Está en la página 1de 16

C A P Í T U L O 4

Electroestimulación en la cicatrización
de heridas
M.a Encarnación Aguilar Ferrándiz, Rosa María Tapia Haro, Antonio Casas Barragán
y Manuel Albornoz Cabello

Introducción
La curación de las heridas, o cicatrización, es un proceso fisiológico complejo que sigue un curso
similar en los diferentes tipos de lesiones y que es esencial para el organismo, sin el cual el cuerpo
es incapaz de sobrevivir. En general, no existen diferencias fundamentales en el proceso de cura-
ción entre una fractura de un hueso y una rotura de un músculo. En lo que sí existen diferencias es
en las células implicadas en dicho proceso de reparación. Por ejemplo, en el caso de una fractura
son los osteoblastos los principales responsables del proceso curativo. En cambio, si la herida se
produce en el tejido muscular son los fibroblastos y en el caso de producirse en el tejido cartilagi-
noso son los condroblastos (Guyton, 1988).
La curación de heridas mediante electroterapia se lleva a cabo con el empleo de diversas corrien-
tes, entre las que podemos destacar la corriente galvánica, las microcorrientes o las corrientes de
alto voltaje, entre otras (Watson, 2009). La cicatrización de las heridas a través de la estimulación
eléctrica se debe al aumento que provoca dicha corriente en la proliferación de la matriz extrace-
lular de la herida cutánea, especialmente mediante el depósito de colágeno tipo I-II y fibronectina
(Lala, 2016). En el presente trabajo nos centramos en las corrientes TENS (estimulación eléctrica
transcutánea de los nervios) con impulso alterno rectangular, que son unas de las más divulgadas y
estudiadas (Adel, 1991). El método de aplicabilidad de las corrientes TENS consiste en la trans-
misión de una corriente eléctrica de baja frecuencia a través de electrodos colocados en la piel con
la finalidad de estimular las fibras nerviosas sensoriales y producir diversos efectos fisiológicos. Los
impulsos eléctricos de estos dispositivos pueden ser rectangulares monofásicos (corriente directa)
o rectangulares bifásicos (corriente alterna), siendo, como acabamos de mencionar, la corriente
alterna rectangular bifásica la más utilizada (Adel, 1991; Johnson, 2008).
Por otro lado, la piel es el órgano más extenso del cuerpo humano. Es fundamental conocer los
diferentes elementos que la componen para la terapéutica de la curación de heridas con corrientes
TENS, impulso alterno rectangular. Las funciones de la piel son varias; entre ellas destacan la de pro-
tección del medio externo y la de termorregulación, entre otras. Además, histológicamente hablando,
en la piel se distinguen tres capas, desde la más superficial a la más profunda: la epidermis, la dermis
y la hipodermis (Fawcett, 1987). Así, la piel humana es entendida como una unidad eléctrica, puesto
que presenta un potencial de corriente transcutáneo de 10 a 60 mV, generado por el movimiento de
sodio a través de la bomba sodio/potasio/ATP en la epidermis (Foulds, 1983). Cuando se produce
una lesión en el tejido epitelial, el campo eléctrico natural del cuerpo humano se interrumpe y se crea
un campo eléctrico lateral denominado «corriente de lesión» para guiar, de esta manera, a las células
epiteliales durante la cicatrización de las heridas (Barker, 1982). Estudios de investigación, como el
de Thakral et al. (2013), han enfatizado el efecto beneficioso que presenta la electroterapia sobre la
cicatrización de las heridas, ya que acelera el proceso de curación debido a que la corriente eléctrica
artificial imita el campo eléctrico natural del cuerpo humano ante un daño en la capa epitelial y
aumenta la migración y proliferación de neutrófilos, macrófagos y fibroblastos en la zona lesionada.

© 2021. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos 155


Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de
ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
156 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

Fases del proceso general de curación de las heridas


Comenzaremos describiendo las diversas fases del proceso general de curación de una herida
(tabla 4.1). Dicho proceso puede dividirse en tres fases, dependiendo, en primer lugar, de las células
que actúen con mayor protagonismo; en segundo lugar, de la presencia de macromoléculas estructu-
rales intracelulares y, finalmente, de las sustancias indicadoras que coordinan el proceso de curación
de la lesión. El desarrollo completo de estas tres fases en la recuperación de una lesión conlleva su
normalización. Además, el conocimiento de la duración de cada una de estas fases es muy importante
para evaluar el estado del proceso de curación. Así pues, el retraso o ausencia de alguna de dichas
fases derivará en una condición fisiopatológica que imposibilitará la correcta resolución de la herida
en cuestión. Pasamos a continuación a describir las tres fases principales en que se divide la cicatriza-
ción de una herida, con los tiempos fisiológicos medios de cada una de ellas.

