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psicopatologia i
RESUMEN DE
PSICOPATOLOGÍA
2022
UNIDAD I – LA PSICOPATOLOGIA –
DIAGNÓSTICO
Freud, Sigmund - Psicoanálisis y Psiquiatría (1917)
Freud en psicoanálisis y psiquiatría propone entender la concepción psicoanalítica de los fenómenos neuróticos como
fruto de la observación directa y de la elaboración reflexiva de los resultados de esta. En el análisis de los actos sintomáticos
de sus pacientes al entrar al consultorio nos dice que estos no son accidentales, que tienen un móvil, un sentido y una
intención, que forman parte de un conjunto psíquico definido, constituyendo un indicio de un importante estado del alma.
Se trata de un proceso ajeno por completo a la conciencia del actor, pues ni uno solo de los pacientes que dejan las dos
puertas abiertas confesaría haber querido testimoniar su desprecio por una negligencia.
La diferencia entre un acto sintomático y una observación clínica se basa en que el 1ro puede parecernos indiferente; más el
síntoma se nos impone siempre como un fenómeno importante y de innegable trascendencia, tanto desde el punto de vista
subjetivo como desde el objetivo. Por ejemplo en el caso de los celos morbosos (BREVE RESUMEN DEL CHISMESITO QUE NO
ES IMPORTANTE PERO DA CONTEXTO: una mujer tiene celos de su marido tras recibir una carta anónima diciéndole que le es infiel con
una chica más joven que trabaja en la fábrica de la pareja, hace que la despidan a la chica, pero aunque ya no trabaje en la empresa del marido
cada vez que escucha hablar de ella, de una criada o de una infidelidad tiene crisis nerviosas) no se puede decir que la idea que atormenta
a la enferma sea absurda en sí misma, aquí la psiquiatría lo califica como delirio, refractaria a los argumentos lógicos y
extraídos de las más inmediata realidad. En un análisis mediante el psicoanálisis se llega a:
a) Primer dato: el delirio no es algo ya absurdo e incomprensible, presenta un sentido y se halla bien motivado,
formando parte de un suceso afectivo sobrevenido en la vida del paciente.
b) Segundo dato: esta idea delirante corresponde a la necesaria reacción a un proceso psíquico inconsciente que
determinados indicios nos han hecho posible descubrir, y que debe precisamente a una tal conexión con dicho
proceso su carácter delirante y su resistencia a todos los argumentos proporcionados por la lógica y la realidad,
llegando incluso a constituir algo deseado por el sujeto como una especie de consuelo y alivio.
c) Tercer dato: si la víspera de recibir el anónimo hizo la señora a su criada la confidencia, es incontestable que la
impulso a ello el secreto sentimiento hacia su yerno alimentaba, sentimiento que forma como el 2do término de su
enfermedad.
El psicoanálisis llega a las siguientes conclusiones sobre el caso de los celos morbosos:
1) La enferma se encuentra en una edad critica que trae consigo una súbita e indeseada exaltación de la necesidad
sexual (el marido ya no “se halla en posesión de la potencia sexual proporcionada las necesidades de su mujer”)
2) El amor patológico de la mujer recae sobre el joven marido de su hija, que representa un tabú, “relaciones eróticas
entre suegra y yerno”.
Freud presenta este caso para hacernos ver que entre Psicoanálisis y psiquiatría no hay contradicciones, si no que se
completan una a otra, hallándose en una relación semejante a la de factor hereditario y suceso psíquico, los cuales
recíprocamente colaboran del modo más eficaz a la obtención de mismo resultado. Es el psiquiatra y no la psiquiatría
lo que se opone al psicoanálisis. Los sujetos humanos que constituyen nuestro material de estudio se hallan dotados de
voluntad propia y para prestar se a ayudarnos tienen necesidad de motivos personales que a ellos los impulsen.
Existen amplios grupos de perturbaciones nerviosas cuya comprensión resulta fácilmente transformable en poder
terapéutico, y que, en estas afecciones, difícilmente accesibles por otros caminos, logra el psicoanálisis obtener resultados
nada inferiores a aquellos que se obtienen en cualquier rama de la terapia interna.
Tres Enfoques
La variedad de Enfoques que se han empleado a lo largo del desarrollo de la psicopatología ha conducido a que la
enfermedad mental se entienda de diversos modos y, en consecuencia, que se intervenga sobre ella también de múltiples
maneras, con consecuencias muy variadas sobre los aspectos individuales, familiares y sociales. Según como concibamos y
expliquemos la enfermedad mental, aplicaremos modelos terapéuticos diferentes:
1. Enfoque Descriptivo:
Su puntapié inicial es a fines del siglo XVIII en Francia con Philippe Pinel y con ello el nacimiento de la clínica
psiquiátrica. La clínica psiquiátrica no ha progresado con un movimiento unificado, llano, recto, sino más bien animado por
la infinidad de controversias entre escuelas, fundamentalmente la Escuela Francesa y la Escuela Alemana, que estuvieron en
comunicación, oposición y constante debate.
Los paradigmas de la psiquiatría
George Lanteri-Laura recurre al concepto de paradigma de Thomas Kuhn ("modelo de ciencia", que determina para cada
disciplina, en un periodo historia determinado, el objeto de estudio, metodología, etc.) y lo aplica a la historia de la
o De allí surge el famoso tratamiento moral: Si en la alienación mental la mente está alterada, podrá ser
reconducida a la razón por la vía de la institución curativa. Pinel confía en la maleabilidad de la mente porque
supone que los contenidos de la mente dependen de las percepciones y las sensaciones, de modificar estas se
modificará aquella. Si ciertas percepciones alteraron la mente, corrigiendo las primeras se corregirá el
contenido de la mente.
o Siendo el medio ambiente central, la función de su método afirma que aislar, controlar las condiciones de
vida del enfermo, permitirá modificar la mente enferma. Asistimos así al nacimiento del hospicio
psiquiátrico.
o Considerar a los alienados como enfermos, NO como endemoniados, delincuentes, vagos, sino como
'pacientes". La locura se convierte en un problema médico dejando de pertenecer al grupo de los desórdenes
morales y deviene enfermedad mental. Surgen de este modo las clasificaciones, nomenclaturas, taxonomías
que objetivan la locura mediante un saber científico.
Paul Bercherie denomina este periodo como "clínica sincrónica", en la medida que se describe un estado. Nace la clínica
como método, como ciencia de la pura observación y clasificación.
Pinel funda la tradición clínica sistémica, se observa y se clasifica lo que se ve. Foucault califica a la psiquiatría desde su
surgimiento como una "clínica de la mirada" en tanto se sustenta en describir objetivamente fenómenos, sin una elaboración
teórica o profundización interpretativa.
¡CRISIS! Un momento crucial en la historia de la psiquiatría se produce en 1822 cuando el anatomo patólogo Bayle
descubre la existencia de lesiones específicas de las meninges en la PGP (Parálisis General Progresiva), que no aparecían
en otros pacientes que padecían otras formas de la alienación mental. Por tanto, afirma que si hay una lesión específica para
la PGP podría haber otras lesiones que expliquen otras enfermedades. Siendo así que la alienación mental no se trata de una
única enfermedad, sino que habría que considerar la existencia de distintas enfermedades, cada una las cuales podría
corresponder a una lesión específica. Lo que supone a su vez es que la conjunción de ciertos parámetros permite encontrar
un tratamiento específico para cada enfermedad.
La crisis paradigmática surge a mediados del siglo XIX a partir de la obra de J. Falret
2° paradigma: "Las enfermedades mentales"(1870 hasta la posguerra 1918)
J. Falret es el primero en considerar que la enfermedad mental NO es única, sino que la patología mental está compuesta
por una clase de enfermedades yuxtapuestas una a otras en una clasificación. No se reducen a meras variedades de un
género único, sino que son enfermedades específicas e irreductibles unas a otras.
Pone en crisis la noción de alienación mental y establece las bases del paradigma de ''las" enfermedades mentales y la
construcción de una nueva clínica que desemboca en la "clínica diacrónica". Entonces la enfermedad se observa en su
comienzo, su desarrollo, su evolución y especialmente su terminación.
Referentes
En el diagnóstico
Convergen y se articulan la semiología clínica, las descripciones nosográficas y las clasificaciones.
De él deriva la orientación terapéutica
Tiene 2 caras:
Noble/necesaria: requiere fina observación y escucha aguda.
Problemática/peligrosa: contribuye a la segregación de los enfermos, encubran el estigma y dotan al personal
sanitario de un poder que no merecemos.
La guía de nuestro proceder es simple y se limita a las preguntas hipocráticas de siempre:
o ¿Qué? o ¿Donde? o ¿Por qué?
o ¿Cómo? o ¿Cuándo? o ¿Para qué?
