa legítima
Ahora bien, bajo esta denominación de condiciones de la legítima defensa se revisaron los
requisitos necesarios y concurrentes para su existencia, los cuales han sido definidos por la
doctrina nacional y extranjera desde hace años, y están consagrados en el Código Penal
venezolano, que si bien no la definió, si se refirió a los mismos en el artículo 65 ordinal 3º
de la siguiente forma:
3.- El que obra en defensa de propia persona o derecho, siempre que concurran las
circunstancias siguientes:
1.- Agresión ilegitima por parte del que resulta ofendido por el hecho.
2.- Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla.
3.- Falta de provocación suficiente de parte del que pretenda haber obrado en
defensa propia.
Se equipara a legítima defensa el hecho con el cual el agente, en el estado de incertidumbre,
temor o terror traspasa los límites de la defensa. En decisión de la Corte Federal de 1957
establece que las tres circunstancias a revisar son taxativas al indicar el Código Penal que:
“…son condiciones específicas que forman la trilogía necesaria para configurar la legítima
defensa”

Para que la defensa sea legítima requiere el Código venezolano, que quien pretende haber
obrado en defensa propia no haya provocado suficientemente la agresión. De acuerdo con
esta exigencia, se impone que el sujeto que la alega no haya sido la causa proporcionada de
la agresión, que no la haya incitado o provocado, en forma suficiente o adecuada, la
agresión. Si el sujeto ha provocado la agresión, pero no suficientemente, subsiste la
posibilidad de la legítima defensa.

Requisitos Exigidos Por El Legislador Venezolano Para Que Proceda La Legítima


Defensa Como Eximente De Responsabilidad Penal: Tales requisitos están consagrados
en el artículo 65 ordinal 3º del Código Penal vigente, en los siguientes términos: No es
punible, el que obra en defensa de su propia persona o derecho, siempre que concurran las
circunstancias siguiente:

1.- Agresión ilegítima por parte del que resulta ofendido por el hecho.
2.- Necesidad del medio empleado para impedirla o repelerla.
3.- Falta de provocación suficiente de parte del que pretende haber obrado en defensa
propia

En el ámbito de la interpretación de la expresión “ilegítima”. por agresión ilegítima se suele


entender una conducta contraria al derecho, es decir, antijurídica.
También se exige que la agresión sea actual. Para poder reaccionar en legítima defensa,
lógicamente, es necesario que la agresión no haya concluido, siga siendo actual o presente.
El determinar si la agresión ha concluido o se mantiene a veces presentará alguna
peculiaridad dependiendo del delito en cuestión.

Los supuestos en los que el sujeto reacciona o sigue reaccionando una vez que la agresión
ilegítima ha cesado se conocen con el nombre de exceso extensivo en la legítima defensa

Es evidente que no hay que esperar a que la agresión se haya iniciado. No sólo se puede
reaccionar en legítima defensa frente a la agresión actual, sino también frente a la agresión
inminente, lo que se deduce de la expresión “para impedir o repeler”. De esta manera, suele
afirmare la posibilidad de actuar en legítima defensa cuando el aplazar la reacción conlleve
el riesgo de que la posterior defensa sea insegura o ineficaz.

La lesión finalmente infringida al agresor cuando la agresión ya había cesado no estaría


amparada por una legítima defensa. Ésta no podría aplicarse ni para eximir de pena, ni para
atenuarla.

Para afirmar que se ha producido una agresión ilegítima, ésta tiene que tener su origen en
una conducta humana; y pueden consistir tanto en acciones como en omisiones, que además
se califica como activa: dar un puñetazo en la mejilla.