FASE DE HEMORRAGIA
Esta es la primera fase tras sufrir el traumatismo y producirse la herida. Este período se caracteriza
por una hemorragia de corta duración, que se contiene mediante la presión de los tejidos del
entorno de la herida. Además, los vasos sanguíneos alterados reaccionan con una vasoconstricción
que dura de 20 a 30 min. Dicha vasoconstricción está provocada por diversas sustancias como la
serotonina y las prostaglandinas.
El mecanismo de la coagulación implica una serie compleja o «cascada» de reacciones en la que
las enzimas inactivadas se activan y las activadas a su vez activan a otras enzimas que no lo están.
En esencia, la coagulación de una hemorragia se resume en la conversión del fibrinógeno, proteína
soluble del plasma, en fibrina, que es insoluble. La malla de fibrina forma un tapón o barrera física
que evita la salida de sangre de la herida. No obstante, en muchos casos de heridas no traumáticas,
esta fase hemorrágica puede no estar presente.
El coágulo de sangre formado provee a la herida de una matriz provisional que facilita la
migración de células (Clark, 1991). Al mismo tiempo, la coagulación de la herida sirve para ayu-
dar en la hemostasis y para generar mediadores químicos como, por ejemplo, la bradiquinina.
Estas sustancias influyen en la circulación local, estimulan la producción de mediadores químicos
adicionales y actúan como atrayentes de células como los neutrófilos, monocitos, etc., que son los
primeros en llegar al lugar de la lesión (Clark, 1990).

FASE INFLAMATORIA: INFLAMACIÓN NEURÓGENA


El sistema nervioso desempeña un papel claramente intermediario en la fase inflamatoria. La
reacción producida en la piel también se conoce como la «triple reacción de Lewis» (Lewis, 1927).
Esta reacción de Lewis se produce de forma fisiológica ante cualquier agresión sobre la piel como,

TABLA 4.1 ■ Fases de cicatrización de una herida


Fases de cicatrización Duración
1. Fase de hemorragia 20-30 min
2. Fase inflamatoria 24-48 h
3. Fase de regeneración
• Fase de proliferación 2-4 días
• Fase de producción 4 días-3 semanas
• Fase de remodelación 3 semanas-3 meses

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 157

por ejemplo, una herida. Consiste, en primer lugar, en una vasodilatación local transitoria seguida
de un eritema capaz de extenderse por el área estimulada. La permeabilidad vascular se altera y se
produce una extravasación de células sanguíneas y la formación de habones. Esta triple reacción
puede ser provocada tras la inyección de histamina, de neuropéptidos como la sustancia P, tras
la estimulación antidrómica de los nervios sensoriales y puede ser abolida por la denervación.
Gráficamente, la triple reacción de Lewis consiste en la formación de un área central roja inicial,
rodeada por un halo rojo brillante, que se transforma en un edema del área central. Lewis atribuyó
estas acciones a la histamina o sustancias similares, que son liberadas por las células de los tejidos
y que actuarían sobre los pequeños vasos sanguíneos y linfáticos y sobre los nervios sensoriales.
En esta fase se empieza a producir el colágeno tipo IV, necesario para delimitar la extensión
o los bordes de la herida. No obstante, este colágeno es amorfo y no presenta resistencia ni a las
cargas mecánicas externas ni a las contracciones musculares intrínsecas.

FASE DE REGENERACIÓN
Esta etapa de regeneración se divide en tres fases consecutivas que consisten en una fase de proli-
feración seguida por otra fase de producción y, finalmente, por una fase de remodelación.

Fase de proliferación
Después de aproximadamente 2 o 3 días se produce un aumento de la actividad de los fibroblastos, y
se genera un tejido de granulación que comprende una nueva matriz y nuevos vasos sanguíneos y lin-
fáticos. Además, los macrófagos y los linfocitos que se encuentran en el interior de la herida sintetizan
ácido hialurónico y colágeno tipos I y III (Toole, 1981). Debido a la falta de tensión en el tejido, este se
deposita de forma no estructurada. Transcurridos unos 4 días empiezan a visualizarse células endotelia-
les y, al mismo tiempo, comienza la formación de nuevos vasos sanguíneos, como ya hemos comentado.

Fase de producción
La duración de esta fase oscila entre el cuarto día y unas 3 semanas, aproximadamente, de haberse
producido el traumatismo. En ella se forman los vasos sanguíneos, que son los responsables de
aportar las sustancias necesarias para la síntesis de las fibras de colágeno y otras como las moléculas
matriciales (proteoglicanos). Esta formación de nuevos vasos es estimulada y controlada mediante
la acción de algunas sustancias (Folkman y Klagsburn, 1987; Madri y Pratt, 1988; Zetter, 1988).
En esta fase, el coágulo inicial es sustituido por tejido rico en fibroblastos, vasos sanguíneos,
fibras de colágeno y proteoglicanos (también denominado tejido de granulación). La resistencia a
la tensión de este tejido aumenta con el tiempo y con la proporción de fibras formadas.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Fase de remodelación
Esta fase puede durar entre 3 semanas y 3 meses, continuando con la anterior fase y remodelando el
tejido para una mayor resistencia de este. Las fibras formadas en la fase de proliferación se encuen-
tran unidas mediante conexiones electrostáticas con iones de H+ que le confieren poca resistencia.
A través de un proceso de destrucción y síntesis (turnover), la orientación de las fibras de colágeno
se adapta a su función y las uniones se hacen más resistentes como consecuencia del aumento de
grosor de dichas fibras de colágeno y de uniones más estables, dando fin al proceso de cicatrización.

