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TIPOS DE DUELO
Duelo Normal
Este término abarca un amplio rango de sentimientos y conductas que son
El duelo anormal aparece en varias formas y se le han dado diferentes nombres. Se le llama
patológico, no resuelto, complicado, crónico, retrasado o exagerado. Como sea que se llame,
es la intensificación del duelo al nivel en que la persona está desbordada, recurre a conductas
desadaptativas o permanece en este estado sin avanzaren el proceso del duelo hacia su
resolución. Esto implica procesos que llevan a repeticiones estereotipadas o a
interrupciones frecuentes de la curación. Se considera que hay riesgo de duelo
patológico cuando el dolor moral se prolonga considerablemente en el tiempo; cuando
su intensidad no coincide con la personalidad del que está sufriendo, cuando esta
persona es incapaz de amar o interesarse por otras personas y cuando el sujeto
se ve invalidado en su vida diaria, sin más ocupación que la rememoración del
muerto.
-La persona menciona la pérdida en entrevista con dolor intenso pasados varios meses de la
misma.
-Episodios de conducta agresiva o conductas impulsivas, como abuso de
sustancias.
-No haber expresado abiertamente dolor en las primeras semanas
de duelo o haber realizado cambios radicales de estilo de vida.
-La persona no asistió al funeral o nunca ha vuelto a mencionar al ser querido que
desapareció.
Estos indicativos de sufrimiento y dolor más intensos de lo habitual pueden ser consecuencia
de que la persona se ha visto sobrepasada en algún momento y ha adoptado conductas de
evitación del dolor o del cambio, lo cual detiene el proceso de despedida que en
definitiva es el duelo.
DUELO ANTICIPADO
El duelo no comienza en el momento de la muerte, sino mucho tiempo antes. Cuando se emite
un pronóstico de incurabilidad, se produce tristeza en el familiar, pero también una adaptación
más o menos inconsciente a la nueva situación que se acaba de crear. A partir de ese
momento se crea lo que se ha llamado el duelo anticipado, que ofrece a las personas
involucradas la oportunidad de compartir sus sentimientos y prepararse para la despedida.
PREDUELO
Es un duelo completo en sí mismo que consiste en creer que el ser querido ha muerto
definitivamente “en estado de salud”. El que está ahora a nuestro lado ha sido
transformado por la enfermedad a tal punto, que en algunos casos no se le reconoce más.
En el duelo inhibido o negado se niega la expresión del duelo porque la persona no afronta la
realidad de la pérdida. Puede prevalecer una falsa euforia, que sugiere la
tendencia patológica de la aflicción.
DUELO CRÓNICO
Es el que tiene una duración excesiva y nunca llega a una conclusión satisfactoria. Un duelo
crónico puede llegar a ocupar toda una vida. Hay autores que mantienen que existen
personas estructuradas existencialmente por el duelo, en las que éste determina el
núcleo constitutivo de su existencia.
Es una forma de adaptarnos a la vida sin esa persona. Esta etapa se caracteriza por la
sensación de desorganización de la propia existencia sin la presencia del ser querido. Por ello,
es habitual experimentar apatía, tristeza, desinterés, o incluso una tendencia a abandonarnos y
a romper los esquemas de nuestro estilo de vida. Algunas personas sienten también el impulso
de llevar a cabo cambios radicales en su vida (casa, trabajo, mobiliario, localidad de residencia)
o en sus relaciones personales o familiar.La cuarta fase, de reorganización, se caracteriza por la
adopción de nuevos patrones de vida, se va afrontando poco a poco la nueva situación y
se reorganiza la propia existencia. Es el momento donde el recuerdo de nuestro
ser querido empieza a transformarse de una emoción dolorosa a una emoción
reparadora.
EL DUELO DESDE LA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA
Un duelo no resuelto puede servir no sólo como factor clave en la patología familiar sino que
puede contribuir a relaciones patológicas a lo largo de distintas generaciones. Para
evaluar el impacto del conflicto intergeneracional, Bowen anima a conseguir, como parte del
proceso de admisión, la historia de la familia extensa, que debería cubrir al menos dos
generaciones. Cuando se evalúan los sistemas familiares y el duelo, se han de considerar al
menos tres áreas principales:)
-En una familia bien integrada se podrán ayudar más unos a otros a afrontar la muerte, incluso
la de un miembro significativo de la familia, con poca ayuda externa. Una familia menos
integrada puede mostrar reacciones de duelo mínimas en el momento de la muerte,
pero los miembros pueden responder más adelante con diversos síntomas físicos o
emocionales o con cualquier tipo de conducta social problemática.)
, esto es: durante el proceso de duelo, se produce una exigencia tácita de acabar con las
hostilidades en la familia. Cuando la supervivencia del grupo familiar está amenazada, debe
primarse el apoyo mutuo para hacer frente a las adversidades, por lo que se hace necesaria
una tregua en conflictos , por muy antiguo que sean.
