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MARÍA SARMIENTO Y LOS MONUMENTOS DE
ÚBEDA, CANENA, SABIOETE Y VALLADOLID

Lorenzo Sarmiento de Dueñas

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A la izquierda Mendoza; a la derecha, Sarmiento.

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María Sarmiento y Mendoza estuvo obligada a anteponer su apellido
materno al de su padre por el Codicilo adjunto al testamento de su abuelo,
Bernardino Sarmiento, conde de Santa Marta, conde de Ribadavia,
Adelantado Mayor de Galicia y del Consejo Real de los Reyes Católicos.
Por ello, hasta que no heredó dicho título y mayorazgo, usó el apellido de
su padre Juan Mendoza. Sin embargo, a partir de 1581, por obligación, y
si pretendía las rentas del Condado de Ribadavía, se hizo llamar
María Sarmiento a secas, como haría después su hija y
heredera la duquesa de Sesa, también María Sarmiento, casada con el
nieto de Gonzalo Fer nandez de Córdova, el Gran Capitán. María y
Francisco se casaron en 1522.

También lo tuvieron que hacer sus descendientes, hasta que


dicha obligación, emanada de los codicilos, se suprimio. En principio ella
no era la destinada a ser la condesa de Ribadavia; lo era su hermano
mayor Diego Sarmiento y Mendoza, que fue el IV conde de
Ribadavia, que ostentaba su Mayorazgo de rentas y portazgos. Por
eso, aunque su padre era un Mendoza, el, obligatoriamente, se tuvo que
hacer llamar Diego Sarmiento.

Diego Sarmiento de Mendoza casó con María de Moscoso, teniendo


una sola hija, Leonor Sarmiento de Moscoso y Mendoza, VI
condesa de Ribadavia, que murió con 18 años y, al no tener hijos,
e l t í t u l o p a s ó a s u t í a abuela María Mendoza Sarmiento, casada
con Francisco de los Cobos, que tuvo que cambiar el orden de sus
apellidos para poder heredar el Mayorazgo de Ribadavia con sus
rentas.

Cuando sucedió, Francisco hacía años que había muerto, por lo


que María colocaría en la verja del Panteón de Úbeda y en la sacristía,
q u e s e e s t a b a c o n c l u y e n d o , e l e s c u d o c o n l o s t re c e ro el es d e
los Sarmiento. Esa es la razón por la que el escudo de Sarmiento no
esté en la fachada de dicha construcción: solo en los detalles
constructivos finales, cuando María, ya Sarmiento de primer apellido, era
la condesa de Ribadavia, y poder hacerse con las rentas del Mayorazgo
constituido por su abuelo Bernardino Sarmiento y Zúñiga, II conde de
Santa Marta de Ortigueira, I conde de Ribadavaia, Adelantado
Mayor de Galicia, y miembro del Consejo Real de los Reyes Católicos.
El título de conde de Ribadavía se lo concedieron los Reyes Católicos
por su participación en el cerco de Granada, siendo, junto a su
primo Diego Sarmiento, conde de Salinas, dos de los firmantes de
su capitulación.
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Ha s t a e l o n c e a v o C o n d e d e R i b a d a v i a , t o d o s t u v i e ro n
q u e e m p l e a r c o m o p r i m e r a p e l l i d o S a r m i e n t o. Lí n e a
d e s c e n d i e n t e d e l matrimonio Francisco de los Cobos y María
Sarmiento y Mendoza.

Por tanto, no es cierto que Francisco de los Cobos buscase con el


matrimonio con María Sarmiento su título nobiliario como han dicho
algunos historiadores pues, cuando se acordó este, dicho título no
era suyo, ni había prespectivas de que lo fuera hasta la muerte
de Francisco. En realidad quiso unirse a uno de los apellidos
m á s a n t i g u o s e i l u s t re s d e C a s t i l l a , p l a g a d o d e g e n t e s
e n n o b l e c i d a s p o r s u s h a z a ñ a s e n combate, como las tomas
d e S e v i l l a , G r a n a d a , o l a s N a v a s d e To l o s a , que o c u p a ron ca
rgos de suma importancia, que les concedieron los s u c e s i v o s reyes
castellanos d e s d e l o s p r i m e ro s a ñ o s d e l a Reconquista.
El que los Sarmiento perdiésemos la línea de descendencia de varón en
todos nuestros títulos, y fueran absorbidos y fagotizados por los Duques
de Hijar, Alba y Medinaceli, los borró de la historia moder na de forma
interesada.