Alteraciones en la curación de heridas


Las alteraciones en la curación de las heridas pueden tener diferentes causas y orígenes, entre las
más comunes destacan las siguientes: las inflamaciones acompañadas de signos como eritema
o calor, las infecciones, la localización de la herida en la extremidad, el tamaño de la herida y
la mala circulación sanguínea y/o linfática que implica una perfusión insuficiente de los tejidos

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
158 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

(Meaume, 2004). Por otro lado, también influyen las cargas o fuerzas excesivas con respecto a la
resistencia a la tensión que presenta la herida como, por ejemplo, en el caso de las úlceras de pre-
sión. Además, hay que tener en cuenta los factores de tipo general, como el descanso insuficiente
del sujeto y la disfunción en el metabolismo de los diferentes tejidos.
Las anteriores causas pueden presentarse de forma aislada o combinadas entre sí. Desde el
punto de vista de la fisioterapia, y más concretamente de la electroterapia, son varias las alternati-
vas para combatir la disfunción de una cicatrización alterada. No obstante, quizá sea la corriente
TENS, con impulso alterno rectangular, la que nos brinda la mejor opción. Dicha corriente nos
permite liberar, de forma artificial, las sustancias que inician la fase inflamatoria: la primera fase
de la curación de una herida.

Corriente TENS para la curación de heridas


El empleo de electroestimulación en el tratamiento o para la facilitación de la cicatrización de heri-
das es muy antiguo. Así, ya en el siglo xvii, existen publicaciones que lo avalan, con la descripción
de la colocación de láminas de oro sobre las heridas o lesiones cutáneas fruto de la viruela (Watson,
2009). Estudios preclínicos de electroterapia, con experimentación animal, sobre el tratamiento
de heridas cutáneas han evidenciado un refuerzo de la corriente eléctrica en las fases de curación de
las heridas. En la fase inflamatoria, la electroestimulación aumenta el flujo sanguíneo cutáneo,
mejora el suministro de oxígeno a los tejidos y proporciona un efecto antibacteriano. Además, en la
fase de proliferación, la electroestimulación incrementa el depósito de colágeno, facilita la regenera-
ción de las células de Schwann junto con la diferenciación de células madre, ayuda a la migración de
queratinocitos a la herida y acelera la síntesis de proteínas y estimulación de ADN. Finalmente, en
la fase de remodelación, la electroestimulación aumenta la estimulación de fibroblastos y la reepi-
telización del tejido, permitiendo así un mejor cierre y cicatrización de las heridas (Ud-Din, 2014).
El tratamiento de heridas con corrientes TENS, según los trabajos de investigación de
Lundeberg et al. (1988) y Burssens (2003, 2005), es muy recomendable, siempre que se aplique
en condiciones de circulación sanguínea óptima. Es decir, que el aporte de sustancias y oxígeno y
la eliminación de metabolitos nocivos sean correctos. Por lo tanto, si no se eliminan las sustancias
nocivas, que son resultado del metabolismo celular, estas pueden provocar la intoxicación del tejido.
En una herida de cierta gravedad, el sistema nervioso lo registra mediante un estado nocisensorial
o doloroso creado por dicha herida, a través de las fibras C amielínicas. Este mecanismo provoca una
vasodilatación periférica cutánea. Dicha circunstancia es conocida desde los estudios llevados a cabo
por Bayliss en 1901, quien establece la estimulación antidrómica de los nervios sensoriales como
los responsables principales de la vasodilatación cutánea. Este fenómeno, como señalaron Hinsey y
Gasser en 1930, solo se produce cuando la estimulación es amplia y afecta a las fibras C, las cuales
median la respuesta inflamatoria (inflamación neurógena) esencial para la curación de las heridas.
Así pues, las fibras C nociceptivas poseen una doble tarea; por un lado, la de señalar al sistema
nervioso central (SNC) mediante el dolor la localización de una herida y, por otro, la de estimular la
secreción de neuropéptidos como la sustancia P y el péptido relacionado con el gen de la calcitonina
(CGRP), que provocan la vasodilatación y, por consiguiente, la curación de dicha herida (Kaada,
1982; Khalil y Helme, 1996; Gibran et al., 2002). En consecuencia, la corriente TENS normaliza la
circulación mediante la acción sobre el axón del nervio sensorial y sobre la médula espinal (fig. 4.1).

ASPECTOS FÍSICOS DE LA TENS DE CICATRIZACIÓN DE HERIDAS


Las corrientes TENS con impulso alterno rectangular son las corrientes eléctricas más emplea-
das en la cicatrización de heridas y presentan las características que se exponen a continuación.
En cuanto al tipo de impulso, se emplea una onda monofásica alternante y rectangular, como se
puede observar en la figura 4.2. Su valor de corriente galvánica es cero; esto es, no se producen

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 159

A. Nociceptor muscular B. Reacciones químicas


quimiosensorial al nociceptor

Fosfolípidos

Bradiquinina i a Corticoesteroides –

Ácido araquidón
Prostaglandina E2 Ácido acetilsalicílico
PGE2 i a Diclofenaco – + Bradiquinina
Prostaglandina E

Sensibilizar Estimular Cambio de la


microcirculación y de la
Esímulos físicos permeabilidad de los
mecánicos/calor capilares

Fibra aferente

Nociceptor
terminaciones nerviosas Capilar
y sensoriales

– Estimulación Mastocitos
Sustancia P
+ Inhibición Opiata
5-HT (serotonina)
histamina
Figura 4.1 Entorno del nociceptor. (Tomado de Zimmermann M. Pain. Mechanisms and Mediators in
Osteoarthritis. Seminars in Arthritis and Reumatism 1989;18[4]:22-9.)