Por necesidad racional suele entenderse la exigencia de que, entre todos los medios
eficaces de los que disponga el sujeto para impedir o repeler la agresión, utilice en menos
dañino. Esta necesidad racional se valora desde una perspectiva ex ante.
La necesidad racional del medio empleado se dice que es un requisito no esencial, pues no
afecta al presupuesto de la legítima defensa: la agresión ilegitima, que concurre. En estos
casos se suele hablar de exceso intensivo en la legítima defensa y conlleva la aplicación de
la eximente incompleta

La racionalidad, por el contrario, supone que la defensa ha de llevarse a cabo en un modo


conforme a la razón. Esto supondrá que, de todos los medios para defenderse de los que
disponga el sujeto, habrá de optar por el menos lesivo pero que a la vez le asegure la
eficacia de la defensa, puesto que no se puede exigir al sujeto que se defiende que utilice un
medio insuficiente que le deje en la “cuerda floja” respecto a un ulterior ataque.

Falta de provocación suficiente: Existe una gran discrepancia y confusión sobre el


contenido de este requisito, cuya ausencia determinaría la aplicación de la legítima defensa
como eximente incompleta, por no ser un requisito esencial de esta causa de justificación.

Diferencia de la legítima defensa


Su diferencia de la legítima defensa, que es otra situación que responde a un principio
general y genérico de necesidad, es clara: en ella existe una agresión ilegítima determinante
de la pugna de intereses, mientras que en el estado de necesidad la colisión de intereses
proviene de una situación de hecho sin que exista ilicitud inicial
Legítima Defensa: Reacción ejercida por un individuo que se encuentra ante un agresor
quien tiene interés en perturbar o dañar su integridad física, psicológica, etc. y el agredido
reacciona ante dicha perturbación causando daños.
Estado de Necesidad: Acción que ejecuta un individuo que se encuentra en situación de
peligro actual e inevitable que no ha sido causada por él.
La legítima defensa viene a ser la reacción necesaria contra una agresión ilegitima, actual o
inminente, y no provocada, o almenas no provocada suficientemente, por la persona que
invoca esta causa de justificación como eximente de la responsabilidad penal. En cambio el
Estado de Necesidad viene a ser considerado como una situación de peligro, grave actual o
inminente y no causada dolosamente por el agente para un bien jurídico que solo puede
salvarse mediante sacrificio de un bien jurídico ajeno.
En la legitima defensa están en pugna el interés ilegitimo del agresor (que se propone como
meta principal matar, robar, etc.) y el interés legítimo del agredido (que defiende su vida o
su propiedad, etc.). En el Estado de necesidad, colindan dos intereses legítimos, lo que va a
producir un conflicto de normas protectoras de intereses ya que ambas personas tanto el
agraviado como el agraviante poseen un interés legítimo.
En la legitima defensa la situación que se presenta de peligro para los intereses tutelados
por el derecho es creada siempre por el hombre, por una agresión legitima en cambio en el
Estado de Necesidad la situación proviene de una persona que puede ser el mismo agente,
en este caso, solo procederá la eximente cuando el sujeto que obra es su salvación no haya
provocado dolosamente la situación de peligro o bien en segundo lugar el titular del bien
jurídico sacrificado y un tercero que puede ser el necesitado en la hipótesis del auxilio
necesario a terceros.
En cuanto a la legitima defensa se puede actuar o ejercer dicha acción con la finalidad de
defender todos nuestros derechos o bienes jurídicos de los cuales se es titular en cambio en
el Estado de Necesidad solo se puede hacer uso de el para salvaguardar dos bienes jurídicos