Con estos interrogantes se despliegan pesquisas a seguir:
o ¿De qué sufre/goza? (síntoma)
o ¿Cómo y dónde se manifestó? (coyuntura, contexto y trama)
o ¿Para qué sufre/goza de eso y no de otra cosa? (elección del síntoma conforme a la historia subjetiva)
o ¿Para qué le sirve ese síntoma del que se queja y goza? (función)
En los casos más enrevesados conviene esmerarse en precisar los momentos críticos de la historia subjetiva y echar
mano de todo repertorio de referencias que nos orientan: desde los fenómenos elementales y prodrómicos (síntomas
iniciales) hasta la función del síntoma, pasando por las modalidades de la transferencia y los tipos de
funcionamiento vital. Aun así, siempre habrá casos inclasificables.
Aspectos negativos del diagnóstico:
Sometimiento que todo diagnóstico ejerce sobre un sujeto por el mero hecho de ser incluido en una
clasificación de enfermedades.
Exigencia de una normalidad que implica todo diagnóstico, una normalidad caprichosa y cambiante pero
convertida en un referente con el que debemos compararnos.
Normalidad
Foucault sostiene que la psicopatología psiquiátrica y la psiquiatría se fundan sobre la normalidad y el empeño en
normalizar a todo el mundo. Es un movimiento de dos tiempos:
1. Determinar la normalidad
2. Convertirla en el ideal que a todos conviene
Esta injerencia permitió la psiquiatrización de todo lo que es “desorden, indisciplina, agitación, indocilidad, carácter reacio,
falta de afecto, etc.”.
A medida que se fue organizando y circunscribiendo ese territorio de la anormalidad, la psiquiatría consiguió articular dos
extremos. Por un lado introdujo la norma (regla de conducta, ley informal, principio de conformidad; norma a la que se le
oponen la irregularidad, el desorden, la extravagancia, la excentricidad, el desnivel, la distancia), por otro a través de la
asociación con la medicina clínica y doto la norma con otro sentido (como regularidad funcional, como principio de
funcionamiento adaptado y ajustado; lo normal al que se opondrá lo patológico y lo enfermizo) , así la psiquiatría se
convierte en “guardiana de la norma” pero también en “instrumento de marginalización”
Anormalidad
El diagnóstico es también un instrumento de poder y opresión. Diría Colina en “sobre la locura” que “el diagnostico es el
nuevo encierro de la locura”, en manos de un desaprensivo , el poder ejercido mediante este instrumento puede sentenciar a
alguien de por vida. Esto supone una amenaza cuando se mira a la gente corriente como potenciales consumidores de
psicofármacos, el diagnóstico de enfermedad mental se convierte en la puerta de entrada a un provechoso negocio.
Para que la gente corriente consuma psicofármacos a manos llenas, lo primero es convertirla en enferma, requiere una
clasificación de enfermedades generosa con lo patológico, de manera que cuantos más trastornados haya, mayor es el
negocio. En 2do lugar esas clasificaciones internacionales deben tener el parabién de la evidencia científica, con lo que se
da por sentado el origen biológico de la enfermedad y se justifica la necesidad de tratamientos farmacológicos.
Este proyecto es falso en los dos pilares, pero ha tenido éxito desde la publicación del DSM y su mundialización .
Dificultades
Las dificultades del diagnóstico son:
♥ El objeto de estudio de la psicología patológica es evanescente y da pie a visiones lunáticas.
♥ Dificultad proveniente de la lógica binaria de lenguaje que ocupa un papel considerable en la construcción del saber
psicopatológico y determina nuestras conquistas y obstáculos en el conocimiento del pathos.
♥ Algunos profesionales de la psicología clínica tienden a dejarse llevar por sus fantasmas y los proyectan.
Se propone hacer un buen uso del diagnóstico que marque la vida de ese sujeto, el buen uso comporta dos aspectos:
♥ Buen uso clínico ( a través del diagnóstico y los referentes que despliega)
♥ Buen uso ético (compromiso de favorecer, con el diagnostico, el trato y tratamiento de nuestro paciente).
Estos aspectos implican contribuir con nuestro conocimiento y acertada posición a liberar al paciente de la remora
que necesita para malvivir cuidando de que el diagnóstico no se convierta ni es un refugio, ni en un estigma.
Epistemología
Binario significante
¡Estamos sometidos al imperio del binario significante! Esto quiere decir que no podemos elaborar un conocimiento si no
es mediante la oposición de dos significantes:
Locura/cordura Melancolía/manía Categoría/dimensión
Razón/sinrazón Continuo/discontinuo Parcial/general
Psicosis/neurosis Uno/múltiple Agudo/crónico
¡A partir de estas oposiciones pensamos el pathos y determina nuestros avances y estancamientos! Estas estructuras binarias
condicionan nuestra reflexión y hace que nuestros puntos de vista solo puedan ser como son . Lacan propuso un ternario
entre Neurosis, psicosis y perversión, pero siempre las dos más potentes se imponen y terminamos en el binario significante
locura/cordura.
Oxímoron
Para escapar del binario significante , se crean nuevas posibilidades forzando los términos, llegando así a la paradoja
creativa del oxímoron .
Es una figura retorica consistente en reunir en una expresión dos conceptos de un significado opuesto y generar un tercer
concepto o introducir una nueva perspectiva, por ejemplo “placeres espantosos y dulzuras horrendas”.
En la psicopatología el oxímoron alcanza su más hermosa expresión en la LOCURA NORMALIZADA . Es una
forma tan estrambótica como veraz de nombrar las relaciones consustanciales que entretejen la locura y la razón (locura
razonante) , la locura y la lucidez (locura lucida) la locura y lo habitual (psicosis ordinaria). Si enfocamos el pathos desde el
mirados de la locura normalizada la psicopatología pandeará.
El oxímoron surge precisamente de la reunión de términos que en un principio se confrontaron y que ahora, al hacerlos
converger, obligan a dar otras hechuras a nuestros conocimientos.
Desarrollos teóricos
El conocimiento se desarrolla a menudo mediante oposiciones y disyunciones que se originan de estructuras muy simples
y se van complicando paulatinamente. En la psicopatología se parte de la oposición entre cordura y locura, o en términos
más específicos, neurosis y psicosis.
Fenómenos
El método en psicopatología parte de la observación de fenómenos, de lo que se nos presenta. A partir de ello se compara,
diferencia y clasifica de acuerdo con los principios de unidad y diversidad. Se introducen puntos de vista subjetivos, es
decir interpretaciones ya que en nuestro ámbito de explicación no hay observación pura.
Nietzsche cuando críticas al positivismo decía “precisamente no hay hechos, solo interpretaciones”.
Freud en pulsiones y sus destinos “ninguna, ni la aun mas exacta, empieza con tales definiciones. El comienzo correcto de la
actividad científica consiste más bien en describir fenómenos que luego son agrupados, ordenados e insertados en
conexiones.
Ciencia ficción
El conocimiento del pathos se logra mediante el binario significante, el predominio sobre los hechos y los materiales
provenientes de otros ámbitos del saber.
El ámbito de la psicopatología es el de las invenciones discursivas, por eso hablamos de la inversión de las enfermedades
mentales, situando las clasificaciones psiquiátricas en el apartado de la ciencia ficción. Elua , Martin y Álvarez sostienen
que las taxonomías de la psiquiatría actual muestran un aspecto de artificio y arbitrariedad, impresión a la que contribuye la
permanente renovación a la que están sometida u los intereses extra clínicos que están en la base de muchos de los
trastornos descritos.
Puntos de observación
Son dispositivos desde los que analizamos a los sujetos trastornados, esos observatorios acentúan o minimizan algunos
aspectos de las manifestaciones psicopatológicas y de la relación del sujeto con el clínico.
En la historia de la clínica mental existe una relación connatural entre los lugares de trabajo, los observatorios o mirados y
las visiones sobre la patología mental en ellos desarrolladas.
Se tiene en cuenta en la historia :
♥ Locura vs cordura (1791, 1972) ♥ Afecto vs idea
♥ Negación de la locura parcial ♥ Psicosis vs neurosis
La psicopatología.
La psicopatología, entonces, da cuerpo y estudia los sistemas teóricos derivados de la observación, descripción y resultados
de la terapéutica psiquiátrica. En consecuencia, la psicopatología tiene dos fuentes: por un lado, la acción psiquiátrica, que
le da los elementos primarios; y por otro lado la filosofía, que aporta los sistemas de pensamientos, necesarios para formular
las teorías.