alteraciones sobre la piel del paciente. La duración más habitual del impulso empleado varía entre
0,2 y 0,35 ms, aunque algunos autores proponen duraciones de fase o de impulso superiores, de
hasta 1 ms. La frecuencia de la corriente oscila entre 1 y 110 Hz, dependiendo de si se trata de una
herida profunda o superficial, respectivamente.
Existen trabajos, como el llevado a cabo por Burssens en 2003, en los que se emplea una
duración de fase de 300 μs (0,3 mg), una frecuencia base de 100 Hz y una frecuencia de ráfagas de
2 Hz. En dicho estudio se investigaba la eficacia de la corriente TENS de ráfagas en la estimula-
ción de las fibras nociceptivas tipo C para conseguir una aceleración de la curación de la sutura de
tendones de Aquiles intervenidos quirúrgicamente. En dicho trabajo se evidenciaba un aumento
de fibroblastos, lo que confirma una mejora y aceleración de los procesos reparadores fisiológicos.
En el estudio realizado por Lundeberg et al., en 1992, se destaca cómo con la estimulación
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

con corrientes alternas rectangulares de 1 ms de duración de fase y 80 Hz de frecuencia, aplicada


durante 20 min y dos veces al día, sobre 64 pacientes aquejados de úlceras diabéticas crónicas, se
obtienen cambios significativos respecto al grupo control.
En el año 2000, en un estudio realizado por Cosmo et al. en el Hospital Universitario de
Malmö (Suecia) sobre 15 pacientes ancianos con úlceras venosas en las extremidades inferiores,
se aplicó una corriente TENS con una onda rectangular bifásica constante de 2 Hz de frecuencia
durante 1 h con dos electrodos de goma, colocando un electrodo a 5 cm proximal de la herida y
otro electrodo a 5 cm distal de la herida. En los primeros 15 min, se administró dicha corriente
con una intensidad de 10-15 mA. Posteriormente, y durante los siguientes 45 min, se aumentó la
amplitud a una intensidad tolerable en cada paciente en torno a los 20-45 mA. Se evidenció una
mejoría del flujo sanguíneo alrededor de un 35% en el área de la úlcera cuantificada con imagen
láser Doppler a los 60 min y de un 29% a los 15 min posteriores al tratamiento con TENS.
Un ensayo clínico aleatorizado realizado por Ogrin et al., en 2009, utilizó un dispositivo paten-
tado de estimulación eléctrica transcutánea de baja frecuencia en 29 personas de edad avanzada,

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
160 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

Anchura pulso

60 mA

Amplitud

Intervalo siguiente de pulso


depende del ajuste en HZ

Figura 4.2 Representación gráfica de la corriente TENS (impulso alterno rectangular). (Tomado de CD Manual
de Uso del equipo TENSMED 931: ENRAF NONIUS.)

con úlceras venosas en las extremidades inferiores de más de 6 semanas de evolución. Se utilizó
una corriente con frecuencia de 5 Hz e intensidad de 4 mA durante 5 min y dos veces al día para
un total de 12 semanas. Los electrodos fueron colocados de forma transversal, sobre los nervios
peroneos o safenos comunes (dependiendo de la localización de la herida en cada paciente). Se
demostró un aumento del índice de epitelización usado para medir la regeneración y el cierre de
las heridas y una mejoría en el flujo sanguíneo microvascular y en la tasa de oxigenación adya-
cente a las heridas en comparación con aquellos pacientes a los cuales se les aplicaron técnicas de
compresión para el manejo y control de las heridas y un falso estimulador de corriente eléctrica.
Continuando con esta línea de trabajo con relación al tratamiento de TENS en heridas de úlceras
por presión, existe un reciente estudio piloto clínico aleatorizado de García-Pérez et al., de 2018,
realizado en 22 pacientes con heridas por úlceras por presión en el tercio distal de la parte inferior
de los miembros inferiores. Se aplicó la estimulación con corrientes TENS a nivel local de la herida
y se administró una estimulación segmentaria a nivel lumbar. Los parámetros utilizados fueron el
uso de corriente con una anchura de pulso de 250 ms, una frecuencia de 40 Hz y una intensidad de
15-25 mA durante 60 min, para un total de 20 sesiones administradas durante 2 meses. Se utilizaron
4 electrodos reusables y adhesivos de 5 × 5 cm2, donde dos electrodos se colocaron de manera cra-
neocaudal y otros dos electrodos perpendiculares al borde de la herida sin contacto con la misma. La
aplicación de la corriente TENS fue de 30 min a nivel de la herida por úlcera (fig. 4.3) por presión
y, posteriormente, 30 min en la zona lumbar a nivel de L4-L5 y L5-S1 (fig. 4.4). Los resultados
proporcionados en el estudio mostraron que el tamaño de la herida por úlcera por presión, la tasa de
curación de las heridas, los niveles de dolor y el flujo sanguíneo microvascular mejoraron después de
las 20 sesiones de tratamiento en el grupo experimental con respecto al grupo control.
Por último, cabe mencionar que, aunque las corrientes TENS con impulso alterno rectangular
y de baja frecuencia son las más utilizadas en el proceso de curación de las heridas, hay estudios
sobre el uso de TENS de alta intensidad en pacientes con heridas cutáneas centrados en la
mejora del dolor experimentado por esa lesión dérmica. El estudio piloto de Gardner et al., en
2014, aplicó corrientes TENS con impulso rectangular bifásico asimétrico con una frecuencia de
50-150 Hz modulada cada 0,5 s, con una duración de pulso de 0,2 ms y una intensidad máxima
tolerable de 20 mA durante 30 min la sesión, en 28 pacientes con heridas quirúrgicas o heridas
por úlceras por presión. El trabajo evidenció una mejoría significativa en el umbral del dolor en
un promedio de tres puntos en la escala numérica del dolor (NRS) en el grupo de pacientes con
un dolor severo y una mejoría significativa en dos puntos en la NRS en el grupo de pacientes
con un dolor moderado. Los resultados positivos con relación al dolor de este estudio infieren

