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SALINAS DE AÑANA Y LOS SARMIENTO

Lorenzo Sarmiento de Dueñas


Esto escribía hace unas semanas en otra entrada que realicé sobre el pueblo de Puentelarrá,
muy cercano a la villa de Salinas de Añana, tras leer un repugnante artículo escrito por un
profesor de historia vasco, que se permitió el lujo de publicar un libro sobre los Sarmiento
condes de Salinas, repleto de falsedades, medias verdades y falsos testimonios. Un ejercicio
muy propio de aquellos que se escudan tras su presunta honorabilidad en universidades y
conferencias teledirigidas por esa clase política fascista que los tienen atrapados con sueldos y
suvenciones.

Pero la realidad de la relación de la familia Sarmiento con la villa de Salinas de Añana es otra
muy distinta. Se trata de un entente de amistad y respeto entre sus habitantes y los diferentes
reyes castellanos con muchos miembros de la familia Sarmiento, sobre todo en los siglos XIV,
XV, y XVI. Después, perdida la varonía en el condado de Salinas por parte de los Sarmiento, los
protagonistas fueron aragoneses pertenecientes a la familia de los duques de Hijar, que se
vieron obligados a usar el apellido Sarmiento si querían disfrutar de los bienes incluidos en el
Mayorazgo de los Condes de Salinas originales, pertenecientes a la antigua y noble familia
Sarmiento.

Nos consta que las relaciones de la Familia con sus vecinos fue buena y, aunque los
condes de Salinas de Añana vivieron en Carrión de los Condes y Burgos, siempre mantuvieron
un contacto directo con la villa, origen de su poder y patrimonio. Por ello la sal era
gratuita para los pobladores de la Villa, que siempre fueron defendidos en las incursiones
que hicieron aragoneses y navarros en diferentes épocas de la historia. Salinas de Añana,
por otra parte, nos ha correspondido en aprecio colocando los escudos de los Sarmiento
con sus treces roeles en la insignia de su Ayuntamiento; e, incluso, lo han colocado en sus
furgonetas y dependecias auxiliares..
El primer Sarmiento que disfrutó del privilegio de ser Señor de Salinas de Añana fue Diego
Sarmiento de Velasco. Era el hijo primogénito de Diego Sarmiento y López de Haro, que fue
Adelantado Mayor de Castilla, Adelantado de la Mar Océana, Merino Mayor de Galicia. Divisero
del Rey, Teniente General y Canciller Mayor de la Orden de la Banda. Su hermano segundo Pedro
sería el que abriría la línea de los condes de Santa Marta y Ribadavia, además del
Adelantamiento de Galicia durante 300 años. El padre de ambos, Diego Sarmiento y López de
Haro, murió en Aragón, siendo trasladados su restos, años después, a la desaparecida abadía
de Benevivere.
Éste, a pesar de ser uno de los hombres más importantes en el reinado de Pedro I, apodado el
Cruel, al final tomó partido por Enrique II, el primer Trastamara, por haber ordenado matar a
varios de sus hermanastros y a otros nobles que se opusieron a sus criminales actos. Por ello
tuvo que huir a Aragón siendo acusado de traición, derribándose algunas de sus fortalezas. Pero
la verdadera razón era la locura que se había apoderado del Rey Cruel, tras matar a varias
personalidades, incluidos dos hermanastros, y otros que pudieron esconderse para escapar de
su ira. La razón estribaba en que su padre, Alfonso XI, había tenido varios hijos con su
amante Leonor de Guzmán, de la que estaba enamorado, y Pedro, único hijo de su mujer
legítima, se veía amenazado por sus hermanastros, a los que había empezado a castigar y
expoliar los regalos y concesiones que les había hecho su padre el Rey Alfonso XI
Tras la victoria de Enrique II matando a su hermanastro Pedro en Montiel en 1369, quiso
agradecer la ayuda de todos aquellos nobles que se pusieron de su lado otorgándoles señoríos
y rentas, para compensar los elevadísimos costes que éstos habían financiado. En el caso de
los Sarmiento quiso ir más allá y decidió otorgar la mano de su sobrina Leonor de Castilla, hija de
su hermanastro gemelo asesinado por Pedro, Fadrique, al primogénito de su Mariscal,
Diego Sarmiento y López de Haro, Diego Sarmiento de Velasco, que sería, vía matrimonio,
el primer señor de Salinas de Añana, pues hasta esa fecha la villa era Realenga, esto es, que
pertenecía a la Corona. Y lo hizo con estas palabras extraidas de su Crónica: Salazar y
Castro,53649/M59/ fols.26.31.
“Nos el rey por facer bien y merced a vos doña Leonor, nuestra sobrina, fija del Mestre don
Fadrique, nuestro hermano que Dios perdone, por vos heredar en los nuestros regnos,
damo vos en donación pura perpetua non revocable por juro de heredad, para siempre
jamás, para vos para vuestros herederos la nuestra villa de Salinas de Añana”