la vida y la integridad personal.
De conformidad con lo establecido en el Código Penal Venezolano vigente, la persona que
ha obrado en defensa propia esta extensa de responsabilidad civil además continua
expresando el Código en el artículo 1188 establece que “No es responsable el que causa un
daño a otro en su legítima defensa de terceras, a diferencia del Código Penal que
únicamente se refiere a autodefensa. A diferencia de lo establecido con relación al Estado
de Necesidad en el Código Penal que se refiere indicando que son responsable civilmente
las personas en cuyo favor se haya precavido el mal, a proporción del beneficio que
hubieren reportado. Los tribunales señalaran según su prudente arbitrio, la cuota
proporcional de que cada interesado deba responder”. A su vez el Código Civil indica “El
que causa un daño a otra persona para preservase a sí mismo o para proteger a un tercero de
un daño inminente y mucho mas grave, no está obligado a reparación sino en la medida en
que el juez lo estime necesario”
Un ejemplo de esto sería si Juan, salvaguarda a María que se encuentra en un estado de
necesidad mediante el sacrificio de un bien jurídico ajeno perteneciente a Pedro en este
caso será María y no Juan la persona sobre la cual recae la obligación de reparar el daño
hecho a Pedro y no recae sobre Juan ya que este realizo la acción para salvar a María.
En cambio sí es Juan quien realiza la acción producto de un Estado de necesidad propio y
produce un daño o sacrifica un bien jurídico perteneciente a Pedro que es el titular inocente
del bien la obligación civil recae sobre Juan ya que realizo la acción para salvarse a si
mismo
Extensión y límites
Límites del estado de Necesidad
Los límites del Estado De Necesidad están dados por la proporcionalidad que debe existir
entre el bien jurídico sacrificado y el bien jurídico salvaguardado o, entre el mal causado y
el mal evitado.
Al Juez competente, le corresponde decidir en cada caso si existe o no tal proporcionalidad.
A apreciar la relación que existe entre el mal causado y el mal evitado, no debe olvidar el
Juez que el momento en que un grave peligro nos amenaza, o amenaza a otro, no es el más
propicio para hacer cálculos exactos ni comparaciones precisas.
Si el agente traspasa tal proporción, nos encontramos frente al “exceso en el estado de
necesidad”, el cual ocurre al momento de atacar un bien jurídico ajeno para salvar otro, la
lesión se lleva más allá de lo imprescindible.
Los casos denominados "exceso" en el estado de necesidad constituyen situaciones de
necesidad imperfectas .
Se distingue entre el exceso extensivo y el intensivo. El primero existe cuando el agente se
encuentra en una situación de necesidad imaginaria y, para "salvarse", perjudica un interés
ajeno; el segundo, si se utiliza un medio más lesivo del que correspondía en el caso
concreto.
Es preciso establecer concretamente la situación de peligro y la relación entre el acto
cumplido y el mal que con él se ha evitado o se pretendía evitar.
Extensión
Extensión del estado de Necesidad desde el punto de vista de los bienes jurídicamente
Salvaguardables.
Según los mejores códigos penales, todos los bienes jurídicos pueden ser salvaguardados en
estado de necesidad. No obstante nuestro Código Penal, nos dice que solamente pueden
salvaguardarse en estado de necesidad los siguientes bienes jurídicos: la vida y la integridad
personal.
Extensión del Estado se Necesidad desde le punto de vista de las personas salvaguardables.
Nuestro Código Penal establece que salvaguardemos en estado de necesidad nuestra
persona o la de otros. A tal efecto consagra al lado del estado necesario “propio”, el auxilio
necesario a terceros.

Tema 16 Los Actos Legítimos y las causas supralegales de justificación .