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 161

Figura 4.3 Electroestimulación de una herida con dos canales cruzados.


© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4.4 Electroestimulación paravertebral segmentaria.

la necesidad de continuar esta línea de investigación en muestras más grandes y centrados en


el análisis y cuantificación de una posible mejoría en el proceso de regeneración, reparación y
reducción de las heridas.

Metodología de trabajo
En este tipo de procedimientos de electroterapia con corrientes TENS e impulso alterno rec-
tangular es fundamental establecer una metodología de trabajo adecuada para cada situación
patológica y para las características físicas y psicológicas del paciente. Por ello, a continuación,

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
162 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

establecemos una serie de subapartados en los que definimos los principales elementos para una
correcta aplicación de estas corrientes y una recuperación con éxito de la afección.

COLOCACIÓN DE LOS ELECTRODOS


La colocación de los electrodos dependerá de múltiples factores como pueden ser la etiología u
origen de la lesión o la ubicación de esta, entre otros. Sin embargo, y como regla general, al ser
la corriente TENS una corriente sin polaridad (sin efectos galvánicos), en principio los dos elec-
trodos son iguales, pero, al fluir la corriente desde el electrodo negativo hacia el positivo, será el
electrodo negativo el que más estimulación produzca.
Por lo tanto, y como regla general, los electrodos deben colocarse en las proximidades de la
herida y sobre el mismo dermatoma o miotoma en el que se encuentre la herida.
En el caso de heridas extensas, puede utilizarse más de un canal de corriente eléctrica, pero
siempre respetando el dermatoma o miotoma en el que se encuentre la herida a la hora de colocar
los electrodos.
Una situación excepcional es cuando nos hallamos ante heridas muy profundas (más de 2 cm);
en este caso, el electrodo negativo se colocará encima de la herida, que previamente se habrá
tapado con una gasa impregnada en suero fisiológico. El electrodo positivo se ubicará en una zona
próxima, respetando que coincida con el mismo dermatoma o miotoma de la herida.

DURACIÓN DEL TRATAMIENTO


La duración del tratamiento dependerá de la metodología empleada y del tipo de lesión existente,
así como de las características personales del paciente (mayor tolerancia a la estimulación, grado
de consciencia, etc.). Las aplicaciones oscilarán entre los 30 min y la hora de duración. En todas
las intervenciones terapéuticas deben prevalecer las dos aplicaciones diarias, con un intervalo de
unas 6 h entre cada una de ellas.

NÚMERO DE SESIONES
No existe una regla general acerca del número de sesiones necesario para obtener efectos clínicos,
ya que depende de cada lesión y de cada sujeto. Se aplicará la corriente TENS, con impulso alterno
rectangular, hasta que la herida se encuentre en la fase de remodelación, anteriormente explicada. Los
parámetros de la corriente se ajustarán progresivamente a las circunstancias en las que se encuentre
la herida variando, por ejemplo, la intensidad, la frecuencia y la duración de fase, según cada caso.

INTENSIDAD DE LA CORRIENTE
La intensidad de la corriente es un parámetro muy importante para una correcta aplicación de estos
procedimientos de electroestimulación en la curación de heridas. Debemos elevar la amplitud de la
corriente hasta el nivel de sensibilidad motora del paciente. Al estar tan cercanos el nivel de percepción
motora y el de sensibilidad, la corriente provoca una sensación de picor fuerte. Salvo excepciones,
como en el caso de escaras o úlceras por decúbito, debemos evitar las contracciones musculares fuertes.

Indicaciones
Las indicaciones de estos procedimientos de electroterapia son todas aquellas heridas que presen-
ten un retardo en su curación o que por sus características propias se prevea un problema en dicho
proceso de reparación. Las principales dificultades que se presentan en la curación de heridas y
que, por tanto, son susceptibles de recuperación por medio de estos procedimientos electrote-

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 163

rapéuticos son las úlceras diabéticas, arteriales y venosas; las heridas postoperatorias con riego
sanguíneo defectuoso, y las úlceras de presión o escaras, que por su ubicación y cronicidad son una
de las principales indicaciones.

Contraindicaciones
Las contraindicaciones para la aplicación de estos procedimientos de electroestimulación con
corrientes TENS, impulso alterno rectangular, con el objeto de la curación de heridas, las pode-
mos dividir en generales, que son comunes a todas las formas de electroterapia de baja frecuencia,
pero con el atenuante de que estas corrientes no presentan efectos polares, por lo que no provocan
efectos galvánicos, y una serie de contraindicaciones específicas de la aplicación de estas corrientes
TENS empleadas para la curación de heridas, que describimos a continuación:
■ Alteraciones del sistema nervioso periférico.
■ Pacientes con alteraciones psíquicas del tipo histerias y miedos patológicos al empleo de

electroterapia.
■ Pacientes con marcapasos o que presenten enfermedades de corazón: arritmias (a menos que

lo recomiende el cardiólogo después de evaluar al paciente).