Fue el 12 de abril de 1375. Junto con esta donación recivía todos los términos de la villa, sus
martiniegas, escribanía, portazgos y su jurisdicción, que incluía atribuciones civiles y
criminales. Pero el monarca en principio retenía para sí las rentas de la sal, monedas, tercias
y alcabalas. Así que no participaban en el bien de mayor importancia de la villa como era la sal.
La familia Sarmiento se ganaba la vida con los sueldos de Diego como Adelantado Mayor de
Castilla y Repostero Mayor del Rey Enrique II. Además, éste, en 1370 les había concedido las
villas de Labastida, Lagrán, Puentelarrá y Marquinez. Diego moriría en la batalla de
Aljubarrota en Portugal en 1385. Su hijo García Sarmiento y Castilla también moriría en otra
batalla, la de Santarén en 1393. Lo mismo que su hermano Diego, que perdería la vida luchando
en la batalla de Aragón en 1435.
Por eso es tan duro leer a esta pandilla de bobos ilustrrados cuando desprecian a muchas
familias nobiliarias y se quedan solo con las prebendas que recibían de su reyes. Pues bien,
Diego, receptor de la villa de Salinas de Añana por su matrimonio con la infanta Leonor de
Castilla y sus hijos García y Diego Sarmiento y Castilla pagaron esas prebendas con sus
vidas batallando en defensa de España y al servicio de ese Rey.
No sería hasta 1464 cuando el Rey Enrique IV les concede una parte de los beneficios de la sal
para compensar la bajada de ingresos y los muchos gastos de los condes de Salinas en la
formación de ejércitos por el acoso a la Corona por parte de diferentes enemigos. Lo dice así:

“De las dichas salinas de la vuestra villa de Anna e del señoría de ellas y de la alcavala que
de la sal se ficiere o vendiere os otorgo el 20 por ciento por juro de heredad para siempre
jamás”
Esta columna se llama Rollo Jurisdiccional, y marca el poder para ejercer
justicia civil y criminal por parte del propietario del escudo: en este caso los
Sarmiento en Salinas de Añana, lugar donde se ubica, en la parte Norte
del pueblo. Tiene más de seis siglos de antigüedad.
Estas mercedes recibidas de los reyes sus sucesores solían respetarlas, por ello, al
morir García Sarmiento y Castilla, hijo del Primer Señor de Salinas, su hermano Diego pasó
a ser el adjudicatario de dichos bienes. En este documento le pide al Rey Juan I que lo
ratifique. Es muy interesante comprobar los formalismos y términos en los que se expresaban
en aquellos siglos, y lo formalistas y estrictos que eran sus redactores, que después pasaban
a la firma del Monarca. Más tarde, lo tenía que ratificar un número considerable de nobles y
cortesanos como testigos de lo acordado.
El Rey Juan I le confirmaría sus posesiones en este documento que se conserva en la
biblioteca Nacional y en los Archivos de Aragón, ya que la V Codesa de Salinas y Ribadeo
casaría con un Silva, más tarde Duques de Hijar, de Teruel.
El Rey Enrique IV concedió a los señores de Salinas de Añana el título de Condes de
Salinas de Añana en 1470, cuando Diego Sarmiento y Mendoza, VI Señor de
salinas era el titular de la Villa. Estaba casado con María de Villandrando,
condesa de Ribadeo, que aportó su título. Los Reyes Católicos lo confirmaron
en sus señoríos en 1483 en estos terminos.
El escudo de Salinas de Añana no se corresponde con los escudos de los condes de
Salinas, pues ninguno de ellos llevó jamás hojas de vides. Desde la entrega por parte del
Rey Enrique II a su sobrina Leonor la villa salinera, los Sarmiento adoptaron el uso de su
escudo de armas dividido en dos: los trece roles y la insignia de los Reyes castellanos con
los leones y castillos en el otro. O, simplemente, los trece roeles históricos usados
como divisa desde el año 1150. Por eso es extraño que Salinas de Añana haya utilizado
un escudo que solo aparece una vez entre los Sarmiento, pero que no pertencía a la rama
de los Señores y condes de Salinas. Me explicaré:

García Sarmiento de Guzmán fue el único que confeccionó un escudo con ramas de
sarmiento junto a los trece roles, como consta en su maravillosa sepultura situada en la
capilla de los Sarmientos en la iglesia convento de San Francisco en Palencia. Y lo hizo para
diferenciarse de su hermano mayor Diego, heredero de los bienes de los Sarmiento que dejó
su padre Pedro Sarmiento de Velasco. Pero como Diego murió en batalla cuando era todavía
joven, García fue el receptor del Mayorazgo de los Sarmiento así como el título de
Adelantado Mayor de Galicia. Nunca más hemos encontrado el escudo de los
Sarmiento adornado con ramas y racimos de uva, salvo en Salinas de Añana.

Sepultura de García Sarmiento de Guzmán en la Iglesia convento de San Francisco de Palencia.


Estos dos escudos están en la capilla de San Francisco en Palencia, en la capilla de los
Sarmiento. Los Sarmientos Señores y condes de Salinas, la mayor parte de las
veces usaban el escudo partido con los Reyes de Castilla por pertenecerles tras la
boda de Leonor de Castilla con Diego Sarmiento de Velasco. Un hecho
absolutamente singular que les daba un enorme prestigio entre los nobles, pues
todos aspiraban a relacionarse de alguna manera con sus reyes. En la página
siguiente podemos ver los escudos de los condes de Salinas en los restos de la
Abadía de Benevivere, de la que fueron patronos, y donde estaban enterrados
los primeros Sarmiento, desde Diego Martínez Sarmiento, su fundador, hasta el
Cardenal Pedro Sarmiento, y todos los Señores de Salinas y sus familias.
Los dos primeros corresponden a la desaparecida abadía de Benevivere. Los de la segunda fila están en la
catedral de El Burgo de Osma, colocados por Juan Sarmiento hijo del Cardenal Pedro Sarmienro y Ulloa.
Los de la tercera fila se ubican en diferentes edificaciones propiedad de los condes de Salina.
Escudo de Mariana Sarmiento en su sepultura sita en la iglesia de San Pablo en Palencia. A su lado el escudo
del Cardenal Pedro Sarmiento y Ulloa en la catedral de Palencia de la que fue Obispo. Abajo, el escudo del
mismo cardenal de la familia salinas en su tumba de Benebibere, hoy en el museo Arzobispal. Junto a él, el
escudo del papa Julio II, situado en la catedral del Burgo de Osma. Abajo, el escudo que estaba en la
entrada del palacio de los Sarmiento condes de Salinas en Burgos, que se conserva en el museo
provincial. Junto a él uno de los escudos de los condes de Salinas en la fachada del palacio de los
Duques de Bejar en Peñacerrada de Duero.
Posiblemente, este es uno de los escudos más antiguos de los Sarmiento. Se trata del rollo
jursdiccional de Salinas de Añana, construido a mediados del siglo XV, que se conserva
increiblemente bien a pesar de los siglos. En él podemos ver que los Sarmiento, siendo ya Señores
de Salinas, y unidos por tanto a través de la Infanta Leonor, nieta de Alfonso XI, colocaron solo los
trece roeles de los Sarmiento. No pusieron el de los Reyes de Castilla, perteneciente a
Leonor, esposa de Diego Sarmiento de Velasco, para no tener que obligar a la Corona a intervenir
en unas facultades civiles y criminales cedidas a los Señores de Salinas, según Jerónimo Sarmiento.