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La fechas de construcción de los edificios más importantes levantados por
el matrimonio son muy imprecisas; hay historiadores que aseguran que el
palacio de Valladolid se construyó en 1520, y puede que sea así, y que
Francisco de los Cobos lo disfrutase más de 25 años, hecho que concuerda
con las visitas de Carlos V a Valladolid. Sin embargo, el Panteón de
Úbeda no se terminó hasta 1558, nueve años después de su muerte.
Lo mismo sucede con el castillo de Canena, que también lo concluyó
María en 1482. Respecto al enorme castillo de Sabiote, su
restauración, tras su compra al Emperador, no se acabó hasta 1584, y es
la razón por la que María Sarmiento colocó escudos con los trece roeles de
los Sarmiento por toda su muralla.

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En resumen: María había tenido muchas discusiones con su yer no
el Duque de Sesa, que reclamaba la herencia de su mujer tras la
muerte de su padre Francisco de los Cobos, a lo que María se
opuso en virtud del Mayorazgo, y solo accedió a entregarles
algunos bienes fuera del mismo, pues el Duque era un
despilfarrador, lo contrario que su abuelo el Gran Capitán. El
Duque pretendió llevarse cuadros del palacio de Valladolid
donde residía María. Por ello, decidió esconder gran parte de
los bienes en casas de sus parientes, como su prima la
Co n d e s a d e Salinas o la Duquesa de Alba , también pariente.
Ce rc a de s u muerte, el palacio estaba vacío de objetos
valiosos; todo había sido llevado en secreto a Ú b e d a ,
a u n q u e, e n a ñ o s p o s t e r i o re s, y t r a s emparentar c o n l o s
D u q u e s d e M e d i n a c e l i , estos serían quienes desvalijaran las
obras de arte del palacio y el Panteón de Úbeda, abandonando el
palacio hasta día de hoy.

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EL PANTEÓN DE ÚBEDA

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Cuando se inicia la construcción María llevaba como primer apellido el de su padre Mendoza.
Tras la muerte de su hermano y habiendo heredado el títuo y mayorazgo del conde de
Ribadavía, su abuelo, tuvo que anteponer Sarmiento, haciendose llamar María Sarmiento y
Medoza.

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Sin embargo, siendo ya condesa de Ribadavia y muerto hacía varios años su marido
Francisco de los Cobos, colocó el escudo de Sarmiento en la parte central de la verja de
acceso al pateón.
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El maravilloso techo de la sacristía

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Sarmiento

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El CASTILLO DE SABIOTE

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Posiblemente es el castillo más importante de la provincia de Jaen.
Su primer constructor fue el rey Fernando III el Santo, que edificó además
una muralla sobre los restos de otra árabe existente. Sin embargo,
estuvo abandonado durante un siglo, hasta que Fernando IV, decidió
repararlo en 1309. Mas tarde pasó a manos de los Zúñiga, duques de
Bejar, para regresar a la Corona en el siglo XIV. En 1533 Francisco de los
Cobos se lo compró al Emperador. Pero sería su mujer María Sarmiento
y Mendoza la que lograría concluirlo en 1580.
Fue declarado Monumento Histórico en 1931, y su recinto amurallado
Conjunto Histórico en 1972.

Se cree que el proyecto lo dirigieron Diego de Siloe y Andrés de


Vandelvira cuando también trabajaban en la construcción del Panteón
de Úbeda, aunque sobre planos de Benedetto de Ravenna, que en esa
época era el más prestigioso ingeniero militar.

Está edi cado con bloques de piedra, y su altura es excepcional; sobre


todo en su cara Norte. María Sarmiento se encargó de colocar los escudos
familiares por sus almenas, hasta el extremo de contar con diez en los
que aparecen, a la derecha, las armas de Francisco de los Cobos; en la
parte izquierda las de Mendoza en la parte alta, y los trece roeles de los
Sarmiento en el cuadrante más bajo.