■ La aplicación sobre el vientre de las gestantes.
■ El empleo de estas corrientes durante los primeros 3 meses del embarazo.
■ Pacientes que presenten dolor sin diagnosticar (a menos que lo recomiende un médico des-

pués de evaluar al paciente).


■ Pacientes que presenten epilepsia, sin consultar los cuidados y consejos necesarios con el

médico.
■ Debe evitarse a toda costa el trabajo con estas corrientes junto a equipos de alta frecuencia,

a menos de 2-3 metros de distancia, por la posibilidad de influencia o de interferencia de los


campos electromagnéticos.
■ No debemos utilizar la corriente TENS en las siguientes zonas corporales: la boca, el tra-

yecto de la arteria carótida, sobre una zona de piel anestesiada y cerca de los ojos.

Conclusiones
La electroestimulación es un procedimiento de electroterapia que, desde la evidencia clínica,
supone una alternativa efectiva y eficiente para la curación de heridas crónicas como úlceras dia-
béticas, arteriales y venosas, úlceras de decúbito y heridas postoperatorias, así como para la ace-
leración de la reparación tisular. Los mecanismos de acción implicados en la electroestimulación
con el objeto de la cicatrización de heridas no están aún totalmente explicados y existen diferentes
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

teorías al respecto. Sin embargo, lo que está plenamente aceptado es la evidencia clínica de los
mencionados procedimientos terapéuticos.
Autores como Dunn (1988) proponen un modelo descriptivo de cómo la electroestimulación
puede acelerar la cicatrización de heridas, que podemos resumir en los siguientes puntos:
■ Modificación de la bioelectricidad endógena.
■ Activación o atracción de las células inflamatorias.
■ Atracción de células de tejido conjuntivo.
■ Replicación celular acentuada.
■ Biosíntesis celular acentuada.
■ Inhibición de microorganismos infecciosos.

Como conclusión, en el momento actual se observa cómo la electroestimulación para la cura-


ción de heridas parece tener un efecto beneficioso y cuantificable, que redunda en múltiples evi-
dencias con efectos clínicamente significativos (Cosmo et al., 2000; Ogrin et al., 2009; Watson
et al., 2009; Ud-Din et al., 2014; García-Pérez et al., 2018).

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
164 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

PROTOCOLOS DE TRATAMIENTO

La curación de heridas es un proceso fisiológico que sigue un curso similar en los diferentes tipos
de lesiones. Sin embargo, existen determinados factores que predisponen que la herida no cicatrice
de manera adecuada. La estimulación eléctrica con corrientes alternas rectangulares se ha empleado
durante muchos años para facilitar el proceso de cicatrización de las heridas. Desde la evidencia cien-
tífica se encuentran referencias de los efectos de estos procedimientos de electroterapia en la inter-
vención en úlceras generadas por presión, por insuficiencia vascular, por traumatismos, por diabetes
o por intervenciones quirúrgicas. El uso de estos procedimientos terapéuticos es muy reducido en la
actualidad, pero constituye un ámbito de actuación en el que el fisioterapeuta puede intervenir de forma
efectiva.
Los procedimientos de electroestimulación transcutánea para la curación de heridas permiten propor-
cionar una alternativa al tratamiento farmacológico y de curación de heridas convencional, de forma
aislada o coadyuvante en pacientes crónicos; sobre todo cuando los tratamientos establecidos son
ineficaces.
La toma de decisiones clínicas que tiene que hacer un fisioterapeuta con respecto a los procedimientos
de electroestimulación transcutánea para la curación de heridas, a la hora de programar una sesión
de tratamiento, son muchas y variadas. Así, puede que los efectos terapéuticos obtenidos dependan
tanto de la modalidad como de la dosis utilizada. Por ello, la primera decisión que hay que tomar debe
ser la programación de los parámetros de la corriente eléctrica que se empleará (tipo de impulso,
duración de fase, frecuencia, intensidad y tipo de electrodo). La segunda decisión tiene que ver con la
colocación de los electrodos con respecto a la situación clínica del paciente.
La fisioterapia actual emplea diversos tipos de corrientes eléctricas para los tratamientos de electroes-
timulación transcutánea para la curación de heridas. Son varios los estudios y las evidencias científi-
cas que avalan el uso de la estimulación eléctrica transcutánea con corrientes rectangulares bifásicas
asimétricas y simétricas, así como impulso alterno rectangular, con el fin de disminuir o resolver la
curación de heridas en los pacientes. Sin embargo, los protocolos de electroestimulación transcutánea
para la curación de heridas adecuados para cada sujeto y en cada situación patológica han sido poco
analizados. Por esta razón, exponemos una serie de protocolos de tratamiento de electroestimulación
transcutánea para la curación de heridas, con todos los parámetros necesarios y con imágenes en las
que se expone la colocación de los electrodos en el paciente, para que los fisioterapeutas se guíen en
la práctica clínica habitual.
Por ello, planteamos unos protocolos de tratamiento para cada tipo de heridas, con todos los paráme-
tros necesarios e imágenes que muestran la colocación de los electrodos, a modo de guía práctica.