Sin embargo, y a pesar del prestigio que suponía estar emparentados con la Corona y poder usar sus
armas en el escudo, la razón de no hacerlo en muchos de los edificios de los Sarmiento condes de
Salinas, fue por expreso deseo de Diego Sarmiento y Mendoza, escrito en la cesión de su
Mayorrazgo a su hijo Diego Sarmiento de Villandrando:, un documento conservado en los archivos
de Aragón, por traspaso de los duques de Hijar, que dice:

Mis armas enteras y no partidas, dice el Conde, como si ello fuera suficiente para resaltar su
esplendor de linaje de casi quinientos años entonces, no queriendo aprovecharse de otros, incluso
reales, según escribió el profesor de historia, mi bisabuelo, Jerónimo Sarmiento.
Este documento recoge todo el proceso de donaciones del Mayorazgo entre padres e hijos,
concedido por diferentes Reyes a los Sarmiento Condes de Salinas, una fórmula jurídica que
los reyes debían ratificar. Es muy concienzudo y repite los conceptos en varias ocasiones. Lo
redactaban los secretarios de los Reyes. Más tarde, lo pasaban a la firma de un gran número de
testigos que acreditasen que en verdad el Rey lo había firmado. Por lo general los testigos
eran cortesanos que estuvieran a mano: no siempre los mismos. También participaban, y eran
trascendentales, los obispos, arzobispos y cardenales, lo que daba al documento todavía más
visos de firmeza y legitimidad. Se confeccionaba en piel de cabra muy fina e iba enroscado y
atado por una cinta, que tenía los sellos y lacres de la Corona.
Fotos tomadas en 2005
En estos párrafos extraidos de varios documentos históricos de los condes de
Salinas podemos ver como le llamaban a Salinas de Añana en el siglo XVI, Annana,
además del tratamiento que el Rey Enrique IV, hermanastro de Isabel la Católica, le
da a la familia Sarmiento, de la que dice que ya trabajaron para sus antepasados
y les prestaron muchos y muy buenos y leales servicios.

En la página siguiente, tras la reunión del Consejo de Añana, formado por más de
veinte personas en el que se trataban todos los aspectos de la explotación de la
sal, podemos ver cómo el conde Salinas se limita a firmar y aplaude lo
acordado por ser necesario y bueno para la población.

Entre ellos estaba que los vecinos de Salinas de Añana no pagasen por la sal, que
no se pudiese recoger por la noche, y que no se vendiesen esas partes gratuitas.
Lo que de nuevo vuelve a alejar a los Sarmiento de esa figura de monstruos de
tres cabezas avariciosos e insensibles que algunos profesores, al dictado de la
política, han querido reflejar.
En este último párrafo está la firma del conde de Salinas y de Ribadeo Diego
Sarmiento de Villandrando, seguida de su sello con los trece roles de la familia
Sarmiento, distinción concedida por el Rey desde el año 1200 aproximadamente. El
documento es de 1527, muerta ya la Reina Isabel. El monarca era Carlos V.