Lo que pasa en este caso es que el entorno familiar incrementa los cuidados. La
hostilidad extrema disminuye. No está socialmente bien visto “acosar ” a una figura “
A NIVEL COMUNICACIONAL
-Incrementos o disminuciones notables de la comunicación.
A NIVEL ESTRUCTURAL
-Confusión de roles.
-Aislamiento.
-Sobreprotección de los miembros.
A grandes rasgos, las etapas del duelo familiar son las siguientes:
En esta primera etapa, los rituales van a jugar un papel importante. La vela del cadáver, los
funerales, el enterramiento, las visitas de la familia y amigos, etc. van a favorecer la aceptación
de la perdida, y crear un contexto adecuado para la expresión emocional. El problema surge
cuando, como se ha señalado anteriormente, se focaliza el duelo en un sólo miembro de la
familia, dificultando que los demás miembros manifiesten su propio proceso de duelo.
Tras la reorganización interna, debe seguirse el mismo proceso con el medio externo, abriendo
nuevos canales de comunicación, reasignando roles.
4.Reafirmación del sentimiento de pertenencia al nuevo sistema familiar
que emerge del antiguo, y aceptación del comienzo de una nueva etapa familiar.
El final de la etapa de duelo familiar está marcado por la aceptación de sus miembros de una
nueva estructura familiar, reorganizada. Se han creado nuevos canales de comunicación, y
otros miembros juegan los papeles que correspondían al difunto. Los juegos de
alianzas quizá se hayan modificado, y los sobrevivientes buscan nuevos apoyos. Esto no
significa olvidarse de la persona fallecida, sino resituarle emocionalmente de manera adecuada.
La figura del fallecido formará parte de la historia de la familia, pero debe dejar de tener
influencia directa en el funcionamiento de ésta.
ALGUNAS TÉCNICAS UTILIZADAS
Las técnicas de intervención a la hora de trabajar con las familias durante el duelo son muy
variadas: cambios en los límites o jerarquía de la estructura familiar que permitan un
ajuste novedoso, empleo de paradojas o innovaciones en las normas que impidan
la autoperpetuación del duelo, rituales para romper este círculo vicioso, el uso de narrativas o la
creación de un pasado nuevo para ofrecer una perspectiva inédita de la experiencia
actual...Otras técnicas que se pueden utilizar en la terapia familiar sistémica, adecuándose a
las circunstancias pueden ser:
Es una actividad que puede realizar la familia conjuntamente haciendo un libro de recuerdos
sobre el fallecido. Este libro puede incluir historias sobre los acontecimientos familiares, cosas
memorables como fotografías y poemas y dibujos realizados por diferentes miembros, incluso
por lo niños.
Estaactividad puede ayudar a la familia a recordar viejas historias y, finalmente, a el
aborar elduelo con una imagen más realidad de la persona muerte. Además, los niños
pueden volver a revisarlo para reintegrar la perdida en su vida de crecimiento y cambios.
Imaginación guiada.
Ayudar a la persona a imaginar al fallecido, ya sea con los ojos cerrados o visualizando su
presencia en una silla vacía, y animarle a decirle las cosas que siente necesidad de decirle, es
una técnica muy poderosa. El poder viene, no de la imaginación sino de estar en el presente, y
de hablar con la persona en vez de hablar de la persona
FACILITAR EL DUELO A TRAVÉS DEL RITUAL DEL FUNERAL
El funeral aunque ha sido muy criticado, si se hace bien, puede ser un accesorio importante
para ayudar e incitar a una resolución sana del duelo. Algunas nociones generales de lo que
puede hacer un funeral:
La ceremonia puede además ser una reflexión sobre la vida de la persona que se ha ido. Es
posible tener algunas cosas del fallecido en la ceremonia general para poder
señalar lo que era importante para él.
El funeral tiene el efecto de tender una red de apoyo social a la familia que puede ser
extremadamente útil para facilitar el duelo.
DU E L O S INCOMPLETOS
Para los duelos crónicos o incompletos, deberíamos seguir una serie de pasos:
en primer lugar hacer una redefinición del problema y/o relacionarlo con la perdida
no elaborada, en segundo lugar mostrar como se ha organizado la familia después de
la perdida, y las posibles disfunciones y, finalmente, hay que reactivar las emocion
es a ellas vinculadas, para lo cual es necesario “traer el recuerdo” a través de fotografía,
objetos significativos, hablar del difunto, de las circunstancias de la perdida, etc. Una vez
planteada la elaboración del duelo como problema a resolver, el uso de tareas y rituales es de
gran utilidad. Entre las tareas tenemos: la vista la tumba, que la familia entregue símbolos
claves referidos al difunto para poder poner en marcha el duelo. Entre los rituales, Van der
Hart y Goossemns (1991), proponen un ritual terapéutico de “despedida”,
basado en los rituales de duelos judíos que consta de 3fases:
prescrito.