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 165

ÚLCERAS ARTERIALES, VENOSAS Y DIABÉTICAS (fig. 4.5)


• Duración de fase (del impulso): 1.000 μs o 1 ms.
• Frecuencia de la corriente: 80 Hz.
• Nivel de intensidad o amplitud de la corriente: hasta nivel de sensibilidad alta (sensación de picor).
Si al elevar la intensidad de la corriente aparece la percepción de dolor antes que la sensación
de picor, deberemos disminuir la duración de fase a 800, 600 o 400 μs, hasta que aparezca la
sensación de picor antes que el dolor.
• Tamaño de los electrodos: 5 × 5 cm o 6 × 4 cm, dependiendo de la extensión de la úlcera.
• Colocación de los electrodos: en función de si la sensibilidad de la zona está intacta, colocaremos
un electrodo en posición proximal y otro en posición distal con respecto a la herida. En cambio,
si la sensibilidad alrededor de la herida está afectada, situaremos ambos electrodos en posición
proximal con respecto a aquella, en la zona con sensibilidad normal.
• Tiempo de tratamiento por sesión: 60 min.
• Periodicidad: 2 sesiones diarias con un intervalo mínimo entre ellas de 6 h.
• Número de sesiones aproximado: 15-20 sesiones, dependiendo de la afectación de la úlcera y de
la cicatrización obtenida.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4.5

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
166 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

HERIDAS POSTOPERATORIAS CON RIEGO SANGUÍNEO DEFECTUOSO (fig. 4.6)


• Duración de fase (del impulso): 400 μs.
• Frecuencia de la corriente: 80 Hz.
• Nivel de intensidad o amplitud de la corriente: hasta nivel de sensibilidad alto (sensación de picor).
• Tamaño de los electrodos: 5 × 5 cm o 6 × 4 cm, dependiendo de la herida quirúrgica.
• Colocación de los electrodos: situaremos los electrodos en posición proximal y distal con respecto
a la herida quirúrgica.
• Tiempo de tratamiento por sesión: 120 min.
• Periodicidad: 2 sesiones diarias con un intervalo mínimo entre ellas de 6 h.
• Número de sesiones aproximado: 10 sesiones.

Figura 4.6

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 167

ÚLCERAS DE DECÚBITO O DE PRESIÓN I (fig. 4.7)


• Duración de fase (del impulso): 300 μs.
• Frecuencia de la corriente: 2 Hz.
• Nivel de intensidad o amplitud de la corriente: hasta nivel de contracción.
• Tamaño de los electrodos: 5 × 5 cm o 6 × 4 cm, dependiendo de la herida.
• Colocación de los electrodos: comenzaremos con la limpieza de la úlcera para retirar los restos de
fármacos y tejido necrosado. Si comprobamos que hay oquedad o profundidad en la úlcera (saco
o fondo de la úlcera), debemos rellenar dicho fondo con una gasa impregnada en suero fisiológico
(para estimular el saco de la herida). Sobre dicha gasa situamos un electrodo. El otro se coloca
proximal a la zona.
• Tiempo de tratamiento por sesión: 20-30 min.
• Periodicidad: 2 sesiones diarias con un intervalo mínimo entre ellas de 6 h.
• Número de sesiones aproximado: 15-20 sesiones.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 4.7

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
168 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

ÚLCERAS DE DECÚBITO O DE PRESIÓN II


• Duración de fase (del impulso): 250 μs.
• Frecuencia de la corriente: 40 Hz.
• Nivel de intensidad o amplitud de la corriente: hasta nivel de contracción (15-25 mA).
• Tamaño de los electrodos: 5 × 5 cm o 6 × 4 cm, dependiendo de la herida.
• Colocación de los electrodos: posición 1, emplearemos cuatro electrodos con dos canales; el
canal 1 se pondrá verticalmente a la herida con un electrodo superior y otro inferior, el canal
2 se colocará horizontalmente a la herida, con un electrodo interno y otro externo (v. fig. 4.3).
Posición 2: utilizamos cuatro electrodos con dos canales que se colocarán longitudinalmente
en la columna vertebral, de forma paravertebral, con un electrodo superior y otro inferior.
El nivel de la columna dependerá de la zona metamérica afectada (v. fig. 4.4).
• Tiempo de tratamiento por sesión: 1 h en total, 30 min en cada posición.
• Periodicidad: 1 sesión diaria.
• Número de sesiones aproximado: 20-40 sesiones (2 meses).

