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DUELO
NEGACIÓN
¿CÓMO AFECTA? ACEPTACIÓN
Luis Bravo Ph.D.
20% de quienes sufren una pérdida experimentan duelos patológicos,
conoce los tipos de duelo y cuándo pedir ayuda profesional. Aunque
muchos lo asocian a la muerte, el duelo es un proceso psicológico
natural en el que una persona atraviesa una serie de etapas que
conducen a la superación de una pérdida.
Este proceso tiene diferentes características que hacen posible su
clasificación en nueve tipos:
1) duelo normal,
2) duelo anticipado,
3) duelo sin resolver,
4) duelo crónico,
5) duelo ausente,
6) duelo retardado,
7) duelo inhibido,
8) duelo desautorizado y,
9) duelo distorsionado.
LOS TIPOS DE DUELO
Aunque existen diversos tipos de duelo, es importante diferenciarlo de
manifestaciones culturales, creencias y fe religiosa donde llevar el
duelo de determinada manera forme parte de la aceptación esperada ante
la pérdida.
DUELO
NORMAL
Habrá veces que se necesitarás una ayuda a nivel psicológico y social por
las circunstancias que rodean el proceso de duelo migratorio y lo que éste
haya supuesto en relación a los recursos personales. Una ayuda que
favorezca la adaptación en el nuevo entorno mientras se sigue,
manteniendo las conexiones con las raíces del que se deja e integre un
trabajo emocional correspondiente a la vivencia de cada uno.
EL DUELO
POST
COVID-19
Es es importante destacar que después de la pandemia del COVID 19
género un impacto emocional en los seres humanos.
La expansión del coronavirus ha supuesto una situación de crisis global en
todo el mundo.
Nuestras vidas han cambiado súbitamente y el impacto, según las
circunstancias de cada persona es diferente.
Es normal sentir intensas emociones como miedo, tristeza, enfado y
sentimientos de vulnerabilidad y falta de control.
Recuerda que lo que está sintiendo con lo que sentiste producto del COVID
19 es el resultado de las circunstancias vividas por esta pandemia.
Las emociones podrán ir variando a lo largo de los días y de las semanas y
en cada fase de este periodo podrán ser emociones fuertes acordé a cada
circunstancia que se presente.
Aprender de la crisis que se vivió y hacer frente a la situación no es fácil
pero como vamos a responder al nivel de individual y como sociedad será
determinante para superar esta etapa de la mejor manera posible y así
crear resiliencia para las futuras pandemias que se lleguen a presentar.
Te voy a recomendar unas estrategias para que te puedan ayudar a
centrar tu energía en lo que tú puedes hacer:
en primer lugar, reconoce tus emociones trata de identificar tus emociones
e intenta no alimentarlas ni dejarte llevar por ellas.
Comparte con personas cercanas que te pueden aliviar que te pueden dar
un buen consejo inclusive te pueden hablar de sus propias experiencias.
Recuerda que la respiración y la relajación van a facilitar que dirijas tu
atención a lo esencial.
En segundo lugar, enfoca tu energía y genera una rutina, presta atención a
lo que sí puedes hacer, cumple con las medidas del estado de alarma.
Elabora un horario con lo que quieras hacer cada día y trata de mantenerlo
y cumplirlo.
En tercer lugar, céntrate en lo que puedes hacer: intenta añadir a la rutina
momentos de ocio y fomenta tu creatividad. Ayuda a los que te rodean y lo
necesitan. Céntrate en objetivos que puedes cumplir y persevera.
En tercer lugar, debes cuidarte, mantén tus rutinas de higiene alimentación
y sueño. Intenta añadir momentos de actividad física.
En cuarto lugar, desconecta:
Evita la sobreexposición a la información de cualquier pandemia.
Procura hablar de otros temas y trata de hacer cosas que te gusten y que
te sirvan para cumplir tus objetivos.
En quinto lugar, mantén el contacto social:
con amigos y familiares a través del teléfono de videollamadas.
Cuida de ti cuando estés con otras personas.
La pandemia del COVID-19 ha dejado, al mes de marzo de 2021,
115.128.349 personas infectadas y 2.558.059 fallecidas según la OMS. Por
tal razón, sus efectos se evidencian en varios estudios científicos. Por otro
lado, más allá de los perjuicios en la economía, salud, trabajo, etc.; es
importante analizar los panoramas futuros que caracterizarán al mundo
postpandemia, en especial en uno de los ámbitos, que consideramos,
primordiales en la psicología: las relaciones de pareja.
En esta oportunidad voy a referirme que la OMS afirma que a partir del año
que viene 2024 y 2025 se producirá una mayor cantidad de personas que
necesiten intervenciones psicológicas, debido a las rupturas afectivas que
vivirán en esos tiempos.
Te voy a sugerir ciertas recomendaciones dirigidas para prepararse para
dichos panoramas.
Premisa 1: durante la pandemia se han generado un conjunto de
estresores (por ejemplo, los duelos, pérdidas de empleos, dificultades
económicas, deterioro de la salud, restricciones sociales, etc.). Estos
estresores habrían erosionado las relaciones de las parejas y dificultaron la
formación de nuevas parejas. Esto induce a pensar que hay más personas
que se encuentran sin parejas o están en procesos de ruptura en
comparación con la época prepandemia.
Premisa 2: la pandemia afectó la salud mental de la población y eso habría
mermado el bienestar individual de las personas, por tanto, esta afectación
estaría dificultando la formación de relaciones saludables ya que el
bienestar individual suele ser uno de los elementos necesarios para formar
vínculos maduros y que superen la fase de enamoramiento.
Cabe enfatizar que antes de la pandemia ya existían ciertos estresores
sociales que afectaban al bienestar de las personas, sin embargo, la
pandemia ha generado, al parecer, una afectación colectiva y coordinada
de las personas en mayor o menor medida.
“El proceso del duelo tiene varias etapas: el primero es la negación, donde
solemos hacernos preguntas y cuestionamientos como: ¿por qué me
sucede a mí?; luego viene la etapa de la ira, que viene acompañado de
sentimientos de culpa, es decir la persona se siente responsable de lo
sucedido; también está la etapa de la negociación, es cuando vemos a
nuestro familiar postrado en una cama y prometemos cambiar para que
este se reponga...
Luego viene la etapa de depresión, hay que tener cuidado e ir a un
profesional y por último llega la etapa de la aceptación, donde entendemos
que la muerte es parte de la vida”.
2.-Agradecer: Darle las gracias por todos los momentos que han
compartido juntos y que quedarán grabados en el corazón.
3.-Perdonar y pedir perdón: Ofrecer disculpas al difunto por todo el daño
que le pudiste haber causado o perdonarlo por el daño que crees que te ha
hecho.
4.-Dejar ir: Decirle ‘te dijo ir, espero que te vayas en paz y tranquilo’.
Cuando no dejamos ir a las personas, la energía queda entre nosotros.
CONCLUSIONES