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Los aceites esenciales (AE) son mezclas complejas de compuestos volátiles, ligeros y no grasos,
que son producidos por el metabolismo de materias primas vegetales, es decir por plantas.
Para que sean considerados como aceites esenciales, deben de ser destilables por agua o
vapor, por procesos mecánicos e hidrodestilación.
Los aceites esenciales como el aceite esencial de lavanda, son productos químicos insolubles
en agua, ligeramente solubles en ácido acético, y solubles en alcoholes, grasas, ceras y aceites
vegetales. Este tipo de aceites contienen las sustancias que son responsables del aroma de las
plantas, y que gozan de gran importancia en la industria cosmética, alimenticia y farmacéutica
El aceite esencial de lavanda (Lavandula Officinalis) es el aceite esencial más conocido en todo
el mundo. Las flores de lavanda son las más utilizadas por su agradable aroma y por sus
propiedades medicinales, entre las que destaca su efecto calmante.
MÉTODO DE EXTRACCIÓN
Los principales métodos de extracción de las esencias es la destilación al vapor de agua, pero
también existe la expresión y maceración, extracción con solvente, entre otros.
PROCESO DE DESTILACIÓN DE VAPOR DE AGUA
El proceso de destilación de vapor de agua, es la colocación de grandes cantidades de material
vegetal en este caso se extrae de sus flores violetas azuladas de un pequeño arbusto, se coloca
en el matraz de colector, lo cual se debe llevar a ebullición para que se produzca el vapor del
cual se extraerá la esencia o aceite.
Esta extracción del aceite del vapor emitido por la ebullición se realiza a través de un enfriador
donde se condensa, luego al recoger el contenido resultante se ve la separación del aceite y el
agua lo cual debe separarse.
BENEFICIOS DEL ACEITE ESENCIAL DE LAVANDA
Un producto natural que destaca por su función regeneradora, relajante e antiinflamatoria,
perfecto para cuidar tu piel o evitar el insomnio. El aceite esencial de lavanda no es irritante
para la piel.
Función antiséptica: Aunque no tenga las características activas de un elemento
químico, el aceite esencial de lavanda está capacitado para enfrentarse a virus y
bacterias. Desde infecciones de la piel hasta problemas bacterianos como acné, caspa,
hongos, verrugas, etc.
Función analgésica: este aceite tiene la capacidad de reducir el dolor y la inflamación,
especialmente cuando se trata de afecciones dermatológicas, dolores musculares o
contusiones.
El efecto relajante del aceite de lavanda es de los más conocidos. Puede ayudarnos a
aliviar el nerviosismo, la depresión o el insomnio gracias a sus propiedades sedantes.
El aceite de lavanda es perfecto por su acción antiinflamatoria. Junto con el aceite
esencial de árbol del té y el de manzanilla, la lavanda reduce y alivia cualquier síntoma
provocado por infección, contusión o congestión sanguínea.
En lo privado, para la higiene personal puedes utilizar unas gotas de lavanda en el caso
de querer hacerte un baño relajante. También puedes emplearlo como desodorante
sustituyendo el tradicional por una mezcla de aceites vegetales añadiendo unas gotas
de aceite esencial de lavanda.
Lo que puede ocurrir con la mezcla es que usemos demasiado de uno de los dos reactivos.
Si tenemos un exceso de vinagre (ácido acético), tendremos un pH ácido. Dependiendo de si el
vinagre es de Módena, del mercadona o de la cesta de navidad, tendremos un pH totalmente
diferente. Puede ayudar a eliminar restos como la cal u otros minerales, pero poco más. De
ahí, que sea tan eficaz para limpiar los grifos.
Mientras que, si tenemos un exceso de bicarbonato, tendremos un pH alcalino y,
probablemente, una disolución sobresaturada. Esto último significa, que no se habrá disuelto
todo el bicarbonato y lo tendremos en forma de polvo. Haremos uso del froti-froti en el cuero
cabelludo, con la consecuente irritación y posterior descamación en el cuero cabelludo.