Para que sea una ciencia debe utilizar la inducción, que es propia del método experimental (muy en pañales aun en nuestra
especialidad). Es decir, para que la psicopatología sea una ciencia, le falta completud metodológica. Por eso debe depender
aún de la filosofía.
La clínica psiquiátrica.
La semiología es una parte de la clínica psiquiátrica que se ocupa de diferenciar los síntomas significativos para llegar a un
diagnóstico.
La semiología.
La semiología psiquiátrica se ocupa de los síntomas y signos que traducen los enfermos mentales, con el fin de llegar a un
diagnóstico
La herramienta primaria que se usa en la semiología es la observación: dado que no podemos entrar en la mente humana,
dependemos de la transcripción que haga el paciente de sus propias vivencias, es decir, dependemos de su discurso. El
paciente debe pasar de un nivel vivencial a un nivel verbal. Ese pasaje nos da una transcripción indirecta, y por supuesto, no
del todo precisa. El receptor debe interpretar lo escuchado, con lo cual la decodificación del mensaje verbal se vuelve menos
confiable aún. La serie de imprecisiones que se van sumando facilita que el error se incremente.
Otro elemento que debemos tener en cuenta es la conducta, lo no verbal: debemos prestar atención a los distintos giros del
lenguaje, como ser el tono de voz, el énfasis; la expresión corporal que acompaña al discurso, la armonía entre los gestos y
lo que el paciente expresa verbalmente. Se puede observar a veces una desarmonía en los esquizofrénicos, quienes dicen
una cosa y expresan otra a través de sus manifestaciones no verbales.
Metodología de la semiología: La metodología de la semiología es tomar los contenidos, por ejemplo, un discurso o una
conducta, y aislar las formas, que llamamos síntomas. Ejemplo:
Si el paciente nos dice, por ejemplo, que está triste, angustiado, que no le encuentra sentido a la vida, y esto va acompañado
de posturas y gestos acordes con un estado de desgano y flexión, constituye en su conjunto un contenido del que aislamos
las formas que son semiológicamente significativas, lo que nos permite llegar a los síntomas, de ellos a los síndromes, y
luego realizar un diagnóstico presuntivo, para finalmente orientar la terapéutica.
Objetivo: El objetivo de la semiología es el diagnóstico, y el objetivo del diagnóstico es la terapéutica. El diagnóstico no
se hace en una sola entrevista: es necesario observar la evolución. Es importante realizar un análisis semiológico adecuado,
el valor de la paciencia y el no quedarse con la primera etiqueta diagnóstica. Pero aun así hay que estar alerta para evaluar si
la paciente está mejorando o simplemente se siente mejor y hace otra coraza más, es decir, no da información sobre sus
certezas delirantes. Por eso es necesario realizar un seguimiento expectante.
En esto consiste el trabajo semiológico. La persona que consulta es una incógnita para nosotros, ya que no sabemos qué
padece. Se debe tener paciencia, persistencia, y esperar: un diagnóstico no se hace en una sola consulta. Existen a veces esas
intuiciones que permiten captar rápidamente el cuadro, pero por lo general el diagnóstico psiquiátrico se realiza después de
todo un trabajo que incluye, además de lo observable, la consulta con otras especialidades, el psicodiagnóstico, el pedido de
análisis comunes y especiales, estudios específicos como resonancia magnético nuclear, mapeo cerebral, etcétera.
Psicopatología.
Esta disciplina está centrada todos aquellos aspectos ligados a lo patológico, desde sus inicios netamente descriptivos hasta
las teorías explicativas de los mecanismos intervinientes, para lo cual es menester conocer aquellos ligados al polo de lo
llamado normalidad. Es decir que resulta fundamental conocer las funciones psíquicas superiores y las posibles alteraciones.
Semiología.
Estudio de síntomas y signos
-SINTOMAS
Alteración del organismo que pone de manifiesto Indicio o señal de una cosa que está ocurriendo o
la existencia de una enfermedad y sirve para que va a ocurrir.
determinar su naturaleza.
-SIGNOS
Objeto, fenómeno o hecho que, por una relación Indicio que permite deducir algo de lo que no se
natural o convencional, representa o evoca otro tiene un conocimiento directo.
objeto, fenómeno o hecho.
UNIDAD II - NEUROSIS
Freud, S. - Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia
sexual anatómica (1925)
Los análisis de neuróticos me penetran también en el primer periodo de la infancia. Sólo si se exploran las primeras
exteriorizaciones de la constitución pulsional congénita.
Un análisis así de la primaria infancia es lento, trabajoso, y plantea al médico y paciente exigencias con cuyo cumplimiento
que no siempre transite la práctica.
Cuando hemos indagado las primeras plasmaciones psíquicas de la vida sexual en el niño, en general tomamos por objeto al
varoncito. Suponíamos que en el caso de la niña todo sería semejante, aunque diverso de alguna manera. El proceso de
desarrollo en que se hallaría esa diversidad, en primera instancia es en la situación del complejo de Edipo.
En el varón el complejo de Edipo desde sentido doble, activo y pasivo en armonía con la disposición bisexual.
También él quiere sustituir a la madre como objeto de amor del padre; ha estado designamos como actitud femenina.
En la mujer hay una identificación de naturaleza tierna con el padre, en la que todavía está ausente el sentido de la
rivalidad hacia la madre.
El onanismo (masturbación) de la primera infancia, cuya sofocación o castigo más o menos violenta por parte de las
personas encargadas de la crianza, activa el complejo de castración. Suponemos que este organismo es dependiente del
complejo de Edipo y significa la descarga de su excitación sexual. Pero no sabemos con seguridad Si esa es desde el
comienzo su referencia o si más bien emerge espontáneamente como que hacer de órgano.
El análisis nos permite vislumbrar que acaso la acción de espiar con las orejas el coito de los progenitores a edad muy
temprana de lugar a la primera excitación sexual y por los efectos que trae con posteridad pasa a ser El Punto de partida para
todo el desarrollo sexual. Pero no podemos suponer que esas observaciones del coito constituyan un suceso regular en este
punto nos topamos con el problema de las fantasías primordiales.
La niña pequeña esconde otros problemas. Inicialmente la madre fue para ambos el primer objeto y no nos asombra que el
varón lo retenga para el complejo de Edipo. Pero ¿cómo llega la niña a recibirlo y a tomar a cambio al padre por objeto?
Todo analista tomado conocimiento de mujeres que perseveran con particular intensidad y tenacidad en su ligazón padre y
en el deseo de tener un hijo de en qué está culmina.
Esta fantasía de deseo fue también la fuerza pulsional de su organismo infantil.
Según puntualiza el pediatra Lindner, el niño descubre la zona genital dispensadora de placer, pene o clítoris, durante el
mamar con fruición (chupeteo). No quiero entrar a considerar si el niño efectivamente toma esta fuente de placer recién
ganada como sustituto del pezón materno que perdió hace poco, la zona genital es descubierta en algún momento y no
parece justificado atribuir un contenido psíquico a los primeros quehaceres del niño con ella.
La niña nota el pene de un hermano un compañero de juegos, pene bien visible y de notable tamaño y al punto lo de cierne
como el correspondiente, superior, de su propio órgano, pequeño y escondido; de ahí cae víctima de la envidia del pene.
En cambio, cuando el varón ve por primera vez la región genital de la niña, se muestra irresoluto, poco interesado al
principio; no ve nada o desmiente su percepción. Sólo más tarde, después que cobró influencia sobre él una amenaza de
castración, aquella observación se le volverá significativa; su recuerdo renovación mueven en una terrible tormenta afectiva
y la somete a la creencia en la efectividad de La amenaza que hasta entonces había echado risa. Dos reacciones resultan de
ese encuentro: horror frente a la criatura mutilada o menosprecio triunfalista hacia ella.
Nada de esto te ocurre la niña en el acto se forma su juicio y su decisión. Ha visto eso sabe que no lo tiene y quiere tenerlo.
En este lugar se bifurca el llamado complejo de masculinidad de la mujer que eventualmente si no logra superarlo pronto
puede parar grandes dificultades al prefigurado desarrollo hacia la feminidad. La esperanza de recibir alguna vez, a pesar de
todo, un pene, igualando se así al varón, puede conservarse hasta épocas inverosímilmente tardías en convertirse en motivo
de extrañas acciones.
O bien sobreviene el proceso qué se le designa desmentida que en la vida anímica infantil no es muy raro ni muy peligrosa
pero que en el adulto se daría una psicosis.
La niña se rehúsa aceptar el hecho de su castración, se afirma y acaricia la convicción de que posee un pene y se ve
compelido a comportarse en lo sucesivo como si fuera un varón. Las consecuencias psíquicas de la envidia del pene, en la
medida en que ella nos agota en la formación reactiva del complejo de masculinidad, son múltiples y de vasto alcance. Con
la admisión de su herida narcisista, se establece en la mujer -como cicatriz, por así decir- un sentimiento de inferioridad.