Aparece como testigo nuestro doceavo abuelo Diego Sarmiento y Salazar,


administrador del Conde de Salinas y Ribadeo. En otros documentos hemos
encontrado que, algunas veces, no sabemos en qué contexto, le llamaban por el
apellido de su madre, Isabel de Salazar. Pudiera ser, escribió Jerónimo Sarmiento, mi
bisabuelo profesor e historiador, que al ser un bastardo del conde de Ribadavía,
en algunos documentos era mejor que no apareciese con su verdadero apellido,
aunque fue legalmente reconocido por su padre, y bautizado como Diego
Sarmiento de Salazar.
Este dibujo pertenece al libro sobre los Caballeros de Burgos, una maravilla editorial que se
conserva en la Catedral de Burgos. En concreto se trata de Pedro Sarmiento y Zúñiga, que
fue Alcalde de Toledo y casó con María de Mendoza. Fue el primer conde de Salinas de
Añana. Su escudo es partido por Sarmiento y Castilla, por el matrimonio de Diego
Sarmiento de Velasco con la Infanta Leonor de Castilla.
El palacio de los Zambrana es un edificio de piedra al uso de los que se construían en la Edad
Media, seguramente, con los réditos y extraperlos que esos administradores de la sal en nombre de
la Corona podían acometer. De lo contrario era muy difícil contar con el capital para ello.
Pedro Zambrana administrador de las salina fue su constructor en 1695, y su primer propietario.
En esos años los Sarmiento habíamos perdido la línea de varón en el apellido, y por lo tanto
también en el Mayorazgo que compilaba todos los bienes de los Sarmiento, incluido el 20% de
la venta de la sal de Salinas de Añana En esa fecha fueron los turolenses Silva e Hijar sus
beneficiarios y, aunque alguno tuvo que usar el apellido Sarmiento para poder disfrutar del
Mayorazgo, todos eran Silva e Hijar, no Sarmiento.
Pedro Zambrana no tuvo hijo varón, por lo que la casona pasó a manos de su hija Matea Zambrana
que casó con Gregorio Herrán, y el palacio fue pasando de heredero a heredero. Los Herrán
fueron los constructores del ferrocaril entre Vitoria y Pamplona. Algunos nacieron en este palacio,
como Juan José Herrán en 1831, y su sobrino Joaquín Herrán en 1846. Tras la ruina de la
familia a causa de la línea ferrea, de la que tuvo que hacerse cargo el Estado, fue vendida y
abandonada después. En 2008 el palacio fue declarado bien patrimonial por el Gobier no
Vasco. En 2021 la Diputación de Álava dio una subención para reparar primero, su tejado y, en
los próximos años, arreglar su interior y acomodar unas salas para museo.
Joaquín y José Zambrana, nacidos en Salinas de Añana, aunque desde su juventud se
educaron y vivieron en Vitoria.
Perteneció a Francisco Martínez de Ospina y Medinilla. Nació en Salinas de Añana en 1530,
muriendo en 1580. Se casó con Marquesa de Acosta y Cardoso. Tuvieron tres hijos,entre ellos
el capitán Diego de Ospina y Acosta. El apellido viene de la palabra vinagre en euskera,
dado el mal carácter de su antepasado Pedro Salcedo, que fue Señor del valle de Ayala.
Otro pariente suyo fue el también capitán Francisco de Ospina, que marchó a lo que hoy es
Colombia. Allí fundó la población de Neiva el 24 de mayo de 1612. Hoy el palacio es un
buen hotel y restaurante, regentado por un uruguayo y una española.
El Covento de las Comendadoras de Malta
Es otro lugar singular de Salinas de Añana. Sus monjas pertenecen a la ancestral Orden
de San Juan de Jerusalén u Orden de Malta. Solo quedan seis religiosas, pero la Orden,
con varios centros en España, las financia y protege. Elaboran una estupenda miel, que
se puede comprar.
El convento de la orden de Malta y una cruz de Malta en mi poder, que perteneció a
mi antepasado el Almirante Marcelino de Dueñas y Vega.
Diego Sarmiento y Villandrando conde de Salinas, conde de Ribadeo
Salinas de Añana en la Edad Media

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