Los Actos Legítimos
 El Cumplimiento De Un Deber: Es una causa de justificación, eximente de la
responsabilidad penal consagrada en el ordinal 1º. del artículo 65 del Código Penal
venezolano vigente.
Esa es la razón lógica, y por eso la persona que realiza un acto adecuado a un tipo legal o
penal, pero en el cumplimiento de un deber jurídico, no puede ser penada. Por Ej., toda
persona que ha sido citada como testigo a un Tribunal, tiene el deber jurídico de
comparecer y de declarar todo cuanto supiese en relación con la materia del proceso;
cuando cumple con ese deber, esta persona puede ejecutar actos adecuados a un tipo legal o
penal, por Ej., difamar, injuriar etc., y no obstante, el testigo estará exento de toda
responsabilidad penal, pues ha cumplido con un deber jurídico.
Para que exista el cumplimiento de un deber como causa de justificación eximente de la
responsabilidad penal, es necesario que se cumplan las condiciones siguientes:
1.- Que se trate de un deber jurídico y no meramente de un deber moral, social o religioso.
Puede pues, una persona en cumplimiento de un deber jurídico, realizar actos adecuados a
algún tipo penal, y no obstante estará exento de responsabilidad penal.
 El Ejercicio De Un Derecho: Es también una causa de justificación eximente de
responsabilidad penal, consagrado en el ordinal 1º. del artículo 65 de nuestro Código
Penal.
El fundamento de esta causa de justificación, es el mismo expuesto anteriormente: no se
puede concebir una contradicción como la de otorgar la titularidad de un derecho subjetivo,
y castigar a una persona por el ejercicio legítimo de ese derecho que se le ha acordado; por
esa razón como no puede admitirse tal contradicción, esa persona no podrá ser castigada,
estará exenta de responsabilidad penal.
Entre el cumplimiento de un deber y el ejercicio legítimo de un derecho subjetivo, ambas
causas de justificación, eximentes de responsabilidad penal, existen diferencias:
1.- El cumplimiento de un deber es obligatorio, en tanto que, el ejercicio legítimo de un
derecho es facultativo, potestativo.
2.- El incumplimiento de un deber engendra responsabilidad, en tanto que el no ejercicio de
un derecho subjetivo, no da lugar a responsabilidad de ningún tipo.
En el caso del ejercicio del derecho subjetivo. alguien me debe y no le cobro, no hay
responsabilidad, pero no basta que la persona sea titular del derecho subjetivo, para
ejercerlo como quiera, sino que debe ejercerlo legítimamente. El delito de hacerse justicia
por si mismo está previsto en los artículos 270 y 271 del Código Penal venezolano vigente.
 El Ejercicio Legítimo De Un Oficio O Cargo: Es también una causa de justificación
eximente de responsabilidad penal, consagrada en el ordinal 1º. del artículo 65 del
Código Penal venezolano vigente. La persona que realiza un acto aparentemente
delictivo, en el ejercicio legítimo de su profesión, está exenta de responsabilidad penal.
El fundamento por el cual no se impone pena alguna a esta persona, es que no se puede
concebir una contradicción en el ordenamiento jurídico, en el sentido de que existan
personas diplomadas para ejercer determinadas profesiones y ser responsabilizadas por
el ejercicio legítimo de las mismas. En otras palabras, el desempeño de ciertas
profesiones autorizadas por el Estado constituye una causa de justificación cuando en la
actuación profesional se ejecutan hechos que objetivamente presentan caracteres
delictivos. En este caso el cirujano estaría exento de responsabilidad penal, pues lo
ampara la causa de justificación (Articulo 447 Código penal y 224 y 289 Código
Orgánico Procesal Penal).
 El Ejercicio De La Autoridad: Es también una causa de justificación eximente de
responsabilidad penal consagrada en el Ordinal 1º. del artículo 65 del Código Penal
venezolano vigente.
Es obvio su fundamento: aunque algunas personas no quieran admitirlo, toda colectividad
tiene que tener un orden público y para mantenerlo, se hace necesario que existan personas
revestidas de autoridad, para lograr tal objetivo. No puede pues, responsabilizarse a una
persona revestida de autoridad que cometa un acto encuadrado en algún tipo legal, porque
tal contradicción no puede admitirse, el ejercicio de la autoridad supone muchas veces el
ataque a las personas y bienes, y por eso, se justifican los embargos, las clausuras de
establecimientos comerciales, las visitas domiciliarias, la detención de personas, etc.
 La Omisión Justificada: Es una causa de justificación consagrada en el artículo 73 de
nuestro Código Penal, que expresa: “No es punible el que incurra en una omisión
hallándose impedido por causa legítima o insuperable”.
Como se observa, la eximente presenta dos fases:
1.- Omisión por causa legítima y
2.- Omisión por causa insuperable.