Como ya hemos dicho, María heredó de forma inesperada el condado


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de Ribadavia, y con él su Mayorazgo, y, por tanto, estaba obligada a
anteponer el apellido Sarmiento de su madre al de su padre Mendoza.
Hecho poco conocido en Jaen, pues cuando lo hemos visitado, ni guías ni
historiadores sabían lo que representaban los trece redondeles en oro
sobre fondo rojo que hay sobre la berja principal del Panteón.Y, a
excepción de uno que sabía que María era Sarmiento, los demás la
han llamado María de Mendoza, privando a la gente de la verdadera
historia del monumento y del excepcional trabajo que hizo esta mujer,
perteneciente a la muy noble y antigua familia Sarmiento, en cuyo seno
hubo otras mujeres de mucha valía y personalidad para estar hablando
del siglo XVI.

El Ayuntamiento de Sabiote está reparándolo dentro de sus posibilidades, y


han hecho un trabajo excepcional para los pocos medios que cuentan en
este tipo de complicadas restauraciones, siempre sujetas a leyes de
patrimonio, dineros nunca encontrados, e historiadores en su momento de
gloria.

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María y Francisco nunca residieron en él, a pesar de que en su parte
central había una construcción palaciega, que albergaba todas las
comodidades de la época. Lo que hemos podido constatar entre los
documentos de los Condes de Ribadavia, hoy en los archivos de los
Duques de Medinaceli en Toledo, son los pagos que hizo María Sarmiento,
ya viuda, a los constructores y canteros. También consta la veces que
fue a vistar las obras de reforma del inmenso castillo forti cado en los
diversos viajes que hizo durante la construcción del Panteón de Úbeda.
Tras la muerte de María, la propiedad pasó a su hijo Diego Sarmiento de
los Cobos, VIII Conde de Ribadavia, II Marqués de Camarasa.
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Escudos con las armas de Francisco de los Cobos en su parte
izquierda. A la derecha, en su parte alta, podemos ver las armas
de los Mendoza. Debajo de esta, el escudo con las armas de
los Sarmiento. El artista que los hizo fue cambiando de marco en
cuanto a las figuras que los sostienen entre ador nos míticos y
molduras al uso de la época.
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Al parecer, y como una premonición de su antigüedad, el escudo de de
los Sarmiento con sus trece roeles es el mejor conservado.

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CASTILLO DE CANENA

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Ya existía una torre construida por los árabes que deminaba todo el
valle donde se sitúa la villa de Canena a solo 12 kilómetros de
Baeza. En 1532 se hizo con el señorío de la zona Francisco de los
Cobos, no en vano había nacido en Ubeda, y su familia, Cobos
Molina, eran importantes terratenientes. La construcción del castiilo
se comenzó casi al mismo tiempo que la reforma en profundidad del
cercano castillo de Sabiote, también de su propiedad. Pero al
igual que sucedería con otras construcciones del secretario de
Carlos V, este castillo no lo vería terminado.
También sería María Sarmiento la encargada de concluir la obra.
Desde Valladolid, donde residía, llevó las finanzas de la familia,
dejando las obras para el equipo del experto Siloe que, primero él
mismo, y luego su sucesor, lograrían concluirlo hacia 1581.

Cuando murió María Sarmiento el castillo pasó a su hijo


Diego de los Cobos y Sarmiento, que casó con Francisca de
Luna, a los que Felipe II les concedio el título de marqueses de
Camarasa. Les perteneció hasta 1946, cuando el titular del
marquesado, Ignacio Fer nández de Inestrosa y de los Cobos, lo
vendió a un tal Delgado, que lo compró para demolerlo y usar su
piedra. Quiso hacer lo mismo la Duquesa de Alba con el castillo de
los Sarmiento de Fuentes de Valdepero, aunque tampoco pudo.

La intervención providencial de Josefa Ortega, una historiadora de la


provincia, logró que se paralizase su destrucción, por lo que el tal
Delgado se lo vendió a un inglés llamado George Kay Wright, que lo
utilizó como casa de recreo hasta 1985. Luego lo comprarían sus
actuales propietarios, la familia Vaño, negociantes del aceite, en el
que han establecido parte de sus oficinas. Lo alquilan p a r a
b o d a s y b a n q u e t e s , re a l i z ándole d i v e r s a s restauraciones. En
2023, en febrero, cuando lo visitamos, solo lo abrían al público los
lunes por la tarde. Es una construcción espléndida, desde la que
se pueden ver las cientos de hectáreas de olivos que explota esta
familia.

