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DISCAPACIDAD INTELECTUAL - RETARDO MENTAL

(RETRASO MATURATIVO -5 AÑOS / RETRASO MENTAL 5 AÑOS Y +)

DEFINICIÓN
Cuando hablamos de Retardo Mental no se nombra a una única enfermedad sino a un conjunto
muy amplio de trastornos de diferentes orígenes, que tienen en común el afectar, en algún momento del
desarrollo, al SNC. (Fejerman)
Es una categoría diagnóstica que contiene criterios de inclusión y exclusión. El Retardo Mental se
caracteriza por un funcionamiento mental por debajo de la edad cronológica (se expresa a través del
Coeficiente Intelectual), con alteraciones en la conducta adaptativa que se instalan en el trascurso del
desarrollo. (Tallis)

DSM IV: tiene dos criterios para caracterizarlo, uno cuantitativo (Coeficiente Intelectual) y otro
adaptativo-pragmático (eficiencia para…).
 Capacidad intelectual menos al promedio (CI -70).
 Déficit o alteraciones concurrentes de la actividad adaptativa actual en por lo menos dos áreas
(comunicación, cuidado personal, habilidades sociales, trabajo, salud).
 El inicio es anterior a los 18 años.

A.A.R.M. (Asociación Americana de Retraso Mental): propone un paradigma distinto de Retraso Mental,
donde se plantea no sólo lo que el afectado no puede hacer (paradigma del déficit), sino lo que puede
llegar a hacer con una asistencia determinada.

CLASIFICACIÓN (DSM-IV)
Pueden especificarse 4 grados de intensidad, de acuerdo con el nivel de insuficiencia intelectual:
 LEVE: CI entre 50-55 y aproximadamente 70.
 MODERADO: CI entre 35-40 y 50-55.
 GRAVE: CI entre 20-25 y 35-40.
 PROFUNDO: CI inferior a 20-25 (existe una enfermad neurológica identificada que explica el
retraso mental).
 DE GRAVEDAD NO ESPECIFICADA: no es posible verificar la inteligencia del sujeto mediante los
test usuales.

ANTECEDENTES PRE, PERI Y POST-NATALES (Fejerman)


ENDÓGENOS: (corresponde a los factores pre, peri y post-natal)
 PRENATAL: infertilidad previa, fármacos y radiación, ingesta de alcohol y drogas, embarazo
múltiple, antecedentes de aborto, insuficiencia placentaria, malformaciones cerebrales,
anomalías/alteraciones genéticas.
 PERINATAL: prematurez, bajo peso, parto gemelar, hipoxia perinatal, hiperbilirubinemia,
hemorragia cerebral.
 POST-NATAL: infecciones (en especial rubeola y HIV), PC, hidrocefalia, traumatismo craneal,
malnutrición, paro respiratorio, deprivación emocional, problemas socio-económicos,
encefalopatías, enfermedades desmielinizantes, metabolipatías.
EXÓGENOS: alteraciones del material genético.
 ANOMALÍAS CROMOSÓMICAS (por ejemplo: síndrome de Down, síndrome de Williams).
 ANOMALÍAS GENÉTICAS (por ejemplo: síndrome de Rett, x-frágil).

INDETERMINADOS: como por ejemplo la edad de la madre (menos de 16 años, mayores de 40).

RIESGOS NO BIOLÓGICOS: como los riesgos sociales y emocionales.


Los niños provenientes de medios desfavorecidos están expuestos a continuos riesgos biológicos.
La carencia de nutrientes en forma y cantidad adecuadas es un factor de riesgo de RM exclusivamente
cuando es intensa y sostenida en los primeros meses de vida.
Respecto al cruce de lo biológico y lo emocional, existe una relación entre la depresión materna y
el bajo peso al nacer ya que el estímulo materno es el motor central de un apropiado desarrollo
neuropsíquico.

INDICADORES TEMPRANOS
El llanto y la irritabilidad extrema; o a la inversa, la apatía y el sueño excesivo. La calidad de la
mirada, de la sonrisa social y el interés por los objetos y las personas, de iniciativa de intercambio con las
figuras de crianza. Retraso en el lenguaje. Calidad de la motricidad fina.

PERFIL DEL DESARROLLO


 Retraso al sonreír y prestar atención. Junto con retraso en el desarrollo motor.
 Retraso en seguimiento visual, el lactante parece no prestar atención a lo que lo rodea (suele
llevar a un diagnóstico equívoco de ceguera).
 Retraso en respuesta a los sonidos (diagnóstico equívoco de sordera).
 Retraso en aprender a masticar (conlleva a dificultades en la alimentación).
 Patada recíproca persiste hasta los 2 o 3 años (que suele desaparecer cuando el niño da sus
primero pasos).
 Persistencia en la observación de las manos (más de 20 meses).
 Llevarse los objetos a la boca persiste hasta los 2 o 3 años (característico de un niño de 6 a 12
meses).
 Arrojar objetos de forma deliberada al suelo uno tras otro (suele desaparecer entre los 15 y 16
meses, en estos niños persiste más).
 Babeo posterior al año de vida.
 Bruxismo estando despiertos.
 Vocalización alterada (llanto más aullado y débil).
 Falta de interés y concentración (falta de interés en lo que lo rodea, menos capacidad de
respuesta).
 Hiperactividad sin sentido (actividad excesiva y sin sentido).