Las únicas dificultades que en la práctica de esta disposición legal podrá presentarse,
consistiría en determinar en cada caso, cuando la causa que motiva la inacción es legítima o
justa, cuándo es insuperable o incapaz de ser vencida por el esfuerzo del que incurre en la
omisión”.
Puede citarse como causa legítima, el caso del Juez que deja de asistir a la práctica de
ciertas diligencias sumariales por estar ocupado en otras de igual o mayor importancia.
Acerca de la naturaleza de esta causa de exención la omisión por causa legítima es de
justificación, pero en cambio, la omisión por causa insuperable debe considerarse como una
hipótesis de ausencia de acto
Las causas supralegales de justificación
A los eximentes de responsabilidad no expresamente destacadas en la ley se le llama
¨supralegales¨: no es acertada esta denominación porque solo puede operar si se desprenden
del ordenamiento positivo; más la doctrina designa así a las causas impeditivas de la
aparición del factor indispensable para configuración del delito y que la ley no enuncie en
forma específica. Aludir al supralegalidad produce la impresión de algo por encima de las
disposiciones positivas, cuando en realidad esas eximentes derivan de la propia ley.
Hay autores que consideran que además de las causas legales de justificación, existen otras
supra legales, es decir, que están por encima de la ley.
Las causas supralegales de justificación, que incluirían todos aquellos casos de ausencia de
“antijuridicidad material”. Dichas causas de justificación son reconocidas por la mayor
parte de la doctrina, principalmente por el hecho de que las mismas no deben limitarse a un
número tasado de situaciones reconocido por el Derecho. Así, las causas supralegales
suelen ser entendidas como la justificación de una conducta apoyada en normas jurídicas no
penales; no obstante, en ocasiones se considera que las mismas se contemplan como la
justificación de la conducta fundada en la ausencia de desvaloración social (como sucede
en los supuestos de adecuación social de la conducta).
Tema 17 el cuarto elemento del delito.
La imputabilidad
Definición de Imputabilidad: La imputabilidad es un término jurídico, el cual se define
como la capacidad que posee una persona para comprender las consecuencias que
traerá consigo la realización voluntaria de un acto ilícito, y como tal debe ser
responsable y responder por el hecho cometido. Con la valoración psicológica y/o
psiquiátrica que se le realiza a la persona implicada en algún acto ilícito, se puede
determinar si el sujeto presenta alguna condición específica, la cual el juez tomará en
cuenta para clasificarlo como inimputable o darle la disminución de su imputabilidad y en
caso de que en la valoración no se evidencie ninguna alteración clasificarlo como
imputable.
Causas De Inimputabilidad
Un sujeto puede dejar de ser imputable por las llamadas “causas de inimputabilidad”. Las
causas de inimputabilidad son aquellas situaciones que, aunque la conducta es antijurídica,
hacen que no sea posible declarar responsable del acto realizado al sujeto. Éstas son:
La Enajenación: incluye a la enfermedad mental no transitoria y a las oligofrenias
profundas. Las principales alteraciones mentales que se han planteado en el Derecho Penal
como supuestos de inimputabilidad son: la psicosis, la oligofrenia, la psicopatía y la
neurosis. Sin embargo, existe una discusión en torno a las psicopatías ya que no se aprecian
como causas de inculpabilidad debido a que es un problema afectivo más que de la
inteligencia o de la voluntad. Por ello, se merece un tratamiento penal ordinario o, en
algunos casos, con una atenuación de la pena.
Concepto, clásico: libre albedrío
Para la Escuela Clásica El fundamento de imputabilidad es la responsabilidad moral
la Escuela Clásica se basó en postulados como la igualdad, el libre albedrío, entidad
del delito, imputabilidad moral y el método deductivo, es decir, el hombre nació libre e
igual en sus derechos, puede escoger entre realizar actos que conllevará
consecuencias positivas o negativas, de forma que, si el hombre está consciente de estas
consecuencias, tendrá la capacidad de afrontar y responder de acuerdo con lo realizado; lo
cual es el fin último de esta corriente