Ella nota el pene de un hermano o un compañero de juegos, pene bien visible ahí cae como víctima de la envidia
del pene.
el clítoris de la niña se comporta al comienzo como un todo como un pene, pero ella por la comparación con un
compañero de juegos percibe que es “demasiado corto” y siente este hecho como un perjuicio y una razón de
inferioridad. Durante un tiempo se consuela con la expectativa de que cuando crezca tendrá uno tan grande como el
del niño, aquí aparece el complejo de masculinidad, si no logra superar pronto, puede deparar grandes dificultades
en el desarrollo hacia la feminidad.
La esperanza de recibir alguna vez, a pesar de todo, un pene, igualándose así al varón, puede conservarse hasta
épocas inverosímilmente tardías y convertirse en motivo de extrañas acciones, de otro modo incomprensibles
La niñita se rehúsa a aceptar su castración, se afirma y acaricia la convicción de que posee un pene y se ve en la
obligación de comportarse como un varón
Aunque la envidia del pene haya renunciado a su objeto genuino, no cesa de existir: pervive en el rasgo de carácter
de los celos
antes de la derivación por los celos yo había construido una primera fase para la fantasía onanista “pegan a un
niño” tan frecuente en la niña. Esta fase significa que otro niño de quien se tiene celos como rival, debe ser
golpeado
el niño golpeado, acariciado, no es más que el clítoris mismo, la inferioridad del clítoris es la consecuencia más
importante de la envidia del pene
la última consecuencia de la envidia del pene es el aflojamiento de los vínculos tiernos con la madre
VARON:
Después de que cae sepultado, recurre a la represión. Quiere considerarse amada predilecta del padre, forzosamente
tendrá que vivenciar alguna seria reprimenda de parte de él y se verá arrojada de los cielos
Esta se desliza a lo largo de una ecuación simbólica, del pene al hijo; su complejo de Edipo culmina en el deseo de
recibir como regalo un hijo del padre
El complejo de Edipo es abandonado poco a poco porque este deseo no se cumple nunca.
Ambos deseos, el de obtener un pene y recibir un hijo permanecen inconscientes, donde se conservan fuertemente y
empiezan a preparar al ser femenino para su papel sexual en el futuro
Varoncito:
Que considera a la madre como su propiedad, hace la experiencia de que ella le quita amor y cuidados para entregárselo
al recién nacido
El complejo de Edipo ofrecía al niño dos posibilidades de satisfacción: una activa y otra pasiva y mantener trato con la
madre a raíz de lo cual el padre fue sentido como un obstáculo o quiso sustituir a la madre y hacerse amar por el padre.
La aceptación de la posibilidad de castración, la intelección de que la mujer es castrada, puso FIN a las satisfacciones
del complejo de Edipo.
Conlleva la pérdida del pene como castigo
Si el yo no ha logrado la represión del complejo este subsistirá inconsciente en el ello y más tarde exteriorizará su efecto
patógeno (que causa o produce una enfermedad)
Volvamos ahora a la segunda etapa del complejo de Edipo que se inicia con la intrusión paterna en la relación intersubjetiva
madre-hijo. Esta intrusión se manifiesta en dos aspectos diferentes. Desde el punto de vista del niño, el padre interviene
como prohibición ya que se le presenta como alguien que "tiene derecho" (Lacan) en lo que concierne a la madre. Por eso
esta intervención es vivida por el niño como "una frustración, acto imaginario que se refiere en este caso a un objeto muy
real la madre, puesto que el hijo la necesita". El niño se ve entonces obligado a cuestionar su identificación fálica y, al
mismo tiempo, a renunciar a ser el objeto del deseo de la madre. Simultáneamente, desde el punto de vista de la madre, el
padre la priva del falo que ella supuestamente posee en el hijo identificado con el objeto de su deseo.
El origen de la oscilación inducida en el niño dentro de la dialéctica del ser por la relación doble de la frustración y la
privación se encuentra fundamentalmente en el hecho de que el padre aparece como otro en lo que concierne a la relación
madre-hijo. En la vivencia subjetiva del niño, ese "otro" surge como un objeto posible del deseo de la madre, como un
objeto fálico posible al que puede suponer como un rival frente a la madre. Lo que se pone en juego en esta rivalidad
imaginaria incluye en realidad un desplazamiento del objeto fálico que lleva al niño a encontrar la ley del padre.
El niño se enfrenta con esta ley en la medida en que descubre que la madre depende a su vez de la ley en lo que respecta a la
satisfacción que puede brindar a las demandas del niño. En otros términos, la dirección del deseo del niño remite a la ley del
otro a través de la madre.
El niño descubre entonces, la dimensión esencial que estructura el deseo como aquello que "somete el deseo de cada uno a
la ley del deseo del otro”. El hecho de que el deseo de la madre esté sometido a la ley del deseo del otro implica que a su
vez su deseo depende de un objeto que supuestamente el otro (el padre) tiene o no tiene.
El segundo momento del Edipo es la condición indispensable que debe cumplir el niño para acceder a la simbolización de la
ley que marca la declinación del complejo de Edipo. En este encuentro con la ley del padre se ve enfrentado al problema de
la castración que se presenta a través de la dialéctica del tener de la que depende, de ahora en más, el deseo de la madre. La
mediación introducida por el padre con respecto a la madre, que lo reconoce como aquel que le hace la ley, hace que el niño
promueva al padre a un lugar en el que sólo puede aparecer como depositario del falo.
El padre real, que, aparece como "representante" de la ley, es investido por el niño de una nueva significación a partir del
momento en que, desde el lugar que ocupa, resulta el supuesto poseedor del objeto del deseo de la madre: se ve así elevado
a la dignidad de padre simbólico. La madre atribuye también a la función del padre un lugar simbólico con respecto al niño.
En este punto, el niño se ve llevado a determinarse con respectó a esta función significante del Padre que es, precisamente,
el significante simbólico Nombre del Padre.
Destruida su certeza de ser el objeto fálico deseado por la madre, el niño se ve ahora obligado por la función paterna, no
sólo a aceptar que no es el falo sino también a aceptar que no lo tiene, a semejanza de la madre que lo desea allí donde se
supone que debe estar y donde se vuelve posible tenerlo. Esta es precisamente la incidencia del complejo de castración que
según Lacan no se llamaría así "si en cierto modo no pusiera en primer plano que, para tenerlo, primero tiene que haberse
planteado la imposibilidad de tenerlo, que esta posibilidad de ser castrado es esencial para asumir el hecho de tener falo.
NECESIDAD
Lo que se encuentra ligado a lo biológico
las necesidades del niño serán expresadas en palabras generándose así una demanda y posteriormente un deseo.
surge por cuestiones orgánicas: ej. HAMBRE
manda al deseo
DEMANDA
♥ forma que toma la expresión de una aspiración en el momento en que la necesidad es expresada en palabras
DESEO
mantiene relación directa con el inconsciente, siendo este de carácter sexual
el deseo como deseo del otro
el boj de deseo es metonímico o sea que se desliza
el deseo es lo que el otro desea
la satisfacción es siempre parcial
lo estructura la Falta
Lo que nos mueve a vivir, a salir al mundo, es desear.
motor del aparato psíquico una metonimia
Lacan dice que venimos al mundo vacío de significantes. Luego hay un grito, pero en el orden de una NECESIDAD
orgánica:
El hambre: el hombre grita, Después, ese grito al estar en presencia de un otro primordial, como la madre es
codificado por ella. Ya no es un grito sino un llamado. La presencia de un otro hace al niño bañarse en el lenguaje y
lo introduce en él. Eso da lugar a una cadena de significantes, somos sujetos de pedir y la primera demanda es
satisfecha, hablamos de una satisfacción total y absoluta. Pero al surgir la 2da, no produce el mismo efecto. Eso
dejo una marca. Y nace el DESEO, motor del aparato psíquico.
Sujeto: para Lacan, se origina en la sujeción al significante y, por ende, al inconsciente. El universo
simbólico-significante es esencial para la humanización y determina la aparición del inconsciente
estructurado como un lenguaje. El sujeto a menudo no puede saber cuál es su deseo debido al Yo. El primer
objeto de deseo muchas veces fue la madre durante el complejo de Edipo.
Síntoma: para lacan el síntoma se construye como metáfora, como constitución de un significante reprimido por uno nuevo.
No es el mismo síntoma para todos, es singular.
en asociación con los sucesos de la vida infantil forma la Constitución sexual una nueva “serie complementaria”, totalmente
análoga a la que ya hemos comprobado como resultado de la asociación entre la disposición del adulto y los sucesos
accidentales de su vida.
