LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ Y

MARÍA AGUSTINA SARMIENTO

Lorenzo Sarmiento de Dueñas

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LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ Y MARÍA AGUSTINA SARMIENTO

Lorenzo Sarmiento de Dueñas

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Posiblemente es el cuadro más famoso del mundo junto a la Giconda de
Miguel Ángel. Un grito de individualismo por parte del pintor, que quiso
además dejar plasmado su retrato junto a reyes, infantes y nobles, en una
época en la que los artistas empezaban a reclamar su sitio tras el
Renacimiento Italiano que encabezaron Miguel Ángel y, sobre, todo
Leonardo da Vinci; también Rafael, Giordano, Brunelesqui, Caravagio y
otros muchos, que ya no se veían como juguetes de las cortes y sus reyes,
reivindicando su singularidad, su excelencia. Camino que los llevaría a
hasta la Ilustración Francesa, en la que los artistas ocupaban ya un
puesto individual muy significativo.

Hasta ese momento los pintores, escultores o arquitectos se quedaban

detrás de las bambalinas, y sus obras solo eran importantes en función de
quienes las encargaban. Hasta que el Renacimiento dio un puñetazo en la
mesa de tanto noble e impusieron su arte por encima de quién encargase la
obra.

En España siguieron los derroteros de aquellos grandes artistas italianos que

rompieron moldes, implicándose personalmente en cada obra con su propia
figura. Velázquez sería un gran admirador de todo ese movimiento iniciado
en Italia gracias a la configuración de sus ciudades estado, que marcaban
la pertenecia sigular a ellas de sus habitantes, razón por la cual llegó el
Renacimiento.

Diego Velázquez viajó dos veces a Italia: en 1629 y 1649, pagado por el Rey
Felipe IV, para estudiar nuevas formas y comprar cuadros para la Corona. A
su regreso de la primera aventura italiana pinto un precioso cuadro, La
Túnica de José, en el que se ve una clara influencia de la pintura italiana
de entonces. Tras la segunda estancia dieciocho años después, y ya
consagrado en su pintura, pintó el famoso cuadro Retrato de Juan de
Pareja, propiedad del Metropolitan Museum de Nueva York.

A partir de su regreso a España en 1651 se volvió más atrevido y libre para

dar trazos pequeños y concisos, que acabarían por entusiasmar y copiar
los Impresionistas, que lo convirtieron en su modelo a seguir. Es a partir de
ese momento cuando Velázquez crece hasta convertirse en uno de los
genios pictóricos de la humanidad.

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María Agustina Sarmiento e Isasi pintada en el cuadro llamado las Meninas,
aunque ese no era su nombre.

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Su segundo apellido era Isasi, no Sotomayor, que era el segundo de
su padre.

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Diego Velázquez, su casa natal en Sevilla, y la iglesia donde fue bautizado

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Mis tres cuadros favoritos de Velazquez

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Diego de Velázquez no obtuvo el reconocimiento hasta el siglo XIX, y no era
conocido fuera de España, pues dedicó su vida a Felipe IV, y como el
Greco, Caravaggio y Rembrandt tardaría tres siglos en alcanzar el
reconocimiento universal y la gloria póstuma.

Alcanzó su mayor esplendor a partir de que los impresionistas ensalzaran

su pintura. En 1865 Manet y Renoir viajaron a Madrid para estudiar su
pintura en el Museo del Prado. Dijeron de él:
“Es el pintor de pintores. El más grande que jamás existió”
Salvador Dalí también sentía una profunda admiración por él, hasta el
extremo que el extravagante pintor catalán manifestó:
“Extraordinario, el mejor de todos”
Y Francisco de Goya dijo,
“no tener otros maestros que Velázquez, Rembrand y la Naturaleza”.
Pero de los grandes maestros de la pintura universal fue Pablo Picaso
quién le dedicaría más tiempo y elogios, hasta el extremo de realizar una
interpretación de las Meninas, que se conserva en el museo Picaso de
Barcelona.
Los cuadros son radicales y cien años por delante de lo que se pintaba
entoces. A la que más pintó¡ fue a María Agustina Sarmiento.

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Este es el erudito y empalagoso relato sobre el cuadro en el página del museo del Prado

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La verdad es que no hay nada como un experto en arte para destrozar una obra.

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Pablo Picaso pintó así a María Agustina Sarmiento

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María Agustina Sarmiento pintada por Pablo Picaso

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María Agustina Sarmiento e Isasi de la mano del genial Pablo Picaso

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El gran Salvador Dalí tampoco pudo resistirse a interpretar la obra de Velazquez

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Autores contemporáneos de un sentido profundamente revitalizador del arte
moderno también han sucumbido a la figura de nuestra pariente María
Agustina Sarmiento e Isasi:

Por mucho que se empeñen en colocarle el apellido Sotomayor, no lo era;

su madre fue Juana de Isasi y Ladrón de Guevara.

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 Pero, quién era María Agustina Sarmiento e Isasi.

Es un pariente muy directo al descender de García Sarmiento y Manrique

de Lara, hermano de Diego, Conde de Santa Marta de Ortigueira y
Adelantado Mayor de Galicia, padre de Bernardino Sarmiento, nuestro abuelo
más querido.
Si partimos de su hijo, García Sarmiento y Sotomayor, que fue el primer
Señor de Sobroso, María Agustina desciende por línea directa de él, pues su
padre fue Diego Sarmiento y Sarmiento, hijo de Diego Sarmiento de
Medoza, y Leonor Sarmiento y Luna.

La madre de María Agustina era Juana de Isasi y Ladrón de Guevara, II

marquesa de Pie de Concha, un pequeño municipio cántabro donde esta
familia construyó dos bellas edificaciones repletas de escudos de Sarmiento
e Isasi.

El escudo ha sido restaurado en el palacio de Bárcena de Pie de Concha: 2020

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La casa de los marqueses de Pie de Cocha en Bárcena de Pie de Concha: 2022

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Árbol genealógico de María Agustina Sarmiento

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En 2022, se celebró en Madrid la Cumbre de la OTAN más importante
del presente siglo ya que se iba a responder al ataque iniciado por el
canalla Putin tras la invasión de Ucrania. El museo del Prado y el
cuadro de Diego Velázquez Las Meninas serían los protagonistas de
tan importante acontecimiento.
Todos los líderes occidentales posaron delante de esta bella pintura, ante
la eterea presencia de nuestra pariente María Agustina Sarmiento e
Isasi como otra protagonista más.
Pero la vida de esta mujer no fue afortunada y ni exenta de tragedias
personales: enviudó dos veces. Su primer esposo fue Juan Domingo
Ramírez de Arellano y Mendoza, IX conde de Villamor y III
marqués de Hinojosa, además de Señor de Cameros. Fue Capitán
General de la Caballería del Ejército Español en Galicia. Su segundo
esposo fue Diego Zapata Duarez de Mendoza, IV conde de Barajas,
XIII conde de Coruña. María Agustina solo tuvo un hijo de su
primer matrimonio que murió cuando era muy pequeño. Así que, las
tragedias se sucederían en el linaje al haber abusado de la
consanguinidad hasta extremos que la biología no aconseja.

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