El Código Penal Venezolano,


en relación a la imputabilidad
sigue
los postulados de la Escuela
Clásica,  se apoya en dos
principios que son la
conciencia y la libertad de las
personas, es decir, que el
individuo entienda el
significado del acto que
realiza (conciencia), y
determine si lo realiza o no
con entera y absoluta libertad.
A este respecto, el Código
Penal venezolano
expresa: “No es punible el que
ejecuta la acción hallándose
dormido o en
estado de enfermedad mental
suficiente para privarlo de la
conciencia o de la
libertad de sus actos
Concepto positivista: determinismo
Para la escuela positivista el fundamento de imputabilidad es la responsabilidad social, solo
después de perpetrado el acto es cuando se imponen las medidas de seguridad,
sancionadoras, adecuadas a la personalidad del agente.
Se trata de la sustitución de la responsabilidad moral por la responsabilidad social. De esta
manera desaparece el concepto de pena y se reemplaza por el universal de medidas de
seguridad.
En la escuela positiva desaparece la pena y es sometido a medida de seguridad todo autor,
cualquiera que sea la condición síquica en que se encuentre en el momento de la acción;
pero la medida o el cuanto de la solución asegurativa se hace depender de la peligrosidad
criminal, porque "el delincuente es siempre un ser anormal"
El estado peligroso: o de peligrosidad: es la probabilidad y no la posibilidad, de que una
persona cometa un delito, ya sea que una persona delinca por primera vez o que una
persona que ya ha delinquido delinca de nuevo. El estado peligro o peligrosidad puede
definirse como el conjunto de condiciones subjetivas que autorizan un pronóstico acerca de
la propensión de un individuo a cometer delitos.

La imputabilidad en el código penal,


El Código Penal Venezolano, en relación a la imputabilidad sigue los postulados de la
Escuela Clásica, o se apoya en dos principios que son la conciencia y la libertad de las
personas, es decir, que el individuo entienda el significado del acto que realiza (conciencia),
y determine si lo realiza o no con entera y absoluta libertad. A este respecto, el Código
Penal venezolano expresa: “No es punible el que ejecuta la acción hallándose dormido o en
estado de enfermedad mental suficiente para privarlo de la conciencia o de la libertad de
sus actos
La llamada imputabilidad disminuida

Dentro de la categoría de
personas imputables, suelen
presentarse
situaciones, en el momento de
la realización del hecho
delictivo, que indican
una disminución de su
capacidad de comprensión
o de determinación,
disminución que a pesar
de ser significativa, no
tiene la capacidad de
Dentro de la categoría de personas imputables, suelen presentarse situaciones, en el
momento de la realización del hecho delictivo, que indican una disminución de su
capacidad de comprensión o de determinación, disminución que a pesar de ser
significativa, no tiene la capacidad de impedirle al sujeto tener conciencia de
su ilicitud o la capacidad de determinarse de acuerdo con esa conciencia, razón por la
cual sigue siendo imputable, sigue teniendo capacidad de actuar con culpabilidad y, es por
lo mismo, acreedor al juicio de reproche que tal actuar implica; en cuanto ha realizado un
comportamiento típico, antijurídico y culpable, por lo cual merece una pena como
sanción.