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
RETRASO MADURATIVO: ocurre que un niño se retrasa durante las primeras semanas y con
posterioridad alcanza al término medio y termina siendo normal.
PARÁLISIS CEREBRAL: ambos suelen presentarse de forma asociada.
ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES
DEFICIENCIAS SENSORIALES: tales como alteraciones de la vista o de la audición pueden ser causa de
depravación emocional, de disminución en la manipulación y en otras experiencias. Un déficit condiciona
al otro de tal forma que se retrasa el desarrollo por una combinación de factores.
Por ejemplo: un defecto visual puede afectar a la edad en que se comienza a sonreír, al
seguimiento visual y a la manipulación.
EFECTOS DE DEPRIVACION EMOCIONAL: ESQUIZOFRENIA Y AUTISMO

FENOTIPOS CONDUCTUALES
Refiere a determinados aspectos de la conducta característicos de distintos síndromes genéticos,
de tal modo que esos rasgos podían orientar el diagnóstico de los mismos.
Estamos hablando de un patrón característico de anormalidades motoras, cognitivas, lingüísticas
y sociales que se asocia consistentemente con un trastorno biológico.

Lo que tienen en común todos estos es que son genéticos y cursan con retraso mental

 FRAGILIDAD DEL CROMOSOMA X: mayor manifestación en los varones. Desde el punto de vista
clínico, hay un retardo mental de grado variable acompañado por trastornos psiquiátricos. Los
rasgos dismórficos son poco notables e incluyen orejas grandes, frente y mentón prominente,
macrogenitalia (testículos grandes).
Desde el punto de vista psiquiátrico, son agresivos, irritables, hiperactivos con falta de atención
y conductas autistas. Existen problemas en el lenguaje.
 SÍNDROME DE ANGELMAN: son niños que cursan con Retardo Mental significativo, ataxia y
epilepsia. Tienen movimientos incoordinados de los MMSS, con aleteo y golpeteo; hiperactividad
con escaso nivel de atención. No logran adquirir el lenguaje oral. Hay una actitud de felicidad con
risa casi constante y excesiva. Expresión simpática.
 SÍNDROME DE WILLIAMS: cursan con Retardo Mental de grado variable y con una facie
característica que ha sido comparada a la de los duendes; tienen además una serie de
malformaciones acompañantes. La característica conductual más llamativa es la alta
disponibilidad social.
 SÍNDROME DE PRADER WILLI: presentan Retardo Madurativo de grado variable, hipotonía,
hipogenitalismo, obesidad marcada. Autoagresión, trastornos del sueño, agresión y síntomas
obsesivos-compulsivos.
 SÍNDROME DE RETT: afecta solamente a las niñas. Normales durante los primeros meses de
vida, alrededor de la mitad del segundo año presentan una detención en el desarrollo
psicomotor con pérdida progresiva de las habilidades adquiridas. Signos precoces: apraxia
manual o bucomanual, con estereotipias de frotación.
 ESCLEROSIS TUBEROSA: enfermedad genética que afecta principalmente a la piel, al SNC, a los
riñones y al corazón, provocando una variedad de problemas físicos y mentales como Retardo
Mental, epilepsia grave y trastornos psiquiátricos. Puede presentarse en el nacimiento, pero las
manifestaciones suelen ser sutiles.
INTERVENCIÓN
Cada niño con Retardo Mental es único en su expresión sintomática; el abordaje debe contemplar
no solo sus dificultades intelectuales, sino que debe analizar los factores sociales, culturales, familiares y
emocionales que determinan a ese individuo único en su expresión de enfermedad.
La práctica nos muestra que la obtención de una edad mental o de un CI no nos da una verdadera
medida de la capacidad real del niño, y que pacientes con CI similares funcionan de manera totalmente
distinta. Los test solo sirven para fijar a un niño en un nivel de discapacidad y no determinan sus
potencialidades ya que obvian las situaciones individuales de los niños en el momento de la toma, hecho
que puede obstaculizar una verdadera apreciación de sus competencias al evaluar solamente la
performance en un momento específico de la vida del paciente.
La necesidad de contar con ellos es por cuestiones legales, y por otro lado pueden servir como un
elemento más de la clínica si son puestos en ese contexto y no son tomados con carácter absoluto para
definir al niño. Muchas veces una hora de juego arroja más información sobre el nivel mental que alguna
prueba, especialmente en niños pequeños.
Una vez evaluada la capacidad intelectual, correspondería indagar si existen deficiencias
instrumentales que limitan aún más las posibilidades expresivas y de aprendizaje. Por ejemplo si existen
trastornos del lenguaje, dispraxias, problemas atencionales, trastornos de la percepción.
En cuanto a diagnóstico temprano, hay un significativo atraso en el diagnóstico del Retardo
Mental, para ello es necesario conocer acabadamente las pautas de normalidad para detectar las
anomalías, siendo a veces sutil la línea que separa ambas situaciones y variable el rango normal de la
edad en la que suelen aparecer las distintas conductas y habilidades.
Si bien los padres suelen ser buenos observadores del desarrollo de sus hijos, el retraso en el
diagnóstico de las alteraciones intelectuales y lingüísticas, en comparación con las motoras, suele ser
menor, en parte responde a las distintas fases de las preocupaciones de los padres (recién entre los 18 y
24 meses aparecen las preocupaciones referidas a lo cognitivo y lingüístico).
Existe una confusión al pensar que las competencias motoras refieren a logros intelectuales y
pensar que estos niños tienen rasgos físicos orientadores.
La importancia de un diagnóstico temprano es que ello permite la implementación de tareas
terapéuticas que puedan incidir en el pronóstico, mejorando las alteraciones propias de las patologías de
base, evitando el desencadenamiento de cuadros secundarios.
Esta necesidad de diagnóstico y tratamiento temprano se sostiene fundamentalmente en 3
situaciones de la relación organismo-medioambiente: período crítico-acumulación de deficiencias-
plasticidad neuronal.

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