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas 169

Bibliografía
Adel RV, Luykx RHJ. Electroterapia de frecuencia baja y media. Netherlands: Enraf-Nonius;
1991.
Barker AT, Jaffe LF, Vanable JW Jr. The glabrous epidermis of cavies contains a powerful battery.
Am J Physiol 1982;242(3):R358-66.
Bayliss WM. On the origin from the spinal cord of the vasodilator fibres of the hind limb and on
the nature of these fibres. J Phyol (Lond) 1901;26(3-4):173-209.
Brussens P, Forsyth R, Steyaert A, Van Ovost E, Praet M, Verdonk R. Influence of Burst
TENS stimulation on the healing of Achilles tendon suture in man. Acta Orthop Belg
2003;69(6):528-32.
Brussens P, Forsyth R, Steyaert A, Van Ovost E, Praet M, Verdonk R. Influence of Burst TENS
stimulation on collagen formation after Achilles tendon suture in man. A histological evalua-
tion with Movat’s pentachrome strain. Acta Orthop Belg 2005;71(3):342-6.
Clark RAF. Cutaneous wound repair. En: Goldsmith LE Biochemistry and Physiology of the
Skin. Oxford: Oxford University Press; 1990. p. 576-601.
Clark RAF. Cutaneous wound repair: a review with emphasis on integrin receptor expression.
Jansen H, Rooman R, Robertson JIS Wound Healing. Petersfield: Wrightson Biomedical
Publishing; 1991. p. 7-17.
Cosmo P, Svensson H, Bornmyr S, Wikström SO. Effects of transcutaneous nerve stimula-
tion on the microcirculation in chronic leg ulcers. Scand J Plast Reconstr Surg Hand Surg
2000;34(1):61-4.
Dunn MG. Wound healing using collagen matrix: effect of DC electrical stimulation. J Biomed
Mater Res 1988;22(2 Suppl):191-206.
Fawcett MD. Histología. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 1987.
Folkman J, Klagsburn M. Angiosgensic factors. Science 1987;235(4787):442-7.
Foulds IS, Barker AT. Human skin battery potentials and their possible role in wound healing.
Br J Dermatol 1983;109(5):515-22.
García-Pérez S, García-Ríos MC, Pérez-Mármol JM, Tapia-Haro RM, Albornoz-Cabello M,
Valenza MC, et al. Effectiveness of Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation Energy in
Older Adults: A Pilot Clinical Trial. Adv Skin Wound Care 2018;31(10):462-9.
Gardner SE, Blodgett NP, Hillis SL, Borhart E, Malloy L, Abbott L, et al. HI-TENS reduces
moderate-to-severe pain associated with most wound care procedures: a pilot study. Biol Res
Nurs 2014;16(3):310-9.
Gibran NS, Jang YC, Isik FF, Greenhalgh DG, Muffley LA, Underwood RA, et al. Diminished
neuro-peptide levels contribute to the impaired cutaneous healing response associated with
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

diabetes mellitus. J Surg Res 2002;108(1):122-8.


Guyton A. Tratado de fisiología médica. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 1988.
Hinsey JC, Grasser HS. The component of the dorsal root mediating vasodilation and the
Sherrington contracture. Am J Physiol 1930;92(3):679-89.
Johnson MI. Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation (TENS). Watson T Electrotherapy:
Evidence-Based Practice (12th ed.). Toronto: Elsevier; 2008.
Kaada B. Vasodilation induced by Transcutaneous Nerve Stimulation in peripheral ischemia. Eur
Heart J 1982;3(4):303-14.
Khalil Z, Helme R. Sensory peptides as neuromodulators of wound healing in aged rats. J Gerontol
A Biol Sci Med Sci 1996;51(5):354-61.
Lala D, Spaulding SJ, Burke SM, Houghton PE. Electrical stimulation therapy for the treatment
of pressure ulcers in individuals with spinal cord injury: a systematic review and meta-analysis.
Int Wound J 2016;13(6):1214-26.
Lewis T. The blood vessels of the human skin and their responses. London: Shaws & Sons; 1927.

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
170 4—Electroestimulación en la cicatrización de heridas

Lundeberg TC, Eriksson SV, Malm M. Electrical nerve stimulation improves healing of diabetic
ulcers. Ann Plast Surg 1992;29(4):328-31.
Lundeberg TC, Kjartansson J, Samuelsson J. Effect of electrical nerve stimulation of healing of
ischaemic skin flaps. Lancet 1988;2(8613):712-4.
Madri JA, Pratt BM. Angiogenesis. Clark RAF, Henson PM . The molecular and celular biology
of wound repair. New York: Plenum Press; 1988. p. 337-58.
Meaume S, Teot L, Lazareth I, Martini J, Bohbot S. The importance of pain reduction
through dressing selection in routine wound management: The MAPP study. J Wound Care
2004;13(10):409-13.
Ogrin R, Darzins P, Khalil Z. The use of sensory nerve stimulation and compression bandaging
to improve sensory nerve function and healing of chronic venous leg ulcers. Curr Aging Sci
2009;2(1):72-80.
Thakral G, Lafontaine J, Najafi B, Talal TK, Kim P, Lavery LA. Electrical stimulation to accele-
rate wound healing. Diabet Foot Ankle 2013;4:22081.
Toole BP. Glycosaminoglycans in morphogenesis. Hay ED Cell Biology of the extracelular matrix.
New York: Plenum Press; 1981. 259-94.
Ud-Din S, Bayat A. Electrical Stimulation and Cutaneous Wound Healing: A Review of Clinical
Evidence. Healthcare (Basel) 2014;2(4):445-67.
Watson T. Electroterapia. Práctica basada en la evidencia 11.a ed. Barcelona: Elsevier; 2009.
329-46.
Zetter BR. Angiogenesis: state of the art. Chest 1988;93(3 Suppl):159-66.

Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de


ClinicalKey.es por Elsevier en junio 29, 2022. Para uso personal exclusivamente. No se permiten
otros usos sin autorización. Copyright ©2022. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

También podría gustarte