Por esa razón, la doctrina


utiliza la expresión
imputabilidad disminuida,
ya que esta expresión parte de
la condición personal de
imputable que tiene
aquella persona frente al
caso concreto, admitiéndose
que dentro de esa
condición, actuó, en
especiales circunstancias
que le significan, una
real
merma en su capacidad de
comprensión o de
determinación. Podría decirse
entonces, que en la
imputabilidad disminuida
de lo que se trata, es
de
reconocer aquellas
situaciones, en las que la
persona actuando en su
calidad
de imputable, se le
disminuyen sus particulares
condiciones y esto la ubica
en el umbral, en los límites de
imputabilidad, pero sin
sacarlo de tal ámbito,
por cuanto a pesar de
esas sensibles mermas de
su capacidad de
comprender y/o
determinarse, sigue
conservando, esa capacidad
en
circunstancias
indudablemente precarias
Por esa razón, la doctrina utiliza la expresión imputabilidad disminuida, ya que esta
expresión parte de la condición personal de imputable que tiene aquella persona frente al
caso concreto, admitiéndose que dentro de esa condición, actuó, en especiales
circunstancias que le significan, una real merma en su capacidad de comprensión o de
determinación. Podría decirse entonces, que en la imputabilidad disminuida de lo
que se trata, es de reconocer aquellas situaciones, en las que la persona actuando en su
calidad de imputable, se le disminuyen sus particulares condiciones y esto la ubica en el
umbral, en los límites de imputabilidad, pero sin sacarlo de tal ámbito, por cuanto a
pesar de esas sensibles mermas de su capacidad de comprender y/o
determinarse, sigue conservando, esa capacidad en circunstancias indudablemente
precarias

Se dice que cuando estas


condiciones adversas, son de
tal grado y
fuerza que superan el umbral
inferior de la capacidad de
comprensión o de
determinación, el sujeto
será sin duda inimputable,
pero cuando esto no
ocurre surge entonces la
cuestión de la imputabilidad
disminuida. Nuestro
Código Penal acepta la
modificación de la
responsabilidad por
alteración
parcial de la mente, pero en lo
referente al tratamiento penal
sigue el sistema
clásico de atenuación de las
penas privativas de la libertad,
es decir, admite
la llamada “imputabilidad
disminuida” que da lugar a
una rebaja de la pena
aplicable. Art. 63 Cód. Penal:
Se dice que cuando estas condiciones adversas, son de tal grado y fuerza que superan el
umbral inferior de la capacidad de comprensión o de determinación, el sujeto será sin
duda inimputable, pero cuando esto no ocurre surge entonces la cuestión de la
imputabilidad disminuida. Nuestro Código Penal acepta la modificación de la
responsabilidad por alteración parcial de la mente, pero en lo referente al tratamiento
penal sigue el sistema clásico de atenuación de las penas privativas de la libertad, es decir,
admite la llamada “imputabilidad disminuida” que da lugar a una rebaja de la pena
aplicable. Art. 63 Cód. Penal: Cuando el estado mental indicado en el artículo anterior sea
tal que atenúe en alto grado la responsabilidad, sin excluirla totalmente, la pena
establecida pare el delito o falta se rebajará conforme a las siguientes reglas: 1. En lugar de
la de presidio, se aplicará la de prisión, disminuida entre dos tercios y la mitad. 2.
En lugar de la de prisión, se aplicará la de arresto, con la disminución
indicada. 3. Las otras penas divisibles se aplicarán rebajadas por mitad.
Se habla de imputabilidad disminuida en aquellos casos en los que, sin faltar totalmente la
capacidad intelectiva y volitiva propia de la imputabilidad, la misma presenta
características particulares (está disminuida); se los ha mencionado como casos de “zonas
intermedias” o “limítrofes” entre la plena capacidad y la incapacidad.
La persona es imputable o inimputable pero hay casos fronterizos. Hay gente que se
comporta normalmente en un terreno y en otros no, por ejemplo: los maníacos sexuales.
Son zonas fronterizas entre la plena lucidez y la enfermedad. La doctrina les asigna una
pena disminuida y la aplicación de una medida de seguridad. No hay que olvidar que la
inimputabilidad disminuida no es una forma de inimputabilidad, sino de imputabilidad: se
puede ser más o menos imputable, pero no hay grados de inimputabilidad. Esto no ocurre
en nuestro Derecho

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