La libido de los neuróticos está ligada a sus vivencias sexuales infantiles. Así parece conferir a estas una importancia
enorme para la vida de los hombres y la adquisición de enfermedades nerviosas. La importancia de los sucesos infantiles
resulta disminuida por el hecho de que la libido no retoma y sus, su movimiento regresivo, sino después de que fue
expulsada de sus posiciones más avanzadas. La investidura libidinal de las vivencias infantiles se refuerza por la regresión
de la libido.
Si en periodos tardíos de la vida estalla una neurosis, el análisis revela por lo general, que es la continuación directa de
aquella enfermedad infantil quizá sólo velada, constituida sólo por indicios.
Sería inconcebible que la libido regresare con tanta regularidad a las épocas de la infancia si ahí no hubiera nada que
pudiera ejercer una atracción sobre ella. La fijación que suponemos en determinados puntos de la vía del desarrollo sólo
cobra valor si la hacemos consistir en la inmovilización de un determinado monto de energía libidinosa.
Entre la intensidad e importancia patógena de las vivencias infantiles y la de las más tardías hay una relación de
complementariedad semejante a la de las series antes estudiadas.
Los síntomas crean, entonces, un sustituto para la satisfacción frustrada; lo hacen por medio de una regresión de la libido a
épocas anteriores, a la que va indisolublemente ligado el retroceso a estadios anteriores del desarrollo en la elección de
objeto o en la organización. El síntoma repite de algún modo aquella modalidad de satisfacción de su temprana infancia,
desfigurada por la censura que nace del conflicto. Esta modalidad de satisfacción que el síntoma aporta es irreconocible para
la persona. Lo que antes fue para el individuo una satisfacción está destinado, a provocar hoy su resistencia. Los síntomas
reemplazan una modificación del mundo exterior por una modificación del cuerpo; vale decir, una acción exterior por una
interior.
Al igual que el sueño, en el síntoma figura algo como cumplido: una satisfacción a la manera de lo infantil. Estas escenas
infantiles no siempre son verdaderas, por lo que los síntomas son la figuración tanto de vivencias reales como de fantasías.
Las fantasías poseen realidad psíquica, por oposición a una realidad material, y en el mundo de las neurosis la realidad
psíquica es la decisiva. Ellas son: la observación del comercio sexual entre los padres, la seducción por una persona adulta y
la amenaza de castración. Las fantasías primordiales son patrimonio filogenético, son tres: fantasía de la seducción: es el
mito del origen de la sexualidad, la seducción de un otro hace que el niño se introduzca en la sexualidad. Amenaza de
castración: el niño se toca sus genitales, sus padres lo amenazan de que le será cortado el miembro si se sigue tocando.
Escena primaria: origen de la vida, haber estado presente entre el coito de los padres. Con las fantasías, el hombre se ha
reservado una actividad en que se concede a todas estas fuentes de placer resignadas y a estas vías abandonadas de la
ganancia de placer una forma de existencia que las emancipa del “examen de realidad”.
Entonces, todos los objetos y orientaciones de la libido resignados no lo han sido todavía por completo. Son retenidos aun
con cierta intensidad en las representaciones de la fantasía. La libido no tiene más que volver a las fantasías para hallar
desde ellas el camino a cada fijación reprimida. Estas fantasías gozan de cierta tolerancia y no llegan al conflicto con el yo
mientras se observe una determinada condición de naturaleza cuantitativa, infringida ahora por el reflujo de la libido a las
fantasías. El conflicto entre dos aspiraciones no estalla antes que se hayan alcanzado ciertas intensidades de investidura.
Hay un punto de concordancia entre neurosis espontánea y neurosis traumática. En la traumática tiene de base la fijación al
momento del accidente traumático, los enfermos repiten la situación, hay un traslado total a esa situación.
Esto permite llamar traumáticas también aquellas vivencias a la que los neuróticos espontáneos aparecen fijados.
Los síntomas de todas las afecciones neuróticas tienen un sentido desconocido para el enfermo y constituyen partes de los
procesos inconscientes.
Los síntomas son sustitutos de algo que está interceptado. Ciertos procesos anímicos tendrían que haberse desplegado
normalmente hacia la conciencia; Esto no sucedió porque fueron forzados a permanecer inconscientes→ surgiendo el
síntoma como una permutación que la terapia debe deshacer, llevando a la conciencia lo inconsciente.
Sin embargo, cuando el médico le comunica al enfermo el contenido inconsciente, este no cancela los síntomas, sino que
solo pone en marcha el análisis. El conocimiento de la naturaleza de los síntomas debe descansar en un cambio interior en el
enfermo.
A diferencia de la histeria, en la neurosis obsesiva, no hay una amnesia, sino que se ha interrumpido la conexión que debería
llamar el recuerdo con el síntoma obsesivo (del cual no es consciente). El análisis de todo síntoma histérico nos lleva hasta
una cadena íntegra de impresiones vitales, y cuando estas regresan, el paciente expresa que habían sido olvidadas hasta el
momento.
Es decir, las impresiones y vivencias de las que arranca y los propósitos a que sirve.
El DESDE DÓNDE: se resuelve en impresiones venidas del mundo externo que fueron conscientes y después pasaron al
inconsciente por olvido.
La inhibición.
La regresión.
Durante el desarrollo sexual, no todas las fases preparatorias se superan completamente. Partes de la función quedan fijadas
en estadios primeros y provoca el peligro que el resto de las funciones realice una regresión.
FIJACIÓN: (de la pulsión). Demora de una aspiración parcial en una etapa anterior.
REGRESIÓN: Las partes que han avanzado pueden retroceder hasta una de esas etapas anteriores. La aspiración se verá
impedida por una regresión cuando el logro de su meta de satisfacción se tope con obstáculos externos de una etapa más
tardía, de un nivel evolutivo superior.
Mientras más fuertes sean las fijaciones en el transcurso del desarrollo, tanto más la función va a esquivar los obstáculos
externos a través de una regresión hasta aquellas fijaciones, y mostrará una menor resistencia frente a los obstáculos que se
oponen a su curso.
Retroceso a los primeros objetos investidos de la libido de naturaleza incestuosa. (Rasgo regular en los neuróticos).
♥ Proceso por el cual un acto admisible en la conciencia, que pertenece al sistema preconsciente, se vuelve inconsciente y
es relegado al sistema inconsciente.
♥ También es el acto anímico inconsciente que no se admite en el sistema del preconscientes porque es rechazado por la
censura.
♥ No tiene relación con la sexualidad.
♥ Designa un proceso psicológico TÓPICO que se relaciona con los sistemas psíquicos del aparato anímico y
DINÁMICO ya que un acto anímico es retenido en el estadio más bajo, el del inconsciente.
♥ Concepto tópico-dinámico.
REGRESIÓN
♥ Concepto descriptivo.
♥ Regresión en su significado general: retroceso de la libido desde etapas más altas del desarrollo a estaciones más bajas,
también se subordina a la represión.
♥ No es un proceso puramente psíquico. En la HISTERIA hay regresión de la libido a los objetos sexuales primarios,
incestuosos, pero nada parecido a una regresión a una etapa anterior a la organización sexual. Pero el mecanismo
principal recae en la represión. La relación de las pulsiones parciales bajo el primado de los genitales se ha cumplido,
pero sus resultados se chocan con la resistencia del sistema preconscientes enlazado con la conciencia, entonces la
organización genital rige para el inconsciente, pero no para el preconsciente.
♥ En la NEUROSIS OBSESIVA, la regresión de la libido al estadio previo de la organización sádico-anal es el decisivo
para la exteriorización en síntomas, el impulso de amor tiene que enmascararse como impulso sádico. Se produce la
regresión del objeto de manera que ese impulso se dirige hacia las personas más próximas y amadas. La represión
participa en el mecanismo de estas neurosis.
-Una regresión de la libido sin represión nunca da por resultado una neurosis, sino una perversión.
-Los seres humanos contraen neurosis cuando se les quita la posibilidad de satisfacer su libido por una frustración y sus
síntomas son el sustituto de la satisfacción frustrada.
LA FRUSTRACIÓN
• Para producir efecto patógeno tiene que recaer sobre la forma de satisfacción que la persona quiere con exclusividad
porque es la única de la que es capaz.
Existen muchas vías que permitan soportar la privación de la satisfacción libidinosa sin enfermar. Esto quiere decir que las
pulsiones de carácter sexual son plásticas, pueden reemplazarse unas a otras, permite el desplazamiento para contrarrestar la
frustración. Cuando la satisfacción de una es frustrada por la realidad la otra puede ofrecer un beneficio pleno.