Una de las técnicas más utilizadas, tanto en terapia individual, como en terapia
familiar, es la técnica de la “silla vacía”, proveniente de la terapia gestáltica. Con
esta técnica lo que se hace es poner al paciente enfrente de una silla vacía, y el cliente, debe
imaginarse a la otra persona (en nuestro caso al fallecido) y hablar directamente con él y
expresar por tanto emociones y sentimientos que hayan quedado pendientes y que
esténdificultando el proceso de duelo. A partir de esta técnica tan utilizada Edith Goldbeter-
Merinfeld ha desarrollado el modelo del tercero pesante, referido a un miembro de la familia
cuyo rol parece esencial en el seno de todos los triángulos relacionales intrafamiliares.
Fue en una consulta en la que se uso la técnica de la “silla vacía” donde la autora se dio
cuenta de que las sillas que quedaban desocupadas durante una sesión, podían pertenecer
a ausentes. También se dio cuenta de que las familias, tenían un interés muy
acentuando por lo ausente y cayó en la cuenta de que el duelo no podía hacerse en unas
condiciones en las que la ausencia no era reconocida ni aceptada. Esta consideración, de que
la ausencia no se acepta, viene muy al hilo de nuestro planteamiento general, es decir, es
una interpretación muy común en el campo sistémico, donde el acento se coloca en
la función protectora que cumple el síntoma frente a la homeostasis familiar. Además, Edith, se
planteó desde una perspectiva de la cibernética de segundo orden, cuál era el papel que
desempeñaba el terapeuta en el proceso de emergencia delos ausentes en el seno
del encuentro terapéutico. En coherencia con el modelo sistémico surgió la pregunta: ¿Qué
función podía tener para la familia la introducción del terapeuta y, en el sentido inverso,
que función podía cumplir para el terapeuta el hecho de ser acogido en el seno de una
familia? Se dió cuenta, por tanto, la relación terapéutica podía cumplir la función de reforzar
la estabilidad del “sistema terapéutico del terapeuta” y del “sistema familiar de la familia”.
Se llega de esta forma a la definición del “tercero pensante” que es la persona cuya presencia
(física o evocada) es quasi indispensable para equilibrar “bien” las relaciones dentro de un
sistema (Goldbeter-Merinfeld, 1990a). La familia pide ver a un terapeuta, es decir, se disponen a
integrar a un tercero en la intimidad de sus relaciones .A partir de todas estas deducciones, la
autora, plantea como se llevaría a cabo una terapia familiar centrada en resolver el
proceso de duelo. Para ello, es necesario primero, tomar conciencia de los
elementos favorables y obstáculos para la elaboración del duelo, además de tener en
cuenta todos los factores anteriormente mencionados que marcan la vulnerabilidad de las
personas ante un proceso de duelo. El proceso de duelo se encuentra bajo la influencia de
factores sociales, culturales, históricos y afectivos. La muerte en los hospitales hace que el paso
de la vida a la muerte cada vez se aleje más de las personas. Además los sentimientos
intensos de tristeza asociados a la muerte son percibiditos a menudo como algo inconveniente,
lo que a menudo condena a los afectados a ocultar sus sentimientos. La medicación
antidepresiva o calmante también favorece al no reconocimiento de los propios sentimientos.
Estas situaciones, favorecen a veces que se produzca un bloqueo del cual ,a veces, se toma
conciencia en el proceso terapéutico mucho después de la muerte del ser querido y cuando la
estructura familiar está muy deteriorada .La muerte de un joven, niño o recién nacido perturba
mucho más profundamente el sistema familiar. Por otro lado la muerte inesperada en el
nacimiento golpea las expectativas, los proyectos y a veces las lealtades profundas respecto de
las familias de origen (de este tipo de muerte hablaremos más adelante).Si la muerte estuvo
precedida de una larga enfermedad, la familia ha vivido durante cierto tiempo en un clima de
incertidumbre y de estrés, hasta el punto de que algunos de los miembros de las familias, de
una forma u otra, estén esperando la muerte del afectado. Este tipo de actitud, puede suponer
un peligro para cuando la persona ya ha muerto, puesto que afloran sentimientos de
culpabilidad. El suicidio es la forma de muerte que suscita la mayor cantidad de sentimiento
intensos y, a veces, contradictorios: una profunda culpabilidad de no haber podido prever
la situación, ayudar a la persona o impedir el suicidio; cólera por no haber sido
considerado como una persona capaz de ayudar; agresividad por “él/ella ha osado