El que se abra al público es una obligación que ha impuesto el


Ministerio de Cultura con todas aquellas propiedades catalogadas
como Monumento, para que no les graven impuestos. Gracias a dicha
norma, los ciudadanos podemos disfratar de estas construcciones
históricas, aunque solo sea por unos minutos.

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María Sarmiento, sobre todo tras heredar el título de condesa de
Ribadavia, condición que no disfritó su marido Farncisco de los
Cobos, se encargó de la parte nal de la obra, cuando hubo que
ador nar muros, colocando los escudos de las tres líneas
dinásticas más importantes del matrimonio.
Por eso vuelven a aparecer en todos sus escudos, al menos seis
en el exterior y tres en su interior, las armas de Francisco de los
Cobos en las partes superior e inferior izquierda, dejando el

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lado derecho para las armas de los Mendoza en su parte más
alta, y los trece roeles de los Sarmiento en su cuadrado más bajo.
No tenemos ninguna constancia de que María pasara tiempo en
él; como tampoco la tenemos de que así sucediese con el
cercano castillo de Sabiote, pues se concluyeron cuando la
longeva María Sarmiento contaba ya con cerca de setenta años.

Lo que si sabemos y está documentado en nuestra familia son los


viajes tediosos y largos que realizó desde su palacio de
Valladolid al palacio que Francisco construyó en vida en Úbeda, del
que todavía hoy podemos ver su fachada principal, y que ha sido
objeto de pleito entre los Medinaceli, actuales propietarios, y el
Ay u n t a m i e n t o d e Ú b e d a , h a b i e n d o l e d a d o l a r a z ó n a l o s
Me d i n a c e l i para utilizarlo con fines benéficos.

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PALACIO DE VALLADOLID

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La construcción de este suntuoso palacio comienza cuando Farncisco
de los Cobos, Secretario de Carlos V, debe buscar un lugar donde residir
en los continuos desplazamiento del Emperador a esas tierras. El Rey
siempre se alojaba en el palacio que Ber nardino Sarmiento, I conde
de Ribadavia, II conde de Santa Marta, Adelantado Mayor de
Galicia y del Consejo Real, había comprado a la familia de su primera
mujer, María Pimentel, como se acredita en los muchos escudos de
los Sarmiento que todavía hoy están colocados en sus fachadas.

Tras la muerte del primer Conde, título y Mayorazgo los heredó su


hija María Sarmiento, casada con un Mendoza pretencioso y arrogante
con el que tuvo varios hijos. Una de ellos fue María Mendoza y
Sarmiento, casada con solo 14 años con Francisco de los Cobos. Tras
la muerte de su hermano y su hija, heredó el título de condesa
d e R i b a d a v i a y s u M a y o r a z g o cuando contaba setenta años.
Como hecho relevante decir que, como lo acredita en su fachada,
fue el lugar donde nació Felipe II. Hoy es la sede de la Diputación.
Es por tanto posible que Francisco y María se conocieran en el
palacio de los condes de Ribadavia, situado junto a la Catedral de
Valladolid, f re n t e a l o q u e s e r í a e l p a l a c i o q u e c o n s t r u i r í a n
Francisco de los Cobos y María Mendoza y Sarmiento.
El solar, que hoy ocupa la Capitanía Militar, lo habían adquirido
en 1522. En él se levataría el suntuoso palacio, sustituyendo a los
padres de María, condes de Ribadavia, del honor de a l o j a r a l
Emperador. A la muerte de María Sarmiento de Mendoza, VII
Condesa de Ribadavia, el palacio fue vendido al Duque de Lerma en
1590.

En 1.600 éste se lo vendería al Rey Felipe III, convirtiéndose en


Palacio Real, siendo durante unos años su residencia y, por tanto, el
e d i f i c i o m á s i m p o r t a n t e d e l a c o r t e e n l o s a ñ o s e n l os q u e
estuvo en Valladolid.

Estuvo abandonado durante muchos años, hasta su conversión e n


edi f i ci o militar, siendo primero un cuartel , y d e s p u és sede de la
Capitanía General de la zona.

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