La privación aún conserva poder patógeno porque el grado de libido insatisfecha que los humanos pueden tolerar en sí
mismos es limitado. Un desarrollo libidinal incompleto deja tras sí múltiples fijaciones libidinales a fases anteriores de la
organización y del hallazgo del objeto, que no pueden lograr una satisfacción real; así permiten discernir en la fijación
libidinal junto con la frustración, la causa de la enfermedad.
La fijación libidinal y la presión de la frustración son condiciones indispensables para provocar la neurosis.
La viscosidad con que la libido se adhiere a determinadas orientaciones y objetos es un factor importante para la etiología
de las neurosis, y es determinante en los perversos.
En la anamnesis hay una impresión muy temprana que provoca una orientación pulsional o una elección de objeto anormal
que la libido de esa persona permanece adherida por toda la vida. (fetiche)
Otro factor tenido en cuenta en la serie etiológica es el conflicto psíquico, una “lucha de emociones”: Un fragmento de la
personalidad sustenta ciertos deseos, otro resuelve y se defiende contra ellos.
Las aspiraciones libidinosas rechazadas logran imponerse dando ciertos rodeos, caminos a la formación del síntoma que son
la satisfacción sustitutiva que se hizo por frustración. Para que la frustración exterior tenga efectos patógenos, es preciso que
se le sume la frustración interior.
• FRUSTRACIÓN INTERIOR→ Querría excluir otra por la cual después estalla el conflicto.
La otra parte el conflicto patógeno: Las fuerzas pulsionales no sexuales, “Pulsiones Yoicas”, se las conoce por su resistencia
al análisis.
El conflicto patógeno se libra entre las pulsiones yoicas y las pulsiones sexuales. También se libra entre dos aspiraciones
sexuales: 1- Una acorde con el yo. 2- Otra convoca la defensa del yo.
las pulsiones Johnny cash recorren un importante camino de desarrollo y no es del todo independiente del alivio, el yo se
afanará en cada etapa por mantener el acuerdo con la organización sexual que en ese momento tiene y por subordinarse a
ella. Hay una determinada correspondencia entre las fases evolutivas del yo y la libido y su perturbación podría revelarse
como un factor patógeno.
El yo, cuando su libido deja detrás de si una fuerte fijación, puede admitirla y volverse perverso o infantil, pero también
puede ejercer represión donde la libido experimentó una fijación.
3er factor de la etiología de la neurosis: Inclinación al conflicto→ Depende tanto del desarrollo del yo como el de la
libido.
Primero tenemos la frustración, después la fijación de la libido, que la empuja en determinadas direcciones, y en tercer lugar
la inclinación al conflicto, proveniente del desarrollo del yo, que ha rechazado esas mociones libidinales.
El propósito de nuestra actividad anímica es conseguir placer y evitar el displacer, se regulan automáticamente por
el principio de placer. El placer se Liga de algún modo con la reducción o la extinción de los volúmenes de
estímulo qué obra en el interior del aparato anímico, y el displacer con su elevación.
Las llamamos económicas porque en tales procesos placenteros están en juegos los destinos de cantidades de
excitación o de energía anímicas.
Las pulsiones sexuales desde el comienzo y al final de su desarrollo trabajan para la ganancia de placer. Pero bajo
el influjo del maestro apremio, aprende a sustituir el principio de placer por una modificación.
El Yo experimenta que es inevitable renunciar a una satisfacción inmediata, posponer la ganancia de placer y
soportar un poco de placer. El Yo educado se ha vuelto razonable, si no se deja gobernar por el principio de placer,
obedece al principio de la realidad.
Histeria:
A partir de su encuentro nace el psicoanálisis, e inicia la teoría del trauma que entonces cree que les sucedió algo real.
Se necesita dos escenas para generar el trauma. En la primera sucede un acontecimiento y en la segunda se resignifica a la
primera como traumática. Por eso decimos que el tiempo en el psicoanálisis va en el sentido contrario.
Lacan define tres tiempos: El instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir. Este último define que
termino el tiempo de comprender. En el análisis el momento de concluir marca que termino el tiempo de comprender o este
momento se eternizaría como le pasa al obsesivo.
Freud afirma que en la histeria hay una vivencia sexual prematura, traumática e insatisfactoria marca el destino del deseo
insatisfecho. En la obsesión hay una vivencia sexual prematura, pero hay un exceso de placer.
Las diferentes neurosis son las distintas respuestas que da el sujeto al trauma de ser sexuado.
Mas tarde, Freud, pasa al concepto de fantasía al darse cuenta de que sus histéricas mienten, entonces entra el juego el
concepto de pulsión, porque entonces la niña tuvo una búsqueda activa, aunque sea de un fin pasivo.
Cuando a ver la sexualidad en relación con el padre es que Freud comete muchas equivocaciones. Por ejemplo, en Dora, al
no ver la pulsión homosexual que se encuentra en la histeria, la dirige al señor K cuando su interés por él estaba en relación
con como circulaban los arreglos sexuales entre los cuatro personajes.
Las va a buscar al hombre correspondiente como a Isabel la manda a casarse con su cuñado sin notar que ese hombre no
valía como hombre, sino que valía para ella por su relación con la Otra. Al igual que Dora necesita a la Otra mujer para
acceder al hombre.
Cuando Dora entra análisis comienza a quejarse del lugar que tenía en los intercambios sexuales y Freud pregunta cuál es su
parte en el asunto así comienza el análisis se debe sacar al sujeto de la posición de queja acerca del otro, que en la histeria
siempre es un hombre.
El deseo no es la demanda:
El caso de la Bella Carnicera (BC) es diferente, ella de entrada se dirige al barrar al amo, denunciar la falta del otro. Desafía
a Freud, trata de demostrarle que se equivoca que los sueños no siempre son realizaciones de deseos porque ella tuvo uno
que no. Es paradigma en la histeria el siempre desafiar el poder del amo.
Esto hay que tenerlo en cuenta, porque si bien, por su deseo de saber, la histérica parece estar dispuesta al análisis, siempre
está dispuesta a faltar al otro.
El deseo no es la demanda, el deseo es siempre deseo del Otro. Separar la demanda del deseo es clave para conducir
la cura. Pero esto no es fácil incluso para el mismo sujeto.
Lo que se articula en el sueño de la BC es la dialéctica entre el deseo y la demanda.
Lacan afirma que ella esta tan enamorada de su marido que lo que pide es amor, pero como es inteligente no se lo va a pedir
directamente porque sabe que lo que pide no es exactamente lo que desea.
El marido quiere darle lo que ella pide (en el sueño es caviar) pero no es lo que desea y mucho menos, como sospecha, lo
que desea él. La histérica siempre trata de inventarse un deseo insatisfecho, porque sabe del deseo y quiere impedir que su
deseo sea completamente capturado por el otro.
Para la histérica arma un triángulo introduciendo al personaje de la Otra mujer. En el sueño quiere dar una cena, pero solo
tiene una tajada de Salmon y no puede darla. Pensaba invitar a su amiga flaca (en esa época ser linda era ser gordita no
flaca). Surge la primera identificación, al rival. Se identifica con el deseo de la amiga.
La BC se las arregla para mantener en vilo el deseo de la amiga al no invitarla y el del marido que solo quería darle caviar.
Porque en la histeria se sostiene el deseo insatisfecho para mantener vivo el deseo del Otro.
Sobre la tajada de Salmon, es importante porque ahí la carnicera ve en la aparente sexualidad de su marido que él podría
desear algo más por el lado de la parcialidad de la pulsión: El trozo de trasero de cualquier muchacha. Expresión en la que
él se delata al decir que cualquier trozo de trasero de una mucha sería más interesante que su cabeza, aún si fuera fea. Es
decir, aún si fuera flaca como la amiga.
Pedir amor:
La demanda siempre es de amor, no se trata de satisfacer la necesidad. La demanda es de amor porque la necesidad está
perdida para el ser hablante. El sujeto trata siempre de recibir la respuesta del otro a su demanda de amor y esto en la
histeria es especialmente aparatoso. Lacan también va a decir que el amor siempre se trata de dar lo que no se tiene. Se
puede desear al otro por lo que tiene, pero se lo ama por lo que no tiene.
La incompatibilidad entre la demanda y el deseo es razón de muchos desencuentros entre hombres y mujeres, esto
implica que hay una incompatibilidad entre la palabra y el deseo porque la palabra se relaciona con la demanda.
Lo que hace que el Otro aparezca como barrada, es el deseo. El Otro de la demanda es el otro sin barrar, en cambio, el
Otro del deseo es el Otro de carne, barrado. Puede hasta producir vértigo cuando alguien va al encuentro del Otro de la
palabra y se encuentra con el Otro de carne.
El Otro de carne es el Otro real atravesado por una falta, y por ello la histérica lo que quiere es hacerle falta, faltarle por si él
creía que estaba entero.
El deseo no es otra cosa que la imposibilidad de decir el deseo porque lo que dice pertenece al registro de la demanda. Ella
denuncia esto en el marido y lo descompleta. Así, si el marido quería darle caviar ella dice que no y mantiene el deseo
insatisfecho.
Por otro lado, la operación histérica también consiste en suspender el goce para mantener el deseo.
Ser el falo:
Hay una tercera identificación, después del amigo y el marido, es la identificación al falo como el objeto de deseo.
Con el relato del sueño la BC está desafiando en primer lugar a Freud, y en segundo lugar al marido a quien dice “no es
verdad que lo que colma tu deseo soy yo”. En tercer lugar, a la amiga flaca al denunciar la intriga. Ese amor por la verdad
que ella sostiene es en el fondo un cierto gusto por la denuncia.
El falo es un significante que nos muestra siempre la falta porque el falo nadie lo es nadie lo tiene. Es el significante del
deseo, de la falta y denuncia la falta del deseo, pero también la falta en gozar. Por eso la tercera identificación es al
falo: Ser el falo, representar al falo.
Ella desea ser el falo, por eso insatisface siempre el goce del Otro y goza sintomáticamente de ser objeto causa de
insatisfacción para el otro. Por eso cuando sufre una decepción amorosa tiene una caída fálica tal que puede caer en
depresión.
El deseo de saber:
El deseo de saber es fuerte en la histérica, siempre quieren saber más y más, especialmente saber la verdad. Pero ponen al
Otro, al amo, a trabajar para luego barrarlo. Por eso el analista se debe sustraer del lugar de amo.
OBSESIÓN
La histeria se presenta con el paradigma de la frase “el deseo es el deseo del Otro”, en cambio para el obsesivo el deseo se
presenta casi a la inversa con la frase “o el deseo o el Otro”.
Cuando el obsesivo dice “yo quiero”, se afirma en un querer que es en contra del Otro; si el Otro también lo quiere, ya no
esta tan seguro de quererlo él. Piensa que el Otro se lo está arrebatando; si también es del Otro, no es verdaderamente de él.
Es una paradoja porque como no hay deseo que no tenga que ver con el Otro, se queda sin nada. Porque cuando logra
lo que quiere ya no le sirve porque para conseguirlo tuvo que anular el deseo del Otro, y se queda con otro muerto, sin
deseo, que ya no le interesa. La histérica goza de nunca estar en ningún sitio, sufre de eso, pero también goza. En la
obsesión toma la forma de “esta posición no la pienso cambiar”, “esto es lo que creo y ni siquiera necesito explicarlo,
no me voy a mover de aquí”.
El obsesivo está guardado en su jaula con un goce, en cierta manera autoerótico, va por todo el mundo con su jaula a
cuestas invitando al Otro que se meta en ella, pero si logra encerrarlo ya no lo desea.
En el hombre el ciclo de goce se puede medir. Hay una temporalidad de falo por eso el amor puede ser duradero, pero el
goce sexual tiene medida ya que una vez que se gozó, se gozó. Por lo general en los hombres el goce sexual está dividido
del amor.
Hamlet:
El drama de Hamlet se juega en la generación que lo precede, es decir, la generación de sus padres. Debe pagar por los
pecados de su padre. Él debe vengar a su padre, pagar la deuda que el no pudo. Como el hombre de las ratas que debe pagar
las del suyo. Pero ¿Cómo pagar una deuda que no es suya?
El problema que siempre tiene el obsesivo es con los huesos de sus antepasados. La pregunta del obsesivo es por la
existencia y por la muerte. Siempre esta referida a los antepasados y a sus huesos.
El obsesivo siempre quiere acomodar los huesos de sus antepasados de la buena manera, y no hay “la buena manera”. Hay
que renunciar a pagar la deuda del padre. Por eso el psicoanálisis va del porvenir al pasado y es así como puede cambiar
el pasado.
HISTORIA Y CONCEPTOS:
Neurosis: 3 características:
1. Tipo de organización psíquica que hunde sus raíces en la infancia.
2. Enfatiza la omnipresencia de esa alteración en la vida del $, de manera tal que constituye una forma de ser.
3. Ese tipo de manifestaciones se diferencian de la psicosis en cualquiera de sus formas.
Término creado por el médico William Cullen 2da mitad del S XVIII, la dividió en:
♥ Comata ♥ Spasmi
♥ Adynamiae ♥ Vesaniae
Antes se estudiaban en la neurología, después pasaron a la psicopatología: histeria, hipocondría, se llamarían enfermedades
nerviosas: ajenas a lesiones anatómicas.
Las neurosis: como no tenían relación connatural con el encéfalo y los nervios, pasa hacia la psicología.
HISTERIA:
Freud, finales del S. IXI: enlazada a lo femenino.
El cuerpo aparece como medio privilegiado de exteriorizar el malestar (salto a lo somático), facilitado por el desplazamiento
del afecto. Las representaciones reprimidas hablan a través del cuerpo, tan doliente como gozoso.
Freud elabora la teoría de la neurosis de acuerdo con una lógica temporal que tiene 2 hitos principales:
Instauración de la represión y cuando la protección fracasa
Retorno de lo reprimido.
$ histérico: hace todo lo posible por mantener permanentemente la insatisfacción del deseo y la distancia con el objeto,
como si gracias a eso lograse ponerse a salvo de esa falta por excelente, la falta-de-ser.
Trauma:
Se configura alrededor de 2 escenas:
1. Escena de la seducción infantil, se le añade posteriormente la 2da. A menudo producto de la fantasía poseía un
potencial mucho más patógeno que la propia realidad.
2. La cual le endosa retroactivamente el valor traumático. El pasado se ordena a partir del presente, lo que sugiere el
pasado puede modificarse desde el presente.
Deseo:
Situado en el corazón de la existencia humana, deseo secreto y prohibido, una forma de satisfacción vergonzosa pero
efectiva.
♥ Anima nuestro peregrinar por el calvario de la vida a condición de admitir la falta-en-ser que nos constituye.
♥ $ histérico gusta de permanecer insatisfecho, como si de esa manera lograra ponerse a salvo de la falta por excelencia.
♥ $ oscila entre la queja, la reivindicación rabiosa, la decepción grandilocuente y la desgana depresiva.
♥ $ encuentra su goce en el exceso, el cual se nutre de la insatisfacción.
Amor:
Enamorado del amor, padece el desamor, crisis más desesperadas. Pero también le aflige el exceso de amor.
♥ Mujer: pide continuamente alguna prueba fehaciente de amor, confirmación de q su pareja la ama.
♥ Varón: esencialmente pedigüeño.
♥ Después de admirar, idealizar y subir a los altares al otro, tras asumirse en falta y regodearse en la inferioridad, se
confronta con aquel a quien poco antes admitía como amo, jefe o maestro, figura a la que ahora hay q derrocar a
cualquier precio y con cualquier medio.
♥ Lacan: lo que la histérica quiere es un amo, sobre el que pueda reinar. Ella reina y él no gobierna.
Estrategia: aplazar el goce para mantenerse indefinidamente en el deseo.
NEUROSIS OBSESIVA:
Enlazada a lo masculino
Caso primordial: el Hombre de las Ratas.
Morel: introdujo la perspectiva afectiva de las obsesiones, y resalta la impresionabilidad y emotividad de ciertas ideas fijas
y de ciertos actos anormales.
Freud: 1894 construye la Zwangsneurose=neurosis obsesiva.
Conflicto psíquico de la neurosis obsesiva: el $ se experimenta atrapado en sí mismo, se sabe autor de lo que le pasa y se
ve sometido a vehementes coacciones que se desarrollan en el pensamiento, en el de los actos compulsivos y rituales y
también en el de los afectos compulsivos y obsesivos.
Rumiación: reproche insistente y a menudo el lacerante sentimiento de culpa a veces transformado en autocastigo, la
punzante duda, la posposición (procrastinación), la ambivalencia, la indeterminación paralizante y en ocasiones, las
inhibiciones en el pensar y actuar.
Representaciones obsesivas: reproches mudados, que retornan de la represión y están referidos siempre a una acción de la
infancia, una acción sexual realizada con placer.
2 tiempos:
1. Predisposición: encuentro traumático con el deseo del Otro, tropiezo con un adulto que induce algún tipo de acto
sexual. De ese encuentro traumático, experimentado por el infante como gozoso y afrontado en una posición activa,
derivan los posteriores reproches.
2. Neurosis propiamente dicha: se resignifican esas experiencias infantiles traumáticas y se enlaza un reproche a esa
vivencia sexual.
Una vez que se ha realizado esta asociación, las representaciones de la experiencia sexual traumática se reprimen.
Según Freud, las imágenes de nuevos paisajes desconocidos por Dora se deben a la estimulación
de las fotografías de un álbum que le habían obsequiado a Dora para Navidad, con vistas de un balneario
alemán. El mismo día del sueño lo había sacado de una caja en que guardaba multitud de
estampas y fotografías para enseñárselos a unos parientes. Por tal motivo Dora le pregunta a su madre
"¿Dónde está la caja?" (En el sueño Dora pregunta ¿Dónde está la estación?). (Pág.986)
Además, esa misma noche en la cena familiar, un pariente había realizado un brindis por el padre de Dora,
expresando el deseo de que gozara de buena salud por muchos años. Dora había visto desdibujar en el rostro de
su padre una contracción melancólica y había adivinado las tristes ideas que en el despertaban tales deseos. (Pág.987)
Con respecto a la carta, Freud le hace notar a Dora la relación con la nota que ella dejara en su
habitación, explicando sus deseos de suicidio. En ambas notas, ella abandonaba a sus padres (yendo al extranjero o
suicidándose), ocasionando una pena muy grande en su padre y quedando así ella vengada.
Por otra parte, tras la primera situación del sueño se oculta la fantasía de desfloración.
En el análisis y ante la insistencia de Freud para que recordara más detalles sobre la escena del lago con K. Dora
recuerda que luego de la proposición que éste le hace, ella quiere regresar rodeando el lago y le pregunto a un
hombre cuanto tardaría en llegar y le respondió "Dos horas y media" (misma respuesta que recibe en el
segundo sueño al preguntar cuanto le falta para llegar a la estación) El bosque del sueño era
idéntico al que cubría las orillas del lago, pero un día antes del sueño Dora había visto un
cuadro con un bosque análogamente parecido al del lago y donde además mostraba varias figuras de ninfas.
(Pág.988) Según el análisis que hace Freud, "ninfas" es un término poco utilizado para designar los
pequeños labios del genital femenino, que se encuentran situados "detrás del espeso bosque" (aquí hace
alusión al vello púbico). A raíz de este análisis Dora recuerdo otro fragmento del sueño:
"Voy tranquilamente a mi cuarto y me pongo a leer un libro muy voluminoso que encuentro encima de mi escritorio"
(Pág.989) Esto demuestra que al estar sola en su casa ya que todos se encontraban en el entierro del padre, Dora
podía leer sin interrupciones cualquier tipo de libro, inclusive los de anatomía humana.
Aparece luego un nuevo elemento, que Freud relaciona con lecturas prohibidas de la infancia. Un primo de Dora
sufrió una apendicitis y ésta averiguo de una enciclopedia los síntomas de la enfermedad. Aparece
entonces que 9 meses después de la escena del lago, Dora sufre una supuesta apendicitis, que deja como secuelas algunas
dificultades para caminar (arrastraba el pie derecho). Freud plantea que la neurosis se apropió de la enfermedad para usarla
como una de sus manifestaciones, de manera que Dora se habría procurado una enfermedad por la lectura de un artículo
acerca del embarazo y el nacimiento, posterior a la escena con el Sr. K. Por tanto, la apendicitis 9 meses después de dicha
escena no era otra cosa que la fantasía de parto, mientras que el problema del pie (formado en base a un modelo infantil)
simbolizaba el "mal paso" ligado a la misma escena.
Este es, según Freud, el sueño de la curación pues en él Dora se abre a otros amores aparte del morboso que tiene hacia su
padre. Es evidente, por cierto, el simbolismo sexual del bosque. El sueño aporta además material para aclarar la relación
con el señor K. Freud descubre que el motivo por el que Dora sintió asco hacia él fue verse tratada del mismo modo en que
el señor K. trató a una institutriz con la que había tenido una aventura y a la que había despedido. Sintió, por tanto, que era
tratada como si fuera del servicio. Este hecho es muy interesante porque la propia Dora, debido a la transferencia, se venga
en Freud del señor K., abandonando el tratamiento y tratándolo como si fuese un empleado. Freud, por su parte, en esta
etapa temprana del psicoanálisis, realiza una contratransferencia y la identifica con su vieja y odiada institutriz. Su venganza
consistirá en dejar que Dora abandone el tratamiento sin haberse curado.
Observaciones:
7 años
Enuresis
Los Bauer habían tenido una cuidadora de niños con la que Dora se llevaba muy bien hasta que descubrió que estaba
enamorada de su padre. En ese momento sólo pudo verla como una rival y la hizo despedir. Siempre que el padre estaba en
casa la cuidadora era amable con los niños, pero no mientras el padre estaba ausente. Esto hizo pensar a Dora que ella se
comportaba del mismo modo con los hijos del señor K.
Es habitual en la histeria el uso de la enfermedad para llamar la atención. Dora había heredado de la familia de su padre este
desagradable trastorno. Atendiendo a las fechas en que padecía ataques de tos con afonía o dolores de estómago era
evidente que coincidían con la ausencia del señor K., lo cual significaba que utilizaba esos males para atraer su atención.
Para continuar avanzando en el inconsciente de Dora, Freud se vale de una de sus teorías más peculiares. Afirma que un
síntoma corresponde siempre a la figuración de una fantasía sexual. Tomando esta hipótesis como punto de partida Freud
intenta explicar las razones de la tos y la afonía de Dora. Dora sabe que su padre es impotente y sospecha, por tanto, que las
relaciones con la señora K. incluyen sexo oral. La atracción inconsciente de Dora por su padre había generado el síntoma de
la tos como fantasía sustituta del trato sexual con su padre. En esa fantasía ella ocupaba el lugar de la señora K. lo que
significaba que se sentía más atraída por su padre de lo que estaba dispuesta a reconocer. Esta interpretación se apoya
además en el hecho de que Dora estaba más próxima a su padre que su propia madre, era, puede decirse así, la niña de sus
ojos. Cuando apareció la señora K. quien perdió su posición de privilegio no fue la madre de Dora sino la propia Dora.
A continuación, Freud le explica a Dora que sus sentimientos hacia su padre son un modo de poner freno a la
atracción evidente que siente por el señor K. Y aunque ella, en un principio se niegue a tal teoría, Freud afirma que "En
modo alguno se oponía a mis expectativas el que yo provocase en Dora la más terminante contradicción al exponerle de esta
manera las cosas. El «No» que se escucha del paciente tras exponer por primera vez a su percepción consciente los
pensamientos reprimidos no hace sino ratificar la represión y su carácter terminante; mide su intensidad, por así decir. Si
uno no entiende ese «No» como la expresión de un juicio imparcial, del cual por cierto el enfermo es incapaz, sino que lo
pasa por alto y prosigue el trabajo, enseguida se obtienen las primeras pruebas de que «No» en estos casos significa el
deseado
«Sí». Ella confesó que no podía guardar, hacia el señor K. la inquina que este merecía. Contó que un día lo había
encontrado por la calle, estando ella en compañía de una prima que no lo conocía. La prima exclamó de pronto: «¡Dora,
¿qué te pasa? ¡Te has puesto mortalmente pálida!». En su interior no había sentido nada de ese cambio, pero le expliqué que
los gestos y la expresión de los afectos obedecían más a lo inconsciente que a lo consciente, y lo dejaban traslucir. Otra vez,
tras varios días en que había mantenido un talante alegre, acudió a mí del peor humor. No podía explicarlo; se sentía
contrariada, declaró; era el cumpleaños de su tío y no se resolvía a felicitarlo; no sabía por qué. Mi arte interpretativo estaba
embotado ese día; la dejé seguir hablando y de pronto recordó que hoy era también el cumpleaños del señor K., hecho que
yo aproveché en su contra. Tampoco fue difícil explicar por qué los magníficos obsequios que le hicieran algunos días antes
para su propio cumpleaños no le causaron ninguna alegría. Faltaba un obsequio, el del señor K., que evidentemente antes
había sido para ella el más valioso."
La raíz de la preocupación compulsiva de Dora (la relación de su padre con la Sra. K. es desconocida (inconsciente). Con su
exigencia de que el padre dejara a la Sra. K., Dora ocupaba el papel de mujer celosa, el de esposa más que el de hija. Por
otra parte, con su tos, como fantasía sexual referente al padre, Dora ocupaba el lugar de la Sra. K. Esto lleva a Freud a la
conclusión de que Dora se sentía inclinada hacia su padre y que este era el pensamiento inconsciente, su